Como niños (Countryhumans y l...

By la_amante_del_cafe

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¡Los países y organizaciones han desaparecido! ¡Ayúdalos! ⚠️¿Quieres morir de ternura? Esta es tu historia⚠️ More

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🥀1 de Septiembre de 1939🥀
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BLOQUEO

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(Referencias a la Vida es Bella, si no has visto esta película... ¿A qué esperas?)




Otra fría mañana de invierno en la que la maldita ventana se abre, dejando así que el frío viento entre en la casa. Cerré los ojos molesta por ello, y quise levantarme para cerrarla, pero sentí movimiento a mi lado. Giré la cabeza para ver al hombre de tez azul cerrando la ventana. Al girarse lo vi con el pelo todo despeinado y tallando uno de sus ojos, haciendo que sonriera.

—Ahh... Perdón, intentaba no despertarte...— Dijo con la voz todavía ronca.

—Tranquilo...— Dije yo ahora sentándome, viendo como los countries dormían sobre mi, siendo el bielorruso el que chupaba mi dedo en uno de sus sueños.

—Menudo temporal...— Comentó ONU mirando por la ventana. —Hace mucho viento y la nieve no deja de caer.— Se acercó y me entregó el mando de la televisión. —Haré café, ¿quieres?

—Sí por favor...— Dije acariciando a Canadá con la otra mano. Así caminó hasta la cocina, observándolo de reojo para mirar de nuevo a los países que dormían sobre mi. Me mordí el labio al recordar como la organización se quedó conmigo toda la noche tratando de animarme, no con palabras, si no con gestos, a tal punto de quedarnos dormidos en el sofá.

Encendí la televisión y busqué las noticias, viendo como hablaban del temporal.


"Debido al fuerte viento y nevada se establece que los alumnos de los colegios, institutos y universidades de la zona no salgan de casa. Se prevé que el temporal baje al mediodía, por lo que mañana se retomarán las clases de nuevo."


—Toma.— ONU llegó y me entregó la taza.

—Gracias.— Sonreí. —Parece ser que hoy no tendré que ir a la universidad.— Comenté dando un pequeño sorbo y dejar la taza sobre la mesita.

ONU tuvo un escalofrío, a lo que le lancé una manta. 

—Tápate.— Le dije. —Iré a buscarte una chaqueta.— Me levanté con cuidado, dejando la manta sobre la que se encontraban los países a un lado. Fui a la habitación, donde me aseé y me cambié de ropa, buscando además una chaqueta para dejarle a la organización.

Al regresar vi como ONU estaba enrollado en la manta bebiendo su café, con los pequeños países dentro de este tapándose también. Me reí al verlo y le lancé la chaqueta, tapándole la cabeza.

—¿Solo un día y ya robas a mis pequeños countries?— Él se quitó la chaqueta.

—¿Tus pequeños countries? Te recuerdo que llevo cuidando de ellos desde hace tiempo. Y en su forma normal.— Me apoyé en el marco de la puerta.

—¿Ah sí? Bueno, entonces que se queden contigo, no creo que quieran desayunar los crepes que voy a preparar.— Como por arte de magia, los países despertaron y salieron corriendo detrás mía mientras me dirigía a la cocina. Me giré con una sonrisa y vi a ONU apoyando su cuerpo en el respaldo del sofá, dejando los brazos caer hacia delante.

—Eso es trampa...— Dijo apoyando su cabeza en el respaldo poniendo morritos. Reí por el comentario y comencé a preparar los ingredientes mientras los países corrían de aquí para allá, hasta que cierto país llamó mi atención.

—¡Naa!— Bajé la mirada para ver a Portugal que tiraba de mi pantalón.

—¿Huh? ¿Qué pasa?

—Naa.— Señaló la ventana, comprendiendo así lo que quería el pequeño país.

—Pero hace mucho frío...— Hice una mueca. Portugal infló las mejillas y se cruzó de brazos. Reí al verlo y lo sujeté, viendo ahora como ONU se acercaba.

—¿Qué le pasa?

—Quiere jugar con la nieve.

—¿Ah? ¿Con el frío que hace?— Preguntó también.

—Pero solo un poco ¿sí?— Le dije a Portugal que asintió contento. —¿Mezclas tú los ingredientes?— Pregunté a ONU.

—Ehh... Sí claro.— Respondió.

De este modo, me puse una chaqueta encima y los guantes y abrigué a Portugal. Abrí la ventana y salimos al balcón, dejando la puerta entornada para que no entrara el frío. Había una pequeña montaña de nieve en el balcón, por lo que Portugal se puso a jugar en ella, haciendo bolitas para lanzármelas a mi. Ambos hicimos un muñeco de nieve a la altura del país, quien analizándolo le colocó la bufanda que él llevaba.

—Te vas a resfriar así...— Comenté viendo a Portugal, quien al poco tiempo estornudó. —Está bien, ya se acabó la nieve por hoy.— Dije sujetándolo entre mis manos y entrar de nuevo en casa, dónde el olor a crepes inundaba cada rincón de esta. Dejé a Portugal en las mantas del sofá junto con Corea del Sur y del Norte y fui a la cocina, quitándome los guantes. —Que bien huele...— Comenté viendo como ya habían varios crepes en un plato. Vi como ONU se manejaba más que bien en la cocina. —No sabía que se te diera bien la cocina.— Él soltó una leve risa.

—¿Por qué crees que quería cocinar contigo cuanto estaba pequeño?— Me dio una pequeña mirada antes de regresarla a la sartén.

—Tiene sentido.— Contesté comenzando a sacar los platos y vasos del armario.

—Por cierto, tienes que mejorar tu salsa bechamel. Está buena, pero te queda demasiado espesa.— Lo miré con los labios entreabiertos.

—No me hubiera quedado tan espesa de no ser por ciertos países que no me dejaron escuchar a mi madre para que me quedara mejor.

—Eso no fue culpa mía. Yo me porté bien ese día.— Dijo ONU, agarrando el plato de crepes y llevarlo a la mesa.

—Entonces ¿te acuerdas de todo lo que hiciste mientras eras pequeñito?— Pregunté siguiéndolo con los vasos.

—De todo.— Dijo girándose, quedando muy pegados, sin poder evitar mirar sus ojos dorados. Regresó a la cocina dejándome con una sensación extraña en el cuerpo. Solté el aire en una pequeña risa y continué preparando la mesa.

Ayudé a los países a sentarse en esta y coloqué a cada uno su respectivo trozo de comida, aunque la mayoría de ellos quiso repetir. ONU se sentó frente a mi y ayudaba igual que yo a los países que se manchaban.

Recogimos la mesa y lavé los platos. Una vez terminé me giré para ver a ONU sentado en el sillón mirando por la ventana como la nieve caía esta vez más lento. Me acerqué a él y me senté en el extremo del sofá.

—¿Estás bien?— Pregunté captando su atención.

—Sí disculpa. Estaba pensando...— Quedé en silencio sin saber que decir, escuchando de fondo como la serie de las tortugas sonaba.

—Yo... Sé que no viene al cuento pero... Quería agradecerte el apoyo que me diste ayer... Te pusiste en peligro por ello.— Sobé mi brazo.

—Bueno... Tenía que hacer algo, no podía quedarme de brazos cruzados.— De nuevo hubo un pequeño silencio.

—¿En qué piensas ONU?— Apoyó la cabeza en el sofá.

—En cómo o dónde estarán los demás... ¿Crees que dirá algo ese tal Lucas?

—Espero que no... ¡Ah! Espera.— Me levanté y fui a la habitación para recoger el bolso. Al regresar saqué los dos líquidos. —Tenemos esto, aunque el azul está casi vacío por ciertos monstruitos que lo derramaron al suelo.— Hice una mueca. ONU reaccionó y agarró los frascos.

—Creo recordar que alguien le dio un manotazo al vaso y tiró también parte de este.— Me miró de reojo con una leve sonrisa.

—No me juzgues. Fue el único líquido que no analizamos y te encuentro bebiéndolo.— Me defendí. —Aunque menos mal que no bebiste el verde... ¿En qué estabas pensando?— Él se encogió de hombros sin dejar de mirar el líquido.

—No lo sé la verdad. Actuaba sin pensar. Aquello que me llamaba la atención era mi objetivo principal.— Me miró. —Era extraño.— Aclaró haciéndome gracia la genial conclusión. —¿Descubriste algo más sobre estos líquidos?

—Mmmm...— Pensé en decirle pero no quería angustiarlo más. —No... ¿Y qué piensas hacer ahora?

—He pensado que podría ir a las instalaciones de OMS y analizar estas muestras para duplicarla... Pero será un poco complicado entrar, además de reconocerán enseguida...— Tosí un poco llamando su atención.

—Creo que esto servirá de ayuda.— Alcé el brazo mostrando la caja con los sobres dentro.

—¡No te creo!— Agarró la caja y sacó los sobres. Apoyé mi cabeza en una de mis manos mirándolo.

—¿Sabes? A pesar de ser una organización te comportas distinto a como creía.— Me miró.

—¿Y cómo te pensabas que sería?

—No sé... Alguien serio, culto, prudente, huraño...— Él me escuchaba. —Pero ahora que te veo... No sé, me resultas totalmente diferente...

—¿Cómo de diferente?— Inclinó el cuerpo hacia delante.

—Pareces tímido y triste... Pero te he visto sonreír. Eres atento, generoso, sencillo... Desordenado.— Aclaré lo último.

—¿Huh? ¿Por qué lo dices?— Preguntó extraño.

—No te has peinado desde que volviste a la normalidad, has dejado la taza de café de esta mañana en la estantería, la bandeja en la que preparaste ayer el desayuno está en la habitación y los platos que lavaste los dejaste en la pila.— Se quedó pensando.

—Pero... Estaban limpios.

—Pero no en su lugar.— Contesté de vuelta. ONU comenzó a reírse tomándome por sorpresa mientras acariciaba las mejillas de Italia. —¿Te hace gracia mi descripción?

—Es la primera vez que alguien usa esos adjetivos para describirme.— Me miró.

—Bueno... ¿Pero acerté?

—Puede...— Contestó mirando la televisión.

—Admítelo, te he calado a la primera.

—Yo no he dicho eso.

—Pero lo piensas.— Comenté mirando ahora la televisión, notando como la organización me miraba unos segundos para volver su atención a las tortugas animadas.








Las horas fueron pasando, la nieve dejó de caer y el viento cesó. Las calles comenzaron a ser transitadas debido al cambio del temporal, donde la ventana se podían ver a los niños jugando con la nieve en el parque.

Comimos, dormimos un poco, vimos una película, merendamos... Los pequeños countries jugaban entre ellos con unas pelotas de goma, mientras otros dibujaban en la mesita. ¿ONU y yo? Bueno...

—¡Me estás tomando el pelo!— Dije mientras le golpeaba con una almohada.

—¡Que no te lo juro!— Se reía la organización. —Indonesia se cayó al inodoro y entre todos tuvimos que sacarlo, solo que dejó el suelo todo mojado. Tuvimos que limpiarlo antes de que llegases.— Me quedé con la boca abierta escuchándolo.

—Por eso ese día estaba tan cariñoso conmigo.— Me quedé pensando. —¡Que asco, y yo lo besé! ¡Podríais haberlo avisado y lo hubiera bañado!— Me quejé y miré a Indonesia que se pasaba la pelota con Ucrania, Filipinas y Argentina.

—Créeme lo sé, lo vi pero no pensé nada en realidad. Ahora lo pienso y si da un poco de asquete.

—¡ONU!— Me quejé llevando las manos a la cara. Lo escuché reírse, hasta que cierta melodía sonó en la televisión. 



Sin evitarlo miré la pantalla. 

—Me encanta esta película...— El mayor se sentó apoyando sus manos y miró también.

¿La vida es bella? Asentí escuchando la melodía con una sonrisa. 

—Me parece de las mejores películas que han hecho nunca...— ONU se levantó y me tendió la mano. Lo miré sin comprender. 

—Bailemos.

—N-No sé bailar...

—¿Y qué? Solo déjate llevar, princesa.— Miré su mano mordiendo el labio indecisa, hasta que la sujeté. Así llevó su mano a mi cadera y yo la mía a su hombro.

Al son de la melodía dábamos vueltas en el salón. Algunos countries nos miraban sentados en el sofá, al mismo tiempo que otros se balanceaban al ritmo de la música. La tenue luz del salón daba un toque más privado, pasando por la ventana, donde el frío no entraba.

Me dio una vuelta y me atrajo de nuevo a él, viendo sus ojos dorados que me observaban cándidos, y su pelo todavía desordenado, haciendo que se viera atractivo a mis ojos.

Buenos días princesa. He soñado toda la noche contigo. Dio una vuelta. —Íbamos al cine y tu llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Ambos nos miramos de nuevo. Sólo pienso en ti princesa. Pienso siempre en ti... Se acercó un poco, imitando así su acción, pero abrí los ojos y me tiré hacia atrás, haciendo que el mayor también los abriera. —Lo siento yo... Creo que me dejé llevar.— Nos separamos.

—Sí yo también.— Me sobé la nuca nerviosa. —Eh- Voy a hacerme una infusión ¿Quieres una?

—Sí por favor.

—Vale.— Caminé con los nervios a flor de piel por aquel momento.








Ambos nos tranquilizamos un poco jugando con los countries, quiénes parecían estar más atentos con ONU, estirando de su ropa para que se sentara a mi lado, aunque los dos nos sintiéramos un poco extraños.

Nos sentamos en el sofá, donde veíamos un programa de estética. Piercings, tatuajes, pendientes...

—Que tatuaje más feo tiene ese señor.— Comenté viendo el tatuaje. No por el hecho de lo que era el dibujo, si no como estaba tatuado.

—¿Te gustan los tatuajes?— Me encogí de hombros.

—Depende.

—Ya veo...— Comentó y siguió viendo el programa. Me erguí en el sofá y lo miré.

—¿Tienes un tatuaje?— Pregunté con una sonrisa. Él me miró e hizo una mueca.

—Tengo más de uno.

—¿Qué dices? Quiero verlos.— Dije arrodillándome en el sofá. El contrario se rio y se sentó recto en el sofá.

—¿No te diste cuenta?— Me quedé mirándolo y sentí la cara arder.

—No me fijé...— Desvié la mirada.

—Pervertida.

—Despiertas al lado de un hombre que resulta está desnudo. ¿Dónde quieres que mire ONU?— Escuché como se reía. —Anda vamos. Enséñamelos.— Dije queriendo ver sus tatuajes. Él suspiró seguido por una leve risa y se giró, comenzando así a quitar su chaqueta y seguidamente subir la sudadera. dejando ver las líneas que decoraban su espalda.

Llevé mi mano a su espalda, trazando con las yemas de mis dedos las líneas que formaban el dibujo en su espalda.

—Estás fría.— Comentó notando como su piel se erizaba un poco. —¿Te gusta?

—Ahora entiendo porque en algunos sitios te representan con alas.— Dije viendo como las alas decoraban su espalda.

—En realidad me hice el tatuaje por eso.— Respondió y se giró, dejando ver ahora sus brazos, que igual estaban tatuados con el mapa de la tierra y algunas brújulas. 

Pasé mis manos por estas subiendo hasta llegar al torso, donde en sus clavículas tenía las hojas de una corona triunfal. Cuando alcé la vista me percaté de como la organización no despegó su vista de mi. Llevó su mano a mi muñeca y se acercó, quedando ambas frentes unidas, cerrando ambos los ojos.

—¿Quién iba a decir que la Organización de las Naciones Unidas era todo un lienzo?— Dije aún con los ojos cerrados. Ambos nos separamos.

—Y tu puedes ser el pincel si quieres, princesa.— He de admitir que aquello me pilló por sorpresa. ONU era todo un apasionado. 

Cuando me quise dar cuenta ambos rozábamos nuestros labios, pero el sonido del teléfono nos volvió a la realidad, escuchando un pequeño suspiro por parte de ONU.

—Perdona... Puede ser importante.— Dije estirándome para agarrar el teléfono.

—¿Quién es?— Preguntó ONU.

—Es Lucas...













(¿Quién más se imaginaba a ONU con tatuajes y bien desordenado? ¿Solo yo? Vale... XD)

Tuve que poner La Vida es Bella... Es una de mis películas preferidas y AAAHHH... No puedo...


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