Hacia lo Prohibido ©

By Nara_CC

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Collet Zane es una adolescente que, junto a su mudanza de Carolina del Norte a nueva York, viene a su vida lo... More

ANTES DE LEER
Prefacio
Introducción | Collet Zane
...
Capitulo 1 | El comienzo de todo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 5 | Parte 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 8 | Parte 2
Capítulo 9 | Un faro y un cigarro
Capítulo 10 | Impotencia
Capítulo 11 | Al carajo
Capítulo 12 | La diferencia entre...
Capítulo 13 | Impulsos
Capítulo 14 | Karma
Capítulo 15 | Descubriendo la verdad
Alas de ángel
Capítulo 16 | Sentimientos
Capítulo 17 | Dudas sin responder y Encaros
Capitulo 17 | Parte 2
Capítulo 18 | Choque con la realidad
Capítulo 19 | Mal presentimiento.
Capítulo 20 | Demone
Capítulo 21 | Consecuencias
Capítulo 22 | Límites
Capítulo 23 | A la vista de alguien
Capítulo 24 | Espejos
Capítulo 25 | Desde las sombras
Capítulo 26 | Escarmiento cruel
Capítulo 27 | Eres como las otras
Capítulo 28 | La última gota
Capítulo 29 | Eso es de tramposos
Capitulo 29 | Parte 2
Capítulo 30 | Me arrebataron...
Capítulo 31 | Tu y Yo
Capítulo 32 | Tú y Yo, claro que sí.
Capítulo 33 | Navidad diferente
¿Esto es un...?
Capítulo 34 | Revolución de las ratas.
Capítulo 35 | Desgracia de media noche
Capítulo 36 | Afrontando el sufrimiento
Capítulo 37 | Encuentros sabor a tristeza
Capítulo 38 | La última copa
Extra | Bajo mi atención.
Capítulo 39 | Ni un beso, ni un perdón
Capítulo 40 | Nuestro destino
Capítulo 41 | Tiempo cumplido
Capítulo 42 | Asuntos ajenos
Capítulo 43 | El sabor de la verdad
Capítulo 44 | Llena eres de desgracia
Capítulo 45 | Mi suerte, tu suerte, nuestra suerte.
Epílogo
Agradecimientos.
Hacia la Obsesión.
El sabor a muerte.
Extra -Halloween atrasado-
Escena fugaz

Un pequeño regalo

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By Nara_CC

Un pequeño regalo.


Allie.

Levantarme con la entrepierna ardiendo era algo muy común, y mucho más después de sobrepasar los ocho meses de embarazo.

Cómo que el tener al crío más grande me hacía tener más deseo sexual del que me había abstenido desde que ocurrió lo de Collet, desde que ella nos descubrió —a Lionel y a mí— en la cocina de su casa, porque él aún decía que esa era su casa, solo le estaba dando una lección de vida a ella que nunca creyó que llegara a más.

Dejé de verme con él a pesar de la tentación tan enorme que tenía de que me follara duro, o bueno, ya no tanto pero igual solo él era capaz ya de satisfacerme. En la mente tenía solo a Logan y nadie más podía con ese sentimiento que él dejó en mí.

Me dolió mucho la perdida, la muerte de él y saber que muy tarde me dí cuenta que lo quería mucho y no solo como amigo o un follamigo, sino como un novio que me habría fascinado tener.

Por eso mismo fue que fui contra mis límites, los cuales marcaban no quedar embarazada y menos tener al bebe durante mi juventud. Nunca descarté la idea de tener hijos, pero si la idea de que fueran muy a temprana edad. Sin embargo, el que este haya sido de Logan me hizo reconfortarme y levantarme muy bien, aceptando que por algo el retoño quedó prendado en mí.

—Hola —saludo a quien llamé con urgencia— adelante.

Me hago a un lado y la bata que cubre mi cuerpo desnudo se mueve con el aire proveniente de afuera.

Le sonrío y lo tomo de la mano guiándolo a mi habitación, subimos las gradas y puedo sentir como me mira, como sus ojos están plasmados en mi cuerpo. Cuando llegamos lo dejo entrar, seguidamente cierro la puerta y me quedo un momento en la perilla, pensando en si está bien lo que estoy por hacer «Es que ya no aguanto»

Mi desesperación es tanta que pongo el pestillo y me doy la vuelta a él que está sentado en la cama, viéndome, solamente viéndome. Bajo su vista abro el albornoz, dejando ver mis pechos y la voy deslizando quedando completamente desnuda ante él y me acerco abriéndome de piernas sobre su regazo.

—Allie, no creo que esto...

—Solo fóllame, rápido y duro.

—Pero...

—No, por el embarazo no te preocupes. —lo tomo del rostro, fijándolo en mí— lo necesito de verdad.

Me refriego en su entrepierna y la erección comienza a crecer. Yo sé que le cuesta verme embarazada pero sé también que le gusto tanto como la primera vez, que lo caliento con mi coño y eso es suficiente.

Lo beso antes de que se arrepienta, pongo mis manos en sus hombros e introduzco mi lengua en su boca, él me corresponde y luego de que la negación se le vaya me agarra de las caderas y me presiona en su bulto, en su empalme ya muy notorio y me separo de su boca cuando baja por mi cuello con besos húmedos, se prende de mis pechos y me muerdo los labios sintiendo lo rico que es esto.

Joder, es que el sexo es maravilloso.

Llevo mis manos a su pantalón, urgida y deseosa. No protesta y saco el pene que cuando éramos novios me comí tantas veces como quise.

—No vas a montarme así —dice cuando intento que se recueste. Yo arrugo las cejas y me da un casto beso— eres una salvaje cuando estás arriba y no me digas que eso no es riesgoso.

Volteo los ojos, me relajo y me carga colocándome sentada ahora en la cama.

—Eres un aguafiestas Liam.

—No, soy precavido, que es otra cosa.

—Que no ocurre nada...

—Pues no te creo así que si quieres un orgasmo va a ser como yo lo diga.

Intento alegarle pero quedo en blanco con la primera penetrada que me da, sin aviso y sin cuidado.

—Ah, no que no muy brusco y eso...

—Dijiste que lo querías duro, y el que lo sea no quiere decir que sea brusco o no tenga cuidado. Tú te pierdes entre todo y estoy seguro que puedes hasta olvidar que estás embarazada.

Comienza a moverse y yo abro más las piernas, dándole mejor paso y la fricción me encanta tanto. El grosor de Liam siempre ha sido una ventaja que me derretía a más no poder, y ahora no es la excepción con los movimientos vivaces que me da, que me otorga y yo disfruto como nunca.

No se recuesta en mí y yo me agarro de las sábanas con el éxtasis fuerte, sus dedos están en mi clítoris y otra mano en mi teta, magreando y pellizcando mis pezones sensibles.

—Ay por favor, que delicioso Liam —no aguanto decir lo que siento.

—Lo sé, yo siempre te lo hago delicioso.

Sonrío con su coquetería en medio de todo, él me dedica la misma sonrisa y sus hoyuelos me vuelven a encantar como antes.

Yo nunca dejé de querer a Liam, supongo que nuestro noviazgo fue mucho más de lo que quisimos pero terminó tan repentino y sin ni siquiera por problemas de nosotros; si no por terceros.

Los minutos pasan, yo jadeo, gimo y de todo con las penetraciones, él gruñe por pocos. Todo se va juntando en mi cuerpo, estoy sudando y mi bebé comienza a moverse, me descompone lo que ocurre y a Liam también, pero le pido que no pare, que necesito llegar a mi orgasmo o voy a quedar peor que antes, mucho peor.

Obedece, no para y tenso las piernas con la presión que comienzo a sentir, las pataditas en mi estómago son algo que siempre aprecio y que me ponen nostálgica, pero ahora no se que hacer con el sin fin de sensaciones que tengo. Me muerdo los labios y llevo mis manos a mi estómago, acariciando para que el bebé probablemente me sienta, que sepa que lo estoy notando.

Liam es el primero en llegar a su orgasmo y echa la cabeza atrás.

—Ni se te ocurra detenerte —lo amenazo sintiendo mi liberación muy cerca.

No me ve y solo sigue, sigue con constancia y abro la boca sin emitir sonido cuando llego a mi orgasmo dejando salir el chorro de fluidos, ¡Joder! Me hacen sentir como una fuente que acaban de encender. Lo mojo a él, su pantalón y su playera, este lo que hace es salir de mi interior y esparcir toda mi humedad por mis piernas y acariciar mi intimidad en lo que yo sigo disfrutando de los espasmos con mis manos pegadas a mi vientre.

Siento como se aleja por completo y se va al baño, yo solo me relajo en la cama y cierro mis piernas respirando con dificultad, mis manos aún sienten los golpecitos del bebé y me levanto sentándome en la cama.

—No te enojes conmigo —le hablo acariciando el lado que más duro está, pues es el lado donde se ha acomodado.- Tu mami necesitaba esto y tu papi no está en este mundo como para que me ayude.

Sonrío por lo idiota que me veo hablando esto, veo a mi alrededor y me siento satisfecha con lo mojado que están mis sabanas, sabiendo que eso, lo único que me indica es lo mucho que lo disfruté.

Bajo con cuidado de la cama y agarro del suelo mi bata y me la coloco al tiempo en que Liam sale del baño.

—Hasta pronto —se despide y me da un beso en la mejilla.

—Gracias —le digo acariciando su rostro— No volveré a pedir lo mismo.

Entiendo lo que los movimientos del bebé le provocó y pues no soy tan estúpida y sin conciencia como para no disculparme también.

—No importa, nos vemos —acaricia mi cintura y se va.

Lo dejo ir y voy por la empleada para que me limpie el cuarto luego de que yo he tomado una ducha.

—Quiero muy limpio todo —le ordeno antes de irme al jardín.

Le doy un mordisco a mi manzana y me siento en la butaca, viendo a lo largo todo el lago que se cierne a mi enfrente. Siento un pequeño dolor en mi espalda pero no le tomo importancia. Mi mente está divagando en cómo estará Collet, en cómo sobrelleva el vivir en un psiquiátrico. Ella lleva ya tres meses en el lugar y me duele no haber podido hablar con ella cuando recién fue rescatada de los malditos quienes la secuestraron, yo quise acercarme ella, con todo mi corazón pero ella me evadió, se negó completamente a verme.

Entiendo que lo de Lionel fue algo que no me va a perdonar y por eso me da un dolor inmenso, pero a la vez me reprocho el no arrepentirme lo que viví con él, porque fue algo que nunca había experimentado pero que me costó la amistad con la única amiga que consideré en mi vida. Me he rendido al querer platicar con ella y pedirle perdón porque siempre me rechaza, ya no habla tampoco con Lionel y la tía siempre me dice que ella no está bien como para hablar.

—Hola querida —llega Owen y me da un beso en la mejilla.— ¿Cómo está mi sobrino o sobrina consentida? —le habla al bebé y me da un beso en el estómago acariciándolo.

Yo solo veo como él está, incluso, más emocionado por el bebé que yo, siendo que yo ya estoy lo suficiente a estas alturas del embarazo. No sabemos el sexo del bebé, yo no he querido saberlo... O más bien; no he tenido el valor de saberlo.

—¿Cómo están?

—Bien, todo bien. —lo reparo y viene con el uniforme del ejército.— ¿Ya te toca descansar?

—No, que va. Solo vine por unas cosas que me toca una misión en Siria.

—¡¿En Siria?! —me incorporo con nervios.

—Si, estoy en pleno combate y no sé cuántos meses tocará irme —hace mala cara—, Por eso me despido del bebé que de seguro no estaré para el parto.

Arrugo mis cejas y lo abrazo. Me da miedo siempre que él deba irse a misiones tan peligrosas como esas, o sea, ¿No hay más liviano que hacer en el ejército?

—Tienes que cuidarte mucho —lo suelto y le beso la mejilla—, prométeme que vas a regresar para ver a tu sobrino o sobrina.

Me sonríe de lado y se separa.

—Yo siempre me cuido Allie, lo cabrón me permite regresar con vida —bromea. Pero yo sé que lo hace solo para no preocuparme, él está con miedo al igual que yo.

—Si se te quita lo cabrón, voy y te traigo del infierno para matarte con mis propias manos por pendejo.

Echa una carcajada y no puedo resistirme así que lo acompaño en la risa.

—Bien, me voy entonces. Avísame siempre cuando nazca.

—Lo haré —le doy un último abrazo y lo dejo irse.

Suspiro y miro como desaparece. Vuelvo a sentarme en la butaca y las pataditas en mi estómago se hacen presentes, con fuerza y constancia.

—Hoy estás más inquieto que nunca ¿Cierto bebé? —le hablo subiendo mi blusa para ver bien como mi piel se estira con cada movimiento.

El tamaño de barriga que poseo ya es bastante exagerado, ya "ha bajado", como dice mi mamá. Entonces eso quiere decir que ya está por nacer, de hecho, tengo fecha de paro y me quedan solo unas dos semanas.

—Señorita, le ha llegado un paquete —la empleado llega a interrumpir mi momento y la volteo a ver.

—¿Qué paquete?

—No sabría decirle, solo han venido a dejarlo y no han dicho más,

—¿El mensajero?

—No tenía pinta de mensajero —se encoge de hombros y me levanto rápido en busca de lo que han dejado.

—Es este —me indica ella y lo recibo pidiendo que se retire.

Es una caja, común y corriente, viene sellada con mucho tape y la miro por mucho tiempo debatiendo en si abrirla o mejor tirarla de una vez a la basura ya que no sé quién la mandó. La pulseo y no es pesada, pero tampoco es liviana. La curiosidad me mata y termino agarrando un abrecartas rasgando todo el tape. «Si Owen me viera me mienta todas las generaciones completas»

Quito todo, sin cuidado de nada y cuando abro las tapas quedo en shock por lo que estoy viendo.

Agarro con cuidado la carta que está encima de todo y la abro.

El fruto en tu vientre es lo que más amo.

Felicidades por tu nena, ponle cada prenda que viene en esta caja, pues todas y cada una de ellas han sido mandadas a diseñar. Es decir; que la pequeña mini Allie vista con prendas únicas en el mundo.

Me quedo con la boca abierta «Nena» ¿Qué carajos? ¿Cómo se atreve a afirmar algo así ese...? Ah, quien sea que sea la persona que ando esto. Tiro la carta por un lado y comienzo a sacar cada prenda, lo primero que agarro, lo extiendo y la ternura reina al ver el mini vestido en color rosa pastel en la parte arriba y en la faldita de color gris claro. Viene acompañado de unas medias miniaturas blancas y un gorrito en el mismo color que la falda. La sonrisa de boba que tengo no se va y peor al sacar los demás vestiditos, enterizos y mamelucos que me ponen la piel de gallina.

Es mucha ropita pequeña y entre ello vienen accesorios como diademas, calcetitas y zapatos, lo último en la caja me vuelve a descomponer y lo tomo entre mis manos, abro la caja pequeña y saco la cadena que brilla casi como el nombre que tiene impregnado con pequeñas perlas con un tono morado leve y uno rojo. No sé cómo reaccionar cuando veo el nombre que dice: Alizah.

Un escalofrío recorre mi cuerpo preguntándome, "¿Cómo supo ese nombre?"

Meto de nuevo la cadena en la cajita al igual que una pulserita que no quiero ver y guardo toda la ropa. Estoy alterada y subo a mi cuarto dejando la caja en el suelo, la miro pero no la toco más. No entiendo a que viene esto, ni tampoco quien sea el o la que lo mandó pero definitivamente cometió un error porque nadie sabe que será mi bebé. Me subo a la cama sintiendo una punzada en mi espalda pero me recuesto poniendo las manos sobre mí.

No pasan muchos minutos hasta que me levanto por un fuerte dolor en mis caderas y espalda, miro mi panorama y ya es de noche, vuelve a darme otro dolor y me quejo dándome cuenta que el bebé se está moviendo y me asusto levantándome como puedo. Siento raro todo pero camino en busca de la empleada, ella ya es señora y puede saber que me pasa, porque me pasa ya que esto no es normal.

Vuelve a darme otro dolor y me aferro a la baranda de las gradas sintiendo cada vez más doloroso esto.

—¡Amanda! —joder no me creo capaz de bajar las gradas asi que la llamo.— ¡Amanda ven!

—Qué ocurre señorita...

—¡Ayudame no se que me ocurre! —comienzo a llorar cuando me da otro puñetero dolor que me comprime hasta los huesos.

—¿Qué tiene? Dígame qué siente.

—Me duele... Ahh joder Amanda me duele y... —llevo mis manos a mi vientre soportando el dolor que ya no da tregua— ¿Mi bebé? ¿Qué..?

—Ya viene —sonríe y yo ya estoy a punto de desfallecer— su bebé ya viene.

—¿Qué? No, no puede ser, tengo fecha para dentro de dos semanas.

—Pues al parecer ya quiere venir —me agarra de la manos y me incita a bajar— Vamos, debemos ir a la clínica.

Los nervios no me dan y las jodidas pulsaciones son horribles, ¡Parece que me estuvieran aplastando! No paso a creer lo que Amanda me dice y no sé porque comienzo a pensar cosas malas.

—¿Y si no es eso, Amanda?

—Que sí lo es, confíe en mí.

Me lleva al coche y entro con tanta dificultad sintiendo que en cualquier momento voy a explotar del dolor. Ella maneja rápido y entra en la clínica donde llevo mi control y me baja pidiendo ayuda desde ya, los enfermeros al verme se apresuran y me sientan en una silla de ruedas en las que aprieto hasta los dedos de los pies.

—Sala de partos preparada —anuncia una enfermera y yo ya no puedo emitir palabra.

[****]

—Necesito que puje con todas sus fuerzas cuando yo le diga —exige la doctora entre mis piernas y yo solo puedo asentir sudando con exceso.— Bien, uno, dos...

—Sea fuerte —un enfermero toma mi mano y no la rechazo, nadie está conmigo y nunca creí desear tenerla a mi lado. Me aferro a sus dedos y los aprieto con fuerza cuando...

—¡Ahora!

—¡Ahhh joder! —vocifero pujando con todas mis fuerzas y siento que unas pizas van rasgando los huesos de mis caderas, mi vagina nunca estuvo tan adolorida y vuelvo a gritar cuando doy el segundo pujón.

—¡Otra vez!

Le hago caso y el enfermero a mi lado acaricia mi brazo mientras las fuerzas se me van con las cuatro pujadas más que doy.

—La última cariño, dale que está muy grande eh.

No entiendo ni mierda de lo que dice, mi cabeza solo capta el que debo hacer más fuerza y agarro con mis dos manos el brazo del enfermero antes de pujar con todo mi ser, logrando así, que el primer llanto se escuche en la sala y haga eco entre las palabras de alivio de los enfermeros. Cierro mis ojos sintiendo el bajón horrible de cansancio pero sonrío con el chillido fastidioso entrecortado del bebé y...

—Es una niña, Allie, tu bebé es una hermosa niña.

La azúcar o saber que pisados se me baja y abro los ojos comenzando a llorar a cantaros cuando me acercan a la pequeña criatura que llora más conmigo y sonrío sintiendo por primera vez su mejilla contra mi pecho, la miro cuando abre un poco sus ojitos y comienzo a llorar notando el gris de ellos, uno tan único que me recuerda a Logan y cierro los ojos sollozando perdiendo la conciencia sin darme cuenta.






Publicado el 17/05/2021

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