Naruto
Entro al baño y Kakashi ni siquiera se avergüenza en lo más mínimo de lo que está haciendo, solo me mira con una sonrisa lujuriosa mientras su mano sigue masturbando su pene.
—Deja eso —le digo avergonzado.
—¿Dejar qué?
Kakashi solo sigue masturbandose sin despegar sus ojos de los míos. Su pene erecto me invita a agacharme y chupársela hasta sacarle todo el semen, pero sé que debo de contenerme. Todo sea por mí pequeña venganza.
—Deja de masturbarte.
—¿Lo haremos? —pregunta sonriendo.
—No.
Kakashi resopla y me mira con enfado.
—Naru, entiendo que no quieras hacerlo. No sé porque no quieres pero no te forzare. Pero así como yo no puedo forzarte a tener sexo tú no puedes forzarme a no masturbarme.
Me muerdo un poco el labio, Kakashi tiene razón. Yo no puedo forzarlo, pero lo voy a hacer.
Me bajo el cierre de la chamarra y ante su mirada me la quito junto con mi camiseta de red.
Kakashi me sonríe, pero yo niego mientras tomo la orilla de mi pantalón y junto con los boxers los bajo de un tirón. De a momento he logrado mi objetivo, él ya no se está masturbando, ahora solo me mira mientras su erección aún se mantiene entre sus piernas.
Entro a la regadera y me coloco justo enfrente de Kakashi, puedo sentir su mirada lujuriosa tocando cada parte de mi cuerpo, como si quisiera devorarme. Debo respirar profundo para no caer en la tentación cuando Kakashi comienza a rodear mi cintura con sus manos.
—Estare contigo mientras te bañas, pero no toques sin mi permiso.
—Claro —dice apartando un poco sus manos.
—Kakashi...
—¿Qué ocurre querido?
El corazón me late como loco, Kakashi siempre usa esos lindos apodos que me hacen quedar absorto.
—¿Me lavas la espalda?
—¿Solo la espalda? —me pregunta pícaro y sé que debo de frenar y alentar su imaginación a partes iguales.
—Tambien otra cosa...
—Dime Naru, ¿Qué quieres que te lave?
—El cabello.
La carcajada de Kakashi inunda toda la habitación mientras agarra el bote de shampoo y me hecha una buena cantidad en el cabello.
El masaje que me da es agradable e inconscientemente pequeños suspiros salen de mi boca, suspiros que poco a poco comienzan a parecer gemidos.
—Amor si sigues así no podré controlarme —me susurra en el oído antes de lamerlo.
Puedo sentir su pene restregandose contra mi trasero. Se lo que quiere, y también se lo que yo quiero.
Pongo una de mis manos contra la pared y la otra la uso para separar mis nalgas y guiar el pene de Kakashi entre ellas.
—¿Lo vamos a hacer? —me pregunta como un niño pequeño.
—No me toques, yo haré todo hoy.
Estoy de espaldas, así que no veo a Kakashi pero se que sonríe mientras más hundo su pene en mi trasero sin llegar a penetrarme.
Colocó el miembro de Kakashi de tal forma que entra y sale de mi trasero en forma vertical. Es obvio que así no puede metermela ni por accidente, pero siento como su glande roza mi entrada dándome oleadas de placer, y por los jadeos que el suelta estoy seguro de que se siente igual.
—Naru, me vendré pronto.
Detengo mis movimientos y me doy la vuelta para verlo de frente.
—Vamos a la cama.
—Pero...
—Te vendrás dentro mío. No pienso dejar ni una sola gota de tu semen fuera de mi.
Él sonríe y ambos vamos hacia la cama. Cuando llegamos lo tumbo en ella y sin que se dé cuenta hago el jutsu de clones de sombra y en menos de un segundo ya lo he inmovilizado por completo.
—Me voy a bañar.
—¡Naruto! —grita al ver que me alejo. Pero yo solo le hago una seña a uno de mis clones para que comience a vestirlo y no lo suelte.
Tomo mi mochila y entró al baño para después ponerle seguro a la puerta.
Me baño rápidamente y saco de mi mochila el motivo por el cual no podía dejar que Kakashi se bañara y vistiera conmigo.
—Aqui vamos —susurro para mí mismo.
Entre mis manos tengo un pequeño consolador y una braga de encaje dorado. Estoy seguro de que esto hará que Kakashi se ponga aún más caliente.
Saco un lubricante de mi mochila y tras derramar un poco en mis dedos comienzo a buscar mi entrada para dilatarme un poco. Sí las cosas salen como yo quiero Kakashi no tendrá tiempo ni para dilatarme, y estoy seguro de que él no me dará sexo duro si existe la posibilidad de que me lastime.
Meto dos dedos de golpe y comienzo a simular embestidas para después abrirlos como tijeras y dejarle espacio a mi tercer dedos que entra casi de inmediato. Es increíble cómo me estoy poniendo duro con solo mis dedos, pero la abstinencia también me afecta a mí.
Saco mis dedos y tomo el consolador, no es ni la mitad de grueso y largo que el pene de Kakashi, pero debe de bastarme.
Respiro profundo pensando si debo metermelo o no, los recuerdos de Gaara lastimandome con uno aún me persiguen. Creo que los consoladores son malos, creo que no debería usarlo.
“Los consoladores no son malos, malo es Gaara. Seguramente sí Kakashi hubiera sido el que te hubiese metido el consolador ahora los amarias” me digo amo mismo y sé que es cierto, así que armándome de valor perfiló el consolador en mi ya dilatada entrada.
Algunos recuerdos llegan a mi mente, Kakashi está deshaciéndose de mis clones de sombra, y lo que es peor uno se la chupo antes de ponerle el pantalón, debo de apurarme. Meto de golpe el consolador en mi entrada, un pequeño gemido se escapa de mis labios y debo respirar hondo para no venirme de inmediato.
Me coloco la braga y después la ropa de Anbu. Kakashi toca la puerta del baño, puedo sentir como está de excitado y como se está controlando para no romper la puerta.
Me coloco la máscara y abro la puerta del baño. Kakashi está vestido pero tiene su mano sobre su entrepierna en donde su erección es bastante notable.
—Ya me termine de bañar...
—Ya veo. Puedes esperarme en la cama, debo de masturbarme un rato.
—Debes ir a firmar el tratado.
—Naru iremos después.
Trago duro y pongo mi mano sobre su entrepierna para después acercarme lo más que puedo a él.
—Sí vamos ahora yo le daré la mejor atención que pueda a tu pene.
—¿Ese es un premio aparte del que ya me habías ofrecido?
—Por supuesto.
Kakashi sonríe.
—Vamonos.
Salimos de la habitación y llegamos a la oficina del Kazekage. Kakashi toca la puerta con el dorso de la mano, pero nadie contesto y él mira todo con extrañeza. Esta es la hora que ambos pactaron para encontrarse.
—Solo entremos —le digo.
—Sera mejor esperar.
—Él sabe que tú siempre llegas tarde, quizás por eso no está adentro, pero dejo la puerta abierta por si acaso llegabas a tiempo.
Kakashi asiente y tal y como he dicho la puerta esta abierta, tal parece que Gaara si me hizo caso en lo que le pedí.
Entramos y enseguida miro el armario, puedo sentir el chakra de Gaara aunque lo intente camuflar. Solo espero que Kakashi no pueda sentirlo también.
Kakashi se sienta en el sofá y yo voy al lado suyo.
Puedo ver como el ojo de arena de Gaara está escondido en un rincón. Decido hacer como si no lo notará, porque esto ya me lo esperaba.
—Ven aquí, no creo que ese idiota venga en un buen rato me dice Kakashi antes de sentarme sobre sus piernas.
El consolador se mueve dentro mío rozando de manera deliciosa mis paredes mientras la erección de Kakashi está sobre mi trasero.
Kakashi sin ningún miramiento me quita la máscara de Anbu y comienza a repartir pequeños besos por todo mis rostro.
—Amor eres muy bonito —me dice sin dejar de besarme—. Pero estas raro últimamente, y yo sé que los niños bonitos a veces tiene problemas.
Me gusta cuando Kakashi es así conmigo. Él siempre me trata como si yo fuera lo mejor que existe. Siempre me consiente y me dice cosas lindas. Vaya, quién diría que el temible ninja que copia también tiene su lado tierno.
—Yo no tengo ningún problema.
—Si tú lo dice está bien, pero si tienes un problema no dudes en decírmelo.
Sonrió y tras quitarle la máscara, lo beso lentamente en los labios. Claro que me quiero acostar con él. Pero lo he dejado en abstinencia para que ahora me coja con brutalidad y rudeza frente a Gaara, esto lo disfrutaré yo, lo disfrutará él y me servirá de venganza para el imbécil.
—¿Quieres saber que le dije ayer a Gaara?
—Sí.
—Le dije que tú siempre llegabas tres horas tarde a todos lados.
—¿Sólo eso?
—Hay algo más.
—¿Qué es?
—Lo invite a ir aún motel que está a las afueras de Suna.
Kakashi frunce el ceño.
—¿Te irás?
—Solo se lo dije para que tú y yo tuviéramos tiempo a solas en esta oficina. Él debe de esperarme cuando menos dos horas y la que se hará de camino para venir aquí son tres, así que tenemos tiempo.
—¿Tiempo para que? —me pregunta Kakashi tomando mi trasero.
—¿Te daré tu premio por no dejar a Suna sin recursos.
Kakashi sonríe y yo me bajo de sus piernas para ponerme en cuclillas y comenzar a acariciarle la entrepierna. Desde aquí puedo ver el ojo de arena de Gaara, sé que él nos está observando.
—Te voy a dar una buena mamada —susurro desabrochandole el pantalón.
—No fue una mamada lo que me prometiste Naru, así que abre bien la boca porque te voy a cobrar cada gramo de comida que le doy a la gente de Suna.
“Si no rompes el tratado te dejaré follarme la boca” ahora recuerdo mis palabras, esto está saliendo mejor de lo que espere.
Sonrió y saco el pene ya erecto de Kakashi para llevármelo a la boca. Cuando estoy apunto de dar pequeñas lamidas el enreda sus dedos en mi cabello y me obliga a tragar de golpe la mitad.
Una corriente eléctrica invade mi cuerpo, amo cuando él es rudo comingo.
—Abre bien la boca Naruto, te vas tragar hasta mis huevos.
Asiento como puedo y abro lo más que puedo mi boca, él cumple con lo que ha dicho y comienza a sacar y meter su pene en mi boca. Yo no tengo el control en lo más mínimo, es Kakashi el que me da el ritmo al jalarme el cabello.
Kakashi me embiste la boca con más fuerza y ahora sí tengo sus huevos dentro de la boca mientras su glande choca con mi campanilla. Tengo la cara hundida entre su vello púbico y decir que estoy excitado es decir poco, creo que podría venirme solo sintiendo como él me folla la boca.
—¿Te gusta que te follen la boca pequeño? ¿Te gusta saber que te vas a tragar todo mi semen como una puta?
Kakashi vuelve a comenzar con sus embestidas. Por su ritmo sé que ya está por venirse, así que debo de hacer algo para excitarlo aún más.
Las embestidas continúan y mi boca es inundada por su semen.
—Tomatelo todo —me ordena.
Hago lo que me ha dicho y él vuelve a comenzar a embestirme la boca. Muerdo levemente su glande para frenarlo y él me mira primero con enojo y después con preocupación.
Kakashi me mira asustado y cuando está por sacar su pene de mi boca yo vuelvo a morderle levemente. No le muerdo con la suficiente fuerza para que le duela, solo lo muerdo para molestarlo un poco.
—¿Te estoy lastimando? —me pregunta.
Esto me gusta, sentir que Kakashi me trata con rudeza pero se detendrá si me está lastimando.
—Quiero que seas aún más duro conmigo —digo con su pene aún entre mis labios.
Él sonríe.
—¿Recuerdas la palabra?
—Por supuesto.
—Entonces te voy a follar tan duro que tendrás que volver a Konoha arrastrandote, porque tú entrada quedará más abierta que la de la puta más barata que conozcas.
Mi cuerpo entero arde, ya quiero comenzar.
—Hazlo.
—Claro que lo haré. Pero luego no te quejes Naru, porque no solo te voy a follar. Te voy a castigar por las mordidas y la abstinencia.
—Yo...
Trago duro, la mirada de Kakashi da miedo, solo hay lujuria en ella.
—¿Listo para que tú entrada sea destruida amor?