El sol del atardecer atravesaba los ventanales de cristal generando líneas ondeadas de sombra del vivero que se apreciaba a sus espaldas del colchón
Las sábanas blancas recién tendidas caían suavemente en la pierna larga y blanquecina que se dejaba ver sobre esta, los brazos largos y morenos marcaban trazos pequeños en el muslo grande del mayor, el olor de un caldo hirviendo en el primer piso entraba por la puerta de la habitación, las horas habían corrido y la noche había caído rápidamente
Los colores suaves resaltaban en cada habitación uno azul otro verde y un gris, cada uno con camas bajas y colchones suaves, roperos, mesas y repisas estaban empotrados, una caja llena de juguetes de bloques, dinosaurios, los infaltables de Mario.
Pero cada habitación tenía un toque peculiar, el que estaba destinada para Yoongi tenía calcomanías grandes y pequeñas sin abrir puestas en la mesa y varios peluches de Kumamon para que el pudiera pegarlas donde deseara y acomodar los peluches a su gusto.
Una lámpara que en la oscuridad resaltaba esa silueta, y un puff tamaño grande que seguro sería el favorito del pequeño de encías notorias.
La de Hobi se podría decir que era más espaciosa que de las otras, la vez que habían ido a la casa hogar les había contado lo mucho que le fascinaba bailar y como desde pequeño veía en la tele de quién sabe dios de quienes eran, a personas que movían con destreza sus pies y manos generando bellos pasos y el ritmo de la música era acelerada y muy movida, se podía vislumbrar el brillo de los sueños emergentes, de la esperanza de algún día ser como ellos, sus mejillas enrojecieron cuando los adultos le habían aplaudido luego de un giro poco profesional, pero para él fue la mejor obra que había llegado a concluir.
Aun con tan poca información de los pequeños habían notado la gran diferencia de personalidades entre los dos, Yoongi por su parte era calmado y callado pero no dudaba en ser amoroso y caritativo con los demás, pero aún así solo se juntaba con Hobi y solo convivía con los demás cuando su hermanito lo llamaba. Hoseok por su parte era más extrovertido y siempre tenía una gran sonrisa en el rostro, amigable y juguetón con todos, parecía ser un ser que transportaba y regaba felicidad a donde llegaba, hablaba con todos los niños del lugar y las cuidadoras lo amaban.
El cuarto de Jungkook estaba más lleno de juegos motrices, con una alfombra de varias texturas, sonajeros de varios tamaños y juegos para encajar y ver formas, todas muy coloridas, un túnel de colores largo donde era fácil perderse. Tenía canastas de pelotas y pequeños libros didácticos.
Pero todos tenían algo en común, pues cuando se le metía la idea a Namjoon nadie se lo pudo quitar, toda una semana se encargó de buscar en páginas de muebles uno en específico, pero para su mala suerte no encontró uno a la altura que él deseaba, es ahí en donde sus viejos amigos entraron en acción. Se levantó muy temprano y pospuso toda su agenda para el día siguiente arribo en su auto llegando a la casa de Wang que salió corriendo en pijama sin importar pues Mark venía corriendo enfurecido detrás de él, arranco lo más rápido que pudo y llego en Chan, luego Yoonksu, Kai y Suho.
--"¿Se puede saber a qué se debe esa cara de felicidad?" -Hablo Suho.
--"Hasta que te acuerdas de nosotros" -Añadió Kai.
--"Pues ayer..." - Joon intento hablar siendo cortado por Jackson.
--"No quiero saber tus cochinadas con Jin." -refuto.
--"No es eso cochino, bueno también"-sonrío triunfante de la forma en que dejo al castaño para que no pudiera levantar ese día.
--"Vamos a confeccionar algo"-Añadió.
--"Mira, no es por ser pesimista, pero tanto tú como yo, somos horribles en el arte de las manos." -Jackson ya estaba preocupado.
--"Lo vamos a comprar, pero diremos que lo hicimos todos" -contesto.
--"¿Todos? Eso no te lo traga Jin ni sobrado de copas" -rio Suho con Yoon
--"A dónde vamos mi amor" -hablaron todos.
--"Primero a buscar un carpintero"
Las repisas estaban pintadas de tres colores más duros que el de las habitaciones, con los laterales pintados de Kumamon el verde de un caballo con la cabeza celeste y el cuerpo lila y varias radios combinados, el último de gris estaba pintado pequeños conejos rosados por todo lo ancho de los lados y varias pesas pequeñas.
--"Quedó muy bien no amor?" -dijo Namjoon.
--"Es muy Tierno de tu parte" -hablo dulcemente su madre asustándolo un poco.
--"¡Mamá!" -
Los dos se vieron y voltearon nuevamente ante los pequeños libreros que irían en cima de las camas.
--"Cuando eras pequeño, no podíamos darte muchos libros y los pocos que tenias los cuidabas como tesoros." -recordó.
--"Con tu padre hicimos todo lo que pudimos" -sonrió --"Recuerdo que con lo poco que sabíamos de la literatura, él inventaba los cuentos que tanto pedias antes de dormir" -paro --"Yo los escribía así te dormías más tranquilo y tus hermanos también" --rio recordando las pataletas que hacía Namjoon de pequeño --"Ellos te extrañan mucho y están muy orgullosos de ti" -añadió.
--"Perdón si era demasiado poco" -dijo.
--"Era perfecto ma" -respondió de inmediato abrazándola de los hombros.
Y era cierto, Namjoon creció en el campo de una familia numerosa y muy pobre, las ventas de las flores de sus campos eran lo que sustentaba a la familia Kim, en las noches sus padres se la pasaban escribiendo en una vieja libreta varios cuentos para sus hijos, Namjoon era él que más los amaba y se uedaba despierto hasta que su padre terminara la narración.
--"Gracias mamá" - respondió borrando la pequeña lagrima que escurría.
Los libros abundaban y también decidieron ponerlos en cada habitación, aunque esperaban que cada lugar sea su zona segura donde se sintieran en calma y relajados con la confianza de que es su propiedad y deben ejercer autonomía y hacerse responsable cada uno de sus cosas, no querían que se encerraran ahí, a pesar de todo tenían miedo, de no poder entregar su amor de forma que ellos sintieran que más que una habitación segura, ellos querían ser esa figura paterna donde corrieran cuando tienen miedo, cuando se sienten bien y felices, cuando están tristes y poder consolarlos o cosas simples como poder platicar un rato sin sentirse intimidados o juzgados, querían que los vieran con ojos de amor y confianza, querían que les contaran todo y de todo.
El sol iba bajando cada vez más el color naranja reflejaba toda la calle y las sombras abrasaban los últimos rayos de sol, apretándolas y persiguiendo hasta que la oscuridad se apreciaba en lo más alto, una luna llena brillaba con fulgor, el blanco de su luz entraba como tenues pasos por las habitaciones, los búhos cantaban de vez en cuando y la cena pasaba tranquilamente, ambas madres sonreían celebrando aquel paso que estaban dando sus hijos, felices por la nueva etapa a la que entraban y le gustaba que ellas sean también parte de aquella etapa.
La hora de dormir había llegado dando paso al fin de aquella dulce cena, la sonrisa no escapaba de sus labios de las cuatro personas y sus corazones brillaban eternamente sabiendo que el día que llegaba iba a ser uno de los mejores de los que estaban por llegar, y así cada uno se fue a dormir.
La carretera era inmensa siempre habían sentido que nunca llegarían a aquel lugar que les traía una gran alegría, el día parecía tranquilo y los semáforos conspiraban a su favor, cuando llegaron la sensación llego a su tope, estaban emocionados y eufóricos.
Al entrar tres jóvenes estaban sentados alegremente en las sillas del recibidor, todos ellos de tes clara el que parecía mayor tenía varios tatuajes y ojos alargados y en el medio redondo llegando a parecer de un gato, el del medio vestía pantalones acampanados y una camisa blanca con dibujos acompañada de un sombrero de pescador a su costado un chico más alto su conjunto era completamente negro y botas pesadas.
--"Señores Kim, buenos días" -hablo la señorita Wheennie.
Ambos hombres voltearon la vista sin dejarse impactar por los jóvenes sentados.
--"Venimos por los niños" -intervino Jin.
Los gritos chillosos de dos pequeños aparecieron de la planta superior apurando a Hwasa para que les diera sus mochilas, ambos emocionados por la nueva vida que tendrán, en realidad Yoongi ya estaba listo desde la noche anterior, siempre previsto y tranquilo estaba sentado en una de las literas, por otro lado Hobi era quien apuraba a Hwasa quien llenaba feliz y conteniendo el llanto las pocas ropas que tenia en el lugar.
Wheenie fue a las mecedoras donde se encontraba un bebe de ojos saltones lo movió lentamente tratando de que no despertara pero sus esfuerzos fueron en vano pues el pequeño se asusto y abrió sus grandes ojos y comenzó a llorar cuando pudo ver a lo lejos a un hombre blanco de rico perfume, estirando sus brazos para poder ser cargado por él.
--"No te olvidó Jinnie" -empalago Joon tomando los cachetitos del pequeño, ayudando a Jin a poder cargarlo.
--"Ya sabemos quién va a ser el preferido querido" -Ataco Jin.
Las escaleras comenzaron a sonar fuertemente y de ahí salieron dos pequeños corriendo a abrazar a Joon.
--"Y ya sabemos quién de estos pequeños" -puntuó Joon desafiante.
Las risas de los niños contagiaron a los hombres parados sonriendo felices y esperanzados por su nuevo vivir.
--"Van a ser felices"
--"Se ven que son buenos"
--"Mejores que nosotros" -suspiro.
15072021
25092021 ✅
Estado viendo los comentarios del anterior cap y pido perdón por el susto que les di, escribí ese cap escuchando The Truth Untold no se que tiene que ver la letra pero esa canción me pone triste.