Capítulo 21/?

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Después de esperar algunos segundos y ver que mi silencio persistía, se recargó de nuevo en su asiento y luego suspiró. Encendió el auto otra vez y lo puso en marcha.

Seguramente me veía como un estúpido, porque así me sentía.

Dejé que las lágrimas cayeran en silencio, porque ninguno de los dos dijo nada. Miré por la ventanilla del auto, y a pesar de que estaba ebrio, podía recordar el camino de regreso al departamento de Changbin; y este no era. Pero no le tomé importancia, porque a pesar de todo, me sentía seguro con Chris a mi lado.

Recargué mi cabeza en el asiento y cerré los ojos, repentinamente cansado; quizá la rabieta de niño pequeño que había hecho minutos antes me había robado la suficiente energía como para hacerme caer en la inconsciencia.

[...]

El golpe de la puerta al cerrar me despertó y aquel dulce perfume que me traía tanta inspiración volvió a juguetear por mi nariz. Mi cabeza descansaba sobre su hombro y mi cuerpo era cargado por sus brazos.

Después sentí mi cuerpo descansar sobre algo blando y cálido, entonces mis ojos pudieron captar algo; aquella blanquecina luz no era alguna que me pareciera familiar y el aroma de su suave perfume seguía jugueteando en mi nariz a pesar de que ya no sentía su cuerpo cerca.

Dos segundos después de haberme percatado de ello, me pregunté en dónde estaba.

—Chan —musité, y enseguida mis ojos se encontraron con su rostro.

Yacía parado, mirándome aquí acostado donde sea que yo estuviera.

—Descansa —susurró y se acercó para besarme la frente, y sentí sus cálidos labios sobre mi piel.

Pero entonces sujeté fuertemente su cara y conduje los labios de Christopher hasta los míos, guiado por el impulso de tenerlo así de cerca. Su cálido hálito recorrió desde mi frente hasta mis labios y luego nuestras bocas se unieron; ambos deseosos del otro.

Un remolino de emociones junto a un huracán de sensaciones explotó en todo mi interior, y una carga eléctrica se envió desde mi corazón hasta cada extremidad de mi cuerpo, y até mis dedos a su cabello. Su boca se movía junto a la mía y su aliento se metía por mi garganta en donde ardía un fuego nuevo, esta vez creado de pasión.

Las manos de Christopher se apoyaron a cada lado de mi cuerpo, puesto que sentí una hendidura al mismo tiempo.

Me llevó un minuto darme cuenta de que descansaba en una cama. Mi cuerpo ardió entre la pasión y de amor, mientras que nuestros labios aún permanecían unidos, bailando en una sincronización sin igual.

Pero de pronto, una voz en mi cabeza me preguntó escandalizada qué estaba ocurriendo y me ordenó severamente que me detuviera.

—¡No! —jadeé, apartando el rostro de Chris del mío.

Mi respiración estaba acelerada y el puñado de mariposas volaba desquiciadamente en mi estómago. Miré con el pánico pintado en los ojos el rostro prohibido que acababa de besar y la culpa me revolvió el estómago; aventé su cuerpo lejos del mío y me llevé las sábanas hasta la cabeza, cubriéndome completamente.

—Lo siento —susurró.

—Vete —alcancé a decir, con un hilo de voz.

Escuché el sonido de la puerta al cerrar y el silencio me hizo derramar algunas lágrimas.

Eso había estado mal, muy mal.

El que tenía que haberse disculpado tuve que ser yo. Yo fue quien aferró su rostro al mío, quien anheló ese beso, yo, yo, yo...

Manuel de l'interdit [Banginho]Where stories live. Discover now