MANLAND © ༶ J.JK

By Lunevely

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༶ ¿Qué serían de los hombres sin las mujeres? ¿Alguna vez te hiciste esa pregunta? ༶ MANLAND;; un... More

‹‹❛❀﹏𝙈𝘼𝙉𝙇𝘼𝙉𝘿
༶ 𝙿𝚛𝚘𝚕𝚘𝚐𝚘 ༶
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By Lunevely

── 「❀」 ──


── ¿Cuántos en total?

── Tres, señor.

Resoplé con frustración.

── ¿Quién reportó? ── volví a preguntar, mirando a mi secretario con el ceño fruncido.

── No hay nombres ── respondió Yoongi, señalando los archivos de esta mañana ── sólo uno reportó lugar específico, en una gasolinera, el dueño creyó haber visto que se llevaban a alguien en su turno nocturno.

── Llámalo inmediatamente, hay que interrogarlo, hasta ahora su testimonio puede ser una posible pista ── dije, levantándome de mi escritorio, el pálido asintió con la intención de irse ── Y Yoongi ── se detuvo ante mi llamado ── los otros archívalos junto a los demás, con la fecha y hora.

Con un asentimiento, el pelinegro se retira sin más.

Suspiro con pesadez, mirando desde mi altura los archivos abiertos sobre mi escritorio.

Tres desapariciones anónimas en una noche.

Sin nombres ni lugar a excepción de ese último, que ocurrió justamente a las 12:44am en una gasolinera de la carretera estatal. Al estar revisando todos los archivos pude saber que todos tenían un patrón, pero era difícil de saberlo pues acurrían en lugares diferentes en tiempos similares; y es que al igual que este último caso de la gasolinera, en la semana recibimos otros tres casos de desapariciones con lugar específico y testigos que justificaban que habían presenciado lo ocurrido, pero sin poder identificar los rostros de las víctimas o siquiera del agresor al ser en plena noche donde ocurrían los hechos.

Estaban secuestrando a personas, y gracias a los datos que teníamos podía deducir con certeza que era un grupo grande quien se encargaba de eso, y no era eso lo que me preocupaba, si no, la idea de no tener la suficiente información para saber qué estaba ocurriendo, ni siquiera teníamos nombres; como si esas personas simplemente hubiesen desaparecido de los registros y fueran simples sombras borradas del mapa.

Volví a sentarme tras mi escritorio, haciendo que mi silla giratoria se deslizara hacia atrás, dando la vuelta para dar con la panorámica vista tras el gran ventanal polarizado que mostraba la ciudad de Seúl en plena mañana. Grandes edificios llamativos, autos, transportes públicos, hombres que seguían con su vida rutinaria tan banal. Pero lo curioso de todo es que esa sólo era la vista en el centro de la ciudad, porque más allá sólo mostraba contrucciones y edificios en total abandono, y todos parecían resignados a eso o a siquiera descubrir la causa detrás de todo.

Todo se iba a la mierda y así lo habían aceptado sin preguntar.

Yo seguiría lamentándome de eso si no fuera porque ahora conozco la verdad, la asquerosa verdad oculta de aquella sociedad. Y claro, si no fuera por la hermosa pelinegra que apareció en mi vida como un rayo de luz en la oscuridad, dándole sentido a todo.

Min Ki.

Debía protegerla. Y con esto de las desapariciones anónimas sin duda debía estar más atento que nunca.

Joder, que si a ella llegara a pasarle algo...

Jamás me lo perdonaría.

Habría fallado, y sin duda la humanidad no volvería a ver la luz otra vez.

Pasaron un par de horas, cuando unos toques en mi puerta interrumpen en mis quehaceres, y sin demora le doy el pase a mi secretario, Yoongi.

── El testigo ha llegado, oficial ── avisó.

Es todo lo que necesito para levantarme de mi asiento y dirigirme inmediatamente hacia la sala de interrogación en dónde me esperaba el señor Xin JiGun, hombre de veintinueve años, dueño de la gasolinera dónde ocurrió el secuestro. Debía saber quién estaba secuestrando a esas personas, ¿Para qué? ¿Qué necesidad había cuando todos nos estábamos jodiendo por igual?

Era viernes en la comisaría, muy pocos se presentaban hoy, así que en la sala de interrogación sólo éramos yo y Yoongi, junto al señor Xin JiGun. Yoongi tenía los archivos y antecedentes de señor Xin -los cuales se hallaban limpios- y simplemente se colocó frente al ventanal que daba vista a la sala de interrogación, la cual desde adentro era totalmente invisible.

Sin más, entré a la pequeña sala de luz y paredes blancas, en dónde una mesa metálica se hallaba en medio y dónde se hallaba sentado el señor Xin con la vista en su reloj de muñeca. Al verme entrar se levantó, dando un par de reverencias en modo de saludo, lo que yo copié ya estando frente a él.

── Gracias por venir señor Xin, necesitamos que colabore con esto lo más que pueda ── dije para después pasar a tomar asiento en la mesa, justo frente a él.

Él asintió y también tomó asiento al otro extremo de la mesa metálica, juntando sus manos sobre la mesa, y mirándome atentamente.

── Espero serle de utilidad, oficial... Verá que me llevé un enorme susto anoche y- ── cortó sus palabras, a lo que yo lo miré con atención. Parecía asustado ── No quiero que algún secuestrador vuelva y está vez a por mi.

── No sucederá señor Xin, habrán oficiales patrullando cerca de esa zona a partir de hoy ── respondí, pronto me incliné sobre la mesa, apoyando mis codos con mis manos cruzadas bajo mi pecho, observando al señor Xin con seriedad ── Ahora dígame, ¿Qué fue exactamente lo que vió? Y procure no saltarse ningún detalle.

Le ví tragar duro, parecía nervioso.

── Estaba en mi turno de media noche, tenía una discusión por teléfono con un cliente que se quejaba de un producto que ya consumió, pidiendo reembolso ── comenzó, y parecía ser sincero pues sus gestos parecían recordar esa noche y la molestia que pasó con aquella llamada ── Que no puedo devolver el dinero cuando él ya usó mi producto, que no le haya gustado no era mi problema-

── Señor Xin ── lo corté, con una mirada cansina que él entendió pues se disculpó dando una reverencia con su cabeza.

── Creí que había dicho sin saltarme detalles ── Susurró en modo de queja, a lo que yo lo miré duramente. Él carraspeo y siguió  ── Estaba en medio de mi discusión telefónica cuando escuché un fuerte estruendo en la carretera frente al establecimiento. Era el sonido de los neumáticos de un auto.

Narraba con su mirada perdida en la orilla de la mesa metálica. Sabía que Yoongi escuchaba todo, pues era él quién se encargaba de tomar nota de los datos que dé el testigo.

── Inmediatamente salí, pero estaba asustado, así que volví por mi teléfono en la mesa para marcarle a la policía. Mientras lo hacía miré por la ventana una camioneta negra de dónde se bajaron tres personas vestidas de negro, sus rostros no se podían ver pues usaban un tipo de máscara negra que cubría toda su cabeza, así como ninjas nocturnos. Observé claramente como metían a alguien a la parte trasera de la camioneta, era alguien, ví sus pies, la víctima no se movía parecía inconsciente ── observé el horror en el rostro del señor Xin ── e-entre en pánico y simplemente corrí para cerrar la puerta de la tienda con seguro, al igual que las ventanas. Rato después, fueron segundos los que pasaron cuando oí que la camioneta volvió a irse. Oficial, es todo lo que ví ── Finalizó. Se veía exaltado y atemorizado, su voz había delatado lo nervioso que estaba con la idea de que él esté en la misma situación que la víctima.

── ¿No vió nada más? ¿El número de placa de la camioneta tal vez? ── pregunté, mirando al señor Xin con exigencia.

Él negó.

── Y-Ya le dije, entré en pánico, no soy bueno controlando el pánico ── dijo apenado.

Maldición.

Me incorporé en mi asiento, recostándome en el respaldo de la silla, mirando al señor Xin en busca de algún gesto que diga algo más. Tal vez nerviosismo de esos que ocultan a un culpable, o duda en si decir o no algo. Pero sólo veía terror y miedo en sus expresiones.

Chaqueé la lengua con decepción. ¿Por qué no pudo ser un testigo más astuto y menos miedoso? Ya qué.

── Está bien señor Xin, si está seguro que no vio nada más que pueda ayudarnos... ── comencé, levantándome del asiento. Él copió mi acción, asintiendo ── contaré con que si sabe algo más o recuerda algo importante, me llamará.

Él asintió ── Cuente con eso, oficial. Perdone no ser de mucha ayuda ── hizo varias reverencias en modo de disculpa.

── Descuide ── dije ── que tenga buen día, señor Xin.

Y con esas palabras me encaminé fuera de la sala de interrogación, algo frustrado de que el testimonio sea el mismo que el de los otros tres testigos. Una camioneta negra, rostros desconocidos, placas desconocidas, y víctimas inconscientes.

Ésto era serio.

Entonces, caminando por los desolados pasillos, observo al general YunHo saliendo de la sala de registros. Al verme sonrió. Tenía unas carpetas en sus manos, y aunque pareció al principio sorprendido de verme, simplemente relajó su expresión.

── No pensé verlo hoy por aquí, Jeon ── dijo, sonriente.

Sabía lo que quería, así que simplemente lo ignoré, siguiendo de largo.

── Pensé que iría a visitar a su padre en Búsan ── lo oí decir, haciendo que detuviera mis pasos.

¿Y éste qué se traía?

Me di la vuelta, para encararlo. Me acerqué a él, quién se enderezó disimuladamente debido a la diferencia de estatura en la que yo lo superaba más de media cabeza.

── ¿De dónde oyó eso? ── pregunté, con un tono que no se acercaba a amigable, pero disimulaba.

── Usted lo dijo, ¿O no lo recuerda? ── preguntó, haciéndome fruncir el ceño.

Entonces recordé mi conversación con Yoongi, el lunes por la mañana.

── ¿Estuvo espiándome? ── me burlé, cruzándome de brazos ── no pensé que caería tan bajo para hacer eso, jefe.

Sonreí, cuando observé como su sonrisa se borraba de su envejecido rostro ante mi sarcasmo.

── Coincidencias, señor Jeon ── espetó ──Mejor haga su trabajo, los del concejo no están felices con tantas desapariciones.

Fue todo lo que dijo, con notable molestia, claramente bajado de su nube en dónde pensó que lograría molestarme con su pobre argumento.

Pronto estuve de vuelta en mi oficina, en dónde Yoongi se presentó segundos después.

── Ya revisé las cámaras de la estación de servicio ── informó, tomando asiento frente a mi ── fueron cortadas cuando la camioneta llegó. Parecía planeado.

Remojé mis labios con frustración.

── Quiero siete patrullas rondando las calles de Seúl todo este fin de semana ── ordené a lo que él asintió ── estás personas atacan en la noche, así que serán más que todo horarios nocturnos. Se repartirán en zonas rojas.

Me levanté de mi sillón, caminando hacia la pantalla digital que adornaba una de las paredes de mi oficina, encendiéndola para que se mostrara un amplio mapa de la actual Seúl. Arrastrando mis dedos sobre la pantalla, señalé las zonas en dónde ocurrieron los secuestros, y el resto como zonas verdes.

── Cinco drones patrulla en zonas verdes ── indiqué a mi asistente, quién asintió, entendiendo ── divide los grupos en zonas rojas.

── Repartiré las zonas a los patrulleros, ahora mismo ── avisó a lo que yo asentí.

── Mantenme informado de cualquier novedad ── hablé.

── Así será, señor ── Yoongi hizo una reverencia y sin más que agregar, salió para hacer lo ordenado.

Suspiré, mirando el mapa de la ciudad de Seúl en la pantalla digital. ¿Acaso eran terroristas los que realizaban los secuestros? Tal vez queriendo pedir algo a cambio por lo rehenes. O tal vez sólo era el aburrimiento que los estaba matando y no tenían otra cosa importante qué hacer que no sea joderle la vida a alguien más.

En eso, el sonido de mi celular retumba en el silencio de mi oficina, y al ver de quién se trataba sólo suspiré, atendiendo mientras apagaba la pantalla.

── Jin ── respondí, dirigiéndome a mi escritorio para tomar asiento.

── Querrás decir "Hyung" ── se quejó el mayor, con reproche.

── ¿Qué pasa, Hyung? ── pregunté, recalcando la última palabra.

── Te he estado llamando Jeon Jungkook, ¿Por qué no contestabas?

Quité el teléfono de mi oído ante sus reproches. Coloqué la llamada en alta voz y dejé el teléfono sobre el escritorio.

── Tengo mucho trabajo últimamente Seokjin, y normalmente llamas en la mañana cuando estoy en alguna reunión en la comisaría, luego se me olvida devolverte la llamada ── respondí con sinceridad.

── Aish, como sea. ¿Vendrán hoy?

── No, iremos a Búsan, esta tarde ── dije. Le había prometido a Min Ki que pasaríamos el fin de semana allá.

── ¡Aigoo! ¿Por qué no me dijeron? ── Se quejó ── está bien, mocosos incomunicativos, mañana iré a Búsan, nos encontraremos allá entonces. No pueden dejarme con este suspenso.

─ Está bien, Hyung. Te veremos allá entonces ── dije, terminando la llamada.

Ya le había dicho a Min Ki que debía estar preparada para esta tarde, pues viajaríamos en auto a Búsan para pasar el fin de semana junto a mi padre. Ella se había mostrado emocionada, y claro, la entendía perfectamente.

Estar toda una semana encerrada en un departamento no era del todo divertido.

No me gustaba la idea de que se quedara sola y por mucho tiempo encerrada en cuatro paredes. Por lo menos estando en el campo ella podía salir a caminar sin miedo de que alguien la vea. Aún así, ella no se había quejado por eso, más bien solía distraerse leyendo uno de esos libros que le dió mi padre, o practicando su increíble talento en la cocina donde hacia increíble platillos que tanto yo como Jimin éramos afortunados de probrar en el almuerzo.

Debía recompensarla por lo menos los fines de semana. O al menos, así lo veía.

Entendíamos que, siendo el centro de Seúl un lugar muy poblado, a comparación de otras ciudades, no podíamos arriesgarnos a que ella saliera y se expusiera. Tal vez no la reconocerían como una mujer (al menos la mayoría) pero si podía llamar la atención.

Y sacándome abruptamente de mis pensamientos, escucho unos toques algo bruscos en la puerta. Yoongi asoma la cabeza cuándo le doy el pase.

── Reunión, de parte del concejo ── avisa.

── ¿Cuándo?

── En veinte.

Y ante esa información, no puedo evitar suspirar con pesadez.

Ser "el favorito" del concejo, no era del todo una ventaja. Claro que ganaba inmunidad, pero, la presión siempre iba dirigida hacia a mí cuando les convenía; sabía ponerlos en su lugar, pues lo había hecho antes, pero era agotador tener que lidiar con eso.

En fin. Sólo haría mi trabajo.

── Bien.









── 「❀」 ──








── Lo veré el lunes, Jeon ── se despide Yoongi cuando el ascensor se abre en nuestro piso.

Él era nuestro vecino del frente desde hace siete años.

Si, así como lo oyen. Y aunque suene impresionante, aquellos siete años viviendo en este edificio, fueron increíblemente irrelevantes; sólo rutina tras rutina. Alguna que otra fiesta que organizaba Jimin en días feriados, del resto, todo era tan ordinario y rutinario como toda vida en la ciudad.

Y desde que Jimin y yo nos mudamos juntos, Yoongi siempre ha vivido en el apartamento del frente, que años después, increíblemente se convirtió en mi secretario.

El mundo era tan pequeño que no me sorprendía las coincidencias de la vida.

Fueron al rededor de tres años después que noté ciertos gustos del mayor hacia mi amigo, siempre buscando una excusa para verlo; algo que molestaba a Jimin y que a mí sin querer, me divertía. Y es que me divertía ver a mi amigo molesto por cualquier cosa.

── Nos vemos, mantenme informado de cualquier novedad ── avisé, saliendo del ascensor, siendo seguido por él.

── Así será ── dijo con un asentimiento, para después dirigirse por su lado y yo por el mío.

Observé la hora.

4:03pm.

Llegaríamos tarde por la noche a Búsan, pero llegaríamos.

Y apenas abriendo la puerta del apartamento, noto un total silencio que no parece propicio de este apartamento, y es cuando me adentro que veo a Jimin con un pañuelo tapando sus ojos, caminando a paso torpe y de tortuga por la sala con los brazos extendidos como si estuviera buscando a alguien; me detengo en la sala, viéndolo con una ceja alzada en modo de confusión, debido a que no había nadie más que él allí.

No traía su traje de empresario como debería, y me sorprende verlo ahí pues, él no salía de su empresa hasta las 8 p.m.

Jimin se acerca a mí, con los brazos extendidos al frente en un intento de tocar algo, y no me muevo ni un centímetro esperando por él. Y es antes de que logre tocarme, que con una mano en su frente, lo detengo con un brusco empujón que lo hace retroceder y echar su cabeza levemente hacia atrás.

── ¡¿Pero qué- ── entonces se quita el pañuelo de un tirón, y su ceño fruncido se deshace al verme ── ¿Jungkook?

Una suave risa se escucha desde el pasillo y ambos volteamos la vista hacia una divertida Min Ki quién había presenciado la escena.

── ¡Oye tú, eso fue trampa! ── se queja Jimin en dirección a la chica que no puede dejar de reír ── Dije que no era válido hacia las habitaciones, sólo aquí ── protestó mi amigo con un puchero y el entrecejo fruncido en falso enojo.

── ¡Yah! ¿Tú que haces aquí? ── pregunté hacia Jimin.

Él pasó a verme frunciendo el ceño en modo de confusión ── ¿Cómo que qué hago aquí? Vivo aquí.

Rodé los ojos.

── Pensé que estarías en tu empresa.

── Tuve el día libre y decidí acompañar a Min Ki ── dijo, formando una sonrisa orgullosa en su rostro.

Enarco una ceja hacia él ── ¿Y qué hicieron de interesante?

Pronto Min Ki se acercó con una sonrisa ── ¡Jugamos JustDance! Y le gané a Jimin-shi varias partidas.

¿"Jimin-shi"?

── ¿"Jimin-shi"? ── la pregunta salió de mis labios sin permiso y pronto carraspeé cuando Jimin enarcó una ceja en mi dirección.

── Si, es muy buena bailarina, de lo que te perdiste hermano, está chica es multitalentos, te venció totalmente ── dice Jimin divertido dándome palmadas en el hombro.

── Y, oh, no sabía de la digitalización en este televisor, Jungkook ── la miré sin entender, divertido ante su dificultad para pronunciar "digitalización", ella se dirigió al televisor 3D de la sala y tomó el control remoto como si fuera de cristal ── hoy quise ver televisión porque acabé los libros que traje y este control remoto no tenía botones.

Ladeé la cabeza hacia atrás, entendiendo lo que quería decir, y sonreí con diversión. Se me olvidaba que Min Ki sólo había utilizado la vieja reliquia que yo aún conservaba en la casa de campo en modo de recuerdo, ella no tenía idea de que aquel televisor dejó de usarse desde hace muchos años.

── ¡Es sorprendente! ¡Las personitas pueden salir de la pantalla! ── dijo emocionada y con inocente impresión que debo admitir me causó real ternura ── Y Jimin-shi me mostró como usarlo, podía tocar las imágenes fuera de la pantalla... Es... ¡Woo!

Reí, negando con la cabeza.

── Si puedes usar ese televisor entonces estarás lista para tener tu propio teléfono, será pan comido después de eso ── señalé.

── Aún es difícil, pero lo lograré ── dice con decisión.

Asentí ── Así se habla... Bueno, debemos partir ya, tomaré un baño y me cambiaré, no tardaré mucho.

Min Ki se señaló a ella misma y no pude evitar recorrerla con la mirada ante ese gesto ── Estoy lista desde hace una hora, estoy ansiosa por ver al señor Jeon, ¿Crees que esté bien?

Pero yo no pude contestar de inmediato, había quedado en las nubes al ver lo jodidamente bien que le quedaba esos jeans oscuros a su medida, una camiseta blanca que marcaba sus curvas y una chaqueta negra de cuero, llevaba botines en tono café, y una pequeña liga recogía un par de mechones de su largo cabello, así despejando su rostro. Sin duda bellísima.

── ¡Hey! ── gritó Jimin moviendo su mano frente a mi rostro. Lo miré frunciendo el ceño ── ¡Tomaré eso como un si! ¡Gracias Jungkookie!

── ¿Qué? Pero- ── y él se fue corriendo hacia el pasillo como pequeño diablillo sin jaula.

Miré a Min Ki y ella entendió ── Jimin preguntó si podía ir con nosotros a Búsan.

Abrí los ojos con impresión y luego fruncí el ceño. Ah, no, eso sí que no.

── ¡Jimin pequeño diablillo satánico! ── exclamé llendo a su habitación dónde se encerró ── ¡No irás de ninguna manera!

[ . . . ]

── Juro que un día te golpearé tan fuerte que te dejaré más enano ── gruñí desde el asiento de conductor de mi auto, viendo al pelirubio a través del retrovisor entrar a los asientos traseros del auto con una gran sonrisa y unos lentes oscuros.

── Deja de lloriquear, Jeon ── dijo con burla sin borrar su sonrisa engreída ── Es obvio que no puedes vivir sin mí.

Rodé los ojos, escuchando una pequeña risa de Min Ki desde el asiento del copiloto mientras ella encendía la radio. Y sin más, puse el auto en marcha, comenzando por fin el esperado viaje de fin de semana que tanto necesitábamos.

Está vez Min Ki no esperó a que yo abriera la ventana del auto, ella misma lo había hecho, ansiosa por ver a través de la ventana todo el recorrido de nuestro viaje, haciendo que su cabello se elevara en el proceso.

── Min Ki es muy buena bailarina, quedé en shock al verla copiar los pasos de baile tan precisamente ── habló Jimin, con una sonrisa ── No sé si a las flores del campo les enseñan a bailar, pero, eso fue fantástico.

Miré a Min Ki de reojo, sonreía con sus mejillas algo sonrojadas para pronto voltearse hacia Jimin.

── Tu también eres fantástico Jimin-shi, parecias conocer muy bien los pasos de baile, así como... Como un experto ── expresó ella.

Me enfoqué en la vía, sin mirarlos, sólo escuchándolos halagarse.

── Es que soy un experto ── Jimin se quitó los lentes, mirándola ── pero tú eres muy talentosa, inteligente, maravillosa...

── Exageras, Jimin-shi ── ella sonrió apenada, pero notablemente halagada.

Mis manos se reafirmaron en el volante ── Jimin, ¿Cómo lograste deshacerte de tu padre hoy?

Ante mi cambio de tema, él frunce el ceño pero luego suelta un chasquido de su lengua para dejarse caer en el asiento trasero.

── Lo mandé a volar, ese viejo no se cansa de joderme la existencia ── expresó.

── Debes tener cuidado, tu padre podría ponerse intenso, y no nos conviene que esté detrás de ti, podría sospechar ── argumenté mirándolo a través del espejo retrovisor. Él hizo una mueca de fastidio y asintió.

── Supongo que tienes razón, mi padre es una amenaza... ¿Recuerdas la vez que quería renunciar a la empresa y terminó metiéndose en el apartamento para sacarme a la fuerza? ── cuestionó, pensativo.

Asentí.

Si Jimin volvía a retar a su padre, este podría terminar descubriendo a Min Ki en el proceso.

Min Ki, quién estaba callada escuchándonos se giró hacia Jimin.

── ¿Crees que él sepa de la mujer al igual que el señor Jeon? ── le preguntó.

Yo y Jimin nos miramos, considerando seriamente esa idea que poco se nos pasó por la cabeza.

── Es lo más probable ── murmuré ── lo más obvio es que lo sepa, por algo tiene a un mono de hijo ── burlé.

── JA JA JA ── rió sarcástico, yo sonreí ── él jamás me ha mencionado el tema o me ha mostrado señales de saberlo.

── Mi padre tampoco lo hizo ── recordé. Entonces el silencio se hizo presente en el auto, Min Ki mirando a través de la ventana, y Jimin, simplemente perdido en sus pensamientos ── También debiste tener una madre, Jimin... Claro que él conoce a la mujer.

Él me miró, parpadeó un par de veces pareciendo perdido, abrió la boca para hablar pero volvió a cerrarla. Y así se quedó callado y pensativo, mirando a través de la ventana.

Con Min Ki nos miramos, pero simplemente no dijimos nada.

La tarde estaba tranquila, la carretera claramente solitaria, la música sonando en la radio gracias a que Min Ki se decidió por una estación; el auto quedó en silencio como si cada uno estuviera metido en sus propios pensamientos y en su propio mundo. Fueron largos minutos después que yo decidí cortarlo mientras me dirigía a Min Ki, pues mi amigo parecía aún perdido.

── También estuve pensando... ── hablé luego de un rato en silencio en dónde íbamos llagando a Icheon. Min Ki pasó a verme, atenta ── deberías comenzar a usar más los pantalones cuando salgas de casa... Tal vez, también ocultar tu cabello con gorros cuando salgamos. Puede que alguien que conozca a la mujer, te reconozca y... Es muy peligroso, aún más cuando están secuestrando a personas sin motivo aparente.

Ella tragó nerviosa, y asintió. Mordió su labio inferior, y noté que parecía indecisa en decir algo.

── Min Ki ¿Qué pasa? ── pregunté. Ella suspiró y me miró, preocupada.

── ¿Crees que esas desapariciones tengan que ver conmigo? ── su pregunta me hizo fruncir el ceño de manera pensativa.

Miré la vía y luego volví a verla, tomando su mano al verla inquieta.

── Sea lo que sea que esté pasando, no dejaré que te suceda nada, ¿Está bien? ── hablé con firmeza, y ella pareció relajarse notablemente. Me sonrió cálidamente y asintió sin dejar de verme.

El viaje continúo en silencio. Min Ki en un momento del recorrido comenzó a cambiar la estación de la radio, sin detenerse en ninguna, hasta que le gustó una canción y alejó la mano dejándose caer en el asiento.

Jimin se había quedado dormido en los asientos traseros desde que salimos de Goesan. No había dicho nada, y sabía que mis palabras lo habían dejado muy pensativo; no lo culpaba pues, yo había estado igual.

Con Min Ki varias veces intercambiábamos palabras, pero en los momentos de silencio la música de la radio nos acompañaba entre la larga y solitaria vía a Búsan, al igual que nuestras miradas las cuales se encontraban como por casualidad, en dónde sus ojos parecían llamar a los míos, y en dónde ambos apartábamos las miradas como si esa rara sensación en el estómago fuera mutuo.

Ella no tardó en quedarse dormida sobre el asiento, justo cuando el sol comenzaba a ocultarse, apoyando la mejilla en su mano sobre la ventana. El aire pegando suavemente sobre su tranquilo y angelical rostro, moviendo su cabello en el proceso.

Fue cuando salimos de Daegu, que Jimin despertó.

── ¿No hemos llegado aún? ── preguntó, estirándose en los asientos traseros.

── Puedes ver que no ── respondí, sin despegar la mirada de la vía.

Guardó silencio por un rato, para luego incorporarse en el asiento y asomarse para mirar a Min Ki dormir.

── Es tan linda hasta durmiendo ── dijo.

No dije nada, simplemente ignorando sus palabras.

── Te gusta Min Ki, ¿No es cierto? ── su pregunta me hace abrir los ojos de impresión y mirarlo. Estaba sonriendo ── se nota tanto cuánto te molesta que esté cerca de ella, a eso se le llaman celos.

Bufé ── ¿De qué rayos hablas? No estoy celoso.

Pareció divertirse de mi respuesta.

── ¿Entonces seguirás negando que te gusta la chica? Jamás te había visto así con nadie ── recostó su cabeza en el asiento del copiloto, sonriendo risueño.

Fruncí el ceño, confundido ── ¿Así cómo?

── Ay, Jungkook, no te hagas... Así todo meloso y cursi... ── dijo con un tono de burla ── ¿Quién iba a pensar que no eras tan gruñón y obstinado después de todo?

── Estás loco...

── Tú forma de mirarla, amigo, como si fuera lo más importante para ti... Está claro que te gusta Min Ki ── siguió.

Negué con la cabeza, aún con la mirada en la vía que poco a poco iba oscureciendo cada vez más. La radio la había apagado hace dos horas, y sólo se escuchaba el viendo entrar por las ventanas.

── Literalmente Min Ki representa lo más importante en el mundo ── hablé ── sólo quiero mantenerla a salvo, eso es todo... Deja de decir tonterías. No me gusta Min Ki de esa manera.

── Claaaaaaro~ como digas ── negó con la cabeza ── eres tan terco que no me sorprende... Sólo toma en cuenta tus palabras y no me reproches cuando yo conquiste a Min Ki.

Apreté mi mandíbula, frunciendo el ceño ── Mejor cierra la maldita boca.

Él sonrió y no dijo nada más.

Todo el camino restante a casa de mi padre me había pasado dándole vueltas a la reciente conversación, cabreado sin saber por qué. Sólo quería mantener a Min Ki a salvo de las bestias que gobernaban este mundo, sólo no quería que algo malo le sucediese, quería verla con esa bonita sonrisa siempre en su rostro, que ella fuese feliz, eso era lo más importante en este momento, lo único que me importaba.

¿Estaba enamorado de ella? Claro que no. Sólo, la apreciaba. Sí, eso era.

Fue a las 12:21 a.m. que llegamos a Búsan y por ende, a casa de mi padre. Él claramente se encontraba durmiendo a estas horas, pero sólo bastó que Jimin diera varios toques a la puerta para que esté se encontrara abriendo con una sonrisa de par en par al vernos.

Yo por mi parte, me había dado la tarea de cargar a Min Ki y sacarla del asiento de copiloto. Seguía dormida, y al estar en mis brazos apoyó su cabeza entre mi hombro y mi cuello, haciéndome sentir su cálida y lenta respiración.

Era tan liviana como la primera vez que la cargué. Sonreí, soltando una pequeña risa, cuando sentí como se removió, acurrucándose en el espacio entre mi hombro y cuello.

Demonios, es tan linda.

Caminé hacia mi padre y Jimin quienes conversaban alegremente, y en el corto camino hacia ellos noté el jardín, totalmente podado y limpio. Guardaron silencio al verme llegar con Min Ki, mi padre sonrió y me dió una palmada en el otro hombro en modo de saludo.

── ¿Manos llenas? ── bromeó.

Solté una risa nasal ── ¿Cómo estás?

── Mejor que nunca ── asintió ── ahora pasen, hace frío y deben estar agotados.

Jimin alzó la mano ── Dormí casi todo el viaje, lo que menos tengo es sueño.

Entramos a casa, y noté con sorpresa que mi padre había hecho remodelación, los muebles eran otros, una extensa y elegante alfombra adornaba el centro de la sala en dónde la pequeña mesa de madera oscura fue reemplazada por una de cristal. La pintura en las paredes fue cambiada a un beige oscuro que combinaba con los nuevos muebles que sin duda se veían muy acolchonados y cómodos.

Sin duda no parecía la misma casa en la que yo había crecido, todo era tan diferente como la nueva personalidad optimista de mi padre.

Lo miré y él soltó una risa ante mi expresión asombrada.

── ¿No te gusta? Tuve ayuda de unos amigos, los volví a visitar después de tanto tiempo y me ayudaron en todo ── decía, cruzado de brazos.

Jimin caminó a la sala y pronto se tiró en el nuevo sofá, recostándose y soltando un largo suspiro, cruzando los brazos detrás de su cabeza.

── No sé ustedes pero jamás había visto esta casa relucir tanto ── dijo.

── Buen trabajo, padre, quedó grandioso ── dije, observando el área de la cocina, dónde tenía tapiz y el mesón tenía un bonito arco de madera.

Min Ki volvió a removerse entre mis brazos aún dormida, y mi padre sonrió más.

── Es mejor que la recuestes, se ve muy cansada ── asentí, y sin más, me encaminé a las escaleras para llegar al pasillo de las habitaciones, entrando en la mía, en dónde noté que todo estaba limpio y remodelado como el resto de la casa.

Mi padre sí que se había esmerado mucho en la limpieza y remodelación, se le veía más activo y sobre todo optimista; sonreí al pensar que está nueva personalidad suya tenía algo que ver con la noticia de que la mujer había vuelto a la humanidad.

Recosté a Min Ki en la cama para luego deshacerme de sus zapatos. Miré su jean e hice una mueca.

Dormir con eso era muy incómodo.

La idea de quitárselos y colocarle otro más cómodo pasó por mi mente, pero rápidamente lo deseché. Eso sería invadir demasiado su privacidad. Simplemente la recosté y acomodé de modo que estuviera de un extremo de la cama.

Y mientras veía el angelical rostro de Min Ki, las palabras de Jimin volvieron a aparecer en mi mente.

« Tu forma de mirarla, amigo, como si fuera lo más importante para ti »

Acaricié su hermoso rostro con delicadeza, mirándola tan calmada y en paz. Ella es lo más importante, sin duda lo es. Para mí, lo es todo.

« Sólo toma en cuenta tus palabras y no me reproches cuando yo conquiste a Min Ki »

Me alejé de ella, y me senté sobre la cama con la mirada perdida en la nada. Suspiré frunciendo el ceño.

¿Yo enamorado de Min Ki? ¿Cómo saberlo si nunca sentí tal cosa?

Lo único que sabía es que ella es lo más importante en el mundo ahora. Sólo eso.









── 「❀」 ──









AAAAAAAA reviviendo de entre los muertos me encuentro.

¡Capitulo largo en compensación por la tardanza! (?) Jsjsjs

Hice una pequeñísima remodelación en la trama y por un momento creí volverme todo un ocho, pero caso cerrado *golpea con el martillo*

Lo que sí, es que estaré editando una parte de un capítulo pasado así que, moscas.

¿Todo fino?

Espero hayan estado muy bien, las extrañé muchísisisimo ಥ_ಥ extrañaba actualizar...

Bueno...

Espero les haya gustado el cap y como siempre nos estaremos leyendo en el próximo
💜💜💜

AHÑOOOOOOO ♡(˃͈ દ ˂͈ ༶ )

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