w_onucatboy Ya tenia la reacción de cada uno, pero me emocione mucho y salio así jsjsj espero que te guste.
Tu novio estaba tirado en un sofá de dos plazas en su sala de estar, riéndose de algo en su teléfono. Estaba lloviendo afuera, y sacudiste las gotas de tu cabello mientras cerrabas la puerta de su apartamento.
Aunque dejaste tu abrigo y tus bolsas ruidosamente, él no se dio la vuelta, incluso cuando te acercaste a él. "¿Que es tan gracioso?" Te sentaste encima de él en el reposabrazos, mirando hacia abajo. él se movió rápidamente para sentarse, por lo que no podías ver la pantalla de su teléfono. Bueno, esa fue una forma de enviar tus pensamientos a un torbellino de sospecha.
"Nada, solo estoy hablando con Seolhyun". Respondió en su habitual tono relajado, perfectamente casual, el cuerpo relajado, la boca levantada en una pequeña sonrisa, pero te sentías inquieta. El temperamento tranquilo y sereno siempre te había atraído hacia él, pero ahora temías que escondiera algo detrás de esas sonrisas encantadoras y sin esfuerzo. Te miró con los ojos muy abiertos cuando no respondiste. "¿Es eso un problema?"
Tu mandíbula se apretó infinitesimalmente. "No. No, solo me preguntaba quién te estaba haciendo reír tanto".
él puso los ojos en blanco. "En serio, Crece."
Te reíste una vez, un sonido breve y duro.
"Ahora, ¿qué es tan divertido?" Levantó las cejas. Te deslizaste de la silla, cruzando los brazos sobre el pecho. "Mmm, no lo sé. Tal vez el hecho de que me digas que sea madura mientras te ríes por teléfono con tu ex novia".
"Espera, pensé que habías dicho que no es un problema que esté hablando con Seolhyun".
Te encogiste con su nombre. "Lo hice, pero-"
"Pero puedes cambiar las reglas cuando quieras, ¿verdad?" él te sonrió.
"Dije que puedes hablar con ella, no coquetear con ella".
Se rió con incredulidad, levantándose de la silla y guardando su teléfono en el bolsillo. "¿Por qué me dices eso? ¿Estás tratando de hacer algún tipo de punto?"
Diste un paso hacia él, mirándolo a los ojos entrecerrados. "¡Tal vez lo estoy!"
"Solo di lo que necesitas decir, Claramente tienes algo en tu pecho. Te sentirás mejor si lo dejas salir".
"Oh, vete a la mierda con esta mierda condescendiente, No soy un maldito niño". siseaste Se encogió de hombros con indiferencia. "Sin embargo, estás actuando como uno".
"Bueno, tu estás actuando como un idiota". Te diste la vuelta, dándole la espalda. Él te detuvo fácilmente, simplemente moviendo un brazo hacia adelante y envolviendo sus largos dedos alrededor de tu muñeca. "¡Suéltame!" Exigiste, lanzándole una mirada mordaz.
"No, no hasta que me hables". Instó. No tenía sentido defenderse: era al menos diez veces más fuerte que tú. Suspiraste derrotada.
"¡Bien! Estoy enojada porque todavía hablas con tu ex novia modelo psicópata que literalmente trató de separarnos. ¡Dos veces!" él hizo un ruido ronco que sonaba a exasperación.
"Ella se disculpó por eso, varias veces". ¿Por qué estaba tan malditamente calmado sobre esto?
"¡No importa! Si me respetaras, no le hablarías".
él parecía completamente desconcertado. "Pero - ¡Dijiste que estaba bien!"
"¡Mentí! Por supuesto que no está bien, ¿por qué pensarías que estaba bien? Ugh, los chicos son tan tontos a veces.
"¿Qué? ¿Qué diablos quieres de mí? ¡Decídete! Sabes, eres tú el que está actuando como una psicópata, no ella".
Tartamudeaste en tu ira, tus pensamientos no pudieron salir coherentemente. "¿Yo? No, pero ella es-"
"Seolhyun no es el verdadero problema aquí, seamos honestos".
Cruzaste los brazos. "Así que soy yo, ¿verdad?"
Se encogió de hombros. "Lo siento, pero son tus inseguridades las que se interponen entre nosotros, no Seolhyun".
Te reíste secamente. "¿Soy yo?"
él te miró con los ojos abiertos de nuevo. Te estaba haciendo sentir como una loca. "No sé qué decirte".
Miraste al suelo. "Dime que no te la estás follando".
"¿Qué?"
"¡Dime que no te vas a acostar con ella mis espaldas!" Gritaste, arrebatándole el teléfono de la mano.
"Oye". Habló con calma, pero no del todo, y extendió la palma de la mano. "Devuélveme mi teléfono". Él dio un paso hacia ti y tú le retrocediste dos.
"Dime la contraseña". Exigiste. él negó con la cabeza, aún extendiendo su mano. Te reiste. Así que si tenía algo que ocultar, entonces. Tus sospechas eran correctas. Estaba engañándote, tenía que estar haciéndolo. Pero aún querías tu prueba. Tenías que estar segura antes de autodestruirte. "¿Qué es?" Le preguntaste, todavía jugando un baile de retroceder y avanzar mientras sostenías su teléfono. Una notificación bloqueada de Seolhyun apareció en ese momento, sólo para colmo de males.
"¿Es mejor folladora que yo? Más bonita, por supuesto, es una idol sin cerebro como tú. No estoy lo suficientemente ciega como para pensar que puedo competir con ella en apariencia. O tal vez esl-"
"¡Detente!" gritó. Te quedaste en silencio, dejando la frase a medio hacer. "¡Suficiente! No me importa lo enojada que estés conmigo, por la razón que sea, no puedes hablar de ella así". Sus ojos estaban llenos de desaprobación, y sentiste que la vergüenza te recorría. Estar enojado era una cosa, pero el estar decepcionado.
" estoy tan-"
"Creo que deberías irte". Dijo con frialdad. Tu boca se abrió.
"¿Qué?" Murmuraste.
"Voy a estar ocupado todo el fin de semana, creo que es mejor si te veo el lunes". él palmeó tu hombro torpemente, sin mirarte a los ojos. Te encogiste de hombros, las lágrimas picaban en tus ojos cuando te volviste. Quería que te fueras. Por Seolhyun. Cruzaste la habitación, barriendo tus cosas del suelo y colocándolas furiosamente en tus brazos. él observó con cautela, como si temiera romper la nube de furia que te rodeaba. Te volviste a girar, agarrando tu abrigo y bolso contra tu pecho con tanta fuerza que tus manos se pusieron blancas.
"Adiós. Espero que te diviertas 'chateando' con Seolhyun todo el fin de semana, idiota". Antes de que pudiera responder, ya habías atravesado la puerta, tu cabello volaba detrás de ti mientras corrías hacia la lluvia. él se dejó caer en la silla, pasándose las manos por el cabello con frustración.
"Te amo,loca".
Los escalofríos recorrieron tus hombros cuando subiste a tu auto. Era un modelo antiguo de los años 90 y tardaba más de media hora en calentarse. Arrojaste tus cosas en el asiento trasero y tiraste del cinturón de seguridad en su lugar, con el ceño fruncido en tu rostro todo el tiempo. El motor logró arrancar en el segundo intento y te alejaste a toda velocidad.
Pronto estabas cruzando la carretera, principalmente solo en la autopista. El cielo nocturno era de un negro obsidiana, teñido del púrpura oscuro de las nubes de lluvia hinchadas. El agua caía en cascada a través del parabrisas en láminas constantes. Cuando encendiste los limpiaparabrisas para despejar la visión, uno se arrastró torpemente a través del vidrio y luego se atascó en su lugar.
"¡Oh, por el amor de Dios!" Refunfuñaste, inclinándote hacia la derecha para ver por la parte despejada. No había ningún desvío durante varias millas ahora, no tenías más remedio que conducir así. Todo tu cuerpo se sentía como si palpitara de ira. Parpadeaste las lágrimas de ira de tus ojos. Estabas enojada con él por no rogarte que te quedaras, enojada con Seolhyun por robar su atención, enojada contigo misma por enloquecer, enojada con el limpiaparabrisaspor detenerse. La lluvia golpeaba contra la carrocería de tu auto con un volumen impetuoso, así que dejaste que ahogara todos tus pensamientos de ira, los disolviera en volutas de humo.
Te mordiste el labio, observando cómo los reflectores derramaban un cálido amarillo sobre el asfalto empapado. Casi estabas en casa. Quizás cinco, diez minutos más, y estarías fuera de la autopista. La lluvia había calmado un poco, pero las calles todavía estaban mojadas. Tu hombro estaba acalambrado por estar sentada incómodamente todo este tiempo, y te permitiste relajarte un poco. Todavía se podía ver el contorno vago de la carretera, y de todos modos no era como si la calle estuviera ocupada. Bostezaste, giraste el cuello lánguidamente y luego te arrojaste contra el tablero cuando un camionero borracho atravesó la parte delantera de tu pequeño automóvil.
él yacía en su cama, mirando hacia el techo. Solo deseaba que pudieras dejar de estar enojada y regresaras. No debería haberte dicho que te fueras, no de tan mal humor. Y tan tarde en la noche... Realmente fue un idiota por hacer eso. La única razón por la que te dijo que te fueras fue porque odiaba pelear contigo. Le recordaba su relación con Seolhyun: peleaban casi todos los días. Sabía que solo te tomaría veinte minutos calmarte y luego todo estaría bien.
Inquieto, volvió al salón y encendió la televisión. Algunas noticias sobre el clima. Miró el pequeño reloj rojo en la esquina. Eran las 11:46, cuarenta minutos desde que te fuiste. Ya estarías en casa. él sacó su teléfono del bolsillo, revisando la pantalla. Estaba vacío, excepto por un mensaje de Seolhyun que estaría ignorando. Llamó a tu número, pero fue directamente al buzón de voz todas las veces. Él suspiró. Estabas realmente enojada, entonces. Sin embargo, ¿cuál era tu problema? Realmente ya no tenía sentimientos románticos por Seolhyun, ella era como una hermana pequeña para él.
Después de la sexta llamada ignorada, empezaba a sentirse ansioso. Tenía que salir a buscarte, entonces. él agarró las llaves de su auto del mostrador y salió corriendo del apartamento con una sensación de inquietud en el pecho.
Condujo en silencio, probablemente demasiado rápido en la carretera aún mojada. Sus ojos estaban perfectamente enfocados hacia adelante, solo pensando en llegar a ti lo más rápido que pudiera.
"¿Eh?" él entrecerró los ojos, viendo algo en el camino. ¿Un árbol caído? tal vez? Aflojó el acelerador, esperando que el objeto se volviera más claro. Cuando finalmente vio, sus manos casi resbalaron del volante. Se desvió hacia el arcén y se arrojó por la puerta sin esperar a que su auto se detuviera.
Gritó tu nombre, mientras corría hacia los escombros. Sus ojos giraron salvajemente mientras te buscaba, pero te encontró rápidamente. Tu figura desplomada bajo el peso de tu propio parabrisas y Trozos de metal distorsionados que no parecían haber sido parte de un automóvil. Pedazos de vidrio mojado estaban esparcidos por tu cuerpo como pequeños diamantes negros, brillando en la luz artificial. Tu cara estaba presionada contra el suelo, y tu cabello, enmarañado con sangre y vidrio, estaba esparcido sobre tu cabeza. Sangre espesa se filtraba de una herida que él se alegró de no poder ver. El rojo se derramaba en el agua, que tambien tenia aceite negro que brotaba del motor del camión. él se tambaleó con náuseas mientras se agachaba a tu lado. "levántate". El rogó.
Te sacudió los hombros y te dejaste caer sin fuerzas contra sus manos. "Tienes que moverte. El aceite." Miró con nerviosismo el creciente charco de combustible alrededor de sus pies. Podría encenderse en cualquier momento. Eras como un muñeco de trapo mientras te mecía. "¡Mierda!" Se puso de pie y comenzó a tratar de sacar los pedazos más grandes de los restos que estaban atrapando tus piernas.
"¡Vamos!" él rugió, intentando desesperadamente agarrarse del metal resbaladizo. El acero gimió en protesta, negándose a ceder contra sus manos. Maldijo y volvió a caer al suelo. Él te sacaría a rastras. Tal vez te rompería las piernas, pero estarías viva. él envolvió ambos brazos alrededor de tu cintura, apoyó uno de los trozos de metal con su muslo y tiró con todo lo que tenía en él. El fuego estaba comenzando ahora; podía oír las llamas lamiendo y crepitando a su paso por el asfalto, alimentándose del aceite y el metal. él apretó su agarre, gritando por el esfuerzo. "por favor,por favor,por favor". Respiró, temblando mientras se esforzaba por sacarte.
Las llamas estaban surgiendo hacia ustedes dos en el momento en que comenzó a hacer algún progreso. Una de tus rodillas estaba libre y podía sacar el resto de tu pierna con el brazo que no te sostenía. "Ayúdame, cariño, por favor, despierta". Suplicó, entrando en pánico cuando las llamas saltaron sobre los restos de tu auto. Un trozo de vidrio en llamas rebotó en su mano, e hizo una mueca de dolor, su agarre titubeó a tu alrededor por un momento. Entonces tu otra pierna se soltó por el movimiento, y él quiso llorar de alivio. Las llamas estaban ahora a sus pies y se movían rápidamente. él te agarró tan fuerte como pudo y te hizo rodar hacia el banco de hierba mojada.
Estabas lo suficientemente consciente como para ver las enormes columnas de luz naranja a través de la piel de tus párpados, cuando los restos finalmente estallaron en llamas. El fuego ardía lo suficiente como para que sintieras vagamente el calor contra tus mejillas. Intentaste mover los dedos, trataste de sentirlo, pero solo había hierba mojada y fría. Estabas sola. El fuego continuó y te deslizaste en una neblina oscura y fría. El último pensamiento claro que tuviste fue sobre él, su nombre.