Crónicas de mi Amo, Hijo segu...

By DemiKhalid

105K 5.5K 1.9K

Dafne es una joven franco-americana normal. Su vida transcurre entre un trabajo aburrido, algunas amistades y... More

Hola otra vez, mis Pequeñas Inmortales!!!
Capítulo 1,Temporada 1
Capítulo 2, Temporada 1
Capítulo 3, Temporada 1
Capítulo 4, Temporada 1
Capítulo 5, Temporada 1
Capítulo 6, Temporada 1
Capítulo 7, Temporada 1
Capitulo 8, Temporada 1
Capítulo 9, Temporada 1
Capítulo 10, Temporada 1
Capítulo 11, Temporada 1
Capítulo 12, Temporada 1
Capítulo 13, Temporada 1
Capítulo 14, Temporada 1
Capítulo 15, Temporada 1
Capítulo 16, Temporada 1
Capítulo 1, Temporada 2
Capítulo 2, Temporada 2
Capítulo 3, Temporada 2
Capítulo 4, Temporada 2
Capítulo 5, Temporada 2
Capítulo 6, Temporada 2
Caítulo 7, Temporada 2
Capítulo 8, Temporada 2
Capítulo 9, Temporada 2
Capítulo 10, Temporada 2
Capítulo 11, Temporada 2
Capítulo 12, Temporada 2
Capitulo 13, Temporada 2
Capítulo 14, Temporada 2
Capítulo 15, Temporada 2
Capítulo 16, Temporada 2
Capítulo 17, Temporada 2
Capítulo 18, Temporada 2
Capitulo 19, Temporada 2
Capítulo 20, Temporada 2
Capítulo 21, Temporada 2
Capítulo 22, Temporada 2
Capítulo 23, Temporada 2
Capítulo 24, Temporada 2
Capítulo 1, Temporada 3
Capítulo 2, Temporada 3
Capítulo 3, Temporada 3
Capítulo 4, Temporada 3
Capítulo 5, Temporada 3
Capítulo 6, Temporada 3
Capítulo 7, Temporada 3
Capítulo 8, Temporada 3
Capítulo 9, Temporada 3
Capítulo 10, Temporada 3
Capítulo 11, Temporada 3
Capítulo 12, Temporada 3
Capítulo 13, Temporada 3
Capítulo 15, Temporada 3
Capítulo 16, Temporada 3
Capítulo 17, Temporada 3
Capítulo 18, Temporada 3
Capítulo 19, Temporada 3
Capítulo 20, Temporada 3
Capítulo 21, Temporada 3
Capítulo 22. Temporada 3
Capítulo 23, Temporada 3
Capítulo 24, Temporada 3
Capítulo 25. Temporada 3
Capítulo 26, Temporada 3
Capítulo 27, Temporada 3
Capítulo 28, Temporada 3
Capítulo 29, Temporada 3
Capítulo 30, Temporada 3
Capítulo 31, Temporada 3
Capitulo 32, Temporada 3
Capitulo 33, Temporada 3
Capitulo 34, Temporada 3
Capitulo 35, Temporada 3
Capitulo 36, Temporada 3
Capitulo 37, Temporada 3
Capitulo 38, Temporada 3
Capitulo 39, Temporada 3
Capitulo 1, Temporada 4.
Capítulo 2, Temporada 4.
Capitulo 3, Temporada 4
Capitulo 4, Temporada 4
Capitulo 5, Temporada 4
Capitulo 6, Temporada 4
Capítulo 7, Temporada 4

Capítulo 14, Temporada 3

928 65 19
By DemiKhalid

Estoy sentada sobre mi cama; con el cuerpo cremoso y perfumado por mi loción corporal, enfundada en un camisón rojo vino sin alardear me queda como un guante.

Sobre la mesa está servida la cena, humeante y sabrosa comida china, Y no, no ordene comida china a ningún restaurant. Yamam deseoso de que nuestro jardinero se quedara a cenar me acribillo a "por favores" sin compasión hasta que fui a preguntarle a David por su plato favorito. El me aseguro que cualquier plato en el menú de un restaurant auténticamente chino y cerveza con agua gasificada.

Puesto que Yamam se esmeró tanto en eso, no cocino otra cosa en toda la tarde y todos cenaremos la combinación preferida de David " el jardinero/modelo/ nuevo crush de Yamam". Pero no me estoy quejando, a mí también me gusta la comida china y esta te inunda las fosas nasales haciendo sudar a tus papilas gustativas. Jagao, wonton frito, sopa wonton, sopa agridulce, chow main, low main, cho fan, cerdo asado. ¡Todo un banquete!

Solo esperaba a Kenji para que nos montáramos una orgia. En la soledad de mi espera me puse a reflexionar tan vez me estoy obsesionando con que mis sentimientos sean correspondidos, o más bien por escuchar el eco de mi "Te quiero" salir de sus labios.

Debo admitir que para ser yo solo una esclava, estoy muy consentida. Y aun sin haber recibido todos los presentes de los últimos días he de sentirme agradecida de que un mal nacido como el Bulgaro no ocupe el lugar de mi querido amo.

Sé que mi rarito amo asiático siente algo tierno por mi y eso me basta. Mañana será un gran día. Sergio, Miriam , Yamam y yo iremos a la convención de artículos para el hogar. Allí iniciare mi búsqueda de los artículos para la remodelación, probablemente deba comenzar por un nuevo edredón. Pienso en una paleta de colores para mi alcoba cuando veo entrar a Kenji.

Tiene una corbata roja que hace juego con mi camisón ¿es idea mía o lleva puesta la misma ropa que aquel día en la subasta? Un escalofrió me recorre las vértebras. Ese día pude haber muerto, tal vez me habrían despellejado a azotes hasta la muerte si este aun misterioso hombre asiático no aparecía justo como ahora, usando este traje.

— ¡Buenas noches, mi amo!—se aflojo el nudo de la corbata viendo mi sonrisa de bienvenida.

—Buenas noches, zorrita mía—ya no me extraña ni me ofende escucharlo llamarme así, creo que en Japón los zorros son de buena suerte o algo así.

— ¿Cómo le ha ido en el trabajo? Luce cansado—me pare de la cama para ir a abrazarle, pero me sorprendió volviendo a poner la mano con una señal de alto.

—Sabes, cuando dije que quería que cenáramos aquí como en los viejos tiempos también quería que me recibieras como en los viejos tiempos—señalo el suelo frente a sus pies.

Hace meses que no tengo que hacerlo, he perdido la costumbre pero me deslizo fuera de la cama por la alfombra hasta el punto a sus pies que señala.

Mis manos buscan las suyas, nuestros dedos se abrazan entre si y enseñándole toda mi dentadura intento mostrarle lo contenta que me hace sentir tenerlo aquí, que haya llegado a casa.

Kenji con una pequeña sonrisa a en los labios me observa con los ojitos dormilones. En un gesto de nuestros días de antaño interpone la mano ante mis ojos para indicarme que baje la vista. Que sienta algo tierno por mi, es algo de lo que ya no estoy tan segura.

— ¿Comida china y cerveza?—arqueo una ceja—No lo habría adivinado—creo que no le encantó la idea.

Frotaba mis orejas y yo sin poder verle a los ojos me sentía extraña.

—¿Prefieres otra cosa, amo?—me esforzaba por que mis ojos no buscaran los suyos.

—Oh, no. Me gusta la comida china. Con cerveza me recuerda mi pasado— ¡oh, por Dios! ¿más pistas del misterio?

— ¿Su pasado, mi amo?—pregunte en voz muy suave y dulce.

—Si. A los tiempos en que trabajaba para Lotus—respondió con desgana.

— ¡Hábleme de esos tiempos, por favor!—inevitablemente mi mirada de súplica le encontró el rostro.

— ¡No! No estoy de humor para eso.... Y ve a sentarte—jo, yo quería saber.

Se dejó caer pesadamente sobre la silla y en vez de fijarse en todos los sabrosos platos, como cualquier persona normal, vio con el ceño fruncido a los palitos:

— ¿Qué significa esto?—indico los palitos con toda la mano mostrando la palma.

—Significa...¿Qué el arroz esta pastoso?—no sé qué quiere que le diga.

— ¿Por qué tengo que comer con estos palillos desechables? ¿Dónde estás mis hashi?—parecía indignado.

—Oh... creo que Yamam se los presto a David—Kenji alzo los hombres y las cejas.

—¿Quién es ese?—me reí de que no conociera a sus propios empleados.

—El nieto de tu asistente ejecutiva, nuestro jardinero —con el puño dio un golpe en la mesa.

— ¡Hasta que llego este puto!—mascullo entre dientes, casi no pude entender lo que decía o más bien no di crédito.

— ¿Perdón? ¿Qué dijo, amo?—desde el otro lado de la mesa veía como se apretaba el puente de la nariz.

—Digo que no pienso comer con esto—oh, ok. Usted es el amo.

—Iré a traerle sus hashi—me levante de la silla, dispuesta a arrebatárselos a David su aun los estaba usando.

—No...—me agarro de la muñeca—Nop. No te iras a ninguna parte.

—Entonces ¿Qué? ¿No piensas cenar?—me halo a sentarme en sus rodillas.

—¿No piensa cenar, mi amo?—me corrigió agitando el dedo índice—Pero claro que pienso cenar, tengo mucha hambre—aseguro como si mi duda le ofendiera.

—Pero si acaba de decir...—interpuso el dedo a mis labios.

—Shhh...—me dio dos palmaditas en la mejilla—Ya se lo que dije. ¡Ve a acercar tu silla a la mía, vas a alimentarnos a ambos!—no daba crédito a los que había oído.

—¡Ve!—me dio una nalgada, como a los caballos para que echara a andar.

Levante mi sillacolocandola muy próxima a Kenji, quien la arrastro unos centímetros mas hacia él. Antes incluso de que mi trasero entrara en contacto con el asiento capturo mis tobillos llevándose mis pies a su regazo.

—¡Empecemos por un poco de cerdo!—rodeo mi cintura por detrás.

Con mi agilidad ninja para manejar los hashi (la agilidad de un ninja muerto) tome un trocito de carne de cerdo que goteaba salsa y poniendo mi mano por debajo la lleve hasta su boca.

—¡Esta muy bueno!—con los nudillosfroto mi barbilla y sonrio complacido. Tome otro pequeño trozo e iba a repetir la acción—Come tu también—manejando mi brazo por el codo direcciono los palillos y el trocito de carne a mi boca—¿Te gusta?—asentí masticando y observando lo pacifico que se veía—¿Qué probaremos ahora?

Y asi fue que arrasamos con casi todo lo que en la mesa había servido, muy poquito a poco.

Kenji cada vez parecía más cómodo, desparramándose sobre su silla .A medida que la cena avanzaba, Kenji yacía bajo mis piernas cada vez más calmo y desinhibido. Empezó por quitarse la corbata, luego la chaqueta, le siguieron el broche de su pantalón y el cinturón, cuando me decidí a desabotonar su camisa, solo me observo paciente.

—Dafne...—froto mis rodillas—Sé que te prometí que jugaríamos luego de cenar, es una pena pues te siento muy dispuesta, pero me encuentro muy cansado. Tendrás que esperar hasta mañana, ahora quiero ir a descansar—esto es rarísimo, incluso para los estándares de rareza de Kenji.

¡¿Quién es este hombre y que ha hecho con mi amo?!

—Amo Kenji, si esta tan cansado venga a echarse en mi cama—poniéndome de pie lo tome de las manos para tirar de ellas y hacer que se levantara.

A pesar de estar tan relajado no conseguí que se parara:

—Es una oferta tentadora...—tocándola piedra de su sortija con el índice y el pulgar convirtió la superficie lisa de mis brazaletes en escamosa, con los dedos deslizo las escamas agrandando el aro lo suficiente como quitármelo.

Frotando mis muñecas parecía muy probable que se quedara:

—Pero... no. Ni hablar—vi las marguitas en mis muñecas que el metal había dejado.

— ¿Por qué no?—mi voz era un lamento.

—Porque tengo mi propia cama donde dormir—se puso de pie, dispuesto a marcharse.

—Pero mi cama es su cama, literalmente—haciéndome de su brazo lo hale hacia la cama, como un perrito tira de la correa en la dirección en la que quiere ir con su dueño.

—¡Bueno, eso es muy dulce! Pero prefiero dormir en mi habitación—ok, sino puedes vencerlo. ¡Únetele!

—¡Vamos, pues!—ahora le halaba con dirección a la puerta.

— ¡Dafne, para ya! No voy a jugar a tus juegos. Estoy cansado y no quiero discutir esta noche. ¡Deja que me vaya y te quedas aquí!—su tono me indicaba que no le llevara la contraria.

Decepcionada le solté y fui sentarme en la cama, despreciándolo ya que no podía tenerlo:

— ¡Dafne!—me nombro ya en el marco de la puerta, sujetando el pomo.

— ¡¿Qué?!—exclame de mal genio. Se quedó como en pausa viéndome con gesto reprobatorio hasta que reformule— ¿Si, amo?—como mi tono su expresión se dulcifico.

— ¡Que duermas bien!—perdí la inconformidad al escucharlo.

—¡Dulces sueños, amo Kenji!—con una pequeña sonrisa de complacencia se marchó.

Veía la mesa pensando que tendría que recogerla y guardar todo lo que sobro cuando me percato de que Kenji se ha dejado todas sus cosas aquí. La chaqueta, la corbata, el cinturón. Parece algo sin importancia o significación ninguna pero Kenji nunca se deja sus cosas en mi cuarto. Jamás. Esto significa algo, pero no tengo idea de que.

Voy a por su chaqueta para ponerla en una percha y guardar el resto dentro de mi armario.

Cogiendo la chaqueta por los hombros estaba arreglando las mangas cuando escuche un sonido, como de canicas chocando entre sí. Meto la mano en el bolsillo interior para sacar un par de esferas metálicas.

¡He visto porno alguna vez, sé que estas no son canicas!

Son bolas meng wan.


Las manipulo en la mano y me digo que probarlas es muy tentador como para esperar hasta mañana, a Kenji para jugar con mi juguete nuevo.



—Bueno, ¡pasemos lista!—hoy Yamam se había esmerado en su apariencia, con el cabello engominado y esa chaqueta verde se le veía bastante guapo—¿Boletas?—Miriam y yo le mostramos nuestros boletos párala "Convención de artículos para el hogar" emocionada—¿Dinero?—cada uno saco su fajito de dólares y abuchearon a la tarjeta negra que me presto Kenji—¿Zapatos comodos?—todos alzamos el pie derecho para mostrar el calzado de deporte—¿Celulares con batería y saldo?—Miriam y Yamam sacaron sus androids de los bolsillos , yo poniendo cara de fingida pena y mostrando mis manos vacías les hice reír—Eso es todo. Estamos listos—nos encontrábamos los tres parados en un círculo en el recibidor.

—Okidoki—a Miriam se le ha contagiado la expresión de Joshua.

—No podemos irnos. No podemos dejar a Sergio—me enganche una mochilita rosa a los hombros.

— ¡Ahí viene andando!—Yamam impaciente abrió la puerta de entrada.

Bajamos las escaleras y saludamos a los agradables abdominales de David que desnudos le acompañaban sobre la maquina podadora:

—Damita, ¿podemos hablar un segundo?—asentí regresando al marco de la puerta, donde él se encontraba.

—Si. ¡Dime, Sergio!

—Damita, el amo no ira hoy a trabajar...

— ¿Vendrá con nosotros a la convención?—me apresure a preguntar.

—No, damita, dudo que vaya a ninguna parte. Está enfermo—mi boca hizo un circulo de incredulidad y Sergio cruzando los brazos asintió.

— ¿Kenji está enfermo? ¿Esta muy mal? ¿Deberíamos llevarlo a un hospital?

—No, damita, no esta tan grave. Es una gripe o al menos eso dice él, yo no lo he visto.

— ¿Tiene fiebre?

—No lo sé. Damita, él me ha mandado un mensaje solicitando tu compañía y cuidados en sus aposentos esta mañana.

—Bueno, si Kenji ordena que este con él supongo que iré a decirles que me perderé la convención—hablaba mirando a Miriam y Yamam hablar con David y su abuelo. Pensaba bajar hasta ellos cuando Sergio puso la mano en mi hombro y dijo:

—Damita, nos es forzoso. No tienes que quedarte si no quieres. El amo ha escrito textualmente "Dile a Dafne que si quiere puede venir a acompañarme". Así que si prefieres ir a la convención que tanto habíamos planeado aceptar la invitación de Kenji para entrar en su fortaleza de la soledad por primera vez y pasarme todo el día a su lado mimándolo en su convalecencia.

—Prefiero quedarme—a Sergio no pareció sorprenderle mi elección.

—Creo que es lo más indicado y prudente por hacer, damita.

Fui trotando hasta donde estaban Yamam y David, el abuelo y Miriam conversando alegremente:

—Buenos días, señor Jenkins, David.

—Muy buenos días—respondieron al unísono.

—Chicos, tengo noticias y creo que no les gustaran—Yamam frunció el ceño haciendo una mueca graciosa—No podré ir a la convención, Kenji esta indispuesto y me necesita.

—¡¿En serio?! ¿Justo hoy?—se quejo Miriam con cara de pena.

—Si el amo esta enfermo significa que yo tampoco puedo ir. Debo ir a la cocina a preparar mi sopa especial revitalizante—Yamam parecía desconsolado pero se alegró automáticamente al recibir de David unas palmaditas solidarias en el hombro.

—Ni hablar. ¡Van a ir!—me rehusé a que los planes se aguaran.

—Yamam tiene razón, no será tan divertido solo los dos—argumento Miriam.

—David, ¿Estas muy ocupado hoy? Mi entrada es tuya si quieres ir—David sonrió a penado a Yamam.

—Querría pero mi abuelo—su abuelo le hacía un gesto de "vete".

—El señor Jenkins puede quedarse con mi entrada—irrumpió Sergio con su sigilo ninja, extendiéndole la boleta al anciano.

—¿Me la obsequias, Sergio?¿Ya no te apetece ir?—acepto la entrada.

—Nunca quise ir, no es una convención sobre pesca—el señor Jenkins soltó unas carcajadas.

—En ese caso: ¡Vamos, muchacho! Quizá te compre tres o cuatro cosas para tu departamento de soltero.


Miriam estuvo contenta de que fueran a acompañarles y a Yamam le brillaron los ojos al enterarse de la soltería de su Crush.



Me siento como si me hubieran arrollado. Aunque ya no tengo fiebre mis extremidades yacen doloridas y cansadas, mi garganta seca e irritada por pasarme tosiendo toda la noche.

La habitación está a oscuras y ya ha pasado media hora desde que mensajee a Sergio. Ya es hora de que lo acepte, Dafne no vendrá. Le di a escoger entre dos opciones y yo soy claramente la alternativa menos tentadora.

Estoy siendo patético. No sirve de nada que me auto compadezca. Me cambiare de ropa e iré al despacho, llamare al mayordomo para que traiga algunas medicinas y me pondré a trabajar. Dafne no está y yo puedo pasarme el día en la cama, como parasito.

Luchaba contra la pereza para levantarme cuando escucho tocan mi puerta. ¡Qué extraño! Estiro la mano para tomar el control remoto de mi automatizada fortaleza. El espejo del lado derecho de la cama no es realmente un espejo, es una pantalla camuflada, seleccione en el control la cámara de mi despacho y no logro explicar cómo la sola visión de Dafne esperando ante mi puerta llevando un carrito consiguió espantar de mi cuerpo el dolor.

¡Ha decidido quedarse, me escogió a mí!

Sin pensarlo accione el botón en el mando para que la puerta deslizándose se abriera.

— ¿Amo Kenji?—oír su voz y verla entrar empujando el carrito fue tranquilizador.

— ¿Si, Dafne?—paseo la vista por toda la habitación.

Las persianas se corrieron automáticamente y la luz se coló en la habitación como si acabara de amanecer.

—Se que esta enfermito y eso es terrible—sonreía con las manos en la cintura—Pero le juro que desde aquí luce como una isla paradisiaca en medio de un más de tela blanca con este edredón tan pulcro y mullido en esta cama gigante. Es maravilloso contemplarlo—que relajante oírla hablar así de mí.

—Te invitaría a vacacionar a la isla pero esta en cuarentena—bromee.

—Pues... sabe—puso una rodilla el borde de la cama—querido amo...—apoyo las manos sobre el edredón y empezo a gatear hacia mi—eso... la verdad—hablaba jadeante y sensual mirándome a los ojos—no... podría—se sento en mi regazo, de frente a mi—importarme menos—nos rodeábamos mutuamente con los brazos y a pesar de saber que darle un beso ahora seria traspasarle mis microbios. El soplo de su asiento se colaba por la comisura de mis labios, muy embriagador como para negarme.

La siguiente media hora se la paso jugando al trenecito que pasa por el tunal con la cuchara cargada de sopa y mi boca. Tal vez porque me premiaba con besos en las mejillas cada tanto no me molesto jugar.

Luego de terminarme el tazón la tengo a mi lado frotándome el estómago, nadie me ha hecho nada parecido en lo que puedo recordar y sin embargo se siente extrañamente familiar.

—Amo Kenji,¿Por qué no dijo ayer que estaba empezando a sentirse enfermo? Pense que estaba enojado conmigo—me veía por encima de mi hombro.

— ¿Por qué me enojaría contigo?¿Qué hiciste?—pregunte suspicaz.

—Yo no he hecho nada—con una graciosa expresión de "¡No me mires! No he hecho nada" iba a escabullirse. Pero tire de ella, haciendo a su cabeza descansar sobre mi regazo.

— ¡Dime la verdad!—viéndome desde abajo con sus ojos verdes y una sonrisa en esos labios parece incapaz de hacer nada malo.

—Bueno... no sé si lo recuerdo pero ayer dejo su chaqueta en mi habitación. Dentro del bolsillo encontré unas bolas chinas.

— ¿Las usaste?—se cubrió el rostro sonriente con su propia blusa.

—Solo un poco—aprovechando que tenía el abdomen desnudo perpetúe un ataque de cosquillas contra él.

Dafne se retorció, riendo eufórica.

—En cuanto me recupere te enseñare a no jugar sin mí—más que una amenaza le hacia una erótica promesa.

Cuando le saltaron lágrimas de tanto reír me di por satisfecho, secándose los ojos y tosiendo se recompuso:

—Amo Kenji ¿Puedo hacerle una pregunta?—tomo mi mano derecha entre las suyas.

— ¡Adelante!—está de buen humor y no me preocupo el tipo de pregunta que pudiera hacerme.

— ¿Cómo es que un hombre que mando a construir una sala de cine premiun para su casa conoce tan poco de series y películas?—era cuestión de tiempo que notaria la incongruencia.

—Lo que sucede es que yo no mande a construir una sala de cine en si mande a construir una réplica.

— ¿Una réplica? ¿Cuál es la original?

—La de la mansión de Lotus, allá en Shangai.

—Lotus fue como un padre ¿no es así? Lo quisiste.

—Fue más bien una sociedad de admiración mutua.

En una sala idéntica a la que tengo aquí en mi mansión, pase la mayoría de los momentos agradables que puedo recordar.

Antes de que Dafne entrara en mi vida.

—Lo siento—dijo a modo de condolencias.

— ¡Que lo digas no arregla absolutamente nada!—desprecie aquello de lo que no era capaz.

—Le daré un buen masaje en los pies que sí que le recompondrá—una señal de alerta se dibujó en mi mente cuando empezó a correr el edredón.

— ¡No, Dafne! No hay necesidad de que hagas eso—me aferre al edredón.

—Pero quiero hacerlo, amor mío, me nace del corazón hacerlo por usted3ya que no podría retirarme el edredón quiso meterse debajo de el.

—¡¡Ya basta!!—dio un salto hacia atrás, espantada.

Instintivamente, accione la función de imantación de los brazaletes. Dafne no se vio afectada por esto ya que no los traía puestos.

— ¿Dónde están tus brazaletes? ¿Cómo conseguiste quitártelos?—le recriminaba, colérico de frustración.

—En primera, yo no me quite los brazaletes lo hizo usted mismo anoche...—es verdad, ahora lo recuerdo—Los brazaletes los deje en mi habitación—se cruzó de brazos, refunfuñando.

— ¡Ve a buscarlo!—le señale la salida.

— ¿Para qué? ¿Para qué atada pueda controlarme?

—¡Dafne, no discutas comigo! ¡Ve a buscar tus brazaletes!

—Ahora resulta que si no puedes controlarme no me quieres cerca de ti.

—¡No te quiero cerca por que eres una maldita insolente!—le grite, ya había gastado mi paciencia—¡¡Me desobedeces y me faltas el respeto, tendría que marcarte la cara de un bofetón!! ¡¡Ya deja de hablarme como si tú y yo fuéramos iguales!! ¡¡¡Soy tu puto amo!!!—Dafne me veía enfadadísima— ¡Así que o me traes los brazaletes y dejas que te los ponga o desaparece de mi vista!

La salida de Dafne no se hizo esperar, tenía el rostro deformado por una mueca de furia y caminaba pegándole al piso con los pies. Creo que si la puerta no fuera corrediza y automática la había azotado.

De repente me siento tan estúpido tan solo. Me recuerdo a mí mismo hace ocho segundos y no entiendo por qué tuve que decir todas esas cosas.

La ofendida chica que abandono la habitación se estará retractando de haberme escogido a mí en vez de al paseo y el peso de la habitación muda cae sobre mí.

Me resignaba a mi soledad y hacia un esfuerzo por quedarme dormido cuando la puerta es golpeada, tomo el control de la cabecera de la cama sin antes ver quién es.

Mi anhelo se hace realidad. ¡Ella está de vuelta! Camina arrastrando los pies por el suelo alfombrado con la cabeza gacha, gatea hasta mi en la cama mostrándome una conmovedora carita des tristeza y otorgándome sus brazaletes adheridos el uno con el otro me ofrece las muñecas.

Es reconfortante y revitalizante tenerla aquí, que a pesar de todo haya vuelto a mi.

—¡Muy bien hecho, preciosa!—toda mi cara relucía alegría, tal como la de ella enfado y pena. Le puse los brazaletes cancelando la fuerza de atracción de liman—¡Ven aquí!—dándome dos palmadas en el pecho con ambas manos y extendiendo los brazos hacia ella le ofrecí cobijo en mi abrazo.

En vez de aceptar mi oferta se dejó caer vencida sobre el edredón dándome la espalda y adopto una posición que por alguna razón me transmitió una sensación de desesperanza agobiante.

—¡Dafne!—su nombre salió cargado de consternación de mi boca.

Pose la mano en su hombro y se la quito de una sacudida:

—¡Déjame, ya no te quiero más!—¿es que cada vez que se enfade conmigo saldrá con esto?

—¡Dafne, no seas incoherente! Hace solo unos minutos me estabas mimando. Que hayas cambiado de parecer en tan corto tiempo no es creíble—volví a acariciar su hombro.

—Seria incoherente si quisiera a alguien que me odia—el tono herido en el que lo dijo se sintió como una bofetada.

Conseguí darle la vuelta y teniéndola de frente a mí me deslizo hacia abajo estrechándola entre los brazos.

—¡No vuelvas a decir eso!—mi boca tocaba su cuello y mis dedos se enterraron en su pelo—Yo no te odio.

Se separó de mi cuerpo para verme a los ojos, tenía los ojos húmedos, parecía a punto de echarse a llorar.

—Te la pasas dándome órdenes y amenazándome con castigos, cuando no me los estas infringiendo —dos lagrimas se deslizaron por su sien y el puente de su nariz.

—No no no no no no—la frote con vigor queriendo evitar que el llanto siquiera—¡No llores!—le bese los parpados—Eso no significa que te odie, es que yo soy así, es mi manera de hacer las cosas, no conozco otra—maldita sea, ya empecé a temblar—Eso no quiere decir que no te quiero. ¡Yo te quiero, Dafne!—alzando las cejas abrió bien los ojos.

— ¿Qué dijiste?—estábamos ambos recostados en mi cama frente a frente, con la cabeza apoyada en misma almohada, abrazándonos y sosteniéndonos la mirada, en un momento tan íntimo, tan nuestro.

—He dicho que aunque haga esas cosas no significa que no te quiera y mucho menos que te odie. ¡Te quiero!—me sentía tan vulnerable pero a la vez tan vivo.

En mi interior esperaba que un "Yo también te quiero" sellara este momento:

—Lo sé–Dafne sonrió de oreja a oreja.

Me muestra la lengua por un par de segundos, burlona. ¡Qué manera de romper nuestra burbuja, dándome a probar de mi propia medicina! Al menos ahora ríe, ha dejado de llorar y yo de temblar. 

Hola, mis Pequeñas Inmortales! Como estan?

Aqui les traigo un nuevo cap, y dentro de nada me ire de finde asi que nos leemos el lunes.

Bye.

Continue Reading

You'll Also Like

70M 6.9M 49
[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con todo lo que amo y por alguna razón me d...
DESCONOCIDO By Alicia Markus

Mystery / Thriller

713K 6.4K 6
UN DESCONOCIDO UN MUNDO DESCONOCIDO UNA CHICA DISPUESTA A CONOCERLO SECRETOS Y UNA PERVERSA VERDAD Portada hecha por la hermosa y talentosa: @Arte...
5K 237 14
Despues de 8 años volviste a japón para tener una mejor vida y terminar tu preparatoria y ademas tambien para cumplir la promesa que le hiciste a una...
889K 100K 43
«Las mentiras terminaron, pero las obsesiones se multiplican». Sinaí cree ser la reina del tablero, y perseguirá a su rey a donde haga falta, aunque...