INSOMNIA.

By enigma_caroline_

5.1K 642 314

Shikamaru Nara es un joven de veintiún años y un genio policía que asciende rápido. Shikamaru nunca consigue... More

Introducción.
Capítulo 1; Parques y juegos.
Capítulo 2; Moretones y flores.
Capítulo 3; Del colgante y helados.
Capítulo 4; Encuentros casuales.
Capítulo 5; Una cita.
Capítulo 6; El cuarteto de plata.
Capítulo 7; Muñeca.
Capítulo 8; Salidas y confesiones.
Capítulo 9; El policía y el girasol.
Capítulo 10; Nuestra cita I.
Capítulo 11; Nuestra cita II.

Prólogo.

842 90 69
By enigma_caroline_

—Ey, ¿no crees que es peligroso dormir aquí afuera? —Shikamaru sintió que lo movían, haciendo que abriera uno de sus ojos y se percatara de la presencia de su mejor amigo, Chouji Akimichi. El castaño sonrió—. ¿Otra vez no pudiste dormir bien?

Negó con la cabeza.

—Realmente fue un total fracaso —bostezó—, mi madre tuvo que darme un sedante en la comida para que pudiera sobrevivir a la noche. Hoy tengo turno nocturno en la estación. 

—Amigo, realmente necesitas ir al doctor —le palmeó los hombros—, como sea, ¿qué estás haciendo aquí afuera a estas horas? Son como las cinco de la mañana y este es un parque. 

—Sí, bueno, me desperté temprano y quise venir al parque —Chouji arqueó la ceja y él sonrió—. Naruto suele venir a correr a las cinco y media en semana a este parque —explicó entonces, y Chouji se preguntó si su amigo no encendió una alarma solo para despertarse temprano—. No he tenido mucho contacto con él últimamente. 

Chouji recordó que Kiba le había mencionado algo sobre una fiesta a la que se había negado a ir y el castaño había mencionado que le diría a Naruto para que lo acompañara, así que posiblemente Naruto no iría a correr esta mañana, pero no se atrevió a decir nada. Después de todo, no estaba seguro siquiera de si había aceptado acompañar al ruidoso de su amigo amante de los perros. 

—¿Y esperas sorprenderlo mientras corre y tú duermes en el parque? Además... ¿Desde cuando Naruto es capaz de madrugar? —Chouji destapó un paquete de papitas fritas y lo miró curioso. 

—Con su hermana enferma, acostumbra a hacerlo —murmuró, mirando al suelo—, espero que Karin esté mejor. De todos modos, Kushina-sama los cuida bien mientras Minato-san trabaja. 

—Oh, no sabía eso —Chouji masticó un poco y luego miró al parque, seguramente el rubio no le diría que no a Kiba—, pero parece que no vendrá hoy. ¿Por qué no mejor vas a casa y tratas de dormir un poco? 

—Lo siento, la verdad es que no quiero ir a casa de nuevo —no quería enfrentarse a su madre y el sermón que le daría por irse de la casa sin avisar. No es como si viviera con ellos pero cuando se quedaba a dormir allá, bueno, ella actuaba como que sí—. Y dejé mis llaves del apartamento en la casa de ellos—agregó, suspirando. 

—Shikamaru... realmente eres tonto para ser considerado un genio —soltó una carcajada. 

—¿Tú crees? —sus ojos se posaron entonces en una de las tantas razones por las que Shikamaru Nara era incapaz de conciliar el sueño en las noches. Su sonrisa delató enseguida sus pensamientos.

Naruto Uzumaki. 

El mismo que en ese momento estaba comenzando a estirarse al otro lado del parque para comenzar a correr porque la noche anterior no había podido parar de pensar, y como odiaba hacerlo. Definitivamente no era lo suyo y no lo sería jamás, lo único que pensar le traía era muchas preguntas, pocas respuestas y un sinfín de jaquecas. Suspiró. 

—Demonios, todo es culpa de Kiba —se quejó, mientras se pasaba la mano por el rostro. 

La noche anterior Kiba había llamado para pedirle un favor que lastimosamente él no quiso corresponder, aunque se jactaba de ser super colaborador y siempre estar para sus amigos, esta vez sentía que le había fallado a Kiba de algún modo. 

—¡Oh, vamos Naru! —había gritado cuando le dijo que no la primera vez. 

—No —Naruto bostezó, tenía sueño y el que estuviera a punto de tomar una siesta cuando el castaño lo llamó simplemente había sido coincidencia pero era algo molesto, además ya estaba estresado de por sí—, lo siento, Kiba. Mi mamá me matará si se entera —agregó. Y era cierto. 

Kushina Uzumaki rompería lo que fuera si se enterara que él, Naruto Uzumaki Namikaze, había decidido escaparse de casa e ir a una tonta fiesta a la que Kiba quería arrastrarlo. ¡Por dios! Había tantas razones por las que eso podría salir mal... ¿Cómo cuales? Pues para empezar, quizá no lo dejarían entrar a la discoteca por ser menor de edad.

—¡Pero no se va a enterar! Te lo prometo —insistió el castaño—. ¡Ven conmigo a la fiesta!

Aparte si los dejaban entrar, lo más seguro sería que Kiba comenzaría a coquetear con la primer chica que se le atravesara. Él se hartaría de la situación y decidiría que lo mejor es volver a casa antes de que su madre se entere o lo haría picadillo humano, entonces se darían cuenta de lo tarde que era y comenzarían a correr. 

—¿Por qué quieres que vaya yo? —suspiró, mientras fingía leer su libro con atención. Claro que aunque fuera una simple videollamada, Kiba podía verlo perfectamente y el libro estaba al revés. 

Y si comenzaban a correr en el medio de la noche como almas que lleva el diablo y alguien los veía, seguramente creerían que eran ladrones o cualquier tipo de criminal y ellos acabarían encerrados en la cárcel. Sí, a Naruto realmente no le hacía falta imaginación, para nada. 

—Naruto, será mejor que si vas a pretender que lees, al menos pongas el libro al derecho y no al revés —masculló Kiba, rodando los ojos y suspirando—. Shino no puede porque tiene una cena con su familia y a Hinata jamás la dejarían ir conmigo, hasta Chouji me rechazó y nunca lo invito a nada, tú eres lo único que me queda, Naruto. ¿No me vas a dejar morir, o sí?

Como si eso no fuera suficiente, lógicamente llamarían a sus madres desde la cárcel para avisarles que sus hijos eran una banda criminal aunque fuera todo un malentendido, su madre seguro que estaría tan molesta que su cabello volaría por la electrostática que saldría de ella. Si tenía suerte, ella lo castigaría pero si no la tenía...

—Bueno, yo... Sí quiero ir —aceptó, y el castaño sonrió ilusionado—, pero no puedo, de verdad.

Bueno, si no la tenía, lo más seguro sería que su madre decidiría que su padre, Minato Namikaze, también actuara y él era todo un sádico. ¡A lo mejor y lo haría trabajar! Eso es, no podía arriesgarse a un castigo impuesto por su padre. El rubio sabía perfectamente sus debilidades, especialmente su odio a las responsabilidades. 

—¿¡Qué!? ¡Pero sí quieres ir! —el castaño le seguía rogando pero él negó con la cabeza.

¿Y si lo ponía a trabajar como el niñero de alguno de sus viejos amigos? Ya saben, un niño malcriado, sin modales y con una familia ricachona que no tiene tiempo suficiente para él. No se le ocurrían muchos trabajos donde su perfil de vago fueran a encajar, para empezar.

—No quiero ir a la cárcel —fue su respuesta inmediata. Y claro que tampoco querría tener que hacerse cargo del niño de nadie, ¡por dios! Ni aunque le pagaran una verdadera fortuna y le dieran una isla a su nombre, ni siquiera porque el niño fuera familiar del amor de su vida. 

—Naruto, ¿de qué demonios estás hablando? Claro que no iremos a la cárcel, es sólo una fiesta —se quejó el castaño, mientras le mostraba un gesto de confusión. Naruto negó. 

Así era, no podía arriesgarse, lo mejor sería continuar su videojuego en casa tranquilo. Nada de bebidas alcohólicas, gente sudando, cárcel y niños malcriados de personas ricachonas y sin tiempo a los cuales tener que cuidar. Era un buen proyecto pero no era el proyecto que este Naruto Uzumaki tomaría, vaya a saber si en otra realidad él sería tan estúpido como para ello. 

—¿Qué clase de persona crees que soy de todos modos?

—Eso no importa, no voy a ir contigo esta vez, Kiba, lo siento... será para la próxima —murmuró.

—¡Naruto! 

Y por supuesto, luego de haber colgado la videollamada, soltó una risa. ¿Por qué dejaba que su imaginación se fuera tan lejos? Es decir, "ni aunque fuera familiar del amor de su vida". Pfft, si eso solo pasaba en las películas, no es como si él fuera a convertirse en la niñera de un niño que daba la casualidad sería pariente del hombre guapo, rico y sexy que caería por él. Suspiró.

—...uto. Naruto —escuchó entonces y regresó a la realidad, mientras se levantaba de su estiramiento. Se había perdido tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta que lo llamaban.

—¡Shikamaru! ¡Chouji! —gritó enseguida, sorprendido de ver a los susodichos y sonrió—. ¡Hola, chicos! ¿Hace cuánto están ahí? No me había percatado-ttebayo.

Shikamaru observó en silencio como Naruto entreabrió los labios y respiró lentamente, al parecer el estiramiento que había hecho era suficiente para forzar levemente sus pulmones. Sonrió al verlo y se acercó a él, tomando su mentón con la mano. 

—¿Pretendes fingir que no oíste mi voz, zorrito? —murmuró, acercándose peligrosamente a él. 

El rostro de Naruto se tornó tan rojo que Chouji casi se atraganta con una papa al ver la escena. ¿Eso era lo que Shikamaru llamaba "un acercamiento sutil", de verdad? Porque no lo parecía.

—N-no m-me digas a-así —masculló, apartándose lentamente e inspirando con fuerza—. En fin, de verdad no los oí-ttebayo, estaba pensando un poco. 

—Cuidado con eso, Naru, podrías acabar con tus neuronas —se burló con una sonrisa, haciendo que el rubio se riera y frunciera el ceño, pretendiendo estar enojado. 

—Cállate, Nara, o las siguientes neuronas que estaré acabando son las tuyas —le picó el pecho, y luego silbó—, parece que alguien ha estado ejercitándose. Vaya —susurró—, tienes que enseñarme.

—Claro —Shikamaru y Naruto se miraron entonces—, creo que podemos ejercitarnos juntos. Definitivamente puedo enseñarte muchas cosas. 

Chouji agachó la cabeza para evitar que Naruto viera su gesto. ¡Shikamaru era todo un...!

—¡Genial! Entonces hay que hacerlo —afirmó sonriendo feliz, le gustaba lo mucho que Shikamaru coincidía con él y el cómo lo entendía, lo hacía sentir feliz. Shikamaru sonrió pero apretó la mandíbula y Chouji negó, pensando lo inocente que era—. ¡Tú solo di la fecha-ttebayo!

De repente el rostro de Shikamaru se tornó rojo y este suspiró. 

—Naruto —no podía soportarlo. ¡Era una tortura, de verdad!

—¿Sí?

—Hm... C-Chouji y yo vamos a su casa a jugar videojuegos y ver películas todo el día —mintió—, ¿te gustaría venir con nosotros? Creo que es mejor distracción a que te tardes todo un día haciendo ejercicio para ir a tragar como cerdo y perder la rutina...

—¡¿Ah?! ¿Cómo sabes eso? Creí que era un secreto-ttebayo, fue Kiba, ¿no es cierto?

Shikamaru negó riendo. 

—Eres muy fácil de leer, anda, vamos. ¿Qué dices? —lo abrazó por los hombros y sonrió—. ¿Vendrás o vas a rechazarme como rechazaste a Kiba anoche?

—¡Sí fue él! —acusó entonces—. ¡Traidor!

Chouji y Shikamaru comenzaron a reír.


La noche anterior. 

—Te lo digo, viejo, deberías conseguir una niñera para Sasuke. Estás muerto del cansancio, sólo mírate, pareces un muerto viviente —afirmó Kisame, el mejor amigo de Itachi Uchiha, mientras bebían un trago en el bar favorito del peliazul. Este le miró de reojo con una ceja finamente arqueada.

—¿Te refieres a un zombi?

—Eso —sacudió su melena azul y mostró sus dientes de tiburón—, sólo digo que para un hombre como tú, joven, aplicado y muy buen estudiante. ¿Qué digo? ¡Excelente estudiante! ¡Y en Harvard, mi amigo! Deberías descansar más.

—No puedo —repuso, cansado.

—Por eso digo que deberías conseguirle una niñera a Sasuke, sé que quieres estar con él y tratar de que supere la muerte de sus padres y eso, pero Sasuke tiene cinco años, Itachi —Kisame dio otro trago—, creo que cuando crezca entenderá que tú necesitas un poco de espacio. Mírate —Itachi lo miró con hastío—, esta es la primera vez que sales desde el accidente a tomarte un par de tragos con tu gran mejor amigo y parece que en cualquier momento vas a caerte de espaldas dormido. Eso no está bien, nada nada bien.

—¿Y qué sugieres? —dio un sorbo, el peliazul lo miró serio—. Sí, sí, una niñera, pero me refiero a que... ¿Dónde voy a conseguir una niñera?

—Podría ser un lindo niñero —apuntó—, ya sabes, un lindo chico. En caso de que no te guste la idea de una linda chica merodeando tu casa, que yo no me quejaría, aunque quizá sea una distracción para el gran Itachi Uchiha.

Itachi bufó.

—Iba a sugerir a Izumi, pero no creo que sea bueno que sea alguien Uchiha —Kisame dejó el vaso vacío en la mesa y se puso una mano en el mentón, pensativo—. Tiene que ser alguien de afuera.

—¿Por qué no un Uchiha? —preguntó el Uchiha, un poco más despabilado.

—¿Bromeas? No queremos que Sasuke sea como... como todos ustedes, al menos debería tener una, no sé, alguien que sea distinto a ustedes, de afuera, con más... alegría, quizá —Kisame alzó los hombros. Itachi se rió.

—No voy a confiarle a Sasuke a cualquier pejelagarto que se me atraviese si es lo que crees.

—Ya sé que no, sé que no, pero descuida, encontrarás a alguien —aseguró con una sonrisa—, sólo piénsalo un poco. Necesitas descansar, así que vamos, vamos a tu casa y quizá veamos entre tus contactos alguien que pueda ayudarnos. ¿Qué tal Deidara?

—Ni loco, no quiero a Sasuke diciendo hmp todo el tiempo y explotando cosas. ¿Sabes cuánto me costó quitarle la mancha de explosión a mi auto la vez que Deidara se puso a jugar con sus explosivos de juguete? —Itachi suspiró—. Ni siquiera sé por qué lo dejan seguir manejando esas sustancias en el laboratorio. 

Kisame se rió. 

—¿Y los demás chicos? Cualquiera sería una buena opción, menos yo, tu hermano me aterra. Ah, deberías hacerle un exorcismo primero, nadie lo soportaría —se encogió de hombros. Itachi asintió. 

—Creo que me quedaré con Deidara —murmuró, masajeándose el puente de la nariz. De solo pensar en los peros que sus amigos y conocidos traían era suficiente para preferir al hombre que conocía desde que tenía trece años. 

Kisame lo miró de reojo. 

—¿Vas a casarte con él para que sea más fácil la crianza? —se burló. 

El Uchiha negó, golpeando al peliazul. 

—No pienso casarme hasta que encuentre a la persona perfecta para mí —afirmó. 

—¿Ah? ¿Y cómo es esa persona para ser exactos? —le prestó atención, curioso. 

—Hmm... Me gustaría que sea rubio y de ojos claros, con la piel ligeramente tostada y una personalidad fascinante, tierno pero sensual de vez en cuando y que ponga siempre a prueba mi cordura, ¿sabes? —Itachi sonrió—. Alguien que se parezca a mamá de cierta manera, que sea capaz de hacerle frente a Sasuke y a cualquier otra persona, oh y que adore la manera en que me esfuerzo, que lo valore. 

—Suena como alguien que solo existirá en tu mente, Itachi —lo palmeó con una sonrisa—. Descuida, quizás en otra vida tendrás la suerte de encontrarte así pero ahora... Te tocará aguantar a Deidara. 

—Eres muy cruel con él.

—¡Mira quién lo dice! No soy yo el que no le ha dado respuesta a sus sentimientos en tantos años —se quejó entonces, riendo—. Como sea, vamos a beber hasta que olvidemos todo eso. 

En ese mismo bar, Kiba Inuzuka coqueteaba con una chica y reía, pero miraba de reojo a los hombres que había oído hablar sobre "el tipo ideal", casi hubiera pensado que hablaban de Naruto, pero eso era imposible, por supuesto. 

—¿Kiba?

—Oh, hola Ino, qué sorpresa —saludó a la rubia con una sonrisa—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Estoy buscando a un amigo, ¿y tú?

—Estaba tratando de conquistar alguien pero llegaste a espantarla —se lamentó entonces, mientras veía hacia donde había ido la chica—, como sea. No te había visto desde la graduación, te has adelgazado. 

—Gracias —sonrió—, tú en cambio te ves más relleno. Y dime, ¿cómo han estado los chicos?

—Bueno, Naruto está bien con su año sabático y supongo que de Shikamaru y Chouji ya sabes, dado que son más cercanos a ti —comentó y la rubia asintió—. Todo va bien, aunque el idiota no vino conmigo hoy... Mira si pudo haber conocido al amor de su vida si venía conmigo y de todos modos se negó. 

Claro que ambos sabían algo que Naruto no. 

—Quizá fuera para mejor, ¿sabes? A veces el amor de tu vida está más cerca de lo que imaginas —murmuró la rubia con una sonrisa maternal. Como amiga de Shikamaru estaba preocupada por él y su posible amor no correspondido, pero esperaba que este fuera feliz. 

—Sí, qué remedio —se encogió de hombros y sonrió—. Ojalá que Shikamaru aproveche la oportunidad que el universo le está dando antes de que Naruto entre a la universidad, ya sabes, Harvard. 

—¿Entró a Harvard?

—¿Verdad? Con el cerebro que tiene y aun así —suspiró, y ambos rieron—. Será bueno verlo en acción de nuevo, siempre nos sorprende. ¿Qué imaginas que será?

—Um, no lo sé. ¿Tú sabes qué estudiará?

—Probablemente literatura o artes —se encogió de hombros. 

—Eh, futuro abogado —ambos escucharon y se giraron a ver. Un chico peliazul, alto y apuesto estaba sosteniendo al Uchiha—, creo que es hora de ir a casa. ¿Sí? Llamaré a Deidara, estás borracho. 

—¡Es mi culpa que murieran! —sollozó el Uchiha. 

—¡Oh, dios! Es Itachi —Ino se sorprendió y entonces miró a Kiba—. ¡Lo siento, debo irme! Nos vemos luego, fue un gusto verte, Kiba-san. 

—¡Adiós!

El castaño se quedó en silencio viendo como la rubia ayudaba al peliazul a llevar a aquel chico borracho hacia la salida de los taxis, y luego el asiento vacío a su lado, suspirando y apoyando la cabeza sobre la mesa. Seguramente las cosas hubieran sido completamente diferentes si Naruto hubiera estado esa noche ahí con él. 

Probablemente le habría alegrado ver a Ino y  también habría ayudado a aquel chico borracho, pues así era Naruto, tenía un gran corazón y siempre se preocupaba por todo el mundo. Suspiró.

Shikamaru... Espero que aproveches tu oportunidad —llamó al barman dispuesto a pagar para irse, de repente estar ahí lo hacía extrañar a Shino y a Hinata, odiaba los momentos en que se sentía solo, además solo quería llegar a casa y mimar a su perrito Akamaru. 


El pelinegro estornudó, llamando la atención de Chouji y Naruto. 

—¿Estás resfriado-ttebayo?

—No, estoy bien, seguramente alguien está hablando de mí —le sonrió mientras lo miraba fijamente. Estaba feliz de ver a Naruto y tenerlo cerca de nuevo—, Naruto. 

—¿Sí?

—Realmente te extrañé —murmuró, sonriendo. 

—¿Eh? Pero si fue un poco tiempo sin vernos-ttebayo —comentó. 

—Naruto...

—¿Sí?

—No tienes idea de qué tan largo es un poco tiempo cuando no puedo verte —comentó entonces, acomodando un mechón dorado y  rebelde que ocultaba los hermosos ojos oceánicos.

El rubio sonrió.

—Yo también te extrañé-ttebayo —sonrió, enternecido.

—Y yo sigo aquí —murmuró Chouji, incomodado por la extraña aura que ambos emanaban. 

Entonces Naruto soltó una carcajada que hizo a Shikamaru muy feliz. 

Después de todo, al parecer tener problemas para dormir y luego levantarse tan temprano... No era tan malo si podía estar algo de tiempo a su lado.




Continue Reading

You'll Also Like

107K 13.2K 31
Itadori descubre una debilidad del rey de las maldiciones. Su esposa Natsumi Pero para eso debería entender la historia de ambos que se remonta en la...
593K 41.8K 76
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
306K 26.3K 73
Agustina Ortiz,hermana menor de Valentina Ortiz es una Omega recién ingresante a la secundaria,ser Omega no es fácil menos a esta edad (historia crea...
80.2K 6.7K 63
Los cantantes son tan reconocidos que sus fans harian lo que fuera con tal de conocerlos incluyendo faltar al trabajo para ir a verlos. Karime Pindte...