AUGUREY, james s. potter.

By -mxgicpoison

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⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ 🖇 𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐅𝐔𝐋𝐋 𝐎𝐅 𝐋𝐈𝐄𝐒, 𝔞𝔲𝔤𝔲𝔯𝔢𝔶. ⠀⠀⠀⠀⠀ ❝ -¿Es posible haber vivido una v... More

ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ𝐀𝐔𝐆𝐔𝐑𝐄𝐘
ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄
(𝐀𝐂𝐓 𝐎𝐍𝐄 )
i. hogwarts.
ii. inmune.
iii. amortencia.
v. dumont.
vi. enemiga.
vii. fiesta.
viii. misterios.
ix. aprendizajes.
x. prohibido.
xi. encerrona.
xii. castigo.
xiii. pista.
xiv. girls's day.
xv. marcada.
(𝐀𝐂𝐓 𝐓𝐖𝐎 )
xvi. confusión.
xvii. observada.
xviii. quaffle.

iv. carrera.

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"Vuelve a decirme perdedora y te quedas sin hijos."




Los días fueron pasando y el esperado viernes llegó. Con el correr de la semana, Olive pudo conocer a todos sus profesores y entender mejor la estructura académica de Hogwarts. En Beauxbatons, en las clases se dedicaban a leer textos y hacer ensayos en base a lo leído; los profesores trataban de evitar a toda costa los deberes para que así el alumnado tuviera más tiempo para clases o talleres extracurriculares, como lo era el nado, el baile y el canto. En cambio, en Hogwarts sí que daban deberes. Tenía que hacer dos ensayos para encantamientos, aprender a efectuar un hechizo para Defensa y, por último, debía leer unos capítulos de el texto de Herbología.

A pesar de todo, estaba muy emocionada. Las chicas, con los Merodeadores (quienes se habían auto-invitado), le prometieron darle una guía turística digna de cinco estrellas de Hogsmeade, el pueblo aledaño al castillo poblado únicamente de magos. Madeleine y Dominique ya habían vuelto su cabello al color natural y los resentimientos que sentían hacia los muchachos cada día desaparecían.

—Olive, ¿me prestas tus apuntes sobre los inferi?

Estaban las tres chicas de sexto año entre desayunado y haciendo deberes. Se habían quedado casi toda la noche chismeando, escuchando música y leyendo unas revistas, olvidando completamente que tenían que entregar a primera hora de la mañana una redacción acerca de los inferi. Con el pasar de los días un lazo de amistad se formó entre ellas, era casi como si fueran compañeras desde primer año. A pesar de que tenían algunas clases distintas, el resto del día lo pasaban juntas sin separarse, a lo que Olive estaba sumamente agradecida.

Era un gran logro que ya no se perdiera de camino a sus clases, empero aún podía confundir las aulas de clases cuando estaba a contratiempo. Recordaba claramente una mañana en que el despertador no sonó, se perdió el desayuno y corrió al aula de pociones... llegando al de Encantamientos. ¿Cómo confundió las mazmorras con el tercer piso? Nadie lo supo.

Fred le metió un pedazo de tostada a la boca a Madeleine, quien escribía con rapidez en su pergamino, midiendo cada cinco segundos la extensión de este.

—¡Fantástico! La abuela Molly me envió dulces. —exclamó James al abrir un pequeño paquete que su lechuza acababa de depositar.

Olive levantó la cabeza al oírlo y las esperanzas de que sus padres enviaran algo volvieron a aparecer. No había sabido nada de ellos desde el día de su partida a Hogwarts, los primeros días supuso que era por falta de tiempo, pero ya empezaba a comprender que si ellos quisieran comunicarse con ella, ya lo habrían hecho. Tampoco podía tener la iniciativa, porque no tenía lechuza propia y ni pensar en pedir la de Altair. Podría pedirle a uno de sus compañeros, pero no quería molestarlos.

Madeleine y Dominique habían notado que Olive nunca mencionaba mucho a su familia, la veían dar miradas a la mesa de Slytherin, pero a eso llegaba y nada más. Estaban preocupadas, pero al recién llevar una semana conociéndola preferían mantener cierta distancia en cuanto a temas muy personales. Siempre que la situación lo requería, se enfrascaban en despejar su mente y olvidarla del tema.

Como era en aquel momento.

—¡Merlin, Olive! Anoche olvidé mencionártelo, pero mi tío Oliver me dijo en una de sus cartas que Brandy McCallister dimitió al Quidditch. Dice que quiere formar una familia y pasar sus días con ella.

—¿Qué, qué? ¡Pero! Ay, Merlín, hemos perdido al mejor jugador de Quidditch del mundo. —lloriqueó la peliazul olvidando por completo sus problemas familiares.

—Se nota que no sabes de Quidditch, dulzura. El mejor jugador de Quidditch del mundo, como dices tu, no es McCallister ni nadie parecido. —James formó un arco con sus manos mientras le rebatía—. Aquel puesto se lo lleva Pattinson, el buscador de las águilas negras.

—No, no. ¿Has visto lo rápido y ágil que es Brandy al volar? ¡Es como una estrella fugaz!

—No está ni a la altura de Pattinson, ¡las águilas negras son el mejor equipo y punto final!

—¡Claro que no!

Sus compañeras se dieron los cinco al haber logrado con éxito su objetivo y prosiguieron con su ensayo escuchando de fondo el debate del siglo entre Devaulx y Potter. Por su lado, Lorcan, Frank y Fred se dedicaban a comerse los dulces que habían recibido James y el pelirrojo.

En cuanto sonó el timbre que daba por finalizado el desayuno, la comida desapareció de las mesas y los siete alumnos de sexto año de Gryffindor se miraron con un pensamiento en la cabeza de todos.

—¡El último en llegar compra la comida mañana!

Fue un alivio que el mayor porcentaje de los alumnos estuviera en sus respectivos horarios, porque no habrían podido mantenerse en pie si la avalancha que representaba el septeto pasaba por sus caminos. Corrían como si un diablo los persiguiera, todos queriendo evitar gastar dinero el día de mañana en Hogsmeade.

—¡No seas tramposo, Sirius! —gritó Madeleine cuando el mencionado le dio un codazo en las costillas para retrasarla. Este como respuesta se giró y le mostró la lengua.

—¡Ay, mi pie! —esta vez gritó Olive cuando Fred la pisoteó.

Entre más pisoteos y codazos llegaron a la entrada del salón de Defensa, casi chocando con la puerta ya cerrada. Se miraron entre ellos tratando de ver quien era el perdedor, pero sonrieron con alivio cuando notaron que solo eran seis.

—¡Fue totalmente injusto, tenía todos mis libros desparramados en la mesa! —Dominique llegó un minuto después con el rostro rojo del enojo y todos sus libros y apuntes entre sus brazos.

—Perdedora.

El resto comenzó a reírse a carcajadas viendo como la chica Weasley seguía molesta y golpeaba con fuerza la puerta del salón para poder entrar. Al tercer golpe, la puerta se abrió y dejó ver el intrigado rostro del profesor Lupin. Mantenía un semblante sereno, una de sus cejas estaba levantada y miraba con cansancio a los estudiantes atrasados. Suspiró y pasó una de sus manos por su cabello azulado antes de hacerse a un lado y dejarlos entrar.

—No permitiré otro retraso de su parte, chicos. Por hoy los dejo pasar, pero a la próxima se llevan castigo. —les dio una última mirada, recibiendo un asentimiento por parte de todos, antes de darse vuelta y caminar hacia su escritorio para proseguir con la clase.

Afortunadamente quedaban unos cuantos asientos libres en la parte de atrás del salón, en donde tomaron asiento y continuaron riéndose levemente para no llamar más la atención. Pudieron ver como en la pizarra el profesor Teddy Lupin había anotado la palabra "Inferi".

—¿Olive? ¿Puedes pasar por el salón recibiendo los pergaminos? —pidió con amabilidad el joven profesor. Si era sincero, la nueva integrante del grupo de amigos de Gryffindor era de sus mejores estudiantes, le tenia cierto aprecio por ser amiga de sus familiares... y por tener el cabello del mismo color que él.

La peliazul asintió levantándose del pupitre. Comenzó desde la parte de atrás del salón, retirando los trabajos y sonriéndole a quienes le daban las gracias. Gryffindor compartía aquella clase con Hufflepuff, lo que le gustaba mucho a Olive, todos eran bastante amables cuando se lo proponían.

—Un regalo para ti, bonita.

El comentario provino del mayor de los Potter y lo único que recibió fue un leve pellizco en la nariz por parte de Devaulx. Continuó retirando los informes hasta tenerlos todos y dejarlos sobre el pupitre de el señor Lupin.

Volvió a su mesa junto a Frank y sacó su libro de defensa. Se le había hecho ya una costumbre sentarse a su lado en cada clase que compartieran, ambos prestaban atención y hablaban sobre la materia en curso a gusto. De hecho ambos habían realizado el informe sobre las criaturas en cuestión de aquella clase juntos, sin embargo no habían podido terminarlo y por consecuencia esa mañana estaban algo apurados en el desayuno, aunque no tanto como el resto de sus amigos quienes no habían avanzado ni la mitad del trabajo.

—¿Quién puede decirme la característica principal de los Inferi? —el profesor Lupin, con su característico cabello azul muy parecido al de Olive. Si no fuera por sus apellidos y algunos rasgos físicos extra, de lejos podrían parecer hermanos de sangre, a juzgar por las coloridas hebras.

—Son cadáveres reanimados con magia oscura. —respondió una muchacha de Hufflepuff levantando su mano.

La clase continuó tranquila, para suerte de algunos no les dieron ningún deber, pero sí se les notificó con anterioridad la criatura que verían la siguiente clase por si algún estudiante quisiera avanzar en la lectura. Frank y Olive lo harían de seguro.

Después de la hora de almuerzo, las chicas se concentraron en avanzar con sus deberes para dejar lo mínimo para el fin de semana y así tener más tiempo en la salida. En la biblioteca, se encontraron con Scorpius Malfoy, quien también hacía sus deberes.

—Por lo general vengo solo a la biblioteca, a Albus no le gusta mucho este ambiente y si viene, es solo para tomar una siesta. —se encogió de hombros cuando respondió acerca del paradero de su amigo. Tomó asiento junto al trío de Gryffindor y continuaron trabajando cada uno en sus respectivas tareas.

Cuando terminaron por el día, Olive se quedó un rato conversando con el chico para poder conocerlo más, entretenida con las diversas historias que le contaba sobre sus anécdotas con el hermano de James. Al mismo tiempo, ella le habló sobre su semana y, cuando fue momento de despedirse, le dio sus saludos a Albus.

—Potter.

Dio la contraseña de la sala común a la señora gorda en el retrato e ingresó, encontrándose con sus amigos y unos cuantos alumnos más alrededor de...

Merlín, tápate los oídos.

—¡Aleja esa bola de pelos de mi espacio personal!

Chilló al ver como la mascota de la pelirroja se paseaba entre sus piernas con leves ronroneos. Trató de alejar sus pies lo más posible del suelo y del minino, pero parecía que este había encontrado encantador su temor por los gatos y se divertía haciéndola pasar un mal rato.

—¿Cómo puedes tenerle miedo a un animal tan bonito y hermoso como lo es Tiffy?

Lily Luna tomó en brazos a su mascota, mientras en el fondo se escuchaba la estruendosa carcajada de Fred y Madeleine. Al parecer, la familia Potter Weasley crecía cada momento que pasaba Olive en Hogwarts. La pelirroja era la hermana menor de James y Albus y, para el colmo de la peliazul, tenía un gato de mascota.

En cuanto dio un paso dentro de la acogedora sala común, vio como sus amigos pasaban el rato jugando con un gato de cabello oscuro y grandes ojos verdes, provocando un sentimiento de repulsión en Olive. Se quedó unos segundos estática en la entrada y los chicos al verla la saludaron invitándola a sentarse con ellos en los sillones mientras la menor de los Potter se presentaba.

—Dime que estás actuando y que en realidad no le temes a los gatos. —murmuró Frank tratando de no reírse, fallando en el intento.

—Es... ¡es una larga y trágica historia! La cual no es de su incumbencia. —se cruzó de brazos sentándose, con las piernas pegadas a su cuerpo, entre James y Madeleine.

—Pero si Tiffy es tan bonito y adorable, ¡una bolita de azúcar!

Lorcan tomó entre sus brazos al pequeño gato y comenzó a frotar su nariz con la del minino mientras decía cuan lindo era. En respuesta, Olive arrugó la nariz mirándolo con extrañeza. Desvió la mirada rápidamente para posarla en el resto de sus compañeros de curso queriendo fervientemente cambiar de tema e ignorar al felino.

—Entonces mañana. ¿A qué hora salimos?

—Podríamos salir inmediatamente después del desayuno, así tenemos tiempo para mostrarte las tiendas y luego pasamos a las Tres escobas por la deliciosas cervezas de mantequilla que Nique, tan a gusto, nos comprará. —Fred dio como idea, parpadeando con rapidez hacia su prima, quien resopló y golpeó la frente del muchacho con su mano.

—Tengo que comprar más pergamino, olvidé hacerlo en el Callejón Diagon y ya se me están acabando los del año pasado. —murmuró Devaulx cansada, apoyando su cabeza en el hombro de la rubia.

—Oh, es cierto. Tengo que comprar una pluma nueva. En fin, mejor irnos a dormir temprano para mañana no sufrir con la levantada, como el resto de la semana. —anunció Dom levantándose de la butaca y estirando sus brazos.

Las dos chicas aún sentadas, casi dormitando, asintieron y se levantaron. Se despidieron de los chicos, Lorcan aun enfrascado en su conversación con Tiffy, James leyendo unas anotaciones de Quidditch, Frank simplemente contemplando el ambiente les sonrió y Fred molestaba a Madeleine mostrándole su lengua. Estaba de más decir que ella lo ignoró y caminó derecho a los dormitorios.

En silencio, se pusieron sus pijamas y se acostaron.








HOLAAAAA <3

Vamos de a poco avanzando con la historia, estoy muy emocionada jjj.

Cuénteme, si se toparan con un boggart, ¿en qué creen que se transformaría?

Sof ☆ °

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