Dije Sofía hagamos algo diferente. Así que me dije ¿por qué no hacer un fanfic que vaya de adelante hacia atrás? Tranquis que tampoco será tan extenso, solo que la primera publicación de este fanfic será la parte dos.
PARTE 2
El ruso camina por los pasillos del amplio palacio, no se puede negar que es un lugar en demasía lujoso. Se encuentra en compañía de Boris, el Vor, el alemán y Aleska, además de contar con el apoyo aéreo de Patrick. Están en la sede que Gehenea tiene en Polonia, más concretamente en el palacio de Varsovia, fueron en busca del plutonio arcaico y lo consiguieron sin alertar a nadie. Cerca de salir se detienen ante el pequeño cuerpo que impacta con estrépito al observarla con mayor claridad se nota que es una niña, una muy hermosa, por cierto.Tiene el cabello suelto y este da la ilusión de correr como un río de oro, la escasa luz del pasillo no hace nada por opacar su belleza ni por impedir notar el maravilloso color que carga por ojos, son de un azul profundo, hechizante. Un color único y que solo las mujeres de su familia pueden llegar a tener. La mirada de la princesa y el ruso se conecta de manera magnífica, es como un hechizo y surge una conexión inmediata que se complementa con la sonrisa llena de confianza que la menor le regala al hombre que para cualquier otro ser es imponente, intimidante.
-Lo siento señor, no veía por donde corría ¿le hice daño? -esa es una pregunta que genera ternura en personas como el alemán y en Aleska, pero gracia en el boss que solo la observa con mucho detenimiento antes de sonreír levemente y negar con la cabeza, dicho gesto elimina el puchero de malestar y angustia que le generó la idea de poder hacerle daño (algo irónico porque es imposible que una niña con menos de 140 cm pueda causar algún golpe o daño físico a un hombre de 2 metros)
-No se preocupe, no me causo daño alguno.
-Eso me tranquiliza mucho mi lord-la forma de hablar y los ademanes que hace grita que detrás hubo una meticulosa preparación, Boris la observa con un gesto de satisfacción y una mirada de idolatría total, algo comprensible porque el aura que carga la pequeña frente suyo impone respeto. Sin embargo, al ruso no le engaña con facilidad, el 80% de los gestos que la infante hace le recuerdan a una gatita mimada y caprichosa, una cría traviesa que a cada segundo se le incrementa el castigo.
- ¿Eres una princesa? -no puede evitar intervenir aleska, una vez que el boss se inclina para tomar en brazos a la pequeña que no paraba de hacerle señas
-Siii, solo que mi reino no se encuentra aquí
-Oh eso quiere decir ¿que no eres princesa de Gehenea?
-No, mi reino se llama Esheria y no se encuentra en el mapamundi
-Oh
- ¿Princesa? -una voz suena a la lejanía, la princesa de la sorpresa abre su boca en una pequeña "0" y se remueve sobre el ruso logrando que este la deposite nuevamente en el suelo.
-Debo irme o mamá se va a enojar
- ¿Por qué se enojaría? -pregunta el ruso
-Porque me fui sin permiso, además de que ya es mi hora de dormir. Hasta luego mi lord, señores plebeyos y doncella-la princesa hace una corta reverencia sin inclinar siquiera la cabeza, mantiene la vista siempre adelante y la frente en alto. Antes de salir corriendo y encontrarse con la sirviente que la anda buscando.
-Ella...
-Lo hablaremos después-es todo lo que se limita a decir el ruso ante la voz de su hermana.
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El ruso está encadenado en una de las celdas de gehenea, a su lado está el Vor. Hace poco fueron apresados por los soldados de dicha nación, alguien filtró sus coordenadas y ocasionó que se encuentren en este sucio lugar, además de generar retrasos innecesarios en sus planes. Lo más seguro es que ahora la bratva esté siendo atalayada por la pirámide entera.Su espera dura poco, cuando son liberados por el krysha y el alemán quienes vienen en compañía de viktoria (para sorpresa del ruso). Aún es de día, la distracción ocasionada en el bosque fue perfecta para permitirles infiltrarse en el palacio, aún no han podido encontrar al rey. De un momento a otro el ruso queda andando únicamente en compañía de su madre.Lo que menos esperan es la visión con la que se encuentran, una niña pequeña con un gran vestido blanco manchado con gotas de lo que parece ser sangre e inclinada sobre el cuerpo sin vida de un pequeño animal, el cual permanece despedazado. Un movimiento brusco sobre el hombro de la pequeña la voltea y les permite observar como de sus manos gotea sangre, en su mano izquierda sostiene un pequeño cuchillo y la cara tiene una que otra pizca de sangre, dando una visión de una diosa sanguinaria en miniatura.
- ¿Qué se supone que está haciendo? La mano del rey tiembla de pavor ante la imagen que contempla y la forma en que se frunce su carita deja ver que le duele la fuerza que ejercen las manos del hombre sobre su pequeño cuerpo.
-Auch, me duele señor. Me gustan los corazones y las tripas, además mi perro es salvaje, necesita comer unas cuantas y nadie en su reino quería dármelas.
-Esto es atroz, lo que hiciste es una aberración. Dios te dará un castigo divino si no detienes este tipo de actos, deberías sentir vergüenza. Esto es del mal, actos oscuros que solo el maligno puede hacer, sino quiere ser vista de manera fea por los demás y causar que su madre deje de quererla dejara de hacerlo inmediatamente, ahora me retiro no soporto ver tal despliegue de maldad
-lo siento señor-susurra quedo, inclinándose con gran pesar ante el hombre que le da la espalda y ocasionando que su pequeña tiara se caiga, los ojos de la pequeña se llenan de lágrimas que se deslizan por sus mejillas, la idea de que su madre no la quiera más la aterra, ella es una niña buena. Sin su madre no tiene a nadie más en el mundo. Los hipidos toman su pequeño cuerpo y la ponen a temblar, no aguantando más la rusa quien no sabe porque se siente atraída por el magnetismo de la pequeña se arrodilla ante ella y trata de calmarla.
-Su alteza no debe llorar, por favor cálmese. Lo que usted hizo no está mal, el señor está equivocado
-Quiero a mi mami-contesta entre cortos hipidos, cubriéndose la cara. Los intentos de la rusa terminan infructuosos porque por más que intente no logra calmar a la pequeña niña y eso la llena de frustración y enojo. El sonido de varios pasos acercándose llama la atención, a lo lejos puede ver a una mujer menuda ataviada en un largo vestido negro, resguardada por un montón de lo que parecen ser amazonas. Su porte es esbelto, lleva el largo y negruzco cabello suelto, en su cabeza reposa una corona.
Cuanto más se acerca más fácil es definir su rostro, sus facciones son suaves, porta un color de ojos legendarios y hechizantes, cada paso que da está lleno poder lo que da un aura de respeto absoluto, su presencia casi que eclipsa la belleza del entorno. Su cara demuestra seriedad y el color opaco de sus ojos detona el enojo que posee, además de que las mejillas las tiene sonrosadas, es evidente su enojo, pero también es obvio lo tierna que se ve en tal estado.
- ¡Amelie! -grita cuando está lo suficientemente cerca, la pequeña inmediatamente levanta la cabeza antes de correr al encuentro de su madre quien ya la espera sobre el suelo y con los brazos abiertos- ¿Qué le pasa a mi princesa?
-Te extrañaba, además quería muchos besos y abrazos de mi mami
-Pues mami tiene muchos besos y abrazos para ti cariño
- ¿Lo prometes?
-Lo prometo
- ¿Soy mala mami? -esa pregunta y esos ojos tan llenos de pesar causan un gran daño en la morena que observa a su hija con angustia, ajena a la imagen que ofrecen y a la mirada aleonada que no pierde de vista ninguno de sus movimientos, ni se desatiende de cualquier cosa dicha por ambas, esta algo retirado, oculto a la vista de ambas. Pero con una visión y audición perfecta.
-Claro que no eres mala mi amor. ¿De dónde sacaste tal disparate?
-El rey me dijo que estaba enferma y que tu dejarías de quererme si seguía comportándome mal
-Oye, oye. Tranquila mi vida, yo jamás de los jamases dejaré de quererte
- ¿Ni cuando sea berrinchuda? -la ojiazul mayor solo niega- ¿ni cuando me porte mal o le haga daño a alguien? -el puchero que hace es idéntico a ese gesto tan común en su madre
-Ni siquiera cuando eso pase, eres mi princesa. Nos amamos y recuerda nuestro amor...
-Es más alto que el cielo-culmina la frase la pequeña rubia y suelta una sonrisa auténtica que hace latir con rapidez el corazón de los presentes.
-Exacto, ¿Por qué el rey te dijo todas esas cosas amor?
-Es que yo quería alimentar a chispas y case un conejo, pero al rey no le gusto que le sacara las tripas, me regaño y me trato muy feo mami. ¿Está mal que le hiciera eso a los animales?
-¿Te hiciste daño? -la princesa niega -¿te dolió? -la princesa vuelve a negar
-No mami fue muy divertido
-Entonces no está mal cielo. Si te divertiste, si no te lastimaste en el proceso no está mal. Pero recuerda los animales son sagrados, no debemos matarlos por diversión o pasatiempo, tu querías alimentar a chispas y eso está bien. Pero chispas no come corazones, tripas o dedos, solo debemos acabar con animales que comemos comúnmente o cuando sea muy necesario ¿entiendes?
-¿ósea que no puedo matar animalitos porque quiero?
-No mi vida, en la vida hay un ciclo. Es como una especie de círculo que fluye de forma natural, donde el más grande devora al más pequeño y si tu matas a los animalitos pequeños como lo es el conejo cada que quieras ¿Qué tendrán los zorros o las comadrejas para comer?
-Oh, pero entonces ¿a quién puedo matar?
-a los humanos, los seres humanos son como una peste. No hay problema alguno en aliviar el planeta de unos cuantos, si una persona te hace daño, te hace llorar o te hace sufrir, mátalo sin tener lástima alguna, porque ellos no valen; para ti son solo seres insignificantes que se interponen en tu camino
-Y a los estorbos hay que eliminarlos-completa la pequeña antes de buscar mimos en los brazos de su madre. La vista es contemplada por una cantidad racional de guardas que no hacen nada por impedir el acto y se mantienen al margen de cualquier situación. Viktoria está gratamente sorprendida por la situación que se da frente suyo, de acuerdo al poco conocimiento que tiene sobre las James Mitchels estas son personas "buenas" en todo el sentido de la palabra, de una moralidad intachable, una de ellas jamas diría algo similar.
Teniendo a su pequeño mundo más calmada y acunada entre sus brazos, la ninfa menor se permite observar el panorama. Nota la presencia de una mujer algo mayor, pero llena de vitalidad, con cabello castaño y una que otra cana, su aura no es la de una persona común y eso la alerta.
-¿quién es usted y qué hacía cerca de mi hija? -Su tono es amenazador, parece una leona a punto de saltar al frente y defender a su pequeña cría, su tono no da espacio a una evasiva y no sabe porque a viktoria no le queda más que contestar con la verdad.
-No fui yo quien causó sus lágrimas, tampoco le hice daño. Solo la vi llorando y me acerque para tratar de calmarla
-Usted no es oriunda de gehenea ¿Qué hace aquí?
-Solo estoy de paso, señorita. le aseguro que no representaba amenaza alguna para su cachorra.
-De representar una amenaza para mi hija hace mucho hubiera sido eliminada señora, no necesito confirmar las cosas para eliminar lo que me genera desconfianza, mucho menos con mi hija presente-La rusa iba a contestar, pero su intención queda en segundo plano al notar que la atención de la pelinegra ya no está en su persona, de hecho está viendo el cuerpo inerte del conejo y ahí se pregunta si lo dicho anteriormente era pura palabrería.
-Amelie ¿Te inclinaste ante alguien?
-No- la respuesta sale baja, la princesa se frota de manera inconsciente la mejilla, evita la mirada de su madre, mueve un poco los pies y muerde con fuerza su labio. La mentira es obvia.
-Entonces ¿por qué tu corona está en el suelo?
-Hmm...si mami
-Te he dicho muchas veces que no debes inclinarte ante nadie princesa, son los demás quienes deben inclinarse ante ti-suspira antes de sentarla sobre sus piernas, apoyando su espalda contra su pecho-mira Amelie, en el mundo hay muchos tipos de personas. Pero nosotros podemos separarlos en dos, hay quienes son presas y quienes son depredadores, las presas tienden a ser subestimadas por los más fuertes debido a su débil carácter o su escasa capacidad y eso está mal, porque hay presas que se cansan y deciden volverse un depredador. Y los depredadores no siempre están a salvo, mira una serpiente es depredadora porque puede comerse a un pollito, pero a la serpiente se la come un halcón, así que un depredador puede pasar a ser la presa de otro que es muchísimo mas poderoso, no necesariamente grande sino poderoso.
La niña se queda meditando lo dicho por su madre.
-A lo que voy es que tu eres una mezcla perfecta entre dos grandes linajes, por tus venas corre sangre que te hace ser extraordinaria y diferente, eres una cazadora nata cariño. No debes inclinarte, rendir pleitesía o rebajarte ante alguien que no esté a tu nivel, alguien que es inferior en todo sentido a tu magnífica existencia ¿okay?
-si mami-su charla queda de lado ante la llegada del rey, quien está algo pálido y respira con dificultad.
-¡Nos están atacando! sucedió algo terrible, deben ser esas bestias de la bratva. Rápido, rápido señorita vallase-Ni corta ni perezosa la pelinegra se levanta con su hija en brazos antes de ver por el rabillo del ojo a una de sus guardas quien de manera disimulada asiente, inician la marcha siendo seguidas por un tembloroso rey, su imagen digna fue totalmente destruida-Ahora que lo recuerdo, debería meter a su hija en una institución mental señorita, está mal de la cabeza. hizo cosas que no son agradables a los ojos de dios, salió con cosas del maligno debe tener cuidado porque de seguro es peligrosa-Tal comentario frena los pasos de la pelinegra, se voltea con lentitud y pese a ser tan baja exuda un aura demasiado amenazante.
-Ngifuna bashise ihlathi lonke, ukuthi asikho isihlahla esingenamlilo-le dice a una de las guardas, quien asiente ante la orden. La rubia solo se remueve y sonríe con satisfacción.
-No me gusta que las personas me digan como debo o no criar a mi hija, también me molesta que la encasillen o la hagan llorar. Le aseguro señor que las lágrimas que se derramaron a su causa las pagara caro, va a arrepentirse de haberse atrevido a poner una mano sobre mi hija. Que tenga una excelente tarde y que lo que su reino está viviendo no afecte de manera significativa, hasta luego.
Y con todo eso se va, antes de girar por el pasillo posa su mirada en un árbol específico al que le hace una pequeña mueca, lo que significa un reconocimiento a la presencia del ruso. Quien hace una mueca de satisfacción, la cual incrementa al ir al sitio donde levemente se apoyó la pelinegra al partir y descubrir un pequeño dispositivo de rastreo, que marca el punto donde encontrará a L'vitsa.