*•.¸♡Escondiendo Nuestro Amor...

By Killer_reading

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Los personajes no son míos. autor original: Masami Kurumada Marín es una amazona que tiene un alumno en manos... More

Nuestro encuentro
Una responsabilidad para Marín
Nuestro duro entrenamiento
Mi aprecio por ti
Mi familia eres tú
ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ ᴅᴇ ɴᴀᴠɪᴅᴀᴅ 🎀
Un día peculiar
La armadura de pegaso
Eres importante
Escape del santuario
Nuestra primera discusión
En los latidos de mi corazón
Los besos no siempre son de amor
La verdad
En la batalla de las 12 casas
¿Cómo dices "te amo"?
Otra batalla
Gracias por encontrame
Una vida ordinaria
Al menos estás feliz, pero no conmigo
El consejo de un hermano
Una última oportunidad parte 1~•
Una última oportunidad parte 2~•
Una última oportunidad parte 3~•
Jamás te olvidaré - capítulo final

No estoy lista para decir adiós ⸙♡

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By Killer_reading

❣︎

Transcurrió un tiempo desde que Marín se fue del santuario.
Aioria paso casi dos meses junto a ella, amándola, cuidándola y haciéndola feliz, pero sabía que esto no dudaría para siempre; tenía el conocimiento de que Marín buscaba a su hermano y por lo tanto tendría que irse, pero parecía que buscaba a alguien o algo más, aunque no sabía lo que era; aún así, decidió dejar de preocuparse y solo dejarla ir.

Una noche recordó esa noche, cuando ella se fue, cuando vio por última vez su hermoso rostro, cuando pudo abrazarla por última vez y cuando le dio el último beso de despedida; todo esto lo llenaba de tristeza, tenía el deseo de ir con ella, pero una gran batalla se acercaba, así que prefirió quedarse en el santuario para proteger a Athena mientras que Seiya y los demás se alejaban de todo con respecto a la guerra santa, según las órdenes de Saori.

Años pasaron, el todavía tenía a Marín en su mente y su corazón aunque ya no estuviera con el, sus sentimientos seguían ardiendo por ella, aunque tuvo que hacer todos sus pensamientos a un lado pues estaba a un día de que iniciará la gran batalla contra Hades.

Aioria tenía un presentimiento, de que el gran suceso estaba cerca de ocurrir, por lo que no se movió ni se inmutó en toda la noche, solo se quedó vigilando a la casa de Leo como le correspondía.
Todo iba bien, hasta que sintió un cosmos impresionante, o en realidad fue más de uno, y varios de ellos le resultaban familiares; se quedó en la casa de Leo esperando a que ellos pasarán através de ella, no sabía si lo harían pronto o si lo harían, concretamente, pero estaba seguro de que no tenían buenas intenciones al estar en el santuario. Solo pasaron unos minutos cuando un poderoso cosmos salió disparado de la casa de cáncer hacia la de virgo.

- ¿Qué está ocurriendo? Este cosmos es muy poderoso que por su magnitud podría destruir la casa de virgo
"Shaka"

Aioria espero atento a lo que ocurría, por lo que percibía, el cosmos de shaka estaba activo pero no había ataque alguno con respecto al que había recibido desde la casa de cáncer, o eso pensó hasta que de forma contraria, un gran ataque con mucha magnitud del cosmos de shaka salió directamente a la casa de cáncer. Aioria no sabía que hacer con exactitud, no podía entrometerse en otra batalla que no le correspondía, pero temía por la vida de sus compañeros dorados, aunque después de todo escogió quedarse en la casa de Leo, pues justamente llegaron unos cuantos espectros tratando de cruzar através de ella, pero Aioria no les dejo pasar.

Paso un rato y sintió como el cosmos de Shaka había desaparecido, lo que le alteró demasiado; sin esperar más tiempo, salió con prisa a la casa de virgo.
Al llegar ahí se encontró con Mu y los caballeros de bronce, pero al adentrarse más vio a Camus, Shura y Saga con nuevas armaduras. Ahí es donde entendió todo, ellos habían lanzado aquel ataque desde la casa de cáncer y habían asesinado a Shaka.

Aioria estaba enojado, no podía creer que después de servir a Athena por tanto tiempo, hayan elegido ir con hades y después habían acabado con shaka, al parecer de Aioria, lo que hicieron era lo peor que podía hacer un caballero dorado y no se contuvo de querer darles una golpiza, y lo hizo pero no contó que en uno de los múltiples ataque que les dió, lograrán detenerlo.
Saga detuvo el golpe, pero enseguida llegó Milo y también se apresuró a atacarlos con sus agujas escarlata, pero no sé rindieron.
Aioria estaba impresionado, "¿Cómo era posible que después de todo aquello no se habían rendido?" Cualquiera se habría retirado de la batalla y admitir su derrota, pero ellos habían declarado que no lo harían hasta completar su objetivo, llegar con Athena.

La situación se comenzó a poner más difícil; todo cambio en cuestión de minutos. Saga, Shura y Camus se habían preparado para hacer la exclamación de Athena y aplicarla como habían hecho con Shaka, por lo cual no había otra opción que atacar con la misma magnitud. Aioria, Milo y Mu hicieron lo mismo, pero era muy tarde para detenerlo en cuanto se percataron del peligro de las exclamaciones.
Gracias a Seiya, Shiryu, Shun y Hyoga, el poder de las exclamaciones se desvió hacia arriba, aunque lamentablemente ellos salieron heridos.

Aioria salió desde abajo de los escombros, tenía algunas heridas en el rostro y las manos pero no eran graves gracias a la protección de la armadura dorada. En cuanto vio que Mu y Milo salieron igual de ilesos que el, buscaron a Shura, camus y Saga abajo de todo el desastre, y de inmediato los arrastraron afuera, para llevarlos frente a Athena.
Antes de que se alejaran por completo, Aioria miro hacia atrás con la esperanza de ver a Seiya y a los demás ya afuera de la pila de escombros de la casa de virgo, pero no había señales de que estuvieran concientes o. . . . vivos. En pequeña magnitud la preocupación de no ver a Seiya de pie le estaba haciendo decaer un poco, no podía dejar de pensar lo que Marín sentiría cuando se enterará de la muerte de Seiya.

Ya frente a Athena, Aioria soltó a Shura sin importar que ya estuviera herido, y espero a escuchar lo que tenía que decir junto a Milo y Mu. Ese momento fue tenso, pues vio como Kanon traía la daga dorada con la que saga trato de matar a Athena años atrás y su hermano Aioros la salvó del destino de esta.
Estaba sorprendido por ver aquel objeto despreciable en ese momento, justo como lo dijo Milo; se quedó paralizado al escuchar el deseo de Athena.
Saga estaba confundido al igual que todos ahí, "Saori deseaba que la asesinaran ¿Por qué?"; de momento a momento la muerte de Athena se hizo realidad, lo que impacto a todos ahí.
La desesperación era extraña, Aioria sentía como si el propósito de ser un caballero se había ido junto con Athena, y era lógico pues ella era la razón del porque del santuario y de los caballeros. Les habían retirado (de una manera que nadie entendía) el propósito de su vida.

Aioria se alejo de ahí, había notado que el castillo de Hades estaba siendo visible desde el punto en el que estaba, y no espero mucho más tiempo para dirigirse hacia allá sin importar el enemigo que se les cruzará.

Al llegar ahí, siguieron caminando dispuestos a entrar, pero de repente alguien salió de las sombras de dentro del castillo.
Aioria miraba atentó. El sujeto se presentó como uno de los 108 espectros de Hades, y uno de los jueces del infierno, les explico que al estar en territorio de Hades, el poder de los caballeros se debilitaba a un 10%, por lo que sería difícil derrotarlo.

Aioria sentido como su cosmos había descendido, pero eso no fue obstáculo contra su valentía y deseo de vencer en el nombre de el santuario y Athena. El se abalanzó contra Radamanthys y le atacó con su plasma relámpago, pero al parecer el daño que le causaba eran insignificante.
La pelea contra el espectro era tan mediocre a su consideración, le parecía increíble que siendo un caballero dorado con entrenamiento y dedicación, fuera a morir frente a un enemigo como Radamanthys.
Vio como el termino con Milo y Mu quienes yacían en el suelo débiles. Aioria no se rendiría hasta que sus fuerzas se acaban y su cosmos diera su último esfuerzo.

Se acercó a Radamanthys e intento (de nuevo) golpearlo con su plasma relámpago, pero como la última vez, este no le hizo algún daño mayor. Sabía que estaba a punto de morir, así que intento de nuevo ya que "nada era suficiente".

Aioria cayó al suelo, derrotado como había previsto, pero escucho a lo lejos unas voces familiares, levantó la vista y vio como los caballeros de bronce estaban peleando con Radamanthys, pero era de esperarse que no le hicieran un dañó notable.
El no podía dejar que la última esperanza de Athena se acabará en una batalla tan mediocre contra un espectro. Aioria puso todos sus fuerzas para poder levantarse otra vez a pelear y no dejar que Seiya, Shun, Hyoga y Shiryu se murieran ahí, aunque le sorprendió cuando vio como Seiya si logro hacer lo que el no pudo, golpear a Radamanthys.

"Marín estaría orgullosa de ti Seiya"

El no pudo evitar pensar en Marín en ese momento, por más débil que estuviera no podía calmar a sus pensamientos curiosos de saber dónde estaría y si la volvería a ver, aunque la respuesta a esa última pregunta estaba siendo más clara con el paso del tiempo de la batalla presente en el momento.

El, Milo y Mu apartaron a los caballeros de bronce y les prometieron que se encontrarían después, pero en ese momento tenían que tomar caminos diferentes; ellos tenían que ir a ayudar a Saga, Camus y Shura mientras que ellos se encargaban del espectro, y sin más contradicciones, Seiya y los demás se marcharon.
Aioria tomo una última bocanada de aire y junto a sus amigos y compañeros volvió a atacar a Radamanthys, y al igual que ellos, el espectro hizo lo mismo. Aioria cerró los ojos al sentir el impacto del ataque de Radamanthys y se dejó caer al suelo sabiendo que ni aunque sus pensamientos lo motivaran a levantarse de nuevo, el ya no podría hacerlo debido a que su cuerpo estaba acabado. El miro al cielo nocturno por última vez y antes de que todo se terminará, puso en su mente a las personas que más apreciaba y las despidió con lo último de conciencia que le quedaba.

"Adiós hermano, adiós. . . Marín"

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— ¡Aioria!

Marín se despertó de golpe llamando a Aioria, estaba confundida del porque de esto, pero todo tomo algo de sentido al notar que el cosmos de Aioria se había desvanecido; siempre fue como si su cosmos fuera una luz que no podía ver pero que podía sentir, aunque ahora se había apagado.

— ¿Señorita Marín se encuentra bien?

Pregunto Seika acercándose junto a Marín.

Marín había dejado atrás el santuario, no se sentía orgullosa de ello, pero sabía que tenía un propósito fuera de el, encontrar a su hermano y a la hermana de Seiya.
Busco por un largo tiempo y aquellos días que había estado en el santuario como una persona feliz, con Seiya, con sus compañeros caballeros y con Aioria, se hacían más lejanos conforme pasaban los días y las emociones se desvanecían hasta tal punto de dejarle un vacío interior.

Después de buscar por casi todo Japón y no encontrarla decidió rendirse y volver a Grecia, pero justamente el regresar era la respuesta. Al recorrer la zona alrededor del santuario logro encontrarla, pero con la sorpresa de que había perdido la memoria.

Marín se quedó con Seika por un tiempo. Estaba conciente de la batalla contra Hades y tenía conocimiento de que tenía que ir a luchar, pero sabía que no podía dar la cara después de desaparecer tanto tiempo y además no tendría caso ir, pues Seiya en ese momento estaba en Japón, y tampoco tendría lógica llevarla con Seiya en medio de toda esta batalla para que al final saliera lastimada, por eso escogió la opción de quedarse con ella hasta que todo terminara.

— Estoy bien Seika, gracias

— ¿Necesita algo? ¿Agua? ¿una manta extra? ¿Té?

Pregunto con preocupación

— No gracias, es muy amable de tu parte pero no te preocupes. Debes de regresar a tu habitación, ya ve a dormir, perdón por haberte despertado.

Le sugirió.

— No se preocupe, si necesita algo puede decirme

Termino aclarando y después se retiró a su habitación.

— Gracias Seika.

Marín se levantó de la cama con cuidado y camino hacia la ventana, la abrió y después se quitó la máscara; respiro el aire fresco de la noche cerrando los ojos, trato de ahuyentar la preocupación, pero parecía imposible hacerlo sabiendo todo lo que estaba ocurriendo en el santuario. Ella levanto la vista hacia las estrellas, normalmente eso le tranquilizaba, o eso sentía hasta que volvió a percibir el cosmos de Aioria, pero está vez más débil que antes.

— ¿Qué está ocurriendo Aioria? – pregunto en voz alta esperando a que algo le respondiera con algo positivo para quitarse la preocupación de encima, pero en vez de eso el cosmos de Aioria desapareció — No solo el cosmos de Aioria es el que ha desaparecido, también el cosmos de los demás caballeros dorados, ¿Pero. . .¿Por qué. . . .

Marín sabía la respuesta de la extraña desaparición de los cosmos, pero no quería admitirla, no quería decirla en voz alta porque sabía que de inmediato se quebraría y se pondría a llorar como una niña pequeña.
Bajo la mirada inhaló profundamente y exhala el aire de forma entrecortada, cerró los ojos y no pudo resistir más.

"El . . . .está muerto"

Concluyó antes de caer al suelo y sentir como las lágrimas brotaban de sus ojos y caían en carrera por sus mejillas.
No podía respirar tranquilamente, no podía moverse, no podía parpadear, solo se quedó como si fuera una muñeca de trapo sin articulaciones en el suelo con una pocisión similar.

Jamás lo volvería a ver y  el hecho de que ella había abandonado el santuario hace 2 años sin poder decirle un último "adiós" o un último "te amo" le hacia sentir miserable. El intenso dolor de esta pérdida se apoderaba completamente de ella, y experimentaba un sentimiento que no había estado en ella desde hace mucho tiempo, el sentimiento de la soledad, estar al tanto de que no habría nadie que la esperara con los brazos abiertos.
Más lágrimas brotaron de sus ojos ,y está vez fueron más que lágrimas; se tapó la boca para no despertar a Seika con sus lamentos incontenibles y las ganas de gritar el nombre de su amado se hacían más fuertes.

— Aioria. . . . .por favor no te vayas

Suspiró con un gran nudo en la garganta que ni siquiera la dejaba respirar bien.

Después de estar un rato en el suelo, con esfuerzo pudo ponerse de pie y recostarse de nuevo en la cama; hundió la cara en la almohada y siguió llorando amargamente por su perdida y a pesar de que trato de calmarse, sabía que nada que se impusiera para ya no sentirse así podría consolarla.

Se sentía dolida y desolada; se aferró al edredón como si su vida dependiera de este ya que no sabía con que más sentirse "acompañada" aparte de los objetos de la habitación.
Esa noche no pudo siquiera cerrar los ojos por la aflicción que le atormentaba; sentía un vacío terrible y una gran culpa por haberlo abandonado sin importar que.

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El ambiente era frío y obscuro, según la primera percepción de Aioria quien abría los ojos de poco a poco. Estaba enterrado en lo que parecía ser nieve.

— ey! Aioria

Aioria giró la mirada a los lados y vio a Milo y Mu en su misma situación.

— ¡Mu, Milo! ¿En dónde estamos?

— ya estamos en el Inframundo, y ahora estamos en una de las prisiones del Inframundo. .

Dijo Mu levantando su mirada lo más que podía.

— ¡Hay que salir de aquí! Athena ya debe estar con Hades, hay que apresurarnos

Interrumpio Milo tratando de salir de la nieve, y enseguida Aioria y Mu empezaron a hacer lo mismo. Costó un par de minutos, pero lograron salir de la prisión de cocitos y de inmediato salieron con prisa hasta el castillo de Hades, sin antes acabar con los mediocres espectros que se encontraban vigilándolos.

En cuanto llegaron se encontraron con los caballeros de bronce, Shaka y el maestro Dohko.
Cierto porcentaje de esperanza estaba creciendo dentro de Aioria, todo volvería a la normalidad y podría regresar al santuario y hasta cabría la posibilidad de reencontrarse con Marín.

Estuvo atento a las indicaciones del maestro Dohko conforme al muro de los lamentos; Athena había Sido llevada por hades al otro lado del muro, Shaka había mencionado algo anteriormente, la luz del sol era la única forma de abrir la entrada al muro de los lamentos, pero eso era imposible pues estaban en un lugar donde ni había luz solar, así que tendrían que romperlo para poder ir por ella pues no había otra entrada. Tomarón las armas de la armadura de libra para derribar el muro, pues según el maestro Dohko las armaduras doradas tenían el poder del sol y este podría funcionar como si la luz solar estuviera presente, pero ni siquiera con las armas y sus cosmos lograron romper o siquiera hacer una fisura en el muro.

La esperanza que tenían se comenzó a desvanecer, o eso fue hasta que aparecieron las demás armaduras doradas. Todos estaban impactados por lo que veían, las armaduras doradas habían venido hasta el mundo de los lamentos, pero lo más sorprendente fue cuando los caballeros dorados poseedores de esas armaduras aparecieron junto con ellas.

Aioria no podía creer lo que estaba pasando, todos sus amigos a los que crean muertos aparecieron ahí, pero se sorprendió aún más cuando vio a su hermano Aioros, el que había muerto años atrás, estaba frente a el.

— Aioria, hermano

Los ojos se le llenaron de lágrimas a Aioria, sentía como si hubiera regresado el tiempo a cuando solo Aioros y el estaban juntos como hermanos o alumno y maestro, los dos estaban solos, pero el nunca se sentía solo gracias a Aioros ; con la simple mención de su nombre por parte de su hermano, recordó esos hermosos momentos en el santuario junto con su única familia.

— Aioros, hermano mío

Aioros le dedicó una cálida sonrisa a su hermano. A pesar de que Aioria había crecido y ya no tenía su apariencia, el seguía siendo su hermano menor y aquella nostalgia le daba más buenos recuerdos y se sentía feliz de verlo otra vez.

— quisiera que este fuera el momento correcto para un reencuentro familiar, pero ahora tenemos una misión, la diosa Athena nos ha revivido con su poder para cumplir lo que debemos

— lo se hermano, y me siento afortunado de estar en este momento contigo y con nuestros demás compañeros

Aioria sentía tristeza de saber que a pesar de todo, no lo vería después de esto, pero sentía una satisfacción de verlo una última vez antes de morir.

Enseguida le ordenaron a los caballeros de bronce que salieran de la sala para poder abrirles el camino hacia los campos elíseos, aunque murieran por ello, sabían que podían confiar en ellos, además de que eran la última esperanza de Athena y la humanidad.

Antes de que Seiya se fuera del lugar, Aioria se acercó con el.

— Aioria, ¿Qué ocurre?

— Seiya, solo quería decirte algo; tú eres una de las últimas esperanzas de este mundo así que no te rindas

— Sabes que no lo haré Aioria

Afirmó con decisión.

— Eso espero. . .  Marín estaría orgullosa de ti Seiya

Dijo con algo de tristeza en su voz

— De alguna forma, siento que ya sabía eso

Respondió seguro de si mismo.

— Me alegro que lo sepas; te deseo suerte en tu misión Seiya, ahora vete de aquí

Le ordenó.

— Aioria

— confío en ti Seiya, al igual que todos aquí, salva a Athena y al mundo, se que eres el mejor haciendo eso

Seiya miro a Aioria y a los demás caballeros dorados con tristeza, antes de irse levantó en su rostro una sonrisa que reflejaba tristeza

— Adiós amigos

Se dijo para si, mirando a todos de reojo al mismo tiempo que salía de ahí.

En cuanto cerraron las puertas del salón, los caballeros dorados comenzaron a elevar su cosmos al máximo mientras que Aioros preparaba la flecha que lanzaría al muro impulsada por el poder de todos, solo era cuestión de segundos para ver cómo todo se desvanecían ante sus ojos.

Después de segundos esperando, Aioros puso la flecha en el arco y sin perder más tiempo, soltó la cuerda, lanzando la flecha al muro.
Aioria estaba listo para lo que ocurriría y no se echaría para atrás; cerró los ojos y repaso los buenos momentos en su vida. El tiempo se alentó en su mente, cada micro segundo era de mucha importancia.

"Mis amigos y compañeros los caballeros dorados, les deseo suerte en lo que ocurra después de esto. Seiya, Shun, Hyoga, Shiryu, ikki, confío en ustedes para ser la esperanza de todos"

Pensó despidiéndose de sus amigos

Abrió los ojos y se enfocó únicamente en su hermano.
"Hermano, perdón por todas mis malas acciones hacia tí, por no creerte, por perder la esperanza, por rendirme, por ser tan débil. Gracias por enseñarme y cuidarme, por protegerme y por quererme como el hermano mayor que eres, te aprecio hermano mío y espero que nos reencontremos algún día"

La flecha estaba llegando al muro para romperlo, y Aioria sabía que el tiempo de su vida era mínimo, pero sabía que si le quedaban segundos de vida, quería gastarlos en dos cosas: dar lo mejor de si y elevar su cosmos al máximo y la segunda cosa era tener en su mente a su querida Marín.
Cerró los ojos y pensó en ella. Sus hermosos ojos, su suave y sedoso cabello, su cuerpo, su sonrisa, sus lágrimas, sus besos, sus abrazos, los consejos que le dió en su momento, su espontánea pero a la vez cariñosa y reservada personalidad, su carácter, su valentía, su belleza y sobre todo, resalta su amor; el amor que le dió a un hombre que ya no sabía valorar las cosas simples de la vida en su soledad. También recordó los momentos felices y románticos que vivió junto a ella, y no podía pedir más que eso.

El fin había llegado, y antes de desvanecerse solo pensó en una despedida para Marín, y que trataría de decírsela a Marín atrás vez de su cosmo.

"Marín. . . te amó como no te imaginas, y aunque ya no esté contigo, siempre voy a estar cerca de ti. No me olvides y no olvides lo mucho que te amé. . . . No, mejor dicho, lo mucho que te amo, muchas gracias por todo lo que hiciste por mi. . . . . adiós mi amor "

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Un "te amo" es una frase corta para expresar lo que siento por ti. ❣︎

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L

a noche se volvía eterna para Marín, la preocupación y tristeza la estaban devorando por dentro, no podía pensar en otra cosa más que en su amado, del que no sabía nada ni su condición actual.

Miro de reojo el pequeño reloj sobre el buró al lado de la cama. "Las 4:27"
Se levantó de la cama por tercera vez en toda la noche y se acercó una vez más a la ventana; miro atentamente al cielo como si esperara a que algo cayera de ahí como una señal de esperanza; respiro profundo y giro en sus talones dispuesta a regresar a su cama cuando de repente sintió algo que le paró el corazón y le cortó la respiración.

El cosmos de Aioria había vuelto a encenderse al igual que el de los caballeros dorados que habían desaparecido hace un momento.

"¿Qué está pasando?" Se preguntó confundida, pero algo emocionada por saber que Aioria en verdad no estaba muerto. Se quedó parada frente a la ventana por un momento más, percibiendo los cosmos a la lejanía, "Seiya. . ." Se percató que los cosmos de los caballeros de bronce estaban presentes.
Una sonrisita se hizo en el rostro de Marín, por fin sentía un alivió después de aquella horrible sensación.

Se acomodo de nuevo en la cama y está vez trato de dormir; cerró los ojos con fuerza y se obligó a si misma a dormir, y para su sorpresa pudo quedarse dormida.

Un rato después Marín volvió a despertarse, y estaba extrañada del porque de esto, ya que juraba que estaba conciliando el sueño.
Miro el reloj otra vez "4:50" solo había dormido 27 minutos, ¿Por qué volvió a despertarse?. Decidió levantarse de la cama otra vez y caminar hasta la ventana. Se frotó los ojos y miro hacia el cielo nocturno.
Le tomo solo unos segundos darse cuenta de que los cosmos de los caballeros dorados estaban desapareciendo (de nuevo) como si se hicieran polvo y se le escaparan entre las manos.

— Otra vez no

Susurró con algo de preocupación.

Se estremeció ante la situación. Espero unos minutos observando al horizonte, esperando algo que le dijera que todo estaría bien, pero no había nada más que un silencio sofocante. Rogaba para que todo ocurriera como la última vez, y que los cosmos de los caballeros dorados volvieran a aparecer al igual que desaparecieron, sin embargo nada de eso ocurrió. La desesperación estaba invadiendo a Marín que ni siquiera podía razonar bien para llegar a una explicación que pudiera calmarla.

Se alejo de la ventana y empezó a caminar de un lado a otro tratando de no perder lo poco que le quedaba de esperanza, solo poniendo atención a lo primero que captarán sus estímulos, o estuvo así hasta que escuchó algo.
Detuvo el paso y escucho atentamente a lo que escucho; cerró los ojos para concentrarse y escucharlo bien, y en cuanto escucho bien, de inmediato supo que ese mensaje era de Aioria al sentir la presencia de su cosmos desvaneciendose cerca de ella en cuanto terminaba de comunicar lo que tenía que decir.

— No. . . No pueden morir no. . .no

Se quedó paralizada, de nuevo experimentaba lo de hace unas horas. Se aferró a sus hombros y cayó al suelo, está vez sin siquiera quererlo, levantó la vista al techo y sintió como las lágrimas salían. Respiro profundo pero, al tratar de mantenerse estable comenzó a hiperventilar lo que no fue mejor, fue algo parecido a un ataque de pánico.

"adiós mi amor"

La última frase que escucho le desgarro el alma, se contradecía una y otra vez con respecto a la muerte de Aioria pero sabía que la realidad no podía ser disfrazada o esconderse.
Bajo la cabeza y miro fijamente al suelo sin razón aparente, le sorprendió ver cómo sus lágrimas caían sin control que hasta formaban pequeño charcos en la superficie. Trago saliva y dejo de hiperventilar, se acostó en el suelo por completo y empezó a llorar histérica y desesperadamente y aunque trato de contenerse como la última vez, ya no pudo más. Se cubrió la cara con sus dos manos y lloró como nunca en su vida. Sus gritos de sufrimiento y desconsuelo se escucharon dentro de toda la casa; Seika estaba en la habitación de al lado y se apresuró a la habitación de Marín al escucharla gritar.

Entro alterada a la habitación y se quedó impactada cuando la vio en el suelo llorando como si le hubieran hecho algo horrible. Se acercó a ella como cautela y se sentó junto a ella.

— ¿Señorita Marín?

Pregunto ella con preocupación
A Marín ya no le importo si la veía llorar, simplemente se quitó las manos del rostro.

— Seika – menciono con voz entrecortada – p-perdón por haberte despertado

Dijo sentándose en el mismo lugar y limpiándose las lágrimas con su brazo. Seika la miro atenta sin decir ninguna palabra; sentía un dolor en el pecho por ver el sufrimiento de Marín, y por un impulso la abrazo.

— No se preocupe por eso. ¿Qué es lo que ocurre?

Marín se dió cuenta que de verdad necesitaba un abrazo.

— N-nada de lo que tú debas preocuparte

Dijo a medida que su voz se quebraba.

— Está bien

Un rato después, Seika ayudo a Marín a volver a su cama y le dió una manta y una almohada muy suavesita, y consecuente a eso salió de la habitación deseándole las buenas noches.

Marín dejo de llorar por un rato, se acomodo en la cama y se quedó mirando el techo fingiendo que se sentía calmada pero solo estaba engañando a Seika y se estaba engañando a si misma, de nuevo noto que las lágrimas que había contenido todo el rato estaban saliendo de sus ojos otra vez.
No quería estar llorando durante lo que le restaba de la noche, se sentía tan mediocre, como una de aquellas jóvenes que lloran en los libros de romance, pero en ese momento se dió cuenta de que prefería ser mediocre y una chica de un libro de romance en vez de fingir que es fuerte ante la muerte de su amado Aioria.

Se levantó de la cama y camino hacia fuera de la casa, abrió la puerta con cuidado para no hacer ruido y la cerró con más cautela que con la que la había abierto.
Ya afuera, respiro el aire fresco de la noche, pero más allá de respirar el aire, había salido para cambiar el ambiente nostálgico de el cuarto en el que estaba, pero no funcionó muy bien; volvió a caerse de rodillas y aunque ya se le habían secado las lágrimas, la verdad es que volvió a soltarse en llanto y aprovecho que ya nadie podía escucharla para llorar y lamentarse sin cuidar con que intensidad lo hizo.

— No te vayas. . . . No me dejes por favor – dió un doloroso suspiro – te amo, te necesito. . . .no me abandones, te lo suplico – la desesperación creció más dentro de Marín al escucharse a si misma, pues sabía que por más que rogara y suplicará, el no volvería; apretó los dientes y cerró los puños con fuerza, aquel mensaje que enviado por Aioria la había destruido por completo, el dolor crecía más y más que no pudo contenerse más – . . . Ah, ah ¡¡Aioria!! – soltó un grito que rompió el silencio de la noche y al mismo tiempo le rompió el corazón en dos – perdóname por ser tan estúpida, perdón por haberte abandonado, perdóname Aioria –;
Sentía como si le hubieran arrancado el alma, ya no tenía fuerzas para hacer algo o querer hacerlo. Se dejó caer al suelo de espaldas,  como si fuera un costal y se quedó por un buen rato, inmóvil, como un cadáver sin vida, aparentemente.

Un tiempo después, a pesar de que ya no le quedaban fuerzas, hizo su mayor esfuerzo para ponerse de pie y regresar a su habitación.
Está vez no tuvo cautela en abrir y cerrar la puerta, pues ya no tenía fuerzas para ser sigilosa, aunque de todas maneras nadie se despertó por el ruido; camino arrastrando los pies por el pasillo hasta la habitación, dónde solo llego a lanzarse sobre la cama.

Miro el reloj de reojo " 6:54 ", pero ni siquiera le importo la hora.
Apoyo su cabeza sobre la almohada y enseguida tomo la manta que le había traído Seika, se tapo todo el cuerpo hasta la cabeza, abrazo sus rodillas y cerró los ojos.
Intento consolidar el sueño; comenzó a sosegar su respiración para poder aquietar su dolor.
No quería dormir, pero sabía que si no dormía un poco más de tiempo, iba a caerse de cansancio más tarde. Guardo silencio de tal manera que solo se concentro en los latidos de su corazón, que de alguna manera le ayudaron a concentrarse  para dormir.

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Aún no te olvidó por completo, y tal vez. . . .  una parte de mi nunca lo haga.

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A la mañana siguiente, Marín se despertó algo adolorida debido a la pocisión que adoptó para dormir, aunque parecía que no le afectaba tanto como lo que sentía dentro de ella.

— Buenos días señorita Marín

Le saludó Seika asomándose por la puerta

— e-eh buenos días

Marín miro al reloj y se sorprendió bastante al ver que ya eran las 12 de la tarde.

— ¿Cómo durmió?. Se veía cansada así que la deje dormir por más tiempo, y por lo de ayer no parece que estuviera muy bien.

Pregunto entrando a la habitación y sentándose en la cama a un lado de Marín.

— Gracias, Seika. Pues dormí . . . . .bien – después de decir eso sintió que no había dicho una mentira tan grande como esa – perdón por las molestias de. . . .  ayer y hoy

— No hay ningún problema, no se preocupe por eso, pero todavía no entiendo la razón de porque se sentía tan mal

— Es algo complicado de explicar, pero eh. . . .¿Has leído alguna historia de romance?

— Si, me parecen historias muy tristes

Marín suspiro

— Si, lo se. Bueno, tal vez hayas leído alguna dónde la pareja se separa y uno de ellos. . . . . fallece

Enseguida se dió cuenta de que se le quebró la voz al decir esa última palabra.

— Oh si, conozco muy bien esas historias, no me gustan porque son muy tristes. . . .espere un momento, ¿Usted está tratando de decir que le ocurrió algo similar a esas historias?

— Se podría decir que si

— Por Dios, que horrible, l-lo siento mucho por usted, la verdad no se que se sienta perder a alguien tan importante pero quiero que sepa que si necesita algo, cuente conmigo

— Gracias Seika – Suspiró –  lo que pasó ya no puede evitarse, hay que seguir adelante, así que ya no me tengas lastima, vamos a hacer otra cosa ¿Si? ¿Qué tal si vamos a comprar ingredientes para preparar de comer?

Seika asíntio positiva y luego salió de la habitación esperando a Marín para que la acompañará a la tienda.

Antes de salir de la habitación, ella se sentó en la cama y apoyo sus codos en sus rodillas. Dió un suspiro y cerró los ojos por pocos segundos.
Sabía que no podía estar deprimida por toda su vida, tenía que superarlo, pero ni siquiera sabía cómo, así que únicamente decidió guardarse sus sentimientos dentro de ella, no podía superarlo pero podía fingir que lo había hecho.

Se puso de pie y antes de tomar la perilla de la puerta volteó hacia la ventana mirando el cielo azúl.

— Jamás te olvidaré Aioria. . . . te amo. . . .  más de lo que pensabas – apretó la perilla y la giro pero sin abrir la puerta – Adiós, mi amor.

Enseguida de terminar su despedida, jalo la perilla de la puerta y salió de la habitación.

*Llora* Está muy triste el capitulo. 😿
Gracias por comentar, gracias por votar y gracias por leer el capítulo.
Los aprecio mucho :) ❣︎

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