Nota: Habrán diálogos o similitudes con el capitulo original de Queen, Ilenko y Emma aquí no son propiamente ellos, principalmente porque la siguiente escena no es propio de sus actitudes o los momentos de tensión que nos han dejado ver.
La princesa estaba acurrucada con lágrimas cayendo por sus sonrosadas mejillas sobre un mullido asiento en la antesala del cuarto de sus padres, había logrado escapar de Rita para darle una sorpresa a sus padres. Mismos que se encontraban discutiendo con fuerza al interior de la habitación, su madre gritaba en determinados momentos y su padre contestaba con tono bruco, algunas maldiciones en ruso se escuchaban y eran contestadas con groserías en polaco o ingles americano. Ninguno de ellos se habría imaginado que su pequeña hija estaría afuera escuchándolos y tapando sus orejas con sus pequeñas manitos como si eso surtiera algún cambio.
Al interior de la recamara se encontraba Emma James con el cabello algo despeinado, las mejillas encendidas y conteniendo las lágrimas. No sabia porque había iniciado el conflicto, no recordaba que fue el detonante de todo, pero le dolía y la llenaba de inseguridades porque sabia que en este estado no eran los mas sabios, mucho menos los mas pasivos y era obvio que dirían cosas que los lastimarían y que fracturarían la confianza que hasta este momento se tienen, y eso es algo que la aterra.
- ¡¿Qué demonios quieres de mi Ilenko?! -No se abstuvo de preguntar, por el bienestar de ambos, principalmente por el suyo quería ponerle fin a esto.
- ¡Que me des mi maldita libertad! -grito el ruso hastiado de todo, el estrés lo tenia acumulado y la cabeza envuelta en una niebla que no lo dejaba racionar como siempre. Y cuando por fin reacciono a sus palabras, se dio cuenta que era tarde. El daño ya estaba hecho y la pelinegra boqueaba como un pez fuera del agua, con las lágrimas deslizándose por sus mejillas y los ojos reluciendo el dolor que la gobernaba.
La pelinegra se abstuvo de decir algo, principalmente porque no tenía nada que decir. El dolor había asaltado su pecho y sentía un nudo formándose en su garganta, respirar le dolía y se sentía envuelta en una espiral de sufrimiento, él quería su libertad, quería ser libre y ella...ella estaba obstruyendo dicho deseo. Nuevamente se convertía en el problema, en el estorbo, en el peso que retrasaba a los demás. Por un momento llego a pensar que seria diferente, que entre ellos seria diferente y que ella había cambiado, pero se equivoco y entenderlo por fin dolía.
El ruso estaba de pie frente a ella imponente, las manos las apretaba en un puño. No sabia que era lo mejor para hacer y que tan bien serian tomadas sus acciones, pero comprendía por el dolor en la mirada de su pequeña bruja y el cambio de su rostro que ya se estaba haciendo ideas erradas en la cabeza, otra vez, y la resignación, la tristeza y el abandono que cruzo por sus luceros le hizo saber que estaba en lo cierto.
-Emma...-se vio interrumpido por el sonido de una pequeña y entrecortada voz.
- ¿Mami? ¿Mi lord? -la pequeña niña entraba agazapada, pero en guardia, como atenta a cualquier indicio de que los gritos se reanudarían. Y ser consiente de que los estuvo escuchando fue un golpe bajo para ambos adultos. La pelinegra se volteo en un vago intento de ocultar su cara y limpiar con rapidez las lágrimas que seguían cayendo, cuando estuvo segura de que no saldrían mas se volteo y le dio un amago de sonrisa a su princesa.
- ¿Qué haces despierta a esta hora amor? ¿No podías dormir? -se inclino a su altura para tomarla entre sus brazos y acunarla, brindándole todo el calor y el amor que tenia para dar.
-Quería darles una sorpresa, pero me asustaron los gritos ¿Por qué se peleaban? ¿Ya no se quieren?
-Oh, princesa. Mami y Papi a veces tienen diferencias, es normal que se peleen un poco tratando de decir quién tiene la razón, pero eso no significa que no...-Se vio obligada a interrumpirse, no se veía con la vergüenza suficiente para mentirle de una manera tan oronda a su hija.
-Ven, es mejor que durmamos ¿Okay? Despídete de papa-volvió a decir buscando cambiar el tema y sin atreverse a mirar al ruso que estaba de pie a sus espaldas.
-Emma...-Llamo una vez la princesa se despido con un beso en la mejilla y volvió corriendo a buscar refugio entre los brazos de su madre. Aun tenían asuntos que arreglar.
-Hoy no, esta noche simplemente no-contesto aun de espaldas y con un sollozo formándose en su garganta, el cual se noto por la forma entrecortada en la que pronuncio las palabras. Sin más salió de la habitación ignorando a los boyevikis que se removían algo incomodos.
No era el momento adecuado para hablar, aun le sorprendía el punto al que habían llegado, nunca ni por más diferencias que tuvieran se habían tratado así, con tanta ira, con tanto salvajismo. Y entendía que el ruso estaba estresado, lleno de trabajo y con una carga sobre sus hombros impresionante debido a los movimientos de clan Mascherano y su unión con la FEMF, además de aceptar que ella no era la persona más racional en el estado sensible en el que se encontraba y tener ese secreto guardado más el estrés que le generaban la presencia, existencia y el actuar ridículo de Viktoria, Minina, Sahori y los James, pues no hacían de ella la mejor candidata para entablar una conversación muy seria y racional. Pero no quitaba que le dolía mucho y que sintiera real las palabras del ruso.
-Mami -llamo la rubia una vez se encontraban acostadas sobre la cómoda cama y con koldum a los pies de la misma, protegiéndolas como un valiente caballero.
- ¿Sí?
- ¿Tú quieres a papi?
-Si, cariño. Lo hago
-Entonces ¿Por qué pelean? ¿Es por mí?
-No princesa, por supuesto que no es por ti. Esto no tiene nada que ver contigo ni es tu culpa ¿entiendes? Es solo que los adultos tienen muchas diferencias y se enojan con facilidad por eso papa y yo estábamos un poco enojados.
-Pero se quieren ¿verdad? Ustedes no se van a separar ¿cierto?
-Yo si quiero mucho a tu papa y te prometo que intentare no separarnos
-Bien-suspira con alivio la menor de ambas y se acurruca con fuerza contra su madre buscando su calor. Pero aquello no impide que por gran parte de la noche la sienta sacudirse levemente, como si estuviera temblando y sabe muy bien que esta llorando, pero no quiere que la escuche por lo que no pregunta y tampoco le hace saber que esta despierta.
A la mañana siguiente la pelinegra se levanta con los ojos rojos y algo hinchados de tanto llorar, trato de actuar fuerte para su pequeña y una vez arregladas bajaron a desayunar, por primera vez no saludo a nadie ni le dirigió la mirada a nadie, el desayuno apenas y lo toco. Siendo muy evidente el desanimo que gobernaba su cuerpo, el ruso no llego a desayunar y no hizo el intento de preguntar nada sobre él, lo sintió salir pocos minutos después de que ambas se fueran de la habitación y sinceramente solo se hace una idea de a donde pudo ir.
La mañana se la pasa entre ella hablando con Camille -quien gracias a dios a esta mejor- y tratando de leer un libro, además de los apuntes que le dejo el ruso. Mientras Amelie recibe sus clases por medio de juegos didácticos acordes a su edad. Llegada una hora determinada, ambas suben al cuarto a tomar la siesta justo como hacían cuando vivían solas en Polonia. Después de una hora de placido sueño, la pelinegra baja a la cocina por insistencia de la rubia para volver a llevarle el almuerzo a su Lord.
Preparo un poco de tofu picante, vegetales salteados, arroz, una crema de verduras con pollo perfectamente procesada y sin nada de grumos. Además, de un apetitoso pescado a la plancha y una manzana a modo de postre. Era una forma de castigo, porque si bien el ruso comida de casi todo, la menor de las James había notado su particular desagrado por alguna que otra especie de mar y la forma en que anteponía cualquier otro plato a alguno de esa procedencia. Una vez con el almuerzo listo y debidamente empacado, subió al segundo piso para alistarse. Amelie le había dicho que quería pasar el día con su padre y sin nada mas que hacer hablo con Camille, quien la invito a tomarse un delicioso chocolate en su pastelería favorita.
Así que se alisto para salir, se puso una falda negra con líneas blancas, un crop top de manga larga negro, su cabello en su estado natural sin planchas ni secadora, un par de hermosos tacones y por supuesto el costoso reloj que el ruso le había dado. Se maquillo de manera sutil, se hecho un poco de su perfume favorito, tomo una de sus tantas carteras y una vez lista bajo al encuentro con su princesa. El gaban blanco que representaba su estatus lo tenia sobre sus hombros y una vez dentro con la temperatura cálida de la oficina se lo retiro. Al inicio un boyeviki trato de evitar su entrada, pero una mirada basto para detenerlo de cualquier intento de desacato hacia sus deseos.
Una vez entro como pedro por su casa a la oficina, saludo con leve asentimiento a los presentes sin repararlos por segunda ocasión. Aun cuando sentía la mirada lujuriosa e intensa de Uriel recorriendo sus piernas, el ruso estaba mas serio de lo común, el Vor aburrido y Patrik algo inquieto el ambiente no era el mejor y la actitud de gata superior que tomo Zoe como amenaza ante la llegada de la pelinegra solo empeoro todo. La princesa saludo como si nada a los demás, con cada paso transmitía ese poderío propio de los Romanov, pero también exigía ser venerada y vanagloriada como las Mitchels, tenerlas a madre e hija, una al lado de la otra era una verdadera obra de arte y resultaba casi que imposible retirar la vista de dicho lugar.
De pronto las mujeres dentro del recinto ya no parecían tan atractivas y mucho menos puras. El carraspeo del Boss hizo reaccionar a mas de uno y no demoraron en dejar a la familia de 4 reunida (Koldum también se había unido a la procesión). La comida no demoro en estar servida y el Boss hizo una pequeña mueca al notar lo que le habían llevado de almuerzo, alzo la vista para enfocarla en Emma quien lo ignoraba como si de aire se tratara, había tratado de ocultar la hinchazón con algo de maquillaje, pero aun resultaba obvio para quienes la conocían muy bien y para desventaja suya el ruso era uno de los pocos que podía darse el lujo de afirmarlo.
- ¿Tienes problema para quedarte con Amelie esta tarde? -por fin se digno en dirigirle la pregunta una vez ubicada en su sitio habitual.
-No-contesto y contuvo las ganas de preguntar el porque y el motivo de su vestidura.
-Bien-respondió como si nada y no dio indicio de soltar alguna otra información. Tenia el cuaderno en la mano y pasaba las hojas con gran concentración, tomando ocasionalmente de su delicioso batido de fresas. El ruso estaba realmente desesperado con ese accionar.
- ¿Para quién te vestiste así? -pregunto como quien no quiere la cosa.
-Para mí- habla sin mirarlo si quiera de reojo, esta siendo algo infantil, pero le vale. Es una mujer embarazada y con los nervios a flor de piel- Debo irme, quede con Camille para salir a comer y no regresare temprano, así que nos vemos en la casa- Se levanta recogiendo sus cosas una vez mira la hora en el reloj, se acerca a la princesa para darle un beso en la mejilla y pedir que se porte bien, acaricia a Koldum y le da unos cuantos mimos antes de levantarse y avanzar hacia la puerta, donde se voltea y con un frívolo asentimiento se despide de Ilenko.
Sale al pasillo e ignora a cuanto se encuentre. Baja por el ascensor y se sube a una de las camionetas que ya la estaba esperando y sale al encuentro con su amiga en una de las zonas mas exclusivas de todo Moscú. Al llegar y encontrarse pasean por los pasillos del centro comercial, compran alguna que otra prenda que se adapte a sus gustos, bolsos y zapatos. Mientras pasean conversan de las situaciones, los problemas, las competencias y la mejor estrategia. Hablan de música, de su matrimonio y de temas comunes que hacen la charla amena, cansadas por fin se dirigen a su repostería favorita, ocupan su mesa habitual y no demora mucho en tener dos bandejas de un delicioso café con leche, trufas de chocolate y una galleta cubierta en coco.
Camille no desaprovecha la oportunidad para fotografiarlo y compartirlo en sus redes sociales, etiquetándola y tomando fotos furtivas también. Llegado el momento y sin nada mas que hacer, acceden realizar publicidad gratuita para los tíos de la alemana y el nuevo puesto que están inaugurando, se toman selfies, fotos con posturas muy locas y promocionan el sitio con historias e incluso hacen un en vivo de preguntas y respuestas.
Cuando se quiere dar cuenta ya son las 7 de la noche y el cielo ya se oscureció. Se despide de su amiga con un beso y sube a la camioneta que la espera, ahí se quita los zapatos y se masajea un poco los pies, esta muerta de cansancio. Caminar con tacones de punta fina durante horas no es muy agradable, lastima que den una presencia magnifica al outfit de cualquier mujer. Llegan al palacete y se dirige a la cocina donde toma un poco de agua y al salir sube a la habitación de su hija notándola dormida y dándole un pequeño beso de buenas noches, se despide de la Krysha que se mantiene atenta a cualquier sonido y con tacones en mano camina por el alfombrado pasillo con dirección a su habitación.
Desde que las cosas estaban mas o menos bien entre ellos, dormía en el cuarto del ruso. Pero con el inconveniente de ayer y con las palabras dichas es mejor que cada quien vuelva a coger su rumbo y así ella trata de no ser tan irracional ni imaginarse cosas que no van a pasar. Entra y se quita toda la ropa, toma dirección al baño, inicia con su rutina nocturna para el cuidado de la piel desmaquillándose, entra a la ducha y lava su cuerpo a conciencia con jabones suaves y de fina fragancia. Aplica una mascarilla a su cabello y lo cubre con un gorro dejándolo actuar por un limite de tiempo, minutos que aprovecha para ponerse exfoliantes, mascarillas, cremas humectantes y demás en el cuerpo y la cara. Después de enjuagarse todo eso, continúa agregando gran parte de los productos de su skin care que aseguran una piel tersa y libre de muchas imperfecciones, también prepara la bañera con agua tibia y lentamente agrega pétalos, esencias y una bomba de baño, alguna que otra vela es colocada en sitios estratégicos del cuarto. Masajea sus piernas dándole mimos y amando la suavidad que tiene. El cabello lo tiene nuevamente recogido con una segunda mascarilla que se aplicó previamente, esta vez para asegurar la vitalidad y el crecimiento, y lo enjuaga desenredándolo y poniéndole aceites para que no pierda la suavidad y el brillo del que siempre presume. Si hay algo que odia son los nudos y las puntas abiertas.
Finalmente se relaja contra la pared de la bañera cerrando los ojos y comiendo de forma ocasional frutos secos y unas jugosas fresas, entonaciones en violín la arrullan y cuando menos lo espera se siente cabeceando por el cansancio del día, sin oponerse a la somnolencia cae rendida ante el deseo de su cuerpo y toma una pequeña, pero bien merecida siesta. Pasados unos 40 minutos de sueño profundo se levanta algo incomoda por la posición en la que estuvo y sale de la bañera tomando la bata de baño que tiene sus iniciales bordadas en una hermosa letra cursiva. Dedica un poco mas de tiempo a secar su cabello y cuando nota por fin lo largo que lo tiene decide que es hora de darle un corte. Sale del baño revitalizada, con brillo y una clara mueca de satisfacción.
Suelta su bata y se pone una batola encima sin nada de bajo, antes de sacar sus implementos para el arreglo de las uñas, le hace limpieza y les pone una capa de brillo protector, las lima y pone fortalecedor de uñas, repite el proceso con la de los pies. Con eso listo se pone de pie y busca en su almario un pijama en seda de color negro con un poco de encaje, sin ropa interior debajo y lo mas cómoda posible. Trenza su cabello mientras se observa frente al espejo, es hermosa pese a lo que los demás puedan decir. Culmina su sagrada rutina con la aplicación de un splash para el cuerpo con aroma de flor de lis.
- ¿Para quién te arreglas tanto y a esta hora? -la voz con ese leve ronquido la asusta, tan enfocada estaba en su rutina que no se percato de la llegada del ruso, quien por lo cómodo que esta debe llevar bastante tiempo ahí. Y es cierto, Ilenko llego cuando la pelinegra aun se encontraba en el baño.
-Para nadie -comenta nerviosa, los pezones se le han puesto erectos y se niega a aceptar que la reacción de su cuerpo es debido a su excitante presencia. De repente se hace muy consiente del calor que baja por su cuerpo en las zonas por las que se pasea la mirada del ruso. El silencio la incomoda y se remueve inquieta antes de subirse a la cama y taparse con una manta, como si eso la protegiera-Hablemos.
-Mmm-lo odia tanto, detesta que le deje todo a ella, sabiendo lo incomoda que esta y lo difícil que es para ella iniciar con esta conversación.
-Yo...-suspira- es difícil- el ruso se levanta y se acerca a su lugar, antes de subirse a la cama y acomodarse a su lado. Con la nueva iluminación es más fácil verlo, solo viste un pantalón de chándal, el torso lo tiene descubierto y la V de su abdomen se marca aún más.
-Cuéntame un secreto ved'ma-pregunta mirándola fijamente sin darle posibilidad de que la menor retire la mirada.
-Quiero a alguien, pero al parecer es unilateral y me enoja mucho cuando esta rodeado de otras mujeres-contesta mirando hacia otro lado. El ruso sospesa sus palabras antes de inclinarse y frotar sus mejillas, la abraza contra su pecho y ella se remueve buscando una posición que resulte cómodo, y se complementan casi como si sus cuerpos estuvieran diseñados para estar juntos.
- ¿Y qué hiciste?
-Le grite-habla en voz baja, como un leve murmullo- ¿y tú? ¿Cuál es tu secreto? Sabes que no se lo diré a nadie.
-Hay una bruja que me tiene hechizado, me enardece lo loco que me trae y a forma en que actúa tan ajena a la realidad. A veces la quiero encerrar en una burbuja y otras veces la quiero encadenada a mi cama, dispuesta para mí, esperando por ser follada-susurra contra su cabello, acariciando la espalda que se mueve con los espasmos que la atraviesan al por fin comprender sus intenciones, a veces es un poco tonta - ¿Por qué estas tan sensible bebe? ¿Siguen siendo las pastillas? Ya te dije que dejaras de tomarlas si te ponían mal.
-No son las pastas-susurro contra su pecho, con la cara bien oculta.
- ¿Qué es entonces? -pregunta y al no recibir respuesta se quita y le alza la cara, obligándola a mirarlo- ¿Qué tienes bebe?
La menor no le habla, solo lo mira. Finalmente lo toma de la mano y la estudia, las compara, entrelaza sus dedos y cuando el ruso siente que no dirá nada, toma la mano con mas firmeza y la lleva contra su abdomen. Dejándolo ahí antes de alzar la vista para mirarlo con intensidad.
-No es la pasta, ya dejé de tomarlas-susurra antes de ser llevada contra el colchón abriendo las piernas mientras el se acomodaba y le mira fijamente el aun plano vientre, antes de besarla con ferocidad, acariciando su piel y frotando nuevamente sus mejillas.
Esa noche vuelven a estar juntos, pero con algo diferente. Hay una especie de ternura o paciencia que antes no estaba ahí y durante todo el proceso ni las manos ni los ojos del ruso se apartan de ese pálido vientre donde se gesta un nuevo descendiente.