—CHARLIE, se bueno con Seb, a veces lo sacas de quicio.–le hablo en francés al monagesco a través de la pantalla.
Hablar en aquel idioma se había convertido en algo usual entre ellos. Cada llamada, cada mensaje, la mayoría era en francés y aunque Maddie sabía que no lo hablaba perfectamente le encantaba hacerlo porque escuchar al monagesco hablar en ese idioma le encantaba.
—¿En serio me estás pidiendo eso?–respondió Charles riendo.–Seb puede sorportarlo.
—Solo digo que deberías ser bueno, son las últimas carreras.
—¿Por qué tienes que ser tan dulce?
—Un lindo chico me dijo que debía llamarme alegrosita.–comento con gracia.
Como de costumbre se quedó embobado mirándola, aunque fuera a través de la pantalla.
—Ojalá estuviera aquí.–murmuró un poco triste.
Ella hizo un puchero.–Lo sé, pero nos veremos el próximo fin de semana.
—Eso espero porque necesito mi amuleto de la suerte.–mencionó haciéndola reír.
—¿Solo por eso me quieres ahí?
Él negó.–Y porque te extraño,–confesó.–demasiado.–soltó un suspiro.
La neerlandesa sonrió un poco triste por no estar junto a él.
—Yo también te extraño. Pero nos veremos en dos semanas, se que no es tan pronto pero los días pasarán rápido.
—Dos semanas son demasiado.–el monagesco hizo puchero detrás de la pantalla.
A Madelaine le parecía increíblemente tierno cuando hacía eso y mientras caminaba hacia la sala de su departamento, se sintió un poco culpable de no poder disfrutar de la penúltima carrera con él pero su trabajo debía ir primero por más que quisiera tirar todo a la borda y ser la compañera fiel del monagesco en todas las carreras.
—Ya verás que pasará rápido, ademas después estaremos tanto tiempo juntos que te cansarás de mi.–murmuró con gracia.
—Yo nunca me cansaría de ti.–alego.
Chase miró con diversión a su amiga porque parecía una colegiala enamorada mirando la pantalla de su teléfono con una sonrisa tonta.
—Chase se está burlando de nosotros.–mencionó la rubia luego de cruzar mirada con su mejor amigo.
El piloto de ojos verdes soltó una carcajada.
—¿Te parece si te llamo cuando termine la carrera?–ella asintió.–Así podemos hablar tranquilos sin que Chase se burle de nosotros.
—¡Que asco el amor!–se burló el actor haciendo reír a la pareja.
—Hablamos luego, Charlie, te quiero.
—Yo también, bonita.–respondió mandándole un beso a través de la pantalla.
Maddie miro la pantalla sonriente sin despegar la mirada del ojiverde hasta que la pantalla se corto y soltó un suspiro. Le hacía tan bien hablar con él, pero no lo suficiente para apagar las voces en su cabeza.
—¿Cómo está Leclerc?–pregunto su mejor amigo cuando la vio sentarse en el mueble de la sala.
—Está bien, emocionado por las últimas carreras.–respondió con una sonrisa.
El actor salió de la cocina con una taza de café para él y una para la rubia. Y mientras se la entregaba, observó algo diferente en ella, algo que no había visto antes.
—Maddie, eres feliz.–afirmó sentándose junto a ella.–Pero realmente, nunca te había visto tan feliz.
La rubia sonrió dándole un sorbo a su café.–Creo que nunca había sido así de feliz.–confesó.
—Eso es bueno.–murmuró él volteando su mirada hacia él televisor pensando que la conversación había terminado.
—James,–lo llamó por su nombre.–tengo miedo.–dijo en voz alta por primera vez y no solo en sus pensamientos.
—¿Por qué?–fruncio el ceño.–¿Te hizo algo?–pregunto preocupado.
Ella río levemente.–No, no, no. Charles jamás me haría daño.–afirmó.
Antes de seguir respiro profundo, como buscando la fuerza para confesarle a su mejor amigos los pensamientos que la han atormentando los últimos días.
—Tú lo dijiste: nunca he estado tan feliz, y es cierto.–comenzó.–Todos creen que se lo que es ser feliz pero se equivocan, no se que es realmente la felicidad. Y por primera vez en mi vida, estoy sintiendo algo parecido a eso, a lo que cuentan en los cuentos o en las películas. Pero tengo miedo, James.–admitió con un nudo en la garganta.
Chase, o como su amiga lo llama, James, la miraba preocupado, pensaba que ya no estaría atormentándose con pensamientos autodestructivos y verla tan vulnerable confesándole todo lo que sentía, le preocupaba, porque Maddie había pasado por muchas cosas y siempre salía adelante pero su mayor enemigo era ella misma y su mente. También se debía a que el idiota de su ex la hizo así y desde entonces no había podía cambiar esa parte de ella.
—Tengo miedo que esto sea momentáneo, que no sea permanente, que sea solo un momento.–jugo con sus dedos sobre su regazo.
Estaba aguantando las ganas de llorar porque no importaba cuan fuerte se mostrara, no podía expresar sus sentimientos sin un nudo en el estómago.
—Todo parece un cuento de hadas y estoy esperando que lo peor pase para despertar y gritarme a mi misma "te lo dije, nada es perfecto".–una sonrisa triste se formó en su rostro.–Sé que con Charles no será lo mismo que con Austin. Con Austin perdía partes de mi cada vez que lograba manipularme, cada vez que tiraba de las cuerdas como un títere una nueva herida se abría. Y a veces me asusta pensar que esas heridas que creí sanadas, se abran y vuelvan a quemar de nuevo.
Su mejor amigo quería abrazarla y al mismo tiempo sentía rabia hacia él mismo porque no pudo estar ahí para ella cada vez que Austin la rompía poco a poco.
—Pero lo que más me aterroriza es que logre arruinar mi relación con Charles solo porque no se controlar mi mente y me dejo manipular por ella como Austin lo hizo. Ese es mi miedo más grande.
—Tú tienes el control, Maddie, siempre lo has tenido.–hablo Chase con miedo de lastimarla.–Austin te quito eso y ahora tienes miedo, y lo entiendo, pero debes parar. Solo tú tienes el poder de controlar tus pensamientos.
Ella negó limpiando las lágrimas en su rostro con dolor. Odiaba esa parte de ella, insegura, débil e inconsciente de lo mucho que sus pensamientos podían controlarla.
—No es fácil.–susurro mirando un punto fijo en la pared.–No es fácil dejar de ver todo en blanco y negro, pero ahora que todo dejo de serlo y se tornó en colores a algo muy cercano a un azul, –murmuró pensando en los ojos del monagesco.–me da miedo que esa felicidad se desvanezca porque creo que me merezco ser feliz, pero ¿y si no es para siempre? ¿Y si todo no es nada más que un sueño y voy a despertar en la esquina de mi habitación con Austin atormentandome?
—No puedes estar en una relación pensando que va a terminar, Madelaine.
—No estoy diciendo que vaya a terminar pero con mi mala suerte, pasará algo que la destruya. E incluso yo misma.
El actor soltó un suspiro frustrado, incluso más que la misma rubia. De cierta forma le molestaba que su amiga tuviera esos pensamientos y se pudiera en modo de autodestrucción pero también la entendía. Austin había dejado una herida muy grande a ella que le tomó años reparar, de hecho no creía que estuviera sanada del todo porque sino no estuvieran teniendo esa conversación pero le tomó tantos años liderando con el dolor y en sesiones de terapia que podía entender sus dudas.
—¿Sabes qué es lo peor? Que me convertí en una de esas chicas, esas que su vida en torno a un hombre. Y, de cierta manera, me odio porque soy una tonta chica mas cuya felicidad depende de un hombre, que triste.–canturreo con sarcasmo.
—No eres tonta ni mucho menos alguien que necesita un hombre para ser feliz, nunca lo has sido.–hablo Chase con seriedad.–Pero creo que te estás dejando llevar por tus dudas y tu inseguridad y créeme te entiendo pero no puedes vivir aferrada todo el tiempo en el pasado. Te lo dicho, no solo yo sino todos, Charles no es Austin y no te va hacer lo mismo, ¿por qué te cuesta tanto entenderlo, Maddie?–pregunto casi agotado de que ella misma fuera su propia enemiga.
Él veía como su amiga tenía ganas de llorar pero se hacia la fuerte y no lo miraba sino que tenía la mirada fija en la pared. Milo era tan inteligente que podía percibir que Maddie estaba mal y se subió al sofá acurrucándose a su lado.
La rubia se tomó unos segundos para procesar las palabras de su amigo pero la verdad era que ni ella sabía porque le costaba tanto comprender que ya no saldría lastimada y que esta vez la historia sería diferente.
—No lo se, James. Esta faceta de mi siempre la he odiado, siempre he odiado el poder que tiene mi mente y como me destruye, y créeme que odio que esté influyendo en mi relación pero cada vez que intento esconder esa faceta, termino peor que antes.–hablo acariciando el lomo de su perro porque era lo único que le daba la fuerza para no llorar.
—La gente tiene todo tipo de facetas, Maddie. Y algunas facetas son complejas, como la tuya. Pero no se trata de apartar lo malo, sino darle cabida, vivir con ello.—hablo con más calma, casi tratando de convencerla de sus palabras.
Chase no podía entrar a la cabeza de su amiga, nunca pudo hacerlo, nunca pudo descifrar qué pasaba en esa cabeza que la atormentaba tanto, sin embargo se podía imaginar la clase de pensamientos que tenía en ese momento y no le gustaría que por unas simples dudas, inseguridades y recuerdos del pasado arruinara su actual relación o peor aún, que arruinara su propia felicidad porque Charles había sacado un lado de Maddie que estuvo mucho tiempo encerrado, trajo a una Maddie feliz, alegre, risueña, confiada y Chase odiará que volviera a desaparecer para convertirse en la Maddie destruida. Lo que él no sabía es que ella aún se sentía destruida, aún podía verse a sí misma en un rincón tratando de recorrer los trozos de su corazón roto.
—Yo siempre te apoyare, eso lo sabes,–hablo luego de un largo silencio.–pero creo que esta vez la única que tiene el poder de arruinar tu relación eres tú misma y me parece que Charles no se merece eso.
—No.–estuvo de acuerdo.–No se lo merece.–murmuró con la mirada perdida.
Charles era perfecto para ella, desde el primer momento lo supo. Supo que él le mostraría que sería el amor y como debía ser. Sin embargo, aún tenía muchas heridas que curar y por más que pensaba que ya lo había hecho, las vendas que les había puesto no eran lo suficientemente fuerte y tenía terror que sus dudas, inseguridades y pensamientos fueran los causantes de arruinar la mejor relación que había tenido en mucho tiempo.
No sabía que estaba pasando pero sabía que debía ordenar sus pensamientos porque lastimar a Charles y alejarlo era lo que menos quería en ese momento.
DOBLE PUBLICACIÓN 😉
Espero la disfruten :)