Crónicas de mi Amo, Hijo segu...

By DemiKhalid

105K 5.5K 1.9K

Dafne es una joven franco-americana normal. Su vida transcurre entre un trabajo aburrido, algunas amistades y... More

Hola otra vez, mis Pequeñas Inmortales!!!
Capítulo 1,Temporada 1
Capítulo 2, Temporada 1
Capítulo 3, Temporada 1
Capítulo 4, Temporada 1
Capítulo 5, Temporada 1
Capítulo 6, Temporada 1
Capítulo 7, Temporada 1
Capitulo 8, Temporada 1
Capítulo 9, Temporada 1
Capítulo 10, Temporada 1
Capítulo 11, Temporada 1
Capítulo 12, Temporada 1
Capítulo 13, Temporada 1
Capítulo 14, Temporada 1
Capítulo 15, Temporada 1
Capítulo 16, Temporada 1
Capítulo 1, Temporada 2
Capítulo 2, Temporada 2
Capítulo 3, Temporada 2
Capítulo 4, Temporada 2
Capítulo 5, Temporada 2
Capítulo 6, Temporada 2
Caítulo 7, Temporada 2
Capítulo 8, Temporada 2
Capítulo 9, Temporada 2
Capítulo 10, Temporada 2
Capítulo 11, Temporada 2
Capítulo 12, Temporada 2
Capitulo 13, Temporada 2
Capítulo 14, Temporada 2
Capítulo 15, Temporada 2
Capítulo 16, Temporada 2
Capítulo 17, Temporada 2
Capítulo 18, Temporada 2
Capitulo 19, Temporada 2
Capítulo 20, Temporada 2
Capítulo 21, Temporada 2
Capítulo 22, Temporada 2
Capítulo 23, Temporada 2
Capítulo 24, Temporada 2
Capítulo 1, Temporada 3
Capítulo 2, Temporada 3
Capítulo 3, Temporada 3
Capítulo 4, Temporada 3
Capítulo 5, Temporada 3
Capítulo 6, Temporada 3
Capítulo 7, Temporada 3
Capítulo 8, Temporada 3
Capítulo 9, Temporada 3
Capítulo 10, Temporada 3
Capítulo 11, Temporada 3
Capítulo 12, Temporada 3
Capítulo 13, Temporada 3
Capítulo 14, Temporada 3
Capítulo 15, Temporada 3
Capítulo 16, Temporada 3
Capítulo 17, Temporada 3
Capítulo 18, Temporada 3
Capítulo 19, Temporada 3
Capítulo 20, Temporada 3
Capítulo 21, Temporada 3
Capítulo 22. Temporada 3
Capítulo 23, Temporada 3
Capítulo 24, Temporada 3
Capítulo 25. Temporada 3
Capítulo 26, Temporada 3
Capítulo 27, Temporada 3
Capítulo 28, Temporada 3
Capítulo 29, Temporada 3
Capítulo 30, Temporada 3
Capítulo 31, Temporada 3
Capitulo 32, Temporada 3
Capitulo 33, Temporada 3
Capitulo 34, Temporada 3
Capitulo 35, Temporada 3
Capitulo 37, Temporada 3
Capitulo 38, Temporada 3
Capitulo 39, Temporada 3
Capitulo 1, Temporada 4.
Capítulo 2, Temporada 4.
Capitulo 3, Temporada 4
Capitulo 4, Temporada 4
Capitulo 5, Temporada 4
Capitulo 6, Temporada 4
Capítulo 7, Temporada 4

Capitulo 36, Temporada 3

504 28 13
By DemiKhalid

No sé ni porque me preocupe tanto. ¡Soy una conductora nata! Lo tengo todo controlado. ¿Cincuenta kilómetros por hora es una velocidad normal ¿no? Bueno, algún día llegaremos, lo importante es que lo haremos sanos y salvos.

¿Saben lo que pegaría full ahorita? ¡¡Papas!!

—Pásame las papas, por favor—hizo lo que le pedí, hasta abrió la bolsa por mí.

¡Eso, japonesito, mansito estas más bonito! Me puso una en la comisura de los labios y la comí sin pensar, luego recordé que no quiero nada con él.

— ¡Dame la bolsa! Puedo comer papas sin tu ayuda.

—Tú quisiste conducir..., insististe. ¡Ahora no quites las dos manos del volante ni la vista del camino!—sostuvo otra deliciosa para salada con sus dedos como pinzas y la puso al alcance de mi lengua—Deja que te ayude con esto—ya estábamos cerca del camino de tierra que lleva hasta la mansión.

—Nop...—mi orgullo se irguió—Aguantare hasta llegar—la fritura rozo levemente mis labios.

— ¿Estas segura?—mi nariz esnifo el dulce aroma a grasa saturada y potasio, mi estómago gruño y la papa fue historia—Sabia que tenías tanta hambre como yo ganas de fumar— ¡demonios, estomago! ¿Por qué traicionas al orgullo? No ves lo que le ha costado mantener la frente en alto.

El resto del camino decidí olvidarme de la pena de contradecirme, me centre en el camino mientras la bestia hambrienta que ruge en mi interior se devoraba todo lo que pusieran enfrente.

Si se sirvió de mí a la fuerza, lo mínimo es que me alimente.

Podía sentir su mirada en mi perfil derecho pero no la espié por el rabillo del ojo ni una sola vez.

En esa pequeña tensión se acabaron las papas y el camino de tierra. Con el reto que me suponía aparcar en el garaje mis sentidos estaban tan ocupados con la tarea que la caricia escurridiza logro ir de mi hombro a mi cuello y ahora mimaba mi pelo, se salió con la suya, pero yo también, aunque muy despacio y torpe logre aparcar a la primera.

Mi rostro se sonríe, pensando en que si Jessie fuera mi copiloto ya me estaría diciendo algo como "Lo hiciste, petit, buen trabajo".

—Lo has hecho muy bien—no viene de mi persona favorita en este instante pero se aprecia—Te mereces un premio—y tu un castigo, pensé.

—Ujuhh...—mi rostro debió de reflejas mi enfurruñamiento pues pregunto tímido.

— ¿Estas bien?—por alguna razón su pregunta se siente cual ofensa, me sacudo de la cabeza sus dedos y su suave roce.

—No...—salgo de la camioneta dando un portazo.

Huyo hacia la entrada queriendo evitar otra discusión pero a tres metros de el escalón de entrada oigo tronar a mi espalda una orden autoritaria, irrefutable:

—¡¡Para!! ¡No des un paso más!—me quede paralizada, frenada. Como si aquellas palabras pronunciadas con esa contundencia fueran un encantamiento que me imposibilita moverme.

Cual ola del mar que es estrella en las rocas, su cálido y orgulloso pecho azoto mi espalda, sus brazos se colaron alrededor de mi cintura como el agua de más en el rio, su presencia se impuso como un gran barco que atraca en la playa. Mi nuca cosquilleo por el soplo de su aliento:

— ¿Estas muy enfadada conmigo?—el tono de su voz me insinuaba su tormento.

—Sip...—no te mereces una mentirilla piadosa que te haga sentir mejor, como tampoco que corresponda a este abrazo.

Me da la vuelta como a un trompo y aprisiona mis hombros con sus manos, presionando mi pecho contra el suyo, sometiéndome entre sus brazos.

—Te prohíbo que me odies por mucho tiempo, te ordeno que me des la oportunidad de compensarte por esto ...—¿Cómo la voz puede ser firme y quebrarse a la vez?—y te exijo que no dejes de amarme por un error estúpido.

Mi cuerpo yacía flácido en su abrazo como el de una muñeca de trapo, por primera vez en meses su calidez no consiguió derretirme.

—Hare lo que usted desee, —las palabras salían débiles o muertas por mi labios—... mi Amo. Pero a mi corazón no puede exigirle nada, el no es su esclavo como yo—la sola frase le devolvió el alma a mis palabras.

Deshizo su abrazo y tomo la distancia para verme a los ojos:

—Sé que hubo una época en la que lo repetía hasta el hartazgo, pero sé que fue un error y las cosas han cambiado—sostuvo entre sus manos mis mejillas, como quien sostiene a un recién nacido—Yo ya no te veo más como a una esclava, pero tú sigues siendo mía, porque te quiero y ...

—Eso puedo entenderlo. Lo que no entiendo es por qué todos los empleados de ese restaurant tenían que enterarse—mi voz se fue haciendo más chillona, en aumentaba la velocidad y el volumen.

—Es que no lo sabía...—la gravedad de su voz, su mirada consternada y la curvatura de sus cejas me insinuaban sinceridad—No tenía idea de que estaba allí ocultos...—nuestras frentes se tocaron y analice que lo que decía tenía sentido— ¡créeme!—suplico dulcemente.

—Te creo—aceptar su explicación le devolvió en un instante toda la alegría a su semblante.

—Y yo...—pretendía proseguir, entusiasmado.

—Dije que te creo. Y no te odio, ya ni estoy enfadada—con ayuda de mis manos lo aparte un poco—Solamente estoy triste—su expresión preocupada volvió.

—Dime que necesitas para olvidar este mal momento...—volvió a tomar mi rostro entre sus manos y acaricio con los pulgares mis mejillas—y trabajare sin descanso hasta que lo tengas—proclamo, determinado.

Ojala todo fuera tan sencillo.

—No me olvidaría de esto aunque quisiera—el brillo de la esperanza abandono sus pupilas—Pero no soy codiciosa, Kenji, te perdonaría si tan solo te oyera disculparte.

Tomo una dramática bocanada de aire, apretando los ojos y arrugando toda la frente:

— ¡Arrodíllate!—mascullo entre dientes.

— ¿Qué?

—De rodillas, por favor—poso las manos sobre mis hombros.

— ¿Por qué si no soy yo la que pedirá perdón?

— ¡Por favor! No sé si voy a ser capaz y creo que esto puede ayudar—empujo mis hombros hacia abajo, me forzó a arrodillarme.

—Okey...—me estaba empezando a ofuscar—Ya me tienes a tus pies ¿Qué desea ahora el rey de su va...—mi vista se elevó y vio a un Kenji contorsionando todo su rostro en un tic preocupante.

Tenía una expresión de dolor y el surco profundo entre sus cejas, como si le hubieran tornado las nueces. Abría la boca como para hablar pero en lugar de eso jalaba aire, aun así la cara se le fue tornando roja y luego blanca. Parecía estarse atragantando, sentí miedo al verle así.

Ya con una vena asomándose por su frente tomo una efectiva bocanada de aire, como quien estuvo a punto de ahogarse con agua en los pulmones pero ha conseguido echarla fuera e inhalar un verdadero aliento de vida. Continúa recuperando el aliento con una mueca de auto reproche:

—¡Dime cómo hacerlo en tu lengua!

— ¿"Disculpa" en francés?—solo asintió sin dejar de apretar los parpados—Desolé—le vi tomar una larga inhalación, llenarse bien el pecho.

—Deso...—es como si su lengua se pegara a su paladar y lo dejara mudo de repente—Des... des, de... de—era penoso verle tartamudear así.

En verdad lo está intentando, lo intenta con todas sus fuerzas. ¿Qué se lo impide tan tajantemente?

—Zunim...—¿Qué intenta decir ahora?—Zunim...—creo que es japonés—zuni...—estaba empezando a preocuparme en serio, pareciera que fuera a vomitar o a desmayarse.

—Kenji...—le toma las manos.

—Kumch...—él seguí intentándolo y la cara tornándosele roja hasta las orejas—Kumch... Kum—cuanto más intentaba una letra menos conseguía pronunciar, yo ya estaba asustada.

Sosteniéndome de sus manos me puse de pie, y le pegue unas sacudidas para que respirara.

—¡Kenji, ya basta! ¡Déjalo!—me atrapo nuevamente entre sus brazos y esta vez no pude evitar corresponderle, sintiendo como nos agitaban sus temblores.

—No puedo—hundió su rostro en mi cuello.

—Kenji ¿Quién te hizo esto?—el corazón me latía en la boca.

—No lo recuerdo...—le abrace con fuerza, le temblaba hasta la voz.

— ¿Qué fue lo que te hicieron?—nunca me había sentido tan indignada en mi vida, y ni siquiera sabía que acto era el que me ofendía tanto.

—No lo sé...—acaricio mi espalda e inhalo mi pelo, por unos segundos hasta que se calmó—No pensaba en lo que estaba haciendo. No quería hacerte daño—no tuvo que decirme una palabra más, le creí—Vamos a la cama...—sosteniendo mi nuca unió nuestra frentes— mi cuerpo le dirá al tuyo lo que quieres oír.

Sintiendo el soplo de su cálido aliento en mi barbilla el que me consolara entre suaves almohadas era tentador como un delicioso sufle. Pero una sensación en mi estómago me insinuaba que al final aquello me sentaría mal.

—Necesito un poco de espacio y algo de tiempo...—vi la triste decepción en sus ojos y me conmovió, pero no cambie mi parecer—De verdad quiero estar sola esta noche—acariciando mi mejilla soltó un desganado suspiro, pero asintió resignado.

—Está bien. Pero mañana hablaremos...—se me escapo una risa.

—Kenji, eso es todo lo que yo quería en un principio...

Kenji llega del restaurant griego a la mansión, en la limosina. Debido a que le ha dicho al guarda espaldas que conducía que pisar el acelerador. Llegan justo detrás de Sergio que lleva a Dafne en la camioneta.

El intenta alcanzar pero ella le lleva unos metros de ventaja y camina muy rápido para andar en tacones.

Ya dentro de la mansión está a punto de alcanzarla al pie de la escalera; pero Sergio aparece de la nada (como es usual) y le estorba el camino.

— ¡Dafne!—la llama, pero ella le ignora.

Quiero rodear a Sergio pero este extiende los brazos como jugador de baloncesto.

—Kenji, déjalo estar por hoy. Vamos a por unos tragos— (se refería a ir al minibar del salón multiuso, no a ir a un bar).

—No tengo tiempo para eso ahora, Sergio. Quizás otro día—volvió a intentar rodearlo pero inamovible como la misma muralla él lo bloqueaba— ¡Déjame pasar!

—No puedo dejarte pasar en tu estado. Kenji, por favor, sígueme la corriente esta vez y vamos a tomar algo—Sergio hablaba atropellando las palabras, algo nada usual en él.

— ¿Qué estado?

—Estas alterado. La damita suele salir mal parada en los casos en los que te alteras—hablaba cual ametralladora—Tu bien sabes que mi lealtad es para contigo y siempre lo será, es por eso que no voy a dejar que vayas tras ella para que traiciones tus propios deseos. Sé que no quieres verla herida, por eso me tienes protegiéndola. Tú y yo, sabemos que no controlas bien tu ira. Y yo sé que no tendre cara para mirarla si dejo que esto vuelva a ocurrir. Además...—era como un potro desbocado, no podía parar.

— ¡Basta, basta, basta!—enseño Kenji las palmas en son de paz—Sergio... claramente eres tú el alterado, no yo. ¡Respire!—como buen soldado cumplió la orden—¡Mírame! Tú me conoces ¿Me veo furioso o alterado?—negó tragando saliva.

—No, Kenji—acepto.

—No voy a castigarla o a regañarla. Solo quiero hablar con ella, necesito hablar con ella.

— ¿Qué fue lo que paso? Está muy molesta.

—Descubrió lo de las cámaras en la universidad.

— ¿Cómo lo descubrió?

—Yo se lo dije.

—Caray, Kenji, es que no le sueltas algo como eso de buenas a primeras. No estaba preparada emocional o mentalmente.

ؙ—Sabes que no sirvo para hablar con rodeos. Eso es cosa tuya.

—De todos modos tomémonos una copa de vino. Mañana ya se le habrá pasado un poco la impresión y será más fácil hablar con ella.

—No, ha habido un malentendido y debe aclararse lo antes posible.

—En ese caso, buena suerte—le dio un apretón de manos y se apartó dejando el camino libre.

Acabo de darme un baño, en la bañera del antiguo cuarto de Dafne. La convencí sin mucho esfuerzo de que fuera a dormir a nuestra habitación, porque dormiría aquí esta noche, espero que solo esta noche.

¿Por qué no acepte la oferta de Sergio? Si de todos modos acabe tomando. De haberle hecho caso ahora solo estaría un poco tomado; no tomado, muy jodido y aun ansioso.

Me fumare un cigarrillo y luego intentare dormir. Busco en la bolsa y lo primero que saco son los condones; que no necesito usar pues Sergio le pone a Dafne su inyección anticonceptiva sin falta cada mes, pero por lo que significo comprarlos valen totalmente la pena. Luego saco la cajetilla, tomo uno y lo sostengo entre mis labios, reviso el bolsillo izquierdo del pantalón colgado en una percha... pero no encuentro nada, en el otro bolsillo tampoco hay nada. Juraría haberlo tomado de la oficina de abajo antes de salir, creo k lo perdí.

Podría ir a la cocina a ver si doy con un fosforo, pero ... no, estoy muy cansado, ya si acaso otro día.

Mientras tanto, al otro lado del segundo piso de la mansión, en el dormitorio del ala oeste, Dafne esconde un encendedor bajo la ropa de una gaveta del armario. Sonríe satisfecha y va a la cama, donde la espera una bandeja para comer en la cama repleta de las sobras de la cena del restaurant griego.

Toma uno de los envases de foam para llevar y lo ataca voraz.

Hola, mis Pequeñas Inmortales!!! como están? 

Que les ha parecido el cap de hoy?

Cual será la experiencia traumática que le impide a Kenji disculparse? Les gustaría hipotetizar? Les diré si aciertan.

Hasta pronto.  

Continue Reading

You'll Also Like

2M 95K 66
La asesinaron un 23 de octubre, y desde entonces todos se preguntan: ¿Qué le pasó a Elizabeth Parker? Venus, la protagonista, tras el reciente asesi...
21K 1.2K 27
El tiempo pasa rápido cuando no esperas nada de nadie. "Mi padre me rompió el corazón, es por eso que me enamoro de todos los chicos que me demuestr...
22.4K 2.3K 44
Un omega embarazado que intenta buscar felicidad y un encuentro del destino que cambia su vida. IMPORTANTE: •esta historia esta hecha desde mi imagin...
3.5K 146 29
Theodore es un niño huérfano que fue encontrado y llevado a Playtime. Co, pero en esa Fábrica se escondía tras las sombras una tortura para todos, un...