Hacia lo Prohibido ©

By Nara_CC

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Collet Zane es una adolescente que, junto a su mudanza de Carolina del Norte a nueva York, viene a su vida lo... More

ANTES DE LEER
Prefacio
Introducción | Collet Zane
...
Capitulo 1 | El comienzo de todo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 5 | Parte 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 8 | Parte 2
Capítulo 9 | Un faro y un cigarro
Capítulo 10 | Impotencia
Capítulo 11 | Al carajo
Capítulo 12 | La diferencia entre...
Capítulo 13 | Impulsos
Capítulo 14 | Karma
Capítulo 15 | Descubriendo la verdad
Alas de ángel
Capítulo 16 | Sentimientos
Capítulo 17 | Dudas sin responder y Encaros
Capitulo 17 | Parte 2
Capítulo 18 | Choque con la realidad
Capítulo 19 | Mal presentimiento.
Capítulo 20 | Demone
Capítulo 21 | Consecuencias
Capítulo 22 | Límites
Capítulo 23 | A la vista de alguien
Capítulo 24 | Espejos
Capítulo 25 | Desde las sombras
Capítulo 26 | Escarmiento cruel
Capítulo 27 | Eres como las otras
Capítulo 29 | Eso es de tramposos
Capitulo 29 | Parte 2
Capítulo 30 | Me arrebataron...
Capítulo 31 | Tu y Yo
Capítulo 32 | Tú y Yo, claro que sí.
Capítulo 33 | Navidad diferente
¿Esto es un...?
Capítulo 34 | Revolución de las ratas.
Capítulo 35 | Desgracia de media noche
Capítulo 36 | Afrontando el sufrimiento
Capítulo 37 | Encuentros sabor a tristeza
Capítulo 38 | La última copa
Extra | Bajo mi atención.
Capítulo 39 | Ni un beso, ni un perdón
Capítulo 40 | Nuestro destino
Capítulo 41 | Tiempo cumplido
Capítulo 42 | Asuntos ajenos
Capítulo 43 | El sabor de la verdad
Capítulo 44 | Llena eres de desgracia
Capítulo 45 | Mi suerte, tu suerte, nuestra suerte.
Epílogo
Agradecimientos.
Hacia la Obsesión.
Un pequeño regalo
El sabor a muerte.
Extra -Halloween atrasado-
Escena fugaz

Capítulo 28 | La última gota

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By Nara_CC

La última gota.


Collet

—¿Collet?

Me tenso inconsciente al instante en que escucho la voz de Dafne.

Mis ojos duelen y parecen muy pesados, no se que hora es pero solo sé que me he quedado dormida con todo y como venía después de...

—Abreme —está susurrando pero puedo escucharla fastidiada.

Intento levantarme y un ardor en mi entrepierna se hace presente junto con un tirón en el vientre que me hace encurvarme. «Estos malditos dolores»

Mi vientre aún lo tengo hinchado y me duele la espalda baja, no se que me ocurre. Voy y abro con cuidado la puerta sintiendo un vacío en mi pecho.

Me doy la vuelta y dejo que ella estando en una pijama completa entre a la habitación. Las sábanas me reciben nuevamente cuando me tiro de boca abajo a la cama sin ganas de nada.

—¿Qué te ocurre? —le pregunto cuando se sube a la cama también.

—Tengo insomnio.

Arrugo las cejas entre la obscuridad.

—¿Insomnio?

—Si, en mi cabeza da vueltas una y otra vez el escuchar llorar desconsoladamente a una patética chica al lado de mi habitación.

Su falta de tacto me hace cerrar fuerte los ojos.

—¿La has escuchado tú también?

—Ya basta Dafne.

—Hablo enserio, tuvo que haberle ocurrido algo muy feo para que llore de esa manera tan ridícula.

—No es ridícula...

—¡Claro que lo es!

Respingo con el mini grito que da, de verdad está fastidiada y es malo cuando ella está así. Pero ¿Que necesidad? Que me deje llorar como se me plazca.

—Vete Dafne, si vienes a gritarme como papá, fuera.

—¡No! —se acomoda en la cama y suspiro buscando paciencia— No me voy a ir porque no me gusta verte así. Y claro que es patético y ridículo que llores por ese estúpido que vi el otro día en este mismo cuarto haciéndote no se que cosas para después dejarte llorando de la misma manera.

¿Por qué Dafne tiene que ser tan cruda? ¿Y porque sus palabras me duelen?

—Dafne...

—¡Déjame terminar! Me has despertado y ahora te aguantas. ¿Qué pretendés con seguir aún con él?

No sé que es lo que quiere oír y menos cuando se queda esperando a que le responda, no lo voy a hacer y no porque no quiera, no, es porque ni yo sé que es lo que espero de Hanniel cuando que él me ha demostrado tantas veces que entre él y yo jamás habrá algo formal.

Algo a lo que se le pueda encontrar un nombre decente y no un solo "follamiga", o simplemente "amiga" porque hasta ni en eso estoy segura, en que él mismo quiera que los demás sepan que me toma como quiere «¿Y si le doy vergüenza?» puede ser una verdad porque aunque yo sea demasiado segura de mi misma es imposible compararse con Oriana, o Dánae, que son las más frecuentes con él ¿Que tengo yo de mujer atractiva?

—¿Si sabes que se te está saliendo de las manos?

—No tengo ganas de hablar, si me ves llorando es por algo y que me recuerdes lo que estoy haciendo mal no es una buena idea.

—¿No piensas hacer nada entonces? ¿Vas a seguir llorando todas las noches como si fuera el fin del mundo?

Me enoja, ya, ha logrado enojarme y me levanto de la cama encendiendo la luz abriendo la puerta. 

—¡Vete! —se lo grito enojada y con buenas ganas de que me deje sola. 

—¡Te cae mal que te diga las cosas que haces! ¡Él te esta causando muchos problemas! por él papá ha dejado de ayudarte, por él tía Marlen ya no te puede ver, ¡Por ese estúpido estas llorando como pendeja!

—Ah ¡¿Ahora soy yo la pendeja por llorar?!

—Si, te lo buscas y no le tomas importa...

—¡Mira quien habla! tú te la pasas llorando todo el santo día, deprimida y tratando de quitarte la vida ¡Como loca! —todo lo digo sin pensar y me quedo quieta.

Estoy tan mal que no veo el error que he cometido y lo pesado que son cada palabra que dije hasta que veo lagrimas salir de los ojos de ella, con el rostro desvanecido e intento retractarme pero...

—No. —Se levanta de la cama— No es lo mismo lo tuyo con lo mío. Porque tú te buscas el dolor que estás sintiendo, porque sabes lo que te está causando y aun así eliges quedarte ahí, a sufrir.

Se queda por un momento en silencio y traga saliva con dificultad dejando que lagrimas espesas salgan de sus ojos. 

—En cambio yo no, yo no elegí que mamá muriera y que a la luz del día aún aparezca en mi mente la calle llena de su sangre, ella completamente destruida y en coma, que aparezca en forma de pesadilla cada que cierro los ojos sabiendo que ella no debe ser ninguna pesadilla. —se le sale un sollozo y veo la amargura en su expresión, amargura que la consume— Yo no elegí el a-acoso que... —se le quiebra la voz— el acoso que recibo todos los días y a toda hora en la secundaria, yo no...

Mira a otro lado limpiándose las lagrimas y me estoy odiando en este preciso momento, no sé que hacer, ella está alterada y su aura me dice que ni la toque.

—...No pedí que ellos me grabaran mientras me bañaba en las regaderas de natación —el aire se me va y el peso de conciencia cae, la impotencia y ¿A vivido todo eso y no le hemos puesto la suficiente atención?—, ni mucho menos que las publicaran entre todos, para después aguantar los comentarios morbosos y despreciántes de todos al verme con cuerpo desnudo que no es acorde a mi edad. 

Se queda callada otra vez, noto lo difícil que es para ella respirando como si eso también la lastimara, las lagrimas salen sin que ella haga esfuerzo, su rostro es un completo frío. A mi también me hace mal que ella esté sufriendo, camino despacio a ella y...

Se agarra la cabeza, sus nervios los siento yo también.

—Yo no pedí que mi mente me pida una y otra vez lastimarme tan fuerte aun así en contra de mi voluntad, no pedí que tenga voces en mi cabeza que me griten dejar este mundo para ir con mamá, sin siquiera saber si iré al cielo o al infierno, porque cometería un pecado al quitarme la vida. 

—Dafne... no fue mi intención —intento acercarme a ella. 

—¿Sabes lo difícil que es lidiar con una enfermedad de locura en tu cabeza? ¿Y que nadie te crea solo por ser una "adolescente"? 

Las lagrimas comienzan ahora a salir de mis ojos, verle su sufrimiento jamás había sido tan doloroso y mucho más cuando fui yo quien disminuí la importancia de su problema.

—Pero si esa es tu opinión, que bien. Creí que eras la única que no me juzgaba y me creía. 

Camina a la puerta e intento agarrarla pero se suelta amargamente. Suspiro profundamente y la sigo a través del obscuro pasillo y me quedo un rato reprochándome todo, entro de una sola vez a su habitación y la veo sentada en el suelo en una esquina llorando muy fuerte, la piel se me eriza y sin pensarlo mas me voy arrodillando frente a ella tomándola del brazo para abrazarla a las fuerzas. 

La estrecho contra mí y sus susurros de "Estoy escuchando esas voces otra vez" me encogen por completo. 

—Mamá está en aquella esquina —dice con todo su cuerpo temblando y no quiero ver a esa esquina porque sé que mamá no está, no la podemos ver. 

Lo desgarrador de su dolor es mucho para mí y comienzo a llorar tanto como ella, en silencio y mordiéndome el labio para no hacer ruido. La soledad que se siente en este lugar es tan feo, la habitación de Dafne se siente tan sola y fría. Las luces apagadas de toda la casa en completo silencio me da mas dolor, veo el reloj de la mesita de noche y «Tres de la madrugada»

—Papá no está ¿Cierto?

—Mamá lo ha estado esperando durante toda la noche y madrugada, no ha vuelto. Él ya la está olvidando. Y yo no puedo, no quiero, él no debe, tú no debes. La amamos tanto... yo... 

—Shh, ya —le acaricio la cabeza sintiendo que va a colapsar, tratando que deje de hablar porque eso la pone peor. 

Esto es un problema muy grande, no había visto su magnitud hasta que Dafne me suelta y se va hacía aquella esquina que señaló y se sienta en el suelo completamente perdida haciendo como si abraza a alguien y ya no puedo mas, esto es demasiado.

—Te amo mami, abrázame más fuerte. —sonríe con los ojos cerrados, aún así las lagrimas no dejan de salir de sus ojos.

El viento chifla por las aberturas de la ventana y el frío me cala, todo se destroza en mi interior con lo que ella dice.

—Ven Collet, mamá te llama, ven a abrazarla. 

Me tapo la boca con la mano y sollozo haciendo doler mi pecho, camino hacia ella con todas las fuerzas y me siento a su lado.

—Mama no está acá Dafne —la abrazo nuevamente, pero esta vez fuerte— Ella ha muerto...

—Pero si ella... —intenta zafarse de mi pero se lo impido. 

Llora más fuerte y no digo nada más, llorando en silencio, cerrando los ojos y dejando que el tiempo nos consuma, juntas, siempre juntas. 

...

—Siéntate, vamos a hablar. —me exigen.

Tomo un sorbo del jugo que agarré al entrar a la cocina. Papá está cocinando el desayuno, obedezco y me siento en la mesa asumiendo el regaño que me toca. 

—¿Dónde estabas ayer? —habla con voz dura, sé que trata de no gritar. 

No le respondo y es que no sé ni que le voy a decir porque no tengo excusas, ni siquiera tiempo de crear una me dió. 

—Responde Collet. 

Pienso muchas cosas pero me duele verme sobre Hanniel comiendo la carne y el helado que él me dió, recordar para cubrir esas verdades. 

—Estaba con Allie... 

—¡No me mientas! No estabas con ella así que dime donde carajos estabas. 

Levanto la vista y me le quedo viendo fijo ¿Como está tan seguro? ¿Allie me quemó? ¿No me cubrió?

—¿Y tú como lo sabes? —se lo digo seria aun teniendo mis adentros muertos de pánico. 

Se pone serio, creo verlo dudar y evadir, como que piensa rápido y se acaricia la sien, al final vuelve a verme enojado.

—Dime donde estabas Collet, no lo voy a volver a pedir. 

Bien, es solo una suposición ¿Cierto? cuando afirman una cosa sin saberla para que uno mismo caiga en la trampa. 

—Te estoy diciendo la verdad, estaba con ella, ella me pidió ir a un lugar y...

Dejo las palabras en el aire cuando estrella las manos en la mesa haciendo un fuerte y seco ruido. 

—No quieras verme la cara de bruto porque no la tengo y si no me dices a las buenas donde estabas haré que lo digas a las malas. —me señala ahora sí mas enojado.

Mis manos sudan frío y no quiero que me golpee pero tampoco le voy a decir que estaba con Hanniel.

—¿Le llamaste? —le pregunto y arruga las cejas, rodea la mesa y yo me levanto evitando que me vaya a pegar— ¿Le llamaste o no a Allie? para estar tan seguro de que ella no estaba conmigo. 

—Le llamé y no sabía nada de donde te encontrabas ¡A las once de la noche! ¡¿Crees ya tener la decisión de irte saber con quien y volver a horas de la noche?! —me quedo callada, no quiero decir nada más— ¡Responde!

Presiento y ocurre la cachetada haciendo que de un paso atrás, arde, duele. 

—¡¿Por qué la llamas a ella y no a mí?! —se lo grito sintiendo el mal sabor de que Allie no me haya podido cubrir sabiendo que papá confía en ella. 

—¡Te llamé pero el maldito celular lo tenías apagado! ¡¿Por qué carajos apagas el celular?!

—¡Yo no lo tenía apagado! ¡No me llamaste, nunca lo haces, siempre le llamas a ella como si ella fuera tu hija y no yo!

—No me grites, que no se te olvide con quien hablas. 

—¡Pues entonces para que me pegas sin ninguna razón! ¡Allie me dijo que fuéramos a casa de Riley, la hija del señor Malcom y después dijo que se iría a un compromiso urgente! —le cambia el rostro. Miento por mí, enojada con Allie y deseando que Riley si pueda cubrirme. 

—Eso no quita que te vayas sin avisar, no te mandas sola. 

—Nunca pensé que todo se extendiera, cuando ví ya era muy tarde —una excusa horrible. 

—Allie nunca estuvo en casa de la niña esa, lo sé porque... —se corta y da la vuela pasando sus manos por su rostro. 

Esto me está pareciendo tan raro, mucho mas que antes y observo con lagrimas en los ojos la actitud de él, bajo la vista ¿Cuál es la única forma de que él esté tan seguro que ella no estaba en casa de Riley? mi mente une lazos pero algo no concuerda, no quiero que concuerde y miro de nuevo a papá negandome a aceptar eso, de verdad que no. 

—¿Dónde estabas ayer papá? —me le acerco y él se da la vuelta enfadado.

—Estás castigada —me dice y me indigno— no irás a la competencia ni a la academia estos días.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste —me hace a un lado y me devuelvo a él tan enojada como nunca. 

—¿Con qué cara vas a castigarme cuando tú te vas y vuelves hasta las cuatro de la madrugada dejando solas a tus dos únicas hijas? ¡Solas hasta las cuatro!

—No vas a venir y querer compararte conmigo —me advierte. 

—¿Y por qué no? Tú... 

—¡Soy tu padre! soy mucho mas grande y capaz de cuidarme por mi mismo, puedo hacer lo que quiera porque yo si tengo la suficiente edad para hacerlo ¡Tú tienes diecisiete años, entiéndelo Collet! estás bajo mis cuidados. 

Trago saliva y me limpio las mejillas, no respondió a mi pregunta y esa negación es más que una respuesta. Asiento decepcionada y aceptando lo que dice, tiene razón, tengo diecisiete años y estoy bajo sus cuidados, bajo su ayuda, esa misma que me ha quitado dejándome sola en mi estudio y si lo hizo...

—Yo si voy a ir a la competencia, no puedes prohibírmelo. —me dirijo a la puerta. 

—Muy bien, mándate sola, pero fuera de este techo. 

Me quedo quieta con la mano en la cerradura y volteo a él. 

—Si ya te crees tener la edad de salir de la casa sin pedirme permiso ni tan siquiera avisar donde estás y desobedecerme entonces tienes la suficiente edad de mantenerte por completo sola, vas a pagar tus estudios, la academia, donde vas a vivir, con lo que vas a comer y todas tus cosas de uso personal.

Agarra su celular de la mesa y la voz ya no me sale.

—De mí ya no vas a recibir absolutamente nada.

Se va para las escaleras y sube dejándome ahí, sin creer lo que hace.

—¡Bien! —le grito haciéndolo voltear— No me dés nada de tu dinero ni de tu apoyo, pero por lo menos no descuides a Dafne, que ella si necesita más que yo, no la dejes sola mucho tiempo ¡Porque lo estás haciendo todos los días por irte con saber que mujer! ¡Ella necesita más que un psicólogo!

Se devuelve y salgo corriendo de la casa, llorando sintiéndome tan miserable ¿Por qué estás cosas me tiene que estar pasando a mí?

Odio tanto mi vida en esta ciudad, estaba mucho mejor en Carolina del Norte, Ivonne estaba conmigo siempre, tenía a Wyatt conmigo dandome buen cariño, haciéndome sentir amada, y si yo no me hubiera mudado él nunca me hubiera engañado.

Mis compañeros en la vecindad me hacían olvidar el dolor de mamá, lo hacían sin adentrarme a una dependencia la cuál estoy sintiendo que estoy comenzando a tener con Hanniel. Estoy sintiendo que dependo de él para estar bien, que necesito sus besos y sus caricias para dejar todo de lado y sonreír como nunca lo hago si él me hace daño.

No dejo de correr hasta llegar a la universidad y me limpio los ojos ignorando a todo mundo durante todos los cursos. No quiero ni siquiera que Allie se me acerque por mala persona que fue conmigo ¿Qué tanto le costaba decir que yo si estaba con ella? Sé que no es su culpa ni su responsabilidad, pero es inevitable no sentir enojo.

Kaiser intenta animarme y distraerme pero no quiero ni estar con él.

—Me voy, nos vemos.

—¿No quieres ir a otro lugar? No sé un parque o algo para que dejes esa cara.

—Estoy bien, adiós.

No está de acuerdo pero me voy. Veo a Allie por un pasillo y me desvío yendo por otro para no topármela.

Salgo de la universidad directo a la academia y llego lo más rápido posible con un presentimiento de que alguien aún me sigue, que me observa y esto es tan jodido cada que recuerdo cómo ese loco mató aquellos bebés y a la señora, tengo hasta pesadillas despierta y es tan desagradable, tan feo y desolante.

Busco a Fernan porque ya he pensado mucho y debo bajar mis horarios de práctica porque ahora sí o sí debo trabajar, y con los horarios que tengo acá no podré conseguir nada. Me duele todo lo que está haciendo papá pero no le voy a rogar, lo he hecho mucho y él no desiste, si esa es su lección de vida pues la voy a cumplir y no tiene derecho de prohibírmelo.

—Buenas tardes, Profesor. —el levanta la cabeza y me mira de pies a cabeza sentado en su escritorio.

De pronto aquella imagen mía en ese mismo escritorio completamente desnuda para él me da estragos en el cuerpo.

—Buenas tardes. Adelante, cierra la puerta —me indica y paso saliva obedeciendo.

Me indica con su dedo que me acerque y lo hago con timidez, irónicamente porque el más que nadie sabe cómo me quita la timidez.

—Vengo a solicitarle algo —comienzo, pero no puedo concentrarme plenamente cuando él se lame los labios y acomoda eso de ahí entre sus piernas.

—Dime —me dice y agarra mis caderas para acercarme más a él y me muerdo ahora yo el labio cuando el muerde mi cadera por encima de mi licra.

—Quería que me disminuyera el horario de mis prácticas a una sola hora.

Escucha eso y es suficiente para que me suelte.

—¿Qué?

Juego con mis manos y ya veo la molestia en él.

—¿Para que vas a rebajar a una hora las prácticas? Encima de que faltas estos días en los que estamos cerca de la competencia, vienes ¿Y me pides rebajo de hora?

Me quedo callada y tomo aire para contarle.

—Es que he tenido algunos problemas y ahora necesito trabajar más que nunca.

Él ya sabe mi problema, se lo he contado omitiendo unos detalles que involucren a mi martirio.

—¿Tu padre otra vez?

—Si, Entonces quiero rebajar las horas para así poder completar por lo menos ocho horas para un trabajo de noche.

—¿Piensas buscar un trabajo de noche? ¿En dónde?

—Supongo que en un restaurante o no lo sé, solo sé que hoy mismo debo ir a buscar.

Se queda pensando y me toma nuevamente, ahora me abre las piernas y me sienta sobre él, un recuerdo intruso viene a mi mente comiendo aquel helado y lo espanto tan rápido como vino.

—Si sabes que una hora no basta para todo lo que hacemos ¿Verdad? —me besa el cuello e inclino mi cuello dándole paso.

—Lo sé, pero debo seguir en la academia o me van a quitar la beca de la universidad y ahí sí estaré arruinada —introduce sus manos a mi blusa y acaricia mi espalda, rozando y despertando aquellas sensaciones agradables.

No responde y me sube la blusa besando la parte superior de mis pequeños pechos y yo observo como lo hace. No sé si esto esté bien pero no lo voy a detener, me gusta la forma en que me besa el cuerpo y como lo hace, como tiene sexo conmigo y al final me gusta, una vez dije que no me limitaría el disfrutar con él así que lo dejo, dejo que lo haga.

Tomo su cabeza cuando baja la copa de mi brasier y atrapa entre sus labios el pezón que se endura con su toque, con su lengua hace círculos estimulando completamente y esto se siente tan bien. Succiona mientras su mano se resbala por mi vientre y comienza a tocar para llegar ahí abajo.

Recuerdo que no me he depilado y la pena viene a mí. Tomo su mano y la quito antes de que toque ahí y quito su rostro de mi pecho.

—¿Que ocurre? —se extraña y no se ni cómo decir esto.

Reitera con su expresión que le diga que ocurre y respiro despacio.

—Es que no me he... —maldita sea, que vergüenza.

—¿No te has qué?

Intenta introducir otra vez su mano y lo detengo.

—Es que no me he depilado —lo suelto con la cara ardiendo de vergüenza y él arruga las cejas.

—¿Y eso que tiene?

Ahora yo arrugo las cejas.

—¿Cómo que qué tiene?

—Sí —afirma y atrapa otra vez mi pezón. Lo suelta haciendo un ruidito, intenta nuevamente meter su mano y lo vuelvo a detener, sube su rostro y me mira—, no tienes que tener pena y es que... —observa mi rostro muerto de vergüenza y sonríe— No me digas que crees que eso a mí me importa.

Asiento y niego a la vez, no solo es por él, es por mi también.

—¿De verdad crees que a la edad que tengo me importa que una chica esté o no depilada?

—Pues no lo sé, todos son con gustos diferentes, hay algunos que si les gusta, otros que no les importa y otros que no pues... que no les gusta—me enderezco sintiendo frío en mi pezón y lo tomo entre mis dedos.

—No me digas que has estado con engendros que no les gusta el vello en tu pubis.

Pienso en lo que dice mientas masajeo la punta dura de mi pezón, él lo nota y sonríe observando como lo hago.

En realidad no he estado con muchos, y con Wyatt si estaba depilada, con Logan también, solo con Hanniel no lo he estado y... Tengo que tragar saliva con recordar que la ves que no estaba depilada él me hizo un oral que me hizo ver las estrellas.

Inmediatamente siento el calor en mi entrepierna recordando como él movía su lengua en mis pliegues, como él se masturbaba mientras succionaba y lamía a su antojo. Acelero los movimientos en mi pezón y ya lo siento más que rico tocarme, y no, a él no le importa que no estuviera depilada.

—No es que haya estado con muchos, pero al final no sabía si a ti te importa o no...

Ya no me deja seguir cuando me besa, le sigo el ritmo y no paro de manosear mi teta, recuerdo cómo Hann encima de mi se masturbó y me manchó de su liberación, recuerdo lo rico que fue eso y casi jadeo. Me exigo que ponga la mente en Fernan, que es él quien me está besando en este momento.

Imagino un piercing en mi boca y suelto a Fernan creyendo imposible llegar a más teniendo en mi mente a Hanniel, no quiero jadear ni gemir pensando en él. No estoy bien ahora y no quiero usar a Fernan.

—Es que a mí sí me da pena —se lo digo levantándome y guardando mi teta.

Él asiente no tan de acuerdo pero si comprensivo y de inmediato siento pena al dejarle un empalme que tendrá que bajar de otra manera.

—Puedo darte trabajo si quieres —me dice agarrando unos papeles de su escritorio.

—¿Cómo?

—Sí, puedo darte trabajo acá después de que cumplas las tres horas de práctica. Se necesita alguien que recoja todo lo que se usa en la pista, que me ayuden con los papeles y ya.

Me quedo extrañada escuchando y digiriendo lo que está diciendo ¿En serio quiere ayudarme?

—¿Usted haría eso?

—¿Por qué no? Ya dije, se necesita de alguien acá y ya que tú necesitas trabajo pues que mejor.

La emoción crece en mí, él no sabe pero está resolviendo tantos problemas que tengo. Voy a poder demostrarle a papá que si puedo sola, que puedo ganar dinero para mantenerme y seguir adelante, aunque... ¿Me alcanzará el dinero?

—Perdón pero ¿Cuánto sería el pago por solo recoger lo que se usó y ordenar papeles?

Él ríe y me observa.

—El pago de la academia y adicional probablemente unos dos mil dólares al mes.

Abro los ojos completamente, sorprendida con lo que me está diciendo, o sea ¿Casi cinco mil dólares? ¡¿Me va a pagar como si fueran dos trabajos que tenía pensado tener para poder pagar lo que necesito?!

—No está jugando conmigo ¿Verdad profesor?

Vuelve a reír y se me acerca.

—Si de jugar habláramos estuvieras de rodillas siendo azotada por mí —me eriza completamente la piel— pero eso aún no te lo demuestro, no es tiempo.

Pasa por mi lado y mi corazón palpita ya muy alocado ¿Por qué los hombres tienen que ser así?

—Vamos que ya empezará la práctica.

Me doy la vuelta imaginándome de rodillas, desnuda y siendo azotada por él ¿En realidad sería capaz de aguantar eso? !Ah, Collet concéntrate!

—No quiero ser aprovechada pero... ¿Cuando empezaría? Es que de verdad lo necesito.

—Si quieres hoy mismo.

Sonrió y no puedo evitar retener el impulso que me da el agarrarlo del cuello y plantarle un beso el cual no se alarga cuando sentimos la presencia de alguien.

Me separo rápido al ver a Marcela con los ojos entrecerrados, viéndome con tanto desprecio y ya había olvidado lo que era ser despreciada por ella.

—A practicar —dice Fernan y se va camino al salón.

Intento ir tras él pero soy tomada del brazo por ella.

—Eres una maldita puta —me dice cuando me pone al frente de ella.

Me saco de onda y la miro de pies a cabeza, buscando el derecho que ella tiene de decirme eso.

»—Meterte con el profesor es típico de las arrastradas como tú.

No tengo el maldito humor de dejarme, no estoy como antes que evado los problemas haciéndome quedar como una dejada inútil.

—Ay mira —levanto la mano— ahorrarte tus comentarios y déjame tranquila.

Intento irme pero se me vuelve a cruzar.

—Hazlo, disfruta pero él volverá conmigo.

—¿Y vines y me dices que soy yo la arrastrada por meterme con el profesor?, Tú también eres alumna Marcela.

—Ya quisieras poder compararte conmigo. Soy mucho más que tú, y él iba a volver conmigo pero tenías que metértele entre el pantalón.

Aveces me da miedo la obsesión que ella tiene por Fernan, desde que lo besé ella me está acosando con lo mismo.

—Yo no me le metí, déjame tranquila y no te me acerques —la quito de mi camino, llego a la puerta y las palabras que dice después me dejan completamente estática pasando un escalofrío por todo mi cuerpo.

¿Que fue lo que dijo?

...

Las tres horas de entrenamiento terminan con las exigencias de Fernan con que quiere que el baile de la competencia salga perfecto, nos ha dado ya la hora y las entradas al lugar donde será la presentación. Los vestuarios ya están listos así como los pasos completamente aprendidos por todos.

Estoy tan emocionada por eso y claro que voy a ir, papá no puede prohibírlo.

Todos se van y me quedo incómoda con Fernan luego de lo que Marcela dijo, de verdad que no puedo creerlo y ya no me dan ganas ni siquiera de dejar que me toque.

Comienzo a recoger los colchones, cuerdas, pelotas, toallas, botellas y todo lo que se usó durante la práctica tal y como me lo indicó. Pensé que sería poco pero en realidad si es mucho, el salón es muy grande y las cosas que todos dejan regadas es bastante. Pasa el tiempo y termino respirando profundo para ir a la oficina de él para lo de los papeles.

Dejo mis cosas en las bancas de las duchas y me quedo parada un ratito pensando en si preguntarle si de verdad es cierto lo que ella me dijo, de ser así no se cómo sentirme ¿Enserio debía ella decirme eso justo cuando necesito el trabajo que él me dió? Que sé que es más una ayuda que un trabajo, porque un trabajo no pagaría todo lo que él me dará.

—¿Qué papeles debo arreglar? —le pregunto directamente cuando entro a su oficina.

—Por hoy no hay, mañana ya habrán más y te digo cuáles son, puedes irte.

—¿Ya? —asiente y me siento aprovechada— ¿Si me pondrás más trabajo, cierto? Para sentirme digna de recibir lo que me pagarás de más.

—Yo no soy el que te pagará Collet, será la academia.

Levanto las cejas, o sí, me estaba haciendo ilusiones de que alguien como él me ayudaría.

—Claro, pero... ¿Si tendré más trabajo?

—Sí, probablemente, por ahora no.

Asiento sientiéndome mejor, intento irme pero me devuelvo con las palabras de la chica en mi cabeza, no sería bueno que se lo pregunte, es que no quiero arruinar lo que tenemos, ni el trabajo que tendré, porque sé que la confirmación de tal cosa provocará eso y probablemente más.

—¿Qué quieres Collet? Habla.

—No, nada, feliz noche.

Me despido y me voy con la duda en mi ser, parece que voy a tener que ignorar esas palabras durante el tiempo que sea necesario.

Llego a casa con el corazón en la mano por caminar sola en la calle obscura y agradezco llegar sin problema.

Papá está en la mesa con su celular y entro directo a las gradas, estoy enojada y no voy a hablarle.

—Que no se te olvide el respeto que me debes.

—Buenas noches.

Se lo digo sin parar de subir y llego a mi habitación, luego me voy a dónde Dafne y me sorprendo cuando no está.

—¿Y Dafne? —le pregunto a papá cuando bajo las escaleras poniéndome a un lado de la mesa.

—Con tu tía.

—¿Con Marlen? —asiente— ¿Por qué la mandaste con Marlen?

—Yo lo la mandé, ella quería irse.

Arrugo las cejas pero asiento, Dafne prefiere a la tía, ella no tiene problemas con ella como yo los tengo y siempre se ha sentido mejor con ella. Espero que eso la ayude un poquito.

—¿Qué has pensado hacer con ella? Debe ir a un psiquiatra.

—Ella no está loca.

—No, pero si tiene problemas.

—Seguirá yendo al psicólogo.

—¡Está viendo cosas que no debe! ¡Escucha voces en su cabeza!

—Vete a tu cuarto y no me grites. —sentencia poniéndose de pie— Yo soy el papá y sé que hacer con mi hija.

Se va y aprieto los puños sientiéndome mal.

Me voy a mi cuarto bañándome y acariciando mi vientre que me duele y sigue hinchado.

A la mañana siguiente tengo la misma rutina y ni hablo con papá yéndome a la universidad. Evito a todos y más a Hanniel que me intenta intervenir pero no lo dejo, no quiero saber nada de nadie.

A fin de cursos entro al baño a lavarme las manos y cuando intento salir Allie entra como un animal tumbando todo.

—¿Por qué me estás ignorando y evitando?

Es directa y se pone frente a mi bloqueando mi paso.

Verla me recuerda la alegada que tuve con papá y me cae mal.

—¿Y todavía lo preguntas? —ironizo volteando los ojos.

—¡Sí! Claro que sí ¿Acaso me ves cara de adivina o qué?

—Quítate Allie no quiero hablar contigo. —intento irme pero me agarra.

—Dime carajo, dime qué hice para que estés enojada.

Me cruzo de brazos y pienso en si decirle o no. Realmente si quisiera saber porque no me cubrió.

—Porque eres una mala amiga. Papá te llamó el Lunes preguntándote dónde estaba yo ¡Y me quemaste! ¡Le dijiste que no sabías de mi paradero sabiendo que podías salvarme de los problemas que tendría con él!

Me le quedo viendo enojada y ella frunce sus cejas, confundida y como que haciendo memoria.

—Y no me vengas con que no te recuerdas o que no lo hiciste porque él mismo me lo dijo.

—Yo no te quemé, Collet yo no haría eso...

—¿A no? Entonces porque ahora estoy completamente excluida de toda ayuda que él me daba solo por salir unas horitas. Sé que no es tu responsabilidad pero eso se habría evitado si tan siquiera tú hubieras mentido por mí.

No dice nada y me lamo los labios viendo cómo ella deja de ser...

—Creí que eras mi amiga.

—¡Y lo soy! Es que ni me dejas terminar. Yo fui a buscarte a tu casa para salir y pedir permiso, él abrió y de inmediato pedí permiso para que fueras mi casa. Obviamente ahí se dió cuenta que tu no estabas conmigo y cuando me dijo que tú no estabas en casa y que creía que estaba conmigo ya era muy tarde para retractarme.

Escucho sus palabras y hasta me da jaqueca ¿Cómo diablos?

—Él me dijo que te había llamado.

—¿Eso dijo? —parece nerviosa y yo ruedo los ojos e intento irme— hey pero no te vayas, probablemente te mintió para ver qué excusa le dabas.

Y si que le dije varias mentiras. ¿O sea que la mentira de la casa de Riley también fue un fracaso? «Genial»

—Te estoy diciendo la verdad, te juro que si hubiera estado en mis manos te cubro hasta mandándole fotos de prueba. Pero es que tú nisiquiera me avisas cuando te vas con Hanniel a coger para así yo prepararme para no salir de mi casa cuando tu papá quiera saber de tu ubicación.

Me le quedo viendo y resoplo, es que tiene razón, ni siquiera avisé y si ocurrió como ella dice entonces si no había salida, ni reposición. Ella me mira haciéndo un puchero y abre sus brazos. Le hago mala cara pero recibo el abrazo que me da.

—Lo siento, de verdad que de haber podido hago lo posible.

No respondo y suspiro, de todas maneras culpa de ella no era. Correspondo a su abrazo, de verdad que sí me hace falta Allie.

—Yo puedo ayudarte si quieres para que veas que haces, si ya te había quitado el pago de la academia ¿Qué más te quitó?

Me suelta y recordar la discusión me da rabia.

—Ya no va a mantenerme en ningún sentido, prácticamente me echó de la casa.

—¡¿Qué?!

—Así como lo oyes.

—Tu papá es tan exagerado.

Concuerdo y nos vamos, ella me dice que puede ayudarme en que puedo ir a vivir con ella pues se ofreció a más pero como Fernán ya me está ayudando con eso del trabajo.

Tengo que pensar bien si acepto irme con ella, la verdad no sería mala idea. Nos vamos a la academia y salgo corriendo al auto de Allie cuando veo a Hanniel y éste intenta venir a mí.

Hacemos los estiramientos y ahora sí no ignoro a Allie en el baile, estamos emocionadas y ya queda solo un día para la competencia.

Pasan las horas y comienzo a recoger las cosas cuando todos terminamos y los dejo en su lugar dejando todo muy bien limpio y ordenado. Trato de no ver a Marcela y de ignorar cuando ella habla con Fernan y a mí mente venga lo que ella dijo.

—He recogido todo ya —le aviso a él en su oficina.

—Perfecto, puedes irte.

—¿Y los papeles? ¿Ya no haré nada más?

—No Collet, tendrás más cuando yo lo diga.

Intento protestar pero él me advierte con la mirada que no lo haga y se me acerca queriendo besarme. Cierro los ojos cuando sus labios hacen contacto con los míos y espanto todo pensamiento perturbador.

Intenta cargarme pero lo suelto.

—Allie me espera afuera —le informo con pena y él asiente.

—Feliz noche.

—Feliz noche —me despido yéndome.

No era mentira que Allie me esperaba, ella quiere que vaya a su casa a ver dónde me quedaría yo, si acepto vivir con ella en su casa.

—¿Ya? —pregunta extrañada.

—Sí —le respondo acomodándome en su auto.

—Ese no es un trabajo para casi cinco mil dólares de paga. Te está ligando Collet.

—Ay ya deja de decirme eso.

—De verdad ¿Segura que no has tenido sexo con él?

Casi me atraganto, la miro expectante y ella ríe. Me recuerdo nuevamente con Fernán follandome en el escritorio y «Claro que no he tenido sexo con él» Allie no sabe de eso y ni lo sabrá.

Le digo que no y no se lo cree pero no insiste, y que es si es difícil creerlo cuando que él me está ayudando de tal manera, además que sus miradas hacia mi ya no son tan discretas o como él ve a la demás alumnas.

Entramos a la casa de Allie y lo primero que me encuentro es a Owen sin camisa.

—Uy pero que hermosura va entrando.

—Yo, siempre —se afana Allie sacudiendo su cabello haciendo carcajear a su hermano.

—A ti no mal nacida —se burla y me es inevitable no reír.

Allie le pega indignada mientras que él me alza en el aire abrazándome.

—Hueles tan delicioso —me dice con su cara hundida en mi cuello.

—Ya lo sé —le digo recordando cómo me hecho todas mis cremas y mi loción. Él también huele rico, su fragancia es fresca y como que se acaba de bañar porque el olor a jabón está muy presente.

—Como que el olor a pera será mi favorito —dice y me da un beso en el cuello que me hace reír por como lo da.

—Basta yá —se interpone Allie quitándome de los brazos de su hermano.

—Tan aguafiestas que es ésta.

Se rasca la barbilla y no paso por alto lo guapo que es Owen, no por gusto es hermano de la diosa que me lleva a su cuarto. El torso de él está marcado y su piel morena clara es tan tentativa que la observo por más de lo que debería.

—Acá sería tu cuarto —me dice indicando una habitación contigua a la de ella.

—¿Y ésta de quién es?

—De huéspedes pero podría amueblarla para que sea tuya.

Sonrió con lo buena gente que es Allie, ya el enojo se me ha ido y es que no pasaba a creer que ella hiciera eso porque ella nunca ha demostrado ser mala gente, todo el tiempo es tan amigable y me ayuda siempre, cada que yo necesitaba algo ella me lo daba, hasta ni le cuesta regalarme sus vestidos que cuestan una fortuna, aún cuando yo alego para que no lo haga.

—Creo que si me vendría acá contigo—acepto— pero hasta que me eche de verdad papá, talvez esté enojado y no lo hará cuando se le pase, no quisiera dejar a Dafne...

...Ni la casa, es que no es tan fácil dejar tu hogar de un día para otro. Papá se ha pasado y no logro entender porque es tan duro conmigo. Me duele todo esto aunque trate de no demostrarlo.

Ella acepta y me dice que vayamos a ver una película en su sala y acepto viendo la hora, aún tengo tiempo, ahora se supone estuviera trabajando todavía.

Owen está cerrando las ventanas con el control en su mano y reproduce una película en Netflix, traen palomitas y montón de cosas para comer.

Me siento en el medio del sillón y me cruzo de piernas agarrando en tazón de palomitas.

—Están bien ricas —le digo a Allie atiborrando mi boca de las palomitas dulces sabor a fresa.

«Madre mía, que hambre estoy teniendo»

—Son mis favoritas —dice de espaldas y luego se da la vuelta y...— ¡Pero no te las termines todas! Ni ha empezado la película.

Owen se echa a reír y hago un cara inocente para que no me regañe mientras mastico todo lo que tengo en la boca, trago y ella entrecierra los ojos.

—Voy a pedir que hagan más —dice observándome y asiento sonriéndole.

Me centro en la película y es La quinta estación.

—Ay me encanta esa película —le digo a Owen.

—¿Ya la has visto? —se extraña y se pone al frente de mi llevando sus manos a la parte baja del enorme sillón.

—Uf, ya varias veces —me encogo de hombro y me asusto cuando el hala no se que cosa y saca una división el sillón que queda un poquito bajo, como un sofá cama.

—Entonces la cambiaré.

—¡No! Déjala, yo quiero verla de nuevo.

Se ríe y tira unas sábanas en lo que sacó.

—Abre —me pide con mis piernas y arrugo las cejas—, es solo para estar cómodo.

Aún con rareza abro las piernas y el se acomoda entre ellas, su cabeza queda recostada en mi vientre y el inicio de su espalda justo ahí abajo.

Llega Allie diciendo que la empleada traerá más palomitas en un ratito porque según ella yo me las comí todas antes de tiempo.

La película comienza, los minutos pasan, la empleada llega con las palomitas y yo agarro una por una comiendo e intercalando para darle en al boca a Owen. Éste hace aveces presión así abajo y estoy creyendo que lo hace a propósito.

No sé en qué momento pero le comienzo a acariciar el cabello así como Allie pasa su brazo alrededor de mi cuello pegándose mucho a mí. Owen comienza a acariciar mi muslo exterior y trato de ponerle atención a la película aunque eso sea ya imposible.

El ambiente ya se ha tornado diferente, todo está tan tenso y como que ya siento las intenciones de estos dos cuando ya acarician partes de mí de una forma diferente.

La accione de llevar palomita a mi boca queda a medias cuando Allie cerca su boca a la mis y...

—Dame —pide y trago saliva deviando mi mano a la boca de ella.

Recibe la palomita lamiendo a propósito mi dedo manchado de caramelo de fresa. Veo sus labios mientras mastica y son bonitos, los labios y los ojos de Allie son muy bonitos y entiendo porque los chicos se quedan bobos cuando la ven así de cerca. Ella lame sus labios y su mirada se clava en los míos en tanto siento como Owen juega con sus dedos en mis piernas, trago nuevamente saliva y todo queda confundido en mi cabeza cuando ella se pega a mi junto con sus labios.

Me comienza a besar, pero no es un beso como el que me dió el domingo, no, este es mucho más profundo y deseado, su lengua se hace paso de entre mi boca, yo no juego con la de ella porque siento que esto está mal, aún así, no puedo evitar sentir lo rico que besa Allie.

¡Diablos! Es que creo que ella entra en el ranking de los mejores besadores. Sus labios carnosos y suaves, demasiados suaves saben a fresa, dulce al igual que su saliva que se siente fresca y es que ya no puedo controlarme. Pongo mi mano en su nuca hundiéndome más en ella, saboreando cada parte de su boca, chocando mi lengua con la de ella en un roce erótico y es que ya había dicho que besar a una chica es otro nivel.

Este beso, que no se haga ella al decir que no fue planeado, porque si que lo es y más con todos los meses que lleva queriendo besarme de la manera en que lo hace. Muerde mi labio superior deslizando sus dientes provocando una sensación nueva. Había olvidado completamente a Owen hasta que él se quita de entre mis piernas para separarme de su hermana y pegarme a su boca sin ningún tipo de permiso.

No abro los ojos más solo le sigo al beso en el que él me introduce con mucha más posesividad que con Allie, las manos de él son mucho más grandes al tomarme la nuca para hacer más profundo el beso, sus labios son suaves también y su falta de delicadeza es lo que lo hace diferente a él como chico a Allie como chica.

Está es una explosión de nuevas sensaciones, es que nunca creí estar besando a un chico y a una chica al mismo tiempo, y menos que estos dos sean hermanos.

Allie comienza a besar mi hombro deslizandose más abajo y mientras sigo besando a Owen una imagen intrusa se cruza por mi mente confundiéndome tanto «Claro que has estado con unos que son hermanos»

Suelto los labios de Owen al verme sobre Logan mientras Hanniel me besaba. Es que no se que me está sucediendo que cada que beso o estoy a punto de algo más con alguien la imagen de ellos viene a mi mente.

«Son unos malditos»

Las manos de Allie en mi pantalón me sacan de mi mente y la detengo, ella sube su vista confundida, la entiendo porque les he seguido el beso con las mismas ganas a los dos dándoles permiso para llegar a más, pero la verdad es que tampoco puedo tener sexo con ellos cuando tengo en la mente a esos otros dos.

—No estoy preparada aún. —le digo con una sonrisita.

Voltea los ojos dejándose caer en el sillón y me causa gracia la muy marcada actitud de ella. Owen con su ceño fruncido, igual de confundido que su hermana quita sus manos de mis pechos y le sonrió también. De hecho no me siento incómoda con ellos, pero no puedo, de verdad que no.

—¿Algún día se te va a quitar lo mojigata Collet? —dice Allie con la respiración pesada.

De mojigata no tengo nada, Allie, créeme.

—No lo sé. —es lo único que digo tratando de no burlarme del bulto que Owen tiene en su entrepierna.

—Lo cruel creo que nunca —inquiere Owen acomodando sin ninguna vergüenza su miembro.

—Ay no creas que eres el único —dice Allie y me sorprende el nivel de confianza que estos dos se tienen, siempre la ví pero no creí que llegara a tanto.

—Lo siento es que...

—Es que nada —se levanta a tomar agua— Ahora voy a tener que irme a quitar las ganas con otro.

Lo dice de mala gana y evito reír.

—Yo también —secunda Owen y doy por terminada la reunión de ver película.

La verdad es que yo también me tengo que quitar la exitación que me provocó recordar el trío con aquellos.

—Cuando esté preparada, serán los primeros en saberlo —les digo levantándome también y agarrando más palomitas.

—A mi no me engañas —ataca Allie riendo— estas tan clavada con Hanniel que ya ni sexo puedes tener con alguien más.

Arrugo las cejas y niego aún sabiendo que es verdad, pero me da pena admitirlo.

—¿Con el mierda de Hanniel? —se sorprende con asco Owen y lo fulmino con la mirada.

—Si ¿Puedes creerlo?

—Mi Collet, te desearía lo mejor —dice colocándose una chaqueta para irse— pero lo mejor soy yo, y no me quieres —se ríe y Allie ríe también.

—Ya va, con la autoestima así ya ni salgo —sigue Allie burlándose de él y no puedo creer que se burlen también de mi por querer a Hanniel.

—Ustedes se están comportando desgraciados —entrecierro los ojos apuntándolos con las palomitas.

—¿Es que a quien se le ocurre clavarse con Hanniel?

—¡Cállate! —le grito a Owen tirándole la palomita, Allie ríe— ¡Tú también! —le tiro otra palomita.

—Vamonos Collet —indica ella y bajo del sillón empujando a los dos entre sí cuando me colocan en medio de los dos.

—Los odio —les digo como niñita y sonríen.

—Nosotros también.

Allie me va a dejar a casa en lo que Owen se fue en su nuevo auto «No es posible que haya arruinado uno más»

—Por lo menos dame otro beso —me dice cuando estoy por bajarme de su auto.

Le sonrió y me inclino a ella besándola, está me agarra las mejillas para alargar y profundizar el beso. Sus labios con los míos hacen un ruidito rico y le chupo el labio inferior cuándo me suelta.

—¡Ay! ¿Por que tienes que negarte conmigo? —me dice frustrada mordiendo sus labios y le doy un topón para terminarla.

—Hanniel.

Le digo encogiéndome de hombros y me echo a reír sabiendo que con eso toco sus casillas de la paciencia.

—Bye —le digo sonriente saliendo de su auto para entrar a mi casa.

—¡Ese es un idiota por no aprovecharte! —me grita y le exigo con los ojos que no lo haga.

Me vuelvo a ella por la ventana de su lado para pegarle en el hombro.

—Papá te puede escuchar. No seas así.

—Agh, da igual —me agarra del cuello— Si Hanniel no te quiere para besarte todo el tiempo como novia, ven conmigo que yo si te acepto —susurra cerca de mi boca y me da otro beso que no dejo que se alargue.

Miro a todos lados con pánico a que nos hayan visto haciéndola reír, me giña un ojo no sin antes haberme apretado una teta. Me quedo sonriendo por como es y entro a la casa.

Papá no está en la sala ni en la cocina, me voy directo al refri y saco la mantequilla de maní y hago un mi emparedado con pan sandwich, tengo tanta hambre pero no quiero cocinar. Doy el primer mascón y lo siento tan delicioso que cierro los ojos saboreando la deliciosa crema.

Me lamo los dedos y después de comer unos cuatro me voy a mi habitación directo a bañarme. Salgo y comienzo a echarme todas las cremas que uso «Amo tanto hacer esto» amo tanto masajear mi piel y luego verla muy bien hidratada, suave y brillante.

No me veo en el espejo, evito tanto verme en uno después de que... De que Dimitri me tocará sin permiso. Me esfuerzo tanto por ignorar lo que eso me causa cada vez que me recuerdo, así también como el bloquear lo más que puedo lo que Harol hizo frente a mí, pero las noches cómo éstas es cuando todo me viene sin medida así como las decepciones que estoy teniendo.

Me recuerdo de Hanniel y es un detonador haciendo que mis lágrimas salgan con más fuerza y constancia. No sé que tanto que hecho para merecer lo que me ocurre, no entiendo la perseguidera que el maldito loco ese tiene contra mi, tampoco el que me hayan tocado, tampoco el trauma que me están dejando, ni mucho menos tener el rechazo de Hanniel cuando que yo doy todo por él, y tampoco elegí quererlo como Dafne me dijo.

Yo no elegí quererlo, simplemente ocurrió y no pude echarme para atrás, creí que después de ya no verlo en aquella banqueta jamás volvería a verlo en mi vida, pero volví a verlo en aquel baño del club y todo volvió a florecer, me costó tanto guardar lo que sentía por él pero de nada sirvió cuando todo salió de romplon sin permiso ni tapujos al conectar mis ojos con los de él.

Y me duele tanto ver qué a pesar de tanto tiempo él no esté dispuesto a más conmigo. Pero debo quererme, debo elegir si seguir ahí o irme, dejarlo por completo. Hasta hoy no me lo he topado, no lo he tenido de frente y sé que el verdadero problema será cuando él se cansé de que yo lo evada y tome la rienda agarrándome. Porque sé que si no lo he tenido frente a mí es porque el así lo ha querido dejar, de querer besarme y tenerme lo hace y no le es tan difícil con maldita debilidad que yo tengo con él.

Me tiro en la cama respirando profundo para dejar de llorar, me repito una y otra vez que no es para tanto, que lo que hasta ahora he vivido no es para tanto.

Evito tocarme para saciarme porque no es lo que quiero, él no merece que yo me dé placer pensando en él.

Evoco el día lunes, cuando yo estaba sentada sobre él, platicando y sonriendo, que él me besara y sonriera tambien. Un momento tan hermoso que mi mente comienza a creer que ese Hanniel no es el mismo que me trata como las otras.

Cierro los ojos con fuerza dejando que el sueño me domine.

La alarma suena y hago la misma rutina de todas las mañanas. Papá si que está enojado porque no lo encuentro, ya se ha ido al trabajo.

Las clases pasan normales y aún no estoy de ánimo para hablar con muchos, pero Kaiser es un caso completo y complicado.

—De mi no te libras querida —me agarra del brazo y camina junto a mí tomando un refresco.

No le digo nada y es que mis ánimos se van con ver la ignorada que me llevo de parte de Hanniel al estar con Oriana.

—¿Me vas a decir que te ocurre?

—No me ocurre nada Kaiser.

—No mientas que tu rostro hasta me deprime. Además que te veo diferente ¿Que has hecho?

Lo miro cansada y es que no quiero andar diciendo lo que me ocurre, pero como que la confianza que ya tengo con él me reconforta.

—Solo no me he estado sintiendo bien.

—Eso ya lo sé —rueda los ojos y me repara de pies a cabeza.

Pasamos por el kiosko de helados y la boca se me hace agua al ver la crema batida. Suelto a Kaiser y hago fila.

—¿Que le puedo servir señorita?

Sonrio al chico que atiende y señalo la crema batida.

—¿Me puede vender un plato de solo crema batida?

Este me ve ceñudo y duda.

—¿Solo crema?

—Si, solo crema, no quiero helado.

Asiente aún dudoso y llena el plato con crema, observo lo que hace con ansias y me lo entrega con una cucharita. No espero más y meto la primera cucharada a mi boca y cierro un ratito los ojos saboreando lo delicioso que es la crema.

Me doy la vuelta agradeciendo al chico que me atendió, camino junto a Kaiser y este vuelve a verme de pies a cabeza, se queda por más tiempo de lo debido en mi vientre y abre la boca.

—Dime exactamente tus malestares —exige acercándose a mí.

No entiendo su preocupación repentina y lamo mis labios metiendo otra cucharada de crema a mi boca.

—¿Qué? ¿Para qué quieres saber eso? —le digo aún tragando. 

—Solo dímelo.

—Pues nada, me duele la espalda baja, el vientre también y lo siento hinchado, además que... —la pienso mucho antes de decirle— pues tengo un problemilla amoroso y eso me da bajón.

—¿Tus raros antojos son normales siempre? —sigue ceñudo y es la segunda vez que me preguntan lo mismo y ya sé la respuesta.

—La verdad es que no, pero me gusta mucho la crema batida...

—Pues déjame decirte Collet que durante estos cinco meses que te conozco nunca te había visto comer de la mera en la que lo haces ahora —parece analizar lo que dice, coloca un dedo en sus labios y me repara nuevamente mientras yo como más crema, se endereza y me apunta— Solo respóndeme una pregunta.

Asiento mirándolo raro «Kaiser está loco»

—¿Has estado teniendo sexo?

Me atraganto con la crema y toso salpicando un poco su playera con esa pregunta tan indiscreta que me hace. Hace mala cara viendo cómo lo manché y yo intento no ahogarme, carraspeo y lo veo mal.

—¿Que clase de pregunta es esa?

—¡Solo responde! —se molesta y limpia su playera.

No respondo creyendo que es broma y abre los ojos exigiéndome que le responda.

—¡Collet!

—Ay ya pues —lo detengo con sus gritos y me acerco despacio a él para susurrar y que nadie nos escuche— sí, pero no está semana.

—¡Joder! —da una vuelta sobre sus pies con sus manos en la cintura y se detiene frente a mi nuevamente— dime qué has usado protección, dímelo.

Hago memoria de las veces que lo he hecho y... No. Solo una ves no usé, inconsciente niego y el protesta estrellando sus manos en sus piernas.

Entro en cuenta de lo que me está tratando de decir y niego completamente uniendo las cosas que me ha preguntado, trato de agarrarlo pero...

—¡Estás embarazada!

«¡Dios, no, Kaiser si que está loco!»

—¡Kaiser! —le reprocho por decirlo en voz alta y los nervios ya están a mil.— ¡No lo digas en voz alta!

Él se queda callado y ve atrás de mí, el aroma que entra por mis fosas nasales me confirman una sola cosa y ya siento sudar frío bajar por mi frente con todo esto.

Giro un poco mi rostro y me encuentro con un Hanniel fuera de lugar con el ceño fruncido. ¿Él..? ¿Él escucho lo que dijo Kaiser?

No espero a saber la respuesta y agarro la mano de Kaiser, Hanniel preve mis intenciones y me agarra de las caderas. Forcejeo pidiéndole ayuda al moreno que la piensa mucho, le ruego con los ojos, acepta y se le va encima a Hanniel dándole un puñetazo en el rostro que él no se lo esperaba haciéndolo tambalear.

Aprovecho el momento y me zafo de Hanniel, tomo la nuevamente la mano de Kaiser y salgo corriendo con él.

—¡¿Dónde está tu auto?!

—Por allá —me hala llevándonos al auto.

—¡Arranca! —se lo exigo desesperada por los dos.

Si nos logra alcanzar, Kaiser va a ser el más perjudicado por haberle propinado el golpe que dejó que me soltara. Y yo ni digamos, ni digamos con el maldito comentario que escuchó de que estoy embarazada.

Arranca en menos de nada y acelera sin ver atrás, yo tampoco quiero ver y le exigo que nos vayamos a la academia.

—¡Estás loco! ¡¿Como vas a decir eso frente a todos?! ¡Frente a Hanniel!

—¡Que sabía yo que él estaba ahí!

Aprieto mis manos en puños y trato de ni hablar porque solo voy a gritar.

Llegamos a la academia y él se parquea, le pega al timón y se deja caer en el.

—¿Si sabes que me acabo de meter en un gran problema, verdad? —me dice y yo cierro los ojos.

Respiro hondo tratando de tranquilizarme y de inmediato siento culpa. Sí, está en gravísimos problemas.

—Lo siento —es lo único que puedo decir y me agarro el pecho sintiendo como mi pecho galopa como loco.

—Que me va a volver papilla.

Suena asustado y no es sorpresa ¿Quien no le tiene miedo a Hanniel?

—¡¿Y tú?! —me grita alternándome— ¡¿Cómo jodidos se te ocurre tener sexo sin protección?!

—¡No me grites!

—¡Te grito porque estás bien pendeja! ¡Ahora estás embarazada!

—¡No digas que lo estoy porque ni una prueba me he hecho!

—¡¿Ah no?! ¿Y como explicas tus malditos antojos repentinos? ¿Tus dolores de vientre? ¿Tus dolores de espalda? ¡¿El crecimiento repentino de tu vientre?! ¡Que no es hinchamiento! ¡Es un embarazo!

—¡No! —paso las manos por mi cara desesperada, entrando en pánico y con miedo de que él tenga razón, él no debe tener razón.

Yo no puedo estar embarazada ¡No puedo!

—Tome la pastilla del día después, no puede ocurrir un embarazo.

Resopla sin creerlo y se queda quieto respirando, buscando paciencia.

—Te recuerdo querida Collet que las malditas pastillas pueden fallar ¡Hasta un maldito condón puede fallar!

Me desespero y salgo del auto. Siento ganas de llorar, le niego a eso, me niego completamente a estar embarazada.

—No, no puede ser...

—Okey ya —me agarra de los hombros, ha salido el también del auto— no nos alteremos y hagamos una prueba, después de eso ya podemos gritar y ver qué se hará.

Trato de tranquilizarme y es cierto, debo hacerme una prueba, aún así sé que no estoy embarazada, no puedo estarlo ¡No! Tengo diecisiete, estoy muy joven y además Hanniel, no... Hanniel no.

Kaiser tata de tranquilizarme luego de haberme alterado hasta los huesos, Allie llega y me obligo a actuar normal, no quiero que ella lo sepa hasta que no esté segura, le advierto con los ojos a Kaiser que no diga nada y obedece. Allie me dice que nos vayamos porque debemos practicar mucho para la presentación de mañana.

—Ve, ahora te alcanzo —le digo a Allie dándole mis llaves, el celular y mi mochila, ella asiente.

Me centro en Kaiser y este me agarra de los hombros.

—Mañana voy a tu casa y te haces la maldita prueba, llevaré unas cinco —lo dice sin nisiquiera yo hablar o pedirlo.

—Gracias, gracias Kaiser —le beso la mejilla y entro corriendo a la academia.

Cuando me visto veo mi vientre ¿Cómo no sospeché antes? De verdad que se ve hinchado, no tanto pero si se nota en mi que nunca tengo el vientre así, siempre he sido de vientre plano. Recuerdo el lunes cuando comía el helado con Hanniel y hasta el sospechó de mis antojos.

—¡Ah! —grito desesperada pegándole a una banca.

Veo la hora y salgo corriendo a la pista uniéndome al ensayo. Fernán me tira una mala mirada por llegar tarde y le sonrió para que no me regañe.

Pasan las horas con los gritos del profesor para que todo salga perfecto. Termino toda sudada y ansiosa, de mi mente no sale la palabra "Embarazada"

Allie me dice que hoy hay una fiesta que organiza Evans, que nos ha invitado a las dos.

—No Allie, no tengo ánimos de ir y pues quiero descansar para la competencia de mañana.

Me mira mal, pero de verdad no me apetece ver a Hanniel que de seguro estará ahí, además que no miento al decir que no tengo ganas.

—Nunca dejas de ser una aguafiestas —tuerse la boca y le doy un beso en la mejilla de despedida.

—Nos vemos mañana en la universidad —me despido y me voy adentro para recoger todo lo que me toca del trabajo.

Me llega la noche y hoy usamos más cosas que nunca. Voy a la oficina de Fernán y hoy si está más que estresado, me dice que me retire y que no hay más que hacer.

Por primera vez agradezco irme porque ando tan estresada como él.

Corro a mi casa ignorando el miedo que siempre me da ir por las calles, llegó y comienzo a buscar mis llaves. No están en mi pantalón, abro las bolsitas de mi mochila y tampoco, sacudo mis prendas para ver si no se enredaron ahí y tampoco.

Hago memoria de en dónde podría haberla dejado y... «Allie» ¡Agh! Allie se quedó mis llaves. Busco mi celular y eso también se lo ha quedado.

Me levanto y comienzo a tocar la puerta, paso así varía minutos y nadie abre, supongo que papá está aún en el trabajo y miro a todos lados.

El canto de unos villancicos se escuchan a lo lejos y las lucesitas de navidad no se porque me dan escalofríos. Me da miedo quedarme acá hasta que papá vuelva y mejor emprendo el camino a casa de Allie.

No pienso correr hasta allá así que veo cuando dinero cargo y termino deteniendo un taxi para ir a dónde ella. Al llegar le pago al señor bajando del coche. Tocó la puerta y sale la empleada.

—Buenas noches ¿Se encontrará Allie?

—No fíjese, acaba de salir.

Lo que me faltaba ¡Lo único que me faltaba!

—¿Y Owen? —no mato las esperanzas, puedo quedarme con el hasta que vuelva Allie.

—No, tampoco.

Casi vocifero malas palabras con la maldita suerte que tengo.

—Gracias —le digo a la señora y me doy la vuelta viendo a todos lados.

Este vecindario es mucho más desconocido para mí, siento que me vigilan y nunca encuentro de dónde. Acá tampoco me puedo quedar y cierro los ojos viendo cómo mi única opción es ir a casa de Evans a pedir mis llaves y mi celular, no me sé ningún número de memoria como para llamar en un teléfono público para no tener que ir a esa fiesta, aunque... Miro a todos lados y ¡No hay ningún teléfono público!

Me resigno y veo al calle, la casa de Evans no queda tan lejos de acá, comienzo a correr, no paro, no miro atrás por el miedo que me consume y cuando escucho la música a lo lejos me tranquilizo de una parte, pero de otra me comienzo a poner más nerviosa.

Comienzo a desear que Hanniel no esté. Yo solo debo ir, buscar a Allie, pedirle mis llaves, mi celular y salir lo más antes posible de ahí.

Entro a la casa y saludo a todos sin querer extender las cosas, busco a Allie pero no la encuentro. Veo a Oriana y a Dánae pero no a los demás chicos.

El pánico no se me va, me estoy comenzando a sentir mal y por ningún lado está Allie ¿Dónde carajos se mete?

Me voy por un lado de la mansión de Evans, camino rápido, miro a todos lados y al percatarme de aquello comienzo a disminuir la velocidad.

Chloe, Liam y Evans están en un pasillo vacío y casi obscuro, me arrepiento haber venido por acá. Ellos se dan cuenta de mi presencia e intentan retenerme disimuladamente pero es muy tarde cuando capto a Hanniel besándose pasionalmente con Camille quien manosea su torso a su antojo, Hanniel adentra sus manos dentro de la blusa de ella.

Algo me da, no me gusta lo que veo, mezclado con el pánico y lo estresada que estoy siento todo mal. Todo maldita sea, todo está mal y derrepente unas ganas de vomitar me dan fuertes.

Quito a Evans que cruzó su brazo alrededor de mis hombros con gran sonrisa, salgo corriendo a los baños y entro arrodillándome en menos de nada frente al sanitario dejando que todo salga de mi estómago.

Doy arcadas fuertes que sacan todo lo que comí a la fuerza, cierro los ojos odiando las náuseas que siento, el dolor en mi espaldas permanece y no sé porque pero no puedo parar de vomitar, largos minutos haciendo lo mismo pero no puedo detenerme, ya lo único que saco es líquido blanco y me tenso al sentir una mano acariciando mi espalda.

—Respira profundo y así podrás calmarte.

Obedezco porque quiero detenerme e ignoro la vergüenza que me da el que Chloe esté viéndome así. Cierro la boca y respiro por la nariz cerrando los ojos, me levanto y agarro mi mochila sacando mi cepillo y la pasta de inmediato «Puedo estar mal emocionalmente pero nunca oliendo mal»

Comienzo a cepillarme y Chloe se queda parada después de echar agua al sanitario, me ve desde atrás y noto su expresión de lastima. Yo no quiero su lastima, no quiero que me vea así ni que crea que soy débil, aunque probablemente lo esté siendo.

—No deberías dejar que él te afecte tanto. —dice y ya sabía que iba a hablar de eso.

No respondo y repito cuatro veces el proceso de cepillarme. Me seco el agua de la boca y me lavo las manos, intento irme pero ella se coloca a mi lado.

—Es un consejo Collet, no me tomes como alguien a quien no deberías ni escuchar, yo te tomé cariño y siento que lo que ocurrió entre Allie y yo no tiene que ver contigo. —trago saliva e ignoro la punzada que da mi vientre, la miro a través del espejo y sus ojos gris con azul me transmiten comprensión.

—No es eso, solo no quiero hablar —se lo digo con intensión de que se quite esa idea de la cabeza, Allie me había dicho lo mismo.

—Solo escúchame. —Pide permiso para seguir hablando y no me queda de otra que aceptar escuchar lo que tiene para decir.

—Hanniel ha sido como mi hermano desde que tenemos uso de razón, lo conozco tan bien y... Nunca me he tomado la molestia de aconsejar a las chicas que se encariñan con él así como tú lo estás haciendo, pero como ya dije; te tomé aprecio y creo que te mereces no sufrir por él.

Desvío la mirada y me da un sentimiento raro escuchar las palabras de ella, que sí, desde que la ví al lado de él supe la confianza que se tenían, Chloe conoce tanto a Hanniel.

—Él no es de tener novias ni de permitirse querer a alguien, no porque no pueda, porque si que puede, pero no quiere hacerlo. No quiere desde que terminó con...

Se queda callada y casi ruedo los ojos por la manía que todos tienen de decir algo y nunca terminarlo.

—Terminó... ¿Con quién? —se lo pregunto sin ánimos pero sí con ganas de que me responda, algo dentro de mí sabe de quién habla.

Lo piensa por unos minutos y me canso de esperar, guardo mi cosas para irme y...

—Desde que terminó con Sienna, ella fue su única novia y ex novia, su relación no terminó bien y por eso él volvió a como era antes de ella; el mismo que andaba con muchas sin querer tener títulos con ellas. Sienna fue una excepción que no valió la pena y él lo sabe, pero supo, según él, que tener una relación no era lo que quería.

Sus palabras me duelen, no lo demuestro, pero si que pesan en mi sentimiento que tengo por él, odio tanto quererlo como lo hago.

—Y esto no te lo digo por querer hacerlo, lo hago para que sepas que él tiene bien marcado lo que quiere y no es una relación. No es de mi incumbencia lo que hace él, pero lo está siendo el que tú sufras, no creas que no se te nota el rostro que cargas siempre que lo ves con otras.

Me abraza y no se porque no quiero que lo haga.

—Te mereces alguien que quiera quererte y dar lo que tú das, porque Hanniel no lo hará y no sentirá remordimiento al dejarte porque siempre te dijo lo que buscaba en tí.

La suelto sin querer que siga, siento tantas cosas en este momento que no se cómo tomarlo.

—Toma lo que te digo de una buena forma, de una hermana a otra, él no está sufriendo y si le quito de su camino a la chica que vale mucho más que Sienna, es porque tú si estás sufriendo y no me gusta verte así, el puede conseguirse a muchas más, así como tú puedes tener a otros o conseguir quien acepte tener una relación contigo.

Me sonríe y de alguna manera le agradezco lo que me dice, que sea una de las tantas que me "aconseja" dejar a Hanniel, pero nunca nadie sabrá lo difícil que sería llevarlo a cabo.

Estoy por responderle cuando la puerta se abre de romplon dejando ver a un serio Hanniel que no repara en Chloe, sus ojos están plenamente clavados en mí y ruedo los ojos aferrándome a Chloe.

Ella no sabe que hacer pero con mi mirada le hago saber que no quiero verlo, que no me quiero quedar sola con él.

—Permiso, querido —le dice ella cuando caminamos a la misma puerta para salir pero el no se mueve, yo me niego a verlo y miro directo al frente—, que te confundiste de baño, este es de chicas —inteta acariciarle el hombro pero el le quita la mano.

—No estoy para pendejadas Chloe. —habla tajante.

—Nunca lo estás —se ríe ella e intenta salir.

Yo la sigo viendo mi huída pero de un movimiento rápido separa a Chloe de mi lado y me toma de la mano quitándome todo atisbo de salida.

—Fuera —le ordena a Chloe y ésta hace mala cara. 

—Déjala y deja de comportarte como idiota —le dice y nunca había visto cuando ellos discuten pero los dos están serios, tornan el ambiente bien tenso.

—No es tu puto problema ¡Fuera!

—No —se cruza de brazos— sácame si puedes.

Hanniel emite una pequeña risa ronca y niega.

—Yo no, pero él si.

Abre la puerta y Liam sonríe adentrándose al baño como el fiel amigo que es de quién me lastima con su agarre, ayudando a que cumpla lo que quiere.

—Ay Liam, no seas un desgraciado igual que él —intenta protestar pero el ojos verde la toma de las mejillas y le planta un beso, uno que de inmediato evapora manipulación al máximo poder.

No rompe el beso y le da la vuelta haciéndola caminar de espalda y con eso veo que no soy la única que es vulnerable ante un chico. Que irónico.

Intento zafarme de Hanniel pero este me toma de las caderas empujándome a los lavamanos, en segundos me sube a la superficie y quedo sentada. No me da tiempo de nada, lo miro mal e intento hacer más pero me bloquea apretando mis manos sobre mis muslos con las grandes de él.

—¿Que jodidos te ocurre? —suena furioso y no entiendo porque, la furiosa debería ser yo.

—Lo que a mí me ocurre a tí no te incumbe —alego y lo empujo con mis rodillas.

Logro que se haga para atrás y salto del azulejo, de pie intento irme pero me toma del cuello volviéndome al mismo lugar pegando su cuerpo al mío y acerca su boca a mi oreja para hablar.

—Pero a quien te cojes sí —me suelta con desprecio y odio que haga eso, odio sentir su desprecio pero jamás su cariño.

—Me vale mierda, no tengo porque decirte ni siquiera eso.

—Ajá, sigue, hazlo y revuélcate con todo mediocre que se te cruce. Pero no quiero ni saber que vengas y me digas que estás embarazada —me mira de arriba abajo—, mucho menos que es mío.

Sus palabras me duelen, que me esté tratando como una cualquiera sabiendo que es con el único con el que tengo sexo desde hace mucho, incluso en esta misma semana rechacé a Fernan, a Owen y Allie, por tener esos malditos pensamientos con él.

Miro al suelo y luego me enderezco tragándome las lágrimas que no pienso derramar.

—Me das lástima al tratarme como una puta sabiendo perfectamente que no lo soy. Pero sigue, sigue tratándome así —le paso por un lado—, solo asegúrate de creértelo.

Salgo pero no avanzo mucho cuando él me vuelve a agarrar y estoy tan fastidiada que cuando me empuja a una pared impactando su cuerpo contra el mío besándome con tal enojo y brusquedad lo muerdo tan fuerte, no dejo que sus labios me debiliten y no desisto con la mordida hasta que él me suelta alejándose viendo cómo mis dientes están marcados en su carne.

Levanta la vista lamiéndose la poca sangre que le saqué, no me importa nada y me limpio ahora yo con asco la boca.

—No me vuelvas a tocar —le advierto con odio—. De hoy en adelante soy la puta que tú dices que soy, la misma que nunca vas a volver a ver abierta de piernas para ti, ni dispuesta para tener sexo cada que a tí se te antoje, ni mucho menos a la que besas porque no tienes a otras. Grábatelo, idiota.

Salgo ahora sí, sin ningún obstáculo evocando lo que me ha dicho, que me ha negado el bebé que evidentemente sería de él, me afecta el hecho que me haya dejado por un lado tratándome de tal manera.

¿Es que acaso él no se revuelca con cuánta pendeja se le ofrezca? ¿Por qué le enoja entonces que yo pueda hacer lo mismo? Aunque no lo haga, porque mientras el se coge a unas cinco yo solo lo hago con él. Solo una maldita ves lo he hecho con Fernán, mas nunca con alguien más.

Me niego a llorar porque me siento tan ridícula. Busco a Allie, cosa que me toma tanto tiempo y me la encuentro besándose con alguien que no conozco en la terraza, lo siento mucho por ella pero necesito mis cosas.

—Allie —los interrumpo y ella voltea extrañada.

—¿Collet? —deja al chico y yo me doy la vuelta caminando de vuelta.

—Necesito mis llaves y mi celular —le digo al inicio de las gradas.

—¿Tus...? Ah si —busca entre su bolso y saca mis cosas— ¿Has venido hasta acá solo por esto?

—Papá no estaba en casa y no podía quedarme en la calle esperando con todo lo que me ha ocurrido.

—Ay lo siento entonces, se me olvidó darte las cosas y...

—Ya, déjalo. Me voy.

Intento irme pero me agarra.

—¿No quieres quedarte? —su pregunta es más una súplica pero ahora más que nunca no quiero quedarme.

—No, estoy cansada.

Es lo último que le digo antes de irme para abajo.

Camino rápido por encima de la música, estoy tan enojada que no miro a nadie, no pongo cuidado y que se quite todo quien me vea pasar.

Pero como nunca me lo espero, me termino estrellando contra Camille que se altera en un segundo.

—¡Mira por dónde caminas imbécil! —se sacude la ropa y la miro sin una pizca de paciencia.

—No tienes porque gritar como urraca, yo si escucho como persona normal, no como tú.

La hago a un lado intentando irme pero me empuja.

—¿Que me acabas de decir maldita arrastrada?

Me detengo con alguien para no caer a la piscina. Aprieto las manos, me digo una y otra vez que no debo rebajarme a su nivel. Intento irme pero la muy idiota no coopera.

—Si, vete como la pendeja que eres. Solo no me vuelvas a tocar porque por lo asquerosa que estás me arruinas mi ropa de marca.

Me doy la vuelta con la cabeza caliente, enojada, no estoy de humor en ningún sentido para aguantar sus putos comentarios que cree que son ofensivos, hoy precisamente no estoy para dejarme.

—¿Y si te toco que vas a hacer? —le doy toques con mi dedo índice en su pecho.

Ella sonríe y me mira de arriba abajo.

—No me retes, que puedo arruinarte más de lo que estás.

—Ajá ¿Y como? —me le acerco arrinconándola en un poste de luz.

—Me das asco, ya entiendo porque Hanniel te tiene en el piso.

Me escupe y eso es lo último que hace, esa es la última gota que hace derramar el vaso, que me hace explotar todo autocontrol que tenía.

Me le voy encima dándole un puñetazo directo a la nariz, ella grita y la empujo de los hombros queriendo que se caiga al piso, pero la muy mal nacida se endereza dándome una cachetada seguidamente de un agarrón de cabello. Es tan inútil que tiene que agarrarme del pelo, no lo suelta y yo intento quitármela, le doy una patada en la espinilla pero parece que no le cala me hala fuerte pero no me gana.

Yo peleo como en boxeo con Dafne cuando nos agarramos, y no creo que ésta tenga más fuerza que yo, ésta mediocre no la tiene y le cruzo el pie entre sus piernas haciéndola caer. Me coloco encima de ella y le doy un golpe en la mejilla, no me suelta del pelo y le agarro yo también a diferencia de ella yo comienzo a golpear su cráneo contra el suelo. Descargo todo el odio que le tengo y el que siento por los que me joden, la mente se me nubla y no paro de golpearla.

Ella pataleta pidiendo ayuda y no me importa nada. La suelto y comienzo a darle cachetadas, me ha soltado el cabello para cubrirse de mis golpes y no me doy cuenta de nada hasta que siento que me agarran de la cintura halandome con fuerza.

Me alzan en el aire separándome de ella, quiero terminarla pero la fuerza de quién me agarra me sobrepasa y dejo de forcejear cuando veo a Hanniel levantando a Camille del suelo. Ella llora y se le va encima abrazándolo, éste la abraza también y le revisa dónde le golpeé, tiene sangre saliendo de la nariz y a él no le importa que le manche su playera.

Él nota los golpes, levanta su rostro y me mira, me mira enojado y con desprecio, niega y esos ojos que me hace no me gustan. No me gusta que tome con delicadeza a esa maldita y la abrace más sacándola de allí.

Quito las manos que me agarran de mi cintura más enojada que nunca.

—Eh yá, tranquila —Liam me toma de las manos y lo miro tan enojada como nunca.

—¡Suéltame! —hago fuerza y tiro de mis manos hacia abajo liberándome de él.

—Ya déjalo, relájate.

Me agarro el cabello en una coleta en lo que no aguanto la puta impotencia que siento, quiero hacer más pero no puedo y comienzo a llorar de rabia, no hay sollozos de dolor, solo hay rabietas en contra del estúpido que prefirió a la maldita esa y no a mí.

Liam intenta agarrarme de nueva y lo empujo dirigiéndome a la salida empujando en el camino a quien me impida salir. Veo el auto de Hanniel en la banqueta, arrancado y sé que ahí teniene a ésa.

No me importa nada y me limpio las lágrimas de enojo y comienzo a correr sin mirar atrás.

—¡Collet! —escucho la voz de Allie, llamándome pero no le hago caso.

No quiero ver a nadie ¡A nadie! No quiero rematar con ella y no paro de correr por la avenida sin importarme todo lo que voy a tener que correr para llegar a casa.

No me importa, yo lo único que quiero es alejarme de todos esos, de ese jodido idiota que me lastima una y otra vez.

Cuando creí que no habría otra manera para clavarme la daga, viene y hace éstas porquerías.

Las horas me toman en la carretera y no paro de correr, no paro ahora que siento que alguien viene detrás de mí.




Publicado el 7/03/2020

Nota de la autora:

Bueno... tengo muchas emociones con este cap. ¡Pero vaya! Que me pongo a pelear junto con Collet.

Acá sus opiniones.

Perdón por publicar tarde pero el tiempo que tengo ahora es muy limitado.

Hasta el próximo cap.

Besos.

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