Capítulo 27.- El incierto bebé Lan

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- No... la verdad es que se me ha pasado la mano con las copas, no descansaré bien si me acuesto estando tan mareado, veré un poco de televisión para despejarme un poco.

- Te acompañaré. – dijo MingJue caminando a la sala de estar.

- ¡No hace falta! De verdad, ve a descansar.

Pero Mingjue hizo caso omiso y simplemente se sentó en el sillón.

LuHan sabía que no tenía caso insistir. Así que se sentó a su lado y puso cualquier cosa. En tanto comenzó a sacar el tema que MingJue le había mencionado sobre sus amigos de infancia y la disputa que había respecto a la custodia de un jovencito, al doctor era a la única persona a la que le había contado la situación incluyendo sus pensamientos al respecto, pero era que MingJue albergaba ciertos secretos de Jin GuangYao que esta vez si hacía falta... sacaría a la luz, todo con tal de hacer justicia de una vez por todas y el señor de la casa Jin estaba totalmente advertido.

- MingJue... lo que me cuentas es verdaderamente indecible... ¿y qué pasó con ese niño?

- Él dice que nació muerto, pero no lo sé, a él solo se le puede creer una tercera parte de lo que dice, es excelente para mentir por la boca y más aún con sus gestos.

Conversaron otro tanto sobre aquello y luego un poco más sobre sus memorias... pronto Luhan comenzó a adormecerse en su lugar. Mientras MingJue se perdió en sus pensamientos y cobijado por la calidez del momento ni cuenta se dio hasta que sintió un peso en su hombro, el doctor se había quedado completamente dormido.

MingJue lo contemplo, esperando que no despertara para mirar su rostro, su eterno gesto ceñudo se relajaba levemente única y exclusivamente cuando estaba con él a solas, un omega simple, trabajador, sincero y amable, era totalmente confortante estar junto a él.

El general suspiro para alejar un pensamiento puntual que no quería permitirse y se levantó, se inclinó y en movimiento ejecutados en cámara lento comenzó a recoger a Lin LuHan para cargarlo entre sus brazos, francamente era tan ligero que el esfuerzo no fue demasiado, solo aumento un poco al subirlo por las escaleras, pero nada que fuese un problema para el entrenado general.

Lo deposito en su cama, le quitó los zapatos y lo tapó para irse a su propia habitación, no era tonto como para no ser consciente de lo que pasaba... le gustaba el doctor, le gustaba desde hace mucho, desde que se conocieron en la base, a pesar de saber que estaba casado, le gusto a pesar de que el confiaba en él como amigo y ahora estaba ahí, siendo su pilar en su momento más vulnerable, ¿podría eso llamarse aprovechamiento? Mingjue se debatía entre sus propios prejuicios, no es como que no pudiese controlarse, porque vaya que lo hacía, a pesar de su edad nunca antes experimentó deseo por otra persona, pero en vista de la situación no eran deseos a los que pudiera obedecer, él estaba ahí para ser un amigo, y eso es precisamente lo que haría, su honor lo obligaba, pero no era una idea que pudiese sacarse fácilmente de la cabeza, por lo tanto se prometió a si mismo mantener los limites, tal vez se apresuró demasiado a aceptar la invitación de LuHan, pero para él era demasiado esfuerzo decirle que no a sus peticiones.

La noche reinaba y casi todo el mundo dormía excepto por una pareja que acababa de satisfacer sus deseos carnales, ambos exhaustos y con un apetito que debía ser atendido se encontraban cenando siendo que ya eran las tres de la mañana.

- Odio la comida tan recalentada – se quejaba Jiang Cheng.

Resultaba ser que apenas habían regresado del instituto él y su esposo habían hecho el amor desenfrenadamente y al acabar intentaron cenar... y fue un intento por que ambos prontamente ya estaban enredados nuevamente en la cocina y continuaron haciéndolo hasta ese momento, era inevitable... una pareja de enamorados, jóvenes, saludables, alfa y omega... con celo de por medio.

Amor IntempestivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora