s e s e n t a y d o s

3.5K 165 7
                                    

—¡ERES UNA MODELO, Madelaine! ¿Cómo me vas a decir que no te gusta estar rodeada de fotógrafos?–pregunto el alemán confundido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¡ERES UNA MODELO, Madelaine! ¿Cómo me vas a decir que no te gusta estar rodeada de fotógrafos?–pregunto el alemán confundido

—Yo dije que no me gustaban los paparazzis, es diferente.

El alemán bufo.—Es ilógico lo que me estás diciendo, si eres famosa te van a seguir paparazzis o fotógrafos.

—Seb, ser famoso es un daño colateral por hacer lo que te gusta.–reflexionó la rubia.–¿Alguna vez lo has pensado?

El piloto alemán se tomó unos segundos para entender las palabras de la rubia y asintió.

—Creo que tiene sentido.

—¿Crees? Te lanzo mi mejor analogía y ¿me dices que crees?–solto con gracia fingiendo estar ofendida.

Sebastian soltó una pequeña carcajada por las palabras de la rubia. Habían estado hablando por un largo rato de cómo se sintió la neerlandesa el día anterior, el cual no había sido su mejor día y aunque él no estaba ahí, Charles podía dar fe de eso.

—¿Quieres el consejo de un hombre sabio?

Le lanzó uno mirada con gracia.—¿Un hombre sabio? Claro, lánzalo.

—No te concentres en lo malo, sino en lo bueno y en lo que te hace feliz. Lo demás no importa.

La neerlandesa sonrió. Le gustaba hablar con él aleman porque era como hacerlo con un hermano mayor, aunque ya tenía uno, pero Max nunca le daría ese tipo de consejo por más que quisiera.

—Eres muy sabio, Seb.

Él sonrió.–Son los años, cariño, aprendes muchas cosas.

—Gracias, Seb, en serio. Creo que necesitaba eso.

—Sabes que siempre estaré aquí para ti, aún cuando esté en otro equipo.

La rubia arrugó la cara con disgusto.–No me lo menciones que me pongo triste.

Él soltó una pequeña carcajada.

—Me voy a otro equipo, Maddie, no me voy por completo.

—Dile eso a Charles que el otro día casi llora cuando recordó que ya no estarías con él.

—Estás bromeando.–exclamó sorprendido.

Sonrió con malicia.–Yo no miento.

Sebastian la observó por unos segundos tratando de descubrir si estaba mintiendo o no pero no logro descifrarla. Aunque los pilotos tenían una buena relación, a Sebastian le costaba creer que el monagesco lo extrañaría.

—Seb, es tu turno.–le hablo uno de los asistentes del equipo.

—Es tu turno, viejo.–mencionó la rubia con gracia palmeando su hombro.

ONLY YOU || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora