Bubble Gum | NamJin [Omegaver...

dennylaland tarafından

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[Precuela de Cotton Candy] [Kim NamJoon, coqueto y encantador. El alfa perfecto para muchos y muchas omegas... Daha Fazla

Prólogo
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dennylaland tarafından


Comiendo un tazón de cereal bajo el silencio de la cocina, JungKook veía en su celular sus redes sociales, riendo por lo bajo gracias a los vídeos de animales realizando acciones graciosas y adorables. El sonido de su masticar acompañó el sonido de la música en su celular, observando el video que en él se reproducía y sonriendo con ternura al ver al gatito que saltaba y giraba para atrapar un estambre. De un tiempo para acá, el chico generó una adicción por ese tipo de vídeos —específicamente gracias a YoonGi, quien en secreto los veía—.

—Adorable. —susurró con un poco de cereal en su boca, tragándolo y pasando al siguiente vídeo.

Tomó con la mano contraría otra cucharada de cereal para comerlo. Escuchó la puerta de la habitación abriéndose, volteando su cabeza para esperar encontrarse con SeokJin, quien posiblemente tendría una cara somnolienta. Se sorprendió cuando no fue así. El omega apareció con una enorme sonrisa plasmada en su rostro, tan brillante como el sol que ilumina la mañana. Lo observó en silencio, escuchándolo tararear con alegría una canción que JungKook desconocía.

—Buenos días, Kookie. —se acercó al mencionado y revolvió sus cabellos dando un sentimiento hogareño y cariñoso, depositando un beso en ellos.

El menor parpadeó y tosió por la inesperada acción, sus ojos titubearon avergonzados pero finalmente se recuperó y siguió con la mirada cada movimiento que el rubio hacía. SeokJin en ningún momento borró su sonrisa haciendo que el alfa se cuestionara si sus mejillas no se acalambraban de tanto sonreír. Se veía más animado de lo que JungKook alguna vez llegó a presenciar y eso de alguna manera le hacía sentir tranquilo.

No había necesidad de preguntar la razón de su extrema felicidad, la respuesta era obvia.
JungKook acabó su cereal y se levantó de la silla causando un chirrido debido a la fricción de las patas con el suelo, inmediatamente volteó a ver a su primo esperando ser reprendido, pero el omega ni se inmutó. Quiso reírse pero lo contuvo y se dirigió al lavaplatos para lavar rápidamente el plato que utilizó. Detrás de él, SeokJin preparaba su desayuno alegremente, incluso las feromonas de felicidad bailaban en el aire junto a él. JungKook frunció la nariz por el aroma.

—Dejé jugo de naranja en el refri.

—Okay. —canturreó el rubio mientras volteaba los huevos y checaba el pan dentro de la tostadora.

El alfa pelinegro parpadeó y se fue al baño a lavar sus dientes y darse una ligera acomodada en el cabello. Desde el baño se escuchaba como el omega cantaba el OST de Boys Over Flowers, con velocidad sacó su celular y grabó un poco para después burlarse de él. Al salir tomó su mochila y metió su celular al bolsillo de su pantalón.

—Hyung, me voy a la universidad. —avisó colocando su mano sobre la perilla de la puerta, pero antes de girarla SeokJin le llamó.

—¿No se te olvida algo? —preguntó el rubio quien servía el huevo revuelto en un plato.

—Ah, ¿No? —el menor se veía confundido, repasando mentalmente si guardó todo en su mochila.

SeokJin negó con la cabeza y dejó el sartén sobre la estufa para caminar hacia su primo. El pelinegro al verlo abrió los ojos, presintiendo lo que haría.

—Ven aquí pequeñín.

Antes de que JungKook pudiera hacer algo, SeokJin ya lo tenía apretujado entre sus brazos. El alfa se removió con el intento de zafarse pero extrañamente no podía ni ejerciendo toda su fuerza.

—Que te vaya muuuuy bien, Kookie. —depositó un beso en su frente y el rostro del contrario se contrajo.

—H-hyung, es suficiente. No es necesario tanto cariño. —el rubio hizo oídos sordos y lo abrazó aún más fuerte. —¡Suficiente, hyung, suficiente!

—Bien, bien, lo siento. Vete antes de que se te haga tarde.

JungKook evitó responder: si se me hace tarde será culpa de tu abrazo de media hora. Por lo que sólo contestó: —Nos vemos hyung.

Cuando se fue, SeokJin regresó a la cocina a comer su desayuno. Agradeció internamente que su primo no se burlara por su extrema felicidad y buen humor —sin saber que JungKook grabó un vídeo para burlarse después—. Durante toda la noche su mente giraba en torno a NamJoon y a aquel beso que compartieron. No había sido su primer beso, desafortunadamente, pues si era sincero le hubiera gustado que NamJoon fuera aquella primera vez. Pero sí podía decir que fue el beso más hermoso y lleno de emociones que pudo haber experimentado. Era como si de alguna forma le hubieran inyectado una enorme dosis de serotonina y energía en todo su cuerpo. Y ver a NamJoon, escucharlo y sentir su aroma eliminaban cualquier miedo a ser lastimado. Era su lugar seguro. Y se sentía muy estúpido por haber tardado tanto en comprender que con el alfa no había nada que temer. Le alegra que, a pesar de como trató y alejó al castaño, él aún se esforzaba por acercarse. No se imagina que hubiera pasado si NamJoon se hubiera cansado de todo eso.

«Es nuestro alfa, nunca se rendiría con nosotros.» Su lobo le recordó mientras meneaba la cola. SeokJin sonrió y le dio la razón, pronunciando lentamente lo mismo, dándose el tiempo de saborear las palabras.

—Nuestro alfa. —murmuró sonriendo risueñamente, perdiéndose en su mente por un momento. Luego recordó que no debía soñar despierto ahora, debía apurarse para su cita con NamJoon. Esa frase aún parecía irreal.

Corrió a su armario y sacó sus mejores prendas, observando y realizando múltiples combinaciones hasta que encontrara la adecuada. Cuando lo hizo se apresuró a guardar nuevamente todo aquello que no ocuparía y se metió a dar un baño. Le gustaba que todos sus productos de higiene tuvieran su mismo aroma, por lo que al colocarse su shampoo y el jabón corporal su aroma a chicle se hacía notar más, y como descubrió que a NamJoon le encanta inhalar su aroma cada que puede esto sería una ventaja.

Al terminar de bañarse secó su pelo con delicadeza, al igual que su cuerpo y salió con una toalla amarrado alrededor de su cintura. Tomó su crema corporal y facial con olor a manzana y la aplicó sobre su piel. Satisfecho con su aroma, comenzó a vestirse, conteniendo la emoción que recorría cada rincón de su existencia. Puso en su cabello un poco de crema para peinar y cuando se aseguró de que su pelo estaba bien seco, empezó a peinarse, haciendo pequeñas ondulaciones en sus hebras. Al finalizar se aplicó un poco de brillo labial y se observó al espejo. No sabía a donde irían, así que esperaba que estuviera vestido adecuadamente.

Salió de su habitación y miró la hora en su celular. —Justo a tiempo. —suspiró. Caminó al sillón y se sentó, jugando con los dedos de sus manos debido a los nervios. No faltaba mucho para que NamJoon llegara.

Para matar el tiempo jugó un poco en su celular. El timbre sonó poco después. El aire se atoró en su pecho y su corazón comenzó a agitarse. Con movimientos torpes se levantó, viéndose en el reflejo de su celular antes de abrir la puerta. Al abrir la puerta se aturdió un poco por el fuerte aroma de chocolate y tierra húmeda, por lo que parpadeó continuamente.

—Hola, hyung. —la voz del alfa lo regresó a la tierra. Así se permitió observar cada detalle del alfa que le sonreía junto a esos lindos hoyuelos. Sin importar por donde mirara no había manera de encontrar alguna imperfección. Al darse cuenta de que no había dicho nada durante un largo tiempo y sólo lo observó, las mejillas del omega explotaron de un tenue rojo. La sonrisa de NamJoon aumentó.

—L-lo siento. Hola Nam.

—¿Estás listo? —preguntó mientras discretamente respiraba el aroma del rubio. SeokJin asintió mientras sonreía. —Entonces, ¿Vamos? —le extendió un brazo para que lo tomara. El omega dudó un poco pero finalmente enredó su brazo con el contrario para caminar fuera del edificio.

El silencio los acompañó hasta que llegaron al auto. NamJoon le abrió la puerta a SeokJin y este último agradeció tímidamente. El alfa rodeó el auto para poder subirse.

—Bien, ¿quieres hacer o ir a un lugar en especial? —cuestionó NamJoon mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. —Había pensado en algunas cosas, pero si tienes alguna idea, podemos ir.

—Si pensaste algo ya, hagamos eso.
NamJoon asintió y sonrió.

—Así que… ¿A dónde iremos?

El moreno encendió el auto y antes de arrancar le dio una mirada a SeokJin para decirle: —Será un secreto. —dicho esto, le guiñó un ojo y comenzaron a avanzar.

Los ojos del rubio se dedicaban a apreciar a través de la ventana, apreciando el bello paisaje que iban dejando atrás conforme el auto avanzaba. La ventana ligeramente abajo dejaba que el aire se colara para jugar con las hebras rubias del omega, siendo un espectáculo para NamJoon, quien cada tanto tiempo le daba mirada discretas al perfil de SeokJin.

SeokJin no se quedaba atrás pues él, no tan discretamente, observaba los brazos de NamJoon y sus manos sobre el volante. Jamás se imaginó que una acción como esa podría verse tan atractiva. Le encantaba como sus venas se marcaban de manera leve y los rayos del sol impactaban en la piel dorada del alfa, dando una vibra tan delicada pero imponente a la vez. Su lobo comenzaba a inquietarse por el fuerte aroma del alfa que estaba impregnado en cada esquina del auto. Y que se estuviera combinando con su propio aroma no ayudaba mucho, aunque le gustara eso, su lobo estaba muy inquieto. No pudo hacer más que reprenderlo mentalmente.

Durante todo el camino se mantuvieron en un cómodo silencio, disfrutando de la presencia del contrario y del agradable viento que les saludaba. Tan agradable fue el viaje que se sintió tan corto cuando NamJoon le avisó a SeokJin que ya habían llegado.

Al bajarse del auto descubrió una bella área verde que junto al cielo azul y despejado generaban un sentimiento de tranquilidad. Flores de diversos colores y el cantar de los pájaros eran detalles que cautivaron a SeokJin. El viento fresco y juguetón le acarició las mejillas, provocando un pequeño cosquilleo en estas.

—¿Te gusta? —SeokJin asintió. —Aún no ves todo, ven.

NamJoon lo dirigió por un pequeño caminito en dirección al interior de la arboleda frente a ellos. Respirar y andar ahí se sentía tan libre que no podía evitar observar con admiración su entorno y detallar cada cosa que sus ojos viera y escucharan. Sus sentidos se sentían cautivados por los nuevos descubrimientos que estaba haciendo. Pronto distinguió a unos pasos adelante del camino algunas construcciones pequeñas.

—¿Qué es este lugar? —preguntó. Sus ojos brillaban fascinados y NamJoon tuvo el placer de presenciarlo. —Está tan…

—¿Escondido? —adivinó. —También lo creo, es muy hermoso como para estar oculto. —reflexionó mientras caminaba con SeokJin hacia una banca, tomando asiento ahí. —Se puede decir que es un espacio recreativo. Tiene mucho que lo descubrí.

—¿Cómo lo descubriste?

—Estaba en secundaria cuando pasó. Recuerdo que fue un mal día, me enojé con mi madre y me fue mal en la escuela. Ese día, en la salida, estaba tan desanimado que tomé el primer autobús que se me puso enfrente. No sabía a donde iba pero no me importaba, sólo quería olvidarme un poco de todo. —SeokJin lo escuchó atentamente. NamJoon continuó: —Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta lo lejos que llegué hasta que vi que ya no había nadie más en el autobús, así que me bajé y caminé sin rumbo. Cuando menos me di cuenta llegué aquí y fue extraño porque sentí que se me iba un peso de encima. Desde entonces siempre que necesito descansar, tengo un mal día o simplemente quiero disfrutar de la vida, vengo aquí. A leer, pensar, caminar, o lo que sea.

Al terminar de contar la historia se quedaron en silencio. SeokJin estaba sorprendido y no sabía que decir. Nunca hubiera imaginado que NamJoon compartiría un lugar especial con él, aunque quizás ya había llevado a más personas ahí. Se tuvo que esforzar para apartar esa idea de su mente.

—Me gusta. —dijo SeokJin recibiendo una mirada de NamJoon. —El lugar, es lindo.

El moreno sonrió. —Lo sé y me alegra que te gusta también. —se regalaron una pequeña sonrisa a la vez que se miraban a los ojos. Parecía que el tiempo se había detenido a su alrededor. —¿Quieres un helado? Aquí venden los más deliciosos, te lo prometo.

—Un helado suena bien.

Caminaron un pequeño tramo hasta que llegaron a una heladería con diseño rústico. Si no le mencionaban a SeokJin que es una heladería, él no se hubiera enterado. NamJoon le dejó pasar primero y así vio un interior muy lindo y agradable.

—¿Nam? —escuchó que una voz hablaba, así que giró su cabeza hacía el lugar del sonido. Ahí encontró a una anciana que sonreía ampliamente.

—Hola, abuela Choi. —NamJoon saludó con una cálida sonrisa.

—Que sorpresa, hace mucho no te veía. Y mira, no vienes sólo. —su mirada se dirigió al omega, quien la saludó con una sonrisa. —¿Quién es el precioso omega? —habló mientras se acercaba.

—Mi nombre es Kim SeokJin, un gusto.

—Tienes un hermoso nombre, SeokJin. Un gusto conocerte. Pero vengan, siéntense. Y tú, Nam, ¿vienen por un helado o a verme?

—Ambas, abuela Choi.

—Más te vale, creí que ya me habías olvidado. —NamJoon negó con la cabeza. —Tendrán que esperar un poco para el helado, mi esposo fue a traer unas cosas pero aún no llega.

—¿A dónde fue? —cuestionó el alfa.

—A nuestra casa, pero ya es viejo y le cuesta. El terco no dejó que le ayudara.

—Entonces puedo ir a ayudarle.

—Oh, no Nam, no es necesario. —la omega negó con la cabeza.

—Podría lastimarse, es mejor si recibe ayuda. No tardo. —lo último dicho fue más dirigido a SeokJin.

Ambos omegas vieron como el alfa se retiraba. SeokJin se removió un poco nervioso en su asiento.

—Se ve muy feliz. —de pronto la anciana habló. —La última vez que vi a Nam feliz fue porque pudo comprar el curso de producción que tanto quería. —ella rió y el rubio sonrió. —Estoy segura de que esa felicidad es por ti. Si te soy sincera, nunca había traído a nadie aquí antes.

Aquella confesión sorprendió a SeokJin. —¿De verdad?

—Sí. Lo conozco desde hace mucho tiempo, nunca hubo una sola vez.

El rubio parpadeó y sintió su corazón removerse.

—Te contaré un secreto. —bajó la voz, aunque nadie podía escucharla realmente. SeokJin se inclinó bastante interesado. —Una vez le pregunté si no tenía pareja y su respuesta fue negativa. Entonces le dije que cuando tuviera una pareja la trajera, pero me dijo que no traería a cualquiera. Que la vez que trajera a alguien es porque esa persona sería la indicada. —las orejas del rubio se pintaron de rojo y su corazón se aceleró con lo escuchado. —Y no me sorprende, desde que los vi entrar juntos pude sentirlo. Me alegra saber que encontró a su predestinado.

—Yo- nosotros… nosotros… —titubeó nervioso. Ciertamente no habían formalizado nada, pero de alguna manera saber esto le ponía tan feliz y ansioso a la vez.

—No te pongas nervioso, está bien. —la mujer palmeó su hombro y le dedicó una tierna sonrisa. —Espero que sean muy felices juntos.

Antes de que pudiera contestar, NamJoon entró con otro señor, cargando unas cosas. El moreno dejó las cosas en una mesa e hizo el intento de ayudarles pero los ancianos lo corrieron de la cocina. Así que el castaño fue a sentarse junto a SeokJin, sonriéndole con cariño. El omega no pudo evitar pensar en lo que la omega le contó y una sonrisa automática apareció en sus labios.

Poco después pidieron sus helados y salieron del establecimiento, caminando por el lugar mientras NamJoon le contaba a SeokJin historias o recuerdos de los lugares. El omega le escuchaba y le parecía adorable la manera tan emocionada con la que NamJoon hablaba. Amaba la manera en que movía sus manos conforme hablaba para remarcar palabras y explicar.

—…entonces el niño me dejó usar su bicicleta, el problema es que olvidé decirle que no sabía andar en ella.

—¿Cómo es que no sabías andar en bicicleta? —SeokJin preguntó entre risas.

—Mi madre decía que podía ser peligroso para la humanidad. —sonrió al escuchar la carcajada de SeokJin. —No te rías. —dijo, pero él también estaba riendo.

—¿Y luego que pasó?

—Comencé a pedalear pero iba muy rápido y de tanto que quise oprimir el freno, se rompió. Justo me fui a estampar a ese árbol de allá —de tanta risa, SeokJin tuvo que agarrarse el estómago. —, y en el momento que choqué hice que una ardilla saliera volando del árbol y… —movió tan frenéticamente sus manos que el helado que sostenía cayó sobre su camisa.
SeokJin se rió aún más y NamJoon se contagió de aquella risa.

—Creo que… debería limpiarme.

—Vamos a un baño. —pronunció el rubio aún riendo.

Dentro del baño, el castaño sacó un pañuelo de tela de uno de sus bolsillos y comenzó a tallar con fuerza, pero la mancha se hacía más grande.

—Espera, así no. Déjame hacerlo por ti. —el omega le quitó el pañuelo y lo humedeció un poco. Talló con delicadeza y la mancha poco a poco se iba haciendo menos notoria.

Estaban demasiado cerca y NamJoon podía observar cada detalle del rostro del rubio, quien estaba muy concentrado limpiando la mancha. NamJoon hubiera deseado tener una cámara para tomar una foto del rostro contrario, pero como no era así, se dispuso a guardar en su mente la imagen frente a él. El entrecejo del omega fruncido por la concentración, las mejillas ligeramente rojas decoradas por las bonitas pestañas del rubio y un tierno puchero en sus labios. NamJoon tenía tantas ganas de llenarlo de besos.

—Listo, terminé. —dijo el omega levantando la mirada y encontrándose con la de NamJoon. La manera en que lo veía le hizo sentir nervioso y avergonzado. —¿Qué?

—Eres realmente hermoso, demasiado.

Antes de que SeokJin pudiera contestar, los labios de NamJoon impactaron sobre los suyos. Los ojos del omega se abrieron por la sorpresa pero no lo apartó. Cerró sus ojos y rodeó el cuello del contrario con sus brazos, acercándolo más a su cuerpo como si fuera una acción vital para su cuerpo, mientras NamJoon llevaba sus manos para rodear delicadamente la cintura del mayor. De pronto SeokJin sintió que chocó con algo, posiblemente el lavabo.

A comparación del beso pasado, este era más apasionado. Sentía que NamJoon quería probar cada milímetro de su boca, por eso cuando sintió la lengua del mayor acariciar sus labios los entreabrió, permitiéndole explorar su cavidad bucal. Las manos del alfa acariciaban su cintura, regalándole descargas eléctricas en toda su columna vertebral. Su corazón bombardeaba con tanta fuerza que sus oídos zumbaban y sentía que perdía la razón. El aire comenzaba a faltarle pero no quería ponerle fin al dulce danzar de sus lengua.

Cuando sintieron que no podían más, ambos se separaron, respirando erráticamente y con fuerza. Su frentes justas y mirándose a los ojos. Una de las manos de NamJoon se dirigió a su mejilla, acariciando esta y volviendo a acortar la distancia para lamer los labios contrarios. Las mejillas de SeokJin enrojecieron más.

—Sabes a manzanas silvestres, ¿es el helado? —preguntó entrecortadamente sin dejar de acariciar la mejilla contraria.

—El helado e-era de vainilla. —respondió un poco aturdido.

—Entonces es tu sabor natural, me encanta. —no le dio oportunidad de responder, pues volvió a atacar esos labios de los cuales parecía estarse volviendo adicto.

SeokJin tampoco se quejó, de hecho, pensó que era la mejor cita que pudo tener en su vida.



[🌵]

ay, hola 👉🏻👈🏻
Perdonen por desaparecer, pasaron muchas cosas ksjfks.

¿Cómo están? Hace mucho tiempo que no me aparecía por acá. Realmente espero que estén muy bien.

Ya tenía muchas ganas de escribir esta parte aaaaa, muero de amor 🥺💗 ojalá les haya gustado uwu.

No es tarde (? para desearles un feliz año jsjdjs sean felices, sisis.

Gracias por leer y por su paciencia en espera de una actualización. Tengan una flor 🌻.

Okumaya devam et

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