𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hood

Od skelletonless

478K 18.1K 3.6K

Pequeños imaginas de nuestro querido Calum Hood. Todos los derechos reservados a la autora original: @headspa... Více

𝟬𝟬𝟭 : 𝗰𝘂𝗿𝗹𝘀
𝟬𝟬𝟮 : 𝗱𝗮𝗱𝗱𝘆 𝗱𝗮𝘂𝗴𝗵𝘁𝗲𝗿 𝘁𝗶𝗺𝗲
𝟬𝟬𝟯 : 𝗶 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝘆𝗼𝘂
𝟬𝟬𝟰 : 𝗴𝗼𝗹𝗱 𝗰𝗵𝗮𝗶𝗻
𝟬𝟬𝟱 : 𝗹𝗮𝘇𝘆 𝗺𝗼𝗿𝗻𝗶𝗻𝗴𝘀
𝟬𝟬𝟲 : 𝗻𝗲𝗲𝗱𝘆 𝗯𝗼𝘆
𝟬𝟬𝟳 : 𝗯𝗮𝗯𝘆 𝗵𝗼𝗼𝗱
𝟬𝟬𝟴 : 𝗵𝗶𝘀 𝗰𝗹𝗼𝘁𝗵𝗲𝘀
𝟬𝟬𝟵 : 𝗵𝘂𝗻𝗴𝗼𝘃𝗲𝗿
𝟬𝟭𝟬 : 𝗴𝗿𝗲𝘆 𝘀𝘂𝗶𝘁 𝗽𝗵𝗼𝘁𝗼𝘀𝗵𝗼𝗼𝘁
𝟬𝟭𝟭 : 𝗽𝗮𝗽𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝗽𝗮𝗻𝗶𝗰 𝗮𝘁𝘁𝗮𝗰𝗸𝘀
𝟬𝟭𝟮 : 𝗯𝗹𝗮𝗰𝗸 𝗻𝗮𝗶𝗹 𝗽𝗼𝗹𝗶𝘀𝗵 (𝘀𝗺𝘂𝘁)
𝟬𝟭𝟯 : 𝗳𝗶𝗿𝘀𝘁 𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁
𝟬𝟭𝟰 : 𝘀𝗽𝗿𝗮𝗶𝗻𝗲𝗱 𝗮𝗻𝗸𝗹𝗲
𝟬𝟭𝟱 : 𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁𝗺𝗮𝗿𝗲
𝟬𝟭𝟲 : 𝘁𝗵𝗶𝗴𝗵 𝗿𝗶𝗱𝗱𝗶𝗻𝗴 (𝘀𝗺𝘂𝘁)
𝟬𝟭𝟳 : 𝗯𝗮𝘀𝘀
𝟬𝟭𝟴 : 𝘀𝗶𝗰𝗸 𝗯𝗼𝘆
𝟬𝟭𝟵 : 𝗶 𝗱𝗼𝗻'𝘁 𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝗯𝗲 𝘆𝗼𝘂𝗿 𝗯𝗲𝘀𝘁 𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱 𝗮𝗻𝘆𝗺𝗼𝗿𝗲
𝟬𝟮𝟬 : 𝗺𝗮𝗸𝗲𝘂𝗽 𝘁𝘂𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮𝗹
𝟬𝟮𝟭 : 𝘀𝘁𝗮𝗴𝗲 𝗳𝗿𝗶𝗴𝗵𝘁
𝟬𝟮𝟮 : 𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱𝘀 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝗯𝗲𝗻𝗲𝗳𝗶𝘁𝘀 (𝘀𝗺𝘂𝘁)
𝟬𝟮𝟯 : 𝘁𝘄𝗼 𝗮.𝗺. 𝗱𝗮𝗻𝗰𝗶𝗻𝗴
𝟬𝟮𝟰 : 𝘀𝘂𝗺𝗺𝗲𝗿 𝗰𝗮𝗺𝗽 𝗰𝗼𝘂𝗻𝘀𝗲𝗹𝗹𝗼𝗿𝘀
𝟬𝟮𝟱 : 𝗺𝗶𝗴𝗿𝗮𝗶𝗻𝗲𝘀
𝟬𝟮𝟲 : 𝗺𝗮𝘀𝘀𝗮𝗴𝗲
𝟬𝟮𝟳 : 𝗱𝗼𝗻𝘂𝘁 𝘀𝗵𝗼𝗽
𝟬𝟮𝟴 : 𝗷𝘂𝘀𝘁 𝗮 𝗱𝗿𝗲𝗮𝗺
𝟬𝟮𝟵 : 𝗱𝗮𝗿𝗹𝗶𝗻𝗴 - 𝘀𝗺𝘂𝘁
𝟬𝟯𝟬 : 𝗯𝗮𝗯𝘆𝗴𝗶𝗿𝗹 𝗵𝗼𝗼𝗱
𝟬𝟯𝟭 : 𝘄𝗮𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗶𝗴𝗵𝘁
𝟬𝟯𝟮 : 𝘀𝗶𝗰𝗸! 𝘁/𝗻 (𝟭/𝟲)
𝟬𝟯𝟯 : 𝘀𝗶𝗰𝗸! 𝘁/𝗻 (𝟮/𝟲)
𝟬𝟯𝟰 : 𝘀𝗶𝗰𝗸! 𝘁/𝗻 (𝟯/𝟲)
𝟬𝟯𝟱 : 𝘀𝗶𝗰𝗸! 𝘁/𝗻 (𝟰/𝟲)
𝟬𝟯𝟲 : 𝘀𝗶𝗰𝗸! 𝘁/𝗻 (𝟱/𝟲)
𝟬𝟯𝟳 : 𝘀𝗶𝗰𝗸! 𝘁/𝗻 (𝟲/𝟲)
𝟬𝟯𝟴 : 𝗹𝗮𝘇𝘆 𝘀𝗲𝘅 (𝘀𝗺𝘂𝘁)
𝟬𝟯𝟵 : 𝗽𝘂𝗺𝗽𝗸𝗶𝗻 𝗽𝗮𝘁𝗰𝗵
𝟬𝟰𝟬 : 𝘀𝗹𝗲𝗲𝗽𝘆 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗹𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝘀
( 41 : FIRST SHOTS )
( 42 : SNOW DAYS )
( 43 : QUARANTINE WITH CAL )
( 44 : BANANA PANCAKES )
( 45 : WILDFLOWER MUSIC VIDEO )
( 46 : NAIL POLISH )
( 47 : MORNING WALKS )
( 48 : ZOOM CALLS )
( 49 : MOVIE MARATHON )
( 5O : HOCKEY )
( 51 : HOME FROM HOLIDAYS )
( 52 : POWER OUTAGE )
( 53 : THE SHOWER )smut
( 54 : VOCAL REST )
( 55 : BIRTHDAY SURPRISE )
( 56 : "YOU KNOW I CAN SEE YOU?" )
( 57 : WISDOM TEETH )
( 58 : NO SHAME ) smut
( 59 : FIGHT ) 1/2
( 6O : FIGHT ) 2/2
( 61 : BE MY VALENTINE )
( 62 : TOUR SURPRISES )
( 63 : BODY POSITIVITY ) smut
( 64 : YOUR VERY OWN LULLABY )
( 65 : WILDFLOWER ) smut
( 66 : "YOU'RE MINE" )
( 67 : HOOD SIBLINGS AND HEARTBREAKS )
( 68 : SUPERBLOOM )
( 69 : BEHAVE, ANGEL )1/3 smut
(70 : BEHAVE, ANGEL)2 /3 smut
(71 : BEHAVE, ANGEL)3/3 smut
(72 : LET'S STAY HERE)
( 𝟳𝟯 : 𝘀𝗲𝗮𝘀𝗼𝗻𝗮𝗹 𝗱𝗲𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀𝗶𝗼𝗻 )
( 𝟳𝟰 : 𝘁𝗼𝘂𝗿 𝗳𝗶𝗴𝗵𝘁𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝘂𝗻𝗸𝗻𝗼𝘄𝗻 𝗰𝗶𝘁𝘆 𝘀𝘁𝗿𝗲𝗲𝘁𝘀 ) 𝗽𝘁. 𝟭
𝟬𝟳𝟲 : 𝗴𝗿𝗼𝗰𝗲𝗿𝘆 𝘀𝗵𝗼𝗽𝗽𝗶𝗻𝗴
𝟬𝟳𝟳 : 𝗺𝘂𝗹𝗹𝗲𝘁

𝟬𝟳𝟱 : 𝗴𝗹𝗮𝘀𝘀𝗲𝘀

4.6K 214 51
Od skelletonless

Todo comenzó hacía dos semanas, cuando Calum comenzó a quejarse de tener dolores de cabeza y migrañas varias veces durante el día. Ambos pensasteis que probablemente fuese causado de todo el estrés que tenía encima por el siguiente álbum y de pasar tanto tiempo en el estudio. Había pasado de estar todo el día encerrado en casa por la cuarentena, a quedarse hasta tarde metido en el estudio con sus compañeros de banda. Su cuerpo no parecía estar ajustándose bien a todos estos cambios diarios.

Acabaste asumiendo que probablemente lo que necesitaba era unos días de descanso, unos días en los que pudiese relajarse antes de volver a la rutina. Pero ahora ya habían pasado tres semanas en las que el chico sufría de estos constantes dolores de cabeza y tu preocupación por él aumentaba por momentos.

"¿Cal? ¿Estás bien, cariño?" Llamaste, entrando en la cocina para encontrártelo sentado frente a la isla con su frente presionada contra el frío mármol que la componía. Sus manos estaban sobre su cabello, sus dedos dibujando círculos contra sus sienes en busca de tratar de aliviar ese dolor que había comenzado a experimentar unos minutos atrás.

Su portátil estaba abierto junto a él, la pantalla mostrando la bandeja de entrada de su correo con todos esos mensajes esperando a ser leídos. Lo que fuese que hubiese estado haciendo o leyendo ahora completamente olvidado.

Cuando Calum no respondió decidiste dar unos pasos hacia él, colocando una de tus manos sobre su hombro, pero retirándola rápidamente al sentir como su cuerpo se tensaba con sorpresa. Murmuraste una suave disculpa mientras él levantaba su cabeza con lentitud, mirándote con esos ojos ahora rojos y esos labios que formaban un puchero, sus rizos hechos un desastre mientras su piel se veía mucho más pálida. Las arrugas entre sus cejas parecían ser más evidentes que nunca desde que sus dolores comenzaron, siendo más frecuentes de lo que a ambos os hubiese gustado.

Odiabas verlo de esa manera, adolorido y miserable. Habías hecho todo lo posible por intentar que mejorara, desde entregarle pastillas para su dolor mientras masajeabas las partes de su cabeza que más le molestaban, hasta sostenerlo entre tus brazos durante todo el tiempo que fuese necesario o al menos hasta que acabase cayendo dormido.

"Oh cielo." Dijiste, dando un paso hacia él y colocando tus manos sobre sus mejillas, acariciando su piel en un intento de reconfortarle. Calum instantáneamente se relajó entre tus palmas, sus ojos cayendo cerrados y un gemido de dolor proviniendo de sus labios. "Ven aquí." Animaste, acercándote aún más para permitir que acurrucase su rostro contra tu cuello mientras tus manos encontraban el camino hasta su cabello para masajear su cabeza.

La respiración de Cal golpeó la piel de tu cuello con fuerza al notar como si estar allí sentado contigo solo hiciese que el dolor aumentase. No entendía que le pasaba y por qué sucedía tan seguidamente, pero le frustraba a más no poder y eso solo hacía que empeorara la situación. Odiaba la forma en que un simple dolor de cabeza podía arruinar por completo su día.

Últimamente sus migrañas parecían estar durando más tiempo de lo normal, distrayéndole de su trabajo o de simples cosas que le gustaba hacer durante el día como leer un libro o revisar sus redes sociales para informarse de lo que estaba sucediendo en el mundo.

"Mierda." Murmuró al sentir como el dolor solo aumentaba, sus manos tatuadas cerrándose en puños sobre la tela de tu camiseta y apretando con fuerza. Tu corazón cayó al suelo, desesperadamente queriendo poder ayudar al hombre que amabas acurrucado entre tus brazos.

"Creo que deberías ir a ver un doctor, Cal. Estoy comenzando a preocuparme." Susurraste, manteniendo tu tono de voz al mínimo para tratar de que ruidos no pudiesen alterar aún más su situación. Calum se apartó de tu cuello con algo de inseguridad, levantado la mirada a observarte con sus ojos cristalizados. "Oh cariño." Murmuraste, moviendo tus manos de su cabello a sus mejillas para secar sus lágrimas con tus pulgares. Calum raramente lloraba delante de ti o de cualquier persona en general, así que el hecho de que lo estuviese haciendo en ese momento significaba que el nivel de dolor que sentía era demasiado alto y necesitaba ayuda con ello. "Odio verte sufriendo tanto."

Frunciste el ceño al ver como Cal cerraba sus ojos con fuerza y su cuerpo se tensaba una vez más, otra ola de incomodidad apoderándose de él. Últimamente los dolores de cabeza de tu novio habían comenzado a transformarse en migrañas que podían durar hasta horas, por lo que trataba de pasar la mayor parte del día durmiendo, ya fuese en vuestra cama o sofá. El dolor incluso le había hecho vomitar un par de veces; hacía una semana cuando te lo encontraste de rodillas frente al retrete, viéndose más pálido que nunca y con una capa de sudor cubriendo su cuerpo. Aquel día decidió saltarse su sesión en el estudio para quedarse en casa acurrucado en la cama mientras soltaba quejidos y te suplicaba que hicieses que el dolor cesase. Tu corazón se rompió inmediatamente al verlo tan devastado, deseando poder llevarte todo ese dolor si fuese posible.

"Vayamos a tumbarnos un rato." Sugeriste, ganándote un pequeño asentimiento de cabeza por parte del chico frente a ti. "Vamos."

Agarraste su mano con suavidad y colocaste su brazo alrededor de tus hombros, sabiendo que probablemente se sentiría mareado al levantarse y así poder ayudarlo a caminar hacia vuestro cuarto, donde prácticamente colapsó sobre la cama.

"En un momento vuelvo, solo intenta sentarte para mí." Pediste, sonriéndole amablemente cuando viste como asentía.

No pudiste evitar negar con tu cabeza en forma de decepción al llegar a la cocina y ver como el pote de pastillas ya estaba casi vacío, aun así agarrando una pastilla más y un vaso lleno de agua de la encimera. Al volver a la habitación soltaste una pequeña risa al ver como Calum se encontraba sentado al borde de la cama con sus manos en su cara y completamente desnudo aparte de su ropa interior. Nunca le gustaba dormir con mucha ropa y es por eso que ahora su camiseta y pantalones se encontraban en el suelo.

"Toma, Cal, tómate esto." Te arrodillaste frente a él, extendiendo en una mano la pastilla y con la otra ofreciéndole el vaso de agua. El chico levantó la mirada para observarte, una ligera sonrisa de agradecimiento formándose en sus labios antes de agarrar las cosas y tomarse la pastilla con facilidad, algo que llegabas a envidiar muchas veces a causa de la dificultad que tenías para tragarlas y algo por lo que Calum le gustaba burlarse de ti. "De acuerdo, vamos a tumbarnos." Dijiste, apartando las sábanas de su lado de la cama para ayudarlo a meterse bajo ellas.

En el momento en que su cabeza hizo contacto con la almohada sus ojos ya estaban cerrados; parecía que cualquier movimiento solo provocase que el dolor aumentase. Rápidamente te moviste para cerrar las cortinas, la luz hacía que sus ojos sensibles doliesen y la oscuridad parecía calmarlo.

Cuando volviste a su lado colocaste una mano sobre su mejilla para acariciarla. "Voy a llamar a tu doctor para ver si puede darte cita." Susurraste. Él no te respondió, pero tampoco necesitaba hacerlo, sabías que estaba agradecido de que te preocupases por él y decidieses llamar a su doctor para aseguraros de que no pasase nada grabe. "Vendré en un rato a ver como te encuentras, solo intenta relajarte, mi amor." Empujaste sus rizos lejos de sus ojos y te inclinaste ligeramente para poder besar su frente antes de salir de la habitación, dejando la puerta tan solo un poco abierta.

En tan solo una hora Calum ya tenía una cita con el médico para el día siguiente por la tarde. Sentiste como te deshacías de un ligero peso sobre tus hombros a medida que escribías la información de la cita en un trozo de papel, agradecida de que por fin Calum pudiese ver a alguien que le pudiese decir cuál era su problema. Deseabas que no fuese nada grave y algo sencillo de arreglar, pero no podías evitar sentir ese nerviosismo de que algo pudiese ir mal.

Tu ansiedad creció significativamente cuando 24 horas después os encontrabais en el aparcamiento de la consulta médica, Calum sentado en el coche junto a ti con su cabeza recostada contra el respaldo y sus ojos cerrados.

Aquel no había sido uno de los peores días pero tampoco uno de los mejores. Cal no había tenido una buena noche, pero por lo menos se había despertado bien hasta el momento en que subisteis al coche, cuando su cabeza comenzó a molestarle un poco.

"¿Quieres que te acompañe hasta la puerta?" Preguntaste, moviendo una de tus manos para poder colocarla sobre la suya que reposaba en su muslo. Por culpa de la pandemia no teníais permitido entrar los dos, así que tendrías que esperar a que volviese en el coche.

Calum giró la cabeza para verte, entrelazando vuestros dedos y dándote un pequeño apretón. "No, no pasa nada, estaré bien." Te aseguró, mandándote una de sus mejores sonrisas. Sabía que estabas asustada y, de hecho, no iba a mentir, él también lo estaba un poco. No sabía el por qué de todos esos dolores de cabeza, pero el hecho de que finalmente hoy le pudiesen decir cuál era el problema le hacía sentirse ligeramente mejor.

"De acuerdo." Respondiste, inclinándote para poder besar sus labios con suavidad hasta que él se separó, aún con su mano entrelazada con la tuya mientras con la otra agarraba su mascarilla de su bolsillo.

"Volveré en un rato. Te amo." Informó, presionando un último beso en tu boca antes de colocarse la mascarilla y ajustar el gorro sobre su cabeza.

"Yo también te amo."

Calum sonrió y finalmente abrió la puerta del coche, cerrándola detrás de él y dirigiéndose hacia la puerta principal de la oficina, dejándote sola y preguntándote que podría ser lo que el doctor le diagnosticase.

Casi una hora y veinte minutos después Cal se encontraba dirigiéndose una vez más hacia el coche con un papel en sus manos. Tú esperaste pacientemente a que se acomodase en su asiento y se deshiciese de su mascarilla antes de hablar. "¿Y? ¿Qué te ha dicho?" Preguntaste, abrochando tu cinturón y arrancando el coche antes de esperar a que Cal abrochase el suyo y pudieseis salir del aparcamiento.

"Me ha dicho que cree que tiene que ver con algo de mis ojos, me ha mandado ir al oftalmólogo." Informó, observando la hoja que le había entregado su doctor tan solo hacía unos minutos.

"De acuerdo, llamaré para pedirte cita cuando lleguemos a casa." Respondiste, haciendo una nota mental de intentar llamar tan pronto llegaseis a vuestro destino. Estabas contenta de que finalmente supieseis cuál era el problema, pero ahora teníais que esperar un poco más para poder llegar al fondo del asunto. No querías que Calum tuviese que estar mucho más tiempo soportando ese dolor.

"Gracias." Dijo con agradecimiento, enviándote una sonrisa que se desvaneció en tan solo segundos.

"¿Cómo te encuentras ahora?" Preguntaste con preocupación, viendo por el rabillo del ojo como recostaba su cabeza contra el respaldo y cerraba sus ojos. Inmediatamente moviste una de tus manos para entrelazarla con la suya, queriendo ayudarle de cualquier forma posible para aliviar su dolor.

"Empeoró mientras estaba en la consulta, creo que fue por las luces." Murmuró, apretando el puente de su nariz con su mano libre. "Es definitivamente por algo de mis ojos, me pasa cada vez que intento leer o ver algo por un tiempo extendido. Me ha dicho que probablemente lo único que hago es forzar y cansar la vista."

"Bueno, está bien que haya podido identificar la causa del dolor. Seguro que el próximo doctor podrá solucionar el problema." Hablaste de forma optimista, esperando que tus palabras pudiesen hacer que Calum se sintiese algo mejor con toda esta situación. Ahora que sabías qué estaba mal te sentías mucho más aliviada, ahora era solo cuestión de poder controlar su dolor hasta la siguiente cita con el doctor. "¿Te ha mandado algo para aliviar el dolor hasta que podamos ir?"

"No." Suspiró, dejando que su mano cayese sobre su regazo y apoyando su cabeza contra la ventana. Esto te hizo fruncir el ceño, deseando que hubiesen podido hacer algo más para tratar de ayudar con su sufrimiento. "No hay mucho más que se pueda hacer aparte de lo que hemos estado haciendo."

"Lo siento mucho, Cal. Ojalá pudiesen hacer algo más por ti, yo intentaré hacer todo lo posible para ayudarte." Apretaste su mano de forma reconfortante, sintiendo como abría uno de sus ojos para mirarte con una minúscula sonrisa.

"Muchas gracias, ángel. Te amo." Murmuró, deseando poder decirte mucho más, pero sintiéndose demasiado agotado como para hacerlo. Quería decirte lo mucho que te apreciaba por cuidar tan bien de él durante las últimas semanas, se sentía como un estorbo cada vez que le entregabas medicinas o algo que él te pidiese. A pesar de que le confirmases que no se preocupase y que solo querías que estuviese bien, sabía que no se podía hacer mucho más y apreciaba todo tu esfuerzo. Por no mencionar como secretamente adoraba que cuidases de él. A pesar de odiar el hecho de no poder hacer cosas por sí mismo, no acababa de importarle toda la atención que lograba conseguir por tu parte.

Además, a ti te encantaba poder cuidar de él. Calum cuidaba siempre tan bien de ti que lo mínimo que sentías que podías hacer era devolverle el favor.

"Y yo a ti." Murmuraste, notando como comenzaba a caer dormido en el asiento, lo cual teniendo en cuenta la noche que había tenido era completamente normal.

Calum durmió durante el resto del camino y al llegar a casa se fue directamente a la cama, dejándote llamando al oftalmólogo, pero no sin antes darte un beso y agradecerte todo lo que habías hecho por él. Tú lo animaste a irse y llamaste a la clínica, programando una cita para tres días después con un especialista que el doctor de Cal había recomendado.

Los tres días se sintieron como toda una vida. Calum decidió ir dos veces al estudio en ese periodo de tiempo, aguantando el dolor y arrepintiéndose más tarde cuando se encontraba acurrucado entre tus brazos, rezándole a literalmente quien fuese para que le ayudase a deshacerse de ese sufrimiento. Por suerte, no mucho más tarde finalmente os encontrabais de nuevo en el coche en dirección a la clínica.

"Me pregunto qué te dirán esta vez." Pensaste en voz alta al parar en un semáforo en rojo, girando la cabeza para observar a Calum con su cabeza contra el cristal y un par de gafas de sol sobre sus ojos.

La mañana anterior se la había pasado respondiendo todo los correos que no había podido responder y, una vez más, terminó arrepintiéndose de su decisión, lo cual le frustraba, ya que lo único que quería hacer era trabajar un poco.

Le sabía fatal no poder cumplir con sus tareas en cuanto a la banda, pero los chicos ya le habían asegurado que no pasaba absolutamente nada. Sabían por lo que estaba pasando y no querían que se estresase más por cosas que ellos podían hacer sin él. Aquello consiguió aliviarle un poco, pero esos pensamientos egoístas en lo más profundo de su cabeza no le dejaban acabar de quedarse tranquilo.

"No lo sé," Suspiró, acomodándose en el asiento y cruzando sus brazos sobre su pecho. "pero espero que sea lo que sea me ayude. Estoy harto."

"Lo sé." Respondiste con compasión, frunciendo el ceño al ver la escena ante ti. Cal estaba vestido con una sudadera y unos pantalones deportivos, su cabello rizado escondido debajo de un gorro una vez más. Simplemente prefería envolverse en ropa cómoda para así tratar de encontrar una forma de consuelo. "Pero estoy segura de que encontrarán el problema." Le prometiste de forma optimista, te sentías mucho mejor en cuanto a este doctor. Si era un problema relacionado con sus ojos seguramente un doctor especializado en ellos podría ayudarle.

"Eso espero." Murmuró.

Podías notar como no estaba de buen humor, pero siendo sinceros tú tampoco lo estarías si estuvieses en su lugar. Calum odiaba cuando no se encontraba bien o no podía hacer las cosas que normalmente realizaba en su día a día. Odiaba sentirse tan agotado, ¿cómo podía un dolor de cabeza impedirle hacer tantas cosas y por qué estaban tardando tanto?

Tú no respondiste, simplemente moviste una mano para darle un apretón en el muslo antes de volver a colocarla en el volante, esperando que algo bueno saliese de aquella visita.

Unos veinte minutos después ya os encontrabais en un aparcamiento de la consulta del doctor y una vez más Calum tuvo que entrar solo, una hora después volviendo a salir con una ligera expresión de alivio y perplejidad.

"¿Y?" Preguntaste una vez cerró la puerta detrás de él. Aún se encontraba utilizando sus gafas de sol, pero se las bajó para poder mirarte a los ojos directamente.

"Gafas." Fue todo lo que dijo mientras se abrochaba el cinturón, dejándote algo paralizada por lo que acababa de informarte. "Tengo que llevar gafas." Explicó, no sonando del todo seguro de sus palabras. Nunca había necesitado utilizar gafas en todos sus 25 años de vida y todo parecía ir bien, ¿pero ahora necesitaba unas?

"Oh." Espetaste, algo sorprendida por la noticia, pero aun así aliviada de que finalmente hubiesen encontrado una solución tan sencilla a su problema. "Eso no suena tan mal, ¿te han explicado el por qué?"

Mientras salías del aparcamiento no pudiste evitar distraerte con el pensamiento de cómo se vería Calum con gafas. Nunca antes te habías parado a pensarlo, ni siquiera le habías visto utilizando unas que no fuesen las de sol, por lo que te costaba poder imaginártelo; ahora iba a convertirse en una realidad.

"Lo mismo que el otro doctor; he estado forzando mi vista demasiado y eso es lo que me provoca los dolores de cabeza y las migrañas. Dicen que utilizar gafas me ayudará y no tendré que forzar tanto mis ojos al leer o cosas por el estilo, lo cual no había notado que hacía hasta ahora." Explicó.

Podías notar su confusión en cuanto a la situación y la verdad es que tú también lo estarías si no hubieses hecho tu búsqueda por internet en cuanto a la información que os otorgó el anterior doctor. Entender lo que los médicos explican no siempre es sencillo, pero él parecía tener una pequeña idea del por qué.

"Bueno tiene sentido, seguro que las gafas lo mejoran todo. No tendrás esos dolores de cabeza tan seguido." Sonreíste, notando como Cal asentía con la cabeza. "¿Qué pasa?" Preguntaste, viendo la confusión aún presente en su rostro.

"Yo-" Dudó. "¿Es extraño que esté algo... nervioso? ¿De tener que llevar gafas? Nunca las he necesitado, ¿por qué ahora sí tan de repente?" Separaste los labios con intención de responderle y explicarle que su nerviosismo era totalmente válido. Era algo nuevo que nunca antes había experimentado, por supuesto que era normal que pudiese sentirse así. "Siento que me voy a ver raro, ¿qué pasa si no favorecen mi rostro o, de hecho, no-" Comenzó a hablar antes de que pudieses decir nada, removiéndose en su asiento con nerviosismo. "Esto es estúpido. ¿Por qué estoy nervioso por algo así? Olvídalo."

"Hey, es normal estar nervioso, Cal." Le aseguraste, colocando una mano sobre su rodilla y dándole un pequeño apretón. Tu tacto siempre parecía calmarle.

"No, no lo es, es estúpido." Murmuró.

"No lo es, es totalmente normal que te sientas así, cielo. Nunca antes has tenido que utilizar gafas, es normal sentirse algo abrumado, no es nada malo."

"Se siente como si lo fuera." Respondió, bajando la mirada hasta la mano en su rodilla y tomándola entre las suyas. "¿Quién se siente nervioso de tener que utilizar gafas?"

"Estoy segura de que mucha gente, Cal." Reíste levemente, girando la mirada por un momento para observar el ligero puchero que se había formado en sus labios. "Como he dicho, es algo nuevo para ti, probar cosas nuevas siempre es algo agobiante, pero es totalmente normal que te sientas así, ¿vale? Sabes que yo no te juzgaré, probablemente me sentiría como tú si estuviese en tu situación."

Calum te sonrió como forma de agradecimiento, apretando tu mano con fuerza. Amaba la forma en la que siempre eras tan comprensiva con él y todo lo que le sucedía. Podía decirte sus secretos más profundos y oscuros y sabía que ni se te pasaría por la cabeza juzgarle, y por ello te lo agradecía a más no poder. Siempre le costaba abrirse a las personas desde que era un niño, las únicas personas a las que lograba contarle sus cosas era a los chicos y a su hermana. Aun así, todo eso cambió cuando entraste en su vida; desde el momento en que te conoció sabía que podría confiarte con su vida si fuese necesario.

"Estoy tan enamorado de ti." Admitió, inclinándose para besarte rápidamente a pesar de que estuvieses conduciendo. Soltando una risa, te apresuraste a apartarlo de ti, no sin antes dejar que besase tu mejilla.

Te alegraba ver que en ese momento no estuviese sintiendo tanto dolor, podías notar en sus ojos que seguía quedando un poco, pero te aliviaba el hecho de que fuese mucho más severo.

"Yo también te amo."

Calum se acomodó una vez más en su asiento mientras tú hablabas. Comenzaba a sentirse alegre de que fueses básicamente su chofer personal, normalmente era él el que conducía a todas partes, pero no se iba a quejar de esto tampoco.

"Así que cuando podrás ir a escoger unas?"

"Uh... el lunes a las 12:30." Respondió, recordando la hora que le habían dado.

Tus cejas se unieron en un ceño fruncido y tus labios se juntaron en una fina línea, algo que Calum notó de inmediato.

"¿Qué pasa?" Preguntó, dándole a tu mano otro apretón.

"El lunes tengo una clase presencial." Explicaste, girando tu rostro para poder ver su reacción. "No podré ir contigo."

La expresión de Cal decayó ligeramente, pero intentó recomponerse de forma rápida, enviándote una sonrisa y entendiendo que tus clases no era algo que simplemente pudieses abandonar.

"No pasa nada, mi amor. Puedo pedirle a Ash que me lleve." Te aseguró, sabiendo que no te gustaba el hecho de que condujese con lo seguido que sus dolores de cabeza ocurrían.

"¿Estás seguro? Si quieres puedo intentar salir antes y-"

"Estoy seguro, t/n. No quiero que te saltes las clases por mí, no sería justo."

Esta vez fue tu turno de sonreírle con agradecimiento, alegre de que fuese tan comprensivo con saber lo importante que tu educación y carrera era para ti. Por mucho que quisieses estar allí con Calum, saltarte tus clases no era algo que quisieses hacer si podías evitarlo.

Cal seguía igual de comprensivo cuando llegó el lunes y le diste un beso en los labios antes de tener que irte. Aún se encontraba tumbado en la cama, ya que aún faltaban unas cuantas horas antes de que llegase Ash para recogerlo a las 11.

"Siento no poder ir contigo." Te disculpaste de nuevo, susurrando ya que Calum aún se encontraba medio dormido. Tenía planeado dormir un rato más una vez te hubieses ido, pero siempre quería despertarse para darte un beso de despedida.

"No pasa nada, cielo." Te aseguró con una sonrisa. Por suerte aquel día parecía haberse despertado bien y el día anterior no había sido tan malo como otras veces. Esperabas que pudiese seguir así durante el resto del día y que la situación fuese a mejor una vez tuviese sus gafas nuevas. "Estaré bien con Ash, tú solo preocúpate por la universidad, llevas mucho tiempo preocupándote por mí." Bromeó, haciendo que rodases tus ojos con una sonrisa juguetona.

"Es mi trabajo preocuparme por ti." Remarcaste, apartando sus rizos de sus ojos.

"Bueno, hoy te doy medio día libre, preocúpate por estudiar y cuando vuelvas podrás seguir preocupándote por mí." Respondió, ganándose una risa y un pequeño empujón en el pecho de tu parte.

"Oh que considerado de tu parte."

"Sabes que estoy bromeando. Además, ya no tendrás tanto de qué preocuparte cuando tenga mis gafas, creo que me ayudarán bastante." Calum parecía haberse hecho a la idea de tener que utilizar gafas durante los últimos días y eso te aliviaba bastante a decir verdad. No te gustaba verlo estresado, pero por suerte cuanto más hablaba de ellas más parecía convencerse a sí mismo y ahora estaba emocionado de poder escoger unas.

"Yo también lo creo." Estuviste de acuerdo. "Pero ahora me tengo que ir."

Calum rodó sus ojos y te empujó hacia abajo para que le besases una vez más, ambos sonriéndoos el uno al otro cuando vuestras narices chocaron.

"Te amo, diviértete con Ash." Susurraste.

"Y yo a ti. Diviértete en clase y ves con cuidado." Tú asentiste, dándole un último beso de despedida antes de marcharte, dejándolo en la cama donde sabías que acabaría cayendo dormido en poco tiempo.



~



Nunca te había costado tanto meter las llaves de casa en la cerradura hasta ese momento. Estabas tan emocionada por ver a Calum con sus nuevas gafas que estabas hasta temblando de emoción y, por supuesto, la puerta principal estaba cerrada con llave teniendo en cuenta que Ash y Cal probablemente habían salido y entrado por el garaje.

Calum te había mandado un mensaje veinte minutos antes de que acabase tu clase informándote de que ya estaba en casa y que Ash se había tenido que ir hacia el estudio. En menos de un segundo tú ya te encontrabas respondiéndole y preguntándole cómo había ido, pero para tu desgracia solo te respondió diciéndote que te lo contaría todo cuando llegases a casa, a lo que no pudiste evitar maldecirlo en tu cabeza por el simple hecho de hacerte esperar sabiendo las ganas que tenías de saberlo todo.

Una vez la llave entró en la cerradura le comenzaste a dar vueltas con rapidez hasta que se abrió, dejándote entrar y dejando tus cosas sobre la primera mesa que viste.

"¿Calum?" Llamaste, encontrándote con nada más que puro silencio. Cuando llegaste lo primero que esperabas encontrarte era a Calum justo delante de la puerta, esperando con ansia para enseñarte sus nuevas gafas, pero en vez de eso solo te encontraste con un salón y una cocina vacíos. "¿Cal?" Trataste una vez más, abriendo la puerta de su estudio para una vez más encontrarte con una sala desierta. ¿Dónde demonios estaba? Quizás estaba fuera jugando con Duke... Pero cuando deslizaste la puerta abierta y solo el perro vino corriendo hacia tus pies tu ceño se frunció con confusión, agachándote para agarrar a Duke entre tus brazos. "¿Dónde está papá, Duke?" Preguntaste, recibiendo un lametazo en la mejilla como respuesta. Soltando una risa cerraste la puerta corredera detrás de ti y dejaste al animal en el suelo para que pudiese ir a donde quisiese mientras tú reanudabas tu búsqueda. "Calum, ¿dónde mierda estás?" Llamaste una vez más, entrando en vuestro cuarto aparentemente vacío, solo que esta vez la luz que se reflejaba por debajo de la puerta del baño llamó tu atención. "¿Cielo? Sé que estás aquí." Reíste, dando un par de golpes a la puerta de madera.

          "No, no lo estoy." Respondió, a lo que tú pusiste los ojos en blanco.

          "Claro que no. ¿Qué estás haciendo ahí metido?"

          "Escondiéndome." Respondió con sinceridad, sonando algo nervioso.

          "¿Qué? ¿Por qué te estás escondiendo?" Preguntaste con preocupación. ¿De qué se podía estar escondiendo? ¿De sus gafas? Él sabía lo emocionada que estabas de poder verlo con sus gafas nuevas, no entendías su preocupación.

          "Estoy nervioso." Respondió, mirándose en el espejo del baño antes de mirar hacia la puerta cerrada con pestillo. Llevaba ahí dentro desde que Ash que había dejado, aumentando su propia inseguridad por segundos.

          "¿Por qué?"

          "Estoy nervioso de que me veas." Prácticamente susurró. "¿Qué pasa si no te gustan o no te gusta como me quedan? Admitió, sonando más preocupado de lo que realmente debería.

          "Cal," Reíste, colocando una de tus manos sobre la madera. "sabes que nada de eso pasará, estoy emocionada por verte. Me apuesto lo que sea a que te ves genial, solo déjame verte, por favor."

          La habitación quedó en silencio durante un momento hasta que se oyó a Cal soltar un fuerte suspiro y finalmente girar el pestillo. Inmediatamente miraste hacia arriba cuando la puerta se abrió, una enorme sonrisa apareciendo en tus labios al ver a tu novio con sus nuevas gafas colocadas sobre el puente de su nariz.

          "¡Oh Dios mío, Cal! ¡Me encantan!" Exclamaste, notando como sus mejillas se sonrojaban y una sonrisa tímida se asomaba en su boca mientras bajaba la cabeza.

          "¿De verdad?" Preguntó con inseguridad, notando como su corazón golpeaba con fuerza su pecho al notar lo emocionada que estabas. Llevaba nervioso desde que había llegado a casa, nada seguro de cuál podría ser tu reacción. Se veía algo extraño, pero creía que las que había terminado escogiendo favorecían bastante su rostro.

          "¡En serio!" Respondiste, dando un paso al frente y sujetando sus mejillas entre tus manos para apreciarlo mejor. "Te ves muy apuesto, son perfectas, mi amor."

          Las mejillas de Cal ardían bajo tus palmas, las esquinas de sus ojos arrugándose al sonreír, alegre y aliviado de que pareciesen gustarte tanto.

          "Gracias, me alegro de que te gusten." Dijo antes de inclinarse para besarte, necesitando una distracción de las mariposas que se formaban en su estómago cada vez que le mirabas.

          "Te quedan muy bien, Cal. Muy buena elección." Murmuraste al separaros. "¿Puedes notar ya alguna diferencia?"

          "No mucho, pero eso es normal porque aún no me he acostumbrado a ellas." Te informó, colocando sus manos sobre tu cintura para pegar tu cuerpo contra el suyo. "Pero debería notar la diferencia en unos días."

          Tú asentiste en entendimiento. De verdad que las adorabas y estabas segura de que Calum también, a pesar de los nervios que se acumularon al principio, estabas segura de que ahora se sentía mucho más confiado.

          "De verdad que me encantan, cielo. Espero que te ayuden, odio verte sufriendo tanto." Le dijiste, acariciando la piel de sus mejillas con tus pulgares.

          "Gracias, yo también lo espero." Contestó, moviéndose para besar tu mano. Era como si se hubiese quitado un gran peso de encima ahora que sabía que iba a estar mejor y que te gustaban sus gafas, de hecho, se sentía seguro con ellas y eso era algo que no se esperaba para nada.

          "Por supuesto. Te ves genial, mi chico gafudo." Sonreíste de forma juguetona, ganándote una risa seguida de unos ojos rodando con sarcasmo.

          "¿Es ese mi nuevo apodo?"

          "Sí, me gusta como suena así que ya puedes ir acostumbrándote." Guiñaste un ojo, riendo ante la forma que Cal se inclinó para besarte mientras murmuraba lo rara que eras. "Me amas." Comentaste, ganándote un pequeño azote en el trasero de parte de tu novio, a quien miraste con odio.

          "Tienes suerte de que sea cierto." Remarcó, sonriéndote.

Pokračovat ve čtení

Mohlo by se ti líbit

995K 105K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
17.8K 1K 14
una sangre pura y una sangre sucia Una Slytherin y una Gryffindor Una mujeriega y una virgen Se enamoran ¿que puede pasar?
23.8K 1.5K 18
Así es, una historia de Markitos Toys en pleno 2024. "¿Me enamoré del cuñado de mi hermana? Pues esta es mi historia. Mi nombre es Isabella Gastélum...
28.5K 1.3K 39
𝗗𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼: A donde va dirijido alguien o algo Donde Stephania conoce de memoria el destino de los demás. ó ...