3. Saga Cree en mí - Heavy Cr...

By desirealba

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Cuando has sido alguien tan importante, cuando has sido el rey, no puedes dejar tu corona sin las consecuenci... More

Prólogo
Uno. "Vuelta a Ontario"
Dos. "Se que estás cuidandonos desde ahí arriba"
Tres. "Lo siento"
Cuatro."Nos vemos pronto, Alice de Nueva York"
Cinco."¿Cómo era mamá?
Siete. ¿Por qué quieres besarme?
Ocho. "No va a hacerme daño"
Nueve."Nunca sabes quien puede ser tu enemigo"
Diez."Esto no puede volver a ocurrir"
Once."Deja de investigar"
Doce. ¿Quien será la siguiente?
Trece."Ha llegado la hora"
Catorce."No la ames como amaste a Aria"
Quince. "¿Quien eres?"
Dieciseis."Eso es porque no la conoces,pececito"
Diecisiete. "Teneis que iros"
Dieciocho."¿Has vuelto al negocio?
Diecinueve. "Lo sé todo"
Veinte. ¿Por qué yo?
Veintiuno. "Corre"
Veintidos."Estaba perdida"
Epílogo

Seis."No puedo amar a nadie más"

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By desirealba

La noche anterior no bajé a cenar y esa mañana estaba pensando en bajar a desayunar, a pesar de que mi estómago rugía por la necesidad de comer.

Me senté en el borde de la cama y miré hacia la ventana. Hacía un buen día para salir a correr.

Abrí el armario, me puse mi ropa de deporte y después de lavarme los dientes me puse mis deportes nuevos. Sonreí al pensar en Austin. Me puse de pie y recogí mi pelo en una coleta mientras salía de la habitación.

Bajé las escaleras y no miré a la cocina, sabía que papá estaba allí. Al abrir la puerta, no pude. Estaba cerrada. Giré el pomo un par de veces.

- No saldrás hasta que no desayunes algo - escuché su voz detrás de mí.

- No tengo hambre. - Busqué la llave en la mesita de la entrada.

- Alice, la niña que es capaz de comerse dos tabletas de chocolate en cinco minutos, no tiene hambre. Las llaves no están ahí. - Cerré el cajón y suspiré. - Vamos a la cocina, he intentado hacer tortitas.

Lo vi meterse en la cocina y lo seguí. Él había puesto un plato de tortitas con chocolate y un zumo de naranja. Me quedé mirando el plato sin saber qué hacer. Al final me senté suspirando.

- Siento lo de ayer - dijo.

Lo miré.

- ¿Eso significa que me dejarás ir? - lo miré esperanzada.

- No.

Rodé los ojos y empecé a comer.

- Solo quiero lo mejor para ti, Alice. No quiero que te pase nada.

- Papá, se cuidar de mi misma.

- No, no sabes.

- No van a hacerme nada.

- No los conoces.

- No va a pasar lo mismo de la otra vez. Supéralo. Que muriese mamá no significa que tenga que morir yo ahora.

- No metas la muerte de tu madre en esto Alice. - Apretó los puños a sus costados.

- ¿Por qué no? De eso es de lo que se trata todo, ¿No? Que yo no tenga vida, por ejemplo. - Bebí del zumo.

- ¿Y para eso tienes que meter la muerte de tu madre en esto? Quiero que tengas vida, pero no conoces a esas personas. No irás.

Lamí mis labios y lo miré, sabiendo que iba a meterme en terreno peligroso. - Mamá me dijo que te mantuviera fuera de la oscuridad, pero tú ya estás muy metido en ella - arrastré el taburete hacia atrás para levantarme.

- No sabes de lo que estás hablando Alice, no tienes ni idea de lo que ha sido mi vida. - escupió.

- ¿Y por qué no me lo cuentas? - lo miré midiendo sus reacciones. Estaba intentando mantener la calma.

- Porque es pasado, todo está atrás, y no quiero traerlo al presente, punto.

- Lo averiguaré. - Lo miré desafiante y papá me miró con advertencia. Salí de la cocina no sintiéndome mejor. Apenas había comido y estar así con papá me ponía mal.

Como estaba encerrada, decidí conectarme a Skype para hablar con Lucy y Celine.

- Te echamos de menos - dijo Lucy suspirando.

- Solo ha pasado una semana. - reí.

- Es raro no ver tu culo por aquí, Bieber - Celine se encogió de hombros.

- ¿Que vas a hacer con la fiesta? - preguntó Lucy.

- Austin viene a recogerme a las once.

- ¿No es un poco tarde? - Celine bebió de su batido dietético.

- Tengo que esperar a que papá se vaya a la cama - me encogí de hombros.

- ¡VAS A ESCAPARTE! - gritaron las dos.

- Shhhhh - puse el dedo índice cerca de mis labios.

- ¿Que vas a ponerte? - Lucy me miraba emocionada.

- Tienes que ir sexy.

Me llevé lo que quedaba de mañana probándome ropa y escuchando lo que las chicas tenían que decir de cada modelito.

Al final de la tarde papá me dejó salir a correr. Estaba nerviosa por esta noche. Nunca había roto las reglas.

Llegué respirando agitada y sudando.

Entré en la cocina y papá me dio un vaso con un batido de frutas, mi favorito. Sabía que él estaba arrepentido por todo.

- Gracias - dije antes de darle un sorbo al batido.

- No hemos entrenado desde que llegamos - papá se apoyó en la encimera.

- No. - miré la hora, iba bien de tiempo - Podemos entrenar ahora.

- Bien, vamos al jardín - papá salió de la cocina y me bebí rápido el batido para seguirlo.

Papá me enseñaba a cómo defenderme. Habíamos empezado esto hacía unos cinco meses, cuando por fin en su cabeza entró que ya era "una niña grande".

Aunque aún le quedaba mucho por asimilar.

Salimos al jardín y empezamos como siempre lo hacíamos. Había mejorado mucho en estos meses. Antes ni siquiera podía hacer dos flexiones, ahora, hacía veinte.

Papá me enseñaba como pelear, pero no me lo tomaba muy en serio. Eso no iba a hacerme falta, obviamente no en el extremo que él creía. No es como si yo pudiera defenderme con un hombre, pero si con una chica.

Después de ducharme y de secarme el pelo con el secador, para poder alisar mi pelo lo antes posible, me puse el pijama y recogí mi pelo poniéndole una pinza.

Bajé a ayudar a papá con la cena. Miré su perfil mientras él cortaba lechuga para la ensalada. Me sentía culpable por lo que iba a hacer, pero quería salir a una fiesta, y si fuera por él, no saldría jamás de casa, me tendría entre sus brazos toda la vida, protegiéndome.

Recordé lo difícil que fue adaptarme a Nueva York, lo difícil que fue adaptarme a la idea de que no volvería a ver a mamá.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? - dije con mi vista fija en los huevos rellenos que estaba preparando.

- Claro.

- ¿No has conocido a nadie que te... guste? No lo sé, hace mucho que murió mamá, ¿No tienes pensado rehacer tu vida?

- Nena... - Papá suspiró y dejó el cuchillo a un lado.

- A mi no me molestaría, entenderé que quieras volver a hacer tu vida - me apresuré a decir.

- No puedo hacerlo - Negó con la cabeza - Aunque ella no esté, la sigo amando, no podré amar a nadie más.

Me quedé callada un momento. Realmente emocionada ante sus palabras. - Ni siquiera lo has intentado, papá - dije ahora en voz baja.

- Cariño, cuando empecé a salir con tu madre, sabía que era la mujer de mi vida, a día de hoy, lo sigue siendo. No puedo pensar en otra mujer que no sea ella.

- Pero... - Me quedé callada, no sabía que decirle - ¿Ninguna mujer te ha gustado después de eso?

- Claro que sí. He visto a mujeres guapas, pero nada como ella. No puedo amar a nadie más, y si lo intento, se que haré daño a la otra persona. No soy bueno para nadie, Aria lo sabía, y se arriesgó.

- ¿Por qué no eres bueno para nadie?

- Me comporté como un capullo con ella la mayor parte del tiempo, y ella estuvo ahí, junto a mí, aguantándome. - negó con la cabeza. - No quiero a nadie más, aparte de ella.

Nos quedamos callados. Todo lo que me había dicho había conseguido ponerme los vellos de punta.

Comimos en silencio y me fui a la cama después de ayudar a papá a recoger la cocina. Cuando entré en la habitación me quité mi pijama guardándolo en la cómoda y me puse unos pantalones vaqueros y una camiseta ajustada azul.

Me maquillé un poco, apagué la luz y me metí entre las sábanas. Miré la hora. Las diez y media. Papá no tardaría en aburrirse allí abajo y subiría a su habitación.

Me puse mirando hacia la ventana para que él no pudiera ver mi cara. Nunca se me había dado bien hacerme la dormida.

Cerré los ojos cuando escuché la puerta abrirse. Después unos pasos, mi cama se hundió y papá acarició mi pelo. - Te quiero - susurró y besó mi coronilla.

Cuando la puerta se cerró, abrí los ojos y suspiré. No sé cuanto tiempo estuve mirando al techo pensando en si esto era lo mejor. Mi móvil vibró. Un mensaje de Austin.

Estaré en tu casa en quince minutos, preciosa.

Sonreí nerviosa, ignorando la mala sensación en mi pecho. Me levanté y me puse mis converses negras. Encendí la lamparita de la mesita de noche y me quité la gomilla del pelo, dejando que mi pelo liso cayera por mi espalda.

Mordí mi labio. Mi móvil vibró de nuevo.

Estoy aquí. ¿Dónde está tu ventana?

Fruncí el ceño.

¿Mi ventana? ¿Para qué?

Lamí mis labios.

¿No vas a salir por ahí?

Sonreí negando con la cabeza.

¿Por la ventana? ¿Pretendes que muera? Voy a salir por la puerta.

Está bien, veo que no llevas muy bien ser spiderman.

Sonreí y cogí mi bolso. Apagué la luz y con la luz de mi móvil alumbré el camino. Abrí la puerta muy despacio, después la cerré sin hacer ruido. Cuando me quise dar cuenta estaba cerrando la puerta de casa.

Austin estaba apoyado en su coche rojo. Me miró y sonrió. Le sonreí de vuelta y me acerqué a él mirando a ambos lados.

- Hola - dijo cortando la distancia entre los dos.

- Hola - puso su mano en mi cintura y besó mi mejilla.

Mi corazón bombeó con fuerza y sonreí. - Vamos - me abrió la puerta y entré.

Me puse el cinturón y esperé a que él entrara.

- ¿Voy bien así vestida? - le pregunté.

Austin me miró - Sí, ¿Por qué? ¿Cómo son las fiestas en Nueva York?

- No lo sé. Tengo dieciséis años, nunca he ido a una fiesta.

Austin frunció el ceño. - ¿Los chicos de tu instituto no organizan fiestas?

- Sí, pero nunca he ido a una. - Me moví un poco incómoda en el asiento.

- Bien, Alice de Nueva York, espero que te lo pases bien en tu primera fiesta. - Lo miré y él me miró sonriente.

Jugué con mis dedos nerviosa, como papá me pillara, estaba muerta.

La fiesta era en una casa grande. Había coches aparcados y varias personas estaban en la entrada con unos vasos rojos.

- ¿Preparada?

Lo miré. ¿Qué estaba haciendo aquí con un chico que no conocía?

- Preparada - le sonreí despejando mis pensamientos negativos sobre "secuestro y violación".

Caminé al lado de Austin mientras pasábamos por varias personas para entrar en la casa. La música y el bullicio se podía escuchar desde fuera. Cuando entré la luz era tenue, olía a alcohol y a tabaco. Estaba lleno de gente bailando, besándose, fumando o simplemente hablando por encima de la música.

Me agarré al brazo de Austin para no perderme. Este se paró a saludar a un chico.

-Austin, pensé que no ibas a venir - un chico pelirrojo lo abrazó dándole varias palmadas en la espalda, lo que me hizo soltarme de su brazo. - Veo que el motivo de tu retraso tiene nombre.

-Soy Alice - sonreí.

-Alice - este tocó su barbilla y me miró de arriba abajo. Cogió mi mano y acercó sus labios a mis nudillos para besarlos. Miré sus ojos marrones - Encantado de conocerte.

Austin lo empujó - Corta el rollo, Sam.

-Tranquilo, solo intentaba ser un caballero, espero que te lo pases bien, Alice - me guiñó un ojo y se giró para hablar con una chica rubia.

-Vamos a beber algo - me arrastró hacia la mesa donde quedaban algo de comida y bebida. - ¿Qué quieres?

-Con una coca-cola estoy bien.

-Marchando una coca-cola - cogió un vaso rojo y echó Coca-cola. Después de dármelo él cogió una lata de cerveza. - Vayamos al jardín. Quiero conocerte mejor.

Cogió mi mano y me guió entre la gente al jardín. Había una gran piscina donde había gente bañándose, vasos tirados en el césped y gente liándose en cada esquina.

Austin quitó un paquete de cigarrillos de encima de una tumbona y la limpió con la mano. Me senté y él se sentó a mi lado. Me puse un poco de lado para mirarlo. Me fijé en su pelo castaño peinado hacia arriba, en sus ojos verdes mirándome fijamente y en lo bien que veía en esa ropa.

-Bien, Alice, juguemos al juego de las preguntas. Hago cinco preguntas, y después las haces tú.

-Está bien - bebí de mi coca-cola.

-¿Estudias o trabajas? - solté una carcajada.

-Estudio obviamente. Esa ha sido una pregunta tonta.

-Sí, creo que si - bebió de su lata de cerveza - ¿Color favorito?

-Negro.

-¿Nombre de tu primera mascota?

-Snooki.

-¿Tu canción favorita?

- Man in the mirror.

-Oh, Michael Jackson - sonrió.

-¿Tu mayor miedo? - Me quedé mirándolo, esa pregunta me había cogido con la guardia baja. Lamí mis labios y después de mirar mi vaso, lo miré.

-Quedarme sola.

Gracias por sus comentarios! Para el próximo capitulo 75 votos y 20 comentarios. Comenten que les parece todo, que Alice se haya escapado, la actitud de Justin...

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