Capítulo 19/?

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Los rayos del sol que se colaban por la ventana iluminaron lo suficiente mi habitación como para hacer que me despertara.

Me removí entre las sábanas y miré la hora cuando abrí los ojos; iban a ser las once de la mañana, entonces me estiré, haciendo que un montón de huesos me tronaran, luego le abrí el paso a un bostezo.

Me llevé perezosamente y salí de mi habitación. Me llevé una sorpresa al ver a Changbin ahí, sentado en la cocina, desayunando.

—¿No trabajas hoy? —le pregunté, confundido.

—Nope, el señor Lejeune me dio el día para prepararme para el viaje —contestó, levantando su plato del petril.

—Claro, lo olvidé —musité, un tanto confundido porque esta vez, Changbin no había decidido despertarme con esos molestos golpes en la puerta, como era su costumbre—. ¿Qué desayunamos? —le pregunté, para no pensar en lo anterior.

Me miró. —Lo siento, yo ya desayuné. Tenía mucha hambre, además tú estabas dormido y no quise despertarte.

Eso sí que era raro, pero traté de ocultar mi expresión de desconcierto.

—Oh, bueno, no te preocupes —musité.

—Saldré por un rato, iré a comprar algunas cosas que me faltan para el viaje —me avisó Bin, retirándose de la cocina.

Quise saber: —¿Irás solo?

—Sí, es que tengo que hacer miles de paradas, ya sabes.

Se encogió de hombros, y luego entró al baño a lavarse los dientes.

—Claro —murmuré, distraído. Sabía muy bien cuando Changbin quería estar solo.

Recordé entonces la conversación que tuvo anoche con Felix, pero parecía como si no fuera a decirme nada, así que traté de ser sutil para que él hablara aunque sea un poco.

Escuché cómo le cerró a la llave del agua, y luego lo vi salir del baño.

—Anoche no pude dormir —empecé a decir—, me costaba pegar los ojos —bromeé, esperando a que Changbin hiciera un comentario parecido al mío.

—Oh, yo creía que serías el primero en caer como piedra a la cama, siempre te cansas mucho —dijo, buscando ahora su mochila.

—Sí, pero no logré conciliar el sueño sino hasta las dos de la mañana —insistí.

"Qué mal" fue todo lo que dijo, porque el silencio hizo presencia debido a que yo ya me había dado por vencido; Changbin no me contaría nada.

—¿A qué hora vendrás? —inquirí, sintiéndome pésimo por la fría conversación.

Se encogió de hombros, indiferente.

—Vendré a comer, no te preocupes —me sonrió, débilmente—. Te veo al rato.

Se dirigió hacia la puerta y salió por esta sin decir nada más.

Me quedé allí, traspuesto mirando la puerta de madera que se encontraba cerrada, y cuestionándome sobre qué era lo que ocurría con Changbin, qué había hablado con Felix para que estuviera actuando de esa forma. O qué había visto él anoche.

En definitiva, irme sería la mejor opción.

Fui a vestirme y decidí salir, necesitaba a alguien que me escuchase y quién mejor que Jisung para eso.

Garabateé en un papel una disculpa para Changbin: no estaría para la comida, y luego lo pegué en el refrigerador, y salí por la misma puerta por la que él había salido hace media hora.

Manuel de l'interdit [Banginho]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz