Janette se encontraba en el laboratorio, a punto de beberse aquel líquido púrpura que tenía tan mala pinta.
-Vamos, bébetelo. - le dijo Sparks.
Janette lo miró seriamente, echó un leve suspiro y lo hizo. Sintió un pequeño escozor en la garganta, como si fuera una bebida alcóholica, pero definitivamente no lo era al probar sus sabor.
-Bien. - dijo con una sonrisa Sparks.
-Que asco. - murmuró Janette intentado recuperar el sabor de boca.
-Te acostumbrarás. - añadió Sparks. - Hoy no tienes que hacer nada más, sólo hacerme compañía en el laboratorio.
Janette no reprochó nada, pero tampoco estaba satisfecha. Sparks no parecía ni joven ni mayor. Como si tuvieran entre 35 y 40 años. Era un hombre apuesto, pero cuando Janette lo miraba, sólo veía a una víbora científica. Ahora estaban en silencio. Sparks estaba en su escritorio, que estaba un peldaño más alto que el suelo, y Janette estaba sentada en un sillón de piel negro.
-Dime, Janette. - rompió el silencio Sparks. - ¿Qué has visto en ese... perro?
-¿Cómo dices? - preguntó Janette algo molesta.
-¿Cómo se llama? Tengo entendido que su nombre es Lobezno.
-"¿Lobezno?" - pensó Janette dubitativa.
-No sé de quién hablas.
-¿No conoces ni a tu novio? - se rio Sparks. - Él fue el experimento de un viejo amigo de mi abuelo, se llamaba Striker. Murió hace años. Lobezno fue su mayor éxito.
Janette sabía perfectamente la vida de Logan, pero no sabía que lo llamaban Lobezno. Ella no hablaba sobre él, prefería no hacerlo. Dudaba de que los X-Men pudieran encontrarla.
-En serio, ¿qué has visto en él? - preguntó de nuevo seriamente Sparks.
Janette miró hacia otro lado, sin contestar.
-¿Prefieres no hablar, eh? - murmuró Sparks. - Ya veo...
Volvió el silencio de nuevo. Janette tenía unas lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, pero guardaba silencio manteniendo la calma. Sparks se dio cuenta de que Janette estaba a punto de llorar así que decidió ahbalr sobre otra cosa.
-Janette, háblame de tu vida. - le dijo Sparks mientras escribía en un cuaderno.
-¿De mi vida? - se rio burlonamente Janette, y Sparks asintió. - Huir de ratas como tú.
Sparks se rio, se levantó de su mesa y dijo:
-¿Sabes? Me gusta tu carácter. Es fuerte.
-¿Por qué? - murmuró Janette dejando caer una lágrima, y Sparks no entendía nada. - ¿Por qué no me dejáis en paz? ¡¿No podías coger a otro que tenía que ser yo?! ¡O mejor! ¿¡Haberte suicidado?!
Sparks se quedó algo boqueabierto y le dijo:
-Calmate.
-¿¡Que me calme?! - se rio burlonamente Janette. - ¡Púdrete!
Sparks se mordía la lengua porque no quería ser grosero, más de lo que ya era. Janette no aguantó más y lloró en silencio.
-No es fácil, Janette. Ya te lo he dicho, eres única. - murmuró acercándose a ella. - A demás, queremos que utilices bien tus poderes.
-Déjame en paz, Sparks. - murmuró ella. - Si quieres que colabore, hazme un favor y déjame en paz por unos momentos.
Sparks, sin decir nada, accedió.
Los X-Men estaban todos reunidos. Realizando un plan para poder salvar a Janette. Logan sentía la necesidad de tener Janette entre sus brazos. Añoraba sus abrazos con tan solo haber pasado dos días sin ella.
-Sabemos su localización. Kitty y Tormenta fueron a ver cómo estaba el perímetro, y no pinta bien. - dijo Charles. - Tienen bastantes hombres armados, y Kitty consiguió los planos del lugar.
-Espera, ¿dices que ella ha estado ahí? -espetó algo molesto Logan. - ¿Y porqué no la has sacado ya de ahí?
-No la vi, Logan. Lo siento. - murmuró Kitty.
Logan echó un pequeño gruñido por haber tenido falsas esperanzas, pero pronto las recuperaría.
-Se ve que hay un laboratorio subterráneo. - decía Charles mientras todos miraban el mapa. - Hay tres sectores. El primero es la pista de aterrizaje. Ahí guardan las armas, aviones y coches. En la segunda planta hay una especie de celdas y salas de vigilancia. Y por último, el laboratorio.
-Esto es pan comido. - dijo Scott.
-No del todo, Scott. - le frenó Charles. - Sus armas son antimutantes, no son pistolas de fuego normales, pero no temáis. Sólo hay que tener precaución.
-¿Cuando vamos? - preguntó Bobby.
-Dentro de una hora. - dijo serio Charles. - Preparaos.
Logan salió el primero a toda prisa.
-Logan. - lo llamó Tormenta antes de que este se marchara a ponerse el traje. - Antes de marcharnos, debes pensar que Janette puede estar diferente. Quiero que estés preparado por si ves algun cambio...
-Lo estoy. - dijo con decisión, y Tormenta asintió.
Logan se fue a su habitación a prepararse. Minetras se cambiaba, su mente le jugó una mala pasada y un recuerdo de Janette y él pasó fugazmente por su cabeza. Entonces, echó un suspiro.
-Voy a salvarte, Janette... - murmuró serio. - Lo prometo...
Logan terminó de vestirse. Salió de su habitación y afuera estaba Pícara.
-Logan. - lo llamó ella preocupada por él. - Me preguntaba si estabas bien.
-Sí, no te preocupes. - murmuró junto a un suspiro.
-Tu cara no dice lo mismo. - observó Picara. - Todos sabemos que quieres a Janette, pero debes ser fuerte.
Logan alzó las cejas con sorpresa de las palabras de Pícara, pero es que la verdad, ella tenía razón. No sabía cómo estaría Janette al llegar ahí, pero había que tener esperanza en que estuviera bien.
-Janette, cambiaremos los planes. - dijo Sparks apareciendo en el laboratorio. - Por fin tengo la cura para poder curar todos tus defectos.
Janette lo miró con desconfinza al ver que tenía una aguja en la mano.
-Te la pondré ahora. - dijo Sparks acercándose a ella.
-No. - soltó Janette al alejarse más de él.
-¡Janette, no seas estúpida! - corrió tras ella, y la cogió del brazo. - ¡Esto te arreglará!
-¡No soy un robot! - intentaba huir de las manos del científico.
Los esfuerzos de Janette fueron en vano, ya que Sparks se la puso en el cuello sin su permiso. Janette cayó al suelo sintiendo cómo si la gravedad aumentara.
-No me has dejado otra. - dijo Sparks serio. - Ahora sentirás mareo, pero sólo unos cinco minutos.
Janette estaba inmovil. Sentía cómo sus tripas y su cabeza ardían, pero no podía ni gritar.
-Janette... Voy a confesarte algo... - dijo Sparks agachándose junto a ella. - Tú no estás sólo aquí para experimentos, estás aquí para... ser mi esposa...
Janette abrió los ojos como platos. No podía salir corriendo.
-Si, has oído bien. - murmuró Sparks. - Eres... única. Mi padre me contó de ti cuando yo tenía solamente 17 años. Me enseñó hasta fotografías, y sigues siendo igual de hermosa.
Janette sentía que quería pegarle, pero no podía. Después de haberla secuestrado, haberla drogado, pegado y de ser un científico loco, quería casarse con ella.
-Dentro de un minuto estarás en esa máquina, y serás invencible. - dijo seriamente Sparks señalando un tanque de agua metálico.
¿Por qué de repente la cosa había cambiado? Parecía que tenía prisa. ¿Por qué? Janette no lo entendía. Dos hombres aparecieron y la levantaron y la dejaron en ropa interior. Seguidamente, la estiraron en el tanque de agua.
Decidme, ¿qué os está pareciendo la historia? :)
Gracias por seguirla :)