Capítulo LXII

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Pasaron aproximadamente dos días, dos malditos días en los que nadie pudo verse o escucharse, en ese tiempo apenas si les acercaron algo de comida y agua, los golpearon varias veces, tenían tantas heridas y moretones que les dolía moverse.

-Ponte de pie, ahora- ordenó un oficial con firmeza, Min no podía moverse, pero a aquel hombre no le importó, lo tomó con brusquedad del brazo y lo levantó- ¡Te dije que te pusieras de pie!- gritó, seguido de eso comenzó a darle empujones para que caminara, cosa que YoonGi tuvo que hacer aunque no quisiera, solo quería acabar con todo de una vez por todas.

El oficial lo llevó hasta el pasillo principal, ahí lo dejó, se aprovechó del mal estado en el que el rubio se encontraba por lo cual lo dejó solo.

Pasaron unos cuantos segundos hasta que se escuchó a un oficial gritar:

-¡Deténganlo! ¡Que no huya!- se escuchaba alterado a lo que YoonGi se giró para ver lo que sucedía, al girarse sintió los cálidos brazos de su esposo el cual había corrido hasta él sin importarle el dolor que sentía, sólo para poder abrazar de nuevo a su mayor.

-Te extrañé tanto, pareció una eternidad sin ti- expresó TaeHyung, ahí fue cuando YoonGi recobró las fuerzas, las ganas de vivir, ya recordaba el por qué seguía, mejor dicho, por quién.

-Mi amor... Te extrañé, perdóname- susurró Min, no podía abrazar de vuelta a Tae puesto que tenía los brazos esposados en la espalda.

-Creí que no te volvería a ver, me hiciste tanta falta- tras Tae decir esto comenzó a repartir besos en el roto y herido rostro del pálido, lo miró de pies a cabeza, se dio cuenta de qué tan mal lo dejaron, pero no podía hacer más que abrazarlo de nuevo.

-Ahora soy feliz de nuevo, por favor, no me dejes solo de nuevo- YoonGi suplicó con la voz entrecortada, no quería separarse del menor, quería quedarse así durante mucho, mucho tiempo... Pero la realidad era otra.

Mientras ellos se reencontraban los oficiales y militares tenían las armas apuntando hacia ellos, cualquier movimiento en falso los mataría, sin embargo, estaban tan concentrados en ellos mismos que no planeaban escapar, sabían que ahí estaba su final, lo sabían perfectamente por lo que no intentaron nada más.

-Te amo, Min, te amo tanto, siento mucho dejarte solo, es lo que menos hubiera querido, prometo no separarme de ti de ahora en adelante- Tae, seguido de decir aquello, plantó un enorme beso en los lastimados labios del rubio el cual, sin dudarlo, correspondió el beso, Tae también tenía los labios rotos, se veía que también lo golpearon de forma horrible.

-¿Tae?¿YoonGi hyung?- cuestionó un JiMin notablemente débil, los mencionados se separaron de su hermoso beso y miraron hacia donde se escuchaba la frágil voz, un oficial se encargó de llevar a Park al lado de sus amigos, él tampoco tenía esposas, cosa que le extrañaba cada vez más a Min.

-¡JiMin! ¿Qué carajos te hicieron?- TaeHyung estaba exaltado, pero aún así lo abrazó, su mejor amigo apenas si podía mantenerse de pie, aún llevaba su hermoso traje, tenía algunas manchas de sangre, estaba razgado de algunos lados, todo lo bello que debía ser ese día se convirtió en una verdadera tragedia, la cual se veía reflejada en el traje de bodas de JiMin.

-Tenía mucho miedo, estaba tan oscuro, tan pequeño, HoSeok no estaba ahí...- hizo una pausa, se separó de su amigo y miró a su alrededor- ¿D-dónde está HoSeok?- cuestionó angustiado.

-No lo sabemos, nos están trayendo de uno en uno- respondió YoonGi, para ese punto ya había notado que estaban totalmente rodeados, sabía que no debían hacer algún mal movimiento, podría costarles muy caro.

Pasaron unos cuantos minutos hasta que llevaron a HoSeok a rastras, él aún tenía una pequeña esperanza para salir de ahí, pero algo le decía que si salía de ahí sería completamente solo, pero, al levantar la mirada y darse cuenta que ahí estaba su esposo, se soltó de agarre del oficial y corrió con las pocas fuerzas que tenía hasta su amado, ambos se abrazaron fuertemente, JiMin no pudo contener las lágrimas, tenía una explosión de emociones.

-Creí que nunca te podría volver a abrazar- dijo HoSeok mientras escondía su rostro en el cuello de su contrario el cual ni siquiera podía pronunciar alguna palabra, creía que todo era un sueño, no era capaz de reaccionar.

Por fin llevaron al mayor de todos, en su rostro se podía ver lo tanto que había llorado, lo tanto que había sufrido en esa celda, recordaba a sus padres y también temía por la vida de su novio, en esos dos días no pudo dormir más que una o dos horas. Comenzó a mirar a su alrededor, buscaba desesperado a JungKook con la mirada, pero, al no verlo, sintió que su mundo se derrumbó.

Cuando el oficial lo dejó junto a sus amigos intentó correr.

-¡Espera! ¡No hagas una estupidez!- HoSeok y TaeHyung lo detuvieron, pero el mayor se jalaba para que lo dejaran en paz.

-¡JungKook! ¡Jeon JungKook!- lo llamaba con desesperación, un gran nudo se formó en su garganta, no quería perderlo a él también, aunque bien sabía que los iban a asesinar no se quería resignar a perder al hombre que amaba.

-Cálmate, SeokJin, lo traerán, no te preocupes- YoonGi intentaba tranquilizarlo, estaba realmente mal, parecía que se estaba volviendo loco.

-¿Y si ya lo fusilaron? ¿Por qué tardan tanto? ¡Él ya debería estar aquí! Debería estar con ustedes- el terror podía escucharse en su voz, los demás intentaban comprender su miedo, ¿cómo te sentirías tú si nadie te diera amor en tu vida, que fueras la segunda opción, pero cuando llega alguien que en verdad te ama puede ser que lo hayan asesinado en tu ausencia?

-Cálmate ahora mismo, si haces algún movimiento en falso nos pueden asesinar aquí mismo, así que te remiendo que te calmes y esperes- Min susurró al oído de su mayor el cual, al escuchar esas palabras, bajó la mirada y guardó silencio, su cuerpo temblaba, lo comía el miedo por dentro, no quería esperar más.

Los minutos comenzaron a pasar y no habían señales del menor, estaban esperando pacientes, pero esa paciencia se estaba acabando de a poco.

De pronto, un oficial llevó a rastras al menor, el cual se veía demasiado mal, ni siquiera trataron su enfermedad, lo estaban dejando morir.

-¡Cariño!- exclamó el mayor para después abrazar a Jeon el cual, se relajó una vez sintió los brazos de su novio.

-Sácame de aquí- rogó en un susurro, se escuchaba verdaderamente mal- Me duele el corazón, no puedo respirar bien, estoy mareado- informó sin separarse de su contrario el cual sintió un dolor en el pecho, si salían de ahí era seguro que perdería a Jeon, sí o sí.

-Tranquilo, amor, el dolor desaparecerá en un rato, te lo prometo- al SeokJin decir aquello sintió un nudo en su garganta, iba a luchar, tenía la esperanza de luchar un poco más, pero sería mejor para Jeon, dejaría de sufrir y no moriría lentamente por una enfermedad.

-Nuestra otra promesa sigue en pie, ¿cierto?- cuestionó el menor, esa promesa de encontrarse en su próxima vida era todo para ellos, era la única esperanza de ser felices de nuevo.

-Claro que sí, sigue en pie, no la romperé por nada del mundo- fue la dolorosa pero sincera respuesta de SeokJin.

-Te amo- pronunció el menor con dificultad.

-Yo también te amo, Jeon JungKook- besó delicadamente los labios de su contrario, eran tan dulces como la primera vez que los besó.

Los oficiales y militares se colocaron en dos filas al lado de los 6 hombres, los cuales también tuvieron que hacer una fila. Min dio un vistazo a todos los demás, él era el único que tenía esposas, cosa que le extrañaba y angustiaba cada vez más.

Los sacaron al patio donde Tae y YoonGi recordaron muchas cosas, unas felices y otras tristes, pero la mayoría fueron felices. Habían presos mirándolos desde el segundo piso, ahí se dieron cuenta que estaban frente a su fin.

Hicieron que los 6 se colocaran de rodillas en el suelo, bajo el intenso sol. Una figura conocida se acercó a ellos, tenía una sonrisa enorme, pero aquellos 6 hombres querían asesinarlo.

-Saluden al nuevo jefe de los oficiales, Kim NamJoon...

Enamorados en prisión [ TaeGi +18]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin