Por fin las clases terminaron. Y seguía pensando de que pasaría si Lindi me encuentra. Sin lugar a dudas, sería muy épico. Si llegase a suceder, yo saldría corriendo, mientras ella me perseguiría como un velociraptor. Esa imagen en mi mente, me da risa. Aunque, no hay que olvidar el hecho de que yo le guste a ella.
Cuando estaba divagando en mis pensamientos. Sentí una mirada muy fija a mis espaldas. Esas miradas que te hacen pensar sí volteas o no volteas, para saber quién es esa persona que te mira tanto. En este caso, decidí mirar.
- Al fin me pillas, quería ver si te dabas cuenta o no. - ríe, Noelle.
- No hagas eso, que esa cara espanta a cualquier persona.
- ok, ok, chico pasivo.
- Y a qué se debe esto. - la miré de reojo mientras caminaba. Es obvio que ella no me hablaría si no quisiera algo. No en verdad si me hablaría. La verdad no sé- me encogí de hombros.
- se nota que quieres algo, dímelo ya.
- Me pillaste, Nick.
"Lo sabía" me dije a mi mismo, y Noelle alzó una ceja curiosa.
- Primero vayamos a un lugar con menos concurrencia, que nos pueden ver. - agarra mi brazo y me lleva al subterráneo del instituto, donde no se podía apreciar a nadie en los alrededores.
Esto me estaba dando un poco de intriga, al ver la cara tan seria de Noelle. No es nada común que ella esté así. También entre nosotros había cierta tensión en el aire, aparte de que no me haya hablado en todo el camino. Debe ser algo muy importante lo que me tiene que decir.
Noelle se detiene y se voltea a mirarme- Huh.
- ¿Huh? - imité enrarecido.
Nos miramos fijamente. Yo no entendí nada. La seguí mirando y ella empezó a hacer caras como si estuviera aguantando algo o también podría ser de malestar.
- ¡¿ESTÁS BIEN? - dije alarmado. - parece como si fueras a vomitar o como si estuvieras convulsionando.
Da una carcajada. - No, Nick. No es eso. - dijo riéndose. Prontamente, paró de reír de forma abrupta, haciendo que el subterráneo quedase en un silencio sepulcral, y, que luego el silencio se rompiese con un eructo.
Ambos nos miramos y nos reímos.
"Así que por eso no me hablaba"
- Así que a eso te referías. – no tenía aire de lo mucho que me reí. Recordé a Steve de la serie " Malcolm in the middle", gracias al ataque de risa que me dio
- Es que no puedo contenerlos, tengo que dejarlos salir. - me reí. - No. Enserio.
- Cambiando de tema... ¿Qué querías decirme?
Las carcajadas cesaron y el semblante de Noelle cambio igual que el mío. El ambiente se podría decir que estaba un poco turbio.
- Tengo un plan macabro, ¿Quiero saber si estás de mi lado o no?
- Explícate. - No sé cómo es que ella quiere que este de su lado o no, sí no da detalles.
- Me está pasando algo desde hace unos días. Una persona me ha estado espiando. Cada vez que salgo de casa una persona con gafas me sigue al instituto y me espera afuera hasta que yo salga. Luego, se repite lo mismo, volviéndose un ciclo repetitivo.
- ¿No has pensado en llamar a la policía o algo así?
- No porque así no sería divertido, Nick. Tenemos que atraparlo nosotros.
- ¡¿Eh?! – grité.
Jake
- Sabes Jake, hemos escuchado ciertos rumores sobre ti que dicen que eres gay. - confesó Dean, y asintió Nate.
- ¿Quién ha esparcido ese rumor tan estúpido? - reí cínicamente. En realidad, sentía un poco de atracción hacia los hombres, pero no quiero que nadie se enterase.
- No lo sé, pero siempre te ven con un chico. Antes eras más mujeriego, yo creo que por eso lo dicen. - inquirió Nate.
- Aún que sabemos que estas de nuestro lado, hombre. - me da unas palmadas en la espalda, Dean.
Llegué a mi casa. Hoy no tenía que cuidar a Nick, se podría decir que era "mi día libre", o algo así.
- Por fin, llegas Drake. - dijo mi madre.
Tenía que seguir con la farsa de que era mi difunto hermano, Drake. Además les mentía a mis amigos diciéndoles que los rumores no eran ciertos. Eran un hipócrita de primera.
- Drake. Jake. Su padre esta por vídeo conferencia.
- Aquí estoy. - suspiré.
- ¿Y Jake?
- Se quedará en casa de Nate por unos días.
Mamá desliza su dedo en el botón verde de la vídeo llamada y pude ver la cara de mi papá con su uniforme militar. Se podría decir que somos la típica familia conservadora, un poco católica.
- Buenos tardes, General. - le dije a mi padre y me llevé la mano a la frente, imitando el saludo militar.
- Hola, soldado. - él imito el saludo.
Sin saber qué decir le dije. - ¿Y qué ha pasado allá? - me mostré interesado, aunque realmente no lo estaba.
- Uno de mis subordinados me dio aviso de que dos de unos soldados tenían relaciones entre ellos. Increíble, ¿No lo crees hijo?
- Sí- alargué la última vocal y me rasqué la nuca nerviosamente.
- Todos los homosexuales deberían morir. De esta forma les hacen un favor, para que no sigan cometiendo pecados y se quemen menos tiempo en el infierno.
Lo que había escuchado me dejó perplejo. Mi padre tenía una mente tan retrógrada. Ni me imagino lo que pasaría si le dijera mi preferencia sexual.