POV _____:
Después de una fría mañana en la que nos congelamos porque la calefacción de la universidad estaba averiada, tocó el timbre dando por finalizadas las clases de hoy. Lucas y yo, que estuvimos pegados durante toda la clase debido al frío, salimos de allí rápido, queriendo llegar a nuestras casas cuanto antes. De esta manera, ambos caminamos juntos.
—Creo que lo que pretenden es matar a alumnos de una pulmonía para dar menos clase.
—Que retorcido.— Contesté.
—¿Te lo imaginas? Sería re turbio.— Hizo una pausa. —Oh, respecto al trabajo, ¿Cuándo quieres hacerlo? Podemos quedar esta semana y al menos tener la idea principal.
—Claro. Por mi perfecto.— Sonreí y paré delante del edificio. —Bueno, yo vivo aquí.— Dije, haciendo que el contrario mirara hacia arriba.
—Lindo sitio.— Contestó, mirando el parque.
—Sí, la verdad es que no está nada mal.— Hablaba mientras buscaba las llaves en el bolso. —Bueno Lucas, no quiero entretenerte más, hace frío y- — Me vi interrumpida cuando sus labios aprisionaron los míos.
Ambos nos apartamos un poco, mirándonos a los ojos, cuando un escalofrío recorrió nuestro cuerpo por el repentino viento.
—Te hablo más tarde linda.
—Sí...— Dije mordiendo el labio viendo como el contrario se alejaba. Entré al edificio y me quedé estática, sin creerme todavía lo que acababa de suceder. Sonreí y caminé escaleras arriba, sintiendo el corazón latir a mil por aquel beso.
Metí la llave en la cerradura dando un suspiro de alivio por el calor que había dentro, y mi vista se dirigió al grupo de countries que rodeaba a ONU con un vaso del líquido azul que debería estar dentro del bolso.
—¡ONU!— Grité alterada al ver como tragó aquello. Los países se asustaron por mi grito y corrí dando un manotazo al vaso y recoger al de tez azul. —¡¿Se puede saber en qué estabais pensando?! ¡Vomítalo!— Dije colocándolo del revés y darle leves golpes en la espalda, entre las escápulas. Dejé caer la cabeza en rendición. —ONU... Por qué me haces esto a mi...— Me quejé sintiendo ganas de llorar. —¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?— Alcé las manos con él en ellas, teniendo un mini eructo en respuesta.
Lo dejé en el sofá, quien no dejaba de mirarme, no sabiendo si era consciente de lo que había hecho. Los demás igual miraban curiosos.
—Supongo que solo podemos esperar.— Miré el suelo con el líquido esparcido por este. Agarré el bolso y saqué ambos frascos, viendo como ahora el azul solo tenía una muy pequeña cantidad de líquido. —No me lo puedo creer.— Dije y me giré a los países. —Chicos, esto no se toca.— Les reprendí, aunque realmente fue mi culpa dejar el bolso ahí. Fui a mi habitación y escondí el bolso en el armario. Lo cerré, apoyando el brazo en la puerta de este. La felicidad que sentía hace apenas unos segundos se fue por completo. Un dolor de cabeza me invadió.
Me quejé llevando mi mano a la frente y froté las sienes. Regresé al salón, notando como todo me daba vueltas. Fui al sofá y me dejé caer en este sentada al mismo tiempo que frotaba mis ojos y apreté la cabeza.
Todo aquello me superaba... Sentí un toqué en mi brazo y vi a FBI que ladeó su cabeza curioso emitiendo un leve sonido.
—Tranquilos chicos... Debe ser el frío.— Sonreí un poco y miré a ONU que miraba la televisión tranquilo. —¿Les parece si hoy pedimos algo?— Pregunté, captando la atención de todos que asintieron al instante.
La tarde pasaba rápida. A pesar del dolor de cabeza, pude estar con los países durante todo lo que restaba de la tarde.
Dejé que Portugal jugara con la nieve en el balcón junto con España, Canadá y Rusia; Alemania y USA se quedaron dormidos durante gran parte de la tarde; y los demás países jugaron entre ellos a las escondidas, excepto México, OMS y Bolivia, que se quedaron sobre la bolsa eléctrica viendo la televisión.
Finalmente acabamos todos jugando a "que soy", riéndome por los sonidos y gestos que hacían. Yo hice grupo con Finlandia, Groenlandia, Sudán y Ecuador.
—Mmm... ¿Puedo volar?— Finlandia negó. —¿Soy un animal?— Ahora Groenlandia negó. —¿Soy eléctrico?— Sudán asintió. —¿Y sirvo en la cocina?— Ecuador asintió. —¿Pueden meter pan en mi?— Todos asintieron. —¿Soy una tostadora?— Ahí todos comenzaron a aplaudir. —¡Bien!— Sonreí contenta por haberlo acertado, quitarme la tarjeta de la cabeza y ver el dibujo. —¿Huh? Pero si esto es una bufanda...— Miré a los countries que me miraban sin comprender. —Es igual.— Lancé la carta. —¿Quién quiere cenar?— De nuevo todos se pusieron contentos.
Me levanté del sofá y me acerqué a la cocina, optando por hacerles a todos una tortilla y patatas fritas, ya que yo no tenía muchas ganas de comer. De vez en cuando revisaba a ONU a ver si tenía algo raro o si se sentía mal, pero la organización estaba más que feliz jugando con los demás.
Suspiré y preparé la mesa, viendo después como los pequeños países cenaban. China se acercó y me dio toques en el codo señalando donde se supone debería estar mi plato.
—Oh, no tengo mucha hambre. Comed vosotros.— Dije mirando a todos, apoyando mi cabeza en mi mano.
Así, los países comieron cada uno a su ritmo, sintiendo mis ojos cansados hasta el punto de dar un cabezazo por el repentino sueño que me entró.
—Chicos, creo que iré a dormir... No me encuentro demasiado bien...— Los pequeños countries me miraron, pero parecieron entender mi situación. Entré a la habitación, me cambié al pijama y entré a la cama.
Al poco tiempo noté como un bulto se metía bajo las sábanas. Abrí los ojos para ver la cabecita de ONU sobresalir de la manta, abrazando mi pecho.
—Buenas noches ONU... Descansa.— Dije quedándome dormida con cada palabra.
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