El verde de mi primavera ♡ Cy...

By reazurah

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A Cyno nunca le había llamado la atención el color verde. Le parecía insípido; no era bonito, y mucho menos... More

zero
capítulo uno
capítulo dos
capítulo tres
capítulo cuatro
capítulo cinco
capítulo seis
capítulo siete
capítulo ocho
capítulo nueve
capítulo diez
capítulo doce
capítulo trece
capítulo catorce
capítulo quince
capítulo dieciséis ♡ xiaoven
capítulo diecisiete
capítulo dieciocho
capítulo diecinueve
capítulo veinte
capítulo veintiuno
capítulo veintidós
capítulo veintitrés
capítulo veinticuatro ♡ primera parte
capítulo veinticinco ♡ segunda parte
capítulo veintiséis
capítulo veintisiete
capítulo veintiocho
capítulo veintinueve
kavetham ♡ treinta
capítulo treinta y uno
capítulo treinta y dos
capítulo treinta y tres
capítulo treinta y cuatro
capítulo treinta y cinco
capítulo treinta y seis
capítulo treinta y siete
capítulo treinta y ocho
capítulo treinta y nueve
capítulo cuarenta
capítulo cuarenta y uno
capítulo cuarenta y dos
capítulo cuarenta y tres
capítulo cuarenta y cuatro
capítulo cuarenta y cinco
capítulo cuarenta y seis
kavetham ♡ cuarenta y siete
cuarenta y ocho
cuarenta y nueve
cincuenta
AVISO

capítulo once

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By reazurah

El interior de la habitación era cálida. En su interior había tres personas, situadas sobre la misma cama, sentadas una frente a la otra, con las piernas cruzadas. Una tenue luz iluminaba aquel oscuro lugar, y la música que brotaba del altavoz opacaba el sonido de sus tranquilas respiraciones.

—Básicamente, Cyno está pillado por Tighnari y sigue con las negaciones —quiso concluir Nilou de una buena vez, tras cerca de media hora de explicaciones y enredos. Collei afirmó sus palabras con entusiasmo, ignorando deliberadamente las quejas de Cyno.

—¡No, no! ¡Os juro que de momento no más que una sospecha! Sé que quiero conocerlo más, pero no me atrevo a decir que esté pillado. Simplemente me atrae —intentó defenderse (en vano) el único hombre de la habitación.

—Está fingiendo que tantea, pero todos lo sabemos —le susurró la pelirroja a Collei, ocultándose la boca con la mano.

—¡Oye, oye! ¡Ya basta con eso de hablar solo de mí! ¿Y qué hay de vosotras?

—A Collei le gusta Fischl.

Hubo un silencio que ninguno supo si clasificar como incómodo o simplemente extraño. Cyno observaba a Collei, quien quiso esconderse tras la mujer que acababa de sacar a la luz uno de sus mayores secretos.

—¿Esa que está en filología hispánica y siempre va vestida como la protagonista de un libro de fantasía? —su mejor amiga asintió lentamente, como si temiera ser criticada por él—. ¿Por qué tanto miedo, coño? Ni que mi opinión sea importante. Si te gusta, te gusta y punto.

—Ya, pero incluso a ella le cuesta aceptarlo.

—Sé que ya tengo cierta edad, pero en el fondo siento que todavía no es mi momento para empezar una relación. No me veo capaz de mantenerla, y me da miedo hablarlo con Tighnari.

Cada persona es un mundo distinto. Eso era algo que Cyno había comprendido con el paso del tiempo, gracias a sus amistades, a su familia, y gracias a todas esas personas que había conocido, tan distintas las unas de las otras, con ideologías opuestas, con diferentes formas de percibir el mundo y de relacionarse con él.

Tal vez fue ese el motivo por el que no le resultó realmente difícil comprender ese miedo que su mejor amiga llevaba años acarreando (porque sí, algo así a esa edad implicaba muchos años de lucha interna e intentos por superarlo).

—Comprendo que te dé miedo, pero, ¿por qué no intentas hablarlo con Tighnari? Tal vez te ayude, al menos, a sentirte un poco más cómoda al respecto

Tal vez podría resultar incómodo porque ella veía a su hermano como una figura relevante en su vida, alguien a quien admiraba, y temía su rechazo. El rechazo de alguien a quien admiras puede llegar a ser más doloroso que un amor no correspondido. Sin embargo, Tighnari tenía derecho a saberlo y a no ser temido.

—¿Y cómo se lo digo? Además, precisamente a él, que tan mal lo ha pasado. Tengo miedo de que no considere a Fischl adecuada.

—Ya sabes que tu hermano no es así. Confía en él, Collei —Nilou palmeó su espalda con cariño. La joven dejó escapar un suspiro, pero no dio respuesta alguna.

Sus sentimientos no eran su tema de conversación favorito, si debía ser honesta. No obstante, junto a estas dos personas, la situación parecía cambiar.

—Cambiando de tema, ¿qué os parece si este verano hacemos una escapada? O cualquier mierda de esas, que me da que los tres necesitamos un descanso —sugirió Cyno, queriendo dejar tranquila a su incómoda mejor amiga.

—¡Ah, cierto! Este verano iremos a un chalé que nuestro padre ha alquilado algo lejos de aquí. ¿Qué os parece si venís? Ha dicho que puedo llevar a quien quiera.

—¿Tighnari va?

—Sí.

—Entonces, de una.

—Interesado de mierda —Nilou cruzó sus brazos y observó de reojo a Cyno, quien simplemente sonrió con falsa inocencia.

—La cuestión es que no lo sabe. Es una sorpresa, porque con todo lo que está viviendo, mi padre y yo hemos decidido darle unas semanas de descanso. Así que no le digáis nada —Collei juntó sus manos a modo de súplica. No quería que su hermano descubriese, por ningún medio, lo que habían planeado para él.

Además, un detalle que había decidido mantener en secreto, es que había planeado distintas actividades y salidas para pasar los días juntos y así no estar todo el día encerrados en el chalé. Esto significaba que si Cyno confirmaba su asistencia, tendría una excusa para hacer que pasaran más tiempo juntos y se conocieran mejor.

Y aunque esto pudiera sonar a que estaba intentando forzar su relación, era justamente lo contrario.

Collei era consciente de la horrible experiencia que su hermano había sufrido con su exnovio, de la misma forma en la que era consciente de que, si Cyno lograba hacerse más cercano a su hermano, incluso permaneciendo como su amigo, podría provocar un impacto positivo en él.

—Está bien. Se lo diré a mi padre, pero sé que no le va a importar. Así que puedes considerarme como parte del viaje ya —justo cuando terminó de decir esas palabras, se dejó caer sobre la cama.

—¿Nilou?, ¿y tú?

—Debo hablarlo con mi madre. En cuanto tenga una respuesta, te avisaré —Collei asintió, sonriente. Eso significaba que muy probablemente podría realizar este viaje con sus dos mejores amigos.

Honestamente, ahora que ambos se habían reconciliado, las cosas eran mucho mejor. ¡Incluso volvían a ser amigos! Esto significaba que Collei ya no tendría que seguir saliendo con cada uno por separado para evitar posibles disputas.

De hecho, Cyno y Nilou parecían bastante cómodos el uno con el otro, como si esos años en los que cada uno había seguido avanzando por su cuenta hubiesen sido justamente lo que necesitaban para volver a la normalidad.

Justo cuando Collei estaba por hablar, el sonido de la puerta de la entrada llamó la atención de los tres.

—Debe ser Candace. Mi padre está en casa y no hay nadie más que tenga la llave —el joven se puso de pie de inmediato, dejando detrás a sus dos amigas.

Era obvio que Cyno quería a su hermana como un niño chico. Cuando estaba con ella, parecía estar estancado en esa tierna edad inconsciente donde las personas que demuestran su amor y preocupación siempre son las más queridas.

Collei y Nilou intercambiaron miradas antes de asentir y seguirlo desde lejos. Pronto escucharon las risas de Candace, abrazando a su hermano de la misma forma en la que Collei solía abrazar a su perro.

—¡Ah, Nilou! ¿Qué haces tú por aquí? —Candace finalmente desvió su atención a las personas que habían llegado tras su hermano, quien casi estaba llorando de la emoción mientras iba a saludar a Dehya también—. ¿Mi hermano y tú finalmente habéis solucionado las cosas? —la pelirroja asintió con una sonrisa.

—Todo es mucho mejor ahora. Volvemos a ser amigos y no hay rencores.

—Me alegra escuchar eso. Con lo linda que eres, me hubiera dado lástima no volver a verte —al acercarse a ellas acarició la cabeza de Collei con cariño. Sabía que acababa de hacer algo bastante feo al ignorarla y quería disculparse de alguna forma.

—Tampoco digas eso —se acercó a ella—. Por cierto, me da que hay algo que Cyno nos ha contado y a ti no. Si quieres, luego nos ponemos al día —susurró Nilou, intercambiando miradas cómplices con quien alguna vez fue su cuñada. Candace sonrió.

—En cuanto se distraigan me lo cuentas. Necesito saber.

—Dejaos de secretitos mientras estamos los demás aquí —se quejó Cyno. Candace y Nilou rieron por lo bajo, como descubriese que estaban hablando de él...

—Eso es que están planeando algo malo —Collei se posicionó al lado de su mejor amigo, demostrando que lo apoyaba.

—Hay que echarlas de casa —Dehya cruzó los brazos por encima de su pecho.

—Otro chistecito y eres tú la que acaba en la calle —aunque su amenaza sería efectiva durante un día, dejaría de tener sentido en cuanto volvieran a su hogar. No obstante, era divertido disfrutar de algo de autoridad de vez en cuando.

El sonido de unos pasos hizo presencia de repente. La otra persona que se encontraba en la casa, es decir, el padre de Cyno y Candace, se estaba acercando a la entrada.

Vestía un pijama con estampado de perros, las chanclas que utilizaban las personas en verano y tan despeinado que parecía una bestia que acababa de despertar tras hibernar.

Su ceño fruncido fue la clara prueba de que venía a quejarse de algo.

—¡Joder, jedad de hacer tanto ruido, que no escucho el libro!

Y entonces, sus amigas finalmente comprendieron a quién había salido Cyno.

Cyno deseó poder escapar de aquel lugar, huir a una isla desierta y esconderse en la arena, allí donde ninguna de estas mujeres fuera capaz de encontrarlo y acribillarlo a preguntas.

¿En qué momento se había convertido en el protagonista de la noche? ¿Y por qué motivo? Que alguien respondiese a esas preguntas, porque él solo sabía que un pajarito (y que no se sepa que ese pajarito era Nilou) le había contado su secreto a Candace y Dehya y ahora todas las presentes querían animarlo para que hablase más con Tighnari.

—¿Podríais simplemente dejar de ser tan pesadas y dejarme hacer las cosas a mi ritmo? —el joven abrazaba su almohada como medio de defensa, manteniendo la espalda apoyada en la pared.

—¿Hacer las cosas a tu ritmo significa estar con tu novia durante cerca de un año extra después de haber descubierto que no sientes nada, pero sigues porque te da vergüenza cortar con ella? —su hermana mayor cruzó los brazos, ojos entornados y voz seria. Ella tuvo que soportar todo ese tiempo las quejas de su hermano menor. Y cada vez que intentaba ayudarlo, Cyno gritaba: "¡Es que simplemente no sé qué hacer! ¡No quiero hacerle daño!", y se echaba a llorar, sin ser consciente de que, de esta forma, también le estaba daño a Nilou, y de paso, también a sí mismo.

—¡No! Esto es distinto, de verdad —admitió, su rostro adquiriendo un tono rojizo debido a la vergüenza que sintió al recordar esos días—. Dadme mi tiempo. Esta vez no quiero cagarla.

—También es cierto que con mi hermano debes andar con mucho cuidado. Es como un campo de minas, un paso en falso y puede no haber vuelta atrás —habló esta vez Collei, quien no había dicho ni una sola palabra desde que entraron en la habitación—. Cyno, lo único que te pido es que aclares lo que sientes por él y que, por encima de todo, lo cuides bien. No quiero volver a verlo sufrir.

—Lo sé, Collei. Lo que menos quiero en el mundo es volver a dañar a alguien porque soy un imbécil —Nilou se sentó junto a él, apoyando su mano derecha en su brazo izquierdo. Los fríos brazaletes dorados que rodeaban sus brazos entraron en contacto con la piel de Cyno, quien sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

—¿Qué le pasó a tu hermano? —preguntó Candace. Como Dehya y ella no lo conocían de nada (solo sabían que era el hermano de Collei), no podían entender de qué estaban hablando.

—Estuvo atrapado en una relación tóxica por más de un año. Su exnovio lo hizo sufrir mucho. Por eso, no quiero que alguien vuelva a hacerle mal —como era obvio, Collei no quiso entrar en detalles.

La más joven de la habitación observó a Cyno en silencio. Si algún día Tighnari confiaba lo suficiente en él como para contarle todo lo que tuvo que vivir, entonces conocería toda la historia.

No obstante, todavía no era el momento de que lo hiciera, ni ella la persona adecuada para contarlo.

—Hmm... Aunque mi hermano es muy inseguro, creo que será capaz de comprenderlo bien —ambos conocían el rechazo y el maltrato. Habían recibido insultos, golpes y amenazas, y habían sido despreciados por otros siendo inocentes.

Aunque sus circunstancias no fueron las mismas, y algunas experiencias no eran compartidas, Candace creía que ambos podrían llegar a comprenderse con mayor facilidad. Una persona que ha sufrido y que lo está pasando mal es más propensa a ser empática con otra en una situación similar.

—Sea como sea, lo que tenga que pasar, ya lo hará cuando sea el momento —Nilou juntó las palmas de sus manos—. ¿Qué tal si mejor hablamos de otra cosa? Ya le hemos dado demasiada atención a Cyno —sugirió, todavía cerca de su exnovio. No parecía tener la intención de marcharse, pues sabía que él se sentía cómodo al tener un apoyo cerca.

—Sí, tiene razón. Me da que lo estamos presionando mucho —Dehya asintió con su cabeza, dándole la razón a Nilou. El pobre chico se había encogido en su lugar. Con sus ojos analizaba a todas, por encima de la almohada.

Cuando una persona sugiere un cambio de conversación, a continuación (normalmente) hay varios segundos de silencio, ya que no suelen hacerse propuestas de un nuevo tema. Cyno, quien había recostado su cabeza sobre el hombro de la pelirroja, decidió romper este silencio.

—Candace, ¿cómo es vivir con Dehya? —su hermana sonrió.

—Un sueño hecho realidad. Tiene gatos, me cocina, lava la ropa y prácticamente hace todo cuando yo no quiero hacerlo —sin mencionar las obvias ventajas de vivir sola junto a su pareja.

—Ya, y la privacidad siempre es un privilegio —comentó su hermano menor por lo bajo—. Ay, me estoy cagando. Ahora vuelvo.

—Eres un cerdo —Cyno le sacó la lengua a Candace antes de escapar de su propia habitación, dejando a las mujeres solas (quienes continuaron charlando como si nada hubiese sucedido).

Una vez fuera de la habitación, Cyno finalmente sintió que podía respirar correctamente. Agradecía a Nilou por permitirle permanecer cerca de ella, pero en estos momentos necesitaba estar solo.

Para evitar ser descubierto, decidió utilizar el baño como escondite. Al llegar, cerró la puerta con pestillo y sacó su móvil, dispuesto a escribirle a Heizou y Aether en busca de apoyo emocional.

Entonces recordó que todavía no le había escrito a Tighnari. ¿Y para eso le había pedido su número? ¿Para dejarlo de decoración, llenándose se polvo?

Sus temblorosos dedos pulsaron las teclas adecuadas para escribir el nombre de Tighnari, sin ningún error de por medio.

Para evitar problemas, había decidido dejar su nombre a secas, si ni un solo emoji o apodo. La última vez que alguien le gustó (Nilou) y decidió ponerle corazones a su nombre, acabó siendo descubierto por un descuido.

Alfombra
Heyy, Tighnari?
Sé que cuando copié tu número me aseguré un par de veces de haberlo hecho bien, pero uno nunca sabe, tal vez esté escribiéndole a un abuelo de 69 años en vez de a ti
Por cierto, siento haber tardado tanto en escribirte, me había olvidado por completo de hacerlo

Mentira. Simplemente le daba vergüenza.

Tighnari
¡Cyno!
Estaba esperando que me escribieras, empezaba a pensar que habías anotado mi número mal

Alfombra
Un segundo, ahora te respondo
Que apesta a porro aquí

Cyno se acercó a la ventana del baño y la cerró. Como sus vecinos eran adictos a fumar, estaba acostumbrado a esto de tener que aguantar malos olores a lo largo de todo el día.

Tighnari
¿Son tus vecinos, o tú?

Alfombra
Oye, un poquito de respeto, que tu hermana está conmigo en casa

Tighnari
Da igual, ya conozco su secreto
Me dijo que tú le vendes los porros

Alfombra
Qué va, a la gente de confianza se los dejo gratis

Antes de darse cuenta, Cyno había comenzado una conversación con Tighnari que se alargó durante más de media hora.

Se encontraba tan inmerso en su propio mundo que no fue consciente del paso del tiempo, no hasta que alguien golpeó la puerta del baño.

—Cyno, ¿estás teniendo problemas para cagar o algo? ¿Se te ha quedado la mierda atascada? Llevas aquí más de media hora —el joven abrió la puerta, mostrando una nerviosa sonrisa mientras permanecía sentado en el suelo, con el móvil en la mano. La persona que había venido en su busca era Collei.

—Perdón, solo quería despejarme un rato y me entretuve hablando con tu hermano.

—¿Desde cuándo tienes su número?

—Se lo pedí la última vez que nos vimos.

—No puede ser, mi mejor amigo está hecho todo un donjuán —un sonido bastante particular llamó su atención—. ¿Has estado aguantándote a que alguien llegara para tirarte un pedo?

—¿Qué? ¡Ni que fuera Aether! —Collei lo observó con los ojos muy abiertos.

—¿Qué acabas de decir? —la expresión de Cyno habló por sí sola.

—Que acabo de soltarte un dato muy privado de una celebridad. Olvida lo que he dicho, bórralo de tu memoria.

—¿Vale...? —la joven estaba confundida a más no poder.

¿Aether...? ¿Estaban hablando de ese Aether?

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