« Aléjate de mí || H. Hyunjin...

By Wen_jae

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Ella lo amaba. Él no. Ella daría todo por él. Él por ella no. -Aléjate de mí, no te quiero en mi vida- -Pero... More

Sinopsis
One
Two
Three
Four
Five
Six
Seven
Eight
Nine
Ten
Eleven
Twelve
Thirteen
Fourteen
Fifteen
Sixteen
Seventeen
Eighteen
Nineteen
Twenty
Twenty one
Twenty two
Twenty three
Twenty four
Twenty five
Twenty six
Twenty seven
Twenty eight
Twenty nine
Thirty
Thirty one
Thirty two
Thirty three
Thirty four
Thirty five
Thirty six
Thirty seven
Thirty eight
Thirty nine
Forty one
Forty two
Forty three
Forty four
Forty five
Forty six
Forty seven
Final
Epílogo
Extra
Curiosidades + Nota
Especial

Forty

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By Wen_jae

Desperté a las 12:30 de la tarde. Wow, dormí más de 14 horas. Bueno, ya me hacía falta, hoy era mi día libre y ya no tenía más tareas por entregar, me lo merecía.

—Buenas noches, señorita— dijo mamá mientras iba llegando a la cocina. Me fulminó con la mirada.

—Hola ¿qué tal?— sonreí evitando su mirada.

—Hice hot cakes, sólo que ya están un poco fríos, caliéntalos en el microondas, iré a comprar despensa con tu padre, que de hecho, ya me está esperando en el auto. Al rato venimos, si vas a salir, cierras muy bien todo ¿ok?— me dio un beso en la frente y se marchó.

Calenté mi comida y me puse a pensar en cosas sin sentido. Hoy no tenía planeado hacer algo.

Subí a mi habitación y me metí a bañar, mi cadera aún dolía por el golpe de ayer. Cuando salí, vi la pomada que me había dado Jaesung, así que decidí ponerme para ver si me funcionaba. Me cambié y arreglé un poco mi cuarto. Mis papás se iban a tardar bastante, ya que siempre que salen de compras, tardan hasta 3-4 horas y apenas hace una hora que se fueron. Pff.

Tocaron la puerta.

Me sorprendí un poco ¿quién podrá ser? bajé rápidamente. Vi por rabillo de la puerta y era Kevin.

—¡Moon!— me lancé hacia él.

—Wow, hola— soltó una pequeña risilla.

—Ayer no fuiste a la escuela y dieron los resultados del examen de mate—

—Sí, lo que pasa es que mamá se puso algo mal y pues papá va a trabajar y no había quién la cuidara y pues el día de ayer no le vi muy importante ir— me miró.

—Ay ¿cómo está? ¿todo bien?— dije preocupada.

—Sí, ya está mucho mejor, no te preocupes. Sólo que le dio migraña y una pequeña infección en el estómago, pero ya le dieron medicamento y todo bien. Ayer fui como su niñero y me puse a hacerle su comida, le ayudé a limpiar y pues cuidé de ella— me sonrió.

—Vaya, serás muy buen esposo en el futuro— reí.

—Así es. Afortunada la chica que llegue a estar conmigo— me guiñó un ojo.

—En efecto, muy buena suerte tendrá— él sólo asintió sonriendo.

—Bueno, cualquier cosas que necesiten, no duden en decirme— volví a hablar y sonreí un poco más aliviada.

—Gracias— apretó mi mejilla.

—¿Qué harás hoy?— me preguntó.

—Nada, como siempre— lo invité a pasar y él negó.

—Salgamos, así que ve por tu bolso y corre, aquí te espero— me hizo un ademán con sus manos para que fuera y yo sólo levanté una ceja confundida. Bueno, igual le hice caso y fui.

—Ajá ¿adónde vamos?— llegué y cerré todo. Nos fuimos caminando hacia una dirección que yo desconocía.

—A ninguna parte— me sonrió.

—¿Eh?— dije confundida.

—Sólo caminemos y ya, en el transcurso veremos qué hacemos—

Solté un suspiro y sólo lo seguí. Nos pusimos a hablar sobre cosas de la vida, de nuestras crisis existenciales, etc. Al final, llegamos a una conclusión y nos preguntamos en si en verdad estamos viviendo como tal o sólo somos parte de un juego y alguien nos está controlando y por eso a veces las cosas no son como parecen. No sé, siempre me he preguntado eso. Cosas raras.

—¿Me trajiste al centro comercial? ¿en serio?— hice una mueca.

—Uy pues perdón, ya no te volveré a invitar a ningún lado— tocó su pecho y fingió estar ofendido.

—Qué exagerados son los hombres, por dios— dije riendo por lo bajo.

—Sí, siempre— rió.

Sólo rodé los ojos y entrelacé su brazo con el mío.

—Ridículo—

—Soy tu ridículo favorito— me guiñó un ojo. —Pero bueno, ven, te llevaré a un lugar— me jaló hacia una zapatería. Observé todo y wow, los zapatos de aquí son hermosos.

—Wow—

—Hye me dijo que Hyunjin ya te regaló tu vestido y pues yo quisiera regalarte los tacones, así que elige los que más te gusten— dijo. —Ah, y no me importa el precio, tú sólo elige— sonrió sin mostrar los dientes y fue a sentarse a una silla que estaba ahí

—No, no tienes que hacer esto, yo ya tenía mis tacones— dije apresuradamente. —No es necesario, en serio gracias—

—No te estoy preguntando, te estoy diciendo que elijas. No nos iremos de aquí hasta que lo hagas, así que anda— me empujó.

Decidí ya no insistir y mejor me puse a observar todo.

Diablos, todos los tacones estaban hermosos, todos me gustaron y no sabía por cuál decidirme. Chequé todos los precios y obviamente no iba a elegir los más caros, me fui a lo más económico, igual, como lo dije antes, todos eran hermosos.

Por fin me decidí por unos, me los probé y lucían perfectamente bien, tenía como 8 cm de altura, por lo que con esto puesto, medía casi 1.80 cm de altura.

—Por fin eres más alta que yo— se burló Kevin.

—Cállate— tomé un tacón que estaba a mi lado e hice como si fuera a lanzárselo y él sólo puso sus manos en defensa propia.

—Te ves hermosa— me miró sonriendo. —Y bueno, con el vestido te verás más—

Sólo levanté los hombros y sonreí apenada.

—Creo que serán estos, por favor— bajé la mirada.

—Perfecto— me los quité, los puse en su caja, la chica que nos atendió se la llevó y Kevin fue a pagar.

Yo me quedé observando todo, aquí había zapatos muy lindos.

—Listo— me llamó Kevin.

Salimos de la zapatería y después de eso, entramos a diferentes tiendas a ver, ya eran casi las 5 de la tarde y nos empezó a dar hambre, así que ahora yo lo invité a comer y fuimos a Mc'Donalds.

Sslimos del centro comercial y ya nos dirigíamos a casa.

—Quiero un helado— dijo Kevin de repente. —¿Vamos por uno?—

—Bueno— levanté los hombros.

Nos dirigimos al parque que quedaba cerca de aquí y —donde trabajaba Hyunjin—ajá.

-¿Querías helado precisamente de aquí? digo, venimos del centro comercial- enarqué una ceja.

—Allá no tenía ganas, lo siento— rodó los ojos.

Llegamos y efectivamente ahí estaba Hyunjin, sólo había una pareja que estaba comprando. Nos vio y sonrió.

—¿Qué hay?— nos saludó.

—Todo bien— dije sonriendo.

—¿Cómo sigues de tu golpe?— preguntó algo preocupado.

—¿Golpe? ¿cuál golpe?— me miró Kevin. —¿La golpeaste?— le dijo histérico a Hyunjin.

—Claro que no, jamás golpearía a una mujer— bufó.

—No no, lo que pasa es que ayer me caí en el trabajo— le dije.

—¿Por qué no me dijiste nada?— me miró mal.

—Ya estoy bien y pues no quería preocuparte— suspiré.

—Lo tomaré, pero me ofende— quitó su mirada de mí. —Quiero uno de fresa, por favor— le dijo a Hyunjin y éste enseguida fue a servírselo.

—Yo uno de queso con zarzamora, por favor—

—Claro— respondió con una gran sonrisa.

Hoy andaba de buenas, eh.

No dejé que Kevin pagara, así que yo lo hice.

—¿Compraste zapatos?— preguntó Hyunjin mirando la bolsa que traía.

—Kevin me los regaló— sonreí.

—Genial— puso su lengua entre su mejilla y me sonrió.

—Sí, me quedan muy bien, lucirán genial con el vestido—

—Lo sé, tengo una buena imagen mental de eso— sonrió maliciosamente.

—No pienses demasiado, que puede afectarte— lamí mi helado.

—Yo decido qué me afecta y no—

—Dejen de coquetearse, estamos en un lugar público— Kevin nos miró mal. Por un momento olvidé que él estaba aquí.

—Que no te afecte— sonrió falsamente Hyunjin.

—Yo decido qué me afecta y no— respondió con las mismas palabras que Hyunjin dijo anteriormente.

—Uh— respondí.

—Buenas tardes, me das un helado de chocolate, por favor— llegó una chica a pedir a nuestro lado. —Jae ¿tú de qué lo vas a querer?—

Kevin y yo nos movimos para que Hyunjin pudiera atender a la chica y a la hora de voltear, me encontré con la cara de mi jefe. Ambos nos sorprendimos al vernos.

—Jae ¿de qué lo vas a querer? rápido— dijo enfadada la chica. Hyunjin levantó su mirada hacia él y también se sorprendió.

—Amm, de fresa— quitó su mirada de mí y la puso en Hyunjin y seguido de eso, nos volteó a ver a ambos simultáneamente.

Hyunjin se puso a servir los helados.

Volteé a ver a Kevin y él sólo disfrutaba su helado. Lo empujé para que saliéramos de ahí.

—Espera, no se vayan— nos dijo Hyunjin.

—Tengo cosas qué hacer— seguí con mi camino.

Kevin me detuvo y se volteó.

—¿Qué quieres, Hwang?— lo miró.

Hyunjin terminó de servir los helados y Jaesung le pagó.

—Hay que ir a sentarnos allá— le dijo la chica a Jaesung, señalando una mesa que estaba ahí en la heladería.

—Mejor vámonos— respondió él.

—No quiero— y la chica fue a sentarse. Jaesung maldijo por lo bajo, pero al final la siguió y se sentó con ella. ¿Será su novia? no creo, se ve muy chica para él, calculaba que tenía máximo unos 16.

Ya no había nadie por atender, sólo estaban ahí en la mesa, Jaesung y la chica y en otra, una pareja de ancianos.

Hyunjin llegó hasta nosotros.

—¿Podemos hablar a solas?— miró a Kevin. Éste sólo enarcó una ceja.

—Te espero afuera— rodó los ojos.

—Yo nunca dije que sí— me volteé y me propuse seguir a Kevin, pero Hyunjin tomó mi brazo.

—Ya, no te comportes así— me jaló al lugar en donde estaba atendiendo.

—¿Qué necesitas?— suspiré.

—¿Has pensado algo?—

—¿De qué?—

—Ayer te dije que me seguías gustando— me miró directo a los ojos. —¿Yo te gusto? ¿aún te sigo gustando?— tomó mi mano y la entrelazó.

—Tal vez me gustas, pero no igual que antes— intenté quitar mi mano de él, pero no pude.

—Bueno, entonces haré todo lo posible para que te vuelva a gustar como antes, incluso más— sonrió.

—Por supuesto— dije sarcástica. —Quiero verte intentarlo—

—Lo verás, créeme—

—Ajá, ya debo irme, ya es tarde—

—Ve con cuidado— quiso besarme, pero volteé mi cara y él se sorprendió un poco.

—No somos novios, no tienes derecho a besarme— sonreí sin mostrar los dientes y me alejé de ahí.

Mientras iba hacia la salida, le di una mirada a Jaesung y él hizo lo mismo pero rápidamente. Sólo suspiré y me marché de ahí.

Kevin seguía afuera, llegué y nos fuimos directo a casa, me dejó ahí, le agradecí por todo y luego de eso, se fue a su casa.

El resto de la tarde-noche me la pasé viendo películas y luego me fui a dormir.

[.]


Desperté, me bañé y bajé a desayunar. Me sentía rara, me sentía sin ánimos. Agh.

Ya eran las 2:30, así que me encaminé a mi trabajo. No sé qué rayos conmigo, no tenía ganas de nada. Agh, al parecer hoy será un mal día, rayos. Odio los bajones que me dan de la nada.

—Hola, Yeonghee— saludé sin ganas.

—Hola ¿todo bien?— se miraba preocupada.

—Sí, sólo que me dio un bajón y no sé por qué, día raro— levanté los hombros y fui a cambiarme.

Regresé y Jaesung acababa de llegar. Levanté mi mirada hacia él e hizo lo mismo, pero me sonrió.

—Hola— nos saludó a ambas.

—¿Hola?— respondimos dudosas, aunque bueno, yo tenía mi cara neutral y Yeonghee sí era muy expresiva, hizo una mueca muy grande.

—Ya sé que te parece raro, Yeonghee, pero no sé, hoy desperté muy feliz— nos dio una gran sonrisa.

—Ya nos dimos cuenta—

Yo sólo sonreí sin mostrar los dientes y bajé la mirada.

—¿Quieres un café o algo? tal vez eso te suba los ánimos— me dijo Yeonghee. —Los preparo muy buenos ¿verdad, Jae?— lo miró.

—Sí, debo admitirlo— soltó una risilla.

—Gracias, así estoy bien, mejor me pondré a trabajar, compermiso— me retiré de ahí. No tenía ni ganas de hablar. ¿Qué rayos me pasa?

Todo el resto del día me la pasé evitando a todos.

Se dio la hora de salida, pero nos quedamos un poco más ya que, teníamos que hacer corte. Así que salí aproximadamente hasta las 10:30. Papá hoy no vendría por mí, ya que hoy salía hasta las 12 y mamá a las 11-11:30, por lo que tendré que pedir un taxi o algo, ya que si me voy caminando, me estaría arriesgando mucho, aunque no me quedara tan lejos mi casa.

Salimos todos juntos y me despedí, intenté darles una sonrisa, pero me salió como una mueca, muchos lo notaron, pero no dijeron nada.

Comencé a caminar, hasta la siguiente cuadra, pediría el taxi. Tenía mi mirada puesta en el piso, me seguía sintiendo mal y en serio no sabía por qué. Un día malo, como cualquier otro.

Estaba a punto de cruzar la calle cuando sentí que jalaron mi brazo e inmediatamente eso hizo que mi cuerpo se hiciera para atrás. Vi que un auto pasó enfrente mío e hizo sonar el claxon, como si estuviera reclamándome.

Volteé hacia atrás y vi a Jaesung algo asustado y preocupado. Aún tenía su mano puesta en mi brazo derecho.

—Deberías estar más atenta por dónde caminas, casi te matan— me miró directo a los ojos.

—Y-yo, lo siento, he ando muy distraída el día de hoy— bajé la mirada.

—¿Por qué estás sola? ¿Hoy no vendrá tu padre?—

—No, me iré yo sola— levanté la mirada y estaba muy pegada a él. Aún no me soltaba.

—Vives cerca de aquí ¿no?—

—Sí—

—Te llevaré, sólo dime en dónde es—

—No— dije rápidamente.

—Es muy riesgoso que te vayas tú sola a esta hora— por fin me soltó.

—Y yo a ti no te conozco muy bien, eso también puede ser riesgoso— enarqué una ceja.

—Créeme, puedes confiar en mí—

—Yo ya no confío en nadie, así que gracias, sé por dónde irme— estaba a punto de cruzar la calle, pero volvió a sujetar mi brazo.

—No me voy a arriesgar a que te pase algo— me vio fijamente. Me sentía intimidada.

—No es necesario, gracias, ya puedes soltarme—

—Min, por favor, tengo auto, no te voy a hacer nada, puedes confiar plenamente en mí, incluso, si quieres llámale a Yeonghee y pregúntale. Lo hago por tu bien y seguridad— suspiró y me entregó su teléfono para que le llamara a Yeonghee.

—Ya, no le voy a llamar— dije rechazando el teléfono. Miré todo a mi alrededor y sí se veía bastante solo, iba a pedir un taxi, pero eso tampoco me garantizaba seguridad. Era una chica solitaria casi a las 11 de la noche.

—Está bien— suspiré. —Confiaré en ti—

—Gracias, no te pasará nada, no te preocupes, no soy esa clase de persona— rodó los ojos. —Ven, acá está mi auto— lo seguí.

Me abrió la puerta del copiloto y me subí, después de eso, él también se subió.

—Tranquila— me miró.

—Estoy bien— no quería mirarlo. Aún me seguía intimidando, su mirada era muy penetrante.

Le di la dirección de mi casa y me llevó hasta ella. Llegamos en menos de 10 minutos.

—Gracias por traerme, iba a pedir un taxi, pero bueno, de todas maneras lo agradezco— le di una reverencia.

—No tienes qué agradecer, ve con cuidado, no debes de andar sola a altas hora de la noche, es muy peligroso—

—Lo sé, pero tengo que aprender a andar sola, no toda la vida voy a andar acompañada— me encogí de hombros.

—Lo entiendo, pero igual, siempre cuida tu espalda, hay muchas malas personas en este mundo, por eso siempre me gusta estar cuidando a mi hermana— se encogió de hombros también.

—¿La chica de ayer era tu hermana?— me atreví a preguntar. Qué chismosa soy.

—Sí, es algo mandona— rodó los ojos divertido.

—Es linda— y era la verdad, tenía un leve parecido a Jaesung, con facciones finas, sólo que ella tenía el cabello largo. Me imagino que toda su familia ha de compartir esos bellos genes.

—Algo— volvió a rodar los ojos y yo reí.

—De nuevo, gracias por traerme, nos vemos mañana—

—Cuando necesites algo, no dudes en decirme, estaré a tu disposición— sonrió y yo abrí los ojos un poco sorprendida y sólo asentí. Cerré la puerta del auto y entré a casa. Escuché cómo se marchaba.

[.]


—Omg ¿te llevó hasta tu casa?— dijo sorprendida.

—Sí— suspiré.

—Wow, bueno, si tú no lo quieres ¿me lo puedo quedar yo?— dijo con una mirada seductora.

—Controla tus hormonas, mujer— reí.

—Por dios, es que es hermoso ¿has visto su cara? sus facciones son tan wow y luego está muy alto, así como me gustan— suspiró.

—Sí, es como casi 30 centímetros más alto que tú— solté una carcajada.

—Déjame, medir 1.60 es lindo—

—Nadie dijo que no— seguí riendo. Estaba por comenzar la clase y los chicos venían llegando.

Todos nos saludaron excepto Felix, él sólo nos vio, nos sonrió un poco y tomó asiento. Muy raro.

Kevin también venía entrando y se veía algo agitado, llegó hasta nuestro lugar y se sentó.

—¿Todo bien?— le dije.

—Sí, sólo que creí que la clase ya había comenzado y que iba a llegar tarde, pero ya vi que no— soltó un gran suspiro.

La clase comenzó. En toda esta semana iban a entregar calificaciones, ya era la última semana de clases. Espero que me vaya bien.

La maestra no nos dejó salir, pero nos dejó platicar hasta que la clase terminara.

Me paré y fui hacia con Felix.

—¿Todo bien? te notas algo raro— dije algo confundida.

—Sí, sólo que no he dormido bien, he tenido insomnio—

—Rayos, eso es horrible—

—Demasiado— no mantenía su mirada en mí, la tenía puesta en su cuaderno.

—Cualquier cosa que necesites, aquí estaré ¿ok? ya casi no hemos hablado— hice un puchero.

—Lo siento, es que tenía cosas qué hacer— por fin me miró.

—Ah, entiendo— bajé la mirada. Todavía no me sentía muy bien, aunque bueno, ya estaba mucho mejor que el día de ayer. Entendí que Felix no tenía ganas de hablar, así que mejor me paré y regresé a mi lugar. Ya sé perfectamente bien cuando alguien no quiere hablar o estar contigo.

Kevin y Hye estaban hablando de autos. Los amigos de Hyunjin estaban en sus cosas y vi que el anterior nombrado, se dirigía hacia mí.

—Hola— me saludó.

—Hola— respondí.

—¿Estás bien?—

—Sí— mentí. Repito, aún no me sentía completamente bien y luego, al parecer Felix me estaba ignorando. Auch.

—¿Entonces la llevó a su casa?— se escuchó la voz de Kevin, detrás de nosotros.

—Sí— chilló Hye emocionada. —Ella no quería, pero al final terminó aceptando, pero bueno, nadie se resiste a él— dio un largo suspiro.

Hyunjin volteó a verlos y luego a mí.

—Están hablando de ti ¿verdad?— enarcó una ceja.

—¿Eh?— dije confundida.

—¿Tu jefe te llevó ayer a tu casa?— me susurró algo histérico.

—Ah, eso. Sí, sí me llevó— dije echándole una mala mirando a Kevin y Hye, pero ninguno lo notó porque siguieron hablando.

—¿Por qué? ¿No se supone que tu papá va a recogerte?—

—Sí, pero ayer no pudo y—

—Diablos, Min, te subiste al auto de un extraño, pudo haberte hecho algo— me reclamó.

—Es mi jefe y ah, no me hizo nada— rodé los ojos.

—Pero pudo haberlo hecho, ese chico no me da confianza, se ve muy creído—

—Ja, quién lo dice— dije por lo bajo. Vi que Felix comenzó a guardar sus cosas, tomó su mochila y seguido de eso, fue con la maestra, le dijo algo y salió del salón.

—¿Me estás escuchando?— habló Hyunjin.

—Ah, no, lo siento—

—Por dios, Min— bufó algo molesto.

—Deja de reclamarme ¿sí? no tienes derecho a hacerlo, no somos nada—

—Ya sé que no, al menos no por ahora—

—¿Y qué te asegura que llegaremos a ser algo? estás celoso de Jaesung ¿verdad? ¿acaso tienes miedo de que él comience a gustarme y me olvide de ti?— enarqué una ceja y bufé molesta.

—Deja de inventar tonterías, no tengo por qué ponerme celoso, para mí él es un cero a la izquierda— me miró directo a los ojos.

—Bien por ti— rodé los ojos y me volteé hacia con Kevin y Hye. Seguían en lo suyo.

—¿Me vas a ignorar?— habló Hyunjin a mis espaldas.

Y sí, lo ignoré. No iba a estar siempre a su disposición. Vi de reojo y aún seguía donde mismo, sólo me observaba.

—No me iré hasta que me hables— volvió a hablar.

Me dieron ganas de hacer pipí así que me paré y fui a pedirle permiso a la maestra. Sentí la mirada de Hyunjin encima de mí.

Salí del baño y me encontré con Hyunjin afuera de éste.

—No escapes de tus problemas, Park— se veía serio.

—O sea que ¿tú eres un problema?— me crucé de brazos. —¿Qué haces aquí?—

—Le pedí permiso para ir al baño a la maestra— se cruzó de brazos también.

—Sólo puede ir uno—

—Estaba muy distraída y no notó que tú te fuiste— qué raro.

—¿Qué quieres? digo, tengo que regresar al salón—

Se acercó demasiado a mí, así que retrocedí y quedé pegada a la pared.

—Si haces algo indebido, voy a gritar— lo amenacé.

—No tengo por qué hacerlo— pegó su cara a la mía. —Tengo demasiadas ganas de besarte ¿qué me estás haciendo?— rozó sus labios con los míos.

Bien, hora de actuar.

Lo jalé del cuello de la camisa y lo moví hacia el pequeño rincón que estaba cerca del baño.

Ahora yo hice que él quedara pegado a la pared, así que me acerqué más y rocé mis labios con los suyos. Mordió levemente mis labios e hizo que los abriera, por lo que inmediatamente él metió su lengua a mi boca. Quería controlarme, pero no iba a dejarlo, ahora la que iba a controlar, era yo.

Me separé de él y lo besé, pero ahora yo introduje mi lengua en su boca y comencé a moverla lentamente. Él quería hacerlo más rápido, pero no lo dejé, yo lo quería lento, ya que así para él, sería mucha más tortura.

Me tomó del cuello e intensificó más el beso. Ambos movíamos al mismo ritmo nuestras lenguas. Diablos, esto se sentía demasiado bien. Él besaba demasiado bien.

Mordió mi labio superior y eso me hizo jadear. El sonrió y yo misma me sorprendí por mi anterior acto. ¿Qué rayos, Min?

Volví a besarlo y ahora yo mordí su labio, eran muy gruesos y eso facilitaba todo, incluso hacía que se sintiera mejor. Vaya.

Bien, esto ya era demasiado y más para él, que era hombre y aparte, estábamos en la escuela, por dios, Min, ahora tú controla tus hormonas.

Lo besé durante 15 segundos más y de la nada, me separé de él. Se veía bastante agitado. Yo también, pero mucho menos que él.

—Deberías volver a clase, ya tardaste demasiado, podrían pensar mal y más, si llegas así— sonreí.

Me peiné un poco, me di la vuelta y comencé a caminar de vuelta a clase.

—¿Me vas a dejar así?— aún seguía bastante agitado.

—¿Así cómo?— me volteé, me hice la desentendida y seguí caminando con una sonrisa de autosuficiencia en mi cara.

Caminé rápidamente y llegué a clase, entré y fui hacia mi lugar.

2 minutos después, llegó Hyunjin y tenía una mirada de pocos amigos.

Se sentó delante de mí, me miró y me sonrió falsamente.

—¿Todo bien?— dije haciéndome la confundida.

—Obviamente— respondió sarcástico.

—Ah, ok— respondí.

—No juegues con fuego, que te puedes quemar— me dio media sonrisa y se volteó. Reí.

—Tss, cuidado, que tú puedes salir más quemado que yo— hice el mismo gesto que él y me dispuse a hablar con mis amigos.

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