Cada vez que cerraba sus ojos, lo primero que veía era el rostro de NamJoon contraído por la tristeza, luego de eso, el alfa se alejaba.
Una semana. Había pasado una semana y aún no podía lograr dormir bien, porque cada vez que lo hacía soñaba con el moreno o simplemente su lobo le reprendía por ser tan estúpido. Y sí, era un estúpido.
Si ya sabía lo que sentía, si lo tenía más claro que el agua ¿Por qué no podía hacerle frente a aquellos sentimientos y confesarse? Oh, claro, por miedo.
De nada servía haberlos aceptado si aún temía salir herido como veces anteriores.
Él fue testigo de como algunos de sus familiares, pobres omegas que quedaban abandonados por sus alfas. Algunos ya con hijos, algunos simplemente así, porque ya habían encontrado otra diversión. Su tía, la madre de JungKook era un claro ejemplo. SeokJin era un niño y JungKook un bebé; el rubio recuerda perfectamente el día en que la expareja de su tía la abandono como si se tratara de cualquier objetos del que pudieras deshacerte cuando quisieras. La vio sufrir, llorar y lamentarse todos los días. Solo podía pensar que no quería pasar por eso.
Cuando creció, presentándose como un bello omega, le llovieron pretendientes por todos lados, pero él realmente no estaba interesado. Hasta que llegó Choi SeungCheol; un alfa atractivo, encantador y muy popular. Era como el alfa más deseado por omegas y betas, pero aquel codiciado alfa solo tenía ojos para Kim SeokJin.
Sería una vil mentira si SeokJin dijera que no quedó encantado la primera vez que lo vio. Cada uno de los encantos de SeungCheol hicieron efecto en SeokJin, y como no hacerlo si lo trataba como a un rey. SeokJin estaba enamorado, su lobo no. Pero eso no le importaba, todo lo que quería era estar junto a Choi.
Iniciaron una relación que parecía ser hermosa. Alfas y omegas los envidiaban, ambos tan atractivos y si relación a los ojos de todos era perfecta.
Tan falso.
SeokJin las primeras semanas era feliz, pero pasando los días, dejó de serlo. SeungCheol lo comparaba con cada omega que veía: "Deberías aprender de él" "Ojalá fueras más como ella". El pobre Omega lloraba todas las noches, sintiéndose insuficiente para su pareja. Intentaba cambiar, intentar ser alguien mejor para Choi, pero parecía que nada funcionaba. SeungCheol siempre le insistía en tener relaciones sexuales, pero SeokJin no se sentía listo aún. Choi se cansó de insistir o tal vez lo comprendió, quería creer SeokJin.
Y por si fuera poco, cada vez que se reunía con el alfa, llevaba un olor diferente, de omega. Cuando SeokJin le reclamó, ya cansado de toda la situación, las palabras que soltó el alfa le rompieron el alma: «¿Qué? ¿Creíste que iba a aguantarte? Lo único que quería de ti eran unos buenos acostones, porque los omegas solo sirven para eso. Já, al parecer tú ni para eso sirves.»
Después de eso, toda la escuela se enteró de aquello. Los alfas solo se acercaban para jugar con él, algunos por apuestas para intentar acostarse con él "omega difícil" de la escuela. Todos esos rumores viajaron con él a cada escuela que fuera, hasta que decidió cambiar de ciudad. Pero también decidió renunciar al amor.
Una lágrima escapó de sus ojos al recordar todo el dolor que sintió por años, todo lo que tuvo que soportar. Y ahora que tenía la oportunidad de ser feliz con alguien que ama y que, al parecer también lo ama, tenía que sentirse tan inseguro de dar el paso. Porque, por lo visto, NamJoon ya no lo intentaría más.
¿Cuántas veces lo rechazó? ¿Cuántas veces lo trató mal? No servía de nada arrepentirse ahora, cada una de sus acciones pasadas estaban teniendo consecuencias. Y si él no hacía algo podría perder a la única persona que se le ha acercado con buenas intenciones, la única persona que tanto él como su lobo aman.
Se encogió en su lugar, con la espalda hacia JungKook, abrazando la almohada que estaba abrazando. Intentó no sollozar para no despertar a su primo, pero JungKook siendo alfa tenía un buen oído y aunque no lo quisiera, ya lo había escuchado. Aunque también era evidente por el fuerte aroma a tristeza que SeokJin desprendía.
JungKook se recargó sobre sus codos, colocando una de sus manos en el hombro del omega. —Hyung. —susurró con voz adormilada.
—L-lo siento, Kook. Te desperté. —se disculpó sorbiendo su nariz, dándose la vuelta para quedar frente a frente con el pelinegro. JungKook sonrió.
—No deberías disculparte, hyung. No es bonito llorar solo. —presionó sus labios. —¿Quieres hablar? —preguntó, viendo al rubio negar.
—Solo abrázame. —pidió, a lo que JungKook se sorprendió. Asintió pausadamente, acomodándose para poder abrazar a su primo.
Se acostó boca arriba, mientras que SeokJin lo abrazaba colocando su rostro en el pecho del menor. JungKook comenzó a acariciar los cabellos rubios del mayor, tal como SeokJin lo consolaba cuando era pequeño. Soltó un poco de sus feromonas, con la intensión de calmar a su primo. Y al parecer lo consiguió, pues SeokJin dejó de llorar.
—Sea lo que sea que te tenga triste, no debes atravesarlo solo. Estoy contigo, hyung, no tengas miedo de nada.
—Gracias, Kookie. —y con las caricias que el alfa le daba en la cabeza, se quedó dormido.
JungKook lo observó dormir, escuchando los suspiros calmados y viendo su expresión tranquila. Deseando que su hyung dejara de sentirse así, rezó para que el plan funcionara.
[...]
A la mañana siguiente, SeokJin despertó abrazando una almohada. Somnoliento, observó su habitación, sin encontrar un solo rastro de JungKook. Olfateó el aire cuando percibió olor a comida. Se levantó de la cama inmediatamente, caminando hacia la cocina, frotando su mano en sus ojos. Notó como JungKook cocinaba unos huevos, y por el olor, eran deliciosos.
Al sentir la presencia de SeokJin, JungKook volteó. —Buenos días, hyung. Preparé el desayuno. —dijo sonriente.
—Buenos días. Huele bien. —se acercó más al alfa, observando el sartén donde estaban los huevos.
—¡Espero que te guste, hyung! —comenzó a servir en dos platos, dándole uno de ellos a SeokJin. También se encargó de servirle el café. SeokJin se extrañó por tanta atención.
—¿Qué tal? ¿Sabe bien?
SeokJin asintió, gustoso. —Es delicioso. —iba a alcanzar una manzana pero JungKook le ganó, tendiéndole esta.
—Toma hyung.
—¿Por qué de repente actúas así?
JungKook lo observó, sus mejillas abultadas por la comida que tenía en la boca. —¿Cómo, hyung?
—Tantas atenciones. —lo miró con los ojos entrecerrados.
—Oh, solo quiero hacerte sentir mejor. —sonrió inocentemente. SeokJin dudó un poco pero asintió, continuando con su desayuno.
Después de desayunar, cada uno se puso a hacer sus propias cosas. SeokJin terminó de leer algunos libros que había comprado recientemente. Y JungKook terminó de hacer sus tareas y jugó un rato con sus videojuegos.
El timbre de la casa sonó, asustando a SeokJin quien estaba concentrado en su lectura. Volteó a ver a JungKook, pero este estaba muy concentrado jugando. Suspiró para luego levantarse e ir a abrir la puerta.
—Oh, hola JiSung. —saludó, dejando pasar al menor.
—¡Hola! — saludó alegremente. JungKook sonrió y dejó a un lado el control.
JiSung se sentó a su lado, revolviendo sus cabellos. SeokJin alzó las cejas preguntándose desde cuándo se volvieron tan cercanos.
—¿Qué haces aquí, hyung? —preguntó en alto el alfa.
—Que bueno que preguntas, Kook. —respondió igual de alto. SeokJin supo que se traían algo entre manos. —Este fin de semana me iré de viaje.
JungKook formó una mueca de sorpresa. «Demasiado fingido» pensó SeokJin, mirando toda la escena en silencio. No iba a decir nada, solo los dejaría continuar. Quería ver qué tanto harían y dirían.
—¡Que divertido! ¿A dónde irás?
—A unas cabañas. Es un lugar muy relajante y con muchas actividades por hacer. Hay un lago, una cascada y el clima es templado. —mencionó emocionado.
—¡Parece un lugar increíble! Que suerte que irás, hyung.
—Gracias, JungKook. Pero me gustaría preguntarles si les gustaría ir.
SeokJin soltó una risita, llamando la atención de JiSung y de JungKook.
—¿Ustedes planearon esto, no?
—¿Qué cosa? —preguntaron al mismo tiempo.
—Esto de armar todo su discurso, el viaje y eso. Lo planearon, ¿No es así?
—No. —respondieron al mismo tiempo. Inmediatamente se voltearon a ver. SeokJin sonrió divertido.
—Bueno, sí. —dijo JungKook. —Pero hyung, nosotros...
—Te hemos visto algo triste, queremos animarte. —interrumpió el peli naranja. JungKook parpadeó para luego asentir.
—Exacto. Hyung, un viaje te hará bien. Ya preparamos todo, no nos digas que no. Solo queremos verte bien. —sonrió, mostrando sus dientes delanteros.
SeokJin sintió un sentimiento cálido en su pecho. Era gratificante que su amigo y primo planearan esto solo para hacerlo sentir mejor. Pero se preguntaba si sería buena idea. Había faltado varios días al trabajo, y por supuesto, le descontaron esos días. Su presupuesto era escaso, y necesitaría dinero para el viaje. No solo para él, también el de JungKook.
—No te preocupes por nada, ya está todo pagado. Solo tienes que llevar tu ropa y bella presencia. —dijo JiSung como si le hubiera leído la mente.
—¿Pagado? ¿Cómo...?
—Entre JungKook y yo lo pagamos. Ya te dije que no te preocupes, es agradable recibir un regalo de vez en cuando. No tienes que ser siempre tu quien nos dé algo, hyung.
Mordiendo su labio, lo pensó un poco. Tal vez sería buena idea. Finalmente aceptó, sonriendo al ver la celebración que los menores hicieron.
No sabía lo que le esperaba.
[...]
YoonGi sorbía de su café recién comprado en una tienda de conveniencia. Subió las escaleras que le faltaban, sintiendo dolor en sus muslos. Odiaba con su vida correr o caminar, más bien, odiaba moverse.
Chasqueó la lengua y terminó de sufrir subiendo las escaleras. Caminó unos pasos restantes por aquel frío pasillo, llegando finalmente de la puerta del departamento.
Su trasero vibró y eso causó que saltara sorprendido, calmándose cuando recordó que había colocado su celular en el bolsillo trasero de su pantalón. Sacó su celular de aquel bolsillo, observando el mensaje en la pantalla.
JK 🤘🏻
¡YoonGi hyung! ¡Hyuuung!
Mi primo aceptó 🎉👏🏻
16:38 pm ✓✓
El mayor le contestó, manteniendo una sonrisa en su rostro. Guardó nuevamente su celular, pero ahora en uno de sus bolsillos delanteros. Dio otro trago al café y tocó la puerta tres veces en tiempos diferentes, dándole ritmo.
Aguardó unos minutos, sabía el estado en el que estaba su amigo, así que no le apresuró a abrir. Cuando la puerta fue abierta, se sorprendió más de lo que esperaba. Lo que veía, jamás en su vida se imaginó que lo vería.
NamJoon tenían el cabello revuelto y comenzaba a verse su barba. Tenía una ojeras enormes y espantosas.
—¿A dónde tan arreglado?
El moreno rodeó los ojos. —Muy gracioso.
—Yah~ ¿Cómo estás? —preguntó mientras entraba.
—¿Cómo me veo?
—Terrible.
—Así estoy. —caminó hacia el sillón y se echó, prácticamente se desparramó.
YoonGi formó una mueca, su amigo se veía destrozado. Por eso, él jamás se enamoraría. No quería pasar la misma mierda que NamJoon.
Se sentó frente al alfa castaño, bebiendo de si café mientras lo observaba.
—¿Para qué estás aquí? —interrogó NamJoon, mirando el techo del departamento.
—¿No puedo venir a ver a mi amigo? —frunció el ceño, llevando una mano a su pecho para fingir sentiste ofendido.
—Ve al grano, hyung. —pidió, soltando un largo suspiro.
—Vámonos de viaje. —soltó, colocando en una mesa el vaso de café. NamJoon levantó la mirada para verlo fijamente.
—¿Viaje? —se acomodó en el sillón de una mejor manera. Revolviendo su cabello con cansancio. —Hyung... No quiero, déjame aquí.
—Sí, un viaje. Vamos, lo necesitas. Estar aquí encerrado mientras te lamentas tú existencia no servirá de nada. Tienes que distraerte, Joon.
NamJoon negó con la cabeza. —No sirve de nada, él me seguirá odiando.
YoonGi suspiró, esto le estaba costando más de lo que se imaginó. Se levantó de dónde estaba sentado para caminar y sentarse a lado de NamJoon. Meditó un poco sus palabras, esperando que lo que iba a decir ayudara un poco.
—Mira, estoy lejos de comprenderte. Sabes que jamás me he enamorado o interesado en alguien. Pero no puedes deprimirte toda la vida solo por una persona. Sí, quizás duele. Sí, lo puedes amar mucho pero ¿Cambia algo el hecho de estar aquí, sin hacer nada, llorando y lamentándote? No, no cambia nada. Un viaje te ayudará a distraerte y cuando termine si quieres puedes seguir luchando por él y esas cursilerías. Así que ve a bañarte y a preparar tus maletas porque no voy a aceptar un no como respuesta. Además ya está todo pagado, Kim NamJoon, no le hagas esto a mi pobre dinero.
NamJoon no pudo evitar soltar una risa. La primera risa desde hace días. Definitivamente YoonGi siempre sabía que decir, y aparte de eso, tenía razón. No ganaba nada ahí encerrado. Se dio cuenta hasta ese momento que necesitaba que alguien le dijera eso para poder entrar en razón. Se levantó del sillón, sintiendo sus extremidades entumidas pero aún así manteniendo una sonrisa en su rostro.
—¿Cuándo partimos?
YoonGi sonrió triunfante. —Este fin de semana. —respondió.
NamJoon desapareció para ir a ducharse, porque siendo sinceros, apestaba. YoonGi aprovechó para mandarle un mensaje a JungKook para decirle que todo había salido bien. El plan iba a la perfección. Ellos ya se encargaron de juntar a NamJoon y a SeokJin.
A partir de ahí, lo demás les tocaba a ellos.
[🌵]
Sorpresa, sorpresa...
A que no esperaban una actualización tan pronta kasjajd.
Solo me inspire y escribí, así que hoy tuvieron dos capítulos. Que regalazo, ah.
Ahora sí, es todo por hoy sjdhjs
Gracias por leer uwu.