ROTA (cuando el alma pide aux...

By Martii_20_

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SINOPSIS Cuando Gabi, una chica de 16 años, conoce el amor, se verá envuelta en un cumulo de emociones ingest... More

PRÓLOGO
1. El Inicio
2. Los celos
3. El pintalabios
4. Los complejos
5. El trabajo
6. El deseo
7. La verdad
8. Las Dudas
10. Tu chico.
11. En un solo mes
12. Problemas
13. Provocación
14. Él y yo

9. La indiferencia

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By Martii_20_

Es incómodo.
Trabajar con Daniel después de esto, es incómodo.
No cruzamos ni una mirada a lo largo de la mañana, menos una palabra.
Él ha intentado hablarme en numerosas ocasiones, pero siempre lo evito. El dolor que me produce su voz, su voz...
Como duele su voz. Cómo entender la magnitud de esta pena, por algo que ni siquiera llegó a comenzar. Creo que ese es el problema, que me imaginé tanto con él , idealicé tanto todo, que me he pegado la hostia antes de empezar.
-Gabi, espabila. Lleva eso a la cinco- me dice Jorge dándome un ligero toque en el hombro.

Llevo todo el turno distraída, le he cobrado mal a dos personas y he confundido varios pedidos, creo que necesito un descanso.

-Jorge- él me mira y me hace un gesto para que continué hablando

-¿Puedo tomar un descanso? Estoy un poco distraída- digo después de dejar el plato en la cinco.

-¿Estás bien?¿Quieres hablar?- se preocupa él. Daniel pasa por mi lado y me mira intentando averiguar de qué hablo con Jorge, pero yo aparto la mirada y le pongo ojitos de cordero a mi jefe.

-En otro momento quizá, ahora solo necesito darme un baño. Me quedaré luego media hora más de las cinco- le sonrío como un angelito.

-Venga tira- me dice mientras ríe.

Me meto en el almacén con mi bañador en mano, la parte de arriba roja tapa de forma triangular mis pechos, y la braga de color negro se ajusta perfectamente justo debajo de la enorme y blanca marca de nacimiento que asciende hasta mi ombligo, me encanta este bikini. Toalla al hombro y contenta por poder despejar mi mente dándome un baño en la piscina, salgo sonriente del almacén, encontrándome de frente bruscamente con Daniel en el pasillo. Después de todo el día se estableció contacto visual, que rápidamente se interrumpió por el descarado repaso de arriba abajo que me dio él. Sus ojos se abrieron en sorpresa, sus ruborizadas mejillas destacaron, pero no formuló palabra, se dio la vuelta y continuó con sus labores.

Mis piernas moviéndose en el agua mientras me expongo al agradable calor solar sentada en el borde de la piscina, pienso en él y mi pecho se encoge. Recuerdo sus palabras y el dolor amenaza con desbordarme de nuevo, pero aprieto los dientes intentando aferrarme a otro dolor, trago saliva. Mi mente funcionando a toda velocidad, dándole vueltas a lo mismo una y otra vez, el estrés y la impotencia aflorando de nuevo, mi piel ansiosa de su calor pero carente de él, mi cuerpo anhela el breve tiempo que obtuvo su cariño, brevemente intenso, intensamente hiriente.

La ansiedad de todos los pensamientos en seguido colapsa mi mente y me tiro de una vez a la piscina, el frío del agua cubriendo mi piel y mi pelo, desprendiendo de ella el calor de su cuerpo, enfriando mi mente, pero sin poder aliviar la profundidad de mis sentimientos. Permanezco debajo del agua, la ausencia de aire haciendo que mi mente se nuble dejando a un lado la imagen de sus ojos, aguanto aún más debajo del agua, la relajante sensación de no poder pensar en nada hace que no quiera salir, la falta de oxígeno comienza a hacerse presente, pero igual permanezco abajo, no quiero salir, no quiero volver a la superficie y darme cuenta de que nada a cambiado, no quiero. Mi pecho se hunde en busca de aire, sigo sin salir, me mareo y todo da vueltas, sigo sin salir, el involuntario movimiento de coger aire amenaza con tragar agua, y al final me veo obligada a emerger a la superficie cogiendo una ansiosa bocanada de aire que llena mis pulmones al instante. La respiración continua agitada por su falta durante un rato, los claros pensamientos regresando paulatinamente, el ardor no desaparece, pero si se ha aliviado un poco. Ahora mismo me siento capaz de lidiar con esto, ahora sí, solo necesitaba un momento.

Salgo del agua y me tumbo de una exagerada dramática forma en el suelo, notando su calor contra mi piel y el sol a mi espalda, cierro los ojos mientras me seco al natural. Es momento de hacer frente a mis responsabilidades, ya he refrescado la mente, ahora toca trabajar.

Vuelvo hacia el mostrador agitando mi pelo con la toalla, cuando le quito el exceso de agua lo anudo en un moño y voy a cambiarme de ropa. Cuando entro al pasillo, veo a Luna hablando con Jorge. ¿Qué está pasando?

-Vale, vengo mañana a la una entonces ¿No?- dice ella sonriente

-Sí porfa- dice Jorge mientras Luna se gira para marcharse, y entonces mi cara se transforma a una de sorpresa absoluta cuando la mirada de Jorge se clava totalmente en el culo de Luna haciendo un gesto de adoración mientras me mira.

-Venga ya Jorge- él se ríe

-Tremendo culo tiene tu amiga- mis ojos se ponen en blanco mientras camino al almacén para cambiarme y él camina detrás mío mientras continúa parloteando

-Si tú hablaras con ellaaa....-

-¿Qué?¿Qué quieres que yo le diga?-

-No se, háblale bien de mí- me río y niego con la cabeza -Aunque bueno, la he contratado, así que me la puedo ganar poco a poco- añade él y lo miro atónita

- Perooo, ¿y eso? ¿Necesitamos gente?- él se ríe y me mira

-Bueno, no nos vendrá mal más ayuda- le cierro la puerta del almacén en la cara pero él sigue hablándole a la puerta.

-¿Y tú? ¿Qué te pasa con Daniel hoy?- abro la puerta enseguida, no quiero que él le escuche

-Pasa- le digo de mala manera agarrándolo del brazo

-¿No me digas que me vas a contar ya que estáis liados?- Mis ojos se abren como platos, pero enseguida la tristeza invade mi rostro obligándome a mirar al suelo con melancolía

-No ya no-

-¿Ya no?¿Ósea que estabais liados?- Dice con una gran cara de sorpresa

-Sí, bueno, eso pensaba yo..-

-Ya sabía yo que ese tonteo no era muy de amigos- dice mientras se sienta a mi lado -Conforme te mira, sabía que había algo-

-Había...- añado con la tristeza de nuevo ocupando mi pecho

-Puedo preguntar qué a ocurrido- dice apoyando su mano en mi hombro

-Básicamente lo conocí, nos unimos muchísimo como amigos. Al final entre unas cosas y otras desarrollé sentimientos por él, nos besamos, creí que era correspondido, pero me equivoqué. Él ama a otra persona y solo se estaba divirtiendo conmigo-

-Te equivocas- dice Jorge cuando termino mi resumen -A ese chico le gustas-

-¿Y tú eso cómo lo sabes?- le pongo toda mi atención en ese instante

-Nosotros, somos chicos, pasamos mucho tiempo juntos, hablamos... nos conocemos la forma de actuar-

-Él me ha dicho que no le gusto- le espeto

-Cuando la mente está hecha un lío se dicen muchas cosas incorrectas- dice mientras sonríe

-Bueno...-

-¿Tú que sientes?- pregunta Jorge ladeando la cabeza con una mirada curiosa

-Yo... no sé lo que siento. Solo sé que cada segundo sin él, pesa como una montaña-

-¿Lo amas?

-No- no ¿No? Realmente no lo sé ni yo

-Bueno, solo os digo que lo arregléis-

-Eso solo depende de él- él asiente y se da la vuelta para marcharse, pero lo interrumpo con mi pregunta

-¿Y tú? ¿Qué quieres de Luna?- y sin siquiera girarse contesta

-Luna... No sé, me vuelve loco físicamente, y además, para tener diecinueve es bastante madura. No sé, me gusta- extiendo mi más sincera sonrisa

-Te ayudaré-  entonces se gira, y es él el que sonríe antes de salir por la puerta del almacén.

Aprovecho para cambiarme por fin y salir a continuar trabajando, Daniel está esperando en la puerta.

-¿Qué hablabais tanto rato?- dice en un monótono tono que me eriza la piel

-¿Qué más te da?- mi borde respuesta me sorprende, nos sorprende

-Bueno tú verás- se da la vuelta para irse y entonces continúo

-Perdona el tono- agacho la cabeza

-Da igual, tienes razón no es mi problema- la rabia latente en su voz

-Venga, que era broma cotilla- me río intentando romper la tensión

-No, tienes razón- dios, su tono me quema

-Vengaaaa Daniii, no seas así- sus ojos me miran y su expresión se relaja

-Lo siento Gabriela- hace un puchero exagerado

-No te preocupes- le sonrío y cada uno sigue por su lado.

Esa estrecha conversación duele eternamente, solo con hablar con él me vuelvo débil y vulnerable. Daniel se está convirtiendo en mi debilidad, y me aterra el hecho de que algún día él sea consciente de esto y pueda utilizarlo en mi contra.

El turno termina sin ninguna novedad, vuelvo a mi casa y termino el día allí.
Mi cabeza como de costumbre sólo piensa en Daniel, y no es menos cuando me llega su mensaje.

Daniel: No quiero que estemos mal Gabriela.

Si, he cambiado su contacto. No lo podía seguir viendo así, de esa manera tan cariñosa.
Cuando iba a contestar otro mensaje ilumina mi pantalla

Daniel: Buenas noches.

Yo: Buenas noches Daniel.

No quiere que estemos mal, pero es más borde que nunca. Su indiferencia me atormenta.
Mi corazón se encoge pero suspira comprendiendo que será así a partir de ahora y mi orgullo ya no me deja sentir más tristeza, ahora siento rabia, rabia de que no me haya dado el lugar que merezco.
Soy Gabriela y valgo más que eso.
El sueño comienza a pesar en mis párpados, las vueltas en la cama se estaban haciendo eternas, hora tras hora de la noche tratando de conciliar el sueño, pero al final lo consigo, que necesidad de descansar...

Al día siguiente.

Hoy es el día, hoy viene Carlos. No tengo mucho de lo que preocuparme ya que Carlos no sabe nada sobre Daniel y entre este sujeto y yo ya no hay nada. No tengo nada que ocultar o nada de lo que huir o ponerme nerviosa, todo irá bien.
¿Todo irá bien?
Sí ¿No?
La pantalla de mi móvil se ilumina interrumpiendo mis pensamientos

Carlos: Ya estoy debajo de tu casa.

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