Capítulo 4

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Gema

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Gema

Luego de haber enfrentado a Tayler me pase durante todo el día reunión tras reunión hasta terminar la jornada laboral. El día había sido estresante, pero lo había logrado. Cuando llegué a casa lo primero que hice fue abrazar y besar a mi hijo, para llenarme de energía.

Nona me contó que se la había pasado triste donde me había extrañado. Durante todo este tiempo siempre habíamos estado juntos, a pesar de que trabajaba desde el hogar, Lucas me veía todos los días. El dolor que sentí durante el día al estar lejos de él fue inexplicable, pero todo lo que hacía al fin y al cabo era por su futuro.

Tendría que acostumbrarse al menos hasta que todo vuelva más a la normalidad.

A la mañana siguiente, me desperté con un poco de más ánimo. Decidí vestir el día de hoy de traje blanco, con unos zapatos muy altos para generar más impresión en mis trabajadores.

Hoy toca reunirme con el gerente de marketing y gestión comercial con el cual debo ponerme de acuerdo para hacer mi anunciada como presidenta de Akima Industries: Tenía pensado en aprovechar la gala de beneficencias que Akima hace cada año donde todas las empresas más importantes se reúnen para gestionar donaciones a la caridad y animales indefensos.

Soy una persona muy animalista y siempre he donado un porcentaje de las ganancias anuales a fundaciones de animales. En fin, quería que el evento que se realizará fuera el más grande.

Una vez dentro de la oficina me encuentro con una carpeta llena de los informes que les pedí a mis delegados, en conjunto con una carpeta llena de curricular ya que al revisar varios de los informes y conversar con los delegados, tuve que hacer una limpieza enorme de personal.

Deslice la carpeta y, el simple acto de abrirlas es de por sí agotador. La creación de personal será mi muerte. Tan importante para una empresa, por lo que es agotador cuando se hace en
un día. Pero esta posición, de todas ellas, es la más importante. No puedo dejarle elegir al director de recursos humanos, ni a otra persona. Estoy rehaciendo mi imperio y debo comenzar nuevamente desde 0. El personal que había a cargo realmente era un asco, todos estaban por pitutos de otras personas y no por mérito propio. Me enfurecí de sobremanera al enterarme de los despidos de mis fieles trabajadores con los cuales comencé la compañía por lo que además de las nuevas reincorporaciones decidí informarle a Andrea, mi nueva secretaria que buscara a cada empleador despedido para ir restituyéndolos.

Mientras reviso los informes la puerta de mi oficina se abre y Andrea se hace presente con una taza de café en su mano.

― ¡Buenos días, Srta. Akima! ―menciona mientras acerca la taza, derramando una gota sobre la madera―. Ay, Dios mío, lo siento mucho―comenzó a dar toquecitos con una servilleta blanca para limpiarlo rápidamente y pude observar sus manos temblar

―No pasa nada. ―sonreí

― ¿Necesita algo más? ―pregunto titubeando y negué. Cuando comenzaba a darse a vuelta para volver a su escritorio la llame:

Duele Perdonar (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora