Debilidad -Jujutsu Kaisen

Da AngelsinAlas187

113K 12K 839

Gojo Satoru, el hechicero más poderoso de la época actual. Ryomen Sukuna, anteriormente un hechicero poderos... Altro

°1°
°2°
°3°
°4°
°5°
°6°
°7°
°8°
°9°
°10°
°11°
°12°
°14°
°15°
°16°
°17°
°18°
°19°
°20°
°21°
°22°
°23°
°24°
°25°
°26°
°27°
°28°
°29°
°30°
°31°
°32°
°Especial Cumpleaños Satoru°
°33°
°34°
°35°
°36°

°13°

3.2K 341 20
Da AngelsinAlas187

— ¿Cargar herramientas malditas? —Pregunta Panda

— No me opongo a combatir con herramientas, pero mi ritual necesita que extienda ambas manos. —Explica Megumi mirando sus manos haciendo un ejemplo con ellas— Perdería tiempo envainando una espada. Zen'in-Sempai, tú siempre llevas más de dos contigo, ¿no? ¿Cómo lo haces? —Pregunta mirando a la chica.

Toge y él se encuentran sentados en la escalera, Maki se encuentra sentada debajo de un árbol y Panda sentado en una banca. Decidieron tomar un descanso.

— Panda las carga. —Señala al nombrado quien se pone de pie y hace una pose de "soy fuerte"

No debí preguntar: parte dos. —Piensa Megumi desviando la mirada.

— Algunos hechiceros hacen que sus espíritus carguen sus objetos. —Señala Panda alzando su dedo índice.

— Imposible. Muy pocos pueden hacerlo. Y tardaría mucho en entrenarlos. Pero si lo logras  me enseñas. —Comenta Maki

Megumi coloca su mano en su mentón tomando pose pensativa.

— Te daré un año de calpis. —Dice Panda.

— No lo entiendo. ¿Por qué... huiste entonces? Qué desperdicio de talento.

Megumi recuerda las palabras que le dijo Sukuna en la pelea que tuvieron.

¿Tendré el potencial de vencer a un categoría especial? ¿Habrá querido decir eso? —Piensa Megumi.

Baja su mano diestra para tocar el suelo empezando a concentrarse y dicha mano empieza a traspasar el suelo un poco.

— Atún, Atún. —Habla toge señalando a Megumi.

— ¿Eh? ¿Qué pasa? —Pregunta Maki mirándolo para luego mirar a Megumi.

— Zen'in-Sempai.  Creo que puedo hacerlo. —Megumi sonríe

Mientras en otro lado, Nobara está de compras mirando a todas partes con bolsas en mano.

— ¿¡Dónde está Ura-Hara!? ¿¡Bajo Tierra!? —Se queja la chica para seguir buscando.

— ¿Cuál corto? ¿El rojo o el azul? —Pregunta un hombre con audífonos viendo una bomba que le quedaban 3 minutos.

Dónde solía vivir, las bolsas de basura tenían colores. —Responde con tranquilidad una mujer al otro lado de la línea.

— ¿Por qué me hablas de eso en un momento así? —Pregunta el hombre desconcertado.

— Rojo para lo plástico y azul para lo combustible. Siempre pensé que debería ser al revés.—Comenta la mujer.

Itadori está echado en el sillón con una mano en el osito dormido y la otra sosteniendo una soda.

— Sí, ¡Rojo! El rojo. —Dice la mujer con una sonrisa risa en sus labios.

— Confío en ti. —Dice el hombre cerrando sus ojos esbozando una pequeña sonrisa, teniendo un alicate en sus manos.

Itadori lleva la lata de soda a su boca para darle un sorbo.

Lentamente el hombre fue llevando el alicate hacia el cable rojo con su pulso ligeramente tembloroso, la mujer tiene sus manos juntas rezando porque no pase nada.

De repente Itadori al estar tan concentrado en la película recibe un golpe en su mejilla cayendo al suelo, tirando la soda a quien sabe donde, empezando a toser ahogado.

— ¡No ne pegues mientras bebo! —Reclama Itadori sin dejar de toser.

— Pues no bebas. —Dice con simpleza Satoru apoyado en una mesa que había cerca, donde antes había dejado las latas para explicarle a Itadori, a su lado se encuentra Deian sentado encima de la mesa balanceando sus pies mientras ve el móvil.

— ¡Tengo que acompañar las papas con algo! —Vuelve a reclamar Itadori.

— Eso es verdad. —Satoru sonríe y se separa de la mesa dando unos pasos atrayendo la atención de Deian— Bueno, debo ocuparme de algunos asuntos. Sigue así, ¿si?

— ¿De verdad me hará más fuerte? —Dice Itadori refunfuñando mientras sostiene al Osito a un metro de distancia.

Satoru solo sonríe leve, se da media vuelta y da unos pasos antes de detenerse.

— Ah, sí. ¿Hablaste con Sukuna mientras estabas muerto? —Satoru voltea a ver a Itadori, Deian se tensa un poco

— ¿Qué si hablamos? —Pregunta Itadori confundido.

— ¿Te propuso algún contrato o condiciones al sanar tu corazón? —Volvió a preguntar Satoru, esta vez más especifico.

— Tengo la impresión de que hablamos sobre algo. Pero no consigo recordarlo. —Murmura Itadori desviando su mirada de Satoru hacia el suelo.

— Ya veo.

Deian mira a Satoru y este le hace una seña para que lo siga, el pelo grisáceo se baja de la mesa de un saltito y lo sigue saliendo de la habitación.

— ¿Qué sucede? —Pregunta Deian con las manos en sus bolsillos.

— Debes quedarte con él, te llevaría conmigo pero si los ancianos te ven... —Comenta Satoru haciendo una mueca.

Deian asiente despacio.

— Comprendo, no te preocupes, lo mantendré vigilado... —Promete Deian esbozando una pequeña sonrisa.

— Gracias, regresare en unas horas... —Se despide Satoru con un beso a su chico.

Deian suspira y entra a la habitación donde se encuentra Itadori continuando con el entrenamiento, ahora se sentía un poco mal por no decirle a su pareja lo que ocurrió en dentro de Itadori.

Satoru iba sentado en los asientos de atrás mirando hacia la ventana cruzado de brazos mientras que Ijichi manejaba el coche hacia sí destino.

— Llegaremos a tiempo a la reunión con el director, ¿no quieres ir a otro lado? —Preguntó Ijichi.

— Descuida. Llegare temprano para variar. —Comenta Satoru tranquilo mirando a ijichi.

Pasan unos segundos desviando su mirada de Ijichi hacia la ventana, de repente su expresión pasa a ser una sería.

— Detente. —Pide de manera sería.

— ¿Eh? ¿Justo aquí? —Ijichi acata la petición de Satoru y el albino se baja del coche.

— Sigue sin mi.

— ¿Es algún tipo de prueba? No me vas a golpear si me voy, ¿o si? —Pregunta Ijichi algo nervioso.

— ¿Por quién me tomas? —Murmura Satoru

— Entonces... —Nervioso, Ijichi empieza a conducir alejándose de Satoru.

Satoru se quedó viendo como el carro se alejaba con las manos en sus bolsillos y una vez que nota que está alejado suspira.

— Muy bien...

Una maldición Grita emocionado mientras cae hasta impactar con el suelo de la carretera. Satoru tuvo que dar un salto para esquivar el ataque dirigido hacia su persona.

— ¿Quién diablos eres?

Jougo sonríe con malicia y hace un movimiento con su brazo para hacer aparecer un pequeño volcán en la pared que se encuentra detrás de satoru. Aquel pequeño volcán lanza una erupción de fuego gigante dejando un rastro.

Jougo ríe despacio.

— Pues resultó no ser la gran cosa. —Dice con sorna Jougo pero en eso cuando el humo se dispersa se puede ver una bola de fuego rodear algo.

— ¿Quién dices que no es la gran cosa? —Pregunta Satoru con la mano un poco alzada haciendo una seña con sus dedos, la bola de fuego empieza a desaparecer poco a poco.

— Maldito niño. —Maldice Jougo llevando su mano hacia unos tapones que tiene en sus "orejas" empezando a girarlo.

Puede comunicarse claramente pese a ser un espíritu maldito. Y ni hablar de su cantidad de energía maldita. ¿Una categoría especial sin registrar? —Piensa Satoru sin quitar de vista a la maldición frente a él— Puede que sea más fuerte que el Sukuna actual. —Deja de pensar y suspira despacio— La categoría especial se llama así por su rareza. Que aparezcan por doquier le resta el valor al nombre.

Satoru ve como la maldición sonríe con malicia soltando una pequeña risilla de la misma manera.

— ¿Acaso lastime tu orgullo? —Jougo toma pose de ataque.

— No, —Satoru sonríe leve haciendo tronar los huesos de sus manos— comienzo a divertirme. —Sonríe mientras toma una pose de ataque.

— Divertirte, ¿dices? —Algo salta del volcán de su cabeza— Pero qué temerario.

¿Eligió un lugar sin civiles a propósito? No. Quiere evitar que lleguen otros hechiceros. —Piensa Satoru.

Lo que estaba saltando del volcán cambia de forma a un bichos volador, de repente salen varios más.

— ¡Insectos de Lumbre! —Grita Jougo.

Los insectos van en dirección a Satoru rápidamente.

— Bueno, si de verdad vienes por mi, el temerario eres tu. —Satoru alza su mano haciendo una seña con sus dedos, los mosquitos se detuvieron de golpe creando una onda sonica detrás de Satoru— ¿Qué pasaría si me tocara esto? —Pregunta curioso.

En eso, los bichos empiezan hacer un sonido raro y a inquietarse.

¿Sonido?

Hasta que los bichos brillan, se inchan y explotan.

— ¿Un ataque bifásico de sonido y explosiones? —Pregunta Satoru cayendo de pie en la zona de arriba de la carretera luego de haber saltado para esquivar la explosión— Qué astuto.

Jougo aparece a unos metros a su lado corriendo a su direccion, en su mano aparece una bola de fuego y la lanza a la cabeza de Satoru. La maldición puede ver con gracia como la cabeza del albino arde en llamas. Luego se desliza para atrás de Satoru y su volcán está con unas llamas vivas por la emoción.

— ¡No he terminado! —Toca la espalda de Satoru y una luz morada resplandece por el lugar, mandando un rayo morado por el lugar como ataque— ¿Así de fácil? Pues parece que los débiles lo tenían sobrevalorado. Ese humano era tan frágil como los demás. Vivía alejado de la verdad. Es tan repugnante como nauseabundo.

Jougo sacude su mano y se da media vuelta moviendo un poco su capa para empezar a caminar.

— Difundire la auténtica fuerza y la verdad por medio de la muerte. —Murmura mientras camina.

— ya pasamos por lo mismo hace poco, ¿no? —Se escucha la voz de Satoru deteniendo a Jougo— ¿Acaso no aprendes? —El albino sacude su mano para dispersar el humo que hay por el lugar tosiendo un poco— Cuánto humo.

Jougo se gira un poco para mirarlo entre sorprendido, enojado y asustado.

— ¿Cómo es posible? —Pregunta.

— En términos sencillos, no me diste. —Responde Satoru.

— ¡Imposible! No fue como la otra vez. Sé que toque y te mate. —Reclama Jougo volteando a verlo por completo.

— Lo que tocaste fue el infinito existente entre tú y yo. —Explica Satoru— Te lo demostraré. —Alza su mano extendida— Extiende la mano. —Mueve su mano hacia un lado a otro despacio— Vamos, Vamos. —Jougo lo sigue mirando con desconfianza— Vamos, vamos, ¡vamos!

No percibo hostilidad. Veamos a dónde quiere llegar. —Piensa Jougo para caminar hacia Satoru sin bajar la guardia.

Cuando llega donde el albino, estira su mano para tocar la de Satoru, o al menos eso pretendía cuando una barrera invisible se lo impide sorprendiendolo.

— ¿Ves? —Señala sus manos Satoru.

¿No puedo tocarlo? ¿Me detengo justo antes? ¿A esto llama "infinito"? —Se pregunta Jougo sorprendido.

— En realidad no paras, sino que vas más lento cuanto más te acercas. ¿Y bien? ¿Qué harás? Hasta podríamos tomarnos de la mano. —Satoru hace que sus manos se toquen.

— ¡No quiero!

— No seas tímido. —Bromea un poco Satoru— Harás que me arrepienta hacer esto. —Entrelaza sus dedos— Deian se entera de esto, de seguro esta maldicion estaría ya muerta. —Piensa Satoru soltando una risita.

— ¡Infeliz! —Grita Jougo

Satoru aprovecha el momento para darle un puñetazo en el estómago, ocasionando que Jougo expulse una sangre morada de su boca.

¡Qué veloz! No es un simple golpe potenciado con energía maldita. ¿¡Qué pasa!? ¡No lo entiendo! —Piensa desesperado Jougo, las sangre que ha expulsado caen en el infinito de Satoru evitando que lo toque.

— ¡Y aun hay más! —Satoru sin soltar su mano empieza a darle golpes en diferentes partes de su cuerpo, para finalmente soltarlo y darle una patada para mandarlo a volar— Aunque el infinito está presente en todos lados, —Alza su mano a la altura de su pecho para levantar su dedo índice— mi hechicería lo atrae a la realidad. —Una bola roja brillante empieza a formarse arriba de su dedo índice— Convergencia. Divergencia. ¿Qué crees que pase al tocar este vacío? —Aquella esfera roja empieza a tener ráfagas a su alrededor del mismo color girando sin cesar— Ritual maldito inverso: Rojo.

Las ráfagas que tenía la esfera rojiza desaparecen hasta que solo se ve una bola roja con negro. Esta empieza a brillar luego de las palabras del albino con intensidad cubriendo todo el lugar con su luz, hasta que finalmente se ve a jougo siendo lanzado a varios metros de distancia chocando contra árboles del bosque una y otra vez. Incluso Satoru se dio la molestia de ir hacia él y darle un puñetazo para mandarlo más lejos.

Jougo con dificultad retoma su postura, retrocede unos saltos y salta a un árbol para agarrarse de una rama y girar para elevarse en el aire, pero Satoru lo atrapa en medio de la voltereta para así arrastrarlo contra el suelo, teniendo su rostro agarrado con sólo una mano.

Ambos empiezan a pelear nuevamente luego de separarse, Jougo va hacia satoru con una luz morada en su mano lanzando un rayo morado en dirección al albino. Pero Satoru apareció detrás de él dejándolo tenso y con una sola patada del chico, manda a la maldición hacia un lago que había cerca. Viendo como este cae de lleno al agua regresa en sí.

— Vaya, perfecto. —Murmura pensando que sería la oportunidad perfecta para enseñarle algo a Itadori.

Jougo se encuentra flotando en el agua con la boca abierta y un hilo de sangre en su mentón.

Cómo quieras, pero morirás , Jougo.

Jougo recuerda las palabras que le dijo Geto en el restaurante, lentamente se reincorpora sentándose y después se endereza.

Parece que hablaba en serio. Pero si no puedo asesinarlo a golpes, tendré que llevarlo a mi Dominio. —Jougo mira a su alrededor algo cansado y se percata de que no ve a Satoru— ¿Eh? ¿Dónde se metió?

—Perdón, perdón. —La voz de Satoru suena detrás de él por lo que voltea

— ¿¡Dónde...!? ¿¡Dónde estamos!? —Pregunta un Itadori algo nervioso, siendo cargado de la capucha por Satoru.

— ¿Te hice esperar? —Pregunta Satoru con una sonrisa.

— ¿¡Ese es...!?—Exclama sorprendido para luego cerrar su boca— ¿El recipiente de Sukuna? —Piensa Jougo sorprendido.

— Oi...

Otra voz llama su atención, por lo que desvía su mirada a un costado de Satoru donde se asoma Deian frunciendo el ceño.

— ¿Cómo sabes eso? —Pregunta Deian con la mirada fija en él. Así es, le ha leído los pensamientos.

Jougo se tensa demasiado e inconscientemente retrocede un paso.

—Tienes que sacarle el sello a Deian Yamada y hacer que esté de nuestro lado...

Jougo recuerda las palabras de Geto nuevamente y se tensa al ver el pequeño cambio de color en los ojos de Deian.

— Te presento a Yuuji Itadori y a Deian Yamada, vinieron a observar. —Presenta Satoru con una sutil sonrisa, orgulloso de que su pareja sin hacer nada siempre haga que las maldiciones tengan ese tipo de reacción con él.

Continua a leggere

Ti piacerà anche

3.2K 345 10
. . . sin spoilers perdón por la ortografía . . .
75.4K 5.9K 18
los sucesos transcurren luego de la batalla contra Kokushibo y tras morir Tokito fue transportado varios años en el futuro. Cómo se adaptará el pilar...
17.7K 2.2K 22
Se que lo que siento por el está mal pero... Mi corazón no deja de amarlo.. tengo una enfermedad que es imposible de curar ☕︎ 𝑀𝑎𝑙𝑒 𝑂𝑐 x 𝐻𝑜𝑤...
271K 17.4K 50
Park Miungi era una chica dulce, muy inocente y un poco boba, no conocía lo que era aún la perversión o eso creía... pero quién diría que al entrar e...