Kagome miraba concentrada la hoja de papel blanco que tenía entre su regazo, entre sus dedos, un lapiz negro bailaba reluciendo su punta afilada listo para ser utilizado. Pero Kagome no sabía como empezar, tenía pensado que decir pero no como iniciar de manera escrita su discurso.
— Sobrina querida ¿Cómo vas? — Kagome levantó su mirada fulminando con sus ojos a su tío.
— ¿Tú que crees?
Su tío miro la hoja en blanco para luego mirarla a ella con una sonrisa ancha.
— A este ritmo, creo que voy a improvisar cuando me toque dar el discurso, sé lo que quiero decir pero no sé como empezar a escribirlo — frustrada suspiro, su tío tomo asiento a su lado mirando hacía el frente.
— Hazlo, sera mucho mejor así — asintió su tío, Kagome se relajo dejando de estar encorvada, se enderezó y se apoyo en el hombro de su tío también mirando hacía el frente — Creo que tu espontaneidad es lo bastante buena para lo que sea que tengas que decir mañana.
— Mañana... — susurro Kagome.
Al frente de ellos se encontraban grupos de personas preparando el salon para el egreso del día de mañana, probaban sonidos, música, el himno y la decoración varios jóvenes participaban de ella.
— ¿Cuándo te vas sobrina?
— Dentro de tres días, planeaba quedarme más tiempo pero... quedaron cosas pendientes así que volveré antes.
— ¿Ya te reencontraste con los que querías ver?
— Sí... bueno, casi — murmuro Kagome recordando al hombre que aún amaba — No vi a Inuyasha.
— Ah...
— Se está por casar y... y es feliz — cada vez se le dificultaba más hablar de él y sobre lo que sabía — Eso es lo que quiero para él...
— ¿ Y tú?
— ¿Qué?
— ¿Qué es lo que tú quieres?
— ¡Dire, venga que lo estamos necesitando!
Su tío le sonrió de manera tierna antes de levantarse y acudiendo al llamado de sus alumnos.
¿Qué es lo que ella quería?
Por primera vez, estaba pensando de manera egoísta y lo que ella quería era que Inuyasha dejará todo para que estuvieran juntos nuevamente.
Pero no. Ella no era así y aunque él fuera capaz de dejarlo todo por ella, Kagome no se lo permitiría.
Lo extrañaba, desde que llegó aquí lo único en lo que pensaba era en verlo, abrazarlo y en lo posible besarlo, pero en cuanto se cruzo en el aeropuerto con un local de revista lo vio en la portada de varias de ella anunciando que se casaba en tan solo dos semanas.
¿Con quién?
Con su secretaria, el sueño frustrado de varias de ellas.
°°°
Se despidió de su madre, su tio la esperaba en su auto fuera de la casa. Había ido a buscar un conjunto de ropa que usaría el día de mañana para el acto de egreso, iría a casa de su tío a pasar la noche ya que quedaba más cerca del instituto.
— ¡Mañana vuelvo mamá! — grito saliendo de la casa con su mochila colgando de su hombro.
— ¡Nos vemos hija!
Ya en el auto en marcha, su celular sonó, era un mensaje. O bueno varios en diferentes horarios ¿Por qué no había escuchado los anteriores?
Sango:
1. Oye, dónde estás?
2. Kagome ¿Estarás en tu casa?
3. ¿Otra vez pusiste tu celular en silencio? Oye respondeme.
4. Inuyasha se entero que estás aquí, quiere que le de tú número pero no lo voy a hacer a menos que me digas lo contrario.
5. Inuyasha esta como loco, robo tu número de mi celular seguramente te llamará. Respondeme maldita.
Su corazón empezó a latir frenéticamente en cuanto leyo los últimos mensajes, su pulso se aceleró y sus manos empezaron a temblar con su celular entre sus dedos. Sin darse cuenta estaba esperando que el celular sonará advirtiéndo de una llamada entrante.
Pero su celular esa noche no volvió a sonar.
°°°
Inuyasha estaba decidido a llamar a Kagome, no por nada había robado su número de los contactos de Sango.
— Vamos a llamarla... — susurro fuera de la casa de su amigo, antes de presionar el icono de llamar el nombre de su hermano mayor apareció ocupando toda la pantalla táctil — Sesshomaru ¿Y ahora qué? — frustrado respondió rápidamente.
— Ven al hospital, mamá fue internada...
Solo esa oración basto para que se olvidará de todo, subió a su auto y condujo a toda la velocidad que le era posible pasando semáforos en rojos.
Su madre lo era todo y rogaba a todos los dioses que no le pasará nada.
Su salud últimamente no era buena y no saber lo que tenía a la familia Taisho los tenía con los pelos de punta.
— ¡Sesshomaru! — llamo en cuánto observo a su hermano a penas entro al hospital — ¿Dónde está? ¿Qué le paso?
— Ven, vamos — dijo primero Sesshomaru guiandolo por los pasillos del hospital.
— Sesshomaru...
— Se descompenso llegando a tu cena de compromiso, simplemente cayo en los brazos de papá — contó Sesshomaru mientras todavía caminaban — Esta inconsciente pero esta bien, fuera de peligro.
— Todavía no saben que tiene ¿Cierto?
— No, nada — empezaron a caminar más lento en cuánto divisaron a Rin y Sakura fuera de una habitación — Papá está acompañando a mamá...
— Inuyasha... — en cuánto Sakura lo vio corrió hacía él y lo abrazo — Qué bueno que estás bien...
— Claro que estoy bien... — extrañado respondió Inuyasha correspondiendo al abrazo.
— Es que no me respondiste en todo el día los mensajes y llamadas... ¿Seguro qué estás bien?
— Estoy bien, perdón por no responder tenía mi cabeza en otra parte — y no era mentira lo que decía, en todo el día había pensado solo en Kagome olvidando sus responsabilidades.
Las preguntas de Sakura se vieron interrumpidas por la presencia de Inu No Taisho que salía de la habitación en donde se encontraba Izayoi.
— Papá...
— Oh. Inuyasha, que bueno que estás bien...
— ¿Cómo está mamá?
— Está bien, el médico me lo aseguro, ya es tarde, su madre no despertará hasta mañana así que vayan y descansen, mañana en la mañana vuelvan hijos...
— ¿Seguro papá? Inuyasha o yo podemos quedarnos en tú lugar... — propuso Sesshomaru.
— No, estoy bien, yo quiero cuidar su sueño...
— Llamanos papá, cualquier horario — dijo serio Inuyasha.
— Sí, esten seguro de aquello. Nos vemos mañana hijos...
°°°
Inuyasha estaciono su auto en el estacionamiento subterráneo del edificio de su prometida, un silencio largo e incómodo se generó. Sakura tenía tantas preguntas que quería hacerle.
— Sakura yo...
— ¿Dónde estabas? — pregunto sin dar rodeos — Claramente a nuestra cena de compromiso no pensabas venir — dijo señalando su ropa informal.
— Perdona, pero olvide esa cena...
— ¿Esa cena? — exclamo Sakura de manera sarcástica — Inuyasha ¿Por qué nos vamos a casar?
— ¿Cómo porque? ¿No es lo que tu quieres?
— Yo... sí, de niña mi sueño es casarme. Pero ¿Tú te quieres casar? — su tono de voz bajo y su mirada se volvió triste.
— Sí me quiero casar...
— Voy a modificar la pregunta — Sakura cerro sus ojos dolorosamente — ¿Inuyasha, tu te quieres casar conmigo?
Y el silencio incómodo volvió a hacerse presente. Inuyasha no respondió y solo se quedó mirándola, la verdad no quería decírselo, se odiaría si la lástimara.
— Voy a esperar a qué dejes tu cobardía para responderme, nos vemos Inuyasha — sin decir más se bajo del auto y cerró la puerta con fuerza.
— Mierda...
°°°
Lo sé, lo sé. Tarde pero seguro mis queridos 😌
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