Degenerates | Minshua

By carstairsis

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Jisoo y Mingyu estaban casados, pero Mingyu inició un romance con su asistente, y Jisoo decidió pagarle con l... More

Prólogo*
Sweet dreams *
thanks for the memories*
call your boyfriend*
bad at love*
stupid boy*
alarms*
let you go*
fall to pieces*
fire meets gasoline*
ILYSB*
Happier*
get hurt*
IDFC*
Innocence*
The Other*
Patience*
Tongue tied*
Setting fires*
Try again
Too good at goodbyes
Quit
My happy ending
Battlefield
Black Black Heart
Scared to be lonely
Running up that hill
It only hurts
Start over
Carry me home
Lego house
Simple
Elastic heart
8 letters
Oceans
Far away
Hero
Finale

the feeling

547 96 95
By carstairsis


Jeonghan había tenido esta terrible premonición hace una semana, de lo contrario nunca hubiera seguido a Mingyu a su viaje de negocios a Jeju. No es como si estuviera esperando que Mingyu buscara deliberadamente a Jisoo ni que su esposo se topara con su ex marido tampoco. Simplemente se debió a la cajita de terciopelo que contenía dentro un anillo que encontró escondida en la habitación de Mingyu.

Con dedos temblorosos, Jeonghan abrió la cajita; el anillo residía ahí con el nombre de Jisoo grabado en oro. Mingyu y Jisoo por la eternidad. Eternidad decía. Jeonghan se sofocó mirando el grabado por un rato hasta que finalmente regresó el objeto a la caja. Jeonghan habló con Mingyu esa noche. Su esposo lo miró con esos desconcertados y silenciosos ojos. "Quiero ir contigo a Jeju," Jeonghan exclamó. Mingyu no respondió de inmediato. La vacía expresión en su rostro fue dura de descifrar, así que Jeonghan esperó hasta que Mingyu accedió.

"Claro." La respuesta fue cortante, pero Jeonghan tampoco esperaba que Mingyu estuviera feliz con su demanda.

Ver a Jisoo otra vez, dejó a Jeonghan sin palabras. No es como si Mingyu hubiese buscado a Jisoo -Jeonghan fue quien trajo a Mingyu de vuelta a Jisoo. Si Junhui no le hubiese recomendado ese lugar, tal vez Mingyu y Jeonghan no se hubieran topado con Jisoo.

Mingyu hizo su mayor esfuerzo por no parecer feliz, pero Jeonghan podía notar cuan fácil era para su esposo respirar el mismo aire que Jisoo. Se sentó en su escritorio con las gafas puestas, escribiendo algo en su agenda y Jeonghan miró a su distante esposo en silencio. Finalmente, Mingyu dejó caer el lapicero y se giró hacia los penetrantes ojos de Jeonghan.

"¿Sí?" Mingyu cuestiona. Su voz suena como la de un extraño.

"Nada," Jeonghan se encoge de hombros, "¿No puedo verte?"

Si Mingyu fuera todavía el mismo de la escuela media, se hubiera reído encantado, pero no lo hizo. Su silenciosa mirada persistió sobre Jeonghan hasta lentamente la desvió. "Haz lo que quieras," Mingyu remarca. Su voz sigue siendo igual de fría y cortante. Jeonghan ya no puede recordar cómo se sentía ser amado por Mingyu.

Mingyu se ocupó al día siguiente con la planeación y organización del evento, corriendo de arriba para abajo. Todo necesitaba ser perfecto, Mingyu lo niega pero Jeonghan sabe que su esposo estaba desesperadamente tratando de evitar a Jisoo a toda costa. Mantiene su distancia. Tal vez, Mingyu sólo está tratando de ahorrarse el corazón roto esta vez.

Finalmente, la gran noche llegó. Mingyu se arregló con un clásico traje negro, llegando al recinto antes que nadie. Sólo una noche más, se dijo a sí mismo. Cuando el amanecer salga, empacara sus cosas y regresara a Seúl. Jeonghan probablemente hará lo mismo. Y continuarán su circulo vicioso de jugar a la familia perfecta. Mingyu dibuja su mejor sonrisa, pero esta se derrumba en cuanto ve a Jisoo.

Jisoo camina de la mano con su hijo. Cuando su abaratada mirada se encuentra con Mingyu, la ternura en esos brillantes ojos no desaparece. Y eso sólo ilumina a Mingyu más. Jisoo le sonríe y Mingyu no tiene de otra mas que regresarle la sonrisa -para pretender que todo está bien.

"Buenas noches," Jisoo saluda, "Suk-chin quería ayudar así que lo deje venir."

"Tiene buen gusto," Mingyu halaga el prolijo traje y su elegante peinado. Suk-chin sonríe brillantemente; sus ojos de cervatillo se iluminan y sus espesas pestañas se baten adorablemente.

"Yo elegí su traje," Jisoo responde. El pequeño niño jala la manga de padre, queriendo decirle algo. "Papi," Jisoo recuerda lo que el niño le había dicho antes, así que se excusa con una venia. "Necesita ir al baño. Nos vemos-"

Jisoo se lleva al niño con pasos apresurados, desapareciendo rápidamente en el edificio. Mingyu permanece en el frío. Se pregunta ¿por qué pensó que sería una buena idea tener un evento formal en la playa? El viento fresco hacía todo mucho más miserable. Le duele hasta la medula que su sonrisa tiembla, pero no tiene otra opción más que reponerse y ampliar su sonrisa, listo para seguir saludando a sus invitados, uno por uno.

Luego de su tercera copa de champagne, Jeonghan finalmente aparece. Su esposo es mejor en mantener la fachada que él. Jeonghan siempre habla con tanta admiración sobre Mingyu que nadie nota las mentiras. Mingyu lame sus hinchados labios. Ni siquiera el vino detiene a los persistentes ojos de Mingyu de encontrar a Jisoo, y este siempre se ocupa de aparecer entre la multitud como un fantasma.

Su ex marido se mantiene al lado y a la disposición de la señora Boo, cargando platos, arreglando y organizando la mesa del buffet. Jisoo se ha vuelto hábil en su trabajo. Mingyu puede notarlo con tan sólo un vistazo. El Jisoo de antes solía quedarse a su lado, confinado en una casa dónde nunca pudo desarrollar seguridad ni en sí mismo ni en sus habilidades. Mingyu se había encargado de encarcelarlo. Admira la forma tan cuidadosa en que Jisoo arregla las guirnaldas que se encargan de decorar el lugar. Un invitado se detiene para halagar sus brochetas de camarón y Jisoo sonríe encantadoramente, sintiéndose orgulloso de su platillo.

Su deslumbrante sonrisa hace desaparecer cualquier sonido de los oídos de Mingyu. El silencio lo acecha, y  convierte todo su alrededor en nada, al único que puede ver es a Jisoo, este desvía su atención de las luces para entrelazar su mirada con la de Mingyu, y fácilmente, le sonríe. Mingyu no puede sonreírle de vuelta. Aprieta la copa en su agarre, e inadvertidamente, esta se rompe. Mingyu no puede sentir el dolor de sus cortes. Se encuentra más intrigado por la expresión petrificada de Jisoo, quien corre hacia él y Mingyu se pregunta porqué hasta que la voz temblorosa de Jisoo lo hace volver a la realidad.

"¿Qué haces?" La voz de Jisoo se oye más claro de lo usual. Suena tan preocupado que confunde a Mingyu. Jisoo sujeta su mano herida entre sus manos temblorosas, y tan pronto como el sonido regresa, Mingyu se encarga de mirar a su alrededor para encontrarse con expresiones asustadas y petrificados de varios de sus invitados. Su mano está sangrando mientras la copa reside en el suelo, en pedazos.

No le duele hasta que su mirada se encuentra con la consternada de Jisoo. "Necesitamos limpiarte esto," Jisoo inmediatamente ofrece, pero Jeonghan rápidamente le arrebata la mano de Mingyu de su agarre. "Yo lo haré. Yo soy su esposo," le recuerda, así que Jisoo retrocede de inmediato.

"El botiquín de primeros auxilios está en la cocina," Jisoo explica, "Puedo mostrarles el camino-"

"Tú te quedas aquí," Mingyu interrumpe, deshaciéndose del agarre de Jeonghan gentilmente. "Encargate de los invitados. Regresaré."

Jeonghan vacila, pero tiene más miedo de arruinar la perfecta imagen que ha construido de su familia. Aprieta sus puños contra sus muslos, y reaciamente acepta. "Apresúrate," Jeonghan murmura. Mira a Jisoo ayudar a Mingyu a pasar la multitud, y una terrible sensación escala por su garganta otra vez. No se trata del miedo que tiene que Mingyu regrese al lado de Jisoo, sino la comprensión de que Jeonghan ha estado más preocupado sobre mantener su fachada que por la herida de Mingyu.

Jeonghan se ha convertido en esta calculadora e irreconocible persona. No es de asombrarse que Mingyu sea incapaz de amarlo más; no obstante, Jeonghan se coloca la mascara y regresa a la multitud. Asume su rol y espera que Mingyu haga lo mismo por el bien de su felicidad.





El frágil agarre de Jisoo sobre la muñeca de Mingyu quema intensamente. Mira al más bajo empujar las puertas de la cocina. Prende la luz y empuja gentilmente a Mingyu contra un taburete. "Siéntate," Jisoo dice mientras se pone a buscar el botiquín. Mingyu se queja, tratando de acomodarse en el pequeño espacio.

La sangre carmesí fluye contra su bronceada piel. No dolió hasta que Jisoo mojo un algodón con alcohol y lo presionó en la herida. Mingyu se exalta por la sensación de ardor en su palma, así que Jisoo mira al hombre con una pequeña sonrisita pintada en sus labios. Mingyu puede notar cuan terrible es Jisoo para aguantarse la risa.

"En serio duele. Puedes reírte si quieres," Mingyu comenta, y Jisoo exhala calmadamente en lugar de soltar una carcajada.

"¿Por qué me reiría?" Jisoo cuidadosamente limpia la sangre, aplicando un vendaje sobre la herida mientras Mingyu permanece en silencio, cautivado por el rostro familiar a Jisoo. Sus pestañas se baten tan bellamente cada que baja la mirada. Sus labios aterciopelados se encuentran apretados, tratando de retener cualquier sonido. Mingyu siente la sensación estática recorrerle las venas. Siente el impulso de tocarlo -para sentirlo y asegurarse que no es sólo otra alucinación -como todas las que ha tenido los pasados cinco años.

"¿Qué?" Jisoo rompe su burbuja, alzando la cara hacia la expresión mareada de Mingyu. "Sigues mirándome," Jisoo agrega, terminando de vendar la mano ajeno y brindándole un ligero apretón.

"Nada," Mingyu miente, "Sólo estaba pensando."

"Bueno," Jisoo frunce el ceño mientras se endereza frente al hombre sentado. "Bien, ya todo está bien ahora. Podemos volver-"

Pero a diferencia de su cobarde voz, sus acciones son más rápidas. Mingyu lo sujeta de la muñeca y el más bajo se detiene abruptamente. "¿Qué?" vuelve a preguntar. Mingyu contempla todas las cosas que puede preguntarle, pero sólo le sale un tonto: "¿Cómo...has estado?"

Jisoo ladea su cabeza con el ceño fruncido -era la expresión que Mingyu esperaba. Jisoo lentamente se suelta del débil agarre de Mingyu. "Estoy bien," Jisoo responde casualmente; la expresión en su rostro sigue igual. "No creo que el cáncer vuelva," Jisoo ríe suavemente, "El cancer tampoco afecto a Suk-chin. Eso es bueno."

Oh cierto. Jisoo tiene un hijo ahora. Él probablemente tenga una pareja ahora. Alguien más. No él. Mingyu pierde las fuerzas para levantarse. Jisoo permanece en su lugar, leyendo fácilmente la mente del contrario sin siquiera intentarlo. "No estoy casado," Jisoo se pregunta por qué demonios está diciéndole eso, pero rápidamente se arrepiente cuando la mirada de Mingyu se ilumina con esperanza y se encuentra con la suya. "No quiero un matrimonio ahora. Suk-chin es todo lo que me importa." Jisoo concluye.

"¿Quién es el padre?" La voz de Mingyu se rompe. Sus ojos brillan como la luz de la luna así que Jisoo se ve incapaz de esconderle la verdad. No es como si la verdad pudiese ser negada de todas formas. "¿De quién más?" Jisoo pelea contra el nudo en su garganta. La pregunta sale con esfuerzo de sus labios y odia mucho la manera en que los ojos de Mingyu se iluminan.

"¿Mío?" Mingyu confirma. Jisoo no puede mentirlo pero tampoco puede seguir alimentando la esperanza de Mingyu. Decide evadir la pregunta con una sonrisa amarga. "Hay que volver. Jeonghan está esperando," Jisoo le recuerda, trayendo al hombre de vuelta a la realidad. Mingyu olvida el dolor en su palma de nuevo. Se encuentra abrumado con la impotencia, simplemente imaginando cuan diferente las cosas hubiesen sido si tan sólo hubiese ido tras Jisoo en ese entonces.


Jisoo se para bajo las luces; la iluminación crea un halo de luz alrededor de su figura y parece parte de un sueño otra vez. Mingyu puede oír loa pasos de Jeonghan aproximándose pero no puede apartar sus ojos. Jeonghan lo toma de la muñeca. El agarre firme de su esposo se siente como esposado. Mingyu mira al contrario y Jeonghan le sonríe dócilmente. "¿Estás bien?" le pregunta así que Mingyu le sonríe de vuelta, como una marioneta. "Sí," responde, pero se siente de todo menos bien.

Jisoo no vuelve a mirarlo por tercera vez esa noche. No le regresa ninguna mirada. Mingyu cree que Jisoo siempre ha sido el fuerte entre los dos. A lo largo de los años, Mingyu siempre ha sido quien repetidamente fue tras él. Jisoo nunca dejo de progresar. Sólo se movió hacia delante, dejando a Mingyu en espera. Agarra una nueva copa de vino, pero el delicioso sabor que suele disfrutar ahora le sabe viejo.

Jisoo abruptamente recuerda a su hijo, girándose a todas partes, buscando a su hijo. Su corazón se acelera violentamente mientras intenta de controlar su expresión facial. Jisoo mete las copas vacías en la caja, pateándola bajo una mesa de utilería. Suk-chin es tan pequeño así que siempre le es difícil encontrarlo, pero siempre ha sido un niño obediente así que Jisoo confía en que podrá encontrarlo donde lo dejó, pero el niño no está ahí.

Puede oír su propio corazón golpetear ruidosamente. Jisoo hace su camino por la multitud, acercándose a la orilla del mar. No había posibilidad que su hijo se hubiera ido allí, aún si Suk-chin fue siempre devoto al océano. Jisoo siempre le advertía cuan peligrosa la marea podía ser. Jisoo se alejó del evento, sólo para ser jalado por la señora Boo.

"¿A dónde vas?" ella demanda, y él se queda mudo, incapaz de articular nada. Ella lo sacude ligeramente, repitiendo la pregunta con preocupación. "Jisoo, ¿está todo bien-?"

"Suk-chin-"

"Él está por allá," ella dice, dirigiendo su mirada hacia la mesa más lejana, donde el pequeño se encuentra sentado. Jisoo suspira con alivio, corriendo rápidamente hacia el niño y Suk-chin se ve sorprendido cuando su padre lo carga entre sus brazos repentinamente. "Papi...estoy comiendo," el niño protesta. Jisoo suelta una risita, aliviado de tener a su hijo a salvo hasta que la voz perturbada de Jeonghan llega a sus oídos. Jisoo sujeta bien al niño entre sus brazos, girándose para encontrar al ansioso hombre yendo hacia él.

Jeonghan trata de arrebatarle a Suk-chin de los brazos de Jisoo, y el pequeño comienza a llorar por la rudeza del tacto, retorciéndose dentro del frenético agarre de Jeonghan. Jisoo empuja al hombre lejos de su hijo, desconcertado.

"¿Qué le haces a mi hijo?"

Jeonghan repentinamente vuelve a la realidad, pasando una mano por su cabello húmedo. "Oh, lo siento," Jeonghan se disculpa, presionando sus temblorosos dedos contra sus piernas, "Pensé que era mi hijo-"

Jisoo reacomoda a su hijo en su hombro para acariciar su espalda gentilmente. "Mi hijo y el tuyo ni siquiera son del mismo tamaño," Jisoo razona. Una vez comprendiendo la realidad, Jeonghan se hunde en la agonía, y Jisoo puede notar que algo horrible le está pasando al contrario. "¿Qué pasó?" Jisoo pregunta, acercándose.

La mirada frenética de Jeonghan se pierde en el vacío.

"Mi hijo...no puedo encontrarlo por ningún lado."


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