Hacia lo Prohibido ©

By Nara_CC

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Collet Zane es una adolescente que, junto a su mudanza de Carolina del Norte a nueva York, viene a su vida lo... More

ANTES DE LEER
Prefacio
Introducción | Collet Zane
...
Capitulo 1 | El comienzo de todo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 5 | Parte 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 8 | Parte 2
Capítulo 9 | Un faro y un cigarro
Capítulo 10 | Impotencia
Capítulo 11 | Al carajo
Capítulo 12 | La diferencia entre...
Capítulo 13 | Impulsos
Capítulo 14 | Karma
Capítulo 15 | Descubriendo la verdad
Alas de ángel
Capítulo 16 | Sentimientos
Capítulo 17 | Dudas sin responder y Encaros
Capitulo 17 | Parte 2
Capítulo 18 | Choque con la realidad
Capítulo 19 | Mal presentimiento.
Capítulo 20 | Demone
Capítulo 21 | Consecuencias
Capítulo 22 | Límites
Capítulo 23 | A la vista de alguien
Capítulo 24 | Espejos
Capítulo 25 | Desde las sombras
Capítulo 26 | Escarmiento cruel
Capítulo 27 | Eres como las otras
Capítulo 28 | La última gota
Capítulo 29 | Eso es de tramposos
Capitulo 29 | Parte 2
Capítulo 30 | Me arrebataron...
Capítulo 31 | Tu y Yo
Capítulo 32 | Tú y Yo, claro que sí.
Capítulo 33 | Navidad diferente
¿Esto es un...?
Capítulo 34 | Revolución de las ratas.
Capítulo 35 | Desgracia de media noche
Capítulo 36 | Afrontando el sufrimiento
Capítulo 37 | Encuentros sabor a tristeza
Capítulo 38 | La última copa
Extra | Bajo mi atención.
Capítulo 39 | Ni un beso, ni un perdón
Capítulo 40 | Nuestro destino
Capítulo 41 | Tiempo cumplido
Capítulo 42 | Asuntos ajenos
Capítulo 43 | El sabor de la verdad
Capítulo 45 | Mi suerte, tu suerte, nuestra suerte.
Epílogo
Agradecimientos.
Hacia la Obsesión.
Un pequeño regalo
El sabor a muerte.
Extra -Halloween atrasado-
Escena fugaz

Capítulo 44 | Llena eres de desgracia

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By Nara_CC

¿Cierto que a los 18 años se comenten muchos errores? ¿Cierto no? Porque eso era lo que Hanniel había cometido a esa edad, borracho hasta las neuronas y con rencor en su alma. Es que a él le caía mal y le enfurecía que Garret se le impusiera haciendo de las suyas, que se metiera y agrediera a sus cercanos siendo cobarde al no ir de frente a contra él. 

El límite fue haber tratado de tomar a la fuerza a Camille, a su mejor amiga desde niños y también haberla agredido de forma abrupta ¿Cuál era esa necesidad de vengarse por haberle ganado en las peleas clandestinas? Es que Garret era un puto cobarde que jugaba a los golpes laterales, si eso era lo que quería pues él iba a jugar de la misma manera sabiendo aún así que ese no era su estilo, pero su mente muy embriagada le condenó a hacer algo que le haría arrepentirse por toda su vida, independientemente de quien era al que quería joder con eso. 

Nada era planeado y se dejó llevar de sus amigos, esos que había hecho en el barrio bajo en el que vivía, los mismos que lo apoyaban en cada pelea que él daba y el enojo de saber que un día antes ese había golpeado a Camille, entonces no lo pensó más y dijo "Sí".

//

Para Lia esa noche iba a ser una de las peores y la misma que iba a cambiar su vida para siempre, y que bueno que para bien, que bueno hubiera sido. Se despidió de su mejor amiga Adikia que trabajaba en el Horny Club, esa misma que la amaba con todo su ser. La chica salió del lugar sin percatarse de que estaba siendo observada por seis chicos, entre ellos Hanniel, ese chico que a ella le gustaba mucho pero que era el que a su hermano le caía de la patada, pero es que ella no podía evitar sentirse muy atraída por esos ojos que él se cargaba, aquella altura con un cuerpo que la hacía babear. 

Uf, suspiraba por él. Lástima que Hanniel eso lo iba a usar para algo malo, algo que no debía hacer pero que al final lo hizo. 

—Hola —Contestó ella cuando él le habló al mismo tiempo que ella por obligación pasaba al frente de ellos, es que era el único camino para llegar a su casa. 

—Que guapa te ves hoy —halagó viéndola de pies a cabeza. No mentía, Lia era muy guapa, y para los ojos de Hanniel si era su tipo, además de que el cuerpo que ella tenía no era para su edad, era muy grande en todos los sentidos.  

Se sonrojó, ella jamás había recibido un cumplido de parte de él, es más, siempre lo veía de mal humor y casi que empujándola porque él ni atención le ponía. 

—Eh... —titubeo y se comenzó a sentir un poco incomoda por como los demás amigos la veían— ¿Gracias? 

Él formo una de sus sonrisas que ponía a cualquier chica a sus pies, Lia no era la excepción cuando se quedó embelesada viéndolo. 

—¿A tu casa? —preguntó incorporándose del poste en el que estaba recostado. 

—Sí. 

Se quedó quieta cuando él se le acerco y le rodeó el brazo alrededor de su cuello, la pegó a su cuerpo y ella se tensó. 

—Vamos a un mejor lugar —se le insinuó y le sonrió. 

Ella no hizo nada, se dejó encaminar al lugar al que él la llevaba, su inexperiencia de adolescente de dieciséis atraída por Hanniel la cegó y no le avisó del peligro hasta que ya era muy tarde. 

—Yo creo que mejor me voy a casa —intentó devolverse cuando él abría la puerta de la casa de un su amigo para adentrarla. 

—No, relájate, ya estamos acá —le dijo, y Lia tropezó junto con él cuando este tambaleo por el nivel de borracho que estaba y fue entonces cuando su corazón se comenzó acelerar nervioso, peor cuando detrás de ellos entraron sus otros cinco amigos que, sinceramente le daban mucho miedo, ellos tenían cara de perversos más crueles. 

—No, es que Garret me espera —se soltó de él e intentó ir a la puerta corriendo pero uno de ellos la tomó por la cintura y la devolvió con una brusquedad que le confirmó que acá dentro nada bueno iba a pasar. 

—Pues que siga esperando, hermosa niña —la miraron de pies a cabeza con un morbo que la aterró, de pronto se sintió sin nada, expuesta y vulnerable. 

Volteó a ver a Hanniel y este ya se caía de lo ebrio, se acariciaba la cien como si la cabeza le doliera, no la miraba. Tuvo que comenzar a retroceder cuando tres de los hombre se le comenzaron a acercar, tal cual un cazador a su presa.

Sus manos comenzaron a picar a sudar, su pulso era un desastre y sus nervios otro. Hanniel por fin puso vista en ella y...

—Por favor —le suplicó al tiempo en que sus lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, Hanniel sacudió su cabeza cerrando los ojos, como si estuviera luchando con algo en su cabeza y ella comenzó a temblar. 

—Por favor ni que nada, no pidas a menos que no sea entregar este culo tan rico que tienes —saltó cuando detrás de ella otro hombre le hablaba al oído y la agarró de sus glúteos. 

Empezó a llorar sin parar y no reaccionaba, su cuerpo se paralizó, solo podía ver a Hanniel que agarró una botella de tequila a un lado de él y empezó a tomar más. 

—No sabía que Garret tenía una hermana tan buena —comentó otro de los que la acorralaba y Hanniel bufó. 

—Es un hijo de puta —dijo viendo a la nada, furioso y perdido en el alcohol. 

—¡Hanniel!

Gritó cuando un de ellos la agarró con fuerza tirándola a la cama detrás de ella y pataleo cuando dos se le vinieron encima arrancando sus prendas de ropa. Luchaba, pegaba, mordía y escupía para que la dejaran pero no pudo contra cinco hombres que la garraban y eso mismo que ella hizo ellos se lo devolvieron. 

Ella nunca dejó de patalear y de reprender, lloraba como nunca pero su alma y su voz se fue cuando la primera penetrada se hizo presente, luego otra y otra y muchas otras, de un hombre, de otro, de otro y de todos los cinco que reían cuando la invadían tiñendo su piel de un rojo carmesí. 

Las lenguas la recorrían y sus pechos de talla grande fueron tocados con tal vulgaridad que quiso en ese momento arrancárselos y nunca más volver a tenerlos. 

Lloraba en silencio viendo a Hanniel en la puerta, bebiendo y mirando su arma como si eso fuera lo mas interesante. Los demás sacaron las de ellos y las hundieron desde la punta en ella jugando según ellos desgarrando cada parte de su sensible piel. Vieron sus puños y creyeron también que sería buena idea, vieron las botellas de cerveza y fue también divertido, vieron un palo y a eso lo vieron como el final de la lección que le iban a dar a Garret. 

La Lia alegre y risueña había muerto en ese lugar, dándole un adiós a la única persona que podía evitar eso, y la misma persona que la había llevado, que la había entregado a sus amigos y el tiempo fue nulo hasta que unos disparos se hicieron presentes y el primer hombre con su miembro al aire cayó al suelo y así con los siguientes tres que se pusieron alerta pero no pudieron hacer más con la rapidez y decisión de Hanniel. 

—Suficiente —dijo con la lengua pesada y el único hombre vivo le gritó que carajos hacía y él solo levanto la vista disparando en su contra pero este salió de la casa huyendo.

Él no volteo a verla, no fue capaz pese a su inconsciencia por el alcohol. Salió de la casa y ella desde ese momento se apagó por completo, el gris opaco y feo tomó su vida y el miedo la condenó, nunca dijo nada a nadie, ni a su hermano, ni a su mamá que se la mantenía de prostituta, ni a su mejor amiga. Simplemente decayó sola, ahogándose en su miedo y en su dolor.  

Le dejaron un trauma muy grande, entró en depresión y la depresión la llevo a la anorexia por sentirse fea, sucia he insuficiente después de ser violada, después fue diagnosticada con ansiedad severa, que al final la llevo a suicidarse a sus dieciocho años, tiempo después de haber conocido a una linda persona «Collet». 

Tiempo después de haberle ido a entregar la carta aquella a Hanniel, a quien buscó por mucho tiempo pero él se negaba a verla, la alejaba y le volteaba la cara, al final no tuvo más que acercarse a Collet, esa chica podría entregarle lo que quería a él pero Cristóbal no la dejó y se la llevó sin más, fue cuando tuvo que dársela a ese guardaespaldas de Hanniel y se fue a su casa, se sentó en el piso del baño y lloró como nunca enterrando la navaja en su piel que no le provocaba ni un mínimo dolor, el único dolor que sentía era el de su interior. 

El hermano nunca supo que pasaba con ella y el porque ella se sumergió en tan lamentables situaciones, hasta que en los últimos minutos de vida que ella tenía se lo confesó. Él la había encontrado en el baño de su casa, con unas enormes y profundas cortadas en sus muñecas, había mucha sangre y ella ya estaba demasiado débil. La cargó en sus brazos y sollozando le preguntó:

—¿Por qué? —Esa pregunta no se centraba en una sola cosa como lo era el querer suicidarse, más bien él preguntaba el por qué de sus caídas hace 2 años atrás. 

Ella lo único que le dijo entrecortado con tanto esfuerzo por haber perdido tanta sangre fue:

 —Perdón. Yooo.... Yo lo intenté. Pero No pude. Enserio quise encontrarle sentido a mi vida. Pero cada que cierro mis ojos veo como esos cinco hombres me tomaban y lastimaban de la peor manera.

Su hermano lloraba aún más amargamente escuchando las palabras de su pequeña hermana, ¿Cómo no se dio cuenta antes? Que su hermana sufría por una maldita violación. 

La rabia subía a su cabeza en segundos, sintió impotencia. Su hermana cerraba los ojos, la ambulancia no llegaba y ella cada vez más pisaba el camino de la oscura muerte. Todo era una bomba de tiempo, Pero él no podía quedarse así, debía saber quiénes fueron los responsables de esa desgracia que atravesaba en esos precisos momentos. 

—¿Quienes fueron? —preguntó con la voz tan quebrada. Ella ya estaba dejando su cuerpo. 

—Por favor, Lia. Necesito saber quiénes fueron —le sacudió con suavidad la cara de ésta, ella abrió levemente los ojos y suspiro, cuando creyó que no podría decir una sola palabra más, de sus labios salieron unas que le hicieron tensar el cuerpo completo de su hermano. 

—Ha... Hanniel.

Y ahí, en ese preciso momento, ella se debilitó en los brazos de su hermano, perdiendo el conocimiento, pero no como las otras veces que lo hacía por no comer, está vez lo perdía para siempre. Nunca más volvería a abrir sus ojos para darse tan siquiera una oportunidad de volver a ver los colores del mundo, esos que dejó de ver desde el día en que fue violada y maltratada. 

—Te amo, y los haré pagar. Lo juro —ese fue el último juramento que Garrett le hizo a su hermana, apretando los dientes con fuerza y dejándose llevar por la situación.

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Llena eres de desgracia. 

Junio 5 del 2016

Narrador Omnisciente. 

Las horas pasaban, los días, los meses, el tiempo que Collet permanecía en cautiverio, siendo torturada de una manera tan cruel e inimaginable, las lagrimas salen de los ojos de quien la lee y de quien la mira, su estomago ya se notaba, ya era formado, no tan grande pero si lo suficientemente firme que a ella le dolía tanto. 

Un embarazo lo disfrutaban otras mujeres, sentadas en el sofá de sus casas o trabajando donde querían. Pero ella lo estaba odiando tanto. Una, estaba siendo torturada sin permiso de sentarse un momento, comiendo solo un pedazo de pan al día y el bebé absorbía todas sus energías, lo poco que comía se lo llevaba el engendro, no quedaba nada para ella y su delgadez era muy notoria, los huesos de su cuerpo se remarcaban demasiado; ella era un esqueleto. Dos, no era un embarazo deseado, eso era el producto de una violación y cada que se miraba lloraba aun más sintiendo el peso de lo que es. Tres, no lo quería, no lo quería porque día a día ese hombre le recordaba el embarazo que ella perdió y que si deseaba tener; el bebé de Hanniel.

—¿Te dolió la paliza? —se burló él— Es que no podía creerlo cuando me dijeron que habías quedado preñada de él, todo descendiente de él merece morir y es una fija promesa que pienso cumplir. 

La rondaba de un lado a otro, mirándola completa, viendo su desnudes, viendo las nalgas ricas que ella poseía, ese culo que ya se cogío cuantas veces quiso, su sexo hinchado y con sangre seca en el bello que poseía, le excitaba pero ya no como antes, la belleza la había perdido y no quería sentir que estaba follando con un muerto. 

—Es hora, Collet —se centró al frente de ella— vas a hacer lo que te dije si quieres salir de este lugar y hacer algo al respecto con este embarazo —acaricio su vientre— es mío pero al final es mierda igual que tú. 

—Me quiero morir —ella se volvió una maquina nada más, solo hablaba lo que su mente le decía una y otra vez, aunque muy bien ella sabía que las palabras de él eran tentativas, además que Hanniel ya no era para ella lo que en un principio fue. 

Ahora no era mas que un violador más, la persona culpable de sus desgracias y del dolor y del trauma que estaba pasando. Hanniel ya no era más el amor de su vida, ya no sentía el amor tan grande por él. Las palabras y el daño psicológico que el hombre le estaba implementando hace tres meses y unas semanas habían dado resultado, el objetivo estaba hecho: engendrar odio por Hanniel en ella. 

—¿Me repites el plan querida? —le acarició la barbilla. 

—No voy a hacer ni una puta mierda, no soy cómplice tuya —el odio era mucho en su ser. 

—Ay, tan tierna eres creyendo que no lo eres, y aunque no lo fueras; Collet tienes que serlo, porque te voy a dejar con vida y si no haces lo que te digo, estos meses no serán nada a lo que te voy a hacer la segunda vez que te tenga entre mis manos. 

—Púdrete —le escupió y este sonrío limpiándose para luego zamparle el puñetazo que le revienta el pómulo y parte del labio. 

Solo se quedó quieta, sintiendo como el dolor se extendía, como sus brazos estaban dormidos por estar amarrados a las cuerdas sin descanso.

Vio como él caminó a la salida y sin más abrió con enojo y detrás de la puerta estaban las dos chicas. Una tenía el pasamontañas puesto pero la otra no y logró ver su rostro, esta chica al percatarse no le tomó ni dos segundos el cubrirse su rostro, nerviosa y alterada pero había sido ya muy tarde porque Collet ya la había visto y reconocido al instante.

«¿Cómo carajos?» pensó con lágrimas en los ojos y recordó el parecimiento que tuvo de la otra chica con alguien que ella quería mucho y ahora que sabía quien era la que la golpeaba todos los días sin piedad no quiso aceptarlo.

«Ellas no se conocen, ¡Maldita sea! Ellas no se conocen» trataba de convencerse eso así misma porque confirmar que la persona a quien le había dado toda su confianza y amor era el final del camino. Además, ella... Ella... Ella.

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Junio 5 del 2016

Hanniel

Tres meses, tres malditos meses en donde ni por lo más profundo de la tierra se encuentran a los Martinelli y la desesperación de saber si aún está viva o no es lo que más me carcome. 

No soy el único enfadado hasta las neuronas, todos están en contra de la policía quien no busca como se debería confirmando lo que en un principio dije y es que ellos no van a poner todo el interés que yo estoy poniendo y solo dejan pasar el tiempo hasta que puedan decir que ha sido un caso perdido. 

Pero quienes la han tomado son igual que yo, me enfrento a alguien con el mismo poder y no soy de subestimar, reconozco cuando con un contrincante poderoso me enfrento y debo pensar mejor para ver como llegar a mi meta. Me siento frente a la mesa y vuelvo al principio de todo, cierro los ojos pensando no como un estúpido cegado por la furia, no me sirve de nada ir disparando a diestra y siniestra si nada me sale. No quiero seguir confiando en mis hombres que me traen información que al final no sirve de nada. 

«¿Dónde estabas antes de desaparecer, preciosa?»

Me levanto, agarrando mi chaqueta y dejando a todos haciendo su trabajo, voy solo y en silencio usando mi mejor técnica.

No se nada de lo que ocurrió luego de irme, luego de dejarme. Así que debo ver y saber que hizo ella en ese tiempo, por lo que me dirijo a donde la única persona que sabe de ella. 

—Hanniel —dice con tono sorprendido cuando abre la puerta. 

—Quiero que me digas unas cosas —soy directo y no le pongo atención al estómago grande que posee y luego de percatarse se cubre con la puerta. 

Aunque debo admitir que me sorprende verla así, nunca creí ver a Allie embarazada. 

—¿Me vas a dejar entrar o vas a seguir escondiendo que estas embarazada hasta la cabeza?

—Eh... —titubea y mira a todos lados, volteo los ojos impaciente y al final suspira haciéndose a un lado. 

Le paso de cerca y noto las ojeras grandes que tiene, lo devastado de su rostro y el cabello recogido sin reparo en una cola. 

—¿Dónde estaba viviendo Collet cuando Lionel la echó? —no pierdo el tiempo y miro una foto en la mesa; ella y Collet juntas— ¿Estaba acá contigo? —volteo a verla y tenso la mandíbula con encontrarla con los ojos llorosos.

Arruga sus cejas y se lleva las manos a la cara llorando con más fuerza y bajo la vista a su panza, fijándome en como se mueve con su lloradera y quiero creer que Logan no se la cogió antes de lo que ocurrió y que si lo hizo que se haya puesto un puto condón, quiero creer que eso que se mueve dentro de ella es de cualquier otro pendejo que ella se cogía o aún se coge y no es de mi hermano. 

—Allie no tengo tu tiempo ni las ganas de ver como lloras, responde a lo que te he preguntado. 

Se calla pero se queda por un momento en la posición en la que está y su estómago no deja de moverse y me inquieta al punto de apresurarla de nuevo. 

—No, ella no estaba conmigo —arrugo las cejas— yo no estaba en la ciudad cuando Lionel la echó, cuando volví ella ya estaba viviendo con Adikia y le quise...

—¿Con quién dijiste? —ladeo la cabeza, sintiendo como la rabia emerge de nuevo a niveles extremos. 

—Con Adikia —reafirma su postura y lleva sus manos al vientre que masajea calmando el movimiento frenético del mismo. Lo hace mientras yo enfurezco imaginando lo que esas dos debieron hacer viviendo juntas y conociendo a la puta esa—, quise que se viniera a conmigo pero se negó, no quiso y luego...

Se queda callada y para de acariciar su vientre, baja la cabeza y comienza a llorar de nuevo «Paciencia con Allie»

—¡Habla de una puta vez!

—Después se enojó conmigo y dejó de hablarme, no supe más de lo que hacía, además de que trabajaba en el Horny Club. 

—¿Por qué se enojó? —entrecierro los ojos y veo la pena en ella, la inseguridad y la miro de pies a cabeza soltando una risa irónica— Descubrió que te follabas al papá. 

Entiendo esa parte y me asquea pensar en eso, imagino lo que ella debió sentir, no quiero seguir viendo a Allie y además que no me sirve para nada. La rodeo y me encamino a la puerta para irme.

—¡¿A dónde vas?! —me sigue y no le pongo atención saliendo— Hanniel responde. 

—Con la puta rubia, es la que sabrá donde estuvo ella los últimos días. 

—No, no puedes ir. 

Me detengo y la enfrento. 

—¿Por qué no?

—Porque está muerta Hanniel... —Me reafirmo con la palabra "muerta" y entrecierro los ojos.— Días antes de que Collet desapareciera Adikia ya no llegó a su casa y Collet la comenzó a buscar poniendo denuncias en la policía y en organizaciones, la abuela dio testimonio que la mataron. 

Habla tan convencida, creyendo en las cosas que si bien suenan con sentido, para mi tienen algo que no cuadra y la chispa que enciende la hoguera me la acaba de dar Allie. 

—¿Qué más dijo la abuela? ¿Collet llegó a con ella?

—No, dijo que jamás la había visto. 

«Bingo»

Asiento a lo que dice y me doy la vuelta apresurado, montando la moto ignorando a los gritos de Allie pidiendo explicaciones pero yo solo tengo ansiedad de una sola cosa y manejo lejos, adentrándome al barrio bajo donde viví de niño y donde también vive la hija de puta esa. Busco la casa de la vieja de su abuela y cuando la ubico apago el motor y bajo lanzando la patada con el talón que derriba la puerta principal. 

Busco entre los cuartos y la veo salir de uno, asustada probablemente por el sonido de su puerta y al verme se da la vuelta introduciéndose de nuevo al cuarto donde estaba, «Como si eso me detuviera» la sigo estrellando el pie de la misma manera abriendo sin problema la puerta que dejo en pedazos. 

—¡Aléjese de mí o llamo a la policía! —dice con un teléfono en su mano y sonrío sacando el arma que disparo a su mano haciendo que deje caer el aparato y ella grita.

—¿Donde está su puta nieta? —le doy una oportunidad de que hable mientras no me le acerco. 

—¡Déjela en paz! ¡Ni muerta la deja en paz!

Paso la lengua por mis dientes, viendo como esta mujer trata de verme la cara de pendejo, como me subestima y sin más me le voy encima tomándola del pelo y estrellándola en la pared. 

—O me dice donde mierdas está su hija o le voy a quitar parte por parte cada extremidad que tiene —le clavo el cañón en la sien. 

—Ella está muerta...

—A otro con sus putas mentiras. Se les olvida con quién iban a tratar y ahora se jodieron. —le estrello la cara en el cemento y grita— ¡¿Dónde está?!

No responde y cada vez entiendo que las personas como ellas necesitan un dolor más fuerte para que hablen. La suelto y apunto a su pie, disparo y saco la navaja que le corta el cuero cabelludo cuando la volteo para que me mire. 

—¿Dónde está? —entierro la punta más allá y el hueso rechina, ella patalea y tarta de defenderse pero no puede, conmigo no— ¿Dónde está? Sepa que de todas maneras me voy a enterar y la voy a matar al igual que a usted, pero a usted primero la torturo antes de darle el privilegio de la muerte.

Deslizo la navaja y la sangre de su cabeza comienza a salir en cantidad. 

—Así que si no quiere probar mis torturas hable y gánese la muerte rápida. 

Llora y se maldice así misma, le quito un pedazo del cuero cabelludo y le abro la boca, para que se lo mastique pero se interpone y...

—¡En España! ¡Está en España!

Sonrío con eso y ejerzo fuerza con la punta de la navaja. 

—¿Exactamente?

—No lo sé no me dice, no me dice eso pero...

Me da la información que quiero y me jode tanto esto, me levanto y le disparo a la vieja esta y salgo de la casa limpiando la asquerosa sangre acelerando en la calle mientras llamo a Cristóbal. 

—Necesito el avión en media hora, nos vamos a España y espero que esté listo cuando llegue. 

—¡Sí señor!

Cuelgo y las ansias son más grandes que antes, mis adentros aclaman sangre y la cabeza de la puta que me viene jodiendo desde que se metió con Sienna, desde que era su novio y ella se metía como si no me conociera, y claro, Sienna no le ponía interés porque conmigo todo. Pero tuvo que esperar la ruptura para aprovecharse de la vulnerabilidad y metérsele hasta por lo ojos. 

Llego a donde quiero y dejo la moto, doy órdenes y todos mis hombres abordan el avión, Cristóbal se me pega y yo no puedo con mi propia ira. 

—Si me lo permite señor, ¿A qué vamos a España?

—Allá tienen a Collet. 

Estoy cien por ciento seguro de eso, pero también existe la posibilidad de que no esté allí, pero para ello necesito a la rubia a la que voy a disfrutar arrancarle la cabeza viva. 

En siete horas arribo en un lugar muerto, en el desierto de las tabernas en Almería, de noche, sin aviso y en donde no hay gente de espectadores y bajo junto con todos los regímenes que son tan silenciosos como yo. No me conviene hacerme ver, ni dar a entender que estoy aquí, ya que si es acá donde tienen a Collet entonces acá está el clan de ellos, del hijo de puta que la secuestró por sus mierdas de rencor. 

—Extendemos búsqueda de Adikia, rubia natural, ojos azules, estatura baja y delgada. La quiero viva, cualquier persona que pueda dar con su paradero y el de Collet, rodeamos fronteras a salir del país ¡No la dejan salir de la madriguera!

—¡En orden!

Se dispersan todos, camionetas nos viene a traer y Cristóbal siempre se mantiene a mi lado. La desesperación es mucha, me contacto con los hombres infiltrados de acá y me junto con ellos. Los días pasan, no dejan de buscar y se está alargando tanto que me pregunto el potencial que tienen y el que yo tengo, es obvio que tienen más, yo estoy levantándome del anonimato y por eso quería forjarme antes de llegar a la guerra. 

A la mañana siguiente analizo el panorama, el alrededor y como atacaremos cuando los encontremos. Ignoro las llamadas de Riley, de Allie, de Liam de todo el mundo y de Malcom, ese último que amenaza que no haga nada que lo perjudique «Si supiera que ya es muy tarde»

Reviso cada tanto los mensajes y no tengo nada de Sofía, se ha enojado de verdad y ella cuando se enoja es un problema completo. Tampoco la llamo porque su orgullo es tan grande como el mío, aun así sé que al final seré yo quien la va a contentar. 

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Junio 22 de 2016

Lo difícil del tema se hace ver con todos los meses que han pasado, cuatro meses en los cuales dudo de como este ella, en los cuales soy reafirmado de la cualidad de esconderse que tienen, pero me sorprende saber que llevamos un mes pisándoles los talones de cerca y no se han dado cuenta, que estamos a nada de encontrarlos y mi silencio no ha fallado.

—Señor.

Me doy la vuelta del lugar donde estoy y me centro en el hombre que me habla. Rocca se posa firme y se hace a un lado dando paso al hombre que tiran a la tierra con una patada en las piernas obligándolo a ponerse de rodillas y una sonrisa ladeada se forma en mi cara observando el miedo que tiene, ese que tarta de ocultar con una expresión de enojado. 

Yo sabía que las ratas eran ratas desde que los conocí, que algo iban a hacer. Pero si creían que se iban a salir con la suya se han equivocado con cuerpo y todo. 

—¿Por qué no me sorprende verte, Kaiser? 

Saco la navaja de mi chaqueta, haciendo ver la hoja brillante y de doble filo que lo hace a él tragar saliva tratando de soltarse. 

—Creí que meterte conmigo era una línea que no querías cruzar. Creí que matar a tu hermanito era la advertencia segura a no meterte conmigo. 

—¿Una advertencia o una pataleta de crío por echarnos a Logan?

El muy maldito se atreve a retar, se atreve a decir en voz alta sus hechos, decir que el fue parte de los hijos de puta que nos atacaron en año nuevo, que fue él, el maldito que estuvo dando información acercándose a Collet por lo mismo. Sabía de lo rata que era, pero no creí en su valor de meterse donde no debe. 

—Pataletas son las que vas a hacer cuando te corte en dos. ¿Dónde está Collet?

Suelta una risita, como si se ofendiera con lo que digo y ladeo la cabeza. 

—No te tengo miedo —miente haciéndose el fuerte pero no sabe como ocular su miedo. 

—¿Ah ya tienes huevos? —asiento observado la punta del filo y luego me centro en él— Lástima que si no me dices donde está Collet voy a cortártelos uno por uno.

—¿Tanto te dolió lo de Logan o de verdad la quieres?

Miro a los demás que me devuelve la cara de fastidio, saben que me está colmando la paciencia y hago que le metan un patada en la cara que le revienta la nariz.

—¿Dónde está? 

—Yo no tengo nada que ver en eso.

Sonrío, volviendo a observar como me quieren ver la cara de estúpido. 

—O sea que lejos de ser un arrastrado estás siendo la mierda que cree que puede engañarme ¿No hay otra cosa mejor Kaiser? 

Bufa, niega despacio y entrecierro los ojos sabiendo lo que voy a disfrutar cumplir mi amenaza, porque yo no amago por gusto. 

—¿Al nene aún le duele que nos hayamos cogido a Copelia? ¿Te duele aún que ella nos haya preferido por encima de lo asco que eras?

Me le voy encima cansado de todo, le entierro la navaja en la pierna y la restriego. 

—Copelia me vale mierda, que te la hayas cogido, que te hayas arrastrado para que te cubriera tus putas estupideces o que por andar en la miseria tengas que meterte con una vieja. Lo que estoy pidiendo es claro y preciso ¿Dónde está Collet?

Hace muecas por el dolor y presiono enterrando mas el cuchillo. 

—¡¿Dónde está?!

—No sé. 

Me levanto cargado de fueria. 

—Quítenle toda la ropa y me to traen. —ordeno caminando a una roca grande, sintiendo que la puta linea de la espera esta por romperse. 

Los hombres me hacen caso y lo dejan en pelotas haciendo que camine a la fuerza a donde estoy yo, lo suben a la roca y le abren las piernas agarrándolo de las manos de los tobillos y expuesto a lo que haré. 

—No... —comienza cuando me le acerco alzando el filo, su cara de miedo me satisface así como absorbo el terror que tiene— No... ¡No! ¡No! ¡No!

«Muy tarde»

Ensarto la punta en el muslo rasgando cuando lo jalo y abriendo en un dos por tres la carne que muestra el musculo de la pierna. 

—¡¿Dónde carajos está Collet?! 

—¡En Andorra! ¡En las montañas de Andorra!

—¡¿Con quienes?!

No habla y el primer testículo es perforado por el filo. 

—¡Con Garret! ¡El clan de los Martinelli lo apoya!

«¡Puta madre!» Confirmo lo que ya sé y me jode saber como voy a encontrar a Collet. 

—¡¿Qué mierda tiene que ver Adikia?! —la rabia es tanta, la sangre salpica y él grita.— ¡Contesta!

—Ella la ha protegido, ella la dio a cambio de atraerte a ellos pero con la condición de que no la tocaran. 

Aprieto la mandíbula por lo estúpida que es la mujer esa ¡¿Quién carajos hace esos tratos siendo nada con los que lo son la mayor cosa?! 

Sé que ese trato no se cumplió por lo que no pregunto, no quiero saberlo porque se me revienta las venas de la cabeza. 

—¡¿Dónde está esa puta?!

—¡En bilbao!

Le pido todo lo que necesito de esa tipa y de Collet, viendo el puto cobarde que es y sin más le arranco los testículos, no le pongo atención a sus gritos, a sus pataletas y estoy tan cegado de la rabia, no miro nada más que no sea joderlo y le corto el asqueroso miembro y tiembla por el dolor, subo a la boca y se la abro metiendo los túmulos de carne que hago que los mastique, mis hombres lo obliga a que lo haga y abro la panza desde la boca del estómago hasta el hueso de las caderas y me agarro un puño de tierra introduciéndolo en los intestinos que salen. 

Él no muere, su castigo no es morir al instante y lo dejo allí, que se lleve el tiempo que sea para morir del dolor o que los depredadores se lo coman pedazo por pedazo. 

—¡En marcha el ataque!

Me quito los guantes de cuero, los tiro al suelo prendiéndole fuego y llamo a Cristóbal. 

—En la noche entramos, quiero que me tengas el numero de hombres que tienes y las posiciones de cada uno. Volveré y lo quiero todo listo. 

—¿A donde va señor?

—A ocuparme de un asunto. 

Lo dejo atrás, pido la moto que quiero y me coloco los guantes. Acelero en la carretera y busco el lugar que me dijo, la sangre me hierve, la adrenalina corre por mis venas así como las ganas de torturarla, de hacerla pagar las mierdas que ha hecho. 

Aparco enfrente de la casa en donde está y entro de la misma manera que con su abuela y entro en un segundo, la encuentro queriendo huir por una ventana y la garro del pelo devolviéndola. 

—Lo puta traicionera no se te quita ¿Cierto?

—¡Vete a la mierda!

Me entierra las uñas en la mano y la estrello en el suelo poniendo mi bota en su pecho. 

—Meterte con Sienna no fue suficiente, quisiste a Collet traicionando una vez más la confianza que han depositado en ti ¿A caso te gustan mis sobras hija de puta?

Hago presión con mi pie y ella jadea intentando quitarme de encima. 

—Admite que te jode el ego que me haya follado a las dos que creías que eran solo tuyas. 

—Creí que estaba claro que lo logras solo porque lo permito. 

—Era tan rica, su coño es tan dulce, tanto como el de Sienna. 

Le meto un puño que le voltea la cara y le revienta la piel. 

—¿Ordenar que solo porque tu dices no la toquen? ¿Te enamoraste de ella Adikia?

Endurece la expresión y le meto otro puño en la cara. 

—Dime... ¿Nunca te dijo que cuando te besaba pensaba en mí? ¿No te dijo lo mismo que Sienna, ah? dime, ¿Te volviste a enamorar otra vez de la que está enamorada de mí? —saco la navaja— Al parecer no eres tan inteligente. 

—Collet ya no te quiere...

—¿De eso te agarras? ¿Necesitas de decir eso para que no te duela saber que no puedes ser como yo?

—Ella ya te odia. 

—¿Ah sí?

Agarro unas cuerdas que traigo y ella patalea cuando le amarro las manos y luego los pies, la amarro a los barrotes de las puertas y la estiro. 

—¿Por qué querer ser como tú? un puto violador ¡Violaste a Lia! ¡Por tí ella se suicidó!

—Collet no tenía ni una mierda que ver en todo esto maldita puta. ¡¿Por qué mierda la entregaste?!

—¡Yo no quería que la tocaran!

—¿Ah no? Pues ahora vas a pagar con creces cada cosa que a ella le hicieron, mírame, grábate en la mente que voy a ser yo quien te va a cortar lo que jamás tuviste. 

—¿Q-ué... Qué vas a hacer?

Sonrío cuando le rasgo la ropa, se la quito toda y comienza a gritar. 

—¡No! ¡Déjame!

—Que casualidad, tu abuela y Kaiser suplicaron de la misma manera. 

Palidece y las lagrimas comienzan a salir de sus ojos y llevo la navaja a su pecho. 

—¡¿Qué le hiciste a mi abuela hijo de puta?!

—Lo suficiente para hacerla sufrir. 

—¡Ayuda! ¡Déjame maldito! ¡Ella está en las montañas de Andorra! ¡Ya lo dije, ahora déjame!

Suelto una carcajada, y me pongo de cuclillas a un lado de ella. 

—No, Adikia. Yo no vine a pedir que me dijeras donde está ella, eso ya lo sé, yo vine específicamente a hacer esto. 

Le agarro un pezón y comienza a gritar, ubico la hoja del filo a un lado del comienzo del bulto de la teta y comienzo a rasgar, a cortar el pecho tan despacio haciendo que sienta el dolor, pleno y torturador. 

—¿Te gusta Adikia? Tu premio premio por traicionar a la chica que puso su vida plena en tí pero quisiste vengar la muerte de una persona ajena a tí. 

—¡Lia era mi mejor amiga y la destruiste!

—Y Collet es mía y tu la ofreciste a los cazadores. Pero la diferencia entre tu y yo es que yo sí me los cargo a todos de la peor manera, solo y por mi propia cuenta sin hacer tratos de mierda siendo nada. 

—¡Déjame! —suplica llorando a mares. El primer pecho cae al suelo y sigo con el otro cortando con afán, saboreando la satisfacción de hacerla pagar. 

Cae el segundo pecho al suelo y presiono las dos ruedas que sangran sin parar haciéndola gritar y tomo la carne que corté, le abro las piernas y le introduzco su misma mierda a su interior. El tiempo me dice que algo se está acabando y no soy yo, siento que lo que yo estoy haciendo acá alguien lo está haciendo con Collet donde la tienen.

—Juegas con la mafia, pagas como la mafia entonces. 

Ya no habla, el dolor la ciega y solo llora. Le tomo la barbilla y hago que me mire. 

—Miráme que seré lo último que veas en tu puta vida. 

Sus ojos azules que antes miraba sin odio ahora me dan repulsión y noto su arrepentimiento, su lucha contra ella entendiendo que era mejor dejar la muerte de Lia por un lado y no joderme porque mas tiempo del requerido no duran ilesos. La condeno a la muerte torturosa el traicionar a Collet y antes a Sienna, le cobró la fidelidad a Garret que lo único que le vale es mierda. 

—Yo la amaba...

Lo ridícula no se le quita y le agarro el brazo cortándolo poco a poco con sus gritos haciendo eco en todo el lugar, hago lo mismo con el otro y le entierro la punta del cuchillo en los ojos sacándolos, quitando lo que miraba desnuda a Collet. Me levanto y empiezo a golpear con fuerza con el talón del pie en la cara y lo hago siendo salpicado por la sangre de ella. Ha dejado de hablar y solo balbuceos se escuchan y le destrozo el puto cráneo y hasta que quiero la dejo.

Salgo del lugar sin importarme que me vean. La noche ha caído y manejo con rapidez a donde están mis hombres. 

—¡En marcha!

Me pasan el chaleco antibalas, la ametralladora automática, las municiones y las granadas que quiero, las camionetas se mueven por las calles y noto el nerviosismo de mis hombres cada que avanzamos más y sé lo que es esto, sé a lo que nos vamos a enfrentar y lo que va a desatar luego de todo. Vamos a la boca del lobo y a mi no me da miedo, no me da pero entiendo el nivel de potencia que hay. 

—¡Puesto armado al frente!

Alzo el arma cuando las balas se hacen presentes impactando contra las camionetas que son blindadas, las primeras tres camionetas me cubren y en la que voy rechina tomando el camino que planeamos y acelera entrando al territorio que está alerta por lo de la entrada y bajo sin esperar nada junto a Cristóbal. 

—¡Cúbranme, yo voy por ella!

Rocca y Cristóbal asienten liderando a los demás disparando al ejercito de hombres que se nos viene detrás. Un régimen me hace camino y busco la entrada de la puta mansión, esquivo los disparos que van en mi contra y yo derribo a todo el que se me ponga enfrente. Tengo un objetivo y lo quiero hallar yá, el tiempo se agota y no falta mucho para que decenas de hombres que nos sobrepasan en número vengan y nos acaben. Tengo un plan y por eso no lo van a lograr pero necesito encontrarla ya. 

—¡Busquen en todo el lugar!

Lo hacemos rápido, corriendo y disparando a los que se nos vienen encima, no veo al líder del clan y eso me pone más alerta que antes, busco la puerta a un sótano y lo encuentro derribando a los que cuidan pero un disparo impacta en mi hombro y hago una mueca con el ardor. Entro al lugar y bajo corriendo las gradas quedando quieto con lo que miro.

—¡Hijos de mil putas!

• ─────────── ✾ ─────────── •

Tres horas antes.

Collet

Voy a morir, quiero morir, voy a morir, quiero morir. 

Mi mente eso es lo único que me grita, tanto como mi cuerpo que ha sido agredido de la peor manera. 

No acepté ni me doblego a lo que dice el hombre, a pesar de que ya no quiero ver a Hanniel, que ya no lo quiero y que solo pueda reprocharle el dolor que Lia pasó y el que yo estoy pasando no quiero ir y doblegarme para decir que sí, apoyaré al hombre que me ha torturado. No quiero eso y el odio en mi ser me ahoga, las fuerzas se me van y grito cuando ese hombre termina amarrando mis muñecas a las cuerdas de una pared y mis tobillos a otras y comienza a halar de las misma estirando mis extremidades al tiempo en que me eleva y el pesor de mi cuerpo se lo lleva mis brazos. 

«Ya no puedo más» 

El dolor es inmenso y los golpes que me da en la cara me eleva la temperatura al nivel de sentir que voy a explotar. No para de agredirme y dar descargas eléctricas en mis piernas y mis brazos. Pasa así las siguientes horas y desvanezco al punto de sentir que mi cabeza pesa mucho. 

No aguanto más, la piel de la unión de mis brazos se rasga al igual que el de mis piernas y cierro los ojos llamando a la muerte. Anhelando acabar ya con este sufrimiento que no me corresponde y que me mata en vida, que me consume y me tortura con lo que tengo dentro de mi. Lloro viendo la crueldad de estos hombres y todo el tiempo que he sobrevivido. 

¿Para qué aguantar más? ¿Para que vivir?

«Mami esto me duele mucho y quiero ir contigo»

La mente se tupe y el cuerpo se me duerme con todos los golpes. Al hombre parece que no le basta agredirme, provocarme dolor de todas las maneras posibles, cierro mis ojos y comienzo a sentir algo diferente. 

El dolor se va poco a poco y siento palpitaciones nada más, los ojos me pesan y creo que estoy viendo a mamá y a Dafne venir a mí. 

—Es hora pequeña, ven con nosotras. 

—Ya no luches Collet, ven a jugar conmigo. 

Sí, yo quiero ir con ellas. 

—Cierra los ojos cariño, y síguenos. 

La luz blanca al final del pasillo es muy bonita, mamá se toma de la mano de Dafne y ella me la extiende a mí. 

A lo lejos oigo ruidos, disparos y maldecir al hombre frente a mí.

—Vamos, vente.

Sí, me voy. Cierro los ojos y lo último que veo es una sombra negra sintiendo paz, no siento dolor y no sé si esto sea la muerte, pero la tranquilidad me toma con fuerza en una extraña sensación en donde todos mis pocos recuerdos felices son proyectados, riendo plenamente y besando al hombre que quise y terminé odiando cuando me fuí, cuando cerré los ojos. 

Me veo en el pasado y debo decir que cuando conocí mi futuro siento que no me conozco, que no soy la misma. Que ese amor tan tóxico que tuve me hizo saber que yo era solo una pantalla, que mi interior no era lo que creía.

Pero todo ya es muy tarde, porque lo veo desde una perspectiva diferente, lo veo sentada desde lejos, en el cielo, sentada contando de principio a fin mi historia, aquella que dolió mucho, pero que vale la pena contarla, porque soy Collet Zane, y he experimentado el mayor dolor de mi vida y no creo tener mas límites. Siéntate, súmate a mi desgracia, te invito con entradas VIP y en primera fila. Siéntate a mi lado para ver todo en tercera persona. 

Te digo adiós, porque te he guiado hasta el fin, ya tú puedes seguir sola observando mi vida, pues ahora debo partir, mi camino sigue y otra nube me espera para contar otra vez desde el principio. 





Publicado el 1/05/2021

Nota de la autora: 

Nos vemos en el último capítulo. 

Acá sus opiniones.

Besos.

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