"Oficialmente una cerebrito amante de las pociones."
—¡Olive! —se escuchó un grito desde la puerta de la enfermería. La nombrada se giró y sonrió levemente al ver a Madeleine y Nique.
Sus mejores amigos en su antigua escuela nunca se habían preocupado en buscarla si faltaba a alguna clase, simplemente daban por hecho que se hallaba en algún salón vacío besuqueándose con algún chico o chica, aunque casi nunca aquella era la respuesta. Debería darse el tiempo de buscar en la biblioteca si en alguno de los libros hablaban sobre el verdadero significado de la amistad, porque estaba perdida y comenzaba a pensar que ni siquiera lo conocía.
—Nos preocupamos al no verte en el salón de defensa, donde estaba Dom, o en el de encantamientos, donde estaba yo. —dijo la muchacha de cabello verde sentándose a los pies de la cama que ocupaba James, sin dignarse a saludarlo o preguntarle por su estado—. Pensamos que quizá tú horario fuera distinto, entonces elegimos una ruta fácil para encontrarte, —le guiñó un ojo al muchacho de manera cómplice, dejando intrigada a Olive—. y así fue como logramos dar tu paradero.
—¿Qué fue...? No importa, olvídalo. —prefirió no preguntar acerca de cómo los encontraron. En cambio, formó un puchero para decir lo siguiente—. Me perdí mi primera clase de herbología por Potter.
Dominique de inmediato posó ambas de sus manos en los hombros de la peliazul y la miró con terror.
—Dime, por favor, que no has caído en su red de mentiras. Eres muy pura para ser una de sus conquistas, pequeña Olive. —lloriqueó, ignorando las quejas que decía su primo en defensa de sus palabras.
—Joder, Dom, no digas eso, de hecho, ¡ni lo pienses! La poca conversación que hemos tenido sólo me dio ganas de golpearlo.
—Si saben que estoy aquí escuchando todo, ¿cierto?— el sujeto en tema se estaba levantando de la cama, divertido y complacido de que el tema de conversación girara en torno a él—. ¿Qué es eso de que ahora te refieres a mi por mi apellido, bonita? Me apena.
Las tres chicas rodaron sus ojos con diversión y lo ayudaron a caminar hasta la salida de la enfermería. Se despidieron de Madame Pomfrey, Olive volvió a agradecerle, y se pusieron en marcha a sus clases.
—Uh, según esto voy un minuto atrasada a Pociones. ¿Alguno en mi mismo caso?— revisó su horario Olive. No era tan demandante como pensaba; después de dos horas de pociones tenían la hora de almuerzo y luego la tarde libre para hacer los deberes—. ¿Saben a quien puedo pedirle los apuntes de herbología?
—Creo que todos tenemos pociones ahora... en cuanto a los apuntes, Lorcan puede dártelos. Él y su hermano Lysander son amantes de las plantas y los animales, entonces de seguro tiene unos buenos apuntes. —respondió Nique.
Se alegró al saber que no estaría sola en su oficialmente primera clase y emprendieron rumbo hacia las mazmorras.
Mientras caminaban al aula de pociones, las chicas se mantuvieron en silencio. Las que llevaban siendo amigas por más tiempo se dedicaban a ignorar los comentarios del chico y Olive pasaba el rato tratando de memorizar los pasillos. Bajaron por las escalas que se mueven hacia las aulas más cercanas al lago negro, lo que se notó con el decrecimiento de la temperatura.
—Sigo sin entender como Severus soporta este frío de mierda toda la semana. —resopló James arreglándose la bufanda escarlata alrededor de su cuello. La chica Devaulx supuso que se refería a su hermano Albus.
—Pasen, chicos, estamos recién comenzando. Les estaba mostrando a sus compañeros esta interesante poción, ¿alguno podría decirme que poción es?
Al entrar al aula, en el centro de ella podía verse un gran caldero con un líquido nacarado que desprendía un extraño olor. El profesor Slughorn, un hombre alto de mayor edad con una gran contextura, los hizo pasar de inmediato, sin preguntarles sobre el retraso, lo que Olive agradeció y provocó una gran impresión en ella.
—Es Amortencia, profesor. —dijo como respuesta sentándose en un asiento libre entre Frank, quien le levantó el pulgar en señal de aprobación, y Madeleine.
—Correcto, cinco puntos para Gryffindor por la respuesta de la señorita...
—Devaulx, Olive Devaulx.
—¿Es usted hermana de el joven Altair? Un gran talento en mi clase, espero lo mismo de usted, señorita.
La susodicha asintió, sintiendo como las miradas de sus compañeros se posaban en ella y oyendo un resoplido de parte de James Sirius al momento de oír el nombre de su hermano. El profesor le sonrió a gusto y se giró nuevamente al resto de la clase.
—Este poderoso filtro de amor provoca una fuerte obsesión en quien lo ingiera, según mi punto de vista, esta poción es la más peligrosa de todas las que hay en esta aula.
Prosiguió con una leve explicación del proceso de preparación de la poción para luego indicarles las instrucciones en la pizarra y enfrascarlos en la tarea.
—¿Me pasas un ala de escarabajo amarillo, Frank? —la chica tenía un gran talento y fascinación para la creación de pociones, como mencionó Slughorn sobre su hermano, por lo que una vez que les indicaron que podían comenzar, ella se dispuso a hacerlo con emoción.
Estar meses en su mansión sin tener un espacio adecuado, los instrumentos necesarios ni los ingredientes para hacer brebajes, provocaban un encarcelamiento de su emoción. Añadió la cantidad adecuada de cada ingrediente, en el orden correcto que indicaba el libro de pociones y revolvió por última vez en el orden de las manecillas del reloj.
—Creo que terminé.
Olive dirigió la mirada al caldero de Madeleine e hizo una leve mueca. Según el libro, una vez terminada la poción esta debía tener un color nacarado y desprender vapor en espiral. La poción de su amiga era color rosa y ni siquiera desprendía vapor.
—¿Añadiste los pedacitos de hojas de rosa? Uh, creo que solo te faltó eso, Mad.
—Merlin, es cierto. Soy un desastre en esto, no se para que me esfuerzo.
Frank a su lado soltó una risa mientras negaba con su cabeza, parecía no ser la primera vez que la muchacha cometía un error en la clase.
—Pero veamos, ¡está perfecta! No tuve ninguna duda de su talento, señorita Devaulx. Tenga. —el profesor Slughorn le entregó un sobre que parecía ser una invitación a algo y le sonrió con orgullo antes de seguir paseándose por las mesas.
—Un día en Hogwarts y ya te aman, Olive, ¿será que eres muy encantadora? —el de apellido Longbottom comentó mientras terminaba su poción—. ¿Qué hueles? Si es que no es muy personal preguntar, claro.
La chica se limitó a reír por el comentario. Debía aceptar que en Beauxbatons la mayoría de los profesores le tenían cierto aprecio, sin embargo, no era parte de las preocupaciones de ella, solo quería estudiar y obtener buenas calificaciones para no ser regañada por sus padres. Ahora que su hermano iba en su misma escuela le sería más difícil no estar en los ojos de su familia, pendientes de cualquier acción que hiciera.
—Mh, no me he puesto a pensarlo. —se acercó con cuidado a su caldero e inspiró el aire del vapor. Frunció el ceño al interpretar dos de tres olores—. Libro antiguo, cereza y... ¿tarta de melaza? Que extraño, no me gusta mucho la melaza.
El chico a su costado entrecerró los ojos levemente como si estuviera pensando en algo, movió los labios en señal de que diría algo, sin embargo los cerró y se encogió de hombros guardándose sus pensamientos.
Al término de la clase, Olive se dispuso a guardar sus cosas en su bolso con cuidado de no derramar el envase de tinta. Puso la invitación entre sus libros para que no se arrugara, dejando su lectura para más tarde. Cuando estuvo lista, salió del aula junto a Madeleine, ambas se encontraron con Nique en la puerta.
—¡Hey, Olive! —la llamó una suave voz desde atrás, la nombrada giró la cabeza y sonrió al ver la cabellera rubia de Lorcan.
No habían conversado mucho en el desayuno ni en la cena cuando se presentaron, pero por la sonrisa y manera de ser que mostraba el chico no podía negar que era agradable. Además estaba contenta de poder encontrar una excusa para hablarle y pedirle los apuntes.
—Lorcan. ¿Qué sucede?
—Dom mencionó que no pudiste ir a la clase de Herbología entonces pensé en prestarte mis notas, ¿o ya te las has conseguido? —paró de caminar una vez estuvo frente a frente con la chica, sin dejar de sonreír en ningún momento.
La muchacha negó de inmediato devolviéndole la sonrisa.
—De hecho pensaba pedírtelas en el almuerzo, me leíste el pensamiento. —bromeó y se acomodó el bolso sobre su hombro. Le dio una mirada a la chica Weasley a su costado quien le guiñó un ojo—. Eres muy amable, Lorcan, muchas gracias.
Scamander le tendió un par de hojas sueltas en las cuales se podían divisar una gran variedad de dibujos de animales y plantas fuera de lo normal. Le dio mentalmente la razón a las chicas cuando mencionaron que serían muy buenos apuntes.
—Espero te sirvan, si necesitas más ayuda búscame. —se despidió con un saludo de marinero, aquel donde se posa la mano en la frente, y siguió su camino dándoles la espalda.
—Bueno, primer día y ya tengo que pasar apuntes y realizar un ensayo para pociones. Será una emocionante tarde en la biblioteca. —murmuró sin ápice de cansancio, lo contrario; a puras lenguas se notaba que le gustaba ir a la zona de libros.
—Sí, eres una cerebrito.
Las chicas, quienes se habían quedado en silencio en el intercambio de palabras entre el rubio y la peliazul, se rieron. Aunque luego le aseguraron que irían las tres juntas a hacer los deberes... con ranas de chocolate ingresadas como contrabando, aseguró Mad.
—Olive, ¿es cierto que los muchachos en Beauxbatons son como dioses griegos?
La pregunta la sacó de sus pensamientos y la hizo reír muy fuerte. Las tres muchachas de cabellos coloridos se encontraban sentadas en el patio de Hogwarts bajo la sombra de un árbol haciendo sus deberes. Bueno, Olive los hacia, mientras que Dominique y Madeleine buscaban alguna poción para revertir su extravagante color de cabello.
—Bueno, —se tomó unos segundos para pensar una buena respuesta, antes de asentir con firmeza—. totalmente. Son bastante bonitos, pero no podemos hablar mucho de su carácter, la mayoría tienen genes de veela lo que hace que su ego crezca todos los días.
Hizo una mueca recordando al par de chicos con los que había salido.
—Las chicas con las que salí unas noches eran mucho más simpáticas, pero también vivían con el sentimiento de que su hermosura podía cumplir millones de deseos.
Sabía que hablar abiertamente sobre su sexualidad al segundo día de conocer a las chicas podría ponerlas incómodas, sin embargo se dio cuenta que al mencionar que había estado con chicas y chicos, sus compañeras sonrieron con apoyo y sinceridad.
—Una vez salí con una chica así, mis padres la odiaron desde el primer día que la conocieron y yo no entendía porque. —comenzó hablando Dominique—. Luego supe que hablaba mal de mi familia a mis espaldas, terminé con ella de inmediato.
Se sintió mucho más cómoda al notar que hablaban con ella con la misma confianza, podía ver que la amistad entre las tres duraría mucho y le alegraba.
—¿Hannah? Ah, una vez la golpeé, fue demasiado satisfactorio.
Los ojos de la chica con cabello morado se abrieron con sorpresa antes de aplaudir.
—Fantástico, siempre quedé arrepentida por no haberlo hecho. Se mudó a Estado Unidos un tiempo después de la ruptura, lo que agradezco muchísimo.
Las tres rieron y continuaron con lo que hacían. Las más antiguas en la escuela parecían haber encontrado finalmente una poción que les servía y le pedían a Olive que las ayudara a prepararla, luego de haber visto sus habilidades en aquella clase. Hablando de pociones, la peliazul recordó el intercambio de palabras con el profesor y la carta que le entregó.
Rebuscó en su bolso y se acomodó en la hierba para leerla en comodidad.
Querida señorita Devaulx,
Es de mi agrado placer comentarle que estaré encantado de tener su presencia en las reuniones del Club de las Eminencias, las cuales se llevan a cabo cada mes con la presencia de los mayores intelectos de Hogwarts.
Esperando que acepte, mis más grandes saludos.
H. Slughorn.
No había escuchado nunca de aquel club, pero supuso que era algo exclusivo de la escuela por el mensaje. Se lo mostró a sus compañeras y se rieron, diciendo que sabían con obviedad que le llegaría la invitación del club, se notaba a lenguas que la chica tenía habilidades en más asignaturas.