Xavi entiende que hemos terminado la lectura cuando ve la hoja caer sobre mi regazo.
Por unos segundos no atinamos qué decir. Vemos al suelo y él a nosotras.
— Ella tiene razón –habla West–: no fueron los malos. Quizá la alteración del momento la llevó a eso pero...solo se defendieron ¿o no?
— Por supuesto lolita.
— Claro que sí. Ahora toca actuar. Debes llamar a Sberna.
— ¿A quién?
— Xavi, Beck le dejó un regalo a West –cuento– diciéndole que no lo abriese hasta que él se lo ordenara y hoy antes de irse en las patrullas lo ha hecho. Es un móvil que su padre le dio a él. ¿Entonces? Yo no sé ustedes pero creo que esta carta, ese móvil...es una especie de ayuda que Micaela y Beck les están pidiendo. Que aunque parezca que no, sí deben hacer algo.
En los segundos de silencio mientras ellos piensan yo me siento decepcionada. De Calen. Pues Mica bien dice que no me iba a contar, cosa que hasta cierto punto entiendo pero ¿Por qué no me dejó algo así como Beck o Micaela? ¿Tan poca fe me tenía? ¿O tan poca confianza?
— Revisaré si está el contacto de Sberna.
Lo está. Cuando West ve, ese es el único nombre en los contactos: Sberna. De manera que junto a ella no colocamos para oír los timbres. Y a la vez responde:
— Dime –West no habla–... ¿Beck?
— ¡Habla! –le enfatizo en tono muy bajo.
— Eh señor Sberna...le habla Amelia, Amelia West...si no sabe quién soy, pues soy la chica que estaba con Beck anteayer en su casa. Él me estaba dibujando.
— Claro sé quién eres ¿Dónde está mi hijo? –indaga– Dile que se ponga.
— Verá señor Sberna...Beck, a Beck se lo ha llevado la policía. Lo acusan de asesinato...
— ¿Cómo es que tienes este número? –interrumpe él.
— Beck me dejó el móvil que usted le dio...
— Dentro de unas horas te enviaré una dirección, quiero que vayas sola. Tenemos que hablar.
— No vas a ir sola –resuelve Xabi nada más acabar la llamada.
— Tengo que ir. ¿O no Carson?
— Claro.
— Pero chicas, el tipo puede ser peligroso
— Yo creo que lo hace por seguridad –planteo.
— ¿Tú crees Carson?
— Sí. Aunque tú puedes ir sola y eso no significa que no lleves aliados camuflados.
— ¿Te refieres ir nosotros?
— Obvio Xavi ¿Quieres jugar a la pareja que bebe café y mira por detrás del periódico?
Xavi se ríe. No obstante, horas después, cuando West llega al café en donde Sberna la ha citado, le damos tiempo para sentarse y cruzamos la calle para adentrarnos como clientes casuales. Pedimos el café y charlamos como si nada mientras de reojo observamos la escena: West muy relajada; Sberna hablándole algo con cuatro sujetos detrás de su asiento. Sin embargo, no le dice mucho pero sí la manda hacia nuestra mesa.
Ella viene retorciéndose los dedos.
— Los ha mandado a llamar.
— ¿Qué? –se asombra Xavi.
— Me ha dicho: veo que tienes compañía. Eso demuestra que confías en ellos...así que yo también lo haré. Era una prueba. Andando.
Al llegar él nos observa.
— Tú chico, eres ese por el que Micaela ha estado suspirando ¿Cuál es tu nombre?
— Xavier de la Torre, señor.
— No me digas señor.
— Bien.
— Yo soy
Su palma en alto me detiene la presentación.
— Yaromir –demanda con su palma en alto– él móvil.
Cuando me lo da, indica que lea.
Es un mensaje de Calen para él:
«Sberna, ella es mi novia. Carina Carson Darth. Si me pasa algo en las próximas horas, encárgate de ella.
PD: No sabe nada»
Junto con ello veo adjuntada una foto en donde huelo mis plantitas. Entonces la recuerdo y entiendo que no era eso de subirla para DUDO el fin con el que me fotografió, sino por tener algo con que poder identificarme ante otras personas.
Le devuelvo el móvil a Sberna que se lo devuelve a Yaromir.
— Necesito que mantengan con ustedes el móvil que Beck les dejó...y que reúnan pruebas a favor de ellos para sacarlas en canales importantes. No estoy diciendo que eso los vaya a exhumar de culpas, de eso me encargaré yo. Lo que quiero de ustedes es que consigan que los medios de difusión masiva conozcan la historia. En la sexta habitación donde Beck dibuja encontrarán mucha ayuda. Es una tarea simple pero que depende enteramente de ustedes. Yo –continúa mientras se pone en pie abotonándose su traje– voy a averiguar la fecha del juicio y donde los tienen retenidos. Tranquilos –nos insta–, voy a sacarlos de ahí
— Pero son culpables –suelta West
— ¿Y eso qué?
— Ah no, nada...
— Nada, nada –corrobora Xavi– ¿pero los sacará a todos, cierto?
— En efecto: a mi hijo ni a mi ahijado los dejaría ahí. Ellos a su vez querrán que saque a la niña Kushirova y usted, siendo ese novio oculto de Mica...querrá que la saque ¿o me equivoco?
— No señor, no se equivoca.
— Sberna –llamo– ¿el cuerpo....?
— El cuerpo no existe Carina. De eso me encargué.
— ¿Usted...?
Él de nuevo me interrumpe:
— Sé todo. Desde siempre.
— ¿Calen es su ahijado? –divaga West.
— No oficialmente. ¿Acabó el interrogatorio? –conjetura– ¿Ya me dejarán iniciar el trámite para impedir que los novios se les vayan a cárcel?
— Claro señor digo Sberna.
— Audráx para los amigos, Xavier –giña
— Beck no es mi novio...
Cuando creo que nadie la ha oído, Xavi la pega un codazo a West.
— Pero quieres que salga –reprocha–, así que cállate, lolita.
Sberna casi se retira pero voltea.
— Por cierto, Carina Carson, sin rencores ¿sí? Calen está bien y si se fijó en ti...puedo suponer que eres una buena chica. También entiendo tu desesperación y acepto que no soy alguien tan bueno como para estar libre de enemigos.
— Soy consciente del daño que causé y le agradezco porque gracias a usted nada fue a mayores.
Audráx Sberna me sonríe; yo me ajusto los espejuelos.
— Todo bien. Chicos –se refiere a sus guardias– ¡andando!
Tiempo después de corlarnos por la ventana de la sexta habitación, peinamos la zona en busca de algo que sirva a favor de los pedestales.
Básicamente encontramos en un cajoncito algunos recibos de transacciones echas por todos los chicos, desde sus cuentas bancarias, hasta las de la familia Cano.
« ¡Bingo! »
Con ello probaremos su constante extorción. Además, Xavi posee el vídeo que grabó en el cementerio, donde la entrega del dinero en efectivo se ve a la perfección. West menciona que Beck tiene una cámara pero al no saber en dónde posee las grabaciones de las tomas que capta, concientizamos en que las nuestras sí han grabado todas las reuniones de los pedestales en esta habitación
Por ende: las descolocamos y T-Chi nos dice que los mass media no serán problema.