c i n c u e n t a

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¿AHOY MARINERO? ¿Ahoy bonito? No, ninguno la convencía

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¿AHOY MARINERO? ¿Ahoy bonito? No, ninguno la convencía. Maddie no paraba de pensar que decir cuando el monagesco se aproximara. Estaba escondida en el yate atado a un muelle más sofisticado de lo que ella creería pero sabía que Charles pasaría por ahí.

Sentía como el ritmo de su corazón aumentaba con el paso de los minutos. Había llegado la noche anterior a Mónaco y no pudo dormir nada porque la ansiedad de sorprender al monagesco no la dejó. Charlotte se encargó de mantenerla al tanto de todo lo que tenían planeado para el día, incluso le había enviado un mensaje hace un par de minutos avisándole que ya estaban por llegar.

Su sentido no arácnido se activó cuando escuchó varias voces hablando en francés y supuso que eran ellos porque escuchó como alguien decía en voz alta el nombre del ojiverde.

Je n'arrive pas à croire que Charles ait finalement réussi à passer du temps avec nous.–esa voz desconocida hizo que se pusiera alerta.

Las voces se escuchaban cada vez más cerca y Madelaine supo que era la oportunidad para salir de su escondite.

—Hey, ¿quieres ir por un paseo, marinero?–exclamó la rubia llamando la atención de todos.

Charles volteó tan rápido que hasta él mismo se sorprendió y sus ojos se abrieron al ver que se trataba de aquella chica que lo tenía loco. En su rostro se formó una sonrisa más grande que la de un payaso y sus ojos brillaron de la emoción.

—Alguien que peñisque a Charles.–murmuró uno de los chicos junto él.

—¡Charles! La chica está esperando que vayas hacia ella.–exclamó en francés una señora que supuso que era su madre.

El monagesco pareció salir de su shock y camino, no, corrió hacia la rubia y se abalanzó sobre ella rodeando su cintura abrazándola a él.

—Parece que te sorprendí.–murmuró Maddie con sus brazos en el cuello del monagesco.

—Dijiste que trabajarías, que no sabias si podías venir.–murmuró tomando su rostro al separarse.

Maddie podía ver en sus ojos que estaba más que sorprendido y se sintió en las nubes cuando vio que su mirada brillaba solo al verla.

—Quería sorprenderte y parece que hice un buen trabajo porque en tu cara puedo ver que no te lo esperabas.–soltó una carcajada.

Se veía tan guapo, jugaba con el cabello en su nuca mientras se controlaba para no besarlo porque se moraría de la vergüenza si la señora detrás de ellos era su madre y los veía.

—Lo hiciste, bonita, no me lo esperaba.–volvió a romper la distancia entre ellos para abrazarla lo más fuerte que pudo.–Estas aquí, en serio estás aquí.–susurro.

ONLY YOU || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora