— ¿Quieren ir hoy a mi casa? — pregunté a la hora del almuerzo, me había salteado todas las clases junto a Mark, estábamos a pocas horas de terminar clases.
— No puedo — respondió rápidamente Ela.
— ¿Y ustedes? — señalé a Jean y Mark.
— Estuve toda la mañana contigo, soportarte más... Cuenta conmigo.
— No tengo turno hoy así que, también voy — de repente llegó Dylan, tenía un pequeño morado en su mejilla, saludo a todos, incluyéndome. Se sentó enfrente de mí, al lado de Jean.
— ¿Cómo estás? — trate de sonar cordial.
— Supongo que bien y ¿Tú?
— He estado mejor.
— ¿Podemos hablar?
— Adelante.
— En privado — enfatizó mucho la última palabra y mire a Ela, compartimos una mirada cómplice; ella estaba al tanto de lo que pasaba con Dylan.
— ¿Ya?
— Por favor.
— Bien — me levanté de la silla, acto seguido él hizo lo mismo, no hicimos en un lugar alejado con pocas personas a su alrededor.
— ¿En serio él es tu novio?
— Han pasado cosas, nada más.
— ¿Por qué lo dice?
— Ve y pregúntale.
— No te enojes.
— Si es solo eso, ¿Ya puedo irme?
— No, te extraño mucho.
— Solo amigos, ¿No? — por qué es tan bipolar — además, no debería estar aquí contigo.
— Estuvo mal haber dicho eso cuando no sentía solo una amistad por ti.
— No es tiempo de arrepentirse, además, lo que en verdad estuvo mal es que andes por ahí diciendo lo que hicimos.
— Me disculpo por eso, tenía tragos encima y ese Logan es un imbécil, no sabes cuánto me enoja.
— Eso no te da derecho a estar diciendo que la mamo bien y no sé qué mierdas más.
— Lo siento.
— Mira, no estoy de humor hoy así que deja de disculparte que ya lo hecho, hecho está.
— Bien — di la vuelta para volver con mis amigos — ¿Qué harás hoy? — me detuve y lo miré.
— Nada especial.
— ¿Quieres ir por un café?
— Mejor otro día — sugerí y volví a la mesa.
— ¿Qué pasó? — preguntarom todos al tiempo.
— Nada en específico, lleguen a mi casa tipo cuatro.
— Bien — Dylan volvió y tomó asiento.
— ¿Vas a ver las últimas horas? — Pregunto Mark.
— No.
— No puedo acompañarte más, es necesario para mí ver las últimas horas.
— No hay problema.
— ¿Vas a estar bien? — ¿eres tú, mamá? Mark a veces se preocupaba de más.
— Si, igual y consigo otro compañero.
— ¿El del beso en la biblioteca?
— ¿Cuál beso? — preguntó Ela con confusión.
— Nada.
— Había un chico... Logan, se llama. Estábamos ahí y llegó a la biblioteca, lo llame y empezaron modo drama de televisión y...
— Corta el rollo.
— No, continua — comentó Dylan, no se le veía incómodo; por lo contrario se veía curioso, ¿le causaba curiosidad saber qué pasó?
— Bueno, Mia estaba en plan tóxica por la nueva bibliotecaria, y cuando él se iba a ir le dio un beso que Dios, casi lo orina para marcar "su territorio".
— No estaba en plan tóxica, además la zorratecaria... No tengo por qué darles explicaciones.
— Nadie te las pidió — habló Dylan, por qué habla si no sabe nada.
— Me voy, nos vemos luego — cogí mi mochila y con mi mano hice un gesto de adiós para todos.
...
— Hora de ir a casa — dije entrando en el auto de Logan.
— ¿Estás bien? — pregunto en lo que salía del aparcamiento.
— Sí.
— ¿Qué fue lo de la biblioteca?
— ¿Qué específicamente?
— El beso.
— ¿No puedo besar a "mi novio"?
— ¿Estabas celosa?
— ¿Tendría porqué?
— No.
— Bien, ya tienes la respuesta... No digas que somos novios, no lo somos.
— Por ahora.
— Ya te dije que para ser algo necesito conocerte y mientras eso pasa somos simples conocidos.
— ¿Por qué no amigos? o ¿un casi algo?
— No te tengo tanta confianza como la que tengo con mis amigos y un casi algo es como si no estuviéramos en plan de nada.
— Si pides que deje de decir que no somos nada entonces te pido que no me beses en el instituto ni en ningún sitio público.
— ¿Hablas en serio?
— Tan en serio como tú, al besarme se van mis "casi algo".
— ¿La zorratecaria y tú?
— No, solo amigos.
— Dame tiempo, ¿bien?
— Bien.