Rayan [en pausa]

By nayftes

6.9K 406 101

R| Una alumna en su último año. Un nuevo profesor. More

RAYAN
01. Primeras impresiones
02. Presentaciones y bienvenidas
03. Primera clase
04. Encontronazos
05. Heridas y detalles
06. Lencería erótica.
07. Hermandad
08. Esmeraldas con capas.
09. Límites
10. Desconocidos
11. Ser misericordioso
12. "Sex and Surf"
13. Interrupciones
14. Malentendidos
15. Fetiche
16. Trapos húmedos
17. Louvre
18. Improvistos
19. Acusaciones
20. Drama y más drama
21. Confesiones
22. "El quinto elemento"
23. Discusiones con desconocidos
24. Charlas y más dudas
25. Artículos en la prensa de corazón
26. Cosy Bear Café
27. Contratiempos.
28. Una tras otra
30. Castiel
EADLYN
01. Después de tanto tiempo.
02. Un buen ambiente.
03. Aniversario.
04. Partidos de madrugada.
05. Abrigos de plumas.

29. Entre canciones y copas

149 8 0
By nayftes

Ú L T I M O         C A P Í T U L O

EADLYN

—Nathaniel.

Su mirada perversa me lo dijo todo.

Tras mi discusión con el rubiales, ambos habían mantenido una conversación, donde este le había largado todo a mi hermano, incluyendo mi aventura con el señor Zaidi.

¿Y si lo cuenta? Me echarán de la Universidad, por lo que me quitarán la beca y eso dejará una gran mancha en mi expediente. Y por no hablar de Rayan, perdería su trabajo y a penas es su primer año en Anteros, y hay que admitir que hace muy bien su trabajo —casi tanto como besa...—.

—¿Desde cuándo te llevas tú con Nathaniel? —me cruzo de brazos, confundida.

—Desde que se dió cuenta de la clase de persona que eres —escupe con rabia. Si llegara a morderse la lengua se moriría con su propio veneno.

—¿Si tanto me odias, por qué te preocupaste cuando te amenazaron con venir a por mi?

Aegan desvió la mirada un segundo, lo suficiente para saber que algo ocultaba, aunque siendo él, me espero cualquier cosa.

—Por que... —se pasa las manos por el pelo frustrado, y se sienta en el sofá despegable donde el duerme. Con su mano, golpea el sitio libre a su lado, indicando que me siente—. Por qué se lo prometí a mamá, Eadlyn.

Sus ojos me miran inundados de lágrimas, lleno de arrepentimiento y dolor, cansado de guardarse tantos secretos y arrastrarlos consigo.

—¿Sabías que se iba a ir? ¿Qué nos iba a abandonar? —mi voz titubeó y mi mente empezó a hacer preguntas que solo él puede responder.

—Ella fue a mi habitación contigo en brazos Eadlyn —me agarra de las manos y me seca las lágrimas que empezaron a caer de mis ojos.

—¿Entonces me quería? —pregunté, con el último atisbo de esperanza —que al parecer—, me quedaba.

—Te quería más que a nada en este mundo Eadlyn —con su mano y sus ojos brillosos colocó un mechón tras mi oreja—. Me despertó y se metió en cama contigo en brazos y te puso en el medio de los dos —llegados a este punto, su voz temblaba intentado retener las lágrimas—, ella lloraba y yo le pregunté que si quería que avisara a papá, ella negó y me pidió que te cuidara con mi vida, que soy tu hermano mayor, que tú eres mi princesita y debo protegerte del mundo que nos rodea, y no dejar que ningún chico te rompa nunca el corazón.

Llegados a este punto, ambos llorábamos sentados en posición de indios frente a frente. Nunca antes lo había visto llorar, nunca lo había visto sonreír, y tenerlo así, vulnerable ante mi, es algo totalmente nuevo.

—¿Entonces porque me trataste tan mal estos años?

Esa, era una pregunta que llevaba haciéndome desde cría. Me dijeron a una temprana edad, que mi madre se había ido por mi culpa, poco tiempo después, di por echo a que se trataba de que no deseaba otro hijo, o tal vez porque era una niña y no un niño como mi hermano.

Él seguía sin responder.

—¿Si tanto nos quería por qué se fue?

Él no respondió.

—Mierda Aegan dime algo —agarré su mano entre las mías y le di un ligero apretón en espera de que respondiera.

—Porque ella no soportaría ver cómo papá amaba a otra mujer más que a ella.

—¿Qué? —mi confusión era evidente.

Al parecer, si existe una mujer que no soporta que su pareja quiera más a su hija que a ella misma.

Joder. Yo me enfadaría de no ser así.

Es algo natural en un embarazo deseado. El único amor a primera vista es el de un padre o una madre con su bebé. Ni si quiera tiene ojos, boca, o se sabe si es una niña o un niño. Es tan grande como una manzana o incluso menos, pero ellos ya le quieren. Ya están ansiosos por su llegada, ya quieren tenerlo en brazos, y en cuanto lo ven, se enamoran.

—Ya te lo explicaré en otro momento —su voz suena suave, y por primera vez, una ligera sonrisa se posa en sus labios—. Ahora debes acabar de prepararte, tus amigos te están esperando.

Es ahora mismo, mientras me adentro en el conocido Snake Room, que agradezco a mi hermano por eso, y es que ni de broma habría llegado a tiempo de no ser por él.

Es cierto que me dio rabia tener que dejar una conversación que llevo tantos años esperando, pero el estar rodeada de las personas que yo considero amigos, me distrae.

La calle está atiborrada de gente, la mayoría son estudiantes de Anteros, y dentro del bar no es muy distinto. Desde lejos se alcanzaba a escuchar la música, pero no se trata del grupo de Castiel, por lo que el concierto aún no ha comenzado.

Rosa se abre paso entre la muchedumbre acompañada de Leigh, y ambos llegan con un buen armamento de bebidas entre las manos. Chani y Hyun, el camarero de la cafetería a la cuál fui con Castiel también está, al parecer, la constante presencia de Rosa y su adicción por el café ha logrado que se estableciera una amistad entre ambos, y aunque el asiático no es un estudiante, mucha gente aquí presente tampoco lo es. Ellos son los únicos que empiezan de manera suave, mientras que nosotros, parecemos no querer llegar sobrios a la una de la mañana.

—Wow, alguien está muy guapa esta noche —me alaga Priya, acercándose a nosotros y mirando mi vestuario de esta noche.

La verdad no es nada fuera de lo común. Es un típico conjunto de fiesta, pero no es algo que acostumbro a usar. Un par de prendas que tengo en el fondo del armario y me regaló la única amiga verdadera que tenía en Canadá, con la esperanza de que algún día me lo pusiera.

—Ese top holgado de tiras con lentejuelas y escotazo te hace unas tetas impresionantes —continúa Rosa, sin vergüenza aparente—. Tienes suerte, tienes unas buenas tetas y puedes permitirte no ponerte sujetador y por ende, prendas como esas.

Su labio se frunce y le da un sorbo a su bebida al parecer algo frustrada. Leigh lo nota, y como buen caballero llega al rescate.

—Tú te ves preciosa con todo —Leigh le arrebata la copa y se la da a Priya, quien observa divertida la escena—. Vamos a bailar.

La pareja desaparece entre la gente que baila restregando sus cuerpos unos con otros. El ambiente está realmente caldeado, y eso que Castiel y su grupo aún no hicieron su presentación.

—Wow chica, esa falda negra de cuero ajustada hace que tu culo sea difícil de ignorar —una sonriente Amber me rodea con su brazo por los hombros y me pega a su cuerpo. Su olor a perfume caro llega hasta mi, el cuál resulta ser demasiado dulzón para mi gusto.

—Sí, parece ser que quiere impresionar a cierto pelirrojo —Priya me guiña un ojo y maldigo por dentro.

Había hablado con Castiel sobre Amber, más por interés que por otra cosa, y este rápidamente me molestó diciendo que en realidad estaba celosa —cosa que cabe aclarar que no es cierto—, pero en conclusión, que no van más allá que sexo casual, y es que aunque Amber estuvo realmente pillada por Castiel en el instituto, en cuanto esté finalizó, se acabó.

—No en realidad, solo me apetece desmelenarme un poco —me encogo de hombros, dándole el último sorbo a mi bebida.

Antes de que nadie pudiera responderme, a través de los parlantes han anunciado el inicio del concierto, y la muchedumbre más hacia el interior del local. Todos se habían aglomerado frente al escenario, por lo que nuevamente tenía espacio para moverme. Las luces se habían apagado y solo se escuchaban murmullos. Al mismo tiempo que la música del DJ se ha detenido, ls iluminación de unos focos se han centrado en el escenario, mientras que el telón se ha cerrado, y varias personas han empezado a gritar para que empezaran.

—¡Crowstorm!¡Crowstorm!¡Crowstorm! —todos han empezado a victorear a coro.

De pronto, una guitarra se ha puesto a sonar. Aunque los músicos todavía no habían entrado en escena, hemos oído las primeras notas de música... Es muy tranquilo para tratarse de rock. De echo, no estoy segura de en que categoría clasificaría su música, es más algo mixto.

La melodía a durado un rato sin que los miembros del grupo hicieran acto de presencia. Cada vez más gente del grupo gritaba, y por primera vez, sentí esa adrenalina de la que todos hablan cuando esperas a que el concierto empiece.

La espera alcanzaba su punto álgido. Los músicos se hacían derrogar. La guitarra seguía sonando, sola...

Y, después, nada.

Se ha abierto el telón. La luz cegadora iluminaba el grupo que no se movía.

—¡Vamos!

Después, han empezado a sonar todos juntos, los tonos graves son tan fuertes, que la batería resonaba en mi caja torácica. No tiene nada que ver con la melodía anterior. Todo el público salta al ritmo de la música hipnótica, por lo que tengo que ponerme de puntillas para alcanzar a ver lo que pasa en el escenario.

Castiel está de espaldas al público. Toca sin mirarnos. Aumenta la intensidad de la música con un solo desenfrenado.

Y, de repente, todos los músicos se han parado en la misma milésima de segundo. Castiel por fin se ha dado la vuelta.

—Somos Crowstorm.

Un grito ensordecedor a resonado en la sala, tras las palabras de Castiel. Después, la música Ha vuelto a sonar, todavía más bella. Debo admitir que son buenos en el escenario... Guste o no, saben cómo aumentar el suspense.

No puedo dejar de moverme y dar golpecitos con el pie en el suelo al ritmo de la canción, mientras canto la letra por lo bajo. Logró apreciar que hay más chicas que chicos en el público, incluso distingo a varias chicas que llevan una camiseta con la inscripción "Casielove".

Una parte de mi, deduce que a Castiel no es que le fascine especialmente...

Me gustaría acercarme...

—¿Quieres que nos acerquemos? —Rosa, a mi lado, parece leer mi mente.

—No sé...

A pesar de todo, estoy indecisa, lo cuál me hace sentir estúpida, pues el propio Castiel me invitó, pero también me asusta la idea de que me reconozcan por ser la chica que salió en una portada con su ídolo.

—Para. Te lo estás comiendo con los ojos. Es normal, te gusta el chaval. Venga, vamos —sin darme tiempo a replicar, me ha agarrado de la mano y nos hemos deslizado entre la gente para llegar al borde del escenario.

Rosa bailaba a mi lado sin mirarme.

Estando tan cerca podía disfrutar viendo a Castiel. Nunca lo había visto así. Disfruta en el centro del escenario, iluminado por los focos y ensordecido con los gritos del público, aunque el parece no hacerle caso. Tiene una seguridad envidiable.

Y es que esas hojas esparcidas sin cuidado alguno sobre la mesa baja del salón, contienen las notas y la letra que ahora mismo está resonando por este mismo local. Eso me hace sentir afortunada.

Se me ha encogido el corazón. Juraría que su mirada se posó un instante sobre mi. No... He debido soñarlo, tengo que dejar de imaginarme cosas. En realidad, mira a todo el público con una seguridad increíble.

Rosa me ha agarrado de la cintura y me ha obligado a moverme, pero no me apetece bailar. Me he quedado un rato mirándolos, finalmente bailando al ritmo de la música con mi tercera copa en la mano y algo contenta de más, cuando Castiel a anunciado la última canción.

—Antes de iniciar con la última canción de la noche —Castiel miraba a la gente de la primera fila, parecía buscar a alguien—. Quiero hablaros sobre esta, pues es una nueva canción que la cuál hemos compuesto en tiempo récord, ya que he estado muy inspirado desde hace unos días. No es el tipo de música al cuál estáis acostumbrados, mantiene esa esencia que tanto nos caracteriza, pero es algo más...lento.

Finalmente, esos ojos los cuales yo he podido apreciar en muchas ocasiones, se han posado sobre mi. Y a pesar de haber muchas personas allí, se sintió íntimo.

—Asi que esto va para ti —finalmente, su mirada se desconectó con la mía, y tras un repaso general, anunció el título de la canción—. Esto es "Particular Taste".

Los primeros acordes se hicieron presentes, y por primera vez, cuando Castiel empezó a cantar, el público no lo hizo.

—She don't listen to a thing, plus it feels right. Only dances when is Kanye —la primera frase sale de su boca, y siento mis mejillas encenderse.

Recuerdo aquella conversación de camino al garaje donde subiríamos a su moto para que me acercase a la universidad una vez que tenía el bolso de Amber. Me quejé de la horrorosa música de ascensor, y sin saber cómo, le acabé confesando que las únicas canciones que no me resisto a bailar, son las de Kanye.

—She could take you one–on–one of she feels like. You'll be begging her for mercy —su voz aterciopelada alcanza las notas a la perfección. A mi mente viene el recuerdo de la guerra de almohadas. Mi cuerpo sobre el suyo ambos en el suelo del salón y entre carcajadas me pedía perdón—. Oh, she'll take your name and number then she'll hit erase and walk away —entonces, sus manos con un pequeño papel blanco atrapado entre sus dedos, en este, anotado su número de teléfono junto su nombre debajo todavía a la puerta de mi habitación bajo la atenta mirada de los estudiantes.

La melodía se acelera en un estribillo sumamente pegadizo y la gente escucha con atención la letra, mientras muchas parejas rozan sus cuerpos al ritmo de la música.

Entonces sucedió. Esas pequeñas estrofas huérfanas que había visto que aquella hoja, las que él mismo admitió que estaban inspiradas en mí, ahí están; siendo cantadas.

—Never pickin' up her phone 'less it rings twice. Only answer with a question —su mirada ya no se despegaba de la mía. Y algunas personas se habían empezado a dar cuenta de eso, entre ellas Rosa, que me otorgó un pequeño codazo en el brazo para que continuara meciédome al ritmo de la canción.

Poco después, el estribillo se hizo de nuevo presente, y el público lo cantó con todas las ansias del mundo, siendo conscientes de que el concierto acabaría en breves.

—I'm so obsessed with her —su voz suena tan ronca que me eriza la piel—. Yeah, she's got particular taste.

La gente empezó a aplaudir. Castiel miró al público y mientras se despedía, Rosa y yo nos encaminamos a la barra a por nuestra cuarta ronda.

—Fueron alucinaciones mías, o Castiel te dedicó la última canción —se insinúa con una sonrisa pícara.

Yo ruedo mis ojos, y le doy el primer sorbo a mi cuarto cubata. Una mano grande y cálida se posa en mi hombro. Antes de tan si quiera poder girarme Rosa se despide y me guiña un ojo.

Castiel.

—Hola super estrella —le saludo primero, observándo como me arrebata la bebida y le da un sorbo.

—Hola Lodge —yo ruedo mis ojos, y acabo el contenido restante del vaso antes de pedir otro.

—Sigues obsesionado con mi apellido por lo que veo —le miro burlona, observando como el barman prepara mi cóctel.

—Sí. Es que no sé porque razón... —se apoya en la barra de lado y alza la mirada al techo—. Suena a gente con mucho dinero.

Una risa se escapa de mi boca ante su comentario, el cuál no puede estar más lejos de la realidad.

—No, la verdad es que no —chasqueo la lengua.

Castiel mira alrededor, y es que al parecer, el único momento en el que no le incomodan las miradas, es sobre el escenario. Tal vez por los inicios de alcohol en mi organismo, no me di cuenta de las miradas de la gente sobre nosotros.

—Ven, vamos a un lugar más privado —sin más dilación, Castiel sujeta mi mano y entrelaza sus dedos con los míos. El cúmulo de gente me impide seguir su ritmo, el se detiene y me hace caminar delante de él, soltando mi mano. Ahora sus manos están en mi cintura guiándome entre los estudiantes hasta una puerta negra junto al escenario, vigilada por un hombre de grandes dimensiones vestido formalmente con un auricular en su oreja. Sin necesidad de decir nada, este nos abrió la puerta a lo que parece ser la zona VIP del local. Sofás rojos de cuero, mesas redondas, un billar, e incluso una barra de striptease. 

—¿Me has traído aquí con la intención de que te haga un baile sensual en un tubo? —deslizo mi dedo sobre el frío metal perfectamente pulido.

—Bueno, si tu quieres no te voy a decir que no.

Lo sigo hasta uno de los sofás el cuál resulta ser que es el que está más apartado. Dejo el pequeño bolso a un lado junto a mi y me siento medio girada, sabiendo que mantendríamos una conversación.

—¿Te ha gustado? —su brazo descansa sobre el respaldo, pasando por detrás de mi, mientras sus dedos juegan con mi pelo lacio.

—He de admitir que vuestra música es buena, y tenéis ese algo que os caracteriza —me callo un segundo cuando un camarero entra por la misma puerta y se sitúa delante de nosotros.

—Añade todo lo que pida a mi cuenta —le avisa, antes de que este cierre la puerta para dejarnos intimidad.

—¿Qué? ¡No! —protesto, mirándolo todavía sorprendida.

—Solo me gusta ser amable, además que el dinero ya no es un problema para mi —me dice, como si se me olvidara donde vive o el tipo de lujos que tiene—. Venga, sigue contando.

—Desde aquella noche en tu apartamento —él asiente para que continúe—, he escuchado vuestras canciones —le confieso—.

Una de sus cejas se alza, y una sonrisa egocéntrica se apodera de su rostro. Yo ruedo los ojos, y si no me fui en ese momento, fue porque el camarero entró con nuestras bebidas.

—¿Ves? —le doy un sorbo a mi pajita y disfruto del sabor dulzón que inunda mi paladar—. Por esto no te dije nada.

—¿Viste algún concierto o solo escuchaste la música? —insiste con un brillo curioso.

—Solo os escuché.

Ya llevábamos un par de copas encima, en especial yo, quien era mi segunda vez estando en contacto con el alcohol y ya llevaba cuatro rondas de antes. Por suerte, las bebidas del principio eran suaves, si no llegados a este punto ya estaría en un coma etílico.

—¿Ya hablaste las cosas con Nathaniel? —me preguntó, algo que no habría echo de estar en todos sus sentidos. Y yo le respondí, algo que no le habría respondido ni estando en –al menos– tres sentidos.

—No. Y tampoco lo voy a hacer, y mucho menos me voy a disculpar con el macizo de mi profesor —me negué, con mi cabeza apoyada en su hombro, disfrutando una paz, que nunca antes había sentido.

—¿Disculparte con tu profesor? ¿A caso eres una chica mala? —susurró en mi oído, para luego apoyar su cabeza en la mía.

—Sí —respondí arrastrando la última vocal y soltando una carcajada ante mi ocurrencia—. Las chicas buenas con chicas malas que todavía no han sido atrapadas.

De pronto, Castiel se enderezó y apurado sacó su móvil. Entró en alguna aplicación y empezó a escribir la misma frase que yo dije anteriormente.

—¿Me dejas que la utilice? —me preguntó, como todo un caballero.

—¿Acaso te la quieres tatuar en el culo para que tú daddy te pegue azotes? —en otro momento, en otras circunstancias, no se me habría ocurrido un comentario así, y él más que reírse, me habría devuelto la pullita.

—No soy de recibir.

Acaba su copa y esta vez no pide más. Si mal no recuerdo, le dijo al camarero que ya habíamos bebido suficiente.

—Pues yo sí.

Llegados a este punto, la Eadlyn sobria se está tirando de los pelos. Nunca antes me había comportado así, bueno... Normalmente, ese tipo de comentarios quedan en mi cabeza y no llegan al exterior, pero parece que el alcohol hace chamusquina no solo mis neuronas, si no también los filtros de mi cabeza.

Castiel se ve realmente guapo bajo las luces tenues que alumbran la habitación. Su cabello rojo brillante, su piel pálida, sus labios rosados y finos acompañados de una hilera blanca de dientes. Su nariz algo torcida pero que le sienta condenadamente bien.

Nunca había visto a Nathaniel como algo más, era mi amigo y mis sentimientos hacia el señor Zaidi me tenían atrapada. Pero ahora ninguno de los anteriores está.

Joder.

¡Me ha compuesto una puta canción!

¿Cuántas chicas puedes decir eso? Ni Taylor Swift escribió una canción tan bonita para Harry Styles.

Castiel también giró su rostro. Sus ojos chocolates resultaban ser un enigma. Su única manera de expresar lo que siente es a través de la música, por lo que no incluiso teniéndolo a unos escasos centímetros de mi rostro, no sé cuáles son sus intenciones, y para que mentir, yo tampoco sé cuáles son las mías.

—Quiero besarte —confesó, desviando su mirada entre mis ojos centelleantes y mis labios.

—¿Por qué?

Quizás en otro momento me habría alejado, siendo fiel a mis sentimientos por Rayan, pero también tengo esos sentimientos. Esos sentimientos que no sé desde cuándo están ahí, tal vez desde aquella noche cuando me abrazó en el suelo de una de las calles más concurridas de París. Tal vez desde que lo vi cocinar con un paño sobre su hombro disfrutando de lo que hacía, disfrutando de mi compañía. Tal vez desde que me confesó que esas estrofas huérfanas estaban inspiradas en mí. O tal vez, desde que convirtió esas estrofas, en una canción y me la dedicó delante de muchas personas, pero que solo él y yo, sabíamos a quien pertenecía esa canción, o al menos, hasta que su mirada no se pudo despegar de la mía en gran parte de la canción, revelando nuestro secreto.

—Siempre fui una persona solitaria, cerrada y a la defensiva. Soy borde directo y hago comentarios de mal gusto —su cabeza reposó sobre la pared a nuestras espaldas y su nuez de adán se remarcó bajo su piel. Esta subía y bajaba cada vez que tragaba—. Pero tú eso no lo sabes, no lo sabes porque por alguna razón que desconozco, no me sale ser así contigo. Joder Eadlyn, —una cancajada salió de su boca y su pecho tembló—, te he escrito una puta canción en menos de una semana.

Sus negras pestañas eran largas pero rectas. Tenía una complexión delgada pero no demasiado como para no resultar no ser de mi tipo, era alto, y los tatuajes en su piel me ponen más de lo que soy capaz de admitir.

—Bésame.

Continue Reading

You'll Also Like

1M 48.1K 118
las imágenes no son mías yo solo los traduzco si tu arte aparece aquí y 💜no estás de acuerdo envía mensaje para borrarlo gracias 🧡...
69.1K 5.9K 51
• El? Se fue de su provincia para seguir su sueño. Ella? quedó desbastada después de su partida prometiéndose a ella misma odiarlo el resto de su vid...
32.3K 2K 26
Chiara es una chica de 20 años con una vida normal, a veces aburrida. Bastante reservada, reafirma su apariencia de dura y pasota aunque sea todo lo...
24.4K 1.7K 18
TU SOLO MUEVETE QUE NADIE SE VA A DAR CUENTA DE QUE LA TIENES ADENTRO,SOLO ACTUA NORMAL,QUIERO QUE NOMAS ME MIRES A MI