Parte Única
PAGO (Parte Única)
Advertencia: Muy HOT
La pelinegra se encontraba haciendo la cola para pagar en el supermercado, no era común de ella dejar a Amelie con alguien más, pero era necesario hacer la compra y para su desgracia no podía llevarla, ya estaba muy tarde, el clima del lugar no ayudaba y no estaba dispuesta a arriesgar a su pequeño sol a contraer alguna enfermedad.
Agradecía la presencia de Tyler y Death en su vida, eran los que se habían quedado cuidando de la pequeña mientras iba a comprar lo faltante. Llevaba poco tiempo de haberse mudado, los chicos en un inicio no estuvieron de acuerdo y mucho menos a gusto, pero ya les había causado demasiados inconvenientes, además las amenazas que el casero les había dejado sobre echarlos por el ruido que hacía Amelie y las constantes quejas de los vecinos fueron un aviso de que ya necesitaba buscar su propio lugar. Y aunque ambos amigos presentaron un severo malestar por su decisión la apoyaron, lo aceptaron y la ayudaron a encontrar el espacio adecuado para ambas.
De sus antiguos vecinos la más insoportable era una mujer que vivía en el apartamento de abajo y que alegaba no poder vivir en paz, cuando ella bien que no dejaba dormir a nadie con el incesante ruido que hacían los 7 hijos que tan irresponsablemente tuvo, la menor de ellos tenía unos 2 meses y siendo sinceros molestaba más un infante a esa edad que su pequeña princesa con sus tiernos 7 meses.
Pero ya era poco lo que podía hacer frente a ese tema. Se activo un poco al ver que la fila avanzaba, lo cierto es que los dependientes que tomaban el turno nocturno de los minimarkets con servicio de 24 horas daban una atención pésima. Todo lo hacían con sueño y una cara de amargura horrible, ignorando la mala mirada que le dirigía la cajera al apurarla por quedarse a coquetear con el hombre delante suyo, sonrió de manera encantadora y empezó a pasar las cosas que iba a comprar en el orden que esperaba se empacara.
En la banda transportadora corrían compotas, vegetales, frutas, pan, mantequilla, Nutella, gelatina, yogurt, cereal, granola, queso, leche y algunos enlatados. Por otro lado, puso jabón de cocina, gel de baño, toallas higiénicas, tampones, esponjas de ducha, detergente líquido para ropa, suavizante, detergente liquido especial para ropa de bebe, ambientadores y esencias; crema humectante para el cuerpo, labial hidratante para los labios, splash para el cuerpo, acondicionador y shampoo para ella y para su bebe. Si sintió las miradas de muchos sobre su compra los ignoro olímpicamente.
Al salir de la tienda se ajustó como pudo la chaqueta, estaba haciendo algo de frio afuera y podía ver el vapor saliendo de su boca cada que soplaba. Empezó a caminar bajo las luces del alumbrado público, evitando los callejones y los sitios de extrema oscuridad, las calles estaban desiertas y aquello era muy peligroso para su integridad, cualquier cosa podría pasarle. Pero no podía darse el lujo de gastar más dinero, menos en cosas que consideraba innecesarias cuando aún tenía cosas por suplir. De camino a casa se detuvo en una farmacia donde compro analgésicos, antibióticos, antipiréticos de venta libre, curitas, cremas, ungüentos y medicamentos ideales para los niños. Había aprendido que nunca se sabía cuándo cualquier adversidad podía presentarse y ahora que estaba sola debía tener especial cuidado con su hija.
Por eso mantenía siempre su ropa al día y una pequeña maleta esperando por ser tomada ante cualquier urgencia que se presentara, aprendió que debía llevar toallas, cobijas, pañales, ropa de repuesto, teteros limpios, medicamentos, repelente, cremita especial, saquitos y hasta una sombrilla. Perdida en sus pensamientos apresuro sus pasos al despertar y descubrir que había alguien siguiéndola, sus pisadas no eran particularmente fuertes, pero tampoco lo suficientemente ligeras para pasar desapercibidas. Si sus sentidos no le fallaban quien sea que estuviera detrás suyo era mucho más grande que un hombre promedio y podía asegurar que más pesado también, su instinto le decía que sus intenciones no eran tan buenas y ella aprendió a nunca desconfiar de su instinto, mucho menos de los mensajes que le enviaba su cuerpo, el nacimiento de Amelie ya fue suficiente lección y experiencia.
Miro ligeramente sobre su hombre y logro captar brevemente su figura, era particularmente amenazante y no quería arriesgarse a que le pasara cualquier cosa y dejar a su pobre bebe huérfana, suficiente tenía con no tener padre (de momento), siguió avanzando y frenando ocasionalmente para discernir si la estaban siguiendo o no y efectivamente descubrió que si lo estaban haciendo. Así que en un natural movimiento se detuvo frente a una cabida telefónica que se ubicaba de lado y entro, el hombre no tuvo más que seguir de largo, sino quería ser demasiado obvio.
Continuando con su pequeña treta metió las monedas y llamo a la línea de su casa, hablo con Ty y le explico que ya iba en camino, que por favor le pidiera a Death que la esperara afuera, para entrar juntos. Ya no se sentía tan segura y las horas habían pasado desde que se fue. El otro acepto comprendiendo su miedo y algo más tranquila siguió caminando, sentía que la vigilaban, pero ya era poco lo que podía hacer referente a eso. Los pechos le dolían un poco porque Amelie llevaba negándose a comer desde hace unas 5 horas, la pequeña complicada decidió que quería comer cualquier cosa menos leche y por eso tenía sus pechos a estallar.
Faltando unas dos calles para llegar se encontró con Death y sin poder evitarlo soltó las bolsas con suavidad para después saltarle encima, rodeando con sus piernas aquella fuerte cintura mientras se inclinaba ante su oído y le susurraba sobre el tipo, el susto que vivió y que gracias a dios no era algo realmente importante. El otro asintió comprendiéndola mientras miraba toda la calle con algo de alerta, no encontró nada sospechoso, pero aun así le recordó no salir sola, mucho menos en compañía del pequeño sol que todos tenían por familia y centro de su universo.
La bajo, agarro las bolsas y con la pelinegra aferrada a su brazo empezaron a caminar con dirección al pequeño apartamento, antes de entrar miro hacia atrás una última vez y soltando un suspiro de alivio al no encontrar algo fuera de lo común, cerró la puerta.
Cerca de dos horas después la menor de las James salía por la puerta en compañía de Tyler y Death venían conversando en voz baja y riendo de alguna tontería que alguno había soltado. La pelinegra prometió cuidarse ante la preocupación de sus amigos y despidiéndose de ellos les dio un beso y un abrazo, antes de recordarles que avanzaran con cuidado y llamaran apenas llegaran a salvo a casa. Hasta que ambos hombres no se convirtieron en una mancha borrosa en el camino y ya no era posible visualizarlos, la pelinegra entro y cerró la puerta, poniéndole seguro y apagando las luces a su paso, en el transcurso de llegar a su cuarto se asomó a la habitación de su hija, visualizo la pequeña cuna y su bebita durmiendo cómodamente en ella, le dio un beso en la frente, la arropo mejor y se aseguró de que el teléfono de bebes (no sé cómo se llama) estuviera activado, confirmando que todo estaba bien se dirigió a su cuarto y ahí se alisto para dormir.
..............................................................................................................
Amelie lloraba en su pequeña cunita y sabía que a esta hora si o si debía ser por hambre, la pequeña tenía esa rutina. Apesumbrada se levantó y fue a su cuarto, donde la tomo en brazos tratando de calmarla antes de llegar a la cocina, donde preparo un poquito de pure con la pequeña melosa colgada de su torso como si fuera un koala, uno demasiado posesivo cabe recalcar.
La fruta ya la tenía cocida y lista, solo era cuestión de rebajarla con un poquito de agua y agregarle un poquito de cereal en hojuelas especiales para bebes. Aquello en compañía de la leche materna le aseguraba que Amelie no volviera a levantarse hasta más o menos las 5 de la mañana por culpa del pañal, el cual debía limpiar para que su princesa siguiera durmiendo hasta bien entrada las 9.
Hablándole bajito con tono de voz mimado y haciéndola reír a carcajadas, prendió la luz de la sala y un grito de intenso terror escapo de sus labios al verlo ahí, sentado en su pequeño sillón, ocupando toda la instancia con su amenazante presencia. El puro entre sus dedos y la forma en que la miraban le hacían saber el peligro en que se hallaba y resignada supo que no podía hacer nada para evitarlo y huir de esta situación, mucho menos cuando los ojos verdes se enfocaron en la pequeña existencia entre sus brazos.
-Buenas noches, ved'ma.
-Ilenko...
La voz le salió entrecortada, el miedo era palpable, su instinto de supervivencia le rugía por huir, pero sabía que no podía hacer eso. No con un hombre como ese en su casa, nunca con un bebe en brazos, misma que empezaba a fruncir los labios golpeándola en el pecho para atraer su atención y al no lograrlo estallo en llanto. Despertando de su sopor se apresuró a depositar la papilla en la mesa y a tratar de calmarla, secándole la carita y susurrándole palabras de consuelo, con la estancia nuevamente en silencio halo de la sillita para bebes y se dedicó a alimentar a su hija. Sentía la mirada del ruso en cada uno de sus movimientos (acechándola) y también la ira que burbujeaba bajo su piel.
- ¿De quién es?
-Es mía
- ¿Quién es el padre Emma?
-No lo sé, un día solo amanecí así
- ¿Te parece que estoy bromeando? -la pelinegra se giró de medio lado y le hecho una mirada, no, claro que no estaba bromeando, pero ella tampoco. Indiferente alzo los hombros y se volvió a enfocar en su hija, quien le sonreía desde su pequeña sillita. Por dentro temblaba de miedo.
-No es mi culpa que no me quieras creer. Un día simplemente amanecí así y ya está.
-Termina de atenderla y acuéstala. Tú y yo tendremos una conversación muy seria-le susurra con tono peligroso a la altura de su oreja, mientras hace una cola de caballo con una mano y con la otra le presiona la mandíbula con fuerza, dejando seguramente la forma de sus dedos marcados en dicha zona. No tiene ni idea de en qué momento se acercó y se pregunta cómo alguien tan grande puede ser tan sigiloso.
Voltea a mirar a su hija con lágrimas sin derramar y suspira temblorosa al ver como la pequeña rubia le sonríe con verdadera alegría al hombre detrás suyo y lo mira fijamente con esos ojos de un azul tan brillante y que resulta tan problemático. Las mechas rubias que adornan su cabecita no pueden hacer nada por negar su genética. Ella lo sabe y el también.
Vuelve a su puesto, en uno de sus sillones, aguardando. Su atención es nuevamente atraída por su pequeña niña, quien estira los brazos en clara señal de que la cargue y una vez cómoda entre sus brazos se gira en dirección al enorme hombre a quien le vuelve a sonreír y le estira las manos solicitando que la cargue. Al no cumplir su capricho, se remueve entre los brazos de su madre y prontamente está volviendo a llorar, gritando como una pequeña berrinchuda. Emma se encuentra incomoda y no sabe si en un acto de valentía o estupidez se acerca al sitio del ruso y le estira a su hija, quien prácticamente le salta encima.
Ni corto ni perezoso el ruso la recibe en brazos y justo en ese momento ocurre algo mágico, sus gestos se transforman, el aura de enojo que tenia se evapora y lo que parece ser el indicio de una sonrisa nace en su boca, mientras detalla con gran atención cada parte de su hija. La conexión que surge entre ambos, la misma que tiene ella con su hija la sobresalta y le hace sentir incomoda. Y peor aún, le aterra que su "secreto" sea descubierto antes de si quiera ocultarlo bien.
Resignada los observo un rato antes de dirigirse a la cocina y acomodar todo el desorden que había hecho, mirando claro en cada oportunidad que se le presentara, la interacción del amenazante vikingo con su hija.
Una vez la cocina limpia se dirigió otra vez a la sala y ahí se encontró con su pequeña princesa reposando sobre el enorme pecho del ruso mientras se refregaba los ojitos casi que con ira. Tenía sueño, pero era tan caprichosa que trataba de forzarse a mantener despierta, la molestia y el inicio del llanto fue su señal para acercarse, sin miedo ni segundas miradas se acercó y prácticamente se la arrebato de los brazos, para acomodarla sobre su pecho antes de buscar sentarse en la zona más oscura del lugar y revelar con algo de vergüenza uno de sus pechos.
La rubia no tardo en abalanzarse al pezón expuesto y chupar de el con desesperación, a medida que pasaban los minutos se iba quedando dormida mientras sudaba profusamente. Algo más relajada trato de retirarle su pecho, para ser sorprendida con la pequeña boca de su hija que chupaba más, casi con miedo de que se la fuera a quitar.
Unos 10 minutos después y ya segura de que dormía bien, la retiro con cuidado y la puso sobre su hombro para ayudarle a expulsar los gases. No se olvidó de acomodar su top, se acercó al cuarto y la deposito con cuidado en su pequeña cunita sintiendo la presencia y la mirada del ruso en todo momento. Salió de dicho cuarto algo abrumada y lo más silenciosa posible, los bellos se le erizaron y los pezones también.
No había terminado de poner un pie dentro de su cuarto cuando ya estaba siendo cargada por el ruso y depositada con rudeza sobre la cama, una de sus grandes manos apretaba su seno izquierdo, mientras la otra recorría su pierna de arriba abajo y la obligaba a apoyarla contra la cadera ajena. Su boca estaba siendo devorada por la contraria y pronto debieron separarse por la falta de aire. Se miraron por un breve instante antes de que el enorme hombre entre sus piernas fuera dejando mordidas agresivas que la tenían tan húmeda.
-No tienes idea de lo excitante que es tener tus piernas rodeándome ved'ma
Soltó a la vez que se refregaba contra su zona intima por encima del corto pantalón que no hacía nada por ocultar la excitación que tenía. Fue tomada por sorpresa cuando su cuerpo fue volteado sobre el colchón, dejándola boca abajo e imposibilitándola de cualquier movimiento. Sus manos fueron apresadas a su espalda y el short corrió el mismo destino que el edredón de su cama, tirado en el piso.
-Sin bragas ¿eh, ved'ma?
El tono con el que lo dijo no fue muy amistoso o positivo, así que se contuvo de darle una respuesta y eso le gano un golpe que no se esperaba.
- ¿A quién esperabas así vestida zorra? -pregunta con gran enojo- ¡Contesta! -le grita halándola con fuerza del cabello y poniéndola en una muy incómoda posición donde su espalda queda arqueada y su zona baja queda en contacto con la erección del ruso quien no para de frotar, su mano derecha viaja hacia el delgado cuello, mismo que empieza a apretar cortando el paso del aire ante la falta de respuesta.
-Contesta ved'ma ¿esperabas ser la puta de alguien? ¿se te olvido quien es tu dueño? -pregunta con mayor modulo, el agarre se vuelve mas fuerte a medida que el silencio avanza-contéstame ved'ma o no te va a gustar lo que hare contigo-dice mientras le suelta el cuello y en su lugar dirige la mano al coño que ya gotea por la vergonzosa excitación que el trato rudo tanto le provoca.
-A nadie, no esperaba a nadie-responde frustrada cuando su clítoris es apretado con fuerza y los dedos que tanto ansían se entierren en su cavidad, bordean su pequeño agujero, tratándola con burla. Con gran vergüenza debe admitir que mueve las caderas buscando aquello que tanto le están negando.
El ruso no responde a su comentario, en cambio retira la mano de tan caliente y húmeda zona y lo que hace es tirarla con rudeza sobre la cama, en la posición original que la había hecho adoptar. Con el torso apoyado contra el colchón, el culo en pompa y las piernas bien separadas, dejando a simple vista el pequeño y codicioso agujero que se abría y cerraba desesperado por atención, mientras seguía escurriendo humedad.
- ¿Por qué dejas que te toquen de esa manera? -gruñe contra su oído, mordiendo el sensible lóbulo.
- No se de que me estas hablando-contesta como puede tratando inútilmente de escapar, el calor que siente no le gusta nada.
-Lo sabes bien, maldita cría-el golpe que vino la puso a chillar-estoy muy enojado y celoso. Sabes que no me gusta que toquen lo mío y mucho menos que me mientan, ved'ma.
-Yo no te mentí-gimoteo
-Lo hiciste y eso te va a pesar-se retiró, poniendo los nervios en punta a la menor de los james, quien se removía inútilmente tratando de averiguar que planeaba.
Estaba nerviosa y asustada, porque estaba demasiado expuesta, esa posición la dejaba vulnerable a cualquier tipo de ataque. El ruso podía hacer lo que quisiera y ella no tendría la mínima posibilidad de defenderse.
Grito sorprendida cuando sintió un golpe demasiado fuerte, no eran los mismo de antes, donde el controlaba su fuerza al momento de castigarla. Eran peores, mas agresivos, llenos de enojo y con clara intención de lastimarla. Mas golpes cayeron de lleno sobre su tierna piel y sin quererlo se vio transportada nuevamente a su departamento en Moscú, luego de que él hubiera matado al juez, cuando la hizo acostarse en el suelo y empezó a zurrarla con saña.
Los golpes no se detenían y estaba tan avergonzada, de que pese al escozor que sentía su núcleo no dejara de emitir fluidos, se sentía sucia por todo el deseo que iba acumulando. Un golpe particularmente mas duro la hizo rebotar y sintiendo las mejillas de su culo en carne viva solo pudo hacer una cosa: Rogar, rogar que se detuviera y la perdonara, rogar para que dejarla de maltratarla, rogar para que se apiadara de ella y dirigiera sus dedos por toda la línea del centro entre sus piernas, para luego perderse en lo profundo de su cavidad vaginal y le diera el orgasmo que tanto estaba queriendo alcanzar.
Supo que se detuvo cuando los corrientazos dejaron de llegar y en el cuarto ya no se escuchaba el contacto que, hacia su delicada piel con aquella mano, sino que por el contrario se oía un leve gimoteo y no pudo evitar dejar escapar un sollozo bajo, al tiempo que la agonía avasallaba su pecho y el cuerpo le temblaba por las lágrimas que en este punto se le hacían imposibles retener.
Dejo de sentir su presencia y se tenso cuando le soltó el amarre de unas cuerdas que no supo cuando las puso y mucho menos de donde las consiguió, lo único que tenia claro es que se levantaría con el cuerpo lleno de marcas e iba a sufrir con la sola idea de ponerse cualquier prenda. El rumbo de sus pensamientos se vio desviado cuando reacciono y noto como la dejaba boca abajo en la cama, con las piernas extendidas en una posición mas cómoda y procedía a untar una crema que no sabía de donde cogió, pero le servía mucho, porque agregaba a su piel sensible un toque de frio que aliviaba su dolor.
El suave masaje la tenia en una bruma de placer e insatisfacción, porque su coño no dejaba de botar lubricación casi que, rogando por algo de atención, por mínima que pareciera y sus ruegos al parecer fueron escuchados, cuando el ruso se meto entre sus piernas abriéndolas ligeramente e inclinándose para dejar salir su aliento en dicha zona. Por desgracia, nada la preparo para sentirlo abrir los globos que tenia por trasero y dejar a plena vista su segundo agujero y su pena fue mayor cuando no contento con eso paseo la lengua por dicho lugar de arriba abajo, ignorando cruelmente su tan necesitada vagina.
Los lenguetones no paraban y cuando se resignaba a correrse de esa manera, nuevamente se vio sorprendida por el rápido cambio de posición, quedo boca arriba sobre el colchón, con sus nalgas resentidas, pero olvidadas cuando esa tentadora boca bajo sobre sus rostros y le robo un devastador beso alternado con mordidas que claramente le dejarían una marca espantosa. A la vez que magreos sobre sus olvidados pechos, un apretón particular en su pezón izquierdo la hizo gemir con fuerza, estaba tan sensible en esa zona, más por el hecho de que Amelie se alimentó de un solo pecho.
No falto mucho para que la leche empezara a desbordarse desde dicha área y si por un momento pensó que tener sexo anal con Ilenko era de las cosas más excitantes, sucias y vergonzosas que había hecho, se equivocó mucho, porque nada la preparo para el impacto que le genero verlo prendido de su seno y bebiendo la leche que es alimento para su hija.
Nada la preparo para sentirse aún más excitada de lo normal con tan solo esa imagen y mayor pena paso cuando solo hizo falta un efímero roce entre su pezón y los dientes de aquel hombre para que se corriera con fuerza. Flotando en una especie de limbo y con los músculos totalmente relajados, hacia mucho que había olvidado tan placentera sensación. Sus pequeñas manos no eran suficientes para darle el placer al que el ruso la acostumbro y aquel pequeño vibrador empolvado en uno de sus cajones, tampoco.
-Eso fue muy rápido ved'ma-contesto con burla
-Oh, cállate
Le empujo con coquetería del hombro y en respuesta él fue bajando, dejando besos esparcidos por todo su vientre, marcando el área y observándola con veneración, muy dentro de si lo imaginaba distendido, un poco duro, pero salvaguardando una nueva vida, una pequeña parte de ambos, una mezcla perfecta.
Porque él lo sabía, aun sin que ella tuviera que decírselo, sabía que aquel pequeño querubín era suyo, era su hija, su descendiente y si bien traía serias inconveniencias, era una sorpresa grata y bien recibida. Su pecho se inflo de orgullo y el ego le aumento, la había llenado y ella había recibido gustosa el derrame que la había preñado y no contenta con eso había dado a luz a su cría, una prole digna y magnifica como solo su madre podría llegar a ser.
Ese era un hecho que no podía dejar pasar, porque Emma misma había reafirmado su cadena, se había encadenado a vivir bajo su existencia hasta el final de los tiempos.
Continúo descendiendo para buscar aquel pedazo de cielo que lo tenia idiotizado, ese pequeño agujero era como una droga para él, no podía olvidarla, ni a ella, ni sus expresiones, ni su inocencia y sus ganas de aprender más.
Falto poco para que se viera subiendo y bajando la lengua a lo largo de ese húmedo canal, el sabor estallaba en su boca de una manera diferente y el olor que había lo tenia mareado, no aguantando mas se prendió del pequeño clítoris como un poseso y no le importo hacer correr a su ninfa una y otra vez, bebió con gusto todo lo que le dio aun no y la obligó a darle más, sin importarle el estado de sensibilidad en el que seguramente ya se encontraba, no se detuvo hasta que estuvo medianamente satisfecho.
Mientras se eleva sobre su cuerpo deja caricias suaves con las yemas de sus dedos en el cuerpo de la bruja que esta debajo suyo, misma que se eriza toda y sin ser realmente consiente se tensa toda, con los pezones duros como una roca.
-No más...por favor...es demasiado-dice como puede y en respuesta escucha una risa baja, esta demasiado cansada y con mucha flojera como para abrir los ojos. Se tensa un poco cuando el se retira de encima suyo y vuelve poniendo algo encima de sus labios, mientras la trata de ubicar en una posición sentada con su mano libre.
-Bebe, ved'ma-dice bajo y no le queda mas que acatar el pedido, recibiendo con los labios entre abiertos la dulce bebida que cae como un manjar a su seca garganta, enserio necesita recuperar todo el liquido que tan penosamente perdió.
Su falta de animo no le permite tomar bien, por lo que parte del liquido se desliza a lo largo de su torso y se mezcla con algunos de los fluidos que sobre su abdomen ya yacían.
-Aun sigo enojado contigo-le dice bajo y aquel tono la pone tensa, el miedo empieza a invadir su sistema- ¿Cómo planeas recompensarme por todas tus mentiras?
-Yo...Yo no
-Se coherente bebé y ten mucho cuidado con lo que vas a decir, porque puede que no me gusten tus palabras.
-Yo no tengo nada para ofrecer...
-Claro que lo tienes-le dice posicionándose a sus espaldas, con la inmensa espalda recostada en el espaldar de la cama y con las piernas abiertas, girándose para mirarlo no sabe cuando se desnudo por completo y no puede evitar repararlo de arriba abajo, embelesada por la belleza y magnetismo sexual que emite con cada respiración.
Una caricia en su muslo la hace salir de las escenas que en su cabeza ha creado. Lo mira y evalúa, pensando en una manera de calmar su enojo, piensa en todo lo que han hecho cuando están solos, son pocas las cosas que no la haya obligado a probar, que ella le haya dado o que este gustosa de recibir.
Algo para ofrecerle
Piensa y piensa hasta que logra dar con algo, la sola idea de ponerse ante el así, de ofrecérsele de esa manera la hace ponerse colorada, suspira temblorosa y sabe que el no la dejara ir así sin más, lo conoce, no tanto como le gustaría, pero lo conoce.
Suelta un ultimo suspiro antes de ponerse en la posición que al parecer tanto le gusta, baja el torso sobre la cama y deja en el aire sus marcados glúteos, solo que en esta ocasión hay un cambio, con algo de vergüenza y el rostro encendido lleva sus manos hacia sus dos globos y los separo, ofreciéndole su pequeño segundo agujero. Y siente mas que saber que hizo lo "correcto" cuando percibe como los gordos dedos del ruso acarician su agüero, antes de buscar entrar aprovechándose de la previa lubricación que caía sobre esa área al estar bocarriba.
-Bien hecho. Ved'ma
Solo tiende a asentir antes de morder con fuerza la almohada cuando siente como la enorme cabeza de aquel miembro fuerza su entrada a tan pequeña cavidad, dejando un regusto de ardor a su paso, hace tanto que no tiene nada adentro.
-Mierda, estas tan jodidamente apretada
Pese a saber eso los embates no se detienen, de hecho, aumentan con fuerza y sin quererlo se ve inducida en una bruma de placer que la tiene mareado, gimiendo como una perra en celo y con la humedad escurriendo por sus piernas, mientras el ruso sigue incrustando su herramienta con un intenso vaivén a la par que mete dos dedos dentro de su otra cavidad.
Vuelve a correrse con fuerza con la garganta encendida de lo mucho que esta gimiendo, las embestidas se reanudan y solo cuando atraviesa su segundo orgasmo puede sentir como algo tibio la llena por dentro.
-Voy a preñarte otra vez ved'ma-en respuesta solo recibe un gemido de anticipación-pero antes voy a cobrar mi deuda y voy a romperte ese culo.
Eso altera todo y la menor de las James lo hace saber al removerse inquieta, antes de que un golpe la haga detenerse y la obligue quedarse quieta. El dolor es peor que antes, sentir como sus músculos se distienden tratando de guardar algo que no es apto, peor aún, se tratan de amoldar a ese extraño e invasor cuerpo, es un verdadero suplicio.
Pero el ruso se apiada de ella y busca darle un poco de placer, por lo que sus dedos invaden nuevamente su canal desatando una nueva oleada de fluidos que corren como un rio a lo largo de sus piernas. Las arremetidas empiezan y la mezcla entre dolor y placer es tan intenso que siente como algo enorme se construye en su bajo vientre, se siente desfallecer y asustada trata de huir. Pero el inmenso hombre que tiene detrás no la deja, por el contrario, arremete con mas fuerza, desencadenando aquello que tanto quiso aprisionarla y dificultándole el respirar. Pero nada termina ahí, hacen cambios en las posiciones poniendo a prueba su flexibilidad, se siente destrozada por dentro y un nuevo orgasmo es desencadenado cuando siente que el la llena, otra vez.
-Mas...-Susurra sin aliento y como puede, esta agotada, la garganta la tiene seca, las nalgas en carne viva y esta saciada, pero se siente vacía y extraña tanto tenerlo dentro suyo. La sola idea de dormir con su erección enterrada en lo mas profundo de su ser la hace excitarse otra vez.
-No puedes ni contigo misma ahora ved'ma, duerme un poco. Ya es tarde y en unas horas tendrás a una pequeña niña exigiendo tu atención-murmura ronco, con las manos rodeando su pequeña cintura y las piernas entrelazadas.
La pelinegra deja salir un ruido inentendible antes de dejarse ir, saciada y cómoda, rodeada del calor y el olor de su verdugo. El ruso poco hace por mantenerse despierto, la apresa un poco más antes de morder y chupar con fuerza a un lado de su cuello, asegurándose de dejar una enorme marca que grite por si sola que la pelinegra tiene dueño. Se duerme también, pensando en el pequeño ser que duerme al lado y todo lo que tiene que hacer para asegurar su futuro.
FIN