01. Después de tanto tiempo.

78 6 0
                                    

EADLYN

Muerdo la tapa del bolígrafo repasando por encima la última respuesta. Logro divisar la ausencia de una tilde, por lo que rápidamente corrigo mi error. Levanto la cabeza y observo por primera vez a mi alrededor después de dos horas. Creo que hasta mi cuello empieza a doler. Matthew parece todavía ir por la mitad del examen, probablemente no le de tiempo. Hago una mueca ante la lástima que siento. Todos conocen su situación; su madre llevaba años con cáncer, pero a pesar de eso estaba bien dentro de lo que cabe. A mitades del primer cuatrimestre empeoró, y Matthew no la ha dejado sola ni un segundo. Es admirable.

—¿Ha finalizado señorita Lodge? —la pregunta de mi profesor de fundamentos del arte me pilla desprevenida. Este me observa aburrido, pues este no se molesta en disimular las pocas ganas que tiene de estar aquí. No sólo porque sea ocho de Enero, si no que además hay que sumarle el frío clima tan característico de Francia, que te hincita a quedarte todo el día en casa con una manta gruesa y un libro.

Algunos de los alumnos me observan cuando hago ruido con la silla al levantarme. Guardo el bolígrafo de tapa azul con marcas de mis dientes en el bolsillo de mi chaqueta la cuál me pongo y acomodo para evitar que el frío llegue a mi. Bastante tengo con mis manos congeladas.

Mis pasos resuenan por el pasillo. Apenas y se alcanza a ver un par de personas, y es que la mayoría se encuentran repartidos en las diversas aulas donde de llevan acabo las recuperaciones de invierno.

Una puerta se abre a mi izquierda seguido de unos pasos. Giro mi cabeza en busca de la persona responsable de tal sonido, pero mi boca se seca y trago grueso cuando le veo. Él ya me vio antes y su mirada me escanea con esa intensidad que me hace temblar a pesar de la distancia. A transcurrido tanto tiempo desde la última vez que lo vi, que casi me olvidó del efecto que su simple presencia ejerce en mi.

La puerta de salida está a unos pocosetros. Un grupo de tres chicas de primer año que no había notado previamente pasan por mi lado ignorando mi presencia, demasiado ocupadas en  el apuesto profesor.

—Creo que es incluso más guapo desde la última vez que lo vi —añade una, mientras pasan de largo con sus cabezas giradas había atrás, de manera poco disimulada.

Sinceramente dudo que el señor Zaidi disfrute de este tipo de atención. Todavía recuerdo cuando escondida entre unos arbustos, aprecié la triste declaración de una alumna demasiado insistente hacia Rayan, y su posterior rechazo y pérdida de dignidad.

Pero él no las mira, como si se hubiera congelado el tiempo. Sigue de pie con un pie en cada baldosa, mientras que en sus manos sujeta un tocho de hojas que deben ser los exámenes de recuperación. Su pelo está peinado como siempre, pero su barba está más larga que de costumbre, aunque de todas maneras se ve espectacular. Por encima de su autendo de siempre, lleva una gabardina que luce ostentosa y que le sienta condenadamente bien. Tal vez un obsequio de Navidades.

Su carrespeo erizó mi piel. Va a decir algo. Me va a decir algo, y no. No sé si estoy lista. No puedo derrumbarme. A lo hecho, pecho.

—Eadlyn, necesito hablar contigo —su voz pausada derrite mi sistema auditivo, mientras que mis fuerzas flaquean y las lágrimas se acumulan tras mis ojos.

Hace semanas que no escuchaba su voz, tenía miedo de olvidarla, y sí. En un acto infantil borré nuestras conversaciones, y con ellas se fueron sus audios con voz ronca donde me daba los buenos días. Y sí, lo eché de menos. Pero no lloré, solo me enfadé conmigo misma por permitir que un hombre me tenga así. Por lo que después de tanto tiempo, e incluso creyendo que él, forma parte de mi pasado, me ha hecho temblar con tan solo una frase. Así que sin emitir un solo sonido, lo seguí hasta el interior del Aula Magna, donde se llevó a cabo la recuperación de su asignatura y donde también me imparte clases.

Rayan [en pausa] Место, где живут истории. Откройте их для себя