Pasaron días, y las cosas entre Logan y Janette se hacían cada vez más fuertes. Para el uno al otro, se convirtieron en una necesidad para vivir. Las cosas con Scott ya fueron olvidadas, pero él seguía sin estar con Jean. A veces se echaban miradas que decían "te echo de menos...", pero nadie daba el paso. Todos notaban eso, pero no decían nada al respecto. Charles le contó finalmente lo que le sucedía a Janette con su mutación. Ella le preguntó si corría el riesgo de hacer daño a la gente que la rodeaba, y Charles le dijo que no. Janette podría controlar perfectamente la mutación porque comenzó con un punto muy diferente al de Charles, más fácil. Así que no había problema.
Logan y Janette estaban ahora en el gimnasio, entrenando a solas.
-¿Lista para la derrota? - preguntó sarcástico Logan.
-¿Recuerdas que tengo una súper fuerza? - rio Janette vacilante.
-No comencemos a hablar de las cosas que tiene cada uno... Lo que importa, es que te voy a ganar... Sea como sea... - vacilaba Logan sonriente.
-¿Sabes qué? Menos cháchara – dijo Janette, e hizo que Logan cayera al suelo.
-Tú misma... - sonrió Logan desde el suelo.
Ambos comenzaron a luchar intentando no causar grandes daños entre ellos. Logan dando puñetazos y Janette los esquivaba con su agilidad. Esta vez, fue Janette quién atacó. Buscó los puntos débiles de Logan e hizo que cayera al suelo rendido. Logan, aún tumbado en el suelo, se quitó los guantes de boxeo. Janette le miró con una sonrisa triunfadora.
-No has ganado, me he dejado... - excusó Logan sin moverse del suelo.
Janette se rio, se puso encima de Logan y le plantó un beso en los labios.
-No te enfades... - le murmuró Janette acariciándole el rostro -. Yo te quiero...
Janette impidió que Logan dijera nada a costa de besos apasionados.
-¿Qué pretendes...? - preguntó Logan sonriente entre besos, pero Janette no lo hizo caso, solo siguió besándolo - ¿Es que quieres continuar esta conversación en otro lugar más... privado?
Janette espetó a carcajadas y respondió levantándose del suelo:
-No.
-Vaya... Y yo que quería continuarla... - se quejó Logan levantándose también del suelo.
Janette se quitó los guantes de boxeo sin esperarse que Logan la abrazara por la espalda.
-¿Qué haces? - sonrió Janette, volviendo a sentir de nuevo esas maripositas en el estómago.
Logan no respondió. La besó en la mejilla, siguiendo una camino de besos hasta el cuello.
-Para – le dijo Janette al borde de un ataque de risa.
-¿Por qué...? - murmuró entre besos.
-Por que me haces cosquillas – dijo intentando deshacerse de los fuertes brazos de Logan.
-¿A sí...? - dijo vacilante - ¿Dónde?¿Aquí?
Y comenzó a darle más besos en el cuello.
-¡Para! - exclamó Janette desesperada entre risas.
-Vale, vale – se rindió Logan sonriente -. Anda, ahora toca ir al simulador.
Juntos fueron al simulador, para que Janette entrara en acción. Logan se fue a la cabina para observarla y ella entró sola al simulador. Comenzó a luchar contra varios "robots" con su fuerza y agilidad. Pero, por un despiste, Janette se llevó un corte en la barriga. No le hizo demasiado caso, pero el proceso de curación le era doloroso. Terminó de un puñetazo con el robot y, como ya no habían más contrincantes, se tiró al suelo por el dolor.
-Janette – apareció Logan preocupado yendo hacia ella -. ¿Estás bien?
-Sí... Ya sabes que el proceso es doloroso... - murmuró mientras intentaba levantarse, pero volvió a caerse a causa del insoportable dolor.
-Ven aquí – murmuró Logan cogiéndola en brazos.
La llevaba en brazos hacia su habitación. Salieron de la sala de simulación y del pasillo de los X-Men. La escuela estaba silenciosa, solamente se escuchaba algun que otro ruido en alguna sala o habitación. A medio camino, Janette le dijo a Logan:
-Logan, ya puedes bajarme. Ya estoy bien.
Él hizo caso omiso.
-Logan...
-¿Hm? - sonrió sin mirarla.
-Ya puedes bajarme.
-No, gracias – sonrió aún sin mirarla.
Janette, con las cejas alzadas, no dejaba de mirarlo sonriente. Llegaron al umbral de la puerta de la habitación de Janette y esta vez si que la bajó al suelo, entraron los dos y lo primero que hicieron fue tumbarse en la cama.
-Como te he echado de menos... - cerró los ojos sonriente Janette -. Mi dulce cama...
Logan se rio y, sin que ella se lo esperara, le dio un beso.
-Me voy a mi habitación a cambiarme – se despidió Logan.
-Vale – dijo sin levantarse ni abrir los ojos Janette.
Logan se paró y cruzó los brazos al ver que Janette ni movía un pelo, así que retomó su venganza de cosquillas.
-¡Logan! - exclamaba entre carcajadas - ¡Para! ¡Por favor!
-Solo si aceptas cenar esta noche conmigo – paró de hacer cosquillas para decirle eso algo más serio.
-Siempre ceno contigo – le dijo Janette sonriente.
-Ya sabes a lo que me refiero... - suspiró él – Esta noche, tu y yo.
-¿A dónde?
-Ya verás... - sonrió – Tú solo espérame a las nueve en el aparcamiento.
-Me das miedo... - bromeó Janette.
-Hasta luego – rio Logan.
Le dio un beso y se fue. Janette se había quedado intrigada por la cita que Logan había planeado. Se fue a tomar una ducha y se cambió con un atuendo más bonito. Salió de la habitación y llamó al cuarto de Logan para ver si ya estaba.
-Adelante – escuchó desde a dentro.
Al abrir la puerta, vio que Logan terminó de vestirse.
-¿Me vas a decir a dónde iremos? - preguntó Janette cerrando la puerta.
-No seas impaciente – rio Logan yendo hacia ella -. Te va a gustar, ya verás, pero tendrás que esperar.
Janette asintió pesadamente y Logan se echó a reír a carcajadas. Janette se abalanzó hacia Logan y le dio un fuerte abrazo, que él correspondió.
Ya en la noche...
Janette estaba en su habitación cambiándose para la cena. No se había puesto nada del otro mundo, pero le quedaba muy bien. Eran casi las nueve, así que se puso rápidamente los zapatos y salió escopeteada hacia el aparcamiento, pero por el camino se encontró a Kitty y a Tormenta.
-¿A dónde vas, Julieta? - bromeó Tormenta.
-Logan me está esperando, nos vamos a cenar por ahí... - sonrió algo tímida.
-Pasadlo bien – sonrió Kitty pícaramente.
Janette salió corriendo hacia el aparcamiento y, debido a que no veía nadie, decidió esperar en la entrada, pero, segundos después, una luz proveniente de un coche, se encendió. Janette se dio la vuelta y se percató de que era Logan con el descapotable de Hank.
-Al final te pedirá alquiler – sonrió Janette.
-Anda sube – rio él.
Janette subió al asiento del copiloto, le dio un beso a Logan y este la llevó hasta el lugar que mantenía en secreto. Mientras iban por la oscura carretera, Janette encendió la radio para así escuchar la canción que estaban reproduciendo: Gold de Imagine Dragons. De pronto, Janette comenzó a cantarla, porque la conocía. Janette hacía movimientos graciosos adrede y Logan no podía evitar soltar alguna carcajada al verla. La canción terminó, y al instante, la emisora puso otra: The Only Exception de Paramore. Al escucharla, Janette se quedó parada mirando a la radio con una pequeña sonrisa. Aquella era la canción que sonaba mientras ella y Logan bailaban en el baile de fin de curso, y la primera vez que Logan besó a Janette. Logan también se percató de aquello y le dedicó una tierna sonrisa, sin decir nada, solo con la mirada. Logan volvió la vista a la carretera, pero Janette lo seguía mirando sonrientemente. De la nada, se levantó de rodillas en su asiento y se acercó a Logan para depositar un beso en la mejilla. Janette se acercó lo máximo posible sin molestarle y apoyó su cabeza en el hombro de este. Varios minutos pasaron para que Janette se percatara de que entraban hacia el bosque.
-¿A dónde me llevas? - rio Janette sorprendida.
-Ya lo verás...
-Espero que no sea una casa de esas abandonadas – bromeó Janette.
-¿Por qué?¿Tendrías miedo? - vaciló él.
-No, te protegería para que no salieras pitando del miedo – se la devolvió, y Logan soltó una carcajada.
-Bien, cierra lo ojos – sonrió Logan al percatarse de que estaban cerca – Tápate los ojos con esto.
Y le entregó un pañuelo.
-¿Me vas a secuestrar? - preguntó ella bromeante.
-Creo que ya lo he echo – sonrió él, y ella resopló.
Janette se puso el pañuelo tapándose los ojos y fue guiada por Logan sin poder ver nada.
-Vale, ya puedes quitártelo...
Janette se quitó el pañuelo rápidamente y, pudo ver con claridad gracias a la brillante luna, un puente de madera que encima de él había una mesa, dos sillas, una vela y la cena acompañada de una botella de vino.
-Va muy enserio – intentaba guardar la risa, ¡¿de dónde sacas el tiempo para hacer esto?!
-Contactos... - se hizo el misterioso.
-Ya... Contactos... - sopló ella sonriente.
Juntos fueron hacia la mesa y cenaron en una dulce velada. Habían risas y conversaciones, y algun que otro beso. Llegaron al postre: flan acompañado de una copa de vino.
-¿Por qué? - soltó Janette calmada.
-¿Por qué, qué?
-¿Por qué has echo esto?
Logan dejó la copa de vino sobre la mesa y le respondió:
-Para pedirte disculpas.
-¿Dis... culpas? - preguntó confusa.
-Por haber dudado de ti – dijo algo avergonzado -. Por lo de Scott.
Janette alzó las cejas con sorpresa y también dejó la copa de vino sobre la mesa.
-Logan, no debes disculparte – le murmuró Janette -. Yo también habría reaccionado así, supongo. No sabías qué estaba ocurriendo cuando entraste en la habitación, y es normal que saques tus conclusiones... Así que, te agradezco esto pero... no debes disculparte...
Logan volvió a sonreír tiernamente al oír sus comprensivas palabras.
-Tú y tu comprensibilidad... - murmuró sonriente Logan.
-Yo lo llamaría más ser razonable... - bromeó ella.
Logan le dedicó una sonrisa y, de la nada, salió pitando hacia el coche, y encendió la radio. Volvió junto a Janette, le tendió la mano y le preguntó:
-¿Me concedes este baile?
Janette aceptó su mano y comenzaron a bailar al ritmo de la canción que sonaba en la radio: You are not alone de Michael Jackson.
Ambos disfrutaban del lento ritmo al que sus cuerpos de movían en un confortable abrazo. Janette cerró los ojos mientras apoyó su cabeza en el hombro de Logan. La canción terminó, pero siguieron bailando hasta esperar la siguiente canción.
Las horas pasaron. Se lo habían pasado de una forma tremenda entre risas, besos y abrazos, pero decidieron que ya era hora de volver a la escuela, ya que se hicieron más de la una de la noche. De camino, Janette se quedó dormida y al llegar, Logan la sacó delicadamente del coche para llevarla en brazos hasta su habitación. Logan subió las escaleras intentando hacer el mínimo ruido para no despertar a nadie, ya que supuestamente todo el mundo estaba dormido. Una vez en el umbral del pasillo de las habitaciones, una voz sonó detrás de él.
-Veo que habéis tardado bastante.
Logan se giró cautelosamente y vio a una Tormenta con los brazos cruzados y una sonrisa ladeada.
-Buenas noches – susurró Logan sin comentar lo que dijo.
-Buenas noches – respondió con un hilo de voz.
Y Logan emprendió su camino de nuevo. Al llegar a la puerta de Janette, se las arregló para abrir la puerta con el codo y entró sin que Janette se diera un golpe. La tumbó en la cama, le quitó los zapatos, le dio un beso en la frente y se fue a descansar a su habitación.