Sugerido por: @sayonara067
Feliz cumpleaños a @laspatasdetoga12 :3
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"Como agente social, nuestro trabajo es ayudar a en la rehabilitación de los adictos." Doctor Kim explicó a todos los agentes presentes en la sala de conferencias. "Lidiar con adictos a las drogas es una tarea difícil, y siempre se le recomienda mucho cuidado a todos los agentes pues estas víctimas pueden sufrir de síntomas de abstinencia e incluso se pueden poner muy violentos. Es recomendado que dos agentes vayan en grupo para poder evitar cualquier futuro problema." Este explicó, finalmente dándole una mirada a cada uno de los agentes presentes. "Lo tienen entendido?"
"Si." Todos respondieron al unísono.
"Muy bien. Luego pasen por la oficina para poder darles la información de las víctimas." Este respondió. "Les daré más detalles cuando vengan a buscar la información." Este explicó antes de apagar el proyector y encender las luces. "Ya se pueden retirar."
Una coreana de cabello corto, lo cual le llegaba por los hombros, se levantó de su asiento para poder hacerse camino a la entrada de la sala de conferencias y por fin salir de esta.
La mujer caminó en dirección a su escritorio, y se sentó para acomodar algunas cosas. Tenía que prepararse para ir a trabajar, pero antes de eso, aprovechando que todavía había mucha gente en la oficina, se puso a acomodar su escritorio. Odiaba cuando había un desastre. No le gustaba mucho el desorden.
"Jeong, vas a venir o no?" La nombrada escuchó la voz de su amiga.
"Espera." Jeongyeon respondió, terminando de limpiar su escritorio para levantarse e ir a un lado de su amiga. "No hay que apurarse tanto. Todavía hay mucha gente en la oficina." Esta dijo. "Aún si vamos, tenemos que esperar."
"Es mejor ir ahora e intentar robar el turno." Su amiga le comentó. "Si no lo hacemos, saldremos tarde y volveremos tarde."
"Valeeee." Esta dijo con mala gana. No le gustaba estar en espacio con mucha gente. La multitud amontonada le daba mucho dolor de cabeza.
Ambas chicas llegaron al frente de la oficina del doctor Kim, y entraron al mínimo chance que tuvieron cuando vieron a unos agentes salir de la oficina con el archivo.
"Entonces ustedes dos irán juntas?" El doctor preguntó, buscando entre los archivos que tenía. "Este es la víctima a quién ayudarán con la rehabilitación." Él comentó. "Como ustedes son unas de las mejores agentes que tengo, pensé en darles una de las víctimas más problemáticas."
Jeongyeon rodó los ojos internamente. 'Que bien. Más trabajo del que deberíamos tener.' Esta pensó, lamentándose el haber escogido ser una agente social. Ahora se estaba pensando el porque no siguió los pasos de su hermana y convertirse en actriz? Al menos no tendría que lidiar con gente terca y peligrosa todos los días porque ningún otro agente tendría las agallas de tomar tal trabajo.
"Ella es Yoshida T/N." El contrario empezó a dar una breve introducción de la víctima a la que tenían que buscar. "Ha estado en rehabilitación por cierto tiempo, pero siempre encontraba manera de hacerse con una nueva droga." Este explicó. "Ha estado en aislamiento en muchas ocaciones ya que siempre terminaba de manera violenta cuando las enfermeras llegaban a quitarle sus drogas y esta empezaba a sentir síntomas de abstinencia."
La amiga de Jeongyeon frunció el ceño. "Y no cree que eso ya es un caso serio que tendría que ser encargado a los trabajadores del psiquiatra?" Esta preguntó. "Nosotros los agentes sociales no podemos hacer mucho." Esta comentó. "Más bien, eso solo nos pondría en peligro."
"Entiendo su preocupación, Jihyo." El doctor dijo con un suspiro. "Se ha considerado aquella opción, pero el padre de Yoshida ha dejado muy en claro que no podíamos hacer eso." Este negó con la cabeza. "No nos queda otra opción que seguir los deseos de Yoshida-ssi."
Ambas agentes suspiraron. Les acababa de tocar uno de los trabajos más difíciles.
"Espero esto nos de buena paga." Jeongyeon murmuró por lo bajo.
"Ya que saben un poco sobre la víctima, lo primero que tendrán que hacer es encontrarse con el padre de esta." Este explicó. "Dio indicaciones específicas de que quería hablar con las agentes que atenderían a su hija."
Las dos agentes asintieron, y dieron una reverencia antes de salir de la oficina.
Se fueron de una vez al ascensor del edificio para poder bajar hasta el estacionamiento.
"Bien, entonces tenemos que hablar con este señor Yoshida y arriesgar nuestras vidas con las reacciones violentas de su hija?" Jeongyeon comentó, echándole un mejor vistazo a los documentos que el doctor les había entregado. Esta luego suspiró. "No me pagan lo suficiente para pasar por estos peligros. Me recuerdas por qué decidí ser agente social?" Ella preguntó a su compañera.
"Ni la más remota idea." Jihyo negó con la cabeza. "Yo también me pregunto eso. Pensé que ibas a ir por una carrera en relación a la música, así que me sorprendió que decidieras venir por este camino."
"Ahora estoy dudando en lo que estuve pensando cuando decidí eso." Jeongyeon dijo, volviendo a suspirar antes de salir del ascensor y caminar en dirección al auto en el que iban a ir. "Pero no se puede hacer nada. Ya estoy con esta carrera y tampoco es que pueda renunciar porque si. Necesito el dinero."
"Solo intentemos lo mejor que podamos, Jeong." Jihyo comentó esta vez.
Ambas se subieron al auto, y Jeongyeon fue la que manejó en dirección al punto de encuentro con el señor Yoshida.
Durante el viaje, Jihyo estaba estudiando los papeles de T/N mientras que Jeongyeon seguía las indicaciones del GPS para llegar a su destino.
Llegaron a lo que parecía ser una mansión, y estas tuvieron que mirar dos veces el GPS para asegurarse de que estaban en el lugar correcto y no estuvieran invadiendo una propiedad privada. Al asegurarse de que si era, bajaron del auto y caminaron hasta las rejas de la mansión, y fueron detenidas por unos guardias.
"Prueba de identificación." Este dijo con un tono neutro.
"Somos agentes sociales. Fuimos citadas por el señor Yoshida." Jihyo comentó, mostrando las tarjetas de identificaciones de ambas.
El guardia tomó las tarjetas y lo miró antes de tomar una radio y hablar. "Señor Yoshida? Aquí hay dos mujeres diciendo ser agentes sociales que vinieron a verlo. Las dejo pasar?" Este preguntó mientras miraba a ambas coreanas, esperando por una afirmación o negación del contrario.
"Déjelas pasar." Fue la única respuesta que el guardia necesitó para entregarles de vuelta las tarjetas de identificación y abrir las rejas para que ellas entraran.
Jihyo y Jeongyeon entraron, siendo recibidas por el gran jardín que la mansión tenía en frente de la casa. Este se veía bien cuidado.
"Después de esto, en serio espero que me paguen bien." Jeongyeon comentó, mirando su alrededor con bastante detalle.
"No te distraigas." Jihyo le dijo, dándole un codazo mientras se acercaban más a la entrada principal.
"Hey, pero tienes que admitir que si." Ella exclamó. "Nos ponen a hacer algo peligroso, así que al menos espero recibir buena paga."
"Shh." Jihyo la mandó a callar. "Que te escuchan." Ella dijo, notando que había alguien esperándolas en la puerta principal de la mansión. Era un hombre con cabello gris y llevaba un traje negro. Este estaba parado recto, esperando a la llegada de las chicas. "Hmm... hola?"
"Por favor, acompáñenme." Este dijo, dándose media vuelta para entrar por la puerta principal de la mansión.
Ambas agentes la siguieron dentro de la gran vivienda, siendo sorprendidas por las decoraciones de oro que se encontraban en el lugar. Bromearían si dijeran que no iban a quedar ciegas por lo brillante que era cada cosa del lugar.
Estas fueron guiadas hasta la sala principal en donde vieron a un hombre mayor con cabello negro y una barba de tres días.
"Tomen asiento, por favor." El mayordomo indicó, señalando el sofá que se encontraba en frente de aquel hombre intimidante.
Las chicas tomaron asiento en frente de él con un poco de inseguridad. Estaban un poco asustadas, pero tenían un trabajo que hacer, así que decidieron tragarse el miedo.
"Hola..." Estas saludaron al hombre quien estaba bebiendo del whiskey con tranquilidad y silencio. "Nosotras somos agentes sociales y vinimos a—"
"Échenle un vistazo a este contrato." El contrario comentó, dándole una señal al mayordomo con la mano para que trajera algo.
El hombre mayor se acercó, dejando un papel en frente de dichas chicas. Estas se miraron un poco confundidas antes de mirar el papel.
"Esto es...?" Jihyo dijo con un poco de inseguridad, tomando la hoja para poder leerla junto a Jeongyeon.
"Un contrato de confidencialidad." Este comentó, finalmente dejando en vaso vacío de whiskey sobre la mesa. "Tengo que asegurarme de que ustedes no le dirán nada a nadie de lo que pasa dentro de la mansión Yoshida." Este comentó. "Es cómo seguridad para mí y mi hija." Este dijo. "Espero entiendan."
"Claro que entendemos, señor, pero no creo que habrá necesidad para el contrato. Es parte de nuestro trabajo no divulgar información de los pacientes a los demás." Jeongyeon aseguró, pero la mirada filosa del hombre la hizo congelarse en su sitio.
"Por si acaso." Este acentuó, y las chicas supieron que tuvieron que obedecer si no querían meterse en problemas. El contrario parecía alguien de la mafia japonesa, y aunque las chicas habían aprendido a no juzgar por las apariencias, ellas no querían arriesgarse en caso de que si fuera parte de la mafia.
'En donde nos vino a meter el doctor Park???' Ambas pensaron por dentro.
Estas leyeron el contrato con cuidado. Las cosas iban bien. Les iban a ofrecer comida durante las horas de trabajo. Lo único que tenían que hacer era estar al tanto de Yoshida T/N. Era como ser sus enfermeras personales. Era trabajo fácil, no? Claro, quitando el hecho de que ella podía ponerse muy violenta si sentía los síntomas de abstinencia.
Ellas siguieron leyendo cuando de repente se detuvo en una de las condiciones.
"Qué?!" Ambas exclamaron al mismo tiempo.
"Algún problema?" El contrario preguntó, mirando a ambas coreanas mientras se servía a sí mismo otra copa de whiskey.
"U-Una de nosotras tiene que quedarse la noche?" Jihyo preguntó con el ceño levemente fruncido.
"Así es." Este dijo, tomando la copa para tomar un trago. "No me gusta que mi hija quede en un hospital, y prefiero que haga problemas en la casa que en un lugar público." Este dijo. "Además de eso, puede que mi hija necesite ayuda durante la noche, así que lo mejor sería que una de ustedes se quede." Este comentó. "Pueden ir turnándose en quién se queda. No tengo un problema con eso."
Ambas se miraron nuevamente, tragando en seco. Eso no estaba en el resumen de trabajo.
"Sé que ustedes los agentes sociales no están acostumbrados a hacer eso, así que estoy dispuesto a pagarles de más." Este dijo, y finalmente dejó de beber para cruzar sus dedos y mantener su fija y pesada mirada sobre ellas. "Así que, firmarán o no?"
Las chicas se miraron entre sí. "Cuánto es lo extra que pagará?" Jeongyeon preguntó.
El hombre sonrió de lado, chasqueando sus dedos para que el mayordomo llegara con un maletín. El mayordomo llegó, dejando el maletín sobre la mesa para luego abrirlo. La faja de billetes había hecho que ambas mujeres abrieran la boca en grande. Eso era más de lo que recibían en el trabajo.
"Será esto suficiente?" Este preguntó, mirando a ambas con una ceja alzada.
Jihyo se aclaró la garganta, intentando verse profesional. "Lo será. No tenemos un problema con el contrato." Esta dijo antes de buscar un lapicero en su bolso para firmar el papel. Jihyo terminó de firmar y luego le entregó el lapicero a Jeongyeon.
Jeongyeon miró el papel unos segundos más antes de firmar.
"Muy bien. Ya que firmaron el papel, es hora de que les presente a mi hija." Este comentó, dando un aplauso para que el mayordomo retirara el maletín con el dinero y el contrato. Este se levantó del sofá. "Acompáñenme, por favor. El dinero será enviado luego a sus cuentas bancarias."
Las agentes rápidamente se levantaron del sofá para seguir al hombre. No se atrevían a hacer algo mal. El hombre si podía infundir miedo en ellas.
Estas subieron por las escaleras las cuales también estaban decoradas con oro, y luego llegaron al segundo piso. Ellos empezaron a caminar por aquel pasillo, yendo hasta el final del pasillo.
"Esta es la habitación en la que se quedarán." Este señaló la habitación que estaba al lado de la última en el pasillo. "Y esa es la habitación de mi hija." Este dijo, señalando la última puerta. "Es hora de que la conozcan."
Este tomó el pomo de la puerta y la abrió.
Las coreanas sintieron el fuerte olor a marihuana ahí dentro, y tuvieron que taparse la nariz.
El hombre solo soltó un gruñido desagradable antes de acercarse a la ventana más cercana, abrir las cortinas y abrir la ventana. La luz del sol entró, iluminando la oscura habitación y provocando que la persona que vivía dentro gruñera con irritación.
"Yah! Por qué abriste la maldita ventana?!" Yoshida menor exclamó.
"Tenemos invitadas, T/N." El padre dijo con seriedad, mirando el desastre de su hija quien se encontraba sobre la cama y con muchos porros de marihuana alrededor de ella.
T/N alzó la mirada, notando la presencia de las dos intrusas en su habitación. Esta frunció el ceño, aún mirándolas con detalle. "Quiénes son ustedes?"
"A partir de ahora, ellas serán las que te ayudarán con tu adicción." El padre dijo, señalando a ambas coreanas.
T/N rodó los ojos. "Déjame en paz, quieres? No necesito a nadie. Solo necesito mis queridas amigas los porros y las pastillas, y puedo pasármela re bien." Esta dijo, dejando su cabeza caer nuevamente sobre la cama.
El hombre se llevó una mano a su rostro para restregárselo debido a la frustración. "Como pueden ver aquí, mi hija es un caso bastante serio. Quiero que su adicción termine ya, pero ya he contratado a muchas personas y ninguna ha logrado hacer que pare." Este dijo. "Tampoco quiero enviarla a un hospital psiquiátrico porque es mi única y hija, y no quiero que mi única hija esté encerrada y sea considerada una loca." Este explicó y miró a las otras dos. "Podrán hacer algo al respecto?"
Las chicas miraron a la japonesa menor y luego se miraron entre sí. Después de escuchar un poco lo que el padre de Yoshida menor dijo además de las cosas que venía en el resumen de esta, estaban empezando a dudar en si podían hacer algún cambio milagroso. Más que todo, aceptar el trabajo era un completo suicidio. Sin embargo, ya habían firmado el contrato, y no podían negarse a hacerlo.
Yoshida mayor al darse cuenta que las chicas parecían dudar, colocó una expresión seria. "Les pagaré más. Solo quiero que logren hacer que mi hija deje las drogas."
Las chicas al escuchar aquella oferta, fue difícil para ellas negarse.
"Intentaremos lo posible, señor Yoshida, pero todo dependerá de que tan colaboradora vaya a ser la señorita Yoshida." Jihyo explicó, a lo que el señor asintió.
"Les daré el total permiso de ordenar a T/N como quieran. Ella tendrá que hacer todo lo que ustedes dicen, y si se niega a hacerlo, solo díganme. Yo la corregiré." Este dijo con firmeza, y aquello hizo que la japonesa alzara la cabeza nuevamente. Esta vez estaba con el ceño fruncido mientras miraba a su padre con incredulidad.
"Qué crees qué haces?!" Está exclamó, finalmente levantándose de su cama para caminar hacia su dirección.
El olor se hacía cada vez más fuerte, y las chicas podían notar los ojos completamente rojos de la contraria al igual que lo delgada y pálida que estaba esta debido a las drogas.
"Estoy haciendo las cosas por tu bien." El hombre dijo con seriedad antes de llamar a una de las sirvientas. Cuando la sirvienta llegó, este la miró con seriedad. "Limpia todo este desastre. Remueve cualquier cosa relacionada con drogas."
T/N al escuchar aquello, abrió los ojos en grande con desespero. "No puedes hacer eso! No puedes!"
"Claro que si puedo." El contrario dijo, y le dio una mirada a la sirvienta para que esta empezara con la limpieza.
T/N iba a detener a la sirvienta, iba a tirársele encima solo para recuperar sus drogas, pero Yoshida mayor la sujetó del brazo con firmeza.
"Vas a dejar las drogas, y no me importa cuánto me cueste." El hombre mayor comentó.
"Suéltame!" Esta gritó como toda una loca.
Las coreanas estaban un poco asustadas por el comportamiento de la japonesa. Iban a lidiar con ese clase de comportamiento?
Yoshida aún seguía con el agarre firme sobre su hija a pesar de que esta lo estaba arañando. Esta miró a las dos coreanas. "Por favor, vayan a descansar a la habitación. Luego las buscaré."
Las coreanas asintieron lentamente y rápidamente se fueron de ahí para entrar en la habitación de al lado.
"Ya me quiero ir de aquí." Jeongyeon dijo con una mueca una vez la puerta fue cerrada.
"Firmamos el contrato. No podemos romperlo o si no tendremos que pagar por incumplimiento del contrato." Jihyo respondió esta vez.
Ambas suspiraron con desgracia, pensando en lo peligroso que sería trabajar con aquella paciente.
Ambas se habían quedado en silencio mientras escuchaban los gritos de desesperación de T/N. Ellas fruncieron el ceño, sabiendo que, ese día, alguien tenía que quedarse a pasar la noche.
"Me quedaré yo." Jihyo se ofreció, sabiendo que Jeongyeon no quería hacerlo.
Jeongyeon negó con la cabeza. "Lo haré yo." La coreana mayor dijo. "Tú tienes que cuidar de tu madre, no puedes quedarte aquí. Yo sé eso."
"Pero—"
"Hey, no te preocupes. Vivo sola después de todo, no tengo responsabilidades como tú." Jeongyeon le dijo una sonrisa tranquilizadora, esperando a que Jihyo no se preocupara tanto aunque ella misma estuviera preocupada también.
Jihyo formó una mueca. "Pero sin importar qué, me llamas, si?" Esta dijo, tomando las manos de Jeongyeon en las suyas y mirando fijamente a sus ojos. "Me tienes que llamar si algo llega a pasar. No importa que tan pequeño sea el problema. Tú me llamas, entendido?"
"Entendido. Jeez. No pasará nada." Jeongyeon le dijo, pero Jihyo seguía sin estar del todo segura.
"Promételo, Jeong." Su mejor amiga dijo con un tono bastante serio.
"Vale, vale. Lo prometo." La mayor dijo con un suspiro de rendición.
Jihyo soltó un suspiro tranquilo al ver que la coreana lo había prometido, y soltó sus manos. En ese momento, la puerta se había abierto, y el japonés entró.
"Lamento que hayan tenido que presenciar aquello." El hombre se disculpó con una mueca apenada. "T/N nunca fue así. Las drogas la han cambiado por completo."
"Señor, se encuentra usted bien?" Puede que el hombre se veía duro, pero aquellos rasguños de su propia hija debieron de doler.
"Es normal." El hombre comentó, no queriendo darle muchas vueltas al asunto. "Ya que vieron más o menos lo que pasa, quisiera saber quién se quedará esta noche."
"Oh, yo me quedaré, señor Yoshida. Me quedaré todos los días si es posible. Jihyo no puede quedarse ya que tiene otras responsabilidades que atender en su casa." Jeongyeon respondió, mirando al japonés y esperando a que no le fuera un problema.
El contrario asintió. "Está bien. Con tal que alguna de ustedes esté aquí, por mí estoy bien."
"Señor, si no le ofende mi pregunta, qué ha pasado con T/N?" Jihyo preguntó. "Le ha quitado sus drogas, así que estaría experimentando síntomas de abstinencia." La coreana menor comentó, notando que T/N no se encontraba en ninguna parte.
"Oh, tuve que atarla y encerrarla en su habitación." Este dijo con tranquilidad, y ambas coreanas lo miraron con mucha sorpresa.
"A-Atarla?" Ambas chicas tartamudearon.
"Es lo más seguro si queremos le bienestar de todos en esta casa. La cuerda es lo suficientemente larga para que T/N pueda moverse con libertad en su habitación, pero lo suficientemente corta para que no la deje salir de la habitación." Este explicó. "No quería llegar a estos métodos, pero no tenía otra opción. Una sirvienta mía casi sale lastimada por las estupideces de mi hija."
"Oh... ya veo." Ambas coreanas asintieron lentamente. "Y... cómo haremos nosotras para entrar y tratar con T/N sin que nos ataque?" Jeongyeon preguntó. El dinero era bastante, pero tampoco iba a ser suficiente para ella ser atacada.
"Tienen esto. Pueden usarlo en momentos que vayan a entrar en la habitación de T/N." El hombre comentó, entregándole un control remoto a las chicas. Las coreanas se quedaron mirando dicho aparato. "Este control les permitiría alargar o acortar la cuerda. Así podrán estar en una distancia adecuada."
"V-Vale." Las chicas asintieron.
"Bien, ahora que las cosas están explicadas, déjenme mostrarle lo que queda de la casa para que se familiaricen un poco." El hombre comentó.
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————T/N————
La noche finalmente había caído y lo único que entraba por la ventana era la luz de la luna y las estrellas. La habitación de T/N estaba completamente a oscuras, y T/N estaba retorciéndose del dolor sobre su cama.
Habían pasado horas desde que había fumado un porro, y la sensación era horrible. T/N sentía que su interior quemaba, que algo le faltaba, sentía que se iba a morir en cualquier momento si no conseguía un poco de droga.
Esta gritó con desgarre y desesperación, jalándose los cabellos con mucha fuerza. Sus manos temblaban, y su respiración se volvía acelerada.
"T/N!" La nombrada escuchó a alguien gritar, y antes de que pudiera reaccionar a algo, las cuerdas atadas a sus muñecas se acortaron, causando que el no pudiera hacerse daño a sí misma.
La chica alzó la mirada, viendo que era la coreana de antes. Esta llevaba un pijama puesto, y la estaba mirando con cierta preocupación y miedo.
"Suéltame." Fue lo único que T/N dijo. "Quiero mis drogas."
"No es bueno para ti, y tampoco te ayudarán." Esta dijo, pero T/N tensó la mandíbula.
"Que acaso no sabes lo que te estoy diciendo?!" Esta exclamó con rabia, intentando lanzarse hacia la coreana, pero las cuerdas la tenían bien atada, evitando que esta pudiera acercarse a la contraria. "Dame mis malditas drogas!"
Jeongyeon solo de quedó callada. Discutir con T/N no iba a ayudar en nada, así que decidió permanecer en silencio y esperar a que T/N colaborara con ella.
"Es que acaso eres sorda?!" Esta volvió a gritar al ver que Jeongyeon solo la miraba con tranquilidad y en silencio. "Maldita sea, tienes basura en la cabeza?!"
"Si no vas a querer cooperar conmigo, lamentablemente, no podré ayudarte en nada." Esta dijo, encogiéndose de hombros. Esta tomó el pomo de la puerta de T/N y la miró una última vez. "Coopera si quieres que las cosas trabajen a tu manera."
"A dónde crees que vas?!" T/N exclamó, notando como la contraria estaba lentamente saliendo de la habitación.
"Disciplinándote además de ayudarte con tu adicción." Jeongyeon dijo con calma.
"NO NECESITO AYUDA EN ESO! SOLO DAME MIS MALDITAS DROGAS!" T/N gritó, pero Jeongyeon no le hizo caso. Esta solo salió de la habitación, dejando las cuerdas cortas para que T/N no pudiera hacerse daño. T/N apretó la mandíbula. "MALDITA!"
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————Jeongyeon————
"No pareces estar durmiendo bien." Jihyo comentó con cierta preocupación al ver las ojeras de Jeongyeon. Habían pasado unos días nada más, pero la coreana parecía más cansada que de costumbre.
"La paciente no deja de gritar todas las noches. Termina ensuciando toda la habitación porque tira la comida que se le trae." Jeongyeon explicó, soltando un suspiro cansado. "Si no fuera porque yo puedo dormir en las tardes ya que tú vienes, estaría completamente muerta." Jeongyeon dijo con un bostezo.
"Ve y descansa." Jihyo le dijo a la mayor. "Yo me encargaré por ahora."
Jeongyeon asintió antes de irse a dormir.
• • • •
Para cuando Jeongyeon despertó, ya eran las 8 de la noche. Justamente la puerta se había abierto, dejando a Jihyo entrar.
"Despertaste." Esta dijo, ya teniendo su bolso en manos y preparada para irse. "Justo venía a despertarte para decirte que me voy."
"Todo estuvo bien?" Jeongyeon preguntó con un bostezo, intentando retomar sus sentidos.
"Diría que un poco más tranquilo de lo normal, pero supongo en las noches es que se vuelve así." Jihyo comentó. "No sé. Fue diferente a lo que me dijiste."
"Qué tipo de diferente?" Jeongyeon preguntó con el ceño fruncido.
"Fue tranquila." Jihyo se encogió de hombros. "Cooperó bastante conmigo, así que no sé."
Jeongyeon al escuchar eso, frunció aún más el ceño. "Eso es imposible. Ella es toda una pesadilla en las noches."
"Pues debe de ser solamente contigo porque fue bastante obediente a la hora de que lo atendí." Jihyo explicó. "De todos modos, ya hice que cenara, así que no te tienes que preocupar por nada." La menor comentó antes de despedirse de la chica e irse de la mansión para irse a su casa.
Jeongyeon estaba un poco irritada. T/N no había sido más que una pesadilla para la chica, y ahora venía a enterarse de que era obediente con Jihyo? Las cosas no iban a quedarse así.
Esta caminó en dirección a la habitación de T/N y entró de golpe, encontrándose a la chica quien estaba mirando a través de la ventana de su habitación. Parecía perdida en sus pensamientos.
"Tú." Jeongyeon dijo con un tono serio.
La japonesa la miró de reojo antes de volver a mirar la ventana, ignorando completamente su existencia.
La coreana estaba irritada, y se acercó de golpe a T/N. "Yah! Por qué me haces la vida imposible cuando a Jihyo la tratas con tranquilidad e incluso colaboras con ella??" Esta exclamó, tomando a la chica del hombro para voltearla y hacerla mirarla al rostro. La japonesa solo la miraba con una mirada vacía. "Puedes responderme?!"
"Ahora la que grita como toda una maniática eres tú." La contraria dijo con calma, mirando su ventana.
Jeongyeon la miró con el ceño completamente fruncido. T/N estaba actuando muy extraña. Estaba completamente calmada que no sabía si la chica había conseguido esconder otro tipo de droga o simplemente se había vuelto loca.
"Tienes droga nueva? Quién te la trajo y dónde lo estás escondiendo?" Jeongyeon preguntó con una voz bastante seria. "Yoshida T/N, te estoy hablando." Jeongyeon dijo con una mala mirada al ver que la contraria la estaba ignorando.
"Estuve pensando, para qué la necesidad de drogas cuando puedes simplemente perderte en tu mente y pensamientos?" T/N preguntó. "Es lo mismo, y no tienes que gastar dinero en drogas y en que tu padre contrate a un montón de gente para hacerte pasar por tanto dolor."
Jeongyeon la miró en silencio por unos largos segundos. Esta ya no estaba enojada sino más bien preocupada por la salud mental de la chica. Parecía que se había dañado por los síntomas de abstinencia.
"Hey, T/N, por qué no hablamos?" Jeongyeon dijo esta vez con más calma, intentando entablar una conversación sana con T/N. Después de todo, tiene que saber la razón del porqué la chica se había metido en drogas en primer lugar. Antes no podían tener esta simple conversación ya que T/N gritaba como una loca y se rehusaba a hablar con la chica.
"De qué?" La japonesa preguntó, aún con la mirada perdida.
"Por qué decidiste tomar drogas?" Jeongyeon preguntó. Ella esperaba, no, rezaba a que T/N fuera a darle la respuesta que necesitaba. Después de todo, tenía que reportar su trabajo de todos modos.
"Mi madre era una adicta." T/N respondió, mirando en dirección a la luna que se asomaba por su ventana. "Ella fue la que me metió en este mundo. Supongo que en su perspectiva, el mundo era mierda y lo único que nos llevaba fuera de esta realidad eran las drogas." Esta comentó. "Mi padre al enterarse, me sacó de ahí, pero yo ya estaba muy metida en ese mundo. Mi madre, por el otro lado, se murió por sobredosis."
"Y no tienes miedo de que tú también termines así?" Jeongyeon preguntó.
"Por qué tenerle miedo a la muerte cuando al final va a llegar a nosotros de una manera u otra?" Esta preguntó con una ceja alzada. "Es solo cuestión de tiempo, así que por qué tener miedo de algo que llegará sin importar qué?"
"La vida es hermosa como para desperdiciarla en drogas." Jeongyeon dijo esta vez.
"Y ves lo hermoso que mi vida es ahora?" T/N preguntó con una ceja alzada, mostrando las cuerdas atadas a sus muñecas. "Al menos las drogas me dejan estar en un mundo sin límites. La realidad? Estoy atada aquí como un puto animal de circo."
"Eso es porque la falta de drogas hace que lastimes a los demás. Esto es más para tu seguridad y la de los demás." Jeongyeon explicó.
"Todo estaría bien si me dejaran usar mis drogas."
"Son malas para ti. Tu padre solo se preocupa por ti."
"Él solo no quiere que su única hija y heredera de su legado sea una puta drogadicta sin futuro. No te confundas." Esta dijo con una sonrisa divertida, pensando que lo que la coreana decía era absurdo. "Pero ni te preocupes ya. Ya me he rendido en siquiera olvidarme de la realidad en la que estoy con las drogas."
Jeongyeon suspiró con un poco de cansancio. Hablar con T/N si que podía tomar mucho de ella.
"Mira, deberías de intentar dormir. Te dejaré descansar un poco y, por favor, no grites más en las noches. La gente necesita dormir."
T/N solo tarareó.
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Meses habían pasado, y se había vuelto una pequeña costumbre el que T/N y Jeongyeon tuvieran una charla por las noches. La coreana había aprendido algunas cosas de la japonesa como sus hobbies antes de que la chica se metiera en las drogas, y sus gustos, lo que solía hacer en la universidad, etc. La coreana también le había contado cosas de sí misma, y le gustaba ver que T/N parecía estar concentrada en lo que la mayor dijera. La hacía sentirse escuchada.
"Hey, T/N." Jeongyeon llamó la atención de T/N. "Qué te parece si hacemos algo nuevo?"
"Algo nuevo?" La japonesa preguntó. Ella se veía más tranquila. Ya no se veía de un pálido enfermizo, y había recuperado un poco de peso. Yoshida mayor estaba contento con el trabajo que ambas coreanas estaban haciendo, especialmente Jeongyeon quien T/N se veía confiar mucho.
"Hm-mm." Jeongyeon asintió, y se acercó a T/N.
La japonesa había sido tomada desprevenida cuando la coreana se acercó más a ella. Hacía mucho que no sentía cercanía humana o contacto humano en general. Por el miedo que le tenían, ella se había acostumbrado al hecho de que le hablaran a metros de distancia e incluso la miraran como si fuera una especie de animal, así que ver que Jeongyeon estaba más cerca de lo normal la dejaba un poco estupefacta.
"Qué haces?" La menor preguntó, viendo a la coreana desatarle las cuerdas de la muñeca.
"Yo creo que no hay necesidad de que tengas eso." La coreana comentó. "Además, una pequeña caminata no te iría mal. Por supuesto, solo sería en tu jardín. No creo que todavía estés preparada para salir afuera."
T/N se le quedó mirando. "No crees que haré algo como volver a buscar mis drogas?" La japonesa preguntó.
"No. Confío en ti." Jeongyeon dijo.
T/N bajó la mirada. Se sentía bien que por primera vez alguien confiaba en ella.
"Venga, vamos a caminar un rato en el jardín." Jeongyeon se levantó de la cama y le extendió la mano.
T/N la miró por un rato antes de lentamente tomar su mano y ser jalada por la coreana.
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"Y bien, qué te parece un poco de aire fresco?" La coreana preguntó, mirando en dirección a T/N quien miraba la luna con tanta admiración.
Ver la luna que no fuera a través de su ventana le daba un buen sentimiento en el corazón. "La luna se ve muy hermosa el día de hoy." Esta dijo con una pequeña sonrisa.
"Puedes disfrutar de estas cosas ahora que dejaste las drogas. Es hermoso, cierto?" Esta preguntó, mirando la luna que tenía a T/N cautivada.
La japonesa miró a la coreana esta vez, y sonrió. "Hm, es muy hermosa." Esta dijo suavemente, solo que su mirada seguía en la coreana. "Creo que tengo una nueva adicción, Jeongyeon."
La nombrada al escucharla, la miró con una ceja alzada. "Y eso es?" Ella preguntó, pensando que tendría que trabajar mucho más en las adicciones de la chica.
"Estoy dulcemente adicta a ti." La japonesa comentó suavemente.
"Huh?" Esta preguntó con cierta sorpresa.
"Sé que no sientes nada por mi por ahora, pero prometo que lograré que estés adicta a mí también." Esta dijo. "Esa será mi nueva meta."
Jeongyeon la miró con cierta diversión antes de reír. "Bueno, entonces ya veremos lo que el destino nos depare." Ella dijo, dándole una suave sonrisa a la chica. "Prefiero que estés adicta a mí. Al menos eso es más sano."
"O tal vez no." T/N rió, y Jeongyeon le pegó en el hombro. "Ups." Esta dijo con una risilla. Jeongyeon solo rodó los ojos.