12- Voy a tener un hijo

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La semana se había pasado tan rápido que ni siquiera lo noté, comencé hacer algunas reparaciones en la cabaña que siempre posponía pero que nunca hacía, buscaba mantener mi mente ocupada para no tener que ponerme a recordar el pasado ni el presente.

Me había perdido, no de forma literal, en la montaña adentro, tome dos días para llegar hasta la cima y meditar, fue tan gratificante, pude aclarar mi mente de lo que realmente quería y tomar la decisión más difícil para mí, aunque para muchas personas sea una tontería.

Había tomado mi luto por varios años y era momento de reestructurar mi vida nuevamente, de ser un nuevo Hero, tomando todas las cosas positivas que había aprendido. Nunca volvería a ser la misma persona, ese alguien murió el día del accidente con mi familia.

Aunque muchos dijeran que no, sabía que era mi culpa todo lo ocurrido y eso nunca desaparecería, pero ahora tendría que aprender a vivir con ello.

Me tire en la cama apenas llegue, me dolía todos los músculos y mis articulaciones comenzaban a molestar, con la vista mirando hacia el techo mi mente no paraba de pensar y pensar, quería tenerla en blanco, pero era algo imposible de hacer en este momento. No quería pensar en más nada, dormiría un poco y cuando despertara, volvería con mi rutina anterior, nada había cambiado, solo fueron 6 días diferentes a los cuales no debía acostumbrarme, esos días no pueden afectar en un antes y un después de mi vida.

Pero cada día aún seguía muy vivo en mi memoria.

Me giré en la cama quedando ahora boca abajo, enterré la cabeza en la almohada, rápidamente rodé para cambiarme de lugar cuando su olor, o quizás era mi mente alucinando, llego hasta a mí.

Mi teléfono sonó y me levante tan rápido que me dio un leve mareo, agarre el móvil para mirar la pantalla, pero solo reflejaba el nombre de mi mejor amigo, Aetos.

Solté un suspiro de decepción, ni siquiera sabía porque estaba decepcionado de que fuera él, si estaba más que claro que no podía ser otra persona.

Y por otra parte me alegraba que llamara, necesitaba tan hablar con alguien sobre mi vida y lo que necesitaba hacer, era sorprendente la conexión que había entre nosotros, siempre había sido así. Él llamaba en el momento justo o yo me aparecía cuando más lo necesitaba él.

Tosí un poco para aclarar mi voz-Hey

- ¡Hero! -su voz de emoción me hizo sentir feliz, poco a poco iba entendiendo que no estaba solo, me había comportado tan mal con las personas que me rodearon y cuidaron de mí que lo mínimo que merecía era que se alejaran, pero no, ellos seguían llamando y pendiente. - Hermano, que alegría que contestas. ¿Sucede algo? siempre tengo que intentar cuatro veces antes de que me contestes.

-te quiero, hermano.

-Judería pasa algo, dímelo

- no pasa nada, solo que me he dado cuenta que nunca he estado solo.

-claro que no, nos tienes a nosotros y es una lástima decirte que nunca te vas a librar de nosotros.

- Y no quiero hacerlo nunca

- ¿me dirás que pasa?

-necesito hablar contigo ¿puedes venir?

Escuche un ruido a través de la línea y luego a él diciendo que lo dejaran solo – ¡creo que escuche mal! ¿Quieres que vaya? Recuerdo muy bien que la última vez me amenazaste con una escopeta que si no me iba de tu cabaña ibas a dispararme y sabía que no eras capaz, pero dejarme durmiendo afuera con el frio y animales salvajes si fue el límite, pude morir allí afuera.

Una excursión fallidaWhere stories live. Discover now