FANFIC ILEMMA [EDITANDO]

By armysandbooks

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Aqui publico los fanfics ilemma que escribo en facebook, los personajes no son míos créditos a EVA MUÑOZ la c... More

ANUNCIO
ANIVERSARIO
AMORIO (2)
CELOS PATERNALES
CELOS PATERNALES PT2
CELOS
CELOS PT.2
Copulando románticamente
ESPOSA
Especial Mamas 01
Especial mamas 02
Especial Mamas 03
Especial Mamas 04
Especial Mamas 05
Formando una familia
Formando una familia
Formando una familia
GANGSTA PT. 2
GANGSTA PT. 1
Momento Romanov James
RECUERDOS PT.1
RECUERDOS PT.2
RECUERDOS PT.3
RECUERDOS PT.4
PRIMERA VEZ
PRIMERA VEZ PT.2
ANUNCIO
¿DONDE ESTA MAMA?
PRIMER DIA DE CLASES
PRIMER DIA DE CLASES PT.2
PRIMER DIA DE CLASES PT.3
PRIMER DIA DE CLASES PT.4
Mundo alterno (triste)
Mundo Alterno (Triste-02)
Mundo Alterno (triste-Final Alterno)
MUNDO ALTERNATIVO 01
SORPRESA 01
SORPRESA 01 (P2)
SORPRESA 01 (P3)
Emma Morgan Mitchels
Emma Morgan Mitchels (Pasado)
VALU PT.1
VALU PT.2
VALU PT.3
VALU PT.4
VALU PT.5
VALU PT.6
VALU PT.7
VALU PT.8
QUEEN'S (2)
EMMA EN LA BRATVA
EMMA EN LA BRATVA PT.2
EMMA EN LA BRATVA PT.3
EMMA EN LA BRATVA PT.4
EMMA EN LA BRATVA PT.5
EMMA EN LA BRATVA PT 6
EMMA EN LA BRATVA PT7
EL BOSS ESTÁ ENFERMO
Sencillamente Emma
Sencillamente Emma 02
Sencillamente Emma 03
Vacaciones Ilemma
Atrapados
Especial Navideño 01
Otro fanfic triste
Primer Amor
Primer Amor 2
CEI
CEI (2)
Problema de Pareja
Tentación
MILICIA
MILICIA (2)
SORPRESA 02
MINI FANFIC
MINI FANFIC 2
MINI FANFIC 3
HOLA (2)
HOLA (1)
PAGO
HISTORIA
DIA DEL PADRE
POEMA 1
POEMA 2
POEMA 3
POEMA 4
POEMA 5
DADDY 1
DANCER 1
18 HORAS
DIOSES DEL OLIMPO 1

AMORIO

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By armysandbooks

Idea General: Ilenko Romanov es el Boss de la mafia rusa y en su fachada de empresario tiene un romance con su nueva secretaria, Emma james. 

Capitulo 1: Miedo 

Ilenko Romanov es el Pakhan de la mafia rusa, y como tal tiene a su disposición hombres y mujeres listos para entregar su vida como muestra de honor. Verdaderas hembras modificadas para satisfacerlo, con curvas despampanantes y proporciones muy voluptuosas dispuestas a convertirse en sus sumisas, asesinas y espías perfectamente entrenadas gustosas de humillarse y doblegarse, solo por y para él. Pero aquí se encontraba, en su oficina, con las manos apoyadas sobre la superficie del escritorio mientras dejaba besos a lo largo del níveo cuello que se le exponía.

La pelinegra que estaba perdida en el deseo no debería estar haciendo eso, no es ético y mucho menos profesional el estar sentada sobre el escritorio de tu jefe, con las piernas abiertas, la chaqueta en algún lugar de la habitación y la falda sobre las caderas permitiendo que ese delicioso hombre, grande y poderoso se posicione en medio de ellas. La humedad que empieza a crecer en su entrepierna la incomoda mucho y siente que los besos ya no son iguales, el que su jefe acaricie sus glúteos buscando subir más la tensa de sobre manera y muchas imágenes empiezan a sobreponerse con la actual.

Cierra los ojos con fuerza buscando espantar el miedo y recordándose que este es el mundo real, que entre sus piernas tiene a un hombre sensual y mayor dispuesto a cumplir sus caprichos, que no está en peligro y que por supuesto no está atrapada en el infierno de pesadilla que su maldito cerebro ha creado.

-No-susurra con poca fuerza, las vías respiratorias se le empiezan a cerrar y su cuerpo empieza a temblar a la vez que va sintiendo como la recorren algunos espasmos, está entrando en un ataque de pánico - ¡No! - grita con lo que cree es más fuerza

El hombre no hace ademán de soltarla, pueda que no la haya escuchado, pero su desesperación es tanta que reacciona de manera inmediata, haciendo uso de su instinto de supervivencia, el cual la motiva a removerse contra el enorme cofre que la mantiene aprisionada, buscando escapar y al no lograrlo tantea a lo largo del escritorio, esperando encontrar algo que le permita huir. Y cuando siente algo redondo y de contextura dura, no duda en tomarlo y estrellarlo con fuerza contra la cabeza del hombre que para ese entonces ya se ha convertido en su enemigo.

- ¡He dicho que no! -ruge con una fuerza y convicción que la deja sorprendida hasta a ella, no demora en bajarse de la superficie caoba una vez ve la oportunidad, los ojos los tiene nublados con las lágrimas que están cayendo por sus mejillas y se apresura a bajar su falda cubriendo las pequeñas bragas que horas antes escogió con tanta dedicación.

El hombre se ve serio con expresión pétrea, el cuerpo lo tiene tensionado y la mirada de muerte que pone, la hace temblar aún más. No da indicios de nada y lo único que hace es acomodarse la ropa mientras trata de limpiar la sangre que desciende por su rostro.

-Yo...l-lo...lo lamento...no quería...yo-los hipidos no la dejan seguir y los ojos los tiene abiertos del miedo y la impresión que le ha generado todo. No debió haber hecho eso y ahora es que se reprende por haber reaccionado de tal manera.

-No debí perder mi tiempo metiéndome con crías-susurra el hombre encaminándose a la salida y aquello le duele, pero los sentimientos que le provocó el comentario quedan cortos cuando capta la mirada de desprecio y desdén que el ruso le está dirigiendo, aquello se siente como una bofetada -está de sobra decir que estás despedida-culmina antes de abrir la puerta y largarse dando un portazo.

La pelinegra siente que le pitan los oídos, se siente sumergida en otro mundo, como si su cuerpo no fuera suyo. En piloto automático acomoda los papeles sobre la mesa antes de reaccionar y correr en dirección al baño donde vomitó todo lo que pudo. Cuando por fin espabila ya está en el recibidor de la empresa con una pequeña caja en manos y en su interior carga todo lo que trajo y considera suyo e importante.

Frena un taxi y emprende el viaje en dirección a su casa, en estos momentos agradece tanto el no haber aceptado nunca el departamento que ilenko le estaba ofreciendo. Llega a casa, paga el taxi y se sumerge bajo el agua fría de la regadera rememorando los últimos acontecimientos. No tarda en volver a llorar y con mucha más fuerza que antes, con la mirada del ruso en su cabeza acompañada de las palabras que por años Luciana se pasó gritándole y ella aceptándolas y peor aún, creyéndolas, se encoge aún más, abrazando sus rodillas y balanceándose de atrás hacia adelante, odiándose por dentro ante la incapacidad que tiene para ser una persona normal.

Sale de la ducha y se arregla lo mejor que puede, parte en dirección al metro y entre un par de empujones lo aborda. Cerca de las 4:45 de la tarde se para frente a las puertas de un enorme edificio blanco con ventanales llenos de colores y vida. En ruso, en toda la entrada del lugar reposan las palabras "kashchenko" y tomando una profunda respiración, avanza para tener su cita semanal con su psiquiatra.

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- ¿Así está bien, amo? -pregunta la sumisa vestida de cuero mientras refriega sus enormes pechos en la cara de otra. El silencio fue la única respuesta que recibió.

A la mitad del salón hay unas cinco sumisas brindando placer visual a todos los que las ven, las escasas prendas que llevan están elaboradas en cuero y el espeso maquillaje les da la idea exacta de lo que son: prostitutas de lujo. Uriel mantiene su vista fija en una, mientras su sumisa personal le brinda un masaje en los hombros y la otra le sirve de mesa.

Los movimientos cada vez se vuelven más provocativos, cargando el aire de sexualidad y morbo. El estado de excitación que presentan los hombres es evidente y el único que se ve y permanece ajeno a eso es el ruso que se encuentra sentado a la mitad de todo, como el líder y dueño que es. Fuma un habano y lleva la cabeza hacia atrás recordando todos los acontecimientos del día, y aun sin quererlo Emma James ocupa el primer lugar.

La pequeña ninfa acudió a su empresa por un trabajo, inició siendo limpiadora y en una oportunidad que se le presentó, aprovecho para subir de nivel y posicionarse como la secretaria de presidencia, es decir, su secretaria. Recuerda muy bien el suave meneo de esas caderas, las miradas coquetas que la menor de las James le enviaba y las provocaciones a las que lo sometía. Tiene muy presente los pucheros de capricho que hace al no encontrar la comida que quiere para el día, el gesto de furia ante los desplantes de los hombres y la manera en que los ubica. Tiene aún más presente el brillo de emoción, los ojos oscuros de deseo y la voz dulce que en más de una ocasión lo despertó.

Está estresado y lo que se supone debería servirle para desestresarse solo lo pone más incómodo, porque siente que sus gustos se están reinventando y las escenas que antes lo ponían caliente, ahora solo le generan molestia y desinterés. Ver a esa pequeña coqueta casi todos los días, sentir su perfume entre sus cosas, verla lucir esas pequeñas faldas y el imaginarse lo que se oculta ahí debajo lo tienen salivando desde que la conoció, estaba realmente deseoso de enterrarse en lo profundo de ese estrecho canal y hacerla suya, marcarla de todas las maneras posibles y destruirla para cualquier otro.

Anhelaba devastarla, poseerla, pervertirla, apoderarse de ella y ser su primer todo. El golpe que recibió hoy lo dejó sorprendido porque nunca la pensó capaz de hacer eso. Pero el miedo que veía en sus acciones, el terror que reflejaban sus ojos y la vaga sensación de trance que la morena presentaba lo dejaron pensando, nunca hizo o dijo algo que la pusiera a temer, aun y cuando ella era vagamente consciente de que él no era un magnate petrolero convencional, así que algo más debía estar pasando y debía averiguar el que. 

Outfit de Emma

Capitulo 2: Revelación 

-Eres una mentirosa Emma-grito una mujer y al regaño lo secundo el sonido de una bofetada y un pequeño cuerpo choco contra el suelo debido a la magnitud de la misma, la menor mencionada se cubrió la cara mientras lloraba con fuerza, la mejilla lentamente se volvió roja y sangre bajaba del labio reventado.

-No...no miento...de verdad-lloraba con más fuerza mientras miraba a su padre con la cara llena de lágrimas- ¡debes creerme, papá!

-Deja de mentir emm, verás que así no te castigan-comentó Rachel con actitud comprensiva, la joven de 16 años se acuclilló a la altura de la menor y pasó una mano a lo largo de su espalda, buscaba darle apoyo, pero lo único que logró fue generar un mayor distanciamiento entre las dos.

- ¡Ya basta! Emma debe dejar de portarse como una caprichosa, y debe aprender que no está bien mentir-se fue acercando lentamente la mujer antes de tomarla con fuerza de uno de los brazos y apretarlo de tal manera que las uñas dejaron grandes arañazos en la delicada piel- eres una inconsciente y una mentirosa, nosotros no criamos mentirosas-alzó la mano y antes de que esta descendiera sobre su rostro otra vez, se escuchó una voz.

-Despierta

La pelinegra se levantó alterada y muy desorientada. Trató de calmar su respiración y limpiar el sudor que corría por su frente, poco a poco volvió en sí y se dio cuenta de que no estaba en su casa, sino que seguía en el consultorio de su psiquiatra, sobre un cómodo y caro sillón de cuero color café.

-Tranquila Emma, estás bien, estás a salvo-hablo con voz pasiva la profesional mientras le pasaba un vaso de agua, la observaba fijamente antes de soltar un fuerte suspiro y dedicarle una pequeña sonrisa a modo de aliento-Pudimos acceder a tus recuerdos Emma.

- ¿Mis recuerdos? -preguntó con voz ronca y claramente sorprendida, no sabia de que hablaba la psiquiatra.

-Cuando los seres humanos pasan por algo traumático, más si son niños, generan un mecanismo de protección inconsciente que les permite olvidar lo que ellos asocian con algo dañino. Y eso es lo que te paso a ti, cuando eras una niña, pasaste por una experiencia realmente traumática y a raíz de eso decidiste suprimir esos recuerdos y por eso ahora estás manifestando cosas que tu cuerpo rechaza de manera inconsciente. ¿Me hago entender?

-Si, pero ¿Qué trauma pude vivir para desarrollar mi condición? Y aún más importante ¿Cuál se supone que es mi condición?

-Se llama...

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Ilenko caminaba en dirección a su oficina, la vista la tenía fija en la nada. Pero obviamente daba una apariencia muy diferente. Un movimiento brusco en su periferia lo obligo a mirar de soslayo y cuando lo hizo se encontró con una mujer adulta, de marcadas curvas y con un uniforme demasiado escandaloso, el corto de la falda, lo apretado de su blusa y el cargado maquillaje que llevaba gritaba sexo, cuando lo vio llegar acorto aún más la falda e hizo lo posible por mover los brazos remarcando el tamaño del, ya de por sí, grande busto.

Y mientras que para los visitantes era algo fenomenal y excitante, para él no pasaba de un acto vulgar e irrespetuoso, se supone que su empresa es una de las mejores y lógicamente su personal debía ser capacitado para los cargos, además de contar con ética laboral y aquella vil mujer parecía una ramera ofreciendo su mercancía al mejor postor.

El ruso siguió como si nada y una vez instalado en su oficina, hizo pasar a la nueva secretaria.

- ¿Por qué estás aquí? -La otra llegó encantada, pensando que tendría una oportunidad con su jefe e hizo lo posible por hacer movimientos sensuales para tentarlo, pero aquella abrupta pregunta la desconcertó.

-Soy su nueva secretaria, señor-sonrió en lo que ella cree es coqueto y sugerente, mientras ponía énfasis en la palabra señor.

-Ya tenía una-contesta frunciendo el ceño.

-Si, pero usted la echo ayer y recursos humanos decidió promoverme, le aseguro que soy muy buena en lo que hago y de mí no tendrá ninguna queja en cuanto a mi desempeño o por la pesada carga de trabajo que me pueda asignar.

-Lastima, porque no la necesito-se levanta con estrépito de la silla donde está sentado y se encamina a la salida de paso se encuentra con el director de recursos humanos, quien se para nervioso ante la mirada que recibe- Abre nuevamente las vacantes para asistente personal y que esta vez sea un hombre. No volveré por hoy.

Sin más que decir se montó a la camioneta que ya lo esperaba y en menos tiempo del esperado llegó al departamento en el que vivía su bruja, los hombres que lo servían sabía que toda puerta debía estar abierta para él. Así que no fue una sorpresa entrar como si nada al lindo departamento que tenía la menor de las James.

El lugar estaba decorado con tonos pastel, predominaba el blanco, el beige y el rosa. Había una que otra planta acomodada de manera estratégica en el lugar, los cuadros que decoraban las paredes eran muy impersonales, algo poco común en una persona con la personalidad de Emma. Siguió curioseando, pasó por una ordenada cocina y terminó en el cuarto de la dueña.

La cama era algo aniñada, pero se veía cómoda, había un escritorio, una mesa auxiliar con una jarra de agua y un tocador, sobre este se veían miles de productos para lo que él supone es el cuidado de la piel y del cabello. En una de las esquinas del cuarto estaba el armario ordenado en función de los colores de las prendas, había una zona específica para los pantalones, otra para las faldas (las cuales eran muchas), otra para las blusas y una última para los sacos, los sweaters y las gabardinas.

Viendo las faldas no puede evitar recordar las suaves y atléticas piernas que la menor de las James posee, según lo que le había dicho se deben a años de patinaje artístico sobre hielo y gimnasia rítmica.

Se sienta en uno de los muebles a esperar la llegada de la dueña, quien no tarda en llegar con la cara pálida y el rostro desfigurado por la preocupación, es totalmente ajena a su presencia y lo primero que hace al llegar es quitarse el abrigo y los zapatos, dejar las llaves sobre alguna mesa y prender el televisor dejando el canal de las noticias, para perderse poco después en el interior de la cocina y con bolsas que supone son la compra.

El ruso no se preocupa por hacerse notar, ya que, cuando la pelinegra salga de la cocina se encontrará de frente con él. Y el grito ahogado que suelta le hace saber que ya se dio cuenta.

- ¿Qué... ¿Qué estás haciendo aquí? -pregunta con los dedos retorciéndose entre sí, es algo que hace cuando está muy nerviosa.

- ¿Qué crees que hago aquí ved'ma?

-Eh, no lo se. Si es por el golpe puedo pagar todo el tratamiento y si es sobre el despido, antes de irme deje todo como estaba en el trabajo. Mi reemplazo no tendrá ninguna dificultad para adaptarse al trabajo-comenta con la mirada baja y eso es algo que lo inquieta, de las semanas/meses que lleva conociendo a Emma James, está jamás le ha bajado la mirada, incluso cuando estaba más enojado que nunca.

-Mh-murmura levemente antes de levantarse en toda su altura y arrinconarla contra la pared, una mano rodea ese pequeño cuello mientras que la otra se pierde entre esas hebras negras y la obliga a inclinar un poco la cabeza hacia atrás, dándole vía libre para apoderarse de esa pequeña y pecaminosa boca.

La pelinegra responde con igual hambre y es que pese a que nunca han ido más allá de besos y leves manoseos se siente tan bien, tan delicioso y lindo. El ruso no demora en tomar sus caderas y tratar de ubicarla a su altura, obligándola a enredar sus piernas a su alrededor. Los besos continúan y ahora bajan por el suave cuello, los jadeos que escapan de la fémina sólo logran encenderlo más y le resulta inverosímil que una cría con 0 experiencia en cuestiones de cama lo excite más que una mujer experta en eso.

La mente se les nubla y el tiempo pasa rápido, cuando menos lo espera siente una mano al interior de su falda, recorriendo los bordes de su pequeña tanga y hundiéndose con la excitación que se escapa de su ser, el sentimiento de incomodidad vuelve, pero ahora trata de olvidarlo. No tiene que ser muy inteligente para saber que el hombre entre sus piernas tiene una vasta experiencia y por ende una larga lista de mujeres que están dispuestas a darle lo que quiere, cuando él quiere. Y pese a que no es propio de ella, mucho menos digno, Emma está dispuesta a dejar de lado su incomodidad y acceder a estar con él así sea una vez, le gusta tanto que cree no tener problema en dejar que la toque.

Pero su cuerpo actúa en contra de las órdenes que emite su cerebro, porque de un momento a otro siente un dolor horrible en su zona baja y la raíz de eso es el intento del ruso de invadir su canal con uno de sus gruesos dedos. Esa zona se siente sensible y el ardor no baja, ni siquiera el intentar ponerse un tampón por primera vez dolió tanto.

- ¿Qué demonios? -murmuró el ruso al notar la resistencia en esa pequeña cavidad y la mirada que le dedica la pelinegra le hace desistir de volverlo a intentar, por dentro se pregunta qué está pasando y la mirada de culpabilidad que emite la morena le hace saber que ella conoce muy bien la respuesta- ¿Qué acaba de pasar Emma?

-Eh...yo...pues...lo que pasa es que yo-está nerviosa y asustada, teme ser rechazada de forma cruel por el castaño frente suyo, ese es un miedo persistente.

-Deja de balbucear-comenta con un tono más pasivo, el enfoque anterior tal vez fue algo agresivo y tal vez le dio a la pelinegra una idea de que la estaba condenando.

-Yo...no se como decirlo, no es fácil-comentó con la idea de hacerlo desistir, pero al ver que no iba a pasar suspiro y cerró los ojos, mientras lentamente se llenaba de determinación-tengo...tengo vaginismo.

Lo único que recibió fue una mirada con el claro mensaje de: Sigue.

-Es una condición donde los músculos de la pelvis se contraen involuntariamente evitando la entrada y salida de cualquier cosa, por ello, me es imposible tener relaciones e incluso ponerme un tampón hasta que por lo menos no acceda a realizar el tratamiento adecuado-todo lo dice mirando a un punto muerto en la pared de enfrente, evitando conscientemente la mirada del ruso.

- ¿A qué se debe? -pregunto estudiando el poco rostro que podía ver de la pelinegra, el rumbo de la conversación no le estaba gustando y por la tensión y palidez que presentó Emma ante su pregunta, esto mucho menos.

-Yo...era porque...cree una fobia sobre esa zona de mi cuerpo, no me siento conforme con ella e incluso el secretar cosas por ahí se me es muy incómodo. Asisto a terapia para aprender a controlarlo y estoy a punto de entrar en la segunda fase del tratamiento, solo es cuestión de tiempo -trata de ser optimista, evitando la respuesta a la pregunta. Sabe que a nadie le va a gustar y no quiere volver a experimentar lo mismo del pasado.

-No me has dicho por qué se creó esa fobia, ved'ma. Y eso es lo que estoy preguntando.

La pelinegra abrió la boca para hablar, pero una imagen en la pantalla la sorprendió. Era un video de su antiguo instituto deportivo, la cámara captaba como la policía entraba al recinto y detenía a muchos de sus antiguos profesores, la foto del que una vez fue su instructor aparece en toda la pantalla con la palabra fugitivo debajo.

La pelinegra se pone pálida y algo tensa.

-Emma-llama el Boss al notarla ida-sigo esperando una respuesta.

-Entre el tratamiento y el diagnóstico están presentes las pruebas de hipnosis, me sometí a varias secciones y descubrimos que cuando estaba pequeña, fui abusada sexualmente, por mi entrenador de gimnasia y patinaje-Su voz pierde fuerza ante la mirada oscura del ruso- Intenté decirle a mamá, pero ella no me creyó y mis hermanas tampoco.

Sintió que lentamente se le formaba un nudo en la garganta, los ojos se le empañan de lágrimas, trató de rehuir la mirada del ruso, no quería ver su asco, su desdén o su rechazo.

-Te juro que yo no tengo la culpa, trate de defenderme y pedir ayuda. Pero solo tenía 8 años y sabía que estaba mal, hice lo que pude- se vio en la necesidad de agregar al alzar la cabeza y ver la mirada de absoluta molestia que el ruso portaba.

Sus palabras parecían caer en oídos sordos, porque no se demoró en alejarse un par de pasos y partir rumbo a la puerta, el miedo a ser abandonada le hizo caer en pánico.

- ¡No miento! y ¡No fue mi culpa!, era una niña y no podía hacer nada, yo no lo seduje, ni le coqueteé de ninguna manera. No es mi culpa que me haya pasado eso y no estoy mintiendo, ¡por favor, debes creerme!

Nada, ni siquiera una mirada de más. Nuevamente la abandonaban, nuevamente la tachaban de mentirosa y nuevamente la condenaban por las acciones de los demás, la víctima era ella, quien debía estar molesta y berreando era ella, quien tiene que vivir con el trauma y las constantes pesadillas es ella. Pero el mundo se ha encargado de culpar a la víctima y justificar al victimario, lo ha vivido antes y seguro lo seguirá viviendo ahora. Es una verdadera lástima que el único hombre que le ha gustado después de esos horribles eventos, la abandona.

Y lo sabía, porque muchas fuentes le han dicho que a los hombres no les suele gustar las mujeres marcadas y ella...hm...ella era una.

Casa de Emma 

Habitación de Emma 

Vaginismo: Es una disfunción sexual femenina caracterizada por el espasmo/contracción de los músculos que rodean la vagina, que ocurre en contra de su voluntad. Los espasmos hacen que la vagina sea muy estrecha y pueden evitar la actividad sexual y los exámenes médicos. 

Imagen Ilustrativa (para que después no digan que aquí no aprenden nada) 


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