Libro II Biología Duele
Y de repente cambió. Después de vivir en carne propia la traición; Gema se volvió una persona completamente diferente, con una nueva mentalidad, una nueva perspectiva, una nueva alma. La chica que una vez se preocupaba por to...
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Gema
Los rascacielos de Los Ángeles resplandecían bajo el reluciente sol, que asomaba por el horizonte sumado a la brisa marina del mar.
Mientras me bajo de mi vehículo observo alrededor del edificio más grande de Los Ángeles, que vendría siendo la casa central de Akima Industries.
Llego el día
Al entrar a las dependencias miro con nostalgia a mi alrededor y puedo observar los cambios que hay dentro, y con cambios me refiero tanto al personal como al diseño de interiores. Esto no se parece en nada a lo que deje cuando decidí largarme, pero bueno, todo eso cambiará muy pronto. Me encargaría de rehacer esta empresa nuevamente. Si en dos años logré posicionar desde cero a Akima como la mejor empresa en la industria hotelera, de bienes raíces, como de cosméticos; con toda la experiencia adquirida, no tardaré nada en volver a surgir y que se convierta la mejor.
Hoy me encontraba en este lugar no para ser vicepresidente, o la hermana de Tayler. Me encontraba para recuperar lo que por derecho era mío. Ya no quería ser amable, ni mucho menos seguir siendo la ingenua de siempre pensando en lo mejor para todos menos para mí. No. Ahora pensaría en mí y en mi hijo quien en un futuro será el dueño legítimo de mi imperio.
Apreté con fuerza el documento que yacía en mis manos y camine con seguridad a la sala de juntas en donde todos los gerentes de cada área se encontraban reunidos, incluyendo Tayler.
Había conversado desde mucho antes con mis socios accionistas con los cuales me reuní vía Skype y estaban al tanto de la situación. Ahora solo quedaba que los gerentes, delegados y trabajadores se enteraran de la verdad, de mi poder y de quien era la dueña del imperio Akima.
Mis tacos retumban en el lugar y varias miradas se posan en mí. Decido ignorar y entro sin tocar a la junta. Todos los miembros voltean a verme sorprendidos, Tayler en cambio me mira pálido y puedo ver un destello de miedo e inseguridad en su rostro.
Al verlo los recuerdos comienzan a aparecer en mi rostro. El empujadme, la discusión, el odio en su mirada y luego; luego recuerdo la sangre, y la casi perdida de lo que hoy, es mi vida entera.
Ese trauma siempre ha estado presente en mí y es algo que pretendo no sacar de mi cabeza para mantenerlo como recuerdo; como evidencia de lo que me hizo y de lo que nunca voy a perdonarle.
― ¡Buenos días! ―dije sonriendo
Los únicos rostros que no estaban tan contentos con mi llegada eran los de Tayler, Facundo quien es el primo de Kendra y Mario, un accionista anticuado que por referencias de Tayler esta donde está, es un mal agradecido y me tiene cierto recelo por que nunca le di bola.
― ¿Qué haces aquí? ―preguntó con recelo Tayler y sonreí
―Gema, ¿podemos hablar en privado? ―volvió a hablar y negué
