Corazón de Piedra

By LadySakuraLee

6.5K 897 343

Una chica que todos odian por ser diferente, encuentra la comprensión y el amor en quien menos lo imaginó (In... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22: Final.

Capítulo 6

280 43 12
By LadySakuraLee

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 6:

-    ¿Sabias que... del odio al amor sólo hay un paso?

Las flores blancas de los damascos danzaron de pronto por el aire guiadas por el fuerte viento del atardecer. Kagome lo miró incrédula ¿qué era la que había dicho? Lo miró con los ojos muy abiertos y con la boca semi abierta. El chico sonrió más ampliamente aún ante la sorprendida chica y la soltó de pronto. Ella se quedó frente a él aún observándolo.

-    De qué te sorprendes.- Preguntó el chico a punto de reír. Kagome arrugó el ceño enojada.

-    De lo idiota que eres.- Dijo de pronto, dándose la vuelta y caminando lo más deprisa posible, aunque no podía sentir evitar un inaudito temblor en sus piernas.

De nuevo en el aula no podía sacar de su mente aquellas palabras tan inquietantes que él había pronunciado. La verdad es que si le temía a ese dicho... porque... que pasaría si ella... no, no claro que no, sonrió para sí misma, mientras lo miraba de reojo y lo veía anotar afanosamente en el cuaderno algún apunte de interés. Si no supiera que es un delincuente... no, claro que... ¿pero qué estaba pensando? ¿por qué de pronto se estaba imaginado tontas posibilidades de estar con él?

-    ... Oh, Kouga... ¿Por quéno vienes a clases?- Se dijo en un suspiroso lamento. Necesitaba estar con alguien y Kouga era el único chico que le hacía compañía en la fría Universidad.

Caminó de vuelta a su casa en la fría noche, pensando una vez más en cómo iba a realizar aquel proyecto si ni siquiera soportaba la presencia de aquel engreído chico. Pero la beca estaba primero... y ella era la única de la cual su madre dependía ahora... ni hablar de su hermana... veía muy pocas posibilidades que las ayudara económicamente y aún así... jamás ocuparía su sucio dinero... Bueno... tal vez tendría que por esta vez ceder en su orgullo y dignidad y trabajar con el chico si es que quería obtener la más alta calificación.

-    Sólo por esta vez, Kagome... sólo por el proyecto... - Se dijo dándose ánimos y sintiendo que debía obtener fuerzas de alguna parte para soportar lo que se venía encima.

********

Kagome lo vio entrar a la cafetería acompañado de otro muchacho que bien sabía era su compinche en aquel secuestro. Los vio reír despreocupadamente y dirigirse a una mesa al otro lado del lugar. Sí, siempre se sentaban en el mismo lugar, igual que ella. Disimuló leer cuando presintió que el chico comenzaba a mirar a su alrededor.

Miroku sonrió para sus adentros cuando vio a su amigo mirar a su alrededor y detener su visión en una silueta solitaria sentada y leyendo un libro cerca de la ventana.

-    Jeje, ni hablar, ya sé que te pasa ti.- Dijo de pronto con una mano afirmada en la cara y mirándolo sonriente. Inuyasha volteó asustado hacia su amigo y luego fingió no entender.

-    ¿A mí? ¿De qué hablas?

La mesera se acercó de pronto y saludó con un beso en la cara a Miroku.

-    ¿Cómo estas?- Preguntó ella sonriente, mientras el chico la miraba embelesado.

-    Después de verte... muy bien.

- Qué gracioso eres.- Sonrió más ella. Luego adoptó una actitud más seria mientras sacaba un bolígrafo y una pequeña libretita.

- Café solo, como siempre... ¿y tu amigo?- Dijo ella mirando a Inuyasha.

-    A él le gustaría probar aquel pastel que esta abandonado en ese lugar- Dijo sonriendo a Sango, mientras apuntaba apenas hacia Kagome.

-    ¡Miroku!!!!- Gritó furioso Inuyasha parándose de pronto. Sango los miró asombrada y luego miró a Kagome.

-    ¿Te gusta Kagome?- Dijo ella sin más, mirando a Inuyasha. El chico la miró asombrado y luego se sentó refunfuñando.

-    ¡Miroku es un payaso!- Dijo cruzándose de brazos y haciendo un desprecio. Sango miró a Miroku que notablemente aguantaba no perder la compostura de reír a destajo.

-    No veo nada de malo en ello- Dijo la chica mirando a Kagome.- Ella es una persona muy amable.

-    ¿Amable?- Dijo Inuyasha elevando un poco la voz y sonriendo irónicamente.- Es la persona más desagradable que he conocido.

-    Eso es mentira... si fuera tan desagradable no andarías siempre detrás de ella.- Rió Miroku. Inuyasha lo miró intimidariamente pero su amigo no le temía, sabía que no corría peligro frente a la bella mesera.

-    No debes hablar así de alguien si no la conoces... - Pronunció Sango mirando seriamente a Inuyasha.

-    Debes escucharla, estudia Psicología- Le dijo Miroku. El chico de ojos dorados los miró seriamente pero nada dijo. Luego miró a Kagome pensativamente: ¿Conocerla? ¿Será posible conocerla?

*********

Subió a la moto colocándose el casco negro sobre la cabeza y haciendo funcionar el pequeño vehículo lo hizo andar esta vez a una velocidad bastante reducida y siempre manteniendo la acera cerca de él. El semáforo cambió a rojo y se detuvo sumido en sus pensamientos ¿porqué estaba pensando tanto en ella? ¿Por qué se empeñaba en estar cerca de ella? ¿Cuál era su verdadero interés? Sintió de pronto que volvía a la realidad cuando escuchó los bocinazos desesperados que los automovilistas le daba. Aceleró despreocupadamente y volvió a aquel peligroso juego de querer esquivar los automóviles a toda velocidad. Era adicto a la adrenalina, no podía evitarlo. Sonrió cuando fue dejando uno tras uno a los demás vehículos, compitiendo en un juego que no estaba implícito, pero del cual no podía dejar de hacer. Más sonriente aún, poco a poco fue disminuyendo la velocidad, hasta ver a través del casco una imagen ya notoriamente familiar caminando lentamente con su típica mochila amarilla a sus espaldas. Hizo una mueca. ¿Acercarse a ella nuevamente?... el proyecto... debían ponerse de acuerdo con el proyecto. Suspiró derrotado.

-    Nooo, mejor lo dejo así- Se dijo en un murmullo, pero aún así llegó hasta su lado y sin pensarlo hizo sonar el acelerador, el cual ronroneó fuertemente. Kagome miró a su lado y lo vio. ¿Porqué no le asombraba que estuviera nuevamente ahí?

-    No te estoy siguiendo.- Dijo el chico rápidamente.

La muchacha siguió caminando lentamente sin inmutarse, pero volvió a mirarlo como dispuesta a hablarle. Se detuvo y el chico también lo hizo. Esta vez no se sacaría el casco... no será que sufra otra improvisada bofetada...

-    Debemos hacer pronto el proyecto- Dijo ella mirándolo seriamente. Él no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa. – mañana es sábado... podríamos juntarnos en la biblioteca... esta abierta todo el día... ¿puedes o estas ocupado?

Inuyasha la miró casi sin creer en sus palabras.

-    No... quiero decir claro... esta bien... - Respondió torpemente. Ella sonrió un poco.

-    Que bien... bueno... fija la hora.

-    Eeeeee... no sé... - Dijo titubeando... es que aún no podía creer que ella le estuviera hablando de esa forma.

-    Juntémonos temprano, la biblioteca se llena en estas fechas... por los exámenes- Acotó Kagome seriamente.

Él movió la cabeza haciendo un gesto afirmativo y la muchacha sonrió levemente complacida. Luego Kagome siguió su camino sin despedirse, dejando a un chico totalmente desconcertado.

********

Cuando entró al oscuro edificio eran pocas las personas que allí se encontraban aún. Miró a su alrededor sintiendo que el corazón comenzaba extrañamente a latir con una inusitada rapidez y luego sus pasos se dirigieron hasta las salas de estudio, mirando por los ventanales aquel rostro femenino que ya tanto se le hacía familiar. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios cuando finalmente encontró a la persona que buscaba. Antes de entrar, arregló su cabello y su chaqueta mirando su reflejo en las ventanas. Sus brillosos ojos dorados reflejaron un rostro que a él mismo le pareció extraño... ¿qué demonios estaba haciendo? Se asustó, es verdad... ¿qué eran todas estas extrañas conductas que estaba adoptando? Exasperado por sí mismo, carraspeó antes de entrar a la sala y luego entró aparentando normalidad... pero no lo era, estaba demasiado nervioso. Se posó a su lado mientras ella leía con afán un grueso libro. Kagome sintió el extraño perfume varonil cerca de ella y levantó la vista rápidamente. Ahí estaba él, mirándola ansioso.

-    Hola.- Dijo él. Kagome dejó el libro sobre la mesa.

-    Hola... creí que no vendrías.- Dijo ella. Para Inuyasha aquel tono de voz tan... amable de ella le era totalmente desconocido.

-    Lo siento... aunque es sábado había un poco de tráfico- Dijo sentándose a su lado, pero estaba tan nervioso y sus movimientos fueron tan bruscos que no pudo evitar hacer ruido estrepitosamente con la silla. Kagome lo miró de reojo mientras intentaba nuevamente concentrase en su libro sin entender tampoco porqué de pronto sentía que le faltaba el aire.

-    La perla de shikon... una perla creada hace muchísimos siglos. Se dice que tenía extraordinarios poderes y que hubieron muchas guerras a causa de ella. – Comenzó a relatar Kagome sin mirarlo, teniendo la vista concentrada en su libro. Inuyasha dejó su mochila sobre la mesa y comenzó a escuchar interesado... aunque poco a poco fue perdiendo la concentración para verse de pronto contemplando el perfil de la muchacha. De rasgos finos y delicados, sus cabellos negros caían largamente por la espalda formándose al final unos traviesos rizos. Su flequillo estaba un poco desordenado sobre la frente y sus ojos inquietos y castaños eran adornados por largas y tupidas pestañas tan negrísimas como su propio cabello. Todo perfectamente contrastado con su nívea y tersa piel, aunque sus mejillas un poco sonrosadas le daban el color a su cara, sus labios extrañamente carnosos y rosados le produjeron una sensación extraña que sin querer se vio deseoso de probar. Instintivamente lamió sus labios sintiendo aún un deseo inusitado y escalofriante de tomarla de improviso y probar nuevamente de aquellos labios tan tentadores. De pronto ella lo miró inquietante levantando una ceja.- fue custodiada por una sacerdotisa... según la leyenda, ella fue engañada por un ser sobrenatural lo que hizo que hechizara a su amado clavándole una flecha en su pecho, junto a un árbol... ella murió... y la perla fue quemada junto con su cadáver.

-    Es una historia triste.- Dijo él sin pensar en otra cosa más elocuente y mirando a Kagome directamente. Ella luego miró su libro y le habló.

-    Bueno, todas estas leyendas son así.- Respondió fríamente, adoptando aquella actitud tan distante que solía usar.

-    Si... - dijo él apenas murmurando, quedándose nuevamente detenido en los labios de ella, tan húmedos y perfectos...

-    El final es una trágica historia de amor.- acotó Kagome, sintiendo que las mejillas se encendían al hablar de esos temas justamente con ese chico.

-    Creo que... - Comenzó a hablar seriamente el muchacho, lo que hizo que ella lo mirara un poco interesada.-... no existía plena confianza entre la sacerdotisa y su pareja... para ser engañados de esa forma... hacer que ella lo hechizara...

-    Las sacerdotisas son personas muy perceptivas... tal vez ella al estar enamorada se dejó llevar... - Dijo Kagome apenas. Inuyasha se recostó despreocupadamente sobre la silla y mirando el techo habló.

-    Las sacerdotisas son todas iguales, sólo una farsa, dicen tener poderes espirituales pero eso no es cierto... son tan frías...

Kagome se mordió el labio fuertemente y sus mejillas se encendieron más aún. Comenzó a respirar más agitadamente mientras miraba turbada al chico. Él le devolvió la mirada.

-    ¿Tú qué crees?

Kagome tragó saliva dolorosamente mientras intentaba esquivar su mirada, sintiendo que de pronto sus ojos se humedecían, pero respiró hondo y trató de tranquilizarse.

-    Mejor sigamos investigando.- Dijo secamente.

********

Salieron juntos de la biblioteca cerrando los ojos al ver el brillo del sol sobre sus cabezas. Aunque estaba atardeciendo, estar bastantes horas en un lugar oscuro y sombrío dedicados al estudio los había dejado agotados. Sobre todo Kagome, que se había vuelto otra vez a su acostumbrado hermetismo, sin lograr el chico más que algunos monosílabos mientras ella recorría los estantes buscando libros que pudieran ayudarlos.

-    Si quieres te llevo- Dijo él subiendo a la moto y colocándose el casco.

-    No gracias- Respondió rápidamente ella, siguiendo su camino sin siquiera despedirse.

Inuyasha la miró alejarse poco a poco de él sintiendo un cúmulo de nuevas sensaciones. Sentía tristeza, alegría, nerviosismo, agitación y extraños dolores de estómago... todo cuando estaba cerca de ella...

-    Ay amigo, estas enamorado.- Sintió de pronto la mano de Miroku posada sobre su hombro y mirándolo con su intachable sonrisa. El chico de ojos dorados lo miró asombrado, no tanto por sus tontas palabras sino porque lo había encontrado desprevenido, una vez mirando a Kagome.

-    No digas tonterías- Dijo secamente y hasta enojado, haciendo encender la moto.

-    Vas a tener que aceptarlo, ya sé, ya sé, tú jamas te enamoras... nunca te has enamorado... pero tienes todos los síntomas... - Dijo el otro solemnemente.

-    ¿Qué sabes de mi vida?- Preguntó exasperado, mirándolo enojado.

-    No te enojes ¿por qué te cuesta tanto aceptarlo? La chica es bonita, no esta mal...

-    ¡Ella no me interesa!- Dijo más enojado aún haciendo su típico desprecio.

El otro sonrió más aún moviendo la cabeza.

-    Claro, claro... lo que tú digas- Respondió cínicamente. Se produjo un silencio entre ellos, Inuyasha bajó el rostro un tanto derrotado.

-    La verdad es que no sé que sucede conmigo... - Dijo de pronto.-... todo esto que estoy sintiendo... es tan extraño para mí... y ella es tan... tan... parece casi inalcanzable...

-    No te rindas.- Respondió el otro de pronto. El chico lo miró directamente, intrigado.- no te rindas amigo... sólo tienes que conocerla... aprende a conocerla... y descubrirás su alma.

El sol ya se escondía por las pequeñas colinas de la ciudad y el chico en su moto recorría con reducida velocidad sumido en las palabras de su amigo.

-    Conocerla... - Repetía su cabeza. No fue hasta ese instante que sus ojos despertaron de su ensueño y vieron una conocida silueta femenina subiendo los escalones de lo que parecía un templo. Inuyasha abrió la boca mientras sentía que el corazón latía nuevamente aprisa.

-    Demonios, es... ¿sacerdotisa?!

Continuará...

Continue Reading

You'll Also Like

33.8K 1.5K 24
Julieth wheler una agente del FBI,dedicada a su trabajo todo iba bien hasta que le asignaron una nueva misión... donde todo cambiaría. Henry Cavill u...
41.5K 3.3K 20
Kagome se ha casado con Koga... Desamor, amantes, engaños... Una noche, una pista de baile... Y unos ojos dorados que cambiaran su vida para siempre.
376K 24.6K 96
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
353K 15.8K 56
*ATENCIÓN: Esta historia está actualmente en edición. Si vas a comenzar a leerla en estos momentos, quizá encuentres cosas que no cuadran. En ese cso...