Hola 2/2
El ruso se encuentra sentado en un sillón dentro de la habitación, la ninfa que tiene por esposa está recostada sobre suaves almohadas en una posición cómoda que le permita amamantar. Han pasado 2 semanas desde que despertó y aún le queda una para poder levantarse de la cama.
En el tiempo que lleva convaleciente ha contado con la ayuda del ruso para ir al baño, bañarse y vestirse. La princesa no deja de venir todos los días para saludar a su madre y hermanitos, buscando sus mimos de la suerte para seguir con sus actividades normales. En ocasiones el ruso se metía con uno de los bebés a la ducha, se bañaban con agua caliente y era gracioso ver como el ruso salió oliendo a jabón de bebe. Es increíblemente sexy verlo con una toalla en la cintura sosteniendo a un bebe, porque contrario a quitarle lo atractivo se veía…hum.
Las cosas en cuanto a la Bratva van bien, Rick vive con Sam y juntos han iniciado la manera de recuperar su relación, la doctora asiste a terapia psicológica para hablar de su trauma y poco a poco logra hacer un avance para aceptar a sus hermanas en su vida. No es que a Emma le importe realmente de si la va a aceptar, pero se alegra de que avance y salga de ese pozo depresivo donde ella tantas veces estuvo. Rachel sigue en su tira y afloja con el coronel, en cuanto a Patrick y Alexa, lograron que Gehenea suministrara una cura y hasta el momento la pelinegra está reaccionando bien al medicamento, es un avance lento, pero seguro y constante.
Las cosas con Ilenko se han ido mejorando, la relación de ambos no es tan buena como cuando Emma vivía en una nube de felicidad e ilusión adolescente, pero han logrado congeniar un poco y llevarse bien por la seguridad de sus bebés. Al menos ahora la pelinegra no es tan sarcástica o intolerante con él, principalmente porque cuenta con su ayuda para movilizarse por toda la habitación.
La mirada sigue siendo pesada, más concretamente en el área de su pecho y aquello le enciende las mejillas, sabe que es una tontería, pero el embarazo la tuvo en un estado de constante calentura y en muchas ocasiones masturbarse no servía de a mucho, no cuando ya estabas acostumbrada a un inmenso y poderoso hombre ruso dispuesto a meterse entre tus piernas y comerte entera, siendo una vista muy pornográfica.
-Emma- llama el ruso y sabe, por el tono que emplea sobre lo que quiere hablar.
Toma aire y cierra los ojos un momento, antes de sacar el pecho de la pequeña boquita de su bebe y acomodarlo para sacarle los gases. El ruso se acerca para acomodarlo en su pequeña cunita mientras ella toma al otro infante y lo acomoda para que coma también. Los niños tenían su propia habitación, pero de momento están durmiendo con su madre. Ilenko no quiere arriesgarse a que algo les pase y sabe que con la pelinegra estarán seguros.
-No sé quién fue, ese día estaba algo incómoda. Desde temprano en la mañana los gemelos estaban pateando con mayor fuerza, tenía dolor bajito y dolor de cabeza. Por eso me retiré mucho antes de “esa fiesta” que hicieron y decidí dormir un rato, al levantarme le pedí unas cosas a las esclavas dentro del cuarto y me metí a bañar. Cuando ya me preparaba para salir a cambiarme rompí fuente, pedí ayuda, grite y grite, pero nadie entraba y al llegar a la puerta descubrí que me habían encerrado, como pude volví a entrar a la bañera y lo demás ya lo sabes.
- ¿Qué les pediste a las esclavas que hicieran?
-A una le solicite que fuera por comida, a otra que climatizara la habitación, estaba muy fría para mi gusto y a la última que te notificara mi malestar, me sentía extraña. Sabía que algo no estaba bien.
- ¿Por qué no hablaste desde que empezaste a sentir las molestias?
-Todos estaban muy estresados, no les veía importancia y tampoco quería molestar.
-No eres una molestia ved´ma y menos con los temas referentes a nuestros hijos.
-Bien-murmura ella mirando fijamente a su bebito, repasa los dedos con suavidad sobre las hermosas facciones de su bebe, es idéntico al padre, pero eso no quita que sea bello y tan lindo.
-No te he dicho lo orgulloso que estoy de ti y de ellos ved´ma-susurra dando un pequeño beso en la cien, acercándose cuando ella no se dio cuenta-y lo mucho que te esforzaste por ellos, los trajiste al mundo sola, otra vez-dice ahora, la frase final contiene un toque de impotencia y rabia que la sorprende. Por lo que solo se limita a tomarlo de la mano y apretársela firmemente, buscando su mirada y sonriendo, antes de retirarla y fijarla nuevamente en su bebe. No tienen nada más que decir.
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Los prisioneros se apretaban contra las paredes, buscando escapar del león que caminaba a sus anchas fuera de sus celdas rugiendo ocasionalmente como diversión. Llegó a la última celda y el chillido que provino de ahí lo llenó de satisfacción, pero eso no era suficiente para la sed de sangre que lo recorría. Su esposa dio a luz sola, otra vez. No estuvo para ella cuando más lo necesito, tampoco estuvo para ver el nacimiento de sus hijos cuando ya lo había prometido.
Odiaba romper promesas.
-Mi Boss, por favor perdóneme. Le juro que no...yo no-murmuraba como podía la esclava, estaba golpeada, tenía un pómulo inflamado y el ojo derecho casi que no lo podía abrir bien, por la comisura del labio corría sangre, estaba desnuda, con hematomas que escasamente se podían ver debido a la mugre en la que estaba revolcada, un olor nauseabundo emanaba de ella.
- ¿Quién? -preguntó con rabia
-No puedo. Yo no
-Pregunte ¿Quién?
-No puede, lo siento, no puedo-murmuró llorando.
-Bien-contestó antes de tomarla por el pelo con su mano enguantada y arrastrarla hacia una celda específica. Había un pequeño bombillo en el techo que iluminaba lo suficiente la estancia, el único objeto dentro del cuarto era una mesa de instrumentación quirúrgica y las cadenas que estaban pegadas a la pared.
Las cuales no tardaron en rodearle las piernas y mantenerlas sujetas. El Boss no tenía muchas ganas de gastar su tiempo torturándome, sabía que ella era un simple peón más y necesitaba a la hiena detrás de este plan para hacerla pagar. Inició con golpes, azotes con un látigo lleno de pequeños clavos en la punta, los cuales aseguraban aberturas en la piel. Posterior a eso, empezó a hacer cortes, heridas que cosía con alambre y después bañaba en alcohol, aumentando la tortura. El león se paseaba arriba y abajo rugiéndole cerca y haciéndole despertar en aquellos momentos cuando el dolor era tan intenso que la hacía desmayarse.
Luego inicio con la transmisión de corriente, pequeños choques que la hacían tensarse, pero no los suficiente fuertes para enloquecerla o hacerla morir y luego vino la tortura mental, combinada con la necesidad apremiante de cumplir con todas sus funciones fisiológicas La privaron del sueño bajo la amenaza de cualquier ataque furtivo en la noche, le privaron un baño donde hacer sus necesidades, por lo que se vio obligada a hacerlo frente a los otros prisioneros que la acompañaban. Le privaron de la comida y al cuarto día ya se veía haciendo de todo para conseguir un bocado. Finalmente, con la resistencia por el suelo contó cómo fueron los hechos el día en que nacieron los hijos del Boss.
Escena Retrospectiva
Poco después de que la pelinegra entrara a la ducha, Mila (así se llama la esclava), le pidió a la encargada de prender la chimenea que se fuera a descansar, porque recientemente había estado enferma y no se había mejorado del todo. Cuando llegó la otra esclava, encargada de traer algo para comer, la detuvo en la entrada de la habitación y le quitó la comida, para luego pedirle que se retirara a hacer otras funciones. Ingresó de nueva cuenta a la habitación y con paso sigiloso se acercó a la puerta del baño y destruyó la cerradura.
Para su suerte la pelinegra tenía la costumbre de bañarse con música, así que no escucha absolutamente nada.
Al inicio se sintió culpable, pero recordando lo prometido se llenó de determinación y cerró la puerta del cuarto, custodiando la entrada y evitándole el paso a cualquiera. Los voyevikis encargados de la seguridad de la Koroleva también se habían dejado comprar, así que no se encontraban por ahí interponiéndose en su camino.
Un grito proveniente del cuarto la hizo estremecerse y las palabras de auxilio seguidas a él la hicieron temblar, el dolor que transmitían la tenían pálida y sin notarlo las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Quería flaquear, tenía tantas ganas de ayudar a la pelinegra, aquella amable mujer que la trataba bien, que era amable y no las hacía sentir menos que un humano, aquella luz vibrante y encantadora que la deslumbraba siempre. Pero se paró firme e ignoró cualquier rastro de cursilería, necesitaba el dinero, sabía la posición de la pelinegra en la organización, todos hablaban de la poquita estima que el Boss mismo le tenía y no sería nada productivo ni beneficioso para ella el que la apoyara.
Pronto habría una nueva Koroleva y apoyar a la actual le designaría un mal final.
Siguió estoica frente a la puerta, el sudor corría por su cuerpo y se sentía fría, un tinnitus invadía sus sentidos. Tenía tantas ganas de vomitar y estas se afianzaron cuando poco después de un tenso silencio, un pequeño llanto llenó la estancia. Su koroleva dio a luz, en el baño. Sus piernas no pudieron sostenerla más y con mucho esfuerzo logró levantarse 15 minutos después, cuando ya no se escuchaba nada.
Fin de escena retrospectiva
-Antes de eso, quiero saber quién te contrato y por qué ¿Soy claro? - pregunto Preguntó con aún más rabia, su mujer sufriendo porque estaba dando a luz sola, mientras gritaba por auxilio y nadie estuvo al tanto. Pudo haberlos perdido…haberla perdido, sin hacer nada para poder impedirlo. La visión de ella en el estado en que la encontró vuelve a gobernar su mente y la rabia incrementa cada vez más.
La mujer se negaba a contestar
- ¿Quién? -preguntó con mayor rabia a cada instante, sin tiempo a esperar manipuló las cadenas, de modo que sus piernas quedaron separadas, dejando entrever con más claridad el vello púbico. Una orden y la mujer se encontraba empapada de pies a cabeza, con las gotitas de agua deslizándose por el cuerpo- ¡Contesta! -alzó la voz y sin pena ni gloria ajustó la carga y puso el teaser en la zona genital de su prisionera. El agua es un excelente conductor de la electricidad y para desgracia de la esclava no tenía la suficiente potencia para matarla.
- ¡Fue minina mi Boss! ¡Fue su sumisa!
La mirada del ruso se entrecerró y con fuerza alzó el mentón de la mujer que lloraba desconsolada, esperando una muerte rápida.
- ¿Quién? -por más que preguntaba, la esclava no respondía. Hastiado de eso, el ruso tomo el teaser y lo enterró en la cavidad vaginal de su víctima, violentándola en el acto y sin esperar una súplica encendió el aparato, los gritos surgieron con mayor fuerza y la sangre goteaba por las piernas.
-Minina, mi Boss. Fue ella
- ¡Habla! -le ladra con furia
-Ella se me acerco una noche cuando ya todos en el palacete estaban durmiendo, poco después de que Celia estipulara quienes se iban a hacer cargo de las necesidades de la Koroleva en su estadía en el palacete. Su sumisa al parecer no la tiene en alta estima y me ofreció una enorme cantidad de dinero para ayudarla a deshacerse de la koroleva-toma aire lentamente-Dijo que dentro de poco ella seria la nueva koroleva y se haría una limpieza general una vez se fuera, porque todo aquel que sirvió a la James tendría que irse y yo solo tengo este trabajo, debo alimentar a mi hijo, no puedo perderlo. En cambio, la koroleva ya tiene una hija no le afectara mucho la perdida de otro.
- ¿A qué te refieres con la perdida de otro? -pregunta con el ceño fruncido y la furia clara en sus facciones, los puños se aprietan al lado de su cuerpo y esta tratando de reprimir la ira que lo gobierna.
-Minina dijo que ningún otro bastardo podía nacer de la pelinegra, que el próximo hijo del Boss debía nacer de ella y si me aseguraba de que aquello pasara ella podía asegurarme el puesto actual de Celia, por eso lo hice mi Boss, lo lamento-la mirada gélida que le dedica le hace saber que no debe quedarse callado-durante el poco tiempo que ha estado la koroleva aquí me he asegurado de que en cada comida se le suministre medicamentos en polvo para adelantar su parto, se supone que ella tiene tan solo 6 meses de embarazo y si puede llegar a dar a luz sola el bebe no demorara mucho en morir.
-Con lo que nunca contaron es que Emma no tuviera 6 meses de embarazo, ni que fueran 2. De eso nos aseguramos bien-dice al aire-Es una lástima que aun así pierdas a tu hijo, tanto sacrificio para nada. Ya saben que hacer-habló bajo el ruso, no iba a gastar más energía con aquella esclava. Además, ya era hora de volver con su familia.
Los boyevikis no se hicieron esperar y tomando el teaser por el mango lo ensartaron en la cavidad vaginal de la esclava antes de encenderlo, enviando corriente a lo largo de su cuerpo y deleitándose con sus gritos y sangre. A lo largo de las horas su tortura se va alargando, intercalada con cortes, golpes y un sinfín de laceraciones que la tienen sintiéndose débil, cuando siente que se va un baldado de agua fría la despierta. Ya no sabe cuántos minutos, horas o días lleva encadenada, pero sabe que está en el infierno aun sin haber muerto.
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Al ingresar a la habitación se encuentra con la vista de su esposa en cama con un bebe en brazos alimentándolo con un biberón, mientras el otro se encuentra durmiendo a mitad de la cama en compañía de su hermana mayor, quien tiene una tierna pijama de ositos y el cabello rubio desparramado sobre toda la cama.
La imagen que da toda su familia reunida se siente como un latigazo en el pecho y por un breve momento se olvida de como respirar. Hace pocos meses atrás estaba motivado únicamente por la venganza y las ganas de acabar con el mundo, ante la desazón de la perdida de Vladimir.
Pero ahora se encontraba ahí con el corazón palpitándole muy rápido mientras observaba a los 3 pequeños seres que le daban ganas de vivir, el underboss siempre sería una herida abierta y dolorosa, pero la presencia de aquellos seres aminoraba su dolor.
-Parece que este va a ser muy glotón-murmura bajo sorprendiendo a la pelinegra quien presenta un ligero sobresalto ante lo concentrada que estaba.
-Si, Antón es un tragón. Mantiene más despierto que su hermano por las continuas ganas de comer, quiere estar prendido siempre-contesta con un cariño y diversión tintando su voz.
El amor que siente por sus hijos se nota en la manera de hablar, en la sonrisa que le aparece en el rostro cuando los menciona y en el brillo que adquiere.
No tarda en pedir uno de esos tés con manzanilla, miel y hierbabuena que le gusta tomar. Según ella para estimular la producción de leche.
- ¿Te sientes bien? -pregunta cuando la ve removerse algo incomoda sobre su puesto, a los minutos de haberse tomado el té. La mueca de dolor que hace es muy notoria, aunque trate de hacerla pasar desapercibida.
-Si, solo que sabe un poco raro, además tengo dolores muy bajitos. Se que el nacimiento de los gemelos no fue la adecuada y que me lastime mucho en el proceso, pero para este punto no debería de estarme sintiendo tan mal-el gemido que lanza le indica el nivel de dolor que padece y antes de que el ruso pueda reaccionar la pelinegra ya está empujando contra sus brazos al bebe y cuando se asegura de que lo tiene se dobla hacia al frente con una palidez abismal y se dedica a vomitar.
Las arcadas no se detienen y las lágrimas que salen de sus ojos tampoco, el retorcijón de su cuerpo y la fuerza que hace a la hora de vomitar le causa dolor y un poco de presión en la región baja y cuando menos lo espera, siente como sale algo de su interior.
Sin importar despertar a los infantes dentro del cuarto, el ruso grita por un médico cuando ve vomitar a su esposa con tanta furia y cuando nota por el color que va tomando la sabana la cantidad de sangre que está derramando. Los niños aun medio dormidos y agitados son llevados a otra habitación por su respectivo krysha en compañía de Aleska.
-Ved´ma-murmura una vez la pelinegra para de vomitar y puede encontrar la manera de ponerse a su altura.
-Tengo miedo, Ilenko. Estoy aterrada, no me siento bien, siento…siento que algo aquí no está bien. Temo por la vida de nuestros hijos-dice entre hipidos y lágrimas, los labios están pálidos, el cabello negro un toque más opaco y se puede notar a simple vista las enormes ojeras que posee, además de pequeños vasos venosos a lo largo de su rostro.
-Tranquilla, lo solucionaremos-es lo único que puede decir antes de acomodarse a su lado en la cama y darle un abrazo buscando reconfortarla. A la llegada del médico se le vuelve a poner los puntos, que se abrieron ante la fuerza que ejercieron sus músculos en ese pequeño momento. Se le puso otra unidad de sangre, para tratar de recuperar la perdida y se toman muestras para analizarlas en un laboratorio. A las horas el doctor vuelve a aparecer y por el rostro que tiene sabe que sus noticias no son buenas.
-Trataron de envenenarla mi Boss-dice con algo de tembladera-de acuerdo a los análisis realizados en su sangre se detectó niveles de mercurio, este metal pesado no debería estar ahí y si bien no tiene un valor exagerado, ni representa mayor daño para su salud actualmente, si suponemos que alguien la hizo ingerirlo con tal de envenenarla.
- ¿Envenenarme? Oh dios ¿Y mis hijos? ¿le paso algo malo a mis hijos? ¿pude causarles daño al amamantarlos y trasmitirle todo eso?
-No señora. Tranquila, si bien se descubrió mercurio en su sangre, los niveles no son tan exagerados para causar en usted daños. Por lo visto ese mercurio vino a aparecer recientemente, aproximadamente unos 3 días y si no estoy mal en esos momentos los gemelos tuvieron que consumir leche de formula, por el nuevo medicamento que quise probar con usted.
Y es cierto, recientemente la pelinegra ha tenido los pechos casi a reventar, porque los gemelos volvieron a consumir leche de formula. Se descubrió en un análisis previo que le habían hecho una infección bacteriana y debido a que necesitaba consumir antibióticos tuvo que suspender nuevamente amamantar.
Ahora agradecía al cielo que aquello hubiera pasado, de lo contrario no quería ni imaginarse el que sería de sus hijos. Volteo a verlos angustiada, la idea de imaginarlo la destruía. El ruso le dio un apretón en los hombros en señal de apoyo y sin realmente soportarlo más se recostó sobre su cuerpo, buscando un poco de confort.
-Por el momento iniciaremos tratamiento para contrarrestar el metal en su cuerpo, mientras eso sucede los bebes seguirán alimentándose con formula y lo mejor es que cuide de su alimentación. Si me permite aconsejarle, rodéese de gente de total confianza, para que cosas como estas no vuelvan a pasar.
Asiente a modo de comprensión mientras se recuesta mejor en la cama y trata de contener las lágrimas. El medico se despide ante el ademan del ruso y este se sienta a un lado suyo dándole la mano para transmitirle algo de calor y confort. Ella se la aprieta en respuesta y abre sus magníficos ojos para demostrarle todo el cansancio que carga encima.
-Creo que es el té, hace poco le sentí un sabor extraño, llevo días sintiéndolo y apenas lo vengo a notar-comenta con algo de fuerza, tiene la piel pálida por la pérdida de sangre y la falta de sol.
-Me encargare de eso-susurra el subiendo una mano para acariciarle el cuero cabelludo y ella se relaja ante el contacto, no tarda en quedarse dormida mientras es detallada por la mirada aleonada del ruso.
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Cerca de la hora de cenar la princesa baja arreglada de la mano de Rita, trae puesto un hermoso sweater con una falda en tul y una licra debajo, su outfit es complementado por un par botas acolchada y una especie de boina. Entra como una diosa imponiendo respeto a cada paso y el león que la sigue la complementa a la perfección.
-Buenas noches-dice con voz dulce una vez se encuentra entre los brazos de su padre.
-Mi Boss-llama uno de los presentes- ¿Cuándo podremos conocer al nuevo Romanov?
- ¿Qué te hace creer que es un niño? -pregunta Octavio, quien está de visita con su familia.
- ¿Qué te hace creer a ti que no lo es? -pregunta a cambio y con tono claramente defensivo Viktoria
-Pues…-se abstiene de decir algo más, pero su mirada viaja a la pequeña princesa quien desde ya se ubica a la cabeza de la mesa ocupando el puesto del Boss.
La rubiecita abre la boca con “o” antes de mirar a su padre y llevarse las manos a la boca tratando de cubrir su ahora sonrisa, acto que no pasa desapercibido para los demás.
- ¿De qué se ríe su majestad? -pregunta Uriel con algo parecido al cariño.
-Mami no tuvo un niño-dice con su vocecita y muchos sonríen ante la noticia-tuvo dos. Adrik y Antón.
Se siente como un balde de agua fría, en especial para la sumisa que se encuentra presente, a la espera de una nueva orden por parte de Viktoria. Es bien sabido por todos que en la mesa de los Romanov no se sienta nadie que no sea una esposa, mucho menos una sumisa, por más alfa que sea y el único motivo por el que está presente, es por la enferma necesidad que tiene Vicky de metérsela a su hijo hasta en la sopa.
Muchos voltean a ver al Boss, sin atreverse a verlo a los ojos. Pero todos cuestionándose ¿Qué pensaba el Boss sobre eso?
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-Quiero irme-murmura Emma una vez los niños están dormidos y ella reposa en la cómoda cama. La mirada del ruso se dirige a su persona con mucha seriedad.
- ¿Qué?
-Quiero irme-vuelve a decir-con los niños
-Emma…
-No estamos a salvo aquí y lo sabes Ilenko. Estoy débil y no hay forma de que me levante de aquí en un largo tiempo, quiero irme y sanar. En lo que tú te aseguras de arreglar esta situación.
- ¿Por qué ahora?
-Se atrevieron a envenenarme, mis hijos están a salvo porque no los amamante en ese momento, pero ¿Qué hubiera pasado si los amamantaba? ¿Cómo crees que estaríamos ahora de ser así? ¿Lamentado su muerte? ¿Sintiéndonos impotentes por no saber qué hacer? No quiero eso Ilenko, demasiado estrés para mí y para ellos.
El ruso no se atrevió a decir nada, porque sabía que la pelinegra tiene razón.
-Nos iremos temprano en la mañana. Nos quedaremos con Domi en Alaska, Amelie estará encantada con el lago y los gemelos tendrán un nuevo ambiente. Volveremos cuando las cosas se calmen. Sabes que tengo razón y que esto es necesario.
No le queda más que asentir en señal de acuerdo y tomarle la cara entre sus grandes manos, se miran fijamente a los ojos por un momento antes de que baje la cara buscando un beso, es lento al principio y transmite muchas cosas, el beso en si ya es algo extraño proviniendo del ruso.
Al separarse se quedan mirando fijamente antes de frotarse las mejillas y tras un largo suspiro se separan, Emma cierra los ojos y con pequeños mimos en su cabello se queda dormida.
Al día siguiente, parten en compañía de un selecto grupo de bikis.
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La partida de su familia tenía al ruso enojado, la tensión se le notaba en los hombros y en las reuniones que tenía con el resto de la bratva en sus planes contra Antoni. La situación con Minina no se había olvidado ni dejado de lado, muchos de sus bikis más confiables recolectaban información, sabía que la mulata no estaba sola en eso, aunque pesara también debía descartar la participación de su madre en esto.
Las interacciones entre Vicktoria y Emma dejaba ver la animosidad que tenía hacia la menor de las James y por el bienestar de sus hijos debía asegurarse de que no hubiera tenido una participación activa en el incidente de la bañera o tener al menos un ligero conocimiento de que algo estaban planeando.
En plena reunión, un biki se le acerca para darle una razón, se pone serio y solo el breve fruncimiento de sus cejas le deja saber al resto que está molesto. Como Boss puede convocar las reuniones que quiera en el momento que quiera y fue precisamente eso lo que hizo. Muchos han de suponer que el motivo es celebrar la llegada de Amelie, quien pidió volver con él tras días de estar en Alaska, así que durante las próximas 2 semanas la princesa se quedara en el palacete en compañía de su padre y Rita.
Horas después
Todos estaban reunidos y ansiosos por lo que el Boss tuviera que decir, Niurka se encontraba algo incomoda, después de su divorcio con Pavel no era necesario ni obligatorio su presencia en este tipo de reuniones tan familiares. La situación empeoraba con la presencia de las sumisas, sentía especial repulsión contra la sumisa nueva de Pavel, la rubia tetona la miraba como si ella fuera una amenaza, con la intención clara de provocarla, el que tuviera el miembro de su exesposo en lo profundo de la garganta y aun así la mirara con intención asesina decía mucho.
Ignorando aquello se ubicó en el asiento determinado para ella, sin ver un rostro familiar con el que se llevara particularmente bien, se dedicó a hablar por mensajes con su novio. El encuentro entre ambos había sido accidental y si bien era difícil tener una relación con un actor, especialmente uno que viajaba tanto, el sexo de reencuentro era fenomenal y el espacio que tenían entre ambos debido a sus trabajos, también.
Tan concentrada estaba que no noto por unos cuantos minutos la presencia indeseable de la sumisa alfa.
-Hola, Niurka
-Minina
-Tiempo sin verte…
- ¿Necesitas algo? -Pregunto con especial aburrimiento, no había algo que detestara más, que la hipocresía que manejaban algunos.
-Nada en especial, un tanto de curiosidad por el hombre al que recientemente le prestamos dinero.
-Hasta donde tengo entendido ese no es tu trabajo y mucho menos una causa que te resulte de interés.
-No es necesario ser tan agresiva querida, solo quería saber que tanto hace la nuevo miembro-le comenta poniéndole con suavidad la mano, una mirada basta para que se apresurara a retirarla.
-Lo que haga o deje de hacer nuestra koroleva no es de tu incumbencia, y si tanta curiosidad tienes, ve y pregúntale a ella.
-Esa actitud no es muy agradable, cada vez voy entendiendo con mayor razón por qué Pavel te abandono.
Si pensaba que eso era suficiente para picarla se equivocó, porque lo único que recibió a cambio fue una mirada despectiva y desdeñosa, casi como la de un humano viendo a una molesta cucaracha. Años de matrimonio debe generar una conexión y si o si algo termina pegándose, parece que en el caso de las exesposas de los Romanov lo que se contagia es la altivez.
Cualquier conversación se vio interrumpida cuando el Boss entro en compañía de su hija y una cara de mortal seriedad. Los miro a todos por un instante.
-Minina-la aludida se levantó con la mirada en el piso, pero con la sombra de una sonrisa llena de satisfacción- ¿Sabes cómo se paga la traición en la Bratva?
Ante la pregunta se queda increíblemente pálida y nerviosa también, no entendía el motivo de aquella pregunta y mucho menos el porque tenia que ver con ella.
-Se paga con la muerte mi Boss-comento con las manos temblándole. Vicktoria alternaba la mirada entre su hijo y la mulata, antes de enfocar la vista en la mujer que creía lo más cercano a digna, observándola con sospecha, antes de volver a su indiferente expresión, pero con un tono más salvaje y oscuro en su mirada.
El ruso solo atino a fumar el puro, la reacción de su madre le hacía saber que no participo y tampoco tenía idea alguna de lo que estaba pasando.
-Alguien trato de envenenar a la Koroleva y no solo eso, trato de asesinar a MIS hijos en reiteradas ocasiones-termina, avivando gritos de indignación y miradas de desconfianza de un miembro a otro.
- ¿Sospecha quién pudo ser mi Boss? -pregunta Boris
-Se muy bien quien es…minina-la aludida se sobresalta y levanta la mirada muy asustada, con los nervios en punta.
- ¿S..Si mi boss?
-Tráeme al traidor-enfatiza cada silaba mientras mira fijamente a Lara-Tu sumisa Octavio.
El hombre abrió los ojos, ligeramente sorprendido, antes de enfocar la vista en la rubia que le devolvía la mirada aterrada, las lágrimas ya caían por sus mejillas dañando su perfecto maquillaje. Temblaba como una hoja y no tardo en arrodillarse en el suelo frente suyo, implorando perdón.
Alegaba que todo lo había hecho por amor, que lo hizo tratando de darle a su hijo una oportunidad de gobernar la Bratva, que quería eliminar a las amenazas y no quiera arriesgarse a que los bebes fueran niños, como tiempo después para su total terror fue confirmado.
La mujer estaba asustada de ser inservible para su “marido”, quería llenarlo de orgullo, pariéndole un hijo que estuviera por encima de la hija del Boss, creyendo que por el hecho de ser mujer no tendría ninguna posibilidad o consideración para el mandato. Por eso actuó en contra, apenas se le presento la oportunidad y supo del estado de embarazo de la Koroleva.
-Como muestra de mi lealtad a la Bratva -comenzó-Yo la repudio y la entrego para su debida sanción ¡Muerte al líder, larga vida al Boss! -culmino su discurso, sin mirar más a quien en un tiempo había sido su sumisa más valiosa.
- ¡Octavio! -gritaba ella al ser arrastrada- ¡Octavio! ¡Por favor! ¡Perdón!
Pero sus suplicas no eran escuchadas, todos eran conscientes del final que habría para ella, por eso no fue sorpresa encontrarla unas semanas más adelante con heridas de gravedad y signos claros de tortura, siendo prostituida a los clientes más sádicos y repugnantes que la organización tenía. La noticia de su muerte llego, anunciándola como un evento accidental en medio de una práctica sexual, luego de haber sido utilizada por 3 hombres con inclinaciones zoofílicas y necrofílicas. Era bien sabido, que los clientes más perversos se hallaban entre los centinelas encargados de cuidar las calderas.
Con la conmoción un poco más calma, el ruso llamo a Niurka quien muy respetuosa se acercó a escuchar lo que tuviera para decirle. Minina y otra sumisa trataban de controlar los espasmos que sacudían su cuerpo, después de creer que Lara podría aventarlas, habían trabajado juntas bajo un propósito en común y si bien la mulata pretendía librarse de la esposa de Octavio en un futuro no muy lejano, debía soportarla en las primeras etapas de su plan, la chica era estúpida, pero muy útil.
- ¿Qué estabas haciendo con las esclavas acusadas en la cocina? -pregunto ilenko - ¿Me traicionas acaso?
-No lo hago mi Boss, sería incapaz de hacerle algo a la Koroleva y mucho menos a sus hijos, todo aquello no es más que un mal entendido.
-No le crea mi Boss-se acerco la nueva conquista de Pavel, miraba hacia el piso con cierta vacilación, pero decidió llenarse de determinación y con un toque de confianza en su postura le hablo al hombre que todo mundo temía. -Yo la oí cuando hablaba con unas esclavas respecto a la alimentación de la Koroleva, no le vi importancia alguna porque se supone son amigas, pero me pareció extraño que estuviera tan alegre con minina también mi BOSS. Ambas en compañía de Lara planearon todo esto.
- ¡Zorra mentirosa! -grito la sumisa alfa con ira-Mi BOSS usted sabe que soy incapaz de hacer algo como esto, yo no lo traicionaría.
-Lo hiciste minina, al momento de atentar contra la vida de tu Koroleva y, por ende, de mis hijos.
-Le juro que no era mi intención mi BOSS. Yo sería incapaz de atentar contra la vida de sus herederos, por favor créame, deme otra oportunidad.
-Yo no doy segundas oportunidades minina, mucho menos perdono. Ya deberías saberlo-contesta con tono indiferente y la misma frialdad que lo caracteriza, habla como si la muerte no tuviera nada que ver con el-llévensela-le dice a sus bikis.
-Ella también era parte del plan-dice como ultima oportunidad-estaba deseosa de ser la esposa de Pavel, ansiaba ser su señora y despreciaba tanto ser una sumisa más-continua con saña sonriendo al verla palidecer-ella planeo gran parte, incluso nos dio el medicamento para adelantar el parto. Es tan culpable como todas las demás.
-No le crees ¿cierto? Amo, sabes que está mintiendo-le habla desesperada- ¡Ella miente! ¡solo busca salvarse así misma! ¡eso no es cierto! -grito cada vez más alterada, agarrándose al brazo de Pavel mientras un Boyeviki le rodeaba la cintura halándola.
-Llévensela-se limito a decir Pavel con aparente indiferencia, mirándola con tanto asco del que fue capaz. Dejando en claro nuevamente, la actitud de dioses con la que se crían todos los Romanov.
Niurka por otro lado dejo que la llevaran con tranquilidad, lo que menos quería era formar una escena.
Los Boyevikis no se atrevieron a tocarla por ser hace muy poco una de sus señoras. El poder y el respeto que imponía no iba a desaparecer de un día para otro.
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Pequeño interludio entre las escenas:
Pavel la visito en su celda, se paró en toda su altura, con esa actitud orgullosa y altiva tan natural en los de su estirpe.
- ¿Traicionando a la Bratva por mi Niurka? ¿Tan dolida y desesperada estas?
-No te hagas ilusiones Pavel, sabes que yo jamás haría algo semejante. Menos por ti, no lo vales-contesto con ira en su voz.
- Vishnya (Cherry), porque tan agresiva. No sabía que habías quedado tan resentida.
-No me digas así, jamás vuelvas a llamarme de esa forma
-A claro, ahora te gusta que te llamen Krasnaya Shapochka (caperucita roja) un apodo estúpido que viene de alguien estúpido ¿no lo crees? -habla con el ceño fruncido y clara molestia en la voz, casi podría jurar que celos.
-No veo porque debe importarte como me llamen otros
- ¿Qué le ves? No es el tipo de hombre al que estas acostumbrada, ni el que te gusta. Estoy seguro que no disfrutas con el cómo tanto dejas ver.
- ¿Qué quieres Pavel? -pregunta cansada, el otro sonríe ante el hecho de que no corrigió ni negó lo que dijo.
- Solo me gustaría saber el por qué minina te inculpa de esta manera, me causa curiosidad que una de las sumisas más deliciosas y leales del Boss se atreva a tanto-Contesto como si nada, la pelirroja solo bajo la cabeza dejando que los risos enmarcaran su rostro.
Una de las razones por las cuales también termino su matrimonio es por la presencia de aquella sumisa barata, la mulata era la fantasía de muchos incluido su esposo. Quien no paraba de repararla comparándolas en su cabeza cuando se le presentaba la oportunidad o tenían un evento donde ella apareciera.
-No lo sé y sinceramente no creo que realmente te interese. Así que porque no me haces un enorme favor desapareciendo de mi vista.
-Solo quiero saber Niurka, no estoy en son de guerra, mucho menos busco perjudicarte. Lo único que deseo es brindarte mi humilde ayuda.
- ¿Por qué habría de creerte?
-Eres la madre de mis hijos Vishnya y aunque no lo creas, respeto eso-contesto con incomodidad retirando la mirada
- ¿Cómo están ellos? Llevo 3 días aquí y no sé nada
-Bien, están siendo cuidados y han preguntado por ti. Su niñera les dice que estás trabajando y por un tiempo no puedes contactarte con ellos.
-Bien-susurra con más tranquilidad y algo más relajada, eso se nota por la forma en que sus hombros ya no están tan tensos.
- ¿Qué puedo hacer por ti? -pregunta impotente, ver a la mujer con la que estuvo casado por tanto tiempo de esta manera, le genera incomodidad.
-Deseo evitarme la amargura de terminar debiéndote algo. Suficiente tengo ya ¿No crees?
- ¿Enserio crees que sería tan poco hombre para dejarte soportar esto sola? -pregunta con clara ira, el rostro que pone le indica lo indignado que se encuentra, pero poco le importa, tiene cosas más importantes en las cuales pensar- ¡Eres la madre de mis hijos, Niurka! Fuiste mi esposa, mi mujer y mi compañera, seria incapaz de dejarte a tu suerte cuando tan claramente me necesitas-ante el silencio de la pelirroja solo suspira e inspira con fuerza, tratando de llenarse de fuerza- Vishnya, dime como puedo ayudarte.
La pelinegra solo se resigna a asentir, cansada de la discusión y de que el tema se alargue mucho más. Ama a Pavel, nunca va a dejar de serlo por más que lo intente, pero el dejo sus puntos claros y ella tiene una nueva relación que avanza bien, es estable y cómoda para sus intereses. Un trato justo.
-Contáctate con la Koroleva y dile lo que está pasando.
- ¿Qué podría hacer ella por ti? Es por lo que paso que estas en esta situación
-Hazlo y veras que ella hace más que cualquiera de nosotros
- ¿Por qué estas tan segura de que te ayudaría?
-Porque nuestra Koroleva es Emma James y es el alma más bondadosa que he conocido en la vida. Si está en su poder y en su ser el querer ayudarme lo hará.
-Bien, como quieras-dice antes de asentir procesando lo dicho y caminar en dirección a la puerta, al llegar toma del cuello al biki que resguarda el lugar y apretándole el cuello sin darle paso a respirar lo atrae cerca suyo susurrándole un par de cosas, antes de soltarlo y dejarlo caer sin gracia alguna.
Mira por última vez a donde está la pelirroja y con decisión sale, llamando personalmente a Domi y solicitando el numero de la Koroleva, esta accede a pasárselo una vez le informa que es para el beneficio de Niurka.
Esa noche Niurka no pasa hambre o frio. Duerme lo más cómoda posible en ese lugar y sin ser atacada por nadie. Si Pavel tiene algo que ver con eso, nadie tiene porque saberlo.
Y pocas horas después de hablar con la Koroleva la pelirroja estaba libre, en la madrugada, después de conseguir el numero la llamo importándole poco la hora que era y le conto los últimos acontecimientos.
Incluso el embrollo en que Niurka estaba metida, la pelinegra escucho pacientemente y con voz ronca por el sueño prometió solucionarlo, para ser sincero no le creyó, porque consideraba muy poco lo que aquella muchacha podía hacer.
Su sorpresa fue enorme cuando no solo se le dio la libertad a Niurka y una debida compensación por difamarla, sino que también se le devolvió su puesto y todo el poder que desde un inicio se le había confiado, además de un salvo conducto que, otorgado por el mismísimo Boss, que hacía intocable e incuestionable a la ardiente pelirroja. Domi sonreía con suficiencia como si supiera que aquello iba a pasar y ese día respeto se formó en su interior para con la pequeña esposa de su Pakhan.
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Semanas pasaron desde lo ocurrido con la mulata y ya no era necesario la permanencia obligatoria de la pelinegra en la cama, ya podía andar libremente sin hacer movimientos forzosos u angustiantes. Aún tenía prohibido salir a patinar y la práctica de relaciones sexuales (cosa que no era muy preocupante, porque no tenía con quien), pero al menos podía salir de la habitación e ir al baño sin pasar la vergüenza de solicitar ayuda.
Su sangre estaba limpia y todos se hallaban en perfecto estado.
Días previos el ruso había llegado para recogerlos, hablo con ella sobre su caso e intento de asesinato. Le explico que ahora ya estaban a salvo y era seguro volver, nunca se esperó una traición semejante, al menos no de ella, se veía buena y amable, lástima que se hubieran equivocado tanto. De minina era evidente, pero de Lara, no tanto, de hecho, pensó que se habían caído bien.
Era lógico que no iban a tener una relación de super mejores amigas, pero al menos las cortesías básicas, que ella supiera no le habían hecho nada a la otra para que intentara matarla.
Salió de una relajante ducha, los gemelos estaban dormidos y alimentados, Amelie también dormía cómodamente en su cuarto luego de una deliciosa ducha y un largo cuento. Sin nada más que hacer y con muy poco sueño prendió el televisor y se dedicó a pasar los canales buscando algo interesante que ver, las series no eran tan buenas y algunas ya las había visto. Otras eran películas muy comunes y no se le hacían tan interesante, hastiada eligió al azar y lo dejo estar, cuando se dio cuenta era una serie de suspenso sobre un montón de adolescentes que enfrentaban en pleno ciclo escolar cosas con las que ni soñaban.
- ¿Qué estás viendo? -la voz que suena de la nada la sobresalta, estaba tan perdida en sus pensamientos que no noto su llegada.
-Veo una serie-murmuro incomoda, no habían tenido el tiempo ni el ánimo de hablar al menos por su parte, siempre trataba de tener una actitud cordial y lo suficiente distante para no volver a enredarse en él, mucho menos volver a hacerse estúpidas ilusiones que no servían para nada más que para lastimarla de la peor manera.
-mm
- ¿Necesitas algo? -pregunto ante el incomodo silencio, no estaba cómoda con él. Al menos ya no y no es porque no confiara, sino porque era horrible tener que admirarlo, reprimir las ganas que tenia de tirársele encima y devorarle los malditos labios. Quedarse resguardada entre sus brazos como tanto había estado fantaseando.
- ¿No puedo venir a mi habitación? -pregunto con burla.
- ¿Qué? ...oh…eh…lo siento, no sabía que era la tuya-contesto con torpeza mientras se levantaba-iré a la que se supone es mi habitación entonces, que tengas buenas noches.
Contesto pasándole por el lado con la cabeza gacha, resultaba tan incomodo todo aquello, apostaba que tenía las mejillas rojas por la vergüenza. Seguía en su dilema mental, cuando una fuerte mano la detuvo por el antebrazo.
-Una mujer duerme con su marido, como se supone debe ser-dice con intensa seriedad-y no vas a salir de esta habitación, mucho menos dormir en otro lado que no sea aquí.
-Pero…tu dijiste…nosotros-los ojos los tiene explayados de la sorpresa en una expresión que resulta muy cómica.
-Vas a dormir aquí, ved´ma y esa es mi última palabra-dice con seriedad en su pétreo rostro y algo embelesada la pelinegra asiente, las mejillas se le vuelven a colorear y corre a esconderse bajo las sábanas a una distancia más que prudente en la enorme cama.
Pero no sabe que le pasa al maldito ruso que no sabe lo que significa espacio personal, porque de todo el espacio que quedaba libre, decide hacerse a su lado, demasiado cerca de su persona para su mayor consternación. Algo extrañada y tratando de evitar problemas innecesarios le da la espalda, reclamándole a su corazón por latir tan rápido y a su cuerpo por hacerla sentir tan nerviosa.
Se siente casi que en un estado taquicárdico cuando siente los enormes brazos del hombre que se supone es su marido, rodeándola por la pequeña cintura.
- ¿A qué se supone que estas jugando ahora? -ni puede evitar preguntar.
-Yo no juego, ved´ma
-No sé qué demonios pretendes Ilenko, pero no es gracioso y te pido por favor que me respetes, tomando el debido espacio que tanto se pidió durante nuestra ceremonia de unión. Espacio que claramente no debimos violentar antes.
- ¿Por qué tan molesta ved´ma? -pregunta con una perfecta mezcla de diversión y molestia.
-No estoy molesta, solo soy clara. Prefiero evitarnos los malos ratos por cosas como estas, desde hace mucho estoy dispuesta a llevar un matrimonio cómodo para ambos y que así pueda terminar bien para tranquilidad nuestra y en buenos términos por el bienestar de nuestros hijos.
- ¿Te refieres a una relación como la de Pavel y Niurka?
-Si, de eso hablo. Eventualmente tendrás ganas de casarte nuevamente y yo no tengo mucho dilema en establecerme, digo, podríamos intentarlo. De lo que he aprendido sé que al menos un final como el de ellos no sería tan malo, tú por tú lado y yo por el mío.
- ¿En compañía de algún imbécil?
-Bueno, no voy a guardar celibato toda mi vida. Esto es el siglo XXI, hace mucho que dejo de ser necesario conservarse y por estar divorciada no voy a estar marcada. Así que sí, sería lógico pensar en establecer en un futuro a largo plazo una relación con alguien dispuesto. -respondió con la mente perdida entre sus ideas, ajena al cambio en la atmosfera y al enojo que claramente dominaba al ruso.
Atenta Una breve punzada de dolor la trae nuevamente a la realidad y después de procesar lo que está pasando, se queja.
-Oye, me estas lastimando. No aprietes tan fuerte-empieza a susurrar, pero se ve interrumpida cuando la ponen boca arriba sobre la cama y con la boca siendo violentamente devorada por los labios de su marido.
-Eres mía, ved´ma. Nadie más que yo tiene derecho a tocarte- y nuevamente se lanza a dejar besos a lo largo de su cuello y clavícula- Te dije que no pertenecías ni a ti mismas y solo la muerte es capaz de separarte de mí-susurra con la voz teñida de enojo.
-Ilenko…
-Eres mía, eres mi esclava, eres mi presa, la madre de mis hijos y mi esposa. Me perteneces hoy y siempre, harías bien en no olvidarlo-culmina con los dientes dejando marcas a su paso, la respiración de ambos se encuentra agitada y el que el ruso empiece a descender a lo largo de su tórax no hace nada por calmar el sofoco.
Aprieta con fuerza los pechos sobre la camisa, están llenos por lo que no demoran en empapar la camisilla con su leche materna. El hombre con el que se casó no puede ser una persona normal, de hecho, no es una persona normal y parece desesperado con demostrárselo en cada ocasión que se presenta porque ahora lo tiene entre sus piernas partiendo en dos, prácticamente arrancando la fina camisa que la cubre, en lugar de actuar como alguien normal y retirarla.
- ¿Sabes que la ropa no gratis verdad? -pregunta resentida, ese pijama le gustaba bastante
- ¿Eres consiente de que tengo dinero para comprarte una pijama tejida en oro de así quererlo cierto? -pregunta a cambio.
La pelinegra solo se limita a torcer los ojos antes dejar salir un gemido por el ataque inesperado que sufren sus pequeños pechos, las enormes manos los aprietan dejando la clara marca de sus dedos. Los pezones son mordidos con ferocidad, los tiene rojo y sensibles.
La leche sigue escapando por sobre su torso, mojando las manos en una que otra ocasión, pero el “alimento” deja de perderse cuando la suave lengua recoge una gota y sube todo el camino que haya marcado, antes de prenderse como si fuera un bebe de su pezón y comenzará a chupar. Robando el alimento destinado para sus hijos.
El placer es tanto y el calor que la recorre también, que se desespera por la humedad que poco a poco siente en su entrepierna y decide hacer algo.
- ¿Qué estás haciendo? -pregunta al notar como la pequeña coqueta baja una mano y la mete entra ambos, corriendo hacia un lado la pequeña braga.
-Nada-susurra agitada, pero ambos saben que no es cierto y se confirma más al ver como se remueve sobre la cama mientras su mano se mueve cada vez más rápido sobre su sexo dejando salir un sonido encharcado y un aroma que lo vuelve loco.
- ¿Te masturbas frente a tu dueño puta? -pregunta algo enojado- ¿te atreves a tocar mi pequeño coño sin mi consentimiento?
-No es…-contesta con voz ahogada, se siente humedecer aún más ante cada palabra sucia que va escapando de esa boca tan pecaminosa.
-Es mío, estas tetas son mías-las abofetea causando un bamboleo-esta boca es mía-susurra contra sus labios-este culo es mío-ahora aprisiona dicha área-y este sucio coño es mío-le abofetea el clítoris-tu eres mía y tu placer también es mío, no lo provocas y jodidamente no te masturbas ni te corres sin mi consentimiento.
Le retira con fuerza la mano y le arranca las bragas, generando un grito de inconformidad. Emma estaba tan cerca de alcanzarlo, tan cerca de llegar ahí.
-Vas a ser castigada por esto ved´ma-y lo fue, azotes llovieron sobre su blanco trasero hasta dejarlo rojo y con la palma de su mano marcada. Los gimoteos y pataleos que la pelinegra soltó lo hizo dejar la idea de darle más duro y paso a consentirla de nuevo, hablándole con tono suave y dando leves caricias en la zona afectada.
Ya con ella calma la volteo con suavidad y asegurándose de que no estaba incomoda, se fue sumergiendo entre sus piernas inhalando el aroma que desprendía su pequeño coño y soplando ligeramente sobre el pequeño capullo antes de dar una lenta pasada con su lengua por entre los brillantes labios que se le presentan. Ella gime y puede apostar a que esta colorada.
El teléfono suena y no le importa, porque estar ahí, perdido entre sus piernas y saboreando todo lo que ella tiene para dar es mucho más importante que contestar cualquier estúpida llamada, este es su momento.
El suyo y el de su esposa, sin pensar más se sumerge en ese pequeño sexo y toma todo el néctar que ella está soltando, no desaprovecha ni deja que se pierda una sola gota. Lame y lame antes de expandir un poco más y llevar la lengua a ese pequeño agujero.
Emma se corre mientras el ruso penetra su cavidad con esa lengua tan pecaminosa y piñizca con sus dedos su clítoris. La mezcla perfecta entre dolor y placer, el orgasmo la deja sensible, pero eso no detiene al ruso que con más ganas empieza a chupar.
Su lengua se retira de su vagina y se prende del clítoris el cual rasguña con los dientes antes de pasar a jalar los labios ligeramente, eso le gana un gemido.
- ¿Te gusta ahí eh? -susurra antes de volver a hacerlo causando espasmos en el cuerpo más pequeño.
La pelinegra se siente flotar en el espacio, un fuego abrazador crece en su bajo vientre, algo se construye en esa zona y sabe que la va a destruir, es algo tan intenso, se siente conocido, pero al mismo tiempo no y por ello trata de escapar, pero el mortal agarre sobre sus muslos no la deja y el cerrar las piernas se le hace imposible.
-Ilenko…no puedo
-Si puedes ved´ma-susurra enviando aún más palpitaciones al núcleo sensible-dámelo, aliméntame bebe
Solo hizo falta decir eso para que se corra con gran estrepito, liberando todo lo que tiene atorado y bañando al ruso con la explosión de fluidos que libero, la pena la abruma, pero el placer es tanto que se queda ahí, sobre la cama, tratando de recuperar el aliento, pero perdida en un mundo de placer.
Su marido se recuesta sobre la cama, con el cuerpo demasiado pegado al suyo, pero sin mostrar indicios de incomodidad. El miembro le descansa sobre el abdomen e hipnotizada estira la mano hacia allá, acariciándola de arriba abajo y tratando de devolver una parte del placer que recibió.
Como puede se levanta y logra acomodarse entre las piernas de quien dice ser su esposo, lo mira fijamente a los ojos antes de bajar con la vista fija en el glande que deja escsapar un poco de pre semen.
Recoge la pequeña gota con la lengua y la saborea con el mayor de los placeres. Agarra la base con sus dos manos y pasea la lengua de arriba abajo, intercalando sus lamidas con pequeños besos.
Finalmente decide llevarlo a su boca y con algo de esfuerzo logra alojar gran parte, el ruso la toma del cabello guiando la profundidad y la velocidad de su mamada, en ocasiones se comporta particularmente cruel impidiéndole respirar con lo profundo que avanza y lo rápido con que la mueve. Finalmente, alcanza su punto cúspide y ella se deleita saboreando todo el semen que corre libremente por su garganta.
El la levanta y la lleva al baño, toman una ducha relajante y le ayuda a lavarse los dientes una vez que salen, al final la deposita bajo las suaves mantas sin nada de ropa mientras se apega a ella en posición de cucharita.
-Mia hoy y siempre ved´ma-le susurra, antes de que ella se quede dormida del agotamiento.
FIN
(¿Por qué pongo escenas de lactancia? Porque tengo una amiga que es adicta a esto)