Samantha
—¿Dónde estabas ayer? — Pregunta Seung mientras él estaba cruzado de brazos —.Vine a buscarte ayer y no estabas, ¿Saliste?
—Sí, salí — No le iba a mentir.
—Sabes qué no podemos.
—Seung, Fanny entra a su recuperación desdé la primer hora de la mañana y sale a la media noche y va directo a dormir ella no nos necesita tenernos pegados siempre, hay qué darle su espacio — Dije.
—¿Con quién saliste?
—Sola.
—¿Sola?
—Sí, ¿Con quién querías qué saliera?
—¿Te gusta el hermano del príncipe heredero?
¿Por qué suelta esa pregunta de golpe?, ¡¿Qué le pasa?!
—¿P-por qué me preguntas eso?
—Por qué Leonardo me lo dijo.
Ese chismoso...
—Samantha he oído por boca de los mismos sirvientes de esté palacio qué Takumi no tiene idea de cómo tratar a las chicas tiene muy mala fama, es rebelde, descontrolado y de malos sentimientos.
Pues a mí ayer no me pareció así, actuó completamente diferente a la persona qué me está diciendo mí hermano.
—No quiero qué te lastimen, Samantha mucho menos qué te utilicen de diversión, eres mí hermana y te tengo qué cuidar ahora qué Draco está muerto, ¿Lo sabes?
—Lo sé y eso habla perfectamente de ti, me da a entender qué tengo el mejor hermano del mundo entero — Me acercó a él y le doy un abrazo —.Puedes estar tranquilo, Seung nadie me va a lastimar sé cuidarme sola.
—Eso es lo qué dices pero realmente no sé sí puedas hacerlo — Me abraza también —.Sí el príncipe heredero trata de pasarse de listo contigo, aún qué me cataloguen cómo criminal, le arrancaré la garganta con mis garras.
—No va a pasar nada malo, ni siquiera muestra un poco de interés en mí, solamente soy una invitada.
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Takumi
—¿De qué querías hablar conmigo? — Me pregunta mí madre después de haber tomado asiento en su trono —.Dime rápido por qué tengo qué volver con tú hermano y la señorita Jones.
—Azami, ayer apareció y atacó a la princesa Samantha.
—¡¿Qué dices?!, ¡¿Cómo, aquí?!
Negué.
—Ayer la princesa Samantha salió del palacio sin qué nadie se diera cuenta y fue cuando Azami la atacó, la tiene en la mira piensa qué sí la tiene a ella le daremos la corona para así librarnos de una guerra con Transilvania.
—Esa niña es inteligente, desdé hace años la debimos de haber encerrado, ¿Hirió a la princesa?
—No, afortunadamente llegué a tiempo para protegerla.
—Te lo agradezco, Takumi.
—Simplemente cumplí con mí deber — Hice una reverencia —.Sí quiere un consejo, madre le recomiendo qué le diga a la princesa qué no salga sola a partir de ahora ya qué Azami puede volver a aparecer.
—Comprendo, pero también necesito qué comprendas qué no puedo retener a la princesa Samantha en el palacio, ella es libre de ir a dónde quiera.
—¿Entonces qué propone, su majestad?
—Takumi, dime una cosa.
—¿Cuál?
—La princesa heredera, ¿No se te hace hermosa?
—¿P-por qué?
—Bueno, en la cena el día qué llegaron ella no dejaba de verte — Ríe un poco y después sonríe —.Tiene la misma mirada qué yo tenía cuando conocí a tú padre, cualquiera podría decir qué le gustaste.
—Eso no puede ser, yo jamás me interesaría en la princesa.
—¿Y por qué?, es una niña con buenos principios y buenos sentimientos el premio a ganar para cualquier hombre.
—Pues para mí no, es débil, es una humana.
—El ser humano, hijo no te hace débil.
—Entonces es torpe, es una niña torpe una carga para el hombre qué se interese en ella.
—¿Soy yo o estás nervioso?
—Y-yo no estoy nervioso.
Mí madre vuelve a burlarse de mí.
—Me largo, eso era todo lo qué te tenía qué informar — Dí media vuelta y camine hacia la salida de la sala del trono.
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Samantha
—Estoy llamando al celular de mí mamá y no contesta, ¿Está bien?
—Sobrino, Fanny está bien solamente qué no tienen tiempo su recuperación dura todo el día hasta la media noche — Respondí mientras caminaba de un lado para otro con mí teléfono en mí mano derecha —.¿Ustedes cómo están?, ¿Todo bien en Transilvania?
—Desearía decirte qué sí, pero es mentira.
—¿Qué pasa?
—Vlad atacó una exposición en dónde la familia estaba invitada, en ella exponían una espada antigua, la espada de Vlad Tepes, mandó a Masquerade y a una vampiro para recuperarla, pero por más qué pelee no pude evitar qué se la llevarán.
—¿Te sigues enfrentando a Masquerade?
—Yo no lo buscó, él aparece.
—¿Y qué dice mí papá de eso?
—No está de acuerdo pero hasta ahora no me ha encerrado en mí habitación, por favor no le digas a mamá.
—No te preocupes, no le voy a decir nada, pero por favor ya no pelees contra él.
—No te prometo nada.
—Tenías qué ser hijo de dos cabezas duras, en eso te pareces más a tú padre.
—Supongo qué eso lo tenía qué heredar, tía Samantha, voy a seguir con lo qué estoy haciendo hasta ahora, por favor manténme informado de la salud de mí mamá, me tengo qué ir.
—Ok, lo haré, Ángel por favor cuídate mucho.
—No te preocupes.
Corte la llamada y después dejé mí celular sobre una mesita. De verdad qué esté vampiro es igual qué su padre, Draco también era cabeza dura, en cualquier momento Ángelus se terminará metiendo en problemas por ser cómo es.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por una especie de sonido el cual venía de afuera de la habitación. Salí, abrí la puerta corrediza y pude identificar el sonido qué captaba era cómo el sonido de una flauta.
Venía de afuera del pasillo, del jardín.
Era hermoso ese sonido, daba paz y tranquilidad lo podía sentir.
Camine hacia la salida del pasillo por curiosidad, salí al jardín mientras la luna golpeaba y iluminaba todo el lugar dando una hermosa vista, mire hacia una banca qué se encontraba a la derecha cerca de una pequeñita fuente y pude divisar a alguien sentado, esa persona era la qué estaba tocando la flauta.
Me acercó a ella un poco y me recargo en un árbol de Sakura para seguir escuchando la melodía sin interrumpir.
Estuve en ese árbol viendo a la persona alrededor de unos cinco minutos más a o menos, cuándo la melodía se detuvo me dispuse a irme para qué no me vieran cómo una entrometida.
—¿Tan pronto se retira, princesa Samantha? — La voz del príncipe Takumi me detuvo.
—Y-yo — Reí un poco y dí media vuelta notando qué el príncipe se encontraba ya detrás de mí —.Por favor no hagas eso, esas cosas de los vampiros pueden provocarme un infarto.
—¿Tan sensible es?
—Sí, soy muy sensible, ¿Olvida qué soy una humana todavía?
—¿Sabe?, creo qué ya debería activar su genoma de vampiro.
—¿Y por qué?
El pone su mano derecha sobre el tronco bloqueando mí paso, me acorrala en el árbol y se acerca a mí un poco.
—Por qué...— Se acerca un poco más y siento su respiración chocar con la mía —.Así sería divertida.
—¿Disculpa?
—Los príncipes qué aún no se vuelven vampiros suelen ser unos aguafiestas.
—Y-yo no soy una aguafiestas, sé divertirme perfectamente bien.
—¿Así?
—Sí.
—Entonces venga conmigo.
—¿A dónde? — Pregunté mientras él se alejaba de mí.
—A divertirnos, quiero comprobar sí es cierto lo qué dice — Toma mí mano derecha y me obliga a seguirlo hacia el pasillo qué daba a la puerta del palacio.
—Pero no podemos salir, hay reglas.
—Las reglas se hicieron para romperse.
Logramos llegar a la puerta del palacio de Osaka, él abrió la puerta, corrimos hacia la salida de las rejas divisorias y llegamos al parque sin qué nadie se diera cuenta.
—¿A dónde vamos? — Pregunté mientras íbamos a medio parque.
—Es una sorpresa.
[...]
—¿Qué lugar es esté? — Nos acercamos a un edificio con muchas luces.
—El antro al qué suelo venir — Responde.
—¿Un antro?
Él asiente y aún tomando mí mano nos acercamos al cadenero, el vio a Takumi y quito la cadena.
—Gracias — Dice el príncipe y después entramos al lugar.
Una vez ya adentro comencé a inspeccionar el lugar, era muy espacioso, había una gran barra, muchas botellas de alcohol por todas las vitrinas de lo qué parecía ser un bar y en el techo había una gran bola de disco.
—¿Es impresionante? — El príncipe me mira esperando mí respuesta.
—Honestamente sí.
—Ven, vamos por cerveza.
Caminamos hacia la barra, Takumi pidió dos cervezas, tardaron unos pocos minutos, después llegaron y él y yo comenzamos a beberlas.
—Qué tonto.
—¿Qué?
—Recorde qué usted señorita Blackwood es mala para tomar una cerveza — Lo dice con un tono burlón —.Deja de beber y ahora te pediré un jugo de manzana.
—Qué gracioso es el futuro rey de Japón, no hace falta eso Takumi, puedo tomar perfectamente.
—Pues no se noto mucho la última vez, estabas totalmente ebria y tan temprano, qué mal.
—Japon me tenía qué dar la bienvenida de alguna forma, ¿No?
—Supongo qué tienes razón.
—Hay muchas personas aquí, es totalmente sorprendente jamás había visto un lugar tan lleno.
—Algunos no son humanos, Samantha.
—Son...
—¿Vampiros?, sí lo son.
—¿No atacan?
—¿Sabes?, por hoy qué hagan lo qué quieran, por ti no te tienes qué preocupar estás conmigo ellos no se acercarán a ti.
—Pienso qué deberías mantenerlos bajo control, pueden exponerse.
—Sí debería, pero no quiero.
—Eres un príncipe, tú deber es mantener a los vampiros a raya.
—Eso lo tiene qué hacer mí hermano, él es el futuro rey de los vampiros yo no, cuándo sea mí turno yo mismo me encargaré de los vampiros.
—Pero aún así...
Pone su mano derecha en mí boca.
—Shhh, no quiero escuchar nada sobre el mundo vampiro, ahora quitaré mí mano de tú boca y en cuánto lo haga no quiero qué ninguna palabra relacionada con la corona salga de tú boca, ¿Sí?
Asentí y él retiro su mano.
—Buena chica — Me sonríe y vuelve a tomar mí mano —.¿Sabes bailar?
—¿Bailar?, sí pero...
—Perfecto — Me interrumpe y rápidamente me lleva hacia la pista de baile —.Está noche olvidemos qué somos realeza, está noche solo somos dos adolescentes con deseos de diversión.
—¿Sabes qué en teoría eres un anciano?, ¿Verdad?
—Un anciano cool.
Reí por su comentario.
[...]
—Espera — Me alejo de la pista —.Ya no puedo bailar más.
—¿Tan rápido te cansaste?
—Oye, tú eres vampiro tienes siempre energía.
—Tú podrías tenerla igualmente.
Él se acerca a una mujer qué se encontraba sentada en una de las mesas cercanas a la pista y la mira directamente a los ojos.
—Hola, hermosa tienes un muy bonito cuello ya me imagino cuánta sangre fresca debes de tener ahí — Toma asiento al lado de ella —.¿Te importa sí pruebo?
—Adelante — Dice la chica.
Los colmillos de Takumi aparecieron, se acercó al cuello de la chica y clavó sus colmillos en el.
—¡¿Qué estás haciendo?! — Me acercó a él —.Los humanos te verán.
Él deja el cuello y desvía su mirada hacia mí.
—Sé cuidar mis pasos.
—Pues no se nota, dijiste qué no querías saber nada del mundo vampiríco.
—Una cosa es no querer saber yotra muy distinta alimentarse es lo qué los vampiros hacemos para sobrevivir, beber sangre Samantha, deberías intentarlo, con gusto puedo ayudarte a ser un vampiro justo ahora, no sabes la adrenalina qué se siente al tomar sangre fresca, es excelente.
¿Acaso se está ofreciendo a matarme?
—Ahora veo qué lo qué dicen tus sirvientes de ti es real, eres un descontrolado y yo qué pensaba qué eras diferente pero ahora veo qué en lo qué piensas es solamente en diversión.
—¿Dónde quedó la Samantha de hace un rato?
—Se fue en cuánto vio lo qué realmente eras, pensaba qué eras un buen chico, pero no eres más qué un idiota.
Dí media vuelta y me dirigí hacia la salida del antro bastante molesta. Ese tonto no le importaba arriesgarse, solamente le importa la diversión no puedo creer qué me gustó.
Llegué a la puerta, salí del local y comencé a caminar en las calles de Osaka cruzada de brazos.
—El idiota se atrevió a ofrecerse para asesinarme, ¿Por qué no le dí su merecido? — Me dije mentalmente.
Cuando iba pasando por un callejón de la ciudad fui sorprendida por alguien quién me tomó del brazo, me hizo entrar al callejón y me tomó fuertemente del cuello.
—Hola, princesa Samantha.
—Azami...
—Vaya así qué ya sabe mí nombre de memoria, qué bien eso es un progreso, ahora qué ya nos conocemos puedo tomarme la confianza de hacer esto.
Toma mí cabeza y la impacta con la pared del callejón haciéndome perder el conocimiento al instante.